Capítulo O26
Despertar|일어나
Los días pasaban y Lalisa se sentía cada vez más miserable. No dejaba de llorar y de llorar desconsolada en la casa de Rosé,pues no quería ver a su tía de nuevo en su casa. Y ese era uno de los muchos problemas que se podían agregar a la lista de "porque no vivir bajo el mismo techo que el chico que amas".
Todo era muy difícil para la rubia. Ahora no sólo lloraba por el, si no tambien por ella, por lo que fue de pequeña y por lo que nunca pudo. Todo se acumuló en su pecho y por fin lo había transformado en lagrimas. Lágrimas pesadas y calientes que acariciaban sus mejillas y terminaban en su menton. Sus ojos estaban hinchados de tanto que lloraba y realmente sus amigas-tanto Rosé,como Jennie y Jisoo- no sabían que hacer para que parara. Jamás la habían visto tan destrozada como en ese entonces.
-¿Intentaste llamarlo?-habia dicho por enésima vez la morena, viendo que su amiga de nuevo perdía la mirada hundiéndose en sus crueles pensamientos
-Tiene el teléfono apagado- le respondió Jisoo en lugar de Lisa, viendo que esta sólo se habia limitado a asentir con la cabeza en respuesta. Se sentía demasiado mal.
-¿Fuiste a su casa?-insistió Jennie otra vez, Jisoo volvió a responderle
-No puede ir a esa casa en estas condiciones JenJen.-Jisoo le dedicó una mirada llena de advertencia a Jennie. ¿Qué clase de pregunta era esa? Esta ultima terminó por alzar las manos en señal de paz.
Jennie sólo quería ayudar.
-Esta bien.-dijo al fin, dejando las preguntas insistentes.
Rosé suspiro luego de ella notando que nada había cambiado en las horas que llevaban ahi. Ella seguía mal, muy mal.
-Yo...ya no se que puedes hacer Liz.-dijo finalmente acariciando su cabello. Lisa se encontraba acurrucada en su cama en forma de bicho bolita y de espaldas a sus amigas. Su nariz estaba roja y la cabeza le dolía horrores de tanto que absorbía sus mocos.
Ella no sabía que hacer. La única solución que encontraba a sus problemas era llorar. Sus llamadas de teléfono Jungkook parecia no querer contestarlas, en su casa dudaba que estuviera y si era así no podía permitir que la viera en esas condiciones. Lisa quería gritarle que nada de lo que pensaba el era cierto. Absolutamente nada. Pero era una tonta por no reaccionar en el momento adecuado, era una estúpida por dejarlo ir y ella lo sabía más que nadie.
Lo que más la destrozaba, era que nisiquiera lo tenía como su mejor amigo. Ya que aquella noche Jungkook se había encargado de decírselo de la forma más cruel posible. Había cortado todo vínculo con ella.
La ausencia de Jungkook en su vida realmente le dolia, le quemaba en el pecho como el peor de los infiernos. El era como su hermano, sabía absolutamente todo de ella, había estado con ella prácticamente desde que tenía uso de razon y no sólo eso: si no que también estaba perdidamente enamorada de el. Y ahora nisiquiera quería mirarla. Estaba en una situación que, si Jungkook la veía desde la distancia,se daría media vuelta y desapareceria sin dudarlo ni dos segundos.
Y odiaba eso con toda su jodida alma. Se odiaba.
-Si quieres podemos ver una película...-sugirió Jennie tratando de animarla.
Y Lisa sin poder evitarlo explotó.
-¡Pues ve tú a verla con NamJoon!- Jennie se sorprendió de sus palabras apenas lo dijo. Lisa continuó-¡A ver si el de una jodida vez te presta atención y deja de verte como su distracción!
Todas en el lugar se quedaron atonitas al oirla. Jennie al procesar sus palabras sintio como su corazón se apretaba y se transformaba en algo más doloroso.
Lisa sabía que estaba comportándose aún más estúpida de lo que ya era. Sabía que el rostro dolido que Jennie le había dedicado era nada más y nada menos que su culpa ¿Pero francamente? En ese momento estaba tan cegada de ira, tan cegada de dolor que le valió medio kilo de mierda.
El silencio tenso que le siguió luego de eso Lisa no lo olvidaría nunca. Jennie, con lágrimas en los ojos y un claro temblor en su voz, habló:
-El hecho de que lo hayas arruinado con Jungkook no significa que también tengas que echarme en cara que NamJoon no me ama-musitó evitando a toda costa derramar lágrimas, pero haciéndolo de todas formas.- espero que no te arrepientas de lo que dices Lalisa. De verdad lo espero.
Dicho esto se incorporó rapidamente y limpiando sus lagrimas salió casi corriendo de la estancia. Jisoo miro a Lisa como si no la conociera, para luego salir detrás de su amiga.
Lisa al verla irse, sólo en ese instante pudo sentir el peso de la situación sobre sus hombros. Comenzó a hiperventilar odiandose mas. ¿Porque le había dicho eso?
Rosé se habia quedado frente a ella mirándola en silencio. Su mirada que antes era cálida y comprensiva había desaparecido, dejando una de completa seriedad y frialdad.
-Lo siento Rosé ...-murmuró la rubia mirando hacia otro lado realmente apenada- siento todo lo que...
-¿Estas disculpandote conmigo?-la interrumpió de repente,ganándose una mirada de confusión de la rubia-¿Realmente te estás disculpado conmigo, Lisa? A quien realmente le debes una disculpa es a Jennie. No te confundas.
Lisa la miro desde su punto sin parpadear. Le costaba asimilar lo que su amiga le decia. Le costaba asimilar todo lo que pasaba a su alrededor, de hecho.
-Y-yo...-titubeó sin saber que decir
-¿Acaso te oyes?-volvió a insistir Rosé levantándose de allí de un tirón- No puedes hacer sentir mal a los demás solo para que a ti se te alivie la carga. Así no funciona esto ¿sabes? -le dijo encarandola. Diciéndole las cosas tal y como eran en la cara.
-¿¡Y que se supone que haga!?-chilló Lisa indignada hacia su amiga-¿Qué pretenden que haga en una situación asi?
-¡Ve a buscarlo, Lalisa!-le gritó elevando considerablemente su tono, haciéndola respingar en su lugar-¡Ve a buscarlo y dile todo lo que tienes guardado de una jodida vez por todas!
-¡N-No se donde está! ¿Acaso...?
-¿Y te piensas rendir así de facil?-chilló Rosé interrumpiendola, a tal punto de su frustración que el rostro se tornaba rojo de la furia, y sus ojos comenzaban a picar.
-¿¡Quien mierda te crees que eres para juzgarme,Rosé!?-volvió a gritarle- ¿Que acaso no te has visto al espejo, maldita estupi...?
Y Lisa no pudo decir nada mas.
No pudo ni terminar aquella oracion por el simple hecho de que Rosé había levantado su mano y dado una bofetada a su amiga.
El rostro de Lalisa estaba dado vuelta. El tiempo se detuvo y un silencio tirante comenzó a inundarlas luego de eso.
Lisa estaba en completo shock. Su mejilla picaba, pero poco le importaba en ese momento.
-Te he apoyado desde que tengo uso de razón-le recordó luego de unos segundos con temblor en su voz, producto de todas las emociones que estaba teniendo en ese mismo momento- Te he dado un lugar en mi casa, te he dado mi amistad incondicional más veces de la que me gustaría admitir y tu...¿tu te atreves a insultarme?
Lisa ya para entonces tenía ganas de desaparecer. Era una idiota, mil veces idiota, mil veces estupida...
- Yo te diré las cosas como son, así te duelan, porque soy tu mejor amiga -le dijo. Se agachó hasta quedar a su altura. Las lágrimas salían imparables de sus ojos- debes dejar de huir de todo y de todos.
El corazón de Lalisa dio un vuelco aterrorizado al oirla. Sin embargo Rosé continuó hablando.
-Huiste de Tailandia, huiste de tus padres y trataste de olvidar tu cruel infancia. Deja de ser cobarde Lalisa. Es hora de madurar, es hora de dejar de huir. Admite de una vez que necesitas a Jungkook en tu vida y asume la responsabilidad que tienes sobre tus hombros. Deja de tener miedo de amarlo como lo haces, porque lo único que haces es lastimar a todos a tu alrededor.
Lisa ya para entonces sentía espasmos en todo su cuerpo. Dios, dolía tanto...
-Ya no eres esa niña de vestidos floreados que correteaba por la escuela con una sonrisa.-terminó por decir. Ahora se encontraba calmada, sin embargo la opresión en su pecho seguía alli- ya no lo eres Lalice. Y si sigues queriendo ser esa niña, terminarás por perder a todos los que amas. Eso te lo puedo asegurar.
Dicho esto, Rosé se incorporó y salió de la estancia. Lisa se quedó sola, pensando y dejando que todo se instalará en su sistema como la peor de las agonias.
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