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La musica en sus audifonos era espectacular para lo que estaba viendo, todo armonizaba, su dolor de cabeza habia desaparecido y el cosquilleo en sus dedos por dibujar perfectamente al chico que se encontraba unos asientos más adelante en diagonal a su derecha, era lo mejor que sus ojos podrian ver.
Estaba tan concentrado, al parecer la clase no la estaba entendiendo y eso lo hacia fruncir el seño, algo totalmente hermoso para el chico que lo dibujaba.

Estaba cometiendo un gran herror, ¿Por que lo estaba imaginando desnudo? Era algo grotesco y sin pudor alguno, se sentia un enfermo mental, pues el sabia que eso estaba totalmente mal, pero ¿Que podria hacer ante tal imagen?

Lo unico que podia hacer era admirar su belleza desde lejos, no se creia capaz de hablarle, tal vez intentar sentrase al lado de el, pero ¿con que excusa?, segun el, estaba en el mejor asiento, el ultimo de la fila al lado de la ventana, era perfecto; mientras que Riki era el primero de la fila al frente del profesor, jamas se sentaria ahí.
Riki se levantaria y cambiaria de puesto, porque obviamente a nadie le gustaria sentarse al lado de un drogadicto. Su mala fama dañaba todo, desde que un profesor lo vio en un parque consumiendo droga su reputacion, su vida social y hasta su vida academica habia decaido un 100%.

Estaba ideando un gran plan para intentar acercarse al chico, tenia una libreta llena de dibujos que los hizo inspirados en él, eran dibujos demasiado detallados, llegando al punto de ser perfectos, nadie podria negar el gran talento de Sunoo, entonces iba a dejar todos los días uno de sus dibujos en la mesa de él antes de que llegara, no sabia que era lo que tenia que pasar despues, tan solo queria la atencion del chico y tratar de darle una buena imagen de el, algo que parecia imposible, pero lo intentaria.

El timbre que hacia finalizar las clases al fin estaba sonando, estaba desesperado, queria salir a fumar un cigarrillo o lo que tuviera en la maleta, pero tenia que esperar a que todos salieran, le incomodaba ver como todos se alejaban de el cuando intentaba salir, lo hacia sentir tan mal, sus ojos le ardian y su pecho y garganta empezaban a dolerle, se sentia un monstro.

Todos salieron menos Riki, que se quedo hablando con el profesor, entro en panico, eso significaba que tenia que pasar en frente de él, le daba tanta pena, aunque a Sunoo todo le daba pena cuando se trataba de Riki, pero tenia que hacerlo.

Tomó su cuaderno y su lapiz para guardarlo en su maleta, la cerró con cuidado de no hacer ruido, pues toda via no queria llamar la atencion de él. Tomo su maleta y se la puso en el hombro. "Vamos tu puedes, eres imbecil, pero no tanto como para no poder caminar naturalmente" Pensó Sunoo tratando de darse animos.

Se paró de la silla, y camino hasta el puesto del frente, al girar, sin querer se tropezó con la pata de una mesa, causando un gran ruido. Miro a Riki quien lo miro un poco asustado por el ruido, sintió que se iba a desmayar, sus piernas dejaron de responder y su estamago era todo un lío, todo eso fue hasta que aquel chico solto una pequeña risita, no lo podia creer, EL le estaba sonriendo, su cabeza ahora estaba peor de mal, su corazon estaba totalmente descontrolado, tanto que hasta el estaba escuchando sus propios latidos.

Sunoo se paro derecho - Disculpa, no fue mi intencion - dijo para despues soltar una muy pequeña risa mirando directamente al rubio.

- No te tienes que disculpar, tranquilo - Era la voz más hermosa que podia existir, era varonil y a la vez tenia un toque añinado. Y esa sonrisa del final, mostrando sus dientes, era un sueño total, pedia verla todos los días al despertar, estaba totalmente enamorado, sentia que estaba soñando y jamas queria despertar, sabia perfectamente que no habia nadie mas hermoso que él.

- Por favor retirese, joven Kim - Dijo su profesor con un tono de total desagrado e incomodidad, pero eso le importo muy poco, era el mejor día de su vida.

Sunoo dio una reverencia y al levantar su vista volvio a conectar sus ojos con los de Riki, esos ojos cafe que lo hacia pensar que no era digno de su mirada, era algo que jamas podria describir totalmente y perfectamente, porque sus ojos eran más que perfectos. Salio de su trance y se dispuso a salir del aula.

Llego como pudo al parque que estaba en frente de su pequeño departamento, se sento ensima de un arbol, se quito su maleta y se dispuso a buscar marihuana dentro de ella, queria alusinar mil veces con el, con sus ojos, con su sonrisa y su voz, queria estar tranquilo pensando solo en el y lo que el joven Riki es capaz de hacerle con una sola mirada.

- Kim Sunoo, hoy tardaste en llegar, son las 6:34 de la noche, 4 minutos tarde. -El nombrado alzo su mirada, se encontro con su unico y mejor amigo Yang Jungwon, el solo rio.

- No me jodas, mejor sientate conmigo, hoy paso lo que jamas pense que podria pasar - El hizo caso, pero antes saco algo de su bolsillo, algo que no alcanso a ver Sunoo.

- Ya me imagino, paso algo con el niño - Jungwon ya estaba cansado de que todas las noches su amigo le describiera lo magnifico e insuperable que era Riki, pero le divertia, asi que tenia toda la dispocisión de escuchar.

Jungwon le entrego lo que tanto estaba buscando en su maleta antes de que el llegara.

- Gracias - Sunoo rio - y si, te voy contando mientras tanto...- Le empezo a relatar todo lo que habia pasado, desviandose en algunas partes a causa de los efectos, describiendo de sobre manera lo que sentia y causaba Riki en el, hasta que ambos quedaron tirados debajo de ese arbol totalmente drogados, pero libres.

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