Capítulo 15: Rumores en blogs

Carraspeó un par de veces sintiendo la incomodidad en su garganta. El cáncer de glotis afectaba a sus cuerdas vocales, pero era algo que, pese a saberlo, prefería mantenerlo en secreto y fingir que era un simple catarro. Al girarse a la derecha, se encontró la mirada de Bakugo. Tenía el ceño fruncido casi reprendiéndole por no cuidarse demasiado bien antes de los ensayos. Cambió la mirada a la izquierda y fue aún peor. Izuku le miraba con tristeza y melancolía sabiendo ahora la realidad de su situación.

Shoto tomó el vaso de agua frente a él y dio un par de sorbos para quitarse esa sensación incómoda de su garganta y entonces, agarró el micrófono con su mano izquierda dejando el vaso encima de la mesilla con la derecha.

El bajo colgaba de su hombro y una vez puso el micrófono a la altura perfecta de sus labios, tomó el bajo y rasgó las cuerdas con suavidad para asegurarse de que estaba bien afinado.

Bakugo resopló como si toda aquella preparación fuera innecesaria aunque, en realidad, sabía que era completamente necesaria. En cuanto Kirishima dio la señal golpeando los palos de madera y dio inicio con la batería, Bakugo se unió al instante con su guitarra eléctrica junto al teclado de Izuku. Iida y Shoto esperaron su momento justo y entraron también con los instrumentos antes de que Shoto comenzase a cantar.

El sonido de su voz era simplemente impresionante. Para Bakugo, aquel sonido era como escuchar a los mismos ángeles cantar, habría podido escucharle toda la vida sin descanso y no se cansaría de él. Entendía por qué los representantes deseaban tanto a Shoto como vocalista en el grupo. Su voz era única, tenía un talento natural para ello y, sin duda alguna, su exótico físico y apariencia le hacían ser perfecto para atraer a los fans.

¡Le atraía! No podía negárselo a sí mismo, pero era así. Le atraía demasiado y era algo extraño en él que jamás había sentido esa clase de sentimientos hacia nadie. Bakugo le observaba completamente anonadado con su canción y entonces... su voz cesó de golpe y la tos le consumió por completo. Se ahogaba él mismo y echando la cabeza hacia abajo, Shoto sólo tosía mientras trataba de recuperar un poco el aire. Izuku fue el primero en dejar de tocar y, paulatinamente, todos cesaron.

Bakugo le miró con extrañeza y sorpresa. Sabía que Shoto estaba algo resfriado, que tenía problemas de garganta, pero no imaginaba que hasta tal punto como para no poder terminar un ensayo.

— Podríamos dejarlo para mañana – susurró finalmente Izuku en un intento por salvar a su amigo de aquella situación, sin embargo, la mirada afilada que recibió de Shoto le hizo callarse.

— Estoy bien. Puedo seguir.

— Vale – susurró finalmente Izuku.

— Pues yo no – se quejó Bakugo captando la atención de todos. Nadie allí se atrevía a rebatirle nada a Shoto, excepto Katsuki. Todos se tensaron al escuchar que le retaba. Parecía que iniciarían alguna riña en breve – yo no voy a estar desgastándome si tú no estás para dar el cien por cien y está claro por tu tos, que no lo estás. Así que es mejor dejarlo por hoy, que te tomes algo para la garganta y volvamos a intentarlo en unas horas o mañana si es que te has recuperado.

Shoto resopló antes de quitarse la banda del bajo del hombro, dejar el instrumento apoyado a un lado y marcharse sin decir palabra alguna. No quería discutir y menos con Bakugo, así que simplemente, prefería alejarse de allí. Todos supieron al ver a Shoto marcharse, que algo no iba bien del todo.

— Iré a hablar con él – susurró Izuku finalmente ante el asombro de todos.

En cuanto Izuku salió de la sala, todas las miradas se posaron sobre Bakugo y esa bocaza que solía tener.

— ¿Qué? – preguntó al ver que todos le miraban – ni que hubiera dicho algo malo. Todos pensábamos lo mismo, ¿no? Tenía que dejar de cantar y descansar la garganta. ¿Acaso teníais otra idea para que dejase de cantar?

Molesto y con el ceño fruncido, se quitó también la banda de la guitarra del pecho y la dejó junto a la de Shoto antes de salir del cuarto.

***

¡Enfadado! Así se encontraba definitivamente Shoto. Estaba enfadado pero no con los demás, sino consigo mismo. Su garganta empeoraba y el cáncer cada vez se extendía más y se volvía agresivo. ¿Hasta cuándo podría aguantar cantando? Con cada tono que sacaba, sentía como si rasgasen cada una de sus cuerdas vocales. Dolía. Carraspeó un par de veces más mientras entraba en su cuarto y cerraba la puerta tras él antes de sentarse sobre el colchón de su cama.

Nunca antes había pensado en el futuro de esta manera en el que lo hacía ahora. Su cáncer siempre sería una lucha continua. Algunos médicos eran optimistas, una simple operación, quitarle las cuerdas vocales y tras limpiar la zona, esperar a que no se desarrollase de nuevo o... quizá... simplemente moriría si se expandía y no podían eliminarlo.

En cualquiera de los casos... su carrera había tocado fin y ésas eran sus últimas semanas, los últimos días para preparar a Bakugo para sustituirle como vocalista. Todavía no sabía cómo conseguiría meterlo en su puesto sin que él descubriera toda la verdad, pero algo se le tenía que ocurrir.

El suave toque de unos nudillos sobre su puerta hizo que Shoto supiera al instante de quién podía tratarse: Izuku. Él siempre tocaba a las puertas de esa manera tan dulce y calmada.

— Está abierto – dijo Shoto – puedes entrar, Izuku.

— ¿Cómo sabes siempre que soy yo? – sonrió Izuku en cuanto abrió ligeramente la puerta como para poder meter la cabeza por el pequeño espacio y mirar a su compañero con una inocente sonrisa.

— Sólo tú tocas de esa forma.

— ¿Estás bien? Parecías enfadado y quizá... Bakugo se pasó en el tono pero...

— No es por él – susurró Shoto dejando que Izuku entrase en el cuarto y cerrase la puerta tras él –. Él siempre es directo y honesto, es cierto que quizá el tono en el que dice las cosas no es el mejor de todos, que puede parecer brusco, pero sé que lo decía con buena intención. No quería perder el tiempo y yo os retrasaba.

— No es del todo así. Tus palabras suenan como si fuera algo malo y...

— Todo lo contrario. Me hace ver que creía que tendría más tiempo para preparar a Bakugo para lo que vendría, pero no lo tengo. Tiene que empezar a cantar él y... acoplarse a vosotros.

— Debes decírselo.

— No – susurró Shoto con una ligera sonrisa – no quiero decirle algo así.

— Tiene que saberlo, igual que los demás.

— Prefiero que lo sepan después de mi marcha. Estos últimos días debo preparar muchas cosas y no podré hacerlo si están descentrados y preocupándose por mi estado.

— Ya están preocupados por tu estado.

— No al nivel al que llegarían sabiendo la verdad. Sólo creen que es un catarro.

Izuku tomó la silla del escritorio y se sentó en ella al revés, colocando sus brazos sobre el respaldo mientras miraba a su amigo.

— ¿Has pensado qué harás cuando dejes la banda?

— Nunca había pensado demasiado en mi futuro. Sabía que era el conservatorio de música, la banda, que pasaría años con vosotros aquí... ahora no sé, en parte, sin siquiera saber si podrán eliminar el cáncer de mi organismo cuando me quiten las cuerdas vocales... me es raro pensar en algo. Quizá debería pensar en el futuro si es que consigo sobrevivir – sonrió Shoto con cierta tristeza.

— No me hago a la idea de que vayan a quitarte las cuerdas vocales. No volver a escuchar tu voz es algo que mi mente no puede asimilar ahora mismo – confesó Izuku – pero prefiero mil veces no escuchar tu voz pero puedan eliminar todas las células cancerígenas de tu cuerpo.

***

¡Le resultaba tan extraño el tiempo que pasaban juntos! Izuku y Shoto siempre andaban uno junto al otro y por ese motivo y cercanía, Bakugo había empezado a buscar información de la banda en Internet. Había muchos rumores, casi todos apuntando a que debían mantener algún tipo de romance clandestino o algo así, aunque no es que se fiase demasiado de los blogs.

— ¿Sigues despierto? – preguntó Kirishima tras él.

Bakugo se giró. Ni siquiera le había escuchado tocar a su puerta... de hecho, casi diría que no lo hizo. Kirishima asomaba la cabeza por la ranura casi como pidiendo permiso para entrar.

— No te cortes... entra y ponte cómodo – dijo Bakugo con ironía, aunque Kirishima se lo tomó al pie de la letra lanzándose sobre su cama tras cerrar la puerta tras él. Luego, se fijó en el blog que Bakugo estaba consultando sobre la banda.

— ¿Nos investigas?

— A Shoto y a Izuku más bien – se quejó.

— ¿Por qué?

— Es que... me resulta muy extraña su cercanía.

— Ya te dije que son amigos desde el conservatorio. Para Shoto fue complicado, es su primer amigo. Él no se relacionaba demasiado y de hecho, si no hubiera sido por Izuku, seguramente nadie habría montado la banda con él. Shoto no sabía cómo socializar. Sigue sin saber hacerlo a veces. Izuku es su pilar en esos temas.

— Sé que son amigos desde el conservatorio y todo eso pero... a veces me da la sensación de que hay algo más detrás.

— ¿Algo como qué? ¿Romántico? ¡Ni de coña! – sonrió Kirishima –. No empieces a tragarte todos esos rumores de los blogs o te volverás loco. Hasta a mí me han llegado a buscar pareja, en serio, olvídate. Ya sabes cómo son los fans, "que si están el uno al lado del otro en una foto", "que si parece que le ha mirado"... son tonterías, en serio. Entre ellos no creo que haya nada que no sea amistad. Llevan muchos años siendo amigos y, desde luego, Izuku sabe cosas de Shoto que nosotros desconocemos, a nivel personal, de eso estoy seguro pero... no hay nada más.

— ¿Y por qué sigo teniendo la sensación de que Shoto esconde algo?

— No lo sé – susurró Kirishima – quizá porque habla poco y da esa sensación de enigmático, pero en realidad, casi es como un libro abierto. No sabe mentir, es bastante sincero cuando habla, demasiado directo a veces diría yo y... no sé, sólo no habla de su vida personal. Eso lo hace así de enigmático, supongo.

— ¿No sabes nada de su familia?

— Que su padre es un importante agente inmobiliario. Tiene una agencia muy famosa por aquí y gana bastante dinero. Poco más.

— ¿Tiene hermanos o algo?

— No lo sé. No estoy seguro. Ya te digo que no suele hablar del tema. Aunque... creo que tiene una hermana al menos. Un día le trajeron una cajita de bento y creo que dijo algo de que su hermana se lo había preparado. ¿Por qué tanta curiosidad por él ahora de repente?

— No lo sé. Quizá sólo intento entenderle y encajar en el grupo. Quiero encajar pero no es fácil. Sé que tengo mal humor y quizá... le ha sentado mal lo que le he dicho.

— Izuku lo arreglará si algo va mal. Él siempre acaba apaciguando a Shoto. No tienes que preocuparte demasiado.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top