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UNO. / ÚNETE A TU ENEMIGO
ZOE 🤞🏽
bella, tía, ven rápido al campo
te necesitamos
vas a flipar
Isabella corrió hacia el estadio de la facultad tan rápido como pudo tras leer los mensajes urgentes de una de sus mejores amigas en su teléfono.
— ¿Cómo que elimináis el equipo de fútbol? — se quejó ante el entrenador.
— Al parecer sois las únicas interesadas en jugar al fútbol. No podemos hacer más por vosotras, chicas, ya lo siento.
— Esto no es nada justo. Además, seguro que soy más buena que la mitad de los chicos. — declaró enfadada por la repentina noticia.
— Sí, anda. Los chicos siempre han sido mejores que las chicas en esto. Iros a tomar el sol y esas cosas de mujeres que hacéis y dejar de quejaros. — uno de los jugadores del equipo masculino soltó un comentario burlesco ante las chicas, ganándose risas por parte de todo el equipo, incluido el entrenador.
— Esto no va a quedarse aquí. Vámonos, chicas. No tenemos nada que hacer aquí. — la morena se dio media vuelta junto con sus amigas, indignada
por aquella situación tan injusta.
— Estoy harta. — suspiró derrotada.
— ¿Qué es lo que ocurre, Bella? — preguntó su madre apareciendo por la entrada.
— A mí y a mis amigas nos han suspendido el equipo de fútbol femenino y, encima, no quieren aceptarnos en el equipo de fútbol de los chicos, ¡es súper injusto mamá! — se quejaba mientras levantaba los brazos enfurecida.
— Ah, qué mala noticia cielo. — simulaba tristeza.
— Hija mía, tengo un regalo para ti. — comentó su madre orgullosa mientras Isabella fingía felicidad y sorpresa.
— Te va a encantar. — sacó un vestido blanco de volantes voluptuoso de su funda, con un gran brillo destellando en sus ojos.
— ¿A qué es precioso? ¡Con este vestido te presentarás en sociedad!
— Mamá, por dios. Ya te he dicho que a mí esas cosas no me van. — Isabella soltó un bufido, desesperada por querer hacerla entender que a ella no le gustaba esa clase de eventos.
Salió de la habitación cuando un Cameron escurridizo apareció de pronto por la ventana, recogiendo sus casas en una pequeña bolsa de viaje.
— ¿Qué haces con tus cosas Cameron? — preguntó Isabella a su hermano, extrañada.
— Empacando mis cosas que me voy a Londres, enana. Nos han convocado a mi banda y a mí a un certamen de música y si ganas podrás hacerte famoso. Estaré entre los mejores, Bella, ¿no es genial? — suspiró emocionado.
— Pero, ¿qué pasa con la universidad? — preguntó desconcertada.
— Diré que estoy muy enfermo y no podré asistir. Serán solo dos semanas, no creo que sea para tanto. ¿Podrías comunicárselo tú a la universidad por mí?
— Anda, vete que perderás el vuelo. Yo te cubro. — Suspiró aceptando.
— Eres la mejor, hermanita. — Cameron abrazó fuertemente a su hermana menor y salió por la ventana, desapareciendo de la habitación.
— ¿Con quién hablabas, cariño? — una madre curiosa de escuchar una voz masculina en la habitación abrió la puerta con curiosidad.
— ¡Con nadie mamá! Estaba hablando con... con papá, sí, por teléfono para las vacaciones. — Isabella tomó el teléfono de la mesilla con rapidez, simulando colgar una llamada imaginaria.
— ¿Con papá? Mmm, está bien. ¿Vas a querer tu vestido al final? — preguntó con esperanza en su rostro.
— Mamá, no es mi rollo. Ahora mismo estoy enfocada en el fútbol y no puedo distraerme con tus cosas de chicas. — comentó.
— A veces siento que te pareces más a tu hermano, sois iguales. — bufó su madre saliendo de su habitación.
A Isabella le pareció encenderse una bombilla en su cabeza cuando las palabras de su madre quedaron resonando en su mente.
— ¡Eso es! — gritó eufórica sobre la cama.
Sacó el teléfono del bolsillo trasero de su pantalón vaquero, marcando el número de su mejor amigo.
— Gabriel, voy a necesitar tu ayuda. Necesito que me conviertas en mi hermano. — mencionó rápidamente.
— ¿Cómo que quieres hacerte pasar por tu hermano y reemplazarle en la universidad?
— Es por el bien común, Gabs. Necesito demostrarles a todos que las chicas sabemos hacer más cosas que ir de compras y maquillarnos, debemos ganar el torneo regional si queremos que nos vuelvan a incluir en el equipo.
— Me parece una idea genial, ¿tú qué opinas Stacey? — al otro lado de la llamada se encontraba otra de sus mejores amigas quien estaba de acuerdo con la alocada idea de su amiga.
— Me parece genial, ¡Hagámoslo! — gritaba Zoe, quien también se encontraba en la llamada.
Emocionada y algo asustada por su repentina decisión, Isabella recogió sus cosas y salió pitando de su habitación en dirección a la peluquería de Gabriel.
Si quería que la aceptasen como una igual, debía hacer lo posible por camuflarse entre los otros.
— Si no puedes vencer a tu enemigo, únete a él.
primer capítulo de dress !!
lamento la tardanza pero los exámenes finales y trabajos de la universidad me tienen consumida al completo. aún así, he podido sacar tiempo para poder actualizar lo antes posible, espero que lo disfrutéis, besazos <3
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