NINE
Taehyung giró la silla del tocador frente al espejo antes de dar el visto bueno al ex modelo que se mantenía quieto y con los ojos cerrados.
—Bien...ahora ábrelos.
Casi con temor, Jimin obedeció abriendo primero uno de sus ojos esperando lo peor pro terminó abriéndolos ambos de la impresión.
— ¿Y bien...te gusta?
El joven castaño se había inspirado en varios estilos que el modelo había usado antes, claro que le preocupaba que Jimin lo rechazara por su problema de atención, no le gustaba llamarla.
Irónico ya que atraía miradas así estuviera usando la ropa más común del mundo. Quizá no se había dado cuenta o solo fingió no notarlo pero incluso con la ropa anterior muchas miradas habían caído en el durante el corto tiempo que habían estado en el aeropuerto.
—No me has dicho que te parece —insistió ante el silencio.
Y es que Jimin no tenía palabras para describir a su reflejo, le gustaba, eso estaba claro pero seguía siendo un choque que su cerebro se negaba a procesar.
Había vestido aún más ostentoso, más lujoso y vanidoso en cada pasarela, pero después de una racha de solo usar lo primero que veía, importándole poco si combinaba o no, si hacia juego o sin siquiera preocuparse de cambiar sus accesorios.
Pensaba que después de tanto tiempo los orificios de su oreja se habían cerrado pero no, sus pendientes favoritos colgaban uno de cada lado hasta su mandíbula.
El brillante color plata brillando contra la pequeña volita del mismo color que adornaba su lengua, aquella que nunca se había molestado en quitar después de tanto.
Su ropa no estaba para menos, Taehyung había combinado bien sus colores neutros, no se había molestado en meter más que lo necesario en su maleta por lo que el castaño solo pudo trabajó con neutros.
Y el color negro y blanco para ser dos colores principales y que muchos llamarían básicos estaban haciendo magia en él, aunque se lo atribuía al modelo, porque si algo tenía claro tae era que la ropa no hacía a Jimin, Jimin hacia la ropa.
Una camiseta blanca sin estampado y unos pantalones negros ajustados junto una chaqueta del mismo color con detalles en plateado.
Su cabello estaba brillando en su rubio natural con un peinado que dejaba al descubierto la mitad de su frente.
—Me gusta —admitió para tranquilidad del castaño —Eres bueno en esto.
—Bueno, tengo muchas hermanas, aprendí a hacer un poco de todo.
—Si como arreglaras caminaras —molestó el rubio recibiendo una mala mirada del castaño.
—Uno se esfuerza por ayudarte ¿y que recibo a cambio? Exacto, solo malos comentarios y burlas —dramatizó siguiéndole el paso al rubio que ya no le estaba prestando atención, ambos salieron con la intención de divertirse y olvidarse del mundo al menos por una noche —Pero eso me pasa por querer ser bueno y querer revivir tu chispa.
Jimin se detuvo de golpe, girando para encarar al pequeño modelo que seguía dramatizando.
—Tesoro, mi chispa sigue encendida, ese imbécil no iba a opacarme ni en esta vida ni en la siguiente, solo necesito unos tragos, un revolcón y mañana estaré como nuevo.
— ¿crees que el sexo casual te hará olvidarte de todo?
—Él no es inolvidable, cualquier hijo de la vecina con dos copas encima haría magia delante de él, bastardo con disfunción eréctil —farfulló continuando con su camino —Ni siquiera me acordare de él, no vale la pena.
— ¿O sea que ni siquiera tenías buenos orgasmos? —Se espantó Taehyung —Dios, siento lastima por ti, puedo verlo en tus ojos, fue difícil.
Jimin rodó los ojos cuando el castaño fingió secarse una lágrima —Lo sé, mis actuaciones merecían un jodido Óscar.
—Sabes que, te mereces una orgia o alguien que te quite la frustración sexual que te cargas —decretó el castaño, pasando uno de sus brazos por encima de sus hombros antes de entrar al bar —Confía en mí, con tu cara y mis trucos conseguiremos el premio gordo.
Para su suerte solo habían tenido que caminar unos pasos para llegar a la zona de bares.
La verdad es que Jimin no estaba buscando ningún revolcón, el solo quería beber hasta provocarse una cirrosis en una noche o que a la mañana siguiente no se acordara ni de su nombre.
Porque por alguna razón no había podido quitarse esa pesadez y depresión que cargaba encima. Lo odiaba porque su jodido exnovio no valía la pena como para deprimirse.
Era un idiota que acababa de echar a perder su vida, su carrera, sus sueños y carrera por un jodido capricho.
Lo único que sentía por él, eran las ganas de pasarle encima con un auto y dejarlo paralitico para que ambos estuvieran a mano y así la vida de ambos estuviera igual de destrozada, pero él sabía que esos pensamientos no estaban bien y que debía soltarlo.
Pero maldición que era tan difícil, nunca en su vida había sentido tanta impotencia junta.
—Hoy amigo mío, nos vamos a tomar hasta la presión —Determinó haciéndose espacio entre la gente para llegar a la barra.
Taehyung le siguió feliz, eran dos chicos en busca de diversión y un par de tragos ¿y porque no? algo más.
...
Jimin observaba a Taehyung bailar tan coquetamente con ese moreno que le sacaba como dos cabezas de alto muy juntitos.
Casi se le sale una mueca por el dolor en el trasero que equivaldría meterse con él.
El rubio no podía hacer más que quitarse el sombrero, si esos eran los gustos de Taehyung estaba bastante admirado, hombre, que para sus miserables experiencias sexuales no había emparentado nada a comparación del castaño.
Estaba solo un poco celoso, pero no de su amigo, sino de lo que se había perdido porque haberse arruinado la vida en una relación que no hacía más que lastimarlo y dañarlo.
Y había creído ingenuamente que al salir de ahí todo sería mejor, su carrera se elevaría, y su vida iba a colorearse de rosa pastel con arcoíris y brillitos.
Una mierda es lo que consiguió.
Pero como decían por ahí...uno se vuelve el malo cuando deja de ser el tonto.
Soltó un suspiró empinándose el pequeño vaso de cristal de vodka y dios sabrá que más.
Era bueno con el alcohol lo que en esos momentos no le servía ya que tardaría en afectarlo y era lo que le estaba frustrando.
Un chico se sentó a su lado y no alcanzó a escuchar que dijo pero no estaba interesado en nada de lo que pudiera ofrecerle.
—Piérdete —espetó ofreciendo su vaso para que el barman le volviera a servir, el chico se levantó de su asiento y una hermosa chica ocupó su lugar con una sonrisa coqueta —Ni lo intentes corazón, si no produces testosterona estas fuera de mi radar.
Sin siquiera fingir amabilidad se levantó frustrada, como si fuera la cuarta vez que eso le ocurría en la noche.
Detrás de él escuchó una risa ronca, al darse la vuelta se encontró con quien cuyo rostro le pareció familiar pero no parecía recordar de dónde.
Sin embargo debía admitir que tenía una sonrisa bonita.
— ¿Pasa algo?
—Eres muy hostil para estar tan bonito —comentó dejando descansar su cabeza sobre la palma de su mano mientras le observaba.
— ¿Y lo dices por...?
—Porque, es como la octava vez que te veo batear a alguien y cada vez tus respuestas son más geniales —admitió mientras colocaba uno de sus vasitos en una torre, dejando ver que ya tenía unos cuantos tragos encima, sin embargo parecía bastante controlado.
— ¿Me estuviste observando?
—No, yo ya estaba aquí cuando tú te sentaste, y pude escuchar todos tus rechazos, mi favorito fue el del brasileño —Alagó volviendo a dejar salir esa risa que le había llamado la atención.
¿Desde cuándo una risa se le hacía atractiva?
Jimin encogió sus hombros —No quiero estar con alguien de momento, es todo.
—Sí, haz dejado más que claro que solo quieres desahogar tus penas en alcohol toda la noche sin más compañía —no pudo evitar burlarse, recibiendo una mirada confusa de parte del rubio —Haz estado bebiendo vodka desde que llegaste y te pasas los tragos como si fueran agua, rechas a todas las personas que se te acercan y tus comentarios son más cortantes que un cuchillo, en conclusión, estas dolido.
—Claro que no —Negó rotundo, estaba frustrado e impotente, ¿pero dolido?, ni en sus peores pesadillas —Si, admito que quiero ahogar mis penas en un vaso pero no necesariamente de estar dolido, además, llevas más tiempo que yo y has estado bebiendo de la misma forma ¿eso quiere decir que estas dolido?
—La verdad es que si —admitió sin problemas, jugando con uno de sus vasitos evitando la mirada del rubio —Estar dolido no es algo malo, solo significa que te sientes mal y quieres sacarlo aunque sea con alcohol.
—Yo no dije que fuera malo —repuso el modelo —Pero hay cosas por las que no vale la pena estar dolido.
—Bueno, mi carrera tal vez se valla a la mierda dentro de poco, pienso que es motivo suficiente.
Jimin resopló con un gesto flojo que hizo con su mano como si fuera cosa de poca importancia.
—Ñee, la mía se fue en picada y no me ves llorando —presumió pasando otro trago de golpe.
Una carcajada brotó del contrario al tiempo que les servían un trago más.
—Wow, ¿esas son las palabras que le das a un borracho que te abrió su corazón?
—Lo intente —soltó una risita apenada, en verdad su lengua se estaba soltando por los tragos, los cuales ya había perdido la cuenta, pero que más daba.
Sin embargo aún estaba lo suficientemente consiente como para saber que sus palabras no servían de consuelo, pero él no era bue o consolando en realidad.
— ¿Por qué piensas eso? —preguntó de la nada.
— ¿Te interesa o solo te hice sentir incomodo?
El rubio en realidad no solía interesarse en la vida de los demás pero ya estaba en la conversación y no quería quedarse con el chisme a medias.
— Ambas —Respondió finalmente, pero solo recibió una sonrisa en contestación.
—Tal vez me reemplacen, dicen que ya no doy lo mismo que antes.
— ¿Hablamos de tu...
— ¿Qué? ¡No¡ No, no ,no, no, eso no, me refiero a mi trabajo, que no tiene nada que ver con...eso.
Jimin no pudo evitar reír, el pelinegro se había quedado sonrojado y nervioso.
—Ya, lo siento, sé que no hablabas de eso pero no pude evitarlo, lo dejaste muy fácil.
—Pues me alegro de que mi miseria te sea divertida.
—Oye, de que sirve una desgracia si nadie puede encontrarle la gracia.
El rubio se sintió aliviado de que el contrario también riera, había pensado que ya la habría cagado y que terminaría siendo insultado o golpeado.
— ¿Así que quieren reemplazarte? —volvió al tema, pidiendo esta vez un coctel, necesitaba algo más que solo vodka, al menos que tuviera sabor.
—No lo sé, pero en algún momento llegará a pasar, todo se está yendo a la mierda en este momento.
Jimin pudo observar ese sentimiento tan característico para él en los ojos del contrario, era como ver su reflejo de hace algunos meses atrás otra vez.
Ese que dejaba ver lo derrotado que se encontraba pero que se negaba a creer, diciéndose así mismo que sería más fuerte, desde el suelo podía ver que en realidad, aquello si fue más fuerte que él.
Sintiendo un impulso que no supo de donde surgió tomó su coctel chocándolo con el contrario quien le observó sin comprender.
—Salud por tu posible despido.
— ¿En serio quieres que brinde por eso?
— ¿Y qué más da? —Encogió sus hombros — ¿Tienes algo bueno por lo que brindar?
—No en realidad.
—Entonces brinda por lo malo, brindemos por la infelicidad y por la miseria que nos acompaña, que se jodan todos, estoy lo suficientemente ebrio como para pasarme mis problemas por donde más me guste —alzó su vasito frente al contrario —Al menos brindo porque tu vida sea menos miserable que la mía, y si ya me jodieron pues qué más da, ahora no podrán joderme más.
El contrario observó el vaso en la barra como si el pudiera darle todas las respuestas del universo, porque desde que haba llegado no había hecho más que llenarse la cabeza de mil incógnitas y problemas que solo le dieron ganas de beber hasta perder la inconciencia.
Patéticamente había ido a beber en un intento de despejarse, sintiéndose peor de lo que ya estaba por todos sus problemas —Sabes que, al diablo.
Tomó el pequeño vasito para chocarlo con el del modelo.
—Salud por que en algún momento mis patrocinadores me mandaran a la mierda y mi carrera se ira al caño.
—Salud porque mi vida se arruinó gracias a mi ex.
Ambos volvieron a chocar los vasos, bebiéndolo de golpe con una sonrisa.
Aquello había sido liberador debían admitir.
—Ya que estamos desahogándonos ¿Te mencioné que será mi padre quien tenga que despedirme? —Añadió con una sonrisa
— ¿Y yo te mencione que la razón por la que mi ex se encaprichó conmigo fue porque me terminó con un mensaje de texto y yo lo dejé en visto y como no reaccione como quería fue hasta mi empresa a terminarme en público frente a todo mi equipo, compañeros de trabajo y amigos mientras yo no podía hacer nada porque estaba en plena sesión de fotos?
El contrario soltó una carcajada levantando su dedo haciéndolo bailar.
—Ok, ok, tu ganas, tu ganas, pero que hijo de puta —Admitió, quizá sintiendo un poco de molestia verdadera. Sin embargo tan solo se dio vuelta llamando al barman —Disculpa, Vamos a necesitar toda la botella por favor.
El chico asintió dejando la botella frente a ellos.
—Así que ¿modelo?
—Ex-modelo —Corrigió dejando que este le llenara el vaso nuevamente — ¿Y tú?
—Piloto, muy pronto a ser ex-piloto.
Jimin arrugó la nariz mirándole con rencor que el contrario no entendió pero se sintió amenazado por esa mirada.
— ¿Qué?, me miras como si hubiera matado a tu madre.
—Ah, perdón, es no me agradan los pilotos, es un odio adquirido, descuida.
—No me digas, él era...
—Sip.
—Mierda.
—Oh, sí, un bastardo en cuerpo de santo.
—Bueno, si de algo sirve tal vez deje de ser piloto.
Jimin se había prometido no volver a involucrarse con pilotos, o más bien con cualquier cosa que tuviera algo que ver con autos y carreras. Irónico ya que su hermano era un piloto pero aún les tenia rencor y muy justificado.
Sin embargo el chico le había caído bien antes de saber que era un piloto...o tal vez solo era el alcohol haciendo efecto, que más daba.
— ¿Quieres ir a otro lugar más tranquilo? —Ofreció señalando la botella, la gente ya había comenzado a llenar el lugar y la música apenas los dejaba oír sus propias voces —Oh, mejor.
Sin decir nada extendió su mano como una invitación silenciosa que Jimin con los niveles de alcohol que corrían por su cuerpo en ese momento no llegó a entender.
¿A qué se supone que lo estaba invitando? ¿Será a hacer...?
Oh...aquello no había estado en sus planes, pero bueno, ya estaba alcoholizado y tranquilo, la mitad del mundo ya se había esfumado para él.
Aceptó su mano llevándolo al centro de la pista.
—Espera, ¿a dónde vamos? —preguntó confundido.
—Pues a bailar, pensé que estaba claro.
Y Jimin agradeció que la poca iluminación evitara que el contrario se diera cuenta de su bochornoso sonrojo. El había creído otra cosa pero lo olvidó como si nada.
— ¿Esta bien? —cuestionó el chico.
— ¿Bailar? Claro.
Y el chico pareció aliviarse con su respuesta.
—Pensé que me ibas a rechazar, fueron los 20 segundos más inseguros de mi vida —bromeó haciendo reír al modelo.
Sonrió y colocó sus manos en la estrecha cintura, su intención había sido una postura cómoda y tratando de no invadir su espacio pero debido a la multitud terminaron pegados en uno al otro. Cualquier distancia que había entre ellos había sido eliminada.
Sin embargo no sabían si era por el alcohol o porque pero no se sintió incómodo.
Sintiendo sus manos picar observó fijamente esos bonitos ojos avellana al tiempo que llevaba sus brazos a su cuello.
—Después de esta noche tal vez no tenga permiso para beber en mucho tiempo asique voy a disfrutar lo que pueda —comentó dejándose llevar por el ritmo de la música —Siéntete honrado.
—Es todo un honor —le siguió el juego.
Jimin mantuvo la reparación cuando sus cuerpos comenzaron a moverse a un ritmo aún más lento y sensual.
Reconociendo su gran habilidad para el baile Jimin se dejó hacer cuando el piloto le dio la vuelta deja do su espalda contra su pecho.
O se sentía incómodo, porque el contrario no estaba tocando en ligares indebidos ni restregando nada contra él, era baile, sensual sí, pero nada que llegara a ser asqueroso.
Trago tras trago las cosas se fueron soltando, más conversaciones triviales, burlas a sus miserables vidas, hasta que el alcohol les llegó a donde no debían.
Ambos chocaron copas tras copas, más bailes y el calor subían y subía.
En cuanto finalmente el piloto lo acorraló contra la pared y el primer beso llegó ambos pensaron en lo que iba a ocurrir a continuación y para ellos estaba bien.
¿Por que qué es loque podría pasar?
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