Capítulo 12: De sillones y cuadros de honor




Loey fue admitido a la Academia de Seguridad Intergaláctica.

No fue algo muy complicado. Hyun sabía que lo iba a lograr, después de todo, él lo había entrenado por todo este tiempo, su resultado en la habilidad física y defensa fue excepcional. Sus estudios biológicos salieron... salieron, y aunque el examen de conocimientos no fue lo mejor, obtuvo más de la media.

"Para alguien que no sabía nada de historia humana, no estuvo mal," TaeYeon les dijo en videollamada el día de resultados. Loey, detrás de él, en lo que Hyun se sentaba en su silla de escritorio, se ocultó un poco cohibido y lo único que se oyó fue el burbujeo de Cosita en su hombro.

Hyun asintió, listo para completar la inscripción de Loey ahora que era obvio como el siguiente paso.

Eso no fue un problema de momento. Las inscripciones al programa eran hasta finales de enero, y ahora a principios del mes cuando recién daban respuesta, no hacían más que esperar.

Loey por su lado quizá podía descansar. Al menos, por el tiempo restante. Lo cierto era que hacerlo le venía bien, si había estado descubriendo tanto de este otro lado del mundo humano. Luego de que TaeYeon les hubiera ajustado su antigua residencia del Sistema para que ambos la ocupasen en el tiempo de espera, Loey se la pasó en cada día como una aventura.

Se había acostumbrado mucho a vivir en el estilo de la nave que hacerlo en una casa como pudo hacerlo antes le era raro ahora. Era porque hoy ¡había demasiado espacio! La residencia de Hyun era INMENSA.

(Así, con las mayúsculas y todo, porque justo así estaba).

Ni en la casa de su familia veía un lugar del tipo. Con esa sala que podía ser del tamaño de su nave, un baño que podía englobar el espacio de bodega donde él dormía y una cocina que se echaba tres de las de la nave en un bocado, a Loey lo dejaron con la boca abierta.

"No me gusta," externó, a pesar de todo, lo que para Hyun fue una sorpresa. No esperaba que si Loey había estado de ojos grandes y boca hasta el suelo en todo el tour que le dio fuera a venir con esa respuesta. En su obviedad, solo arqueó una ceja para que él se explicara: "Es que no sé, no se siente real, es como... no es normal, y tú te ves tan fuera de lugar. Como si no fuese tuya. ¿Sabes de qué hablo?"

"Sí, yo... uh, sé de qué hablas... muy bien, de hecho," Hyun le contestó en su momento, lo que fue algo inesperado. No para Loey, pero sí para él mismo. No esperaba encontrar en alguien que apenas conocía una opinión tal.

No una de sí mismo, como si alguien que había conocido por seis meses pudiera conocerlo más que otras personas por... toda su vida.

Pero así era. Hyun tampoco nunca se había sentido parte de esto. De toda esta opulencia que el Sistema le había dado. Aunque la gente dijera que él la merecía porque era un Capitán de gran renombre ahora y este espacio le era suyo, siempre había pensado en cambiar. Las casas del Sistema así funcionaban, tenían como un 'terreno' en posesión de esa zona residencial en la ciudad intergaláctica que la base era, y se podía ajustar a la forma y figura que deseaba, mas, si algo en ella no le gustaba (dimensiones, colores, muebles, cuartos y distribución), era posible modificarlo.

Hyun siempre quiso algo más pequeño, hogareño quizá. Porque venir cada noche a ese espacio no se sentía como una bienvenida. Con esos tonos fríos de pisos blancos, paredes grises, muebles minimalistas en cuartos gigantescos era... raro. TaeYeon podía decirle en broma que sonaba mucho a su temple frío usual, y mucha gente a su alrededor diría que era lo que un hombre serio y seguro de sí tendría, mas, él no.

No importaba cuánto lo pareciese, sí sentía que algo estaba extraño en todo eso. Seco.

No lo hizo nunca, ya fuera por mantenerse el perfil que la gente le había dado o porque en su mayoría, antes de la misión, venía ahí solo a descansar después de una jornada de casi 12 horas, y en ocasiones donde dormía era su nave u otras zonas fuera de la base principal, así que no vio tiempo o manera de cambiarlo cuando ni tiempo tenía de saber cómo lo deseaba.

Hoy con Loey ahí en medio de esas paredes tan planas, con su alta figura llena de un color tan nuevo y hasta fuera de lugar, sentía esa nueva necesidad, solo qué hacía.

Pedir una modificación al espacio se hacía por forma oficial, y ellos que buscaban pasar desapercibidos en su tiempo fuera (como no debían por su tipo de misión), no era como si fuesen a hacer algo.

Loey se tuvo que conformar por vivir en esa inmensa sala de tres sillones negros de respaldos achaparrados–que detestó porque su larga espalda no podía recargarse en toda su altura si no era acostado tan mal–, frente a su pantalla de miles de canales y servicios de los que no encontraba nada más que pura basura–a sus palabras–, y hacerse de su aburrimiento entre este o el comedor de mesa cuadrada, dos sillas en cabeceras por las que (aparte) no tuvieron cercanía, porque como era su espacio, quedaban de una esquina a la otra. Como si no desearan ni tocarse los codos.

(O eso también le dijo Loey, una noche en la que preguntó cenando si acaso no podía mover su silla junto a él, porque desde ese extremo no lo escuchaba siquiera).

"No estoy diciendo nada."

"Sí, pero no oigo ni tus ruidos al masticar aquí tan lejos."

"¿Por qué querrías oír mis ruidos al masticar?"

"Porque uh... ¿son lindos?" Eso fue tan raro, aunque al rato se volvió gracioso. "Es que haces estos ruidos al comer que son tan bonitos, se nota cuando algo te gusta. Siempre estás muy feliz cuando estás comiendo."

«Tonto», pensó Hyun, mas, aceptó que Loey arrastrase su silla hasta su derecha. Sin importar que hubiera rayado el piso. No era como si le importase, al final, esas cosas se borraban cuando la limpieza profesional mecanizada pasara.

Otro punto que Loey más odió fue justo eso: lo limpio de todo. Y era absurdo si la gente creía que tener un lugar limpio, brillante y puro sería lo mejor, porque a quién le gustaba vivir en lo sucio. Bueno, Loey tenía su excusa.

"Es una limpieza tan extrema que hasta yo solo me siento sucio. No sé, parece como si nuestra sola existencia estuviera mal. Porque tan solo dejo un vaso a medio tomar en la cocina, y al día siguiente, ¡ya no está!" Loey le señaló entre otro de sus días, justo cuando estaban en la cocina. En medio de todo el color platinado de sus equipos–que ellos ni tenían que tocar, como cada mañana en la tecnología del Sistema, ya estaba lista cada comida; ni siquiera necesitaban ellos seleccionar algo, en esa única inmensa caja flotante salían sus platillos a cada hora que eran necesarios, y si había gavetas, trastero y alacena era para guardarles platos extras, dejar lo usado para limpieza y tomar agua a distintas horas, nada más que ellos pudieran hacer en cambio cuando sabía el Sistema que debía mantener una dieta esencial en su trabajo–, Loey lo ejemplificó cuando señaló su trastero completamente limpio. Impoluto. "¿Por qué no puedo dejar mi vaso aquí para más tarde? Aún no me acababa ni mi agua."

"Eso no lo entiende la inteligencia de la casa. Si dejas un plato o vaso fuera de lugar por más de seis horas continuas, se lee como si ya no lo requirieras. Si quieres que se guarde o se utilice para otro rato, se debe configurar, pero..."

"¿Se necesita llenar otra forma para eso?" Suspiró, Loey también lo hizo, con un chasqueo de labios. "Está bien, supongo que me acabaré las cosas en su momento."

"Gracias," soltó con una mueca, al menos graciosa porque Loey tomó de su alacena otro vaso y se sirvió agua del trastero. Con esos ojos entrecerrados como si vieran a la inteligencia misma para advertirla de lo que estaba haciendo.

Su baño podía ser un monumento, uno del que Hyun no se quejaba mucho porque quién no quería tener un gran jacuzzi y esencias para toda escrupulosa ducha. Eso sí lo había enamorado, pero cuando no tenía tiempo ni para acostarse en medio de este, de qué le servía. Loey también lo preguntó, pero eso fue solo hasta que ambos le hallaron un uso.

"Ah, ah, ¡Hyun!" Fue un gran uso, con su gran variedad de cremas y masajes en el agua, se vieron en la felicidad de ese lujo, pero...

Vamos, que el sexo no lo era todo en esa casa. Si algo fue probablemente sí se trató de un gusto, un buen entretenimiento a falta de otra cosa en ese espacio tan vacío. Hyun no pudo llenar ese disgusto con solo aquello.

Y si algo fue peor se debió a que solo había una habitación en su casa. El sexo pudo serles excusa para compartir cama en algunas ocasiones, mas, a Hyun le irritó–como a Loey no hizo– tener que dividir esa zona. No quería tener sexo cada noche y decir que habían dormido juntos por esa razón, aunque era maravilloso (y los primeros días no se resistió), hasta un hombre podía cansarse en un punto. Loey también lo hizo, para el día cinco en el que se durmió en medio del acto, Hyun lo vio y tuvieron que hacer ajustes al respecto.

"¿Voy a dormir en el sillón?" Loey preguntó, como tal vez no se estaba esperando. Hyun asintió a la puerta de su cuarto, mientras veía a Loey de ceño junto, sin creerse lo que estaba oyendo. "¿Por?"

"Porque no hay más lugar, ¿qué esperabas?"

"Pero nosotros..."

"No quiero tener sexo contigo, y sé que tú tampoco quieres hoy. Así que es hora de que tengamos cada uno su espacio. Toma, te doy estas cobijas y almohadas, arréglate como quieras en la sala, yo dormiré aquí en mi cuarto."

"H-Hyun, pero..."

"El sillón de en medio es inmenso, tiene cojines cómodos, seguro te acomodas."

"La tela es horrible allá, siempre que me siento en él mi piel suda y estoy todo pegajoso."

"¿Y luego? Mañana se limpia."

"Sí, pero... no quiero."

"Bueno, no es mi problema. Este es el trato, ¿recuerdas?"

"¿Cuál trato?" Loey le exigió, en lo que él rodaba la mirada, como si fuera un tonto. "No recuerdo que haya firmado en algún lugar dormir en un espacio espantoso después de aceptar coger contigo."

Arqueó una ceja, más porque Loey no era mucho de hablar sobre sexo de esa forma. Siempre se cohibía mucho al mencionarlo, y a veces usaba esas palabras para disminuir el sentido de la palabra como dormir juntos, acostarse, echarse u otro de esos eufemismos. No era normal que hasta lo dijera de esa forma tan directa: coger, bueno, vaya. No era la palabra sexo, pero sí que era algo más fuerte. Decía que Loey estaba realmente molesto.

Quizá.

(En realidad, lo estaba, Loey tenía el trasero en llamas por su culpa y Hyun tranquilo lo mandaba a dormir al sillón, qué clase de persona era).

"Para eso usas la sábana. Cubre bien el sillón y estarás mejor."

"¡Hyun!"

"Este es mi cuarto, así que largo."

"¡Bien! Pero no quiero que vengas llorando después a pedirme tener sexo en el sillón, porque no voy a hacerlo ahí jamás. Y te prometo que vas a sentir muy fría esa maldita cama inmensa," Loey casi gruñó esa noche, y aunque a Hyun impresionó, no le hizo caso.

Bufó y azotó su puerta para darle fin a la discusión.

Lo malo fue que Loey tuvo razón. Hyun se sintió extraño. Tenía una cama grande en la nave del Sistema, pero esta era colosal. Cinco Loey cabían en ella, y aunque era raro tenerlo como medida, Hyun se dio cuenta que hacerlo le decía cómo uno le hacía falta.

Las noches fueron largas, frías e incómodas esos días que Hyun fue a dormir solo a su cuarto. Extrañamente. Hasta un día sí se paró medio en su insomnio de estar dando vueltas por el colchón sin encontrar descanso, y fue a caminar por la casa a ver si así se cansaba, pero no importó recorrer el pasillo largo del baño, cocina y cuarto por muchas veces. Tampoco servirse leche caliente y ver cómo la casa se deshacía de su desastre de un segundo a otro.

Nada lo llevó al sueño hasta que vio a Loey dormir en el sillón. Ahí todo encorvado en ese largo espacio, hecho un lio de sábanas y sudor viscoso suyo que... le recordó un poco a la última noche en la que compartieron ese tipo de fluidos. Entonces, se acercó, y cuando se sentó para ponerle una mano en la cadera...

"Quítate, Hyun, me estás acalorando," Loey musitó con su voz baja, pero grave en su declaración. Él frunció el ceño, extrañado, así que no lo hizo de inmediato. Hasta que Loey abrió los ojos y lo miró directo: "¿No me has escuchado? Te dije que te quites."

"¿Por qué debería hacerlo? ¡Esta es mi casa!"

"Sí, pero este es mi sillón. Donde me has ido a tirar, así que no quiero que lo uses mientras yo lo hago."

"Pero..." Loey se sacudió para mover su mano de su cadera. De esa forma, lo hizo, y hasta con una patada, lo levantó en la incredulidad de sus actos. "¡Park!"

"Te mueves o te muevo. Hablaba en serio cuando dije que no te quería aquí para ninguno de tus sucios actos. Vete a tu cama, Hyun," urgió y le dio la espalda. Hyun se quiso defender de alguna forma, quizá hasta para irse de vuelta en su contra, mas, en ese momento, Cosita apareció, lista para burbujearle y hervir como amenaza.

Una misera bola de agua no le iba a hacer daño, por supuesto. Sin embargo, Hyun entendió el mensaje. Se fue de ahí y volvió a su revolver de sábanas en su exorbitante cama. Mientras Loey suspiraba su tristeza de esa misma soledad de las noches donde no lo hicieron.

Que esa mini pelea no los detuvo. Hubo otros momentos, solo no ahí.

Una razón más para odiar la sala... y la casa en general. Sin duda, ambos estaban de acuerdo en que era espantosa.

No había mucha decoración tampoco, aunque fuese minimalista y quizá en escenarios del tipo había una que otra cosa como esas pinturas sin sentido o esos espejos de figuras extrañas, Hyun no había encontrado de eso en la suya. Era tan minimalista que ni siquiera lo llenó con algo similar, y quizá se veía el doble de vacía por lo mismo o se vería peor si los tuviera–como algo menos suyo, si eran pinturas que ni lo entretenían–, pero frente a ese escritorio que él tenía entre su pared y su cama del cuarto, Loey halló algo distinto.

Ya sabía que las paredes tenían cajones ocultos para guardar ropa, triques y otras herramientas, aunque en su mayoría no los identificaba y siempre tenía que pedirle a la inteligencia de la casa darle algo, este fue distinto.

No era nada oculto como un cajón, ni un mueble simple y sin chiste, un aparato tecnológico o alguna pintura irracional... en una estantería, Loey miró junto a sus reconocimientos de la Academia, un hilo de figuritas de vidrio soplado.

"¿Qué es esto?" Le preguntó, y Hyun, como estaba ocupado haciendo un reporte del Sistema (porque que estuviera lejos de la misión no le decía que eran vacaciones en realidad), apenas lo notó ahí, parado junto a él en el escritorio. No lo sorprendió mucho, aunque Loey hubiese estado usando prendas distintas a lo usual, con esos pantalones sueltos a la cintura y suéteres tejidos que parecían de abuelito, Hyun apenas lo miró hasta notar que traía en sus manos una de sus vasijas.

Se paró con tal velocidad que hasta la silla detrás de él casi se cayó. Tambaleó en el suelo, y esa fue la primera señal de Loey para entender que tal vez había hecho algo malo. La siguiente fueron las vibraciones de Hyun que se leían molestas. Él puso la vasija en sus manos, y esa fue otra sorpresa. Cambiaron las vibraciones de Hyun, de estar molesto a confundido. En su evidente ceño, Loey lo vio, con ese pantalón bombacho que junto a una playera fajada usaba, ahora con la vasija entre sus manos para quedarse quieto, reducir su enojo y soltar un suspiro.

Excepcional.

"Nada, son solo..." Hyun miró a su estantería. Junto a sus títulos, las medallas e insignias que dispuso en ese espacio (como todo un profesional) a los tres objetos que de eso tenía: una gota roja amorfa con base para estar parada, un anillo blanco enroscado en el vidrio soplado con motas amarillas y esa vasija en sus manos de boquilla curveada, tonos azulado y plateado, tan pequeña para caber en una sola de ellas. Ahí la vio, con ese extraño sentimiento de lo que era y se preguntó qué le iba a decir a Loey ahora. No tenía por qué hacer de esto algo grande, si se enojaba, se delataría, y a la vez si no, ¿cómo se explicaba? Acarició el material, con cierto cariño que Loey leyó en sus vibras. "Recuerdos de viajes pasados. ¿Podrías no tocarlos? Son delicados."

"Claro, perdón," él murmuró, y Hyun suspiró de nuevo al ponerlo en su lugar. Cuidadoso junto al anillo y la gota. Igual Loey miró a la distancia, en lo que él se sentaba a seguir con su reporte en la pantalla. "Son bonitos. El material... no es algo que conozca."

"¿No? ¿No tienen vidrio soplado en tu mundo?" Sacudió la cabeza, mas, Hyun no lo vio. Solo asumió su respuesta. "Bueno, parece que siempre estás aprendiendo algo nuevo."

"Lo estoy. Y este material es interesante, nunca había visto algo similar. ¿Dices que es vidrio?"

"Aja. Se hace con una técnica al fundir el vidrio," en ese punto sí vio cómo Loey se intrigó para juntar su entrecejo. Hyun solo sonrió, un poco divertido. "Es muy común en mi pueblo."

"¿De Corea?" Loey preguntó, mas, ahí Hyun perdió su buen gesto, ese intento de sonrisa que hacía y que a Loey confundió, por algo pidió: "Lo siento."

"No, está bien, solo... no es de Corea, yo..." otra vez, su complicación, esas extrañas vibras que Loey no podía percibir bien qué eran. Hyun se estresó y se inclinó sobre el respaldar de su silla, de brazos cruzados. "He vivido en muchos lados."

"Oh, entiendo... entonces, ¿esto es de uno de ellos?"

"Claro," Loey asintió, mientras Hyun apretaba los labios. No se sentía bien solo diciendo eso. Loey no tenía por qué saber nada más, pero a Hyun no le pareció adecuado reducirlo a esta simple información. Decidió decir solo un poco. "No es algo que cuente mucho, pero es valioso para mí porque ese lugar fue donde viví mis mejores años."

"¿Fue hace mucho?" Con Loey fue hasta sencillo aceptar dar más datos, en un asentimiento, lo dijo todo. Con esa sonrisa blanca de hoyuelo en solo una mejilla. "Ya. ¿Y tú los compraste?"

"No, yo los hice."

"¿En serio?" Otro asentimiento, con la boca abierta de Loey en esta ocasión al verlos. "¿Cómo...?"

"Bueno," se rascó detrás de la oreja, un poco tímido ahora, lo que fue raro. Hyun casi no se sentía de esta forma. "En realidad, yo no hice todos, solo uh... la gota."

"¿Esta?" Loey ya no la tocó, solo señaló a lo dicho. "¡Es muy bonita!"

"No es cierto, está toda amorfa."

"Pero eso es lo bonito. Las cosas no tienen que ser perfectas, ¿sabes? Dentro de toda esta casa perfecta, parece hasta una antítesis. Y es fabuloso, me encanta," bufó. Loey no sabía ni lo que estaba diciendo. "¿Quién hizo las otras cosas?"

Justo lo supo cuando llegó a esa pregunta. De nuevo, su humor se redujo. Loey lo percibió, y temeroso, buscó arreglar...

"No tienes por qué–"

"Fue mi papá," eso llegó sin esperarlo. En el silencio que quedó para los dos, más por la sorpresa de Loey al escucharle y la extrañeza de Hyun por decir algo tan privado, cambiaron de tema tan pronto. "Hey, ¿no tienes hambre? Creo que ya es hora de que comamos algo."

Y eso fue todo lo que alguna vez Loey le pudo sacar a Hyun de lo más particular en su casa.

De ahí en más, no hubo nada. Así pasaron los días, y llegaron hasta este punto donde todo comenzó a volverse una incómoda monotonía sobre la que se estaban ahogando.

Loey quizá desde hace mucho, porque él no tenía ni actividades que hacer de algún trabajo, solo aplastarse en el mega sillón, y como ya era obvio que lo odiaba, decidió matar su tiempo en entrenamientos. En parte encerrado haciendo de la sala su nueva zona de práctica con cosas que le pidió a la inteligencia–y esta le hizo caso, porque para eso no se necesitaban llenar formas–, dejando bolsas de boxeo, pesas, equipos y colchonetas a su alrededor (que en la noche desaparecían como cada limpieza), y en otros momentos, se tragó libros como si fuesen nada.

Entrenamiento de cuerpo y mente, le dijo Loey. Después de todo, no le había sentado bien que en el examen de conocimientos le hubiera ido un poco más bajo.

"Necesito conocer más de la historia de este mundo. Si voy a ser parte de él, quiero saber."

"Claro, siempre Erudito."

"Lo dices de broma, pero realmente lo soy."

"¿En serio?" Hyun preguntó, y Loey asintió, arrodillado en uno de los cojines del sillón al ponerse en el borde mientras él se acercaba del comedor tras dejar su comida de ese día. Loey aún no comió, muy entretenido con el libro tan grueso que justo traía en sus manos. De verdad le sorprendía que esas cosas siguieran existiendo, solo el Sistema podía tener acceso a algo similar, si tanto ya estaba en formatos digitales ahora. "¿Cómo es posible eso?"

"Bueno, antes de que te encontrara, yo estuve por ser nombrado un Azul en Lumiscia," arqueó una ceja, más curioso para cambiar su peso de un pie al otro y ponerse cómodo frente al Luminian. "Recuerdas lo que eso es, ¿no? Una persona que viste completamente de azul..."

"Sí, son como los sabios en tu planeta. Gente de ciencia y esas cosas."

"Exacto. Pero bueno, la Divinidad Suprema creo que tuvo un mal día... o varios, y pues nunca llegué a ese punto."

"Eso es basura," admitió, lo que trajo en Loey cierta sorpresa que Hyun no quiso profundizar mucho, aunque igual dijo: "Nadie te debería decir lo que eres o quieres ser en esta vida."

"Es cómo funciona mi mundo."

"Pues tu mundo está muy jodido."

"No está mejor el tuyo," Loey contraatacó, quizá en la ofensa, mas, eso trajo un bufido de Hyun que fue como una risa.

"Touché. Como sea. ¿Ya vamos a tener mis clases de Lumien hoy?"

Ese fue otro entretenimiento al menos, ya estuvo un poco dado. Las clases de Loey y Hyun nunca pararon, y para sorpresa de Loey, Hyun estuvo avanzando mucho en ese tiempo que se encerraron ahí en la casa (como pasó en la nave ese tiempo que tampoco salieron de exploración, lo que tal vez debió decir que no sería una sorpresa, pero aún lo fue a cierta forma). Quizá fue por el poco tiempo que Hyun se enfrascaba más en el trabajo y podía dedicarse mejor a su estudio del idioma, o porque ya empezaba a acostumbrarse y Loey se había vuelto mejor maestro.

De cualquier modo, ya podían tener una conversación un poco más fluida en Lumien. Hyun podía no transmitir mucho, tener problemas en conjugaciones y correspondencia de género y número, pero entendía mejor de lo que se expresaba. Loey hablaba lento y claro, obvio, mas, ya lo hacía con más normalidad de lo que antes y Hyun lo entendía.

Era curioso para él, porque había días en los que Loey solo lo ponía a prueba y le hablaba casual en Lumien, como cualquier cosa. Entonces, Hyun no era consciente a veces y solo contestaba en la misma lengua. Hasta que le era complicado hallar con qué expresarse y de repente solo...

"Espera, ¿qué has dicho?" Loey sonreía, feliz de encontrar en Hyun algo de su hogar como no hacía hace tanto.

"Nada, corazón," por suerte aún había vocabulario que Hyun no entendía. Muy coloquial y eso, Loey también podía beneficiarse al decirle estas cosas sin temor a que lo juzgara. "Necesitas estudiar más."

"Eso hago. Todos los días estudio."

"Bien. Así me gusta, corazón."

"¿Qué es lo que dices al final? No entiendo," Loey se reía en su cara, y Hyun, bueno, bufaba en su contra. "Si es algo malo, voy a decírtelo a ti también: yólot."

"Está bien, corazoncito."

"¿Qué significa yolotsi?"

En cierta forma, eso fue algo bonito de su tiempo ahí juntos. Loey vio cómo, a pesar de que Hyun aún no era un experto en su lengua, los unía algo que nadie iba a tener nunca. Esa lengua que ellos hablaban y nadie más conocía era especial.

Era suya. Era hermoso.

Pero eso contra todas las cosas malas que había ahí le dijo que no podía más. Otro día encerrado ahí iba a ser su ruina. Ni todo el entrenamiento, ni todos los libros, noches de sexo o clases con Hyun iban a ser suficientes para quitarle este encierro. Y era chistoso, no se había sentido tan encerrado en la nave como aquí, quizá por lo mismo de sentir que la nave tenía su toque, sin embargo, tenía que hacer algo pronto si no lo querían arrancándose el pelo pronto. Y Hyun tal vez lo presintió, porque tres días después de que les dieron el resultado de su ingreso a la Academia, hizo algo al respecto.

"Oye, Park," sentado él de cabeza en el sillón mientras leía un libro más de Los últimos cien años del mundo humano resumidos, levantó los ojos solo para ver a Hyun en otro de sus pantalones oscuros bombachos, una playera gris fajada y un chaleco del mismo tono opaco, con manos en la cintura al frente de él, atento para cuestionar lo obvio. "¿Quieres salir a algún lado?"

"¿Huh?" Él respondió, sin ver a dónde iba esto. Era extraño. En todas esas tres semanas desde que hizo sus exámenes de la Academia, nunca lo había propuesto. Seguro porque buscaban mantener un perfil bajo, después de todo, estaban de forma ilegal ahí, considerada ya la idea de que Hyun debía estar ahora en el espacio y eso. Loey lo entendió, aunque sí se hartó de todo, no dijo mucho hasta ese momento. Confundido, aún no se movió con medio de su cuerpo suspendido en el aire solo como él estaba. "¿De qué hablas?"

"Ya sabes, salir, pasear. ¿O acaso prefieres seguir ahí dejando que tu sangre llegue al cerebro?"

Bajó su cuerpo, se acomodó con un ligero dolor de cuello, y aunque no se mató en el proceso, sí se quejó con el evidente juicio que Hyun le estaba haciendo aún al esperarlo.

Entonces, se sentó con el libro abierto entre sus manos.

"¿A dónde?" Fue su siguiente pregunta.

"Solo a algún lado," eso no le dijo mucho, por algo siguió inquiriendo.

"Pero ¿no nos va a meter en problemas?" Hyun chasqueó la lengua. "O sea, lo digo por lo que nos dijo TaeYeon."

"Sí, pero ahora que tus resultados han salido, no veo por qué deberías seguir oculto bajo mi techo. O sea, pronto serás un cadete de la Academia," aún no contestó, así que Hyun se dio la libertad de decir más de esto. "Y te tocará pasear por estos rumbos sin que nadie te diga nada. Deberías tener la posibilidad de salir y conocer un poco todo aquí mientras tanto."

"Pero tú no–"

"Yo estaré bien, nadie se dará cuenta de que aquí estoy," Loey dudó, no estaba muy seguro de eso. Para él, Hyun era demasiado llamativo. "En serio, TaeYeon lo dijo, ¿no? Lo tiene cubierto, y no es como si fuéramos a pasear por las zonas de altos rangos o de operativos para que alguien que directamente conozco vaya a vernos."

"Hyun, pero..."

"Vamos, ¿o acaso no estás muriendo también por salir un poco?" Eso lo tentó, aunque ya lo había hecho desde antes, su conciencia lo había detenido. "Ya sabes, sería como otra pequeña exploración nuestra..."

¿Quién era él para decirle a Hyun que no en esa propuesta?

"De acuerdo," cerró su libro, y al pararse de una, se aplanó las arrugas inexistentes de su pantalón negro y suéter rosa, con Cosita que brincó del sillón a su hombro. "¿A dónde iremos?"

Hyun se alegró de esa forma única que solo él tenía.

"¿Qué te parece si vamos a conocer tu nueva escuela?"

"¿A la Academia?" Hyun asintió, mientras Loey pensaba. No era el lugar al que esperaba ir con Hyun (si acaso esto lo consideraba como ese tipo de salidas que había leído en sus viejas novelas, citas), a él no le molestó. Curioso como era y más por algo relacionado al estudio, aceptó de sonrisa. "¡Claro! Vamos."

"De acuerdo," ahí fue donde salieron después de casi un mes de encierro.

No fue la gran cosa, como Hyun dijo, no hubo nadie cerca que lo reconociera. Incluso fuera de su casa, Loey ya lo había visto, no había nadie cerca de ellos. Prácticamente diría que no tenía vecinos.

Y esa fue una de las primeras preguntas que tuvo cuando llegó. Si le habían dicho que iban a la casa de Hyun, ¿dónde estaban los demás? ¿Su colonia, vecindario?

"Está aquí, pero quizá no puedas verlo," Hyun le explicó. Iban juntos en ese mismo elevador donde TaeYeon los dejó después de acompañarlos del laboratorio, y mientras ellos bajaban a tal velocidad, frunció el ceño en su intriga. "Toda esta zona es de residencias de gente al servicio del Sistema, pero algunas casas están más cerca de otras. La mía es muy grande, tendrías que recorrer mucho por los pasillos que la conectan para encontrar otra casa."

Aún no entendía, así que Hyun en su tiempo le explicó.

"Piénsalo así, es como un condominio. Todo esto está cerrado, vivimos dentro de un área con forma circular en medio del espacio. Y esta se subdivide por pisos y zonas en habitaciones y salas distintas," siguió, en lo que hacía figuras en el aire que él vio dibujadas en su cabeza. "La parte del área este es la coreana, la oeste es china," él asintió, aunque no veía por qué le explicaba eso. "Arriba, el área coreana, en donde estamos, de los primeros pisos tenemos la base central. Es donde residen las salas de operaciones, los comandos de mayores y generales. Donde se hace el trabajo más importante, y también tenemos la entrada de naves del espacio."

"¿Ahí fue por donde entramos con la nave a la base?"

"Exacto. Y ahí es donde está en su mayoría todo lo relacionado al Sistema de Seguridad: las oficinas, laboratorios, salas de juntas, monitoreos, tecnología. Pero abajo, a unos buenos pisos después de todo eso, tenemos el área común. O sea, las residencias."

"Aja..."

"Donde vivo. O vivimos. Entonces, ahí cada piso tiene distintas casas y habitaciones correspondientes a quienes necesitan una vivienda del Sistema."

"¿Toda la gente del Sistema vive aquí?"

"No, solo algunos. Mucha gente en realidad vive en la Nueva Tierra, por familia y eso," otro asentimiento, en comprensión lenta de este nuevo mundo. "Van y vienen cada día. Los demás, nos transportamos por elevadores como estos. Y como te imaginarás, aún así hay muchas personas que viven aquí, pero como la base del Sistema es inmensa, hay suficiente espacio para caber todas y todos. Y por eso, algunas residencias son más grandes que otras, dependiendo el gusto de sus propietarios."

"Así que no tienes vecinos porque..."

"Sí tengo vecinos, solo mi piso es muy amplio, mi casa es muy grande, y como abarca mucho espacio, es probable que no se vea otra casa en ese mismo piso por estar a metros de la mía," Loey asintió por última vez, ahora que todo estaba más claro. "Y como mi casa aparte está en la curva extrema de la base, al lado no hay otra cosa, solo el espacio expuesto en un ventanal de protección."

"Es al menos una vista bonita."

"Sí, es lo que más me gusta de mi casa," eso lo dijo y Loey concordó mucho más cuando descubrió lo fea que era su casa por dentro. Lo mejor estaba afuera, sin duda, la vista era lo único agradable de ese espacio.

Aislado de las personas, en ese lugar tan lúgubre, plano y sin nada propio, Loey creía que Hyun vivía en una jaula.

Jaula de oro, pero al fin y al cabo, una jaula.

Hoy que salían de la casa a ese pasillo de mismas bases metálicas y pisos casi transparentes a lo de abajo, en dirección al elevador que los trajo, Loey pudo mirar mejor el panorama que Hyun le narró hace días. Vio esas casas y espacios que gente compartía en el condominio. Los pisos de viviendas cerradas, aisladas una de la otra, a cierta distancia en ese mapa tan cuadrado incluso al estar dentro de una bola. Muchos más tubos de elevador se percibían a su alrededor, y como todo, las luces era lo que más llenaba la zona.

Porque ni ruido había. Todo estaba completamente insonorizado en cada vivienda.

Loey de verdad veía en este escenario un infierno.

Aquí era donde sí extrañaba su isla. Al menos en Lumiscia la familiaridad de una colonia existía. Incluso si mucha gente estaba enclaustrada en su zona por la división de castas, algo era obvio y esa era la formación de comunidad entre ellos.

En Lumiscia nunca faltaba alguien que te saludara al salir de casa.

A diferencia del elevador que había en la Casa de Enseñanza de Lumiscia, este, aún con gran velocidad, no requería de protección y tomarse de algún mango que saliera. Solo los subía y bajaba al piso requerido. Eran muchos, y tal vez por eso Loey tampoco pensó en salir solo, porque seguro se perdía y los metía en algún problema.

Además, el elevador funcionaba a base de voz. Hyun, como propietario de la residencia, dio la orden para llevarlos a donde querían.

"A la Academia," una campana les dijo que había escuchado su orden y en un panel miraron que decía lo oído. Sin equivocación.

En un principio, el elevador subió, pero luego se fue hacia la derecha. Después siguió subiendo, en la no-tan-sorpresa de Loey, porque desde ese anterior día también descubrió que los elevadores de aquí podían moverse de forma horizontal aparte de vertical.

(Con un lugar tan grande, ir en una sola dirección sería complicado).

"¿Dónde se encuentra la Academia?" Loey preguntó ahora, curioso de nuevo por más información.

"En medio de las residencias y salas operativas. Es el punto de división de ambas áreas."

"Oh. ¿Y no habrá problema si vamos?"

"Loey, ya te he dicho..."

"¡Lo sé! Lo sé, pero..." se detuvo en su respuesta, en la búsqueda de cómo decir bien lo que pensaba. "Me refiero a si no habrá problema con que estemos ahí, ya sabes, cuando aún no es tiempo de clases o... algo."

"No te preocupes. La Academia siempre está abierta. Incluso si no es el ciclo normal del año, todavía hay clases y cursos de invierno como de verano," lo miró en la sorpresa. Hyun se encogió de hombros. "No sería extraño tampoco que un futuro cadete del Sistema vaya a explorar un poco el campus. Lo hacen muchos para familiarizarse con el lugar, y pronto estarás yendo a cursos inductivos, así que al menos de esta forma conoces la zona."

"¿Y en serio crees que no llamaremos la atención? Porque ya sabes..." Loey se señaló de pies a cabeza, y Hyun lo miró con cierto ceño.

"Peores cosas ha visto este mundo."

"¡Oye!"

"Tal vez deberías esconder a Chiq," remarcó, con la criatura temblorosa en su hombro. "No queremos que salte sobre otra persona, y considerando que en la Academia no se aceptan mascotas..."

"¿Chiq no podrá estar conmigo en la Academia?"

Hyun apretó los labios.

"Hablaremos de eso luego, mientras..." Loey aceptó, y con cuidado, le habló a Chiq para convencerla a entrar en su bolsillo del suéter. Como era una masa acuosa, podía aplanarse un poco al lugar donde la metieron y no sobresalir mucho, pero Hyun aún vio como si Loey tuviera un pequeño seno. Fingió no haber pensado realmente eso. "Gracias."

Se detuvieron justo a tiempo. Las puertas se abrieron para ellos y fueron recibidos por más de esos pisos y paredes metálicas del Sistema. Ya era un hecho, no importaba en qué área te encontrases, siempre iba a ser el mismo estilo. Al menos aquí era un poco distinto.

Los techos, pisos y paredes serían lo mismo en su construcción, tan altos para hacer caber a más de cuatro Loey parados, y cientos en longitud, sin embargo, su alrededor era distinto. No estaban en un pasillo encerrados, no, el elevador era uno de muchos en esa zona y se veían marcadas las áreas de estos por construcciones circulares que, aparte, marcaban peligro seguro para evitar que alguien pisase estos y fuera aplastado por un elevador que iba de paso.

En cualquier situación, fuera de la fila de elevadores que se distanciaban por algunos metros, al salir pudo ver como si estuviera en una ciudad. Literalmente, una ciudad, porque se armaba por calles.

"Wow," él dijo como primera impresión del campus.

"Bienvenido a la Academia," Hyun resaltó, pero quién iba a pensar que la Academia era una ciudad oculta.

A través de la banqueta que se hacía en medio por los elevadores, adelante y atrás, Loey veía otras más llenas de edificios achaparrados en fila. Todos de diferentes colores, muchos tonos naranjas y azules en realidad, pero no monocromáticos ya. Le gustaba esto, esa diversidad que le inspiraba la exploración de cada uno.

Por las ventanas veía distintas áreas: salones, estudios, salas de defensa y combate, bibliotecas, laboratorios. Más allá de eso, también había espacios de relajación: cafeterías, tiendas, zonas de descanso. Era un mundo, y había infinidad de edificios de ambos tipos. Todos marcados por carteles que brillaban los nombres de las zonas.

Zona A, Zona D, Zona E-45, Zona P-68, Área de Lavado, Comunicación, Reparos, Sala de la Fama, Áreas Verdes, Museo...

¡¿Qué era todo esto?!

"¡Hyun!" Dijo señalando la calle detrás de ellos al darse la vuelta. No lo había notado, pero lo que parecía pavimento no estaba estático. Una persona iba tranquilamente en este ahora cruzando del edificio al frente con audífonos y bebida en mano. Muy entretenida al revisar su brazolector, apenas se fijó en ellos que le veían, pero lo que Loey más remarcó fue que no estaba moviendo sus pies, solo dejaba que el suelo en movimiento le transportara a donde quería. A unos metros más adelante, esta persona salió de ahí y fue en otra esquina a un edificio lejano, donde aparte entró a otro elevador pegado a este para subir un piso más y desaparecer de su vista. "¿Cómo...?"

"¿No hay tecnología así en Lumiscia? Esto es tan básico, Loey..."

"S-Sí, pero... no solemos usar algo similar, nosotros siempre estamos... bueno, uh..."

"¿Caminando?"

"¡Sí! O sea..." Hyun bufó en ese tono de risa que a Loey cohibió ligeramente al hablar. "¿Por qué no hay nada de esto en el resto del Sistema?"

"Sí lo hay, pero depende mucho la zona. El humano podrá haber evolucionado, pero creo que ya pasamos por suficiente época de sedentarismo para darnos cuenta que explotar estas ventajas puede enfermarnos y reducir nuestra vida," Loey asintió, eso tenía sentido. Igual, no le quitaba la impresión de cómo se veía esto. Podían estar encerrados, pero en serio parecía todo otro mundo. "Para las personas en la Academia se lo ponen más sencillo. Son jóvenes en su mayoría, así que les dan ciertos privilegios, al menos acostumbrados a sus antiguas vidas en la Nueva Tierra. Hay mucho de esto allá abajo, en el resto del Sistema, bueno, los chicos se darán cuenta cuando empiecen a trabajar de ese otro lado."

"¿Y por esto se ve tan mundano acá? Parece incluso esta más un área donde la gente viviría, no para estudiar. ¿Por qué las residencias no tienen esta forma?" Urgió al enfatizar su alrededor. Las calles, banquetas, árras verdes, luces cálidas, edificios pegados uno junto a otro, la posibilidad de oír personas y verlas junto a ti lo hacía más normal. Tal vez no era Lumiscia, y por supuesto, el estar expuestos al espacio por ese ventanal de todo el piso que era esto decía que no estaban bajo un mismo cielo tampoco; sin embargo, sí daba más aspecto de casa.

"Ya te lo he dicho, es más familiar para ellos mientras se acostumbran al mundo del Sistema. Una vez que comienzas a trabajar bajo la base del Sistema, tus días de persona citadina se acaban, tu vida le pertenece al espacio."

"Eso es un poco depresivo."

"¿Te deprimieron las exploraciones en otros planetas?"

"No, pero..."

"¿Entonces?"

"Es que no es como esto, me refiero a..." Hyun se alejó un poco de su toque, ahora que ya no lo volteaba para ver a la persona que desapareció, lo miró en cierta distancia, curioso por sus opiniones. Loey solo se intimidó de nuevo. "E-Es muy distinto. Me gusta más vivir en un área del tipo."

"¿No te gusta vivir en las residencias del Sistema?" Él sacudió la cabeza, sin saber qué más decir al respecto. "¿Ni en la nave, acaso?"

"Yo..." no supo contestar, y en medio del titubeo, hasta Hyun se cuestionó por qué se lo preguntaba. ¿Qué esperaba oír de él con eso?

"Supongo que es bueno saber cómo hay un edificio aquí para los cadetes en formación," Hyun mostró con un movimiento de su barbilla, hacia el edificio en diagonal, ese mismo de seis pisos, para salirse del otro punto. "Solo te advierto que probablemente tengas que compartir cuarto."

"No puede ser peor que dormir en tu sillón," Loey burló, en lo que él bufaba.

"Vamos, camina y prueba la magia del humano," dispuso al darle un empujón y pasarlo a la banda eléctrica. Loey lo miró con molestia por el golpecito, mas, lo dejó al percibir la diversión en Hyun.

Ahí continuó viendo su alrededor, a esos edificios que aún vacíos se veían más llenos de vida. También porque algunos se rodeaban de plantas, árboles y arbustos, incluso pequeños–y que Loey no conocía ni esperaba entender aún cómo estaban vivos en ese espacio–, para darle gusto.

En medio, se le ocurrió hacer algo de plática.

"Entonces, ¿todo esto es parte del Sistema?"

"Sip, estás en la mitad de la esfera."

"¿Y dónde está aquí la división con el área china o lo que sea que hubieras dicho antes?"

"Oh, en realidad, como la Academia acepta prospectos de todas partes, no hay división de esas zonas. Al momento de trabajar y residir es distinto, pero en el estudio es un poco igual. Al final, se tienen los traductores universales si acaso no hablan sus lenguas, aunque también se aprenden ambos y más idiomas para trabajar en cualquier área."

"¿O sea que la Academia es algo universal?"

"Más o menos. Normalmente como estamos en la base asiática, tenemos más estudiantes del antiguo continente, pero no son todos. Corea y China pertenecen a una base del Sistema, hay muchas más en el espacio que corresponden a otros países asiáticos y aquellos más que sobrevivieron a la salida de la Tierra."

"Algo de eso estaba leyendo," apuntó al pasarse a otra banda eléctrica. Aparentemente podía cruzarse a una calle horizontal de una vertical. Y aunque no había mucho más por ver de forma horizontal como de vertical (en lo que demostraba como la circunferencia no era por completo homogénea), siguió ahí para leer toda la cantidad de lugares que el campus ofrecía. "Sobre la caída de la Tierra y la creación del Sistema de Seguridad Intergaláctica para el bienestar humano."

"Querrás decir la destrucción humana a la Tierra y la creación de una sociedad para proteger a la raza humana en contra de cualquier nuevo mundo inexplorado."

"¿Realmente los humanos destruyeron su propio hogar?" Hyun asintió, como ahora iban en horizontal, Loey bien lo vio junto a él para saberlo. "Wow, eso es muy tonto de su parte."

"Ni que lo digas. Pero no era un daño que se pudiera revertir ya, hace milenios que se había iniciado. Lo único que se podía hacer era luchar por la supervivencia mientras mucha gente más seguía haciendo lo opuesto y mandando todo al carajo."

"¿Te tocó vivir en la Tierra original?" Hyun negó, en lo que Loey fruncía el ceño. "Pero la destrucción de la Tierra original pasó hace 17 años, cuando tú debías tener diez, ¿no?"

"Sí, pero... es más complicado que eso. De cualquier modo, sé por la historia lo que pasó," se redujo a decir, con la incertidumbre que quedó volando de Loey ahí y de la que ya no dijo más para seguir escuchándolo. "Y cómo eso llevó a la búsqueda del humano por una Nueva Tierra."

"Y entonces la encontraron."

"Aja, después de colonizar muchos otros planetas, entre fallas, guerras y problemas estúpidos que llevaron a muertes, destrucción y desgracia para tantas personas," Loey miró con una ceja arqueada a Hyun quien solo suspiró sobre esto. "Por algo la creación del Sistema de Seguridad, para evitar que la raza humana fuera destruida por poblaciones alienígenas de otros lados, hacer acuerdos, y bueno, continuar de una forma más legal su búsqueda."

"¿Y qué pasó con la Tierra original?"

"Nada, los humanos la abandonaron."

"Sí, pero ¿acaso nunca fue posible regresar?" Hyun le devolvió la mirada, intrigado hacia dónde iba. "Ya sabes, aunque había catástrofes y destrucción, guerras entre los mismos humanos, devastación, sequías, hambrunas y enfermedades por doquier, eso no quiere decir que la Tierra hubiera explotado o algo parecido. No que se registrara, al menos."

"No, pero ¿por qué el humano querría volver a eso?"

"Bueno, tal vez porque ¿quedó gente ahí que tal vez sobrevivió?"

"Desgraciadamente para el terror de lo que es la raza humana, eso no fue así, Park," Loey escuchó atento, en la percepción de una incomodidad que Hyun tuvo en medio. "Quizá en los libros de historia no lo dicen porque siempre intentan hacer ver al humano como el héroe o un salvador, buena persona. Pero si acaso algo de la raza humana sobrevivió fue solo la que vino a la Nueva Tierra, y es que todo estaba fríamente calculado. La Tierra estaba en sus últimas. Los desastres naturales, las enfermedades y las guerras iban a continuar hasta acabar con todo. Mucha gente lo sabía y por eso armaron su plan de escape. Quienes tuvieron el dinero para hacerlo, huyeron, abandonando a su suerte a quienes no. Y así fue cómo mataron a millones de personas que tal vez dentro de su inocencia confiaron... porque si algo se dijo para algunos fue que estaban buscando un nuevo lugar donde vivir... pero nunca dijeron que no vendrían de regreso para llevarse a todos."

"Pero pensé que era obvio..."

"Pues no. Claro que millones lo supieron, era obvio cómo los estaban abandonando, pero a la vez otras personas creyeron la mentira que sus dirigentes les dijeron de ir a buscar algún lugar donde vivir mejor para ellos. Y ahí murieron, en camas de hospitales sin los recursos para salir de su enfermedad, en el ciclón que destruyó toda una ciudad, en los tsunamis que arrasaron países completos, en las ondas de calor que devastaron los pozos de agua y dejaron sin comida y sin suministros para beber a cientos de naciones, así como en los desastres de terremotos y guerras que el humano creó por creer que al eliminar a otros podrían sobrevivir los victoriosos."

"¿Y en serio no quedó nada ni nadie de la Tierra?" Hyun suspiró. Era tan triste hablar de esto, y sabía que Loey lo hacía por mera curiosidad, no para hundir más el dedo en la llaga, sin embargo... le parecía tan devastador ser quien ahora lo estaba contando. Cuando él vivió en carne propia la devastación del humano inconsciente desde otro lado. "¿Ni una criatura?"

"Criaturas debe haber, pero no humanos. Flora y fauna... al menos la que lograra adaptarse al mundo apocalíptico que el humano dejó atrás. Pero humanos no... ya hace muchos años, después del establecimiento de la Nueva Tierra y el Sistema de Seguridad, buscaron hacer revisión de eso."

"Entonces, ¿sí volvieron los humanos por quienes atrás dejaron?"

"No, Loey," Hyun insistió, porque su ingenuidad le era molesta, mas, él no tenía la culpa. No era la historia que había vivido. "Esa no fue su intención, lo que ellos querían era ver si aún podían tomar cosas de la Tierra para llevarse a la Nueva Tierra. Algo de flora, algo de fauna, algo de lo que sea que creyeran aún posible explotar como si no pensasen que ya habían explotado lo suficiente ese y otros planetas. Su misión jamás fue intencionada para rescatar a ningún humano vivo en ella."

"Pero..."

"Tenían la orden de matar a quienes vieran ahí incluso, con el temor de que lo que sea que encontraran podía ya no ser humano, sino... un monstruo o algo similar, una criatura evolucionada que quizá podía ser un riesgo."

"¿Y hallaron eso?" Hyun negó, agradecido al menos, porque eso habría sido más devastador. "¿Cómo sabes todo esto?"

"Porque yo estuve ahí," eso sí confesó, en la sorpresa de Loey. "Fue mi primera misión del Sistema cuando tenía veinte años."

"¿Tú...?"

"La Tierra es un mundo imposible de vivir ahora, demasiado peligrosa por su nivel de contaminación, radiación y por la misma fauna y flora que sí evolucionó para habituarse a tal espacio. Pero los mismos humanos cayeron bajo esta y posiblemente bajo su misma mano," declaró, antes de que viniesen más preguntas. Ya no quería hablar del tema. "Ninguna persona debe habitar ahí de nuevo."

"Eso es muy triste..."

Sí, Hyun pensó, no era necesario decir más.

Loey lo percibió igual, no hizo más cuestiones al respecto.

En su lugar, salió de la banda eléctrica para incorporarse a una banqueta, y al señalarle a Hyun los salones que ahí había le preguntó si podría darle un tour por esa zona. Estaban un poco lejos de los elevadores ahora, no se vieron muchas personas tampoco por ahí; no obstante, la distracción le vino bien a Hyun. Aceptó y se metieron por esas puertas corredizas a los distintos edificios de la calle en la que estaban.

Lo que sí sucedió a pesar de lo anterior fue que Hyun fue alguien reconocido. Incluso cuando desearon tener un perfil bajo (y Loey estaba más preocupado porque él llamara la atención por su figura), cuando pasearon por un par de salones, salas de entrenamiento en especial donde vieron por ventanales las áreas de un piso–muy similar al espacio de Hyun en la nave con sus colchonetas, inteligencia para simular ataques y armas de defensa en las paredes que usaban–, siempre hubo al menos una persona que lo señaló y al verle, acabaron por saludarlo.

Se inclinaban con gran profundidad en su presencia. Loey percibió auténtico respeto en varios de los actos, y le impresionó, curioso por lo que eso significaba.

¿Acaso Hyun era así de famoso?

(Siempre pensó que se estaba luciendo).

Eso quedó de lado cuando llegaron a un laboratorio. Conectado ese edificio con otro por un puente, pasaron al gran laboratorio del campus. Un edificio de tres pisos distintos dedicado únicamente a la investigación y ciencia. Era como el paraíso para Loey.

"Siempre soñé con esto," admitió, empañados los vidrios de ese gigantesco espacio por él. Pasillos y pasillos de salas con diversidad de instrumentos. Todos tan nuevos para Loey, pero de gran interés para descubrir lo que hacían y cómo usarlos. De arriba abajo veía los espacios destinados para la mera investigación por esas paredes y pisos hechos de cristal de azul opaco, algunos llenos de pantallas y proyectores con variedad de ejemplares para leer en muchos dispositivos (dispuestos en las mesas junto a sillas en filas), otros de mesas de metal con instrumentos para medir un abanico de sustancias, microscopios, almacenes, refrigeradores, aparatos de gran tamaño y forma que ahora que no estaban en uso no aparentaban hacer mucho, pero debían tener una gran función, y muchas más con proyectos dejados a la mitad de los que Loey vio algunas herramientas de metales brillosos y le parecieron tan interesantes por su mera composición. Quería poner sus manos en alguno de ellos, aunque sabía mejor. No podía hacer ningún destrozo y menos tocar algo que no era suyo, si él estaba seguro cómo molestaría a su posible dueño. "Es tan hermoso, ya deseo tanto trabajar aquí luego."

"¿Sí? Entonces, creo que la Academia ya te está ganando y aún no has entrado a ella," Hyun bufó en su risa inusual. Aunque esa fue su reacción, Loey supo más, percibida su persona que iba guiando el camino, notó la emoción un poco baja.

Eso le pareció casi tan interesante como el lugar podía, y aunque chillaba de emoción por ver más de todo esto, sí que se cuestionó el semblante deprimido de Hyun. ¿Por qué estaba tan triste ahora?

¿Todavía estaba así de la plática anterior? ¿O acaso había algo aquí que le recordase?

¿Loey podía ilusionarse por creer que quizá lo extrañaría cuando se fuera...?

Finalmente terminaron el recorrido al bajar los pisos por otro de esos pequeños ascensores en el exterior del edificio y llegar a un extremo del campus. No habían pasado por todos lados, eran muchos, más de los que podían verse en un día (si era como una ciudad), sin embargo, Loey sintió que se habían pasado mucho tiempo en el laboratorio y biblioteca (su culpa). Necesitaban volver si no quería llamar mucho la atención.

(De por sí ya lo habían hecho. Podían no haberse encontrado con nadie en el laboratorio estando casi inhabilitado, pero de las áreas de entrenamiento y algo de la biblioteca–así como las tiendas en medio de esos edificios– hubo algunas personas que les saludaron, murmurando entre ellos mientras apuntaban nada discretos a Hyun, y Loey percibía su inmensa impresión por su persona).

Casi al extremo del campus había lo que parecía un pequeño domo iluminado con caras y nombres de personas que él no conocía–algunas de ellas no humanas, por evidentes figuras y formas distintas a esta–, pero fue claro qué era el lugar, si su cartel luminoso decía que era...

"El salón de la fama," leyó en voz alta, ya en la banqueta fuera de la banda. Con su curiosidad al máximo, se dirigió a Hyun una vez más para hacer la típica pregunta: "¿Qué es esto?"

"Es como un área destinada a celebrar a los cadetes y las personas que más han colaborado para la Academia en la base coreana y china del Sistema. Todos estos rostros que se pintan en los cristales del domo son principalmente fundadores de la Academia. Grandes figuras que han actuado por el bien de esta y el Sistema de Seguridad."

"¿Es como un monumento para estas personas?"

"Aja. Adentro hay más cosas, algunas de ellas son premios para cadetes de los más recientes años de la Academia. Muchos expuestos por el ciclo escolar y que se van cambiando según las generaciones pasan. Otros se quedan por más años por tener una trayectoria que sigue en crecimiento o son de admirar por más gente en general," chifló de admiración, entretenido con la idea de Hyun que se rio bajito. "Pero para mí es más como una exageración donde a las personas inteligentes les gusta autohalagarse y resaltar, ya que nadie más los ve fuera de esto."

"Oye, si alguien ha hecho algo por el bien de tu sociedad, deberían ser apreciados."

"Sí, pero es una mierda estar en cuadro honor, o sea... en realidad, causa ansiedad y estrés para algunas personas."

"Bueno, para mí sería, como dice el nombre, un honor," Loey gesticuló con su mano hacia el frente, por la que Hyun otra vez bufó en su sonrisa. "Apuesto a que tú nunca estuviste en uno de estos y por eso le tienes tanta envidia."

"Apuesto a que tú estarías," Hyun añadió, con lo que se acaloraron sus mejillas, pintados lindas moras en ellas. "Como el Erudito que eres..."

"¿Te estás burlando?"

"¿Quieres entrar?" Entrecerró los ojos, inquieto en cómo había ignorado su cuestión, mas, no titubeó.

Entraron al domo por las puertas giratorias. El espacio aquí era un poco más plano, sin pisos ni divisiones, solo la circunferencia llena de imágenes proyectadas desde el suelo por todo su alrededor, con una nota pequeña sobre quiénes eran y su historia.

En medio Loey notó que había una pasarela de estandartes y escaparates individuales, muchos con nombres de personas, años, objetos con historia, y en algunos también un video proyectado con entrevistas e imágenes de distintos sucesos que llevaron a todas estas criaturas a estar en esta exageración que Hyun le mencionó.

Él no avanzó mucho, a diferencia suya, se quedó en la entrada, mientras él pasaba por cada uno de estos y leía con el mayor interés de todas estas personas. Por algo ya no iban a hacer más, Loey definitivamente se tardó ahí un rato, y más lo hizo cuando en el área de cadetes destacados halló algo que no esperaba.

"Hyun," llamó en la soledad de la zona a metros del hombro que veía algo en su brazolector, señalado el holograma de esa cara frente a sí. "Eres tú."

"¿En serio?" Hyun preguntó, mas, sonó poco impresionado. Al acercarse lento, Loey se dirigió de vuelta a donde estaba para ver lo que había de Hyun ahí.

Reconocimientos se enlistaban sin fin.

Mejor del año escolar.

Mejor en combate de fuerza.

Mejor en combate de armas.

Mejor en manejo de naves pesadas.

Mejor en concurso de ciencias.

Mejor en estrategia.

Mejor de la generación.

Primer Teniente nombrado a corta edad.

Primer Capitán nombrado a sus 20 años.

Primer voluntario en la misión F.I.R.E. para la supervivencia humana.

Todo eso y más... y en su escaparate había medallas, fotos digitales que se cambiaban en cierto tiempo por otras de aquellos tiempos en la Academia. Loey vio muchas facetas de Hyun, de hace algunos años... y aunque no era muy distinto, sí se notaba una diferencia. Ese Hyun que sonreía tan grande y abierto mientras recibía sus logros y su traje del Sistema... ese que abrazaba con tanta felicidad a una TaeYeon más joven y besaba su mejilla... y ese Hyun que saludaba con elegancia en sus ceremonias era muy diferente al Hyun serio y que apenas sabía sonreír en los escenarios que ellos compartían.

A ese Hyun que veía todo tan plano frente a sus logros, puesto a su lado.

"Hyun, esto es increíble, tú... eres un genio," declaró. No percibió ningún gusto de Hyun, en general, casi ninguna emoción, así que siguió viendo a su busto de holograma. "Definitivamente quiero ser como tú, cuando pongan mi rostro en este cuadro..."

"No," Hyun cortó, lo que fue una sorpresa. Lo miró, aún puestos sus ojos en el holograma. "No lo hagas, Loey."

"Pero... t-tú has dicho..." continuó, confundido por el cambio.

"Lo sé, y no digo que no seas bueno o no tengas tus propios logros, solo... no digas eso, no seas como yo, por favor," lo inquietó mucho más con eso, y como era Loey, no faltó su pregunta:

"¿Por qué no?"

Hyun respiró hondo, antes de exhalar fuerte.

"¿No te lo dije ya?" Lo miró directo en ese punto. "Las personas que están aquí solo son gente que se autohalaga por cosas que no son tan importantes en serio. Es una mierda estar en el cuadro de honor de verdad."

"Hyun..." sacudió su cabeza, y ahí denotó su molestia, así que Loey se retractó en sus palabras. "L-Lo siento."

Hyun ya no dijo mucho, aunque se notó inconforme con esto, lo dejó estar.

Salieron del domo después de aquello y volvieron a la zona residencial en completo silencio. Lo que fue realmente extraño debido al largo camino que hicieron de regreso.

Mientras iban en el elevador, Hyun recibió una notificación a su móvil, y en este proyectado, Loey lo oyó quejarse con cierto enojo (duplicado al anterior). No esperó que esto fuese a perjudicarlo de ninguna forma, hasta que Hyun pidió al elevador:

"Llévanos al área de control C-114," y este le hizo caso, redirigida su ruta en un segundo. En lugar de bajar volvieron a subir, lo que dejó inquieto a Loey por obviedad.

"¿A dónde vamos?" Tal vez no estaba en él preguntar más después de que lo que dijo creó dos ambientes tensos en el mismo día; no obstante, Hyun aún fue paciente para tratar:

"TaeYeon me ha escrito para decirme algunas cosas. Parece que nuestro paseo ha sido más advertido de lo que esperaba, y ahora quiere que me presente con ella para ver cómo cubrimos con nuestros directivos esto. Ya le he dicho que puedo trabajarlo desde casa y no crear más efusión, pero ella insistió en vernos, entonces... será mejor que no la haga esperar más. Si no te importa..."

"Oh, no, está bien, yo entiendo... uh, pero ¿tengo que ir contigo hasta allá...?"

"No, te puedes quedar aquí en la entrada del elevador. De todas maneras, nadie se fija en ti mucho. Yo solo iré a reunirme con TaeYeon a su oficina privada y resolveré esto en un minuto," asintió, ahora él no muy convencido con todo. Se sentía extraño, todo ese rollo de que TaeYeon le pidiera a Hyun verse así, tan insistente en aquel momento, de forma privada, y Hyun aceptase además con tal facilidad le hacía... sentir disgusto. Esperen, ¿eran estos celos?

El burbujeo en su bolsillo que tuvo olvidado por todo ese rato se lo confirmó de alguna forma. Aunque Cosita no hablase con claridad, fue obvio. Ella estaba de acuerdo, y casi vinculada a él, sabía lo que estaba sintiendo. Era inaudito, quizá no la primera vez que los tenía, pero sí que los estaba identificando.

Sentía celos de TaeYeon. Vaya...

Pues sí, lo hacía, pero ¿eso qué? No era como si pudiera hacer algo al respecto, en realidad, ni derecho tenía, ¿cómo se dejaba de sentir de esta manera?

Tan pronto llegaron a su piso, Hyun y él bajaron.

"Ya vuelvo, estaré en un minuto otra vez contigo, no te muevas."

Hubo una pequeña molestia que viajó por su cuerpo después de aquello. Loey sintió una punzada de esas que le decían cuidado, y como una persona que creía en la ciencia la mayor parte del tiempo, no diría que ese sexto sentido o instinto existía, sino lo pensaba más como respuesta de alguna ansiedad de una persona. Entonces, quizá relacionaba esto con algo malo en su memoria, algún trauma o algo parecido, sin embargo, definitivamente no le dio una grata sensación dejar así las cosas.

Le hizo caso a Hyun, él sabía más. Aunque percibió un toque en sus palabras previas a lo último, así terminó todo.

Hyun realmente no tardó mucho en lo que fue a hacer con TaeYeon–lo que le dio satisfacción a su mente traicionera que ahora reconocía mejor sus celos–, y se pudieron ir a su antiguo destino después de que un largo día hubiera pasado.

No hicieron más que cenar algo ligero y prepararse para la cama. Fue suficiente por hoy.

A la mañana siguiente igual hubo algo nuevo que discutir pronto.

Hyun había recibido un mensaje de la Academia. Aparte de que Loey había sido aceptado, también le expresaban el nivel al que fue admitido, de estar de acuerdo.

"... y por eso, debido a su desempeño en tales exámenes y pruebas, puede iniciar su ciclo en el nivel dos. Deseando sea esto de su agrado, esperamos confirmación para su inscripción próxima a dicho curso propuesto. Atentamente, la Academia Intergaláctica Campus Asia."

"¿Eso qué significa?" Vino su eterna duda, parado de nuevo junto a Hyun y su escritorio, mientras él veía la carta aún de la Academia en su pantalla, listo para mirarlo a él en la contestación. "No entiendo, ¿cuál es la diferencia de iniciar en el ciclo uno o dos?"

"Todo depende de las estrellas, Park. Un ciclo puede variar en meses o años, pero algunas personas tienen mucho talento y avanzan pronto. Obtienen estrellas en menos de un año y suben de categoría," Hyun detalló, dada la vuelta a su silla giratoria para verlo desde abajo con las manos entrelazadas y sus piernas abiertas aún en la comodidad de una pijama, como igual él estaba. "Hablamos aquí de un cadete, así que no es lo mismo en términos de estrellas como lo haría con un soldado, teniente y más, pero se puede ir ganando reconocimiento para avanzar en su categoría cuando termine el entrenamiento básico."

En total atención, apoyó su mano en su cadera.

"Entonces, ¿quiere decir esto que estoy en un nivel más alto? ¿No tengo que ir desde un inicio?"

"Parece que no. Normalmente los cadetes salen con una estrella de la Academia. Cuando se ponen en práctica, pueden escalar y ganarse otras estrellas ya que trabajan. De ser soldado a teniente, y general o capitán en el futuro. Tú, como posible nivel dos, ya tienes esa estrella ganada antes de salir incluso."

"¿Y cuatro estrellas es el máximo que gana un funcionario del Sistema?"

"No, son cinco," Hyun señaló, lo que le hizo abrir un poco los ojos. Siempre creyó que eran cuatro, si Hyun tenía estas en su uniforme y era un capitán condecorado. Pero claro que había más gente por encima de él, quizá TaeYeon tenía las cinco... ugh, qué molestia. «No, celos, callen ahora». "Pero aunque ya tengas la estrella ganada no dice que no debas cumplir con el programa. El ciclo dos sirve para completar tu formación y volverte un verdadero soldado del Sistema. Básicamente dijeron que tú ya tenías en su mayoría las habilidades necesarias, no necesitas clases que vengan desde cero en defensa y esas cosas, porque has demostrado salir excepcional en todo eso, pero no estás en nivel experto y hay reglas básicas que en el trabajo de un soldado se deben aprender y escuchar en el proceso."

"Y cuando me vuelva un soldado del Sistema, volveré a estar contigo en la nave, ¿no?" Él prosiguió, más interesado en esta cosa. Hyun suspiró, aunque notó un ligero gusto en su percepción de oírlo.

A Hyun le gustaba que pensara de esa forma. A él también, qué bueno que ahora no estaba Cosita con él, sino dormida en el sillón para no delatarlo en su agrado.

"Eso depende. Es más complicado. Tú tienes libertad, Loey, te lo he dicho. No estás bajo mi mando ni inscrito en mi misión. Si algo más te interesa, te puedes enlistar en ello," y aún así, ahí iba Hyun a rechazarlo, como si fuese cualquier cosa. Loey estaba un poco harto, Hyun debía reconocerse más en su gusto. "La investigación es una especialidad, si eso te interesa, después de tu formación, podrías meterte en ello. No soy tu Capitán, no tienes que seguirme a donde voy ni rendirme cuentas."

Loey frunció el ceño. No le gustaba eso, ¿qué no quedaron en que él seguía la norma solo por estar con Hyun? Si pudiera, adiós a la Academia, solo quería seguir en su viaje de exploración juntos.

(Claro que también la idea de estudiar un poco más de la ciencia y vida humana desde otra perspectiva sonaba tentadora y Loey no iba a mentir que la llamó esa especialización, sin embargo...)

"¿Por cuánto tiempo debo estar en formación?"

"Dos años," Hyun confirmó, por lo que leía en la carta.

"¿Y eso significa que ya no nos veremos?"

Hyun titubeó.

"Necesito cumplir mi misión, Loey."

Otra vez, silencio.

"Pero somos amigos, ¿no?" Hyun asintió, mas, no le dijo otra cosa. "Lo dijiste, no vamos a romper nada de eso. Tenemos un trato. Nuestros... derechos," ahí sí incentivó un poco la flama en Hyun, con cierto deseo, lo oyó más atento.

"Buscaremos el modo de llegar a un acuerdo. No perderé el contacto contigo si no quieres eso, yo vendré en unos de esos años para dar reportes de misión y no será la última vez que nos veamos, de eso puedes estar seguro," otra vez, mostró su acuerdo. "Inicias clases en tres días."

"Creí que iba a iniciar en dos semanas."

"Eso era si entrabas en el ciclo uno, por la inducción y todo ese rollo, pero los del ciclo dos ya pasaron eso. Te toca antes," ahí frunció su ceño. "Mañana mismo vendrán los del Sistema para tomar tus cosas y cambiarlas a tu nueva residencia estudiantil."

"Pero yo no tengo cosas. Solo mi navecita y Chiq."

"Lo sé, y no se van a llevar eso. Si algo te quieres llevar de tu navecita, puedes decirme ahora e iré por ello. Yo guardaré lo demás en este tiempo hasta que lo pidas de regreso."

"O que esté de vuelta contigo."

"Sí, también eso."

"¿Y Chiq? ¿Qué pasa con ella?" Hyun suspiró, otra vez con cierto cansancio.

Adiós al deseo.

"No se aceptan mascotas en la Academia."

"Pero ella y yo–"

"Ya hemos saltado muchas normas como para romper otra, Loey," puchereó, en la tristeza que le daba. Fue algo raro si pensó en que Chiq y él casi no habían tenido tanto tiempo juntos, pero se había vuelto una parte linda de su vida. Algo que lo seguía y estaba ahí como otro sentir que tal vez no muchos tenían, con el vínculo como ella lo había formado. "Mascotas intergalácticas, además, están prohibidas."

"Pero Chiq no es una mascota."

"Algunas personas podrían ser alérgicas."

"¿Quién tiene alergia al agua?"

"Créeme, muchas personas. No te preocupes, yo voy a cuidarla," arqueó una ceja, ahora cruzado de brazos en la incredulidad. "Hablo en serio, puedo hacerlo. ¿O acaso olvidas que yo fui el que la ayudó a sobrevivir después de que tú la trajiste sin darte cuenta?"

"Eso es lo que me preocupa. ¿No afectará nuestro vínculo la distancia?"

"Podría... pero estoy seguro de que puedo llegar a quebrar otro poco algo de su naturaleza," Hyun garantizó, no con mucha seguridad, mas, Loey aceptó. Se dijo que iba a confiar, después de todo, el Capitán tenía algo de conocimiento (quizá más de lo que él pensaba). "Además, al menos puedo guardarla como garantía de volverte a ver, ¿no? Si no lo haces por tu navecita o nuestro trato, yo creo que por Cosita lo harías..."

Eso vino con cierta insinuación fogosa de nuevo. Loey la percibió, Hyun quería reanimar el deseo anterior. Con la fuerza que vino, aunque lo abochornó, no pudo ignorarlo. Después de tantos días sin hacerlo, quizá...

"De acuerdo, pero me tienes que llamar muy seguido para verla."

"Es justo."

"Y si yo me voy mañana, ¿tú...?"

"Regresaré al espacio mañana mismo."

"¿No crees que merezco entonces una despedida?" Decir eso con un pie que acarició sutilmente–casi como accidente– la pantorrilla de Hyun fue tan atrevido hasta para él, solo no pudo evitarlo.

Con esa sonrisa de lado que Hyun le devolvió, se puso de pie y demandó un beso tan agresivo de sus labios. En lo encorvado que lo hizo estar para quedar a su altura. Hyun profundizó el gesto y al separarse mientras mordía su labio, brotó un gemido de su boca.

Uno que lo inició todo, como estaba ya acostumbrado.

Ese día, Loey durmió en el cuarto.





















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¡Feliz ChanBaek day 2024! Y con esto celebramos un año ya de que se escribe y lee esta historia. Eso es impresionante, ¿no? 🥳

Lo chistoso es que, a pesar de eso, siempre que ya me propongo a escribirles smut en esta historia... el número de palabras es demasiado (pasamos los 12k en este), y me digo "nah, será para otro día", ja, ja, ja... lo siento, no se puede, hacer capítulos así de largos es inhumano 💀

Tal vez después obtengan su debido smut BaekYeol como se espera en esta historia... tal vez pronto... o tal vez no ¯⁠\⁠_⁠(⁠⁠)⁠_⁠/⁠¯

Lo averiguaremos~

💥 ¿Qué les pareció este capítulo? Lo quise hacer un poco más introductorio a la siguiente fase de este arco, para que se pueda conocer el mundo del Sistema, las residencias, la Academia...

Que claro que hay mucho más por ver dentro de la última, pero habremos de hacerlo poco a poco. Ahorita nos enfocamos al menos en las últimas interacciones de Loey y Hyun 'presenciales' 🤭

💥 ¿Qué piensan sobre cómo vieron justo estos últimos momentos de los chicos juntos? ¿Opiniones sobre lo que pasaron aquí o algo en especial que les gustara/interesara?

💥 ¿Cómo será ahora que estos dos lleven una relación de amigos con derechos a distancia...? Supongo que igual vamos a averiguarlo, pero me gustaría oír sus opiniones al respecto~

Juju, muchas gracias por llegar hasta aquí, por seguir después de un año, y si recién vienen, si ya pasaron muchos años más de esta actualización de la historia, también espero que lo estén disfrutando tanto como yo al venir y traérselo. Esperaré y recibiré sus votos y comentarios con mucho gusto. Nos leeremos en el siguiente capítulo. ¡Hasta entonces! 💙

Pd. Mientras escribía y corregía este cap me vinieron muchos flashes de The Ways of the Universe, sin quererlo le hice como muchos guiños o referencias; conocer la Academia fue como ir a la Casa de Enseñanza, el que Hyun fuera tan reconocido como BaekHyun, la forma en la que ChanYeol y Hyun hablaron de lo que ocurrió en la Tierra... y verlo realmente me hace pensar: bueno, la historia de Loey y BaekHyun sí fueron parecidas (pero totalmente fue sin planearlo, solas fluyeron, es la magia del ChanBaek/BaekYeol, ja, ja). Qué recuerdos 🥲

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