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Le quiero agradecer mucho a las personitas que están apoyando este fanfic ^^
Gracias por comentar y votar, espero que siga siendo de su agrado <3
- Esta no es una noche para llorar, así que esta prohibido llorar - Sunoo no deseaba que así fuera su cita, tenía que estar llenas de risas y felicidad.
- Tienes razón - Riki tomó un tenedor y empezó a comer, estaba increíblemente delicioso - Esto está delicioso - No podía parar de comer, la salsa era lo mejor de todo, simplemente era un sabor que sería capaz de comer todos los días de su vida.
- ¿ Más que mis besos? - A Sunoo le estaba empezando a encantar coquetearle de forma descarada, era su novio, tenía la libertad de hacerlo.
Riki solo río bajito, sus mejillas estaban Rojas, aun le daba pena que le coqueteara, pero le gustaba mucho, de cierta manera lo hacía sentir especial. Nunca antes alguien había gustado de él, era un poco invisible, era "el amigo de los lindos" no le molestaba, pero si lo ponía un poco triste saber que los demás no lo veían como alguien atractivo. Por eso le sorprendió que Sunoo se fijará en él, siempre lo consideró un chico bastante lindo, pero le daba miedo, pues muchos hablaban de él, y no cosas buenas.
🍄.
- Gracias por la comida, luego te lo pagaré - Riki estaba muy agradecido, jamás pensó que Sunoo fuera tan detallista.
- Es un regalo, además, tu sabes que no me preocupa el dinero.
- Jamás dije que te lo pagaría con dinero.
Ambos se quedaron viendo. Sunoo no sabía que decir, no quería pensar mal del menor, se sentía sucio, un pervertido completo, no deberías estar pensando de esa forma, claro, le encantaria que eso sucediera pero era muy sucio de su parte, tal vez el menor solo pensaba en acaricias y besos ¿Estaba mal que pensara en eso? Si aquel chico que tenia en frente supiera sus pensamientos, tal vez lo trataría mal por ser un grosero sin pudor alguno. Mientras tanto Riki estaba pensando en su maravilloso plan.
- ¿Me vas a besar? - Preguntó Sunoo intentando que el ambiente no fuera tenso.
- Eso también va incluido - Riki rió con maldad, pero a la vez estaba pensativo, tenía que ser la mejor noche de sus vidas.
- A veces me asustas - Ambos soltaron una carcajada - Pero me gusta que me asustes.
- Te voy a asustar de la mejor manera - Ahora el que coqueteaba era Riki, pero a su manera. - Bueno ¿Ahora que vamos a hacer? - Ambos ya habían terminado su cena y Sunoo ya había pagado la cuenta, pero aún seguían sentados en la mesa.
- ¿A donde te gustaría ir?
- A tu departamento.
- ¿Que? No, esta es una hermosa noche, hay muchos lugares que podemos visitar, siempre estamos en el departamento. Elige un lugar.
- ¿Tu a donde quieres ir?
- Yo pregunte primero.
- Esta bien - Riki giro sus ojos - Quiero ir al lago al que vas a pintar.
- ¿A esta hora? Puedes enfermar.
- Por favor - Suplico con su peculiar mirada que tanto enamoraba al mayor, tanto que jamás podría negarse a esta.
- Esta bien, pero por un corto tiempo, esta haciendo bastante frío.
Nishimura aceptó la condición. Se dispusieron a salir del restaurante viendo aquel carro elegante. Al subir, Hee les preguntó por la comida, contaron pequeños detalles de esta cena y en unos cuantos minutos llegaron al departamento de Sunoo, pues tenían que caminar para llegar al dichoso lago.
- Hasta aquí llegó mi servicio de chofer, señores - El mayor hablaba con una voz gruesa haciendo que la pareja ría y agradecíera por su tiempo y disposición para luego bajar del carro.
- Espero que su noche continúe - Esa fue la última frase que dijo, arrancando en el carro, perdiéndose en esa larga calle.
- Bueno, es por aquí - Sunoo empezó a guiarlo, caminando despacio, no quería que la noche acabará, tal vez si hacían todo más lento la noche duraría más, o esa era la lógica de Kim.
- Cada vez que veo las estrellas pienso en tí - Riki caminaba al lado de su novio, pero no dejaba de mirar hacia el cielo.
- ¿En mi?
- Sí, desde que te conocí siempre ha sido todo más llevadero, ahora nada me asusta si estoy a tu lado - Sunoo aún seguía sin entender que tenían que ver las estrellas- Cuando era pequeño, lloraba mucho, no importaba la razón, simplemente lloraba por más mínima que fuera la situación... Pero un día me canse de llorar, así que cada vez que un nudo en mi garganta amenazaba con aparecer, miraba el cielo... Pero cuando era de día, este no me traía ninguna paz, las nubes siempre me han parecido tontas - Sunoo rió un poco ¿La nubes podrían ser tontas? Aun así, dejó que el menor continuará mientras el sostenía su mano - Entonces seguía llorando, en cambio, cuando era de noche, las estrellas eran mi consuelo, su luz siempre me han parecido hermosas. Calmabanmaban mi llanto al instante, es una paz indescriptible - Riki miro fijamente a Sunoo - Por eso eres mi estrella, eres mi paz, eres mi consuelo, y de las mejores personas que han podido aparecer en mi vida.
- Nini, yo jamás he sido importante en la vida de alguien, tal vez en la de Wonie, pero... Yo no sé qué se siente que alguien te quiera, a veces podré coquetearte y molestarte, pero yo no sé amar, sin embargo tu sí - Pararon de caminar cuando llegaron al pequeño lago, la luz de la Luna se reflejaba en el agua, dando un toque hermoso al bosque en el que estaban. Sunoo miro a Riki, lo tomó de ambas manos, y continuó hablando - Y eso me da miedo, eres una persona increíble que siempre desborda amor y paz, pero yo no, ni siquiera soy capaz de decirte palabras bonitas, no sabes lo mucho que me cuesta, y te pido perdón por eso. - Sunoo bajo su mirada, el césped estaba más lindo que de costumbre.
- ¿Perdon? No acepto tu perdon y jamás lo voy a hacer - Riki tomó el rostro del mayor entre sus manos, haciendo que este lo mirara - Porque no hay nada de que disculparse, no necesito que me recuerdes todo el tiempo cuanto me amas, porque tus acciones me lo demuestran todo el tiempo y para mí es más que suficiente.
Sunoo empezó a llorar de nuevo, pero esta vez era un llanto bastante fuerte, sentía que su corazón en algún momento iba a apagarse ¿Por que la vida tenía que ser así?
- Riki, por favor, la leucemia se puede curar ¿Tus padres no tienen el dinero suficiente? Yo pago absolutamente todo, pero por favor - Las piernas dejaron de responder, callendo en el frío césped - No me dejes, aun hay tiempo, por favor - Lo último sonó como un pequeño susurro ¿Por que le tenían que quitar a la persona que más amaba?
Nishimura se agachó, quedando a la misma altura que Sunoo, a el también le dolía bastante tener que irse.
- Yo no quiero pasar por eso, es muy doloroso. Quiero vivir mi vida al máximo aunque sea por un corto tiempo, yo te lo dije - Su voz se estaba entre cortando - Te dije que no iba a aceptar ninguna cura, te dije que te iba a hacer daño todo esto y tu aceptaste, por favor no me hagas esto.
Y ambos soltaron las lágrimas que hace tanto querían salir, la vida era injusta, de eso no tenían duda, pero Sunoo tenía que aceptar la decision de Riki, el aceptó todo eso, el aceptó el hecho de que en algún momento, todo acabaría.
Kim susurro un pequeño "perdón", Riki solo lo jalo hacia él, haciendo sentarse entre sus piernas, ambos mirando el hermoso lago. Ambos ya había soltado muchas cosas en ese llanto, ambos aceptaron su destino, era su única salida. Aceptar su destino.
Riki se sentía mucho mejor, entendía los sentimientos de su novio, no lo podía juzgar, así que mientras lo abrazaba por la cintura, empezó a darle pequeños besos en su cuello, Sunoo tan sólo reía por la sensación.
- ¿Que haces? - Dijo entre risas, pues cada vez los besos eran más lentos.
- Hoy no es una noche para llorar, hoy es una noche de felicidad - Sus besos continuaban, pero cada vez tenían más intensidad, haciendo que Sunoo reposara su cabeza en el hombro contrario, una forma indirecta de decirle que siguiera y Riki lo entendió a la perfección.
- No sé qué estas intentando hacer, pero creo que esto no deberíamos hacerlo acá - Claro que sabía lo que estaba intentando hacer o provocar.
Riki rápidamente se puso de pie, y claramente levantando a su mayor del césped, tenía razón, no quería hacerlo en un lugar publico.
🍄.
Sunoo odiaba correr, era lento y torpe, sentía que en cualquier momento se caería. Pero ahí estaba, tratando de seguirle el paso a Riki que lo jalaba de la mano para que corrieran más rápido. Se detuvieron apenas lograron entrar en el departamento, por suerte era un segundo piso.
- Ahora esto es incómodo - Comentó Riki apoyándose en la pared con cierta pena.
- Tu fuiste el que empezó, tu lo terminas.
Sunoo se acercó despacio hacia él, empezó tocando sus hombros, buscando alguna acción por parte de Riki. El menor lo tomó por su cintura y empezó un suave beso, que con el paso de lo segundos cada vez se hicieron más intensos. Sus labios se buscaban mutuamente, siendo una necesidad de sentirlos más, aquel beso explicaba sus sentimientos, ellos se complementaban, tal vez los rumores de que en esta vida hay almas gemelas era realidad, porque así se sentían, como si se conocieran desde mucho tiempo atrás.
Las manos curiosas de Riki no tardaron en empezar a desabotonar la camisa de Sunoo, este jamás se opuso. Y así fue con las prendas de ambos, cada vez buscando más y más de los dos, un simple roce entre ellos lo podrían describir como una droga que jamás dejarían de consumir, porque tal vez si, ellos eran su propio pecado, un pecado que volverían repetirlo las veces que sus corazones les pidiera.
Su guerra de besos continuo en la habitación de Kim ¿Que podrían pedirle más a este mundo? Más tiempo, si, mucho más tiempo, eso era lo único que necesitaban. Más tiempo para amarse, tocarse y sentirse.
Los chupones empezaron a ser notorios en el cuello del menor, ambos reían, se sentían dos niños pequeños jugando algo prohibido, tal vez no era prohibido, pero así lo sentían.
Los gemidos que cada vez pedían más, no esperaron mucho tiempo en hacerse oir, eran bajos, pero lo suficientemente fuertes para que los estremeciera. Un sueño, un completo sueño del que no querían jamás despertar. Jamás pensaron sentir tanto placer, y mucho menos que un simple beso en su clavícula bastará para que este se entregue completamente al otro. Lo convertirían en un secreto, porque era su intimidad, algo que ambos disfrutaban y nadie más debía opinar. Ni siquiera la persona que narraba esta historia, pero ese es su trabajo, narrar como dos jóvenes tenían su primer encuentro sexual, para muchos esto sería algo muy vulgar y atroz, pero para ellos dos era el mejor día de su vida, la pareja se sentía amada, acompañada por el otro y solo eso bastaba. Esperaban que luna no contará a nadie sobre esa noche, porque esa noche era suya, mientras se sumergían en gemidos y placer, condones y lubricante, rasguños y susurros explicando lo mucho que se amaban.
Porque ni siquiera el tiempo acabaría con el amor de ellos, ni la muerte lograría romper ese gran lazo de amor. Todo era tan pequeño e insignificante cuando estaban juntos. Suplicaban que la noche no acabará, pero las tontas nubes que anunciaban el nuevo día se hicieron presentes en la ventana de aquella habitación y tan sólo en ese momento se dieron cuenta que el tiempo los estaba abandonando.
Ambos terminaron de llegar al clímax, pero eso no fue suficiente para demostrar su amor, prometieron cada día demostrarlo, así fuera su último día en este mundo.
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