parte uno (final)

─¿Que observas?

Lalisa volteó la cabeza en el momento justo en que Jungkook preguntó eso.

─¿Por qué?─inquirio con curiosidad

─No has despegado la vista de la ventana desde que subimos al avión ─susurró─¿en que piensas?

Lalisa se quedo en silencio pensando en como era que la conocia tan bien. Sin embargo se rio y termino nengando con la cabeza.

─En nada importante. ─aclaró─solo observaba la vista. Aun no me creo eso de que volveremos a mis raíces. ¿sabes?

─Es tu cumpleaños. Sonrie más, tonta.─Jungkook se acerco para darle un beso pero termino alejándose.

Lisa hizo un puchero fingido.

─¡Que malo eres!

Sin embargo nada de eso pasaba por la cabeza de ella. Lo amaba. Lo amaba jodidamente tanto que no se permitía pensar ni de cerca la sola posibilidad de que se alejara o formara una familia con alguien mas.

Lisa queria que el fuera de ella y que ella fuera de el. Queria darlo todo de si en su relación y no cansarse jamas de decirle cuanto lo amaba...

¿Era posible estar así de enamorada?

Jungkook entrelazo su mano con las de Lalisa en un momento y con el pulgar comenzo a acariciar su piel. Lalisa ya no dudaba; Jungkook era el hombre de su vida.

─Te amo, Jungkook.─soltó antes de siquiera poder procesarlo.

─Yo también, Lalisa.

Lisa le dio un casto beso en los labios para luego acurrucarse entre sus brazos y dormir.

[...]

Cuando aterrizaron, la Lalisa tranquila y pensativa desaparecio por completo dejando a una llena de euforia y ansiedad. Lalisa prácticamente salio corriendo del aeropuerto mientras todos le gritaban que se calmara.

─¡Apurense! ¡Muevan esos traseros!─chillaba

Una vez que subieron a los taxis ni alli la rubia fue capaz de controlarse. Brincaba y tarareaba canciones de vez en cuando con un Jungkook a su lado enternecido por las imagenes.

Una vez que el viaje concluyó y llegaron a destino Lalisa salió disparada. La madre le recordó que debia sacar su maleta de la parte trasera del auto y ella gustosa y apurada al mismo tiempo, lo hizo.

La casa de Lalisa estaba en medio de un bosque, alejado de las personas y de la ciudad, pero muy cerca al mar. Ese mismo que alguna vez le habia contado a Jungkook.

No era lujosa ni ostentosa, era una cabaña humilde que tenia mucha flora su alrededor. El olor a pasto y tierra mojada se podía sentir y sobre todo los ruidos de los pajaros cantando.

Lalisa no podía esperar a ver su hogar. Sus juguetes, las cosas de su infancia...

Habia pasado tanto tiempo desde que no estaba allí que la nostalgia le pegaba de lleno como un puñetazo.

Una vez que abrio la puerta y entro de golpe, dejo la maleta a un lado y fue directo a su habitación.

Una vez que subio e ingresó rapidamente, no dudo dos segundos en acostarse en su cama y abrazar la almohada.

─Extrañaba esto...─susurró para si misma.

Todo estaba tal cual como cuando se habia ido; los peluches, los posters, los maquillajes en su pequeño escritorio, revistas, juegos de mesa y entre otros.

Hogar, dulce hogar.

Las horas comenzaron a pasar y todos fueron instalandose. Afortunadamente la casa de Lisa no era gran cosa pero tenia espacio suficiente para todos.

Jungkook y ella decidieron quedarse porque Lalisa le habia prometido mostrarle el mar que tanto la reconfortaba de pequeña. Los demas se fueron a un bar de Tailandia muy conocido que estaba a varias horas de ahí, por lo que llegarían recien a la madrugada y muy tarde.

─¿Me llevarás?─gritó un Jungkook desde el living harto de esperarla, mientras Lalisa buscaba algo.

─¡Que ya voy!─se quejó

Jungkook bufó desde su lugar mientras revisaba las fotos familiares. Eran casi todas de Lalisa o Lalisa y su madre. Jungkook hizo una mueca, puesto que se notaba mucho que su padre nunca estaba presente.

Pero terminó por suspirar mientras dejaba los marcos a un lado y se sentaba en el sofá.

─Ya está.

Jungkook pego un brinco del susto por lo rapido que habia bajado Lalisa. Sin embargo decidio ignorarlo.

─Vamos entonces.

Jungkook tomo su mano empujandola,y asi, entre risas y sonrisas, ambos fueron en dirección a ese mar.

Cuando ya estaban ingresando a este, Lalisa se situo frente a el impidiendole el paso.

─Desde aquí cierras los ojos─declaró la rubia

Jungkook fruncio el ceño en dirección a ella, pero rendido, termino por cerrar los ojos. No tenia caso resistirse a ella

─¿No ves nada verdad?─Lalisa paso la mano por su cara sin que se diera cuenta

Jungkook sonrio.

─¡Que no!

Lisa conforme con la respuesta tomo sus manos y comenzo a guiarlo poco a poco hacia el borde de ese hermoso mar.

Afortunadamente ya estaba bajando el sol, provocando que el cielo se tornara de un hermoso anaranjado. El corazón de Lalisa bombeaba con fuerza, estaba muy decidida a hacerlo.

Lo sentó en la arena. Jungkook gracias a la brisa supo que ya estaban ahi y mordio su labio con ansiedad.

─¿Ya?

─Ya.

Uno...

Dos...

Al tercer segundo, Jungkook hizo caso a la petición de Lalisa. Su primera acción al abrir los ojos fue parpadear repetidamente intentando acostumbrarse a la iluminacion de el atardecer.

Y por un segundo, se quedo sin respiración. El corazón dejo de funcionarle correctamente y sus ojos se agrandaron.

─¿Te gusta?─inquirio ella.

Jungkook estaba enmudecido. No tenia palabras para explicar lo hermoso que le parecia todo eso. Miro a Lalisa negando con la cabeza.

─Y-yo no se que decir─y era cierto─es bellísimo.

Lalisa le sonrió mientras lo abrazaba.

─No es la gran cosa, pero todos los dias sin falta venia a este lugar y pensaba en ti ¿sabes?

Lalisa apoyo la cabeza en el hombro del chico. Jungkook repitio la acción y ambos se quedaron asi por unos largos minutos.

Lalisa sin embargo, saco de su bolsillo aquello que habia buscado minutos atrás en su casa y los coloco en sus manos sin dudar dos segundos.

Dos dijes.

Si juntabas los mismos, ambos formaban un corazón entero.

Para ese punto, Jungkook estaba terriblemente confundido y sorprendido en partes iguales.

─¿D-de donde sacaste eso?

Lalisa se encogio de hombros como si nada sucediera.

─¿Recuerdas a Won y Hyun? Los ancianos de la cabaña, del campamento─aclaró─pues eran de ellos. Won me lo dio el dia en que nos despedimos. No sabia cuando dartelo pero...

Y Jungkook sin dudar dos segundos le dio un gran beso en los labios.

─Hablas mucho─bromeó─¿con cual me quedo?

Lalisa sin pensarlo dos veces escogio uno y se lo colocó por el cuello a el azabache. Luego Jungkook hizo lo mismo con ella.

─Ah cierto─recordó Lisa─nunca lo hicimos oficial, ¿quieres ser mi novio?

Jungkook al oirla abrio los ojos como platos, al mismo tiempo que amenazaba con dejar salir una sonrisa boba.

Realmente le parecia que el debia decir eso y no ella, ya que si bien se amaban como si fueran pareja oficialmente no tenian la etiqueta.

Pero ¿porque se sorprendia? Se traba de Lisa. Su Lisa. Era extraordinaria y extraña en partes iguales y amaba con cada celula de su cuerpo ello.

─Lo voy a pensar.─respondió con fingido misterio. Lalisa sin dudar dos segundos le pego un puñetazo en el hombro. Fuerte.─¡Oye! ¡solo bromeaba!

─Ah.─dijo─mas te vale, tonto. No hice todo esto para esa respuesta de porquer...

─Y nos casaremos.─la mención repentina de eso hizo que a Lalisa el corazón le saltara en un latido desbocado─nos casaremos frente al mar. ¿que te parece eso?

Lisa quiso reir creyendo que era un chiste. Sin embargo, dejo de lado el pensamiento viendo la expresion seria de Jungkook.

─¿Hablas en serio?

─¿Como no hablaria en serio?─chilló con indignación─¡Porsupuesto que hablo en serio!

─Y-yo...

Pero pudo decir nada mas cuando Jungkook sin dudar la alzo como un saco de papas y la lanzo al mar.

─¡Muy tarde!─se burló

Lalisa no tardo mucho en nadar hasta la superficie. Cuando salio por completo miro a Jungkook con expresion fulminante.

─¡Jeon Jungkook!

Jungkook salio corriendo de ahi, huyendo de una enfadada Lisa cuyas mejillas hervian de la furia.

─¡Idiota!

─¡También te amo!

─¡JURO POR EL AMOR DE DIOS QUE TE QUEDARÁS SIN DESCENDENCIA!

─¡Con mis futuros hijos no, Lalice!─cubrió sus miembros─ten piedad de tus hijos también.

Lalisa se ruborizó.

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