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Interludio entre dos mundos en caos
Mundo uno
«Welcome to the real world
I said: "Welcome to the real world"
Are we rushing like the wind?»
Cantaba la radio en una tarde calurosa de Primavera en la tranquila e intransitable ciudad de Helsingør, una inspiración para los poetas clásicos de la literatura inglesa como lo había sido Shakespeare en su época dorada. La lírica que despedía la melodía enérgica de Tears For Fears embargó a Eva, quien aún se hallaba observándose con recelo frente al espejo de su habitación. Estaba sorprendida que un conjunto de palabras al azar que formaban bellas oraciones poéticas tengan la capacidad de tocar lo más profundo de su ser, incluso de escurrir su alma y que, como resultado, gotas densas y amargas de su esencia se muestren desperdiciadas en los mares de su conciencia.
Mantuvo su mirada firme en el espejo, precisamente al reflejo que causaban sus ojos más azules que el zafiro por excelencia, luego se desvió hacia su cabello, al que, por primera vez después de tantos años, había modificado en niveles que consideraba dementes o que ameritaban una crisis existencial de las que son complejas de superar. ¿Realmente había permitido que hayan cambiado su aspecto de esa manera tan desproporcional a su forma de ser y su estilo actual? Con una mano acarició un mechón sedoso aleatoriamente, que en su tiempo había sido extenso y azulado, para cerciorarse que ahora la oscuridad de su amargura se había apoderado de su cordura y su nueva apariencia era resultado de una mala experiencia.
—Al parecer he hecho un excelente trabajo contigo. Te luce genial el nuevo look, Eva, así que deja de preocuparte tanto— rompió el silencio Raven, asomándose con una adorable intromisión desde el marco de la puerta. ¿Quién iba a decir que al fin iban a llevarse bien entre ellas? —¿Vienes a almorzar conmigo lejos de aquí entonces?
Eva le dedicó una mirada perdida a la adolescente vestida con ropajes que se relacionaban con la gama oscura de su maquillaje y cabello y suspiró. Peinó con sus dedos su actual cabello corto y negro azabache con la finalidad de asimilar que aquella que se reflejaba en el espejo era la verdadera Eva y no una sustituta provisoria. A la joven peliazul simplemente la había obligado a permanecer en el eterno letargo, sólo por complacer las consecuencias de sus caprichos emocionales.
—En un minuto, Raven— la menor asiente enarcando una ceja. —Espera... ¿Está Christian todavía abajo?
Raven acalló sus frenéticos deseos de responder porque la duda se había apoderado de ella por un momento. Tal reacción provocó un efecto de inquietud en Eva, quien se había volteado para que ambas queden enfrentadas y ya no manipulando sus reflejos a través del espejo. La pelinegra mayor era consciente de que la presencia de aquel desgraciado iba a generar más problemas en su vida que brillaba por su caótica característica, pero sus deseos relacionados a la ausencia total de su ex novio nunca se cumplirían debido a la gran influencia de su padre en aquella extraña relación. Christian y Christoffer se habían convertido en buenos amigos durante y después de la relación amorosa que Eva había tenido con él, incluso aquellos lazos se habían forjado con mayor fuerza cuando ambos finalizaron su noviazgo. Peor aún, su padre, Christoffer, continuaba pensando que Christian, en oposición al hombre que se presentó como Papa Emeritus III, era su mejor elección y la posibilidad de establecer un futuro sólido y feliz, sin riesgos ni sufrimiento de la cadencia que Eva actualmente padecía por Tobias. Sin embargo, una terrible verdad se le estaba siendo oculta bajo la voluntad de Eva por la mismísima razón de evitar más confrontamientos entre sus seres queridos.
¿Qué pensaría su papá si se entera que Christian no era quien aparentaba ser? ¿Que era un simple rubio trajeado que había abandonado a su pequeña hija por alguien con mejor posición social?
—Christian ha estado desde la primera hora con tu padre en el garage hablando y hablando de autos hasta el hartazgo— responde Raven rodeando los ojos. —¿Es que no se cansan de hablar siempre de lo mismo? Quiero decir, sé que tu padre es un fanático obsesivo de los autos y que Christian es ingeniero automotor, pero...
—¿Lo sabes o no, Raven?— insiste Eva. —No pienso salir de este piso hasta que Christian se haya largado.
—De acuerdo, cotorra. Yo misma me encargaré de que su sucio trasero no te moleste— le guiña el ojo. —Volveré para cuando lo haya logrado.
—Gracias, niña— Eva sonríe con autenticidad y ella asiente devolviéndole una igual para luego desaparecer de su habitación como un cohete.
Eva atraviesa su habitación con un paso largo y acelerado y verifica que la puerta esté verdaderamente cerrada. Cada vez su zona de confort se veía reducida a las cuatro paredes que componían su recamara y su cordura se estabilizaba cuando se hallaba allí sin hacer nada más que escuchar música y llorar por la acción imprudente que había tomado y lo que eso había implicado en la vida de todos.
Apoyó su espalda contra la puerta y los repentinos pensamientos sobre Tobias y su perfecta vida en Suecia la atacaron otra vez, pero con el horario cambiado, ya que la noche era el momento ideal de iluminación y reflexión en la que ella se sentía vacía, sola y sin esperanzas y permanecía insomne largas horas durante la medianoche. Con la fortaleza que sus amigos le habían alimentado antes de su huida, pudo reprimir aquellos intensos deseos de correr a los brazos de él y continuar su camino actuando como si nada hubiese pasado, creando una cortina de humo que esconda todo el desastre que habrá causado su estrategia.
La vibración de su celular la despertó de la catarsis que su mente intentaba hacer y alzó la vista por un momento para descubrir su ubicación. Luego, la voz de Christian muy lejana se entrometió en su actividad sonora, pero, de un segundo a otro, se difuminó en la parsimoniosa agitación de su celular. Abandonó su escondite del mundo exterior y se aproximó hacia su cama para chequear el motivo de tantos mensajes entrantes.
Lo desbloqueó con un pin numérico, que indicaba la fecha en la que Tobias le había pedido matrimonio, y deslizó la barra de notificaciones para hallar con la sorpresiva verdad que, el responsable de aquel alboroto virtual, había sido su prometido en un intento muy en vano de dar con su paradero actual. Eva sollozó histéricamente al leer cada uno de los textos pálidos, fríos y afligidos con los que Tobias se expresaba de manera genuina.
«Hola, mi amor. Nuevamente te escribo para saber cómo estás y dónde estás también. He hablado con Lennart antes de llegar al hotel y no tiene novedades ni noticias de ti. ¿Podrías, por favor, devolverme la llamada? Sólo para saber que estás a salvo. Por milésima vez, lamento todo lo que te he causado en el pasado, estoy muy arrepentido y quiero remediarlo ¿sabes? Por favor, mi azulada, vuelve conmigo, te extraño como nunca».
La actual pelinegra se cubrió el rostro empapado por sus lágrimas calientes y arrojó su celular lejos de su localización. De tanto sólo saber que Tobias estaba al tanto de ella, su corazón se rompía en mil pedazos una y otra vez sin piedad.
—Ojalá pudiera, Tobias— gimoteó.
Mundo dos
Verificó su celular por séptima vez en menos de tres minutos, mientras atravesaba con un paso torpe y apresurado el pasillo que extendía su camino hacia su habitación, aquella que había compartido con su prometida los primeros días del tour, y notó que no había rastro de ella en sus notificaciones. Resongó en su sendero de luces bajas cálidas intentando convencerse que estaba únicamente preocupado e irritado a la vez, cuando en realidad pasaba más noches despierto por la necesidad incurable del llanto sin cesar. Sólo deseaba que Lennart lo ayudara a encontrar a Eva para estar seguro de que ella estaba sana y salva.
Con su tarjeta magnética, ingresó a su habitación y la lúgubre y fría atmósfera lo poseyó en menos segundos de lo que cabrían todas las posibilidades. Buscó el interruptor de la luz y se dispuso a encerrarse en su cuadrado perfecto de melancolía hasta que un tercero se interpone en aquella depresiva intención.
—Cardinal, espera— exclama una voz masculina. —¿Tienes noticias de Eva?
Como si ese nombre fuese una estaca hundida en lo más profundo de su ser, entrecerró sus ojos con la finalidad de cercenar y reprimir su malestar emocional a medida que sus latidos se tornaban irregulares de manera vaga y en vano. ¿Cómo iba a poder hablar siquiera de ella sin sollozar si apenas podía escuchar su nombre?
—No, Fire. Lamentablemente seguimos incomunicados— sentencia engullendo el dolor insoportable que se iba creando en su garganta. —¿Tienes lo que te he pedido?
El Ghoul musculoso se removió en su lugar con signos claros de incomodidad y, con un gesto torpe pero intencionalmente carismático a la vez, le enseña la guitarra acústica que su líder le había ordenado al finalizar el ritual del día de la fecha. Se preguntaba si la situación por la que estaba atravesando Cardinal era capaz de un encuentro de reflexión e inspiración para crear música, pero, en su interior, sabía que no atrevía a cuestionarlo de ninguna manera. Sus deseos eran órdenes y ese era el criterio principal de Ghost.
—Claro que sí, Cardinal. Te la he afinado para que puedas usarla, si es que ese era tu objetivo— Cardinal le dedica una mirada fugaz y asiente en agradecimiento.
—Descansa, Fire. Nos veremos mañana temprano— finaliza el breve diálogo y cierra la puerta en las narices de Fire, quien observa esta secuencia con una profunda extrañeza.
Cardinal concluye su intención inicial de encerrarse en su mundo y se deja caer en los laterales de su extensa cama junto con la guitarra de uno de sus Ghouls. Procede a afinarla a su gusto y hurga en su mente una canción que describa su situación emocional a la perfección, como si quisiera materializarla para dejarla escapar de su organismo tan debilitado. De todas formas, no era tan ingenuo para creer en tal cosa incapaz de suceder, por lo que se limitó a tocar.
«When you were here before
Couldn't look you in the eye
You're just like an angel
Your skin makes me cry»
Sus dedos, presos del cuero frío y oscuro de la tela de sus guantes, se deslizaron hábilmente por el mástil de la guitarra, al igual que su mano antagonista, que estimulaba las cuerdas de la guitarra con una excelente precisión. Su voz fue la acompañante ideal para este ritmo tan melódico que Cardinal no solía explorar artísticamente; su tono fue suave, bien pronunciado y afligido en cuanto las estrofas se hacían carne en él, como si realmente pudiera sentir la aspereza de aquellas palabras.
«You float like a feather
In a beautiful world
And I wish I was special
You're so fucking special»
Cerró sus ojos y respiró hondo para la escena que se venía a continuación y que pretendía evitar a toda costa. Si se centraba en su personaje, Cardinal entonces no lloraría. Tobias tenía permitido hacer tal cosa, mientras que los líderes que habían pasado por Ghost no hubiesen accedido a tal humillación.
«But I'm a creep. I'm a weirdo» se detiene en seco y permanece subyacente en su personaje. —¿Pero qué estoy haciendo?— bufó y masajeó su sien. —Tobias, concéntrate. Llevas la máscara y el traje de Cardinal... No confundas las cosas o esto terminará muy mal.
Dedicó varios minutos interminables de silencio en su lugar hasta que la imagen fugaz de Eva con él y severos recuerdos más se cruzaron en los caminos de su mente, generando que una sensación de angustia lo consuma y termine en un knock-out letal. Se sentía miserable, solo, verdaderamente solo, porque no tenía ni siquiera a sus amigos de la infancia cerca para que lo socorran en un momento de debilidad como éste. ¿Con quién se suponía que podía confiar sus sentimientos ahora si ni siquiera sus Ghouls nuevos podían ocupar esos lugares vacíos?
Nuevamente sus dedos se ubicaron en sus respectivos lugares en la guitarra y, sumido en ese sentimiento desolador, recordó una canción que había compuesto hace un tiempo, perdido en el pasado, que describía una situación en particular y que le era imposible revivir ahora.
«Unless you're coming on your own...» entonó y se dejó llevar por la suave y taciturna melodía que sus propias manos e intelecto habían creado.
¡Es bueno estar de vuelta por acá! Les quiero comentar rápidamente que esta novela en particular se encuentra participando en los Wattys2019 y me resulta re divertido saber que estoy compitiendo con miles de fics jajaja qué decirles amo las competencias, nada eso, si se supone que hay que votar los fics en este certámen ya saben a quién votar (? igual sí, las tkm. Les dejo a la nueva versión de Eva, porque todas nos hacemos cagadas en el pelo cuando nos agarran tiempos fuertes de crisis, nosierto?
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