FOUR
Jimin podría decir fácilmente que ya había vivido lo peores meses de sus vida, y solo le quedaba soportar las secuelas.
—Eres, por mucho, el peor modelo que he visto.
El pequeño chico castaño detuvo su caminar para soltar un quejido cargado de frustración.
—Y tú el peor instructor que he tenido.
—Con esa caminata dudo mucho que hubieras tenido un instructor antes.
—Oye, tampoco esta tan mal —rezongó cruzándose de brazos.
—No diferencio si eres una persona o un maniquí de lo tieso que caminas ¿es que quiere parecerte a Barbie?
—Estúpido —bramó Tae bajando de la plataforma —A este paso no voy a pasar el casting.
—No, no lo harás, es horrible.
—A veces no se ni porque soy tu amigo —refunfuñó tirándole uno de sus zapatos con la intención de darle en la cabeza, lo cual evidentemente no pasó ya que tenía una pésima puntería
—Porqué te doy clases gratis —Argumentó tomando una botella de agua y tendiéndosela al joven practicante.
—Sí, pero tengo que soportar tus comentarios horrendos.
—Se llama críticas constructivas —corrigió aunque no se lo creía ni él pero ya no podía hablar sin sarcasmo o comentarios hirientes, incluso a veces salían en contra de su voluntad —Como sea, solo tienes que soltarte más, ni siquiera es una pasarela de verdad y estas más tieso que un pretzel.
—Dios, no tengo idea de cómo relajarme ¿Cómo lo hiciste tú la primera vez?
—Pues...—Pareció tomarse un momento para recordarlo aunque fue esfuerzo inservible ya que no logró mucho —No lo sé, solo imaginaba que no había nadie ahí.
— ¿Cómo se supone que me crea que eso cuando tengo veinte flashes dándome en la cara en cada paso?
—No sabría cómo describirlo. Ya encontraras un modo, solo tienes que subir a una pasarela.
—Pero primero tengo que pasar el casting.
—Y esa es la parte difícil —dio unas palmaditas en su espalda como si intentara dar ánimos pero no le salió muy bien —Suerte.
—Necesito más que suerte.
—Necesitas un milagro —se burló, recibiendo un botellazo que esta vez sí impactó contra su cara pero que no dolió ya que estaba vacía —Ya, mueve el culo y vuelve a practicar, haré que camines decente al menos.
Refunfuñando, Taehyung obedeció subiendo a la pasarela de práctica para continuar su caminata.
Por muchas veces que hubiera practicado hasta el final no podía evitar sentirse nervioso al recordar que habría muchas personas viéndolo, reporteros esperando el mas mínimo error para criticarlo y decepcionar a los diseñadores, ser modelo implicaban muchas cosas, por eso no podía evitarlo. Siempre terminaba tan rígido que sus huesos dolían.
—Y lo estás haciendo de nuevo, empieza otra vez —demandó Jimin mirándole con reproche, era casi media noche y Taehyung no había podido hacerlo bien ni una sola vez.
Observándole con cansancio Jimin sintió una vibración en el bolsillo de su pantalón trasero proveniente de su celular —Da otra vuelta, tengo que atender esta llamada.
Descolgó su celular bajando el sonido de la música para poder escuchar al mayor.
— ¿Hola?
—Jimin, lamento si te desperté, quería hablar de algo contigo.
—Imagino de que.
—Bueno, solo llamaba para decirte que está hecho. Acabo de recibir el contrato.
—Ah, que emocionante —Celebró agrio — ¿Leíste bien el contrato?
—De pies a cabeza, quieren que vengas a firmar a las nueve.
—Bien...
— ¿Quieres que haga-
—No, está bien, firmare sin problemas, nos vemos mañana.
Colgando el teléfono sin darle oportunidad a su abogado de responder, lo guardó en su bolsillo volviendo su atención a Taehyung que no había mejorado en lo más mínimo.
—Pospondremos los ensayos hasta mañana, tengo algo que hacer así que regresa después del mediodía.
— ¿Me echaras a la calle a esta hora?
—Vete por la sombrita —murmuró tomando sus cosas para entrar a su casa, Taehyung por su puesto ignoró las indicaciones del pelinegro y caminó detrás de él con pequeños saltos.
— ¿Me puedo quedar?
—No.
—Me quedaré de todas formas.
Sin objetar o negarse nuevamente Jimin abrió la puerta dejándolo pasar, porque si bien sabia, el pequeño moreno no iba a obedecer y se quedaría a dormir en su casa por mucho que se lo prohibiera.
Taehyung era su molesto vecino que lo había reconocido cuando se mudó a ese condominio por privacidad.
Era uno de los más exclusivos y privados, ningún reportero se asomaría ahí ni por error ya que las multas eran demasiado elevadas y algunas terminaban en la cárcel, agradecía haber sido un despilfarrador de dinero en su pasado y comprar ese apartamento por capricho o habría terminado en la calle o arrendando toda su vida, una preocupación menos de la que ocuparse.
—No subas los pies al sillón o te usaré de leña para la chimenea —Amenazó antes de desaparecer en su habitación, encontrando a su gato extendido en su cama sin que nadie le molestara.
El moreno por su parte obedeció sentándose adecuadamente en los finos sillones de cuero y encendiendo el televisor con volumen bajo para que no molestara al azabache.
Jimin decidió tomar un largo y relajante baño de burbujas mientras tanto, se había mal acostumbrado a trasnochar demasiado, por lo que bien podría pasar toda la noche en vela sin problema y lo último que en esos momentos sentía era sueño, gracias a la llamada de su abogado.
Tomando el mando de la pantalla respondió la llamada de su amigo con una pequeña sonrisa que sabía que no lo podían ver.
— ¿Jimin?
—Así es —canturreó jugando con el jabón — ¿Ya viste la hora?
—Lo lamento, pero ya sabes de quien es la culpa.
—Lo sé, descuida, estaba ayudando a Taehyung en algo de todas formas, ¿qué pasa?
—Quería hablarte de la carrera, le dije a Jungkook que esperara por la diferencia de horario pero está demasiado emocionado y no podía esperar —Jimin sonrió escuchando algunas voces del otro lado de la línea ya muy conocida para él.
—Jimin, adivina, adivina —la voz de su hermanito se escuchó a continuación a parte de una quejas que imaginó era Jin quejándose de que le arrebató el teléfono.
— ¿Perdiste? —Molestó, recibiendo un ¡Ja! De su parte.
—Quedé en cuarto, ¡cuarto! Y no choqué ni una vez.
Jimin sabía que para cualquiera que escuchara eso le dirían que no debía alegarse por quedar en cuarto lugar, pero para ser la primera carrera de su vida en la fórmula 1 era un resultado por el que el menor celebraría por siempre.
Y así terminara en último lugar Jimin celebraría como si hubiera ganado el primero.
—Felicidades, había preparado un botiquín de primeros auxilios por si acaso pero que bueno que no fue necesario usarlo.
—Ja, ja, muy gracioso.
—Es broma, estoy muy feliz por ti.
—Todo es increíble, los pilotos wow, ni siquiera puedo describirlo, y correr para un equipo como este, parece un sueño.
Y claro que Jimin comprendía el sentimiento, tal vez él no era un corredor de fórmula 1, pero así como Jungkook había cumplido finalmente su sueño, aunque fuera por tiempo limitado.
—Disfrútalo mocoso, y envíame muchas fotos.
—Claro...aunque me gustaría que estuvieras aquí.
Jimin agradeció que Jungkook no pudiera verlo o se sentiría expuesto de lo débil que esas palabras lo dejaron.
Claro que le encantaría estar junto a su hermano, abrazándolo y celebrando con él, cada victoria y consolándolo en cada derrota, como su familia, quería hacerlo no como una obligación sino como una necesidad que él quería cumplir, que quería hacerlo.
—Si, a mí también me gustaría —reconoció con melancolía —Pero sabes que no puedo.
—Lo sé, pero Jin se hirá en uno días y yo...no quiero estar solo.
El ex modelo no podía sentirse peor por no poder estar junto a su hermano quien apenas estaba cumpliendo sus sueños, el mejor que nadie sabía lo duro que era comenzar solo ya que en sus inicios lo había estado.
—Lo lamento.
—No lo hagas, te entiendo —consoló su hermano, Jimin sabía que se estaba negándose a sí mismo sus sentimientos para no preocuparlo o hacerlo sentir mal.
—Bien, te tengo que dejar, debo hacer algo mañana, hablamos luego —colgó sin dejar a su hermano refutar, porque no tenía ni la fuerza o energía emocional para seguir.
Salió de la bañera colocándose el pijama celeste pálido para arrojarse de una buena vez en su cama, olvidando completamente la existencia de su revoltoso vecino.
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