02 - Cualquier cosa

Allen se encontraba luchando junto al protagonista de la siguiente pesadilla, un chico pelirrojo en cuyo sueño era atacado por una horda de zombies y una serpiente de fuego que brotaban de un gigantesco libro mágico.


Parecía que aquel joven de ojo esmeralda caía cada vez más en la desesperación. Un escritor que vio como de la tinta derramada salían toda clase de abominaciones creadas por sus manos al escribir en el mundo real. Su obra maestra se había vuelto en su contra; los zombies eran la representación de los ejecutivos de la editorial gritando insultos y burlándose de su último libro publicado.


El albino peleaba contra la serpiente, pero por más que cortara al animal, este se regeneraba al instante y producía fuertes daños a su alrededor, incluso generando una segunda cabeza envuelta en llamas, duplicando sus ataques.


Allen tenía heridas en su brazo y abdomen, su capa estaba rasgada y su labio estaba partido. En vez de sangre carmesí, el líquido era tan plateado como ver mercurio brotando de sus venas.


La tarea de acabar con esa pesadilla debió ser fácil, pero había algo esa noche que lo estaba afectando y que lo había hecho vulnerable.


Un eclipse lunar en el mundo real.


Al estar cubierta por la sombra de la tierra, la luna se llena de oscuridad. Por ende, el poder de Road se hace más fuerte y el de Allen se debilita por la falta de luz. Él era consciente de eso, pero su deber superaba a su temor y lo hizo pelear con determinación.


Gritaba sintiendo el dolor de cada hueso en su cuerpo romperse al recibir el impacto de la serpiente, acorralándolo entre el suelo y las llamas infernales. Su capa estaba severamente dañada y podía hacer muy poco contra el ataque que comenzaba a quemar su piel.


No muy lejos aquel joven pelirrojo, llamado Lavi, peleaba contra una copia de él mismo que buscaba apuñalar su corazón con una daga. La sonrisa macabra de su reflejo estaba tan concentrada en hacerle daño que fue sólo hasta que el grito de Allen se escuchó a lo lejos, que su cuerpo quedó estático.


La imitación de aquel humano era en realidad Road, que no se había percatado del verdadero peligro que corría Allen. Regresó a su forma real y fue entonces que en su mirada se llenó de angustia.


Allen estaba cediendo ante las llamas cuando la serpiente fue brutalmente atacada por una lluvia de velas. Con lágrimas en los ojos, Road llevó ambas manos en dirección al monstruo y lo destruyó con el masivo poder que poseía en el momento. Con un movimiento de su sombrilla deshizo la ilusión, dejando a Lavi inconsciente, pero libre de la pesadilla.


En el mundo real, la oji ámbar se abalanzó sobre el cuerpo herido del albino. Hacía muchas décadas que no sentía miedo y el temor de perder a Allen frente a sus ojos. Incrementó el tamaño de su sombrilla para colocar su cuerpo malherido y salir del apartamento del humano, elevándose hasta las nubes.


El eclipse estaba por terminar, pero Road temió que la luz de la luna llegara demasiado tarde para salvarlo.


-Allen... ¡Allen, despierta! -comenzó a llorar, tan desconsolada como una niña pequeña. De sus lágrimas caían diminutos diamantes que se perdían con el viento.


¿Por qué fue tan imprudente? Pensaba, llena de preocupación y sintiendo como la luna le arrancaba la mitad de su alma con cada respiro débil del joven entre sus brazos. Lo abrazó con fuerza, sus labios temblaban y sus ojos estaban escondidos entre el flequillo de su cabello para no ver la falta de brillo en los de Allen.


La sombra finalmente se esfumó, dejando ver una espléndida luna llena. En contraste, sobre las nubes se escuchaba el sollozo de Road. Lo había perdido, esta vez para siempre.


O así iba a ser... hasta que sintió que una mano limpiaba el rastro de lágrimas en su rostro. Levantó la mirada y sus ojos se abrieron al ver a Allen consciente y con una tenue sonrisa.


-Estoy... bie-


-¡ERES UN MALDITO IDIOTA! -le gritó, haciéndolo respingar. La morena de ojos ámbar comenzó a golpear su pecho. Allen tuvo que sujetar ambas manos, acercándose al rostro que ladeaba su mirada y resoplaba como una rabieta.


-Eres un tonto... imprudente... idiota... -Road balbuceaba, sorbiendo sus mocos y sintiendo que su corazón nuevamente subió a su pecho al escuchar la respiración de Allen.


No la dejó continuar, ya que el junto sus labios, tomándola por sorpresa. Soltó sus manos y dejo que bajaran hasta reposar en sus hombros. La sujetaba de la cintura, en medio de un beso corto pero cargado de sentimientos.


-Gracias por salvarme -le dijo, pegando su frente a la contraria. Road cerró los ojos y lanzó un pesado suspiro.


-Creí que te había perdido para siempre. No te metas en un sueño mientras hay un eclipse -regañó, sintiendo de nuevo el nudo en la garganta y las lágrimas llegando a sus ojos.


-Sabes que no puedo hacerlo, es mi deber proteger a los humanos -no pudo hacer más que abrazarla y sentir cómo las manos de Road se aferraban a su capa con fuerza.


-Es la primera vez que destruyes algo que creaste -comentó de nuevo el albino pasados unos minutos, dándose cuenta que ya no estaba dentro de un sueño sino en el mundo real y muy por encima de las nubes. Road deshizo el abrazo y terminó de limpiar sus lágrimas.


-Si con eso puedo salvarte, puedo destruir hasta la misma luna... -respondió con una sonrisa de alivio y siendo ella la que inicio un nuevo beso, que fue de inmediato correspondido.


Definitivamente no dejaría que nada le hiciera daño a Allen, aun si tuviera que luchar contra sus propias pesadillas o el dios que los creó.


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Dream Chaser By Varela D. Campbell ウァレラ・デェー・キァンベル。

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