21
Maratón 2/3
Pasadas las 9 de la mañana, el Nissan se detuvo frente al estudio, donde aparcó en su senda reservada exclusivamente para él. El motor del auto japonés dejó de rugir y las puertas cedieron ante el impulso de la tranquilidad y la poca prisa que su dueño tenía, a pesar de que estaba unos minutos más tarde de lo habitual.
Atravesó la pasarela y el único hombre de seguridad, que ya estaba en su puesto de trabajo bebiendo una taza de café concentrado mientras observaba las cámaras de la planta baja, lo saludó con carisma mediante el uso del «señor Forge» que tanto le resultaba adulador. Su incipiente cabellera gris y las remarcadas arrugas en su rostro sólo confirmaban que la edad que aparentaba era mucho mayor que la que en realidad tenía. Aún así, su espíritu carismático y educado no se teñía ni se erosionaba con el paso del tiempo.
Se ubicó en el primer ascensor al lado de las escaleras que dirigían al primer piso y, todavía con suma calma, presionó la tecla del piso 5 que lo elevaría a su estudio junto con sus compañeros de proyecto. La melodía ambiental del ascensor tan alegre y con una pegadiza rítmica generaron que el pie derecho de Tobias se una al juego de la música y lo siguió al compás con deleite. Cuando el pitido del piso objetivo sonó, él se detuvo y ambas puertas se abrieron y enseñaron el pequeño palier iluminado parcialmente por la luz tenue de los focos que yacían inmóviles en las paredes. Seguido de una supuesta exposición de arte que adornaba los muros y que Tobias no pudo ignorar, el canon de voces, que se iba destacando a medida que la caminata de Tobias iba acortando el trayecto, le dio la pauta que todos sus colegas ya estaban presentes y que estarían aclamando por su presencia.
Sin el uso de sus llaves, la puerta cedió en su mano y con tal acción logró captar la atención de todos los presentes. Mientras algunos tomaban un café que templara sus temperaturas corporales y lograran despertarlos, en cierta forma, del letargo mental, otros simplemente conversaban animados mientras afinaban o limpiaban con delicadeza sus instrumentos. Divisó a Elinn en una cálida conversación con su nuevo Alpha Ghoul, o como lo llamaba ahora, su Fire Ghoul. Era un detalle que le llamaba poderosamente su atención, ya que la mayoría de sus colegas más conocidos no les agradaba la presencia de su secretaria y más aún por el extremo trato que llevaba con Tobias, pero que, a su vez, ignoraba sin remordimientos. No era su responsabilidad aquella niña ni nunca lo sería.
El grupo de tres hombres perteneciente a Magna Carta Cartel alzó la mano con una sonrisa de lado cuando Tobias se aproximó a ellos con la misma simpatía. Sus nuevos Ghouls se acercaron a él con la identidad al descubierto e intercambiaron unas palabras de cortesía con su jefe, a excepción de Fire, que aún estaba poseído por los encantos oscuros de Elinn. Por consiguiente, la paciencia de Tobias llegó a su fin y propuso una breve conferencia, que básicamente no era más que transmitir un mensaje de lo que se vendrá a continuación en los próximos días.
—Buenos días a todos— elevó la voz mientras se ubicaba en el centro del salón. —Ben, Elinn... Sé que tienen muchas ganas de conocerse, pero estoy hablando y me gusta que me escuchen cuando lo hago— agregó con una sucia intención. Estos dos se voltearon a él y se alejaron un poco con recelo. Sumidos en la más profunda vergüenza.
—Lo siento, Tobias— exclamó Ben en un hilo de voz al peinar su cabello hacia un costado.
Tobias sólo asintió ensimismado en una espectral seriedad y luego fulminó a Elinn con la mirada, ya que el orgullo de la niña era más grande que todo el estudio y no estará dispuesta a que, de su boca, se escape una disculpa.
—Como todos ya sabrán, Prequelle está llegando a su tan ansiada finalización— el grupo de sus colegas lo observaban con atención y una brillante pizca de admiración, que era notable a la distancia, se destacaba de todas las que habían apreciado la existencia de Tobias alguna vez. —La semana que viene comenzaremos un pequeño tour en los Estados Unidos para que todos los fans comiencen a conocer el material y al nuevo líder de Ghost. Por consiguiente, tendremos un plazo de grabación hasta mañana por la noche... A más tardar, el miércoles por la mañana.
Las miradas curiosas aún permanecían sobre Tobias y la mayoría auguraba un síntoma de aprobación y emoción porque el proyecto estaba finiquitándose tan rápidamente. Mientras que Elinn sólo estaba cruzada de brazos y pronunciaba un sinfín de cuestiones en su mente que no eran nada admirables de escuchar.
—Tobias...— interrumpe la niña con un tono iracundo.
—No terminé— se subleva él. —Hoy avanzaremos lo más que podamos con Prequelle. Las canciones que he preparado en mi despacho ya están listas para grabarse y mezclarse con las demás notas. Mientras más duro trabajemos hoy, más temprano terminaremos mañana ¿De acuerdo?— algunos asintieron, otros sólo respondieron afirmativamente con una gran sonrisa, e incluso unos pocos aplaudieron por la tan importante declaración del jefe. —¡A trabajar entonces!
Intercambió algunas sonrisas con su grupo y cada uno se separo para volver a lo que estaba haciendo. Cuando verificó que ya todos estaban organizándose, se encaminó hacia su pequeño y lúgubre despacho para buscar inspiración en su piano y, en cuestión de unos pasos, siente en el bolsillo de sus jeans que su celular estaba vibrando imparable. Lo tomó con rapidez y notó que era un mensaje de Eva, algo que lo hizo sonreír de manera automática y, por reflejo, peinó su melena negra con los dedos sutilmente. Unos tacones que intentaban alcanzarlo en concatenación con la voz aguda de su secretaria lo tomaron por sorpresa e interrumpieron tales deseos de leer el mensaje.
—¡Tobias!— susurró de una forma que podía haber elevado el tono. —¿Qué acabas de hacer allá frente a todos?
—He dado un aviso— exclama Tobias sin dar demasiada importancia. —¿Podrías dejar de hacer tanto ruido con esos tacones?— bufó cuando la rubia ya había logrado igual su caminata.
—¡Estás loco! No podemos organizar un tour con una semana de anticipación— vocifera y él sólo alza una mano para callarla.
Con su mano libre introduce la llave de su despacho y Tobias sujeta la puerta mientras incentivaba a Elinn con la mirada para que pase. Ambos quedan en un silencio abismal e incómodo y la niña sólo lo asesina con la mirada cruzada de brazos.
—Elinn, entra— pronuncia Tobias con una voz ronca que generó en Elinn un severo escalofrío en su espalda baja.
Como si el cuerpo de Elinn fuese una marioneta, ella ingresó sin chistar y con la cabeza gacha observando sus pisadas ahora torpes gracias a la personalidad intensa de Tobias. A pesar de que ella era consciente que jugaba un papel fundamental en el juicio y en la carrera de Tobias y que, además, poseía el temperamento de un animal salvaje, aún así con todas estas características, él la intimidaba... Y mucho.
—No podemos hacer un tour en menos de...— el portazo de Tobias logró tomarla por sorpresa causando que sus sentidos se activen y su paranoia se encienda. —En menos de una semana. No contamos con el tiempo para organizarlo— sus intentos de elocuencia sólo hacían reír al jefe.
—¿No podemos? ¿O no puedes?— refuta. —Recuerdo haberte 'contratado' para que seas mi secretaria, mi mano derecha. Es decir, todo lo que yo quiera lo harás realidad, aún si tienes que mover montañas para lograrlo— agregaba Tobias con el mismo tono mientras se acercaba lentamente a ella, como si acechara a su presa. —Y lamento decirte que el tour ya está confirmado. Eva se encargó antes de que tú aparezcas y ¿Adivina qué?— cuando Elinn tropezó con el escritorio y se detuvo en seco, Tobias le dobló la altura y la observó desde arriba y a pocos centímetros de su nariz, con la intención de agravar su estado. —Estás despedida.
Ésto no sólo causó que la mirada de la rubia se encienda, sino que además logró que se escape una carcajada aguda de su boca como respuesta. Él mantuvo su postura autoritaria frente a ella sin permitir que la reacción exagerada de Elinn lo perturbe.
—Oh, Tobias, no tienes idea de lo que dices...— exclama entre risas. Aparentemente, los roles estaban empezando a cambiar. —Quieres parecer fuerte y autoritario frente a los demás e inclusive frente a mí, pero por dentro...— hace una pausa ubicando sus pequeñas manos en su pecho aprovechando la poca distancia que separaba sus cuerpos. —Por dentro eres débil. No le enseñes al mundo una faceta que no existe de ti, querido.
—Estoy seguro de lo que digo— sentencia con ímpetu al quitarse frente a ella. —Ahora lárgate, ve a buscar algo para hacer a 5 kilómetros a la redonda de mí. No quiero verte ni escucharte por aquí ¿Entendido?
Elinn arregla su traje entre risas y luego esconde un mechón dorado detrás de su oreja mientras le enseñaba una mirada encendida y pícara a quien se atrevía a decirle qué hacer. Sujetó su bolso con fuerza y decisión y acortó nuevamente la distancia entre ellos con la intención de aceptar la petición de Tobias.
—De acuerdo, cariño. Me iré, pero no por mucho tiempo. Te lo aseguro— sonríe petulante. —Te recuerdo que tenemos un acuerdo vigente y, creéme, las consecuencias, después de lo que acaba de pasar, serán terribles.
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