Capítulo 10: Nuevo arco
Cuando Loey despertó después de esa primera noche de cumpleaños, no esperó una cama sola. No sabía qué significaba. En la comodidad de haber dormido entre tanto calor de sábanas compartidas, inesperadamente la ausencia de otra persona lo tomó sin cuidado.
Por un tiempo.
Loey sacó primero un brazo, y en su desnudez–tan poco usual–, el frío le pegó duro. Estaba caliente abajo, envuelto en la abrigadora cama.
«Huele raro», fue lo que pensó, y al inclinarse un poco hacia su hombro, lo supo. Ese olor de lo ocurrido tan solo horas atrás se le había impregnado. Estaba cargando con todo, y aunque su sudor fuera distinto e hiciese su piel pegajosa, era ignorado cuando había más fluidos que su piel absorbió. «Oh, así que este es el olor a sexo de un Luminian».
Era... un poco asqueroso. Si a Loey le preguntaban, olía como si hubiese comido algo grasoso con sus manos y no las lavó. El olor de carne cruda pasado un tiempo y suciedad bajo las uñas daba una combinación que quizá debía lavar si no quería atraer miradas de otros Luminians.
«Pero aquí no hay Luminians», algo dentro de él también pensó. Igual no aseguraba que ese olor fuera indistinto para otras personas.
Cuando volteó para apoyarse en su espalda, siseó bajito en otro dolor. Sus cejas se juntaron, y en la arruga, se cuestionó de qué le había servido la lubricación natural si aún le iba a doler de este modo. Eso no les decían en clases de Ciencias, Loey siempre fue engañado al suponer que iba a ser algo sencillo y placentero, jamás se imaginó que dolería de esta forma.
«Pero fue momentáneo», tuvo que recordar, porque en su mente explotaron cosas de la noche maravillosa. Tan solo en un cerrar de ojos vio: ese hermoso Hyun que se iba desvistiendo, y si hubo premura, gozó mirar las pocas flexiones de su cuerpo al irse acomodando. La sensación de una mano en las suyas encima de su cabeza, y el ardiente toque de esos delgados dedos en su cuerpo fabricado por su entrenamiento se repitió. La boca que lo saboreó, con el palpitante músculo y su fricción sobre su muslo, mientras la lengua hacía un camino desde su pecho hasta su ombligo.
Hubo frustración por no moverse mucho. Como Hyun lo había sostenido, vino su enojo al poco rato. Él también quería tocarlo, mas, Hyun fue muy severo.
"No. Te quiero de esta forma."
¿Quién era él para negarse a sus deseos? Sentir cada vibración de Hyun fue exquisito. No podía replicarlo al no tocar, pero eso no evitó que lo sintiera al percibir cada emoción desde su cuerpo. El deseo fue exorbitante, la sensación, deliciosa, y si acaso duró fue porque Hyun supo mantenerlo a raya.
O lo que pudo. El primer toque a su miembro le hizo venirse en un segundo. Hyun lo miró con tanto enojo en ese momento que hasta creyó haberse equivocado. Luego, le vino el castigo, fue volteado y con una mano Hyun le sacó gritos sobre el impacto de palma y piel oculta.
Loey se avergonzaba ahora de recordarse eso, porque solo pensar que haber sido nalgueado lo puso de una sonaba tan morboso.
Eso era lo que sentía, y por algo no fue tan duradero el dolor que después vino cuando comenzó a prepararlo. Para lo que venían. Ese acto se llevó la castidad de Loey, y su pudor se había ido de igual forma.
Ahora abría los ojos y aceptaba su dolor post-orgasmo con la pregunta sin decir de un inicio: «¿dónde está Hyun?».
No pudo discernirlo mucho, todo recuerdo volvía como un mantra, y en la suposición de que esto era un avance en su relación demencial, no estaba más que listo para ir a buscarlo (en donde estuviera) y hacer de ellos algo serio.
Después de todo, era normal, ¿no? Si un Luminian tenía relaciones con otro era porque querían formar algo juntos.
«Una familia», Loey por un segundo lo imaginó. Estaba en su conocimiento que era un gestante, la posibilidad de una familia no la desechaba; aun cuando nunca estuvo en sus planes futuros, tampoco decía no haber querido. Claro que el artefacto que Hyun tiró fuera de la cama traducía otras cosas. Esa herramienta que cubrió de un material plástico su falo, Loey podía verlo aún ahí de junto en el piso–algo asqueroso, pero–, bien le decía cómo quizá hoy no era seguro. No sintió un fluido entrar, no el distintivo. E igual, no le quitaba la idea de que había la posibilidad futura donde, si Hyun se abrió, iba por algo real, más serio. «Una Pareja».
Claro que Loey no estaba al tanto de cómo podían funcionar las relaciones ahora. Él no sabía que era posible tener solo sexo, porque jamás se le cruzó por la cabeza. Era de vieja escuela: tener sexo, oh, es porque quieres a esa persona, ¿no? Y se piensan Unir para tener familia, formar una casa, envejecer juntos, sí, por supuesto, esa es la idea y todo el sueño.
Estaba tan equivocado.
Era consciente de cómo nunca sintió de Hyun algo amoroso en el acto, no que en realidad no quería lo que dijo. Porque si Hyun lo había amado la noche pasada, debía ser algo similar. Amor.
Como en todos los cuentos. La gente que se hacía una se amaba.
En ese pensamiento, Loey ignoró todo dolor de su cuerpo y se bañó como en cualquier otro día. Apreció solo un segundo el olor de Hyun en su cuerpo, aun cuando después limpió lo que su piel había absorbido. Luego, sonrió, porque pensaba de esa manera, y al vestirse con pantalones negros y una camisa suelta que más parecía pijama–en la comodidad que le podía dar ponerse algo del tipo por su existente dolor–, subió de la bóveda a la sala de controles (con la esperanza de que Hyun se encontrara en esa zona).
No había más, Hyun debía estar aquí en algún lado. Él iba a su encuentro, con la ilusión de que desde este punto algo nuevo y mágico ocurriría entre ellos.
Pobre Loey ingenuo.
Cuando escuchó que había ruido en la cocina, ahí se dirigió. Entonces, vio a Hyun bajo la puerta corrediza. Usaba una amplia sudadera y shorts con los pies descalzos, casual. Su pelo algo desordenado en la parte de atrás le suponía no haberse bañado, mas, no le preocupó. Verlo hogareño, mientras él mismo freía algo en esa estufa moderna, lo regresó a la creencia: Hyun lo había aceptado, esta era su nueva vida, su nuevo hogar, ellos eran esa dulce Pareja recién Unida.
(Sin ceremonia, pero a quién le importaba; si se acostaron ya era para pasar de ese tema).
"¿Vas a sentarte a comer o seguirás ahí mirando?" Loey se sorprendió de oír su voz de pronto. Fue algo esperado (quizá), pero si Loey pensaba mucho, traía el recuerdo de gemidos y cosas sucias que escuchó de esa voz en su oído. Era distinto a este tono: casi monótono y sin doble intención, normal, rutinario, cuando ayer fue solo deseo. Diablos, se estaba poniendo de nuevo. Obvio se calmó, porque Hyun lo miró, despegados sus ojos de su desayuno y puestos en los suyos. "¿Te has bañado?"
"Sí... no quería oler raro," Hyun frunció el ceño. Tal vez decirlo así sonó mal. «Maldición», a Loey podían frustrarle tanto sus diferencias, nunca le iba a atinar si esto en su cultura era grosero. Ahora cómo arreglarlo. Él le sonrió, con calma fingida. "Buenos días."
"Buenos, ¿te sientas?" A Loey le fue maravilloso que otra vez Hyun hiciera una demostración de la seriedad en lo suyo con eso. Si bien no lo miró más, el que hablase usando el Lumien para expresar aun algo tan sencillo le revoloteó en el pecho. No pudo evitarlo, se le acercó en dos pasos y fue a abrazarlo de costado. "¿Qué estás haciendo?"
La reacción que obtuvo fue completamente distinta. Loey lo percibió, lo había sorprendido. Y si algo más sintió, no quiso pensar, estaba muy ilusionado, tanto para formar una burbuja ignorante de esta tensión. Inmóvil frente a lo que cocinaba.
"Debí hacer esto desde que desperté, pero no estabas en la cama," él resolvió con una risita. Fue más osado para besar su mejilla. Hyun se soltó de una, rompió la tensión y en un segundo, Loey acabó estampado contra la encimera junto a la estufa. "¡A-Ah! H-Hyun, p-pero..."
"No vuelvas a tocarme de esa forma, ¿me escuchas?" Él no respondió. Estaba más adolorido. Hyun había tirado la espátula, y su preparación en un sartencito se resbaló de la hornilla. Él aún sentía el calor de esta encendido al quedar tan cerca. La mano de Hyun, pequeña, pero pesada–como podía recordar– lo sostenía de su cabello para pegarlo sobre el metal, otra le estaba doblando el brazo hacia atrás (el mismo que él usó para abrazarle). Todo eso combinado no dejaba pensar ni para decir a. Hyun debió verlo, a pesar del enojo que leyó ahora. "¿Qué demonios te piensas?"
"Y-Yo..."
"¡¿Ah?!"
"Byul. B-Byul, H-Hyun..." en algo se ayudó al recordarse al menos su palabra. Cuando Hyun entendió que estaba haciendo daño, le soltó. Loey suspiró con un ceño de incomodidad. En los pasos que Hyun puso de distancia, él se incorporó para sobar su brazo. "¿P-Por qué hiciste eso?"
Después vino el reclamo.
"¿Tú por qué hiciste esto?" Hyun contraatacó, lo que para él fue algo extraño. No estaba entendiendo, claramente no hizo nada. En toda su fantasía de Pareja y futura familia tradicional Luminian, Loey no captaba a dónde iba Hyun con ese ceño. "¿Qué demonios te pasa?"
"¡Me has atacado!"
"¡Y tú me has besado!"
"¿Eso es algo malo?" Siguió, en su intento de descifrar. Ninguno de los dos comprendió, en páginas distintas, Hyun no le dio respuesta. "Tú me besaste ayer, no veo por qué ahora es razón para que me andes golpeando."
"Pero es que tú no..." Hyun se detuvo, y aún en su propia inquietud de gestos, lo vio repasar una mano por su rostro. "Lo de anoche fue otra cosa. No es para que hoy o en cualquier otro día te tomes la libertad de abrazarme o darme besos en la mejilla. ¿Qué eres? ¿Un niño de cinco con mami de la mano?"
Eso fue algo doloroso dada su situación, mas, Loey lo ignoró por el bien de su futura familia tradicional. La ilusión podía continuar por otro rato.
"No pensé que te fuera a molestar tanto, y-yo solo..."
"Pues lo hizo. No puedes hacer esas cosas."
"¿Por qué no? ¿Acaso no puedo besar a mi Pareja?"
"¡¿Pareja?!" Hyun estalló con un tono más alto. Ahí fue que todo se desmoronó. La incredulidad y disgusto con la que Hyun se oyó y se percibió diciendo aquello lo dijo. Había más cosas que ellos veían de otra forma. "Oh, no, no puedo creer que tú en serio..."
Se sintió pequeño. Como un niño que hizo un error. Hyun se restregó otra vez el rostro, después se volteó para apagar la estufa. Se fue el calor, no su tensión. En un suspiro y sin verlo, con manos a cada lado del aparato, le oyó lo que su mente infantil (tal vez de ese niño de cinco años que dijo) no deseaba escuchar.
"Loey, lo que pasó anoche entre nosotros no fue especial, solo... solo fue algo, ¿de acuerdo?" Silencio. Loey sostuvo su mano sobre su pecho en puño. "No estaba esperando que ocurriera de ningún modo. No sé cómo, pero las cosas se dieron. Y no soy poco adulto para no responsabilizarme de lo que hago, como tirando consecuencias a la basura por decir que solo pasó. Sé que más allá de eso también hubo un deseo... de ambos, porque jamás hubiera hecho nada sobre ti sin estar consensuado."
Eso fue cierto. A pesar de que le fue tan nuevo, Loey no iba a negar que en todo cedió. Él quería saber, sentir... amar a Hyun, pero... tal vez no era amar el verbo correcto.
No con lo que Hyun le estaba diciendo.
Ahora lo miró. Al despegarse de la encimera, pasó su peso de un pie a otro y se cruzó de brazos con cara seria.
"Pero te tienes que enterar que ayer yo no he hecho nada por algo más que solo eso. Fue un deseo, un momento. Sin sentimientos."
"¿Te arrepientes de lo que hicimos o...?"
"No," Hyun declaró tan pronto, lo que volvió a darle esperanza, si tan solo al segundo no se la arrebatara. "Pero no hay emociones de por medio. No somos pareja."
"P-Pero..."
"Fuiste muy bueno, en serio, me encantó, pero yo no buscaba eso."
Era tan rara toda esta conversación. Loey ya no sabía contestar. Hyun le decía que lo había deseado, que le gustó, le encantó, vamos; y eso no significaba que fueran Pareja, aunque no hubiese arrepentimiento, tampoco había algo más que deseo.
¿Qué?
"¿Y qué fue lo que pasó anoche en ese caso?" Tuvo que preguntarlo. Aunque Hyun se sorprendiera, quería una respuesta real. "¿Qué fue para ti, Hyun?"
"¿Qué piensas? Solo ha sido sexo, ¿acaso nunca habías tenido...?" Se cortó, quizá porque notó su coloramiento en su piel azulada o porque recordó lo que le había contado de su vida. Ya debería saberlo. En su lugar, cambió la pregunta: "¿Los Luminians no tienen sexo?"
"N-No es eso, es solo..." ahí venía su desconocimiento. ¡¿Qué iba a saber él de relaciones si no tenía una referencia?! Todo lo que había eran las clases de Ciencia que le decían el coito era para formar familias; sin amigos y solo con su Papá en casa, ¿cómo iba a tener ideas? Los libros eran su referencia, y aunque muchos fueran de fantasía, ciencia ficción y demás (cuando leía solo por entretenimiento), si un romance se mezclaba, todo era igual, sus personajes se hacían uno como su acto más puro de amor: y vivieron felices por siempre, ¿no terminaba así todo? ¿Dónde estaba su Príncipe Marciano listo para hacerlo Príncipe a él también? "Yo... no sabía que tú pensaras de este modo."
"No soy un hombre de relaciones, Park. Pensé que ya lo habrías sabido," sí, quizá, pero ¿estaba mal si Loey tenía esperanzas? "Escucha, no quiero que esto sea un problema entre nosotros. De verdad, lo que pasó ayer fue un momento que disfruté mucho, pero..." soltó un suspiro. Ahí fue donde Loey sintió su molestia. Lo estaba haciendo sentir incómodo, a Hyun... Loey se estaba poniendo mal. "No es para eso. Quiero seguir como estamos, porque es lo mejor. Si no mezclamos emociones, a ninguno le afecta. Continuaremos explorando, haciendo nuestro trabajo y conviviendo, porque somos amigos, ¿no?"
"¿Los amigos suelen tener sexo en tu cultura?"
"Depende. Hay ciertos tipos de amigos. ¿Qué los Luminians no?"
"Hum..." se rascó una oreja. ¡¿Lo hacían?!, la verdad, Loey ya estaba dudando de todo.
"Bueno, al menos eso es lo que pienso. Yo no soy de tener una pareja; en general, no creo que quiera una pareja en mi vida," adiós a su sueño de ser familia tradicional. Loey voló muy alto. "No espero que me veas de esa forma nunca. Soy solo tu amigo."
"Sí, claro, mi amigo, pero... ¿esto es normal?"
"Si quieres que lo sea, lo será."
"¿Huh?"
"Ya sabes, podemos hacerlo continuar, seremos amigos, colegas si acaso estás pensando en lo que aquí hacemos. Nada más. Nos ahorrará el drama, después de todo, vamos a pasar más tiempo juntos."
"C-Claro, eh, yo, bueno..." Loey tenía que inventarse alguna cosa. Aunque seguía muy conflictuado, tal vez ya lo entendía. Todo fue su confusión, Hyun no lo quería... pero eso no era un jamás. "Igual me voy a ir pronto, ¿no?"
"Exacto. Si encontramos Lumiscia o yo acabo mi misión, no habrá otra cosa. Sin ataduras de por medio."
Asintió. Sin ataduras. Si Hyun supiera cuánto él deseaba permanecer a su lado. Lo quería tanto que hasta pensar en cómo le había repetido no era más que cosa de un rato lo devastaba. Estaba a punto de llorar, en serio, ¿en qué momento terminaban de hablar sobre esto?
"Es mejor, ¿no? Si para ti está bien, podemos seguir de este modo."
"¿C-Como amigos?"
"Aja. O amigos con derechos," hubo un ligero toque de deseo en su percepción. Fue tan raro de nuevo, porque Hyun lo había aplastado contra la encimera tan solo por tocarlo, pero ahora él se estaba acercando y ponía una mano en su pecho. Con presión. "¿Qué opinas?"
¿Era posible pedir su familia tradicional Luminian ahora?
Quizá no. Sin embargo, Loey lo tuvo que pensar. Le estaba doliendo mucho imaginar que no significara nada para Hyun algo como esto, aunque aún había la teoría de su experimento anterior de cómo las cosas podían evolucionar si pasaban mucho tiempo de la misma forma. ¿Sentimientos nacerían en Hyun si él permitía que lo tomase repetidas veces desde hoy?
Tampoco era como si Loey fuera muy titubeante. Le había encantado lo que hicieron, ¿cómo negarse a Hyun?
"Claro," ¿en qué se había metido? "E-Eh, yo necesito ir al baño. ¿Podrías...?"
"Oh, sí, no hay problema," Hyun lo soltó después, y aunque le dio esa miradita lasciva de un deseo jocoso, cuando se volteó para recuperar su desayuno, Loey lo dejó atrás muy en el fondo de su cabeza. No pudo contenerse otro poco.
Al ir al baño, lloró lo callado. Aunque se dijo que esto podía cambiar, que todo era parte del proceso, que un experimento nunca obtenía buenos resultados a la primera y que quizá solo hacía falta más empeño, no evitó sentirse como un tonto.
Por su error, por su ilusión y por creerse la mentira de un hermoso futuro juntos desde este momento al haberse entregado por primera vez a quien creía era el amor de su vida para volverse solo un deseo.
Nada de eso lo supo Hyun. Y en su desconocimiento, cuando Loey salió para seguir con su vida (limpia su cara del llanto y puesta una alegre fachada), el ver una masa fangosa que se iba arrastrando en el pasillo donde estaba con humito superior, lo trajo de vuelta a la normalidad de su vida.
"Oh, no. ¿Cosita? Cosita, ¿eres tú? ¿Qué te pasa? ¡Cosita! P-Pero por qué estás... ¡Hyun! Ayuda, ¡algo le pasa a Cosita!"
"¡¿Qué?! ¿Qué está–?" Hyun apareció. Con la preocupación de un grito, corrió hasta su encuentro y se miraron, mientras Loey estaba arrodillado tomando a Cosita entre sus manos. Fue algo distinto en los ojos de Hyun. No sabía lo que era, no había visto a Cosita y estaba confundido, porque Loey había usado una palabra en Lumien desconocida, en lo que solo podía observar cómo había algo grumoso, oscuro azulado, con humo entre sus manos. "¡¿Qué diablos es eso?!"
Vaya forma de continuar su mañana después del sexo-slash-decepción amorosa.
"Y-Yo no... no sé, hum... se vino conmigo desde Fumos, pero..."
"¿Fumos? ¡¿Te has traído una criatura de otro planeta?!" Hyun le gritó sin mejorar esta situación. En dos zancadas, Hyun ya estaba a su lado y él se retrajo. Cosita estaba temblando, nada consistente como en Fumos, sino una masa flácida. Nunca debió pensar que estuviera bien dejarla. "Maldita sea, Park, ¿qué diab–?"
"No fue mi culpa, ¡¿sí?! Yo solo... ella se me ha pegado, y-y-y yo... la nave ya había elevado. No podía regresar, después dejé todo por irte a buscar cuando nosotros..." no prosiguió, decir otra cosa lo avergonzaba. Lo entristecía, porque no iba a ser más de lo acordado. Al menos, su tristeza se camuflaba con su estrés y desesperación por Cosita. Hyun no se daría cuenta de cómo lo estaba afectando. "Tienes que ayudarla."
"¿Cómo quieres que la ayude? No conozco nada de este animal, no sé si es alguno, jamás–" Loey tan solo tuvo que verlo con su rostro desquebrajado, de moco suelto y ojos llorosos para que Hyun lo entendiera. Podía enojarlo, mas, no era un insensato. No todo el tiempo. "Ugh, ¡de acuerdo! Dame esa cosa."
"Cosita, se llama Cosita."
"¿Por qué sigues diciendo Shic? No entiendo, ¿de qué hablas?" Hyun preguntó, a pesar de tomar a Cosita de sus manos en el camino que hicieron del pasillo entre el baño y la cocina a la enfermería. Y ahí, en la pared contraria, con otra mano donde no le quedó Cosita, Hyun fue picando una configuración de su pantalla.
"No, no shic, Chiq, ese es el nombre que le he dado. Es... hum, cosita en tu idioma. No sé qué sea, entonces yo solo le he puesto de esa forma. Cosita."
"Chiq. Chiq es Cosita en Lumien," asintió. De la pared salió una bandeja que él esquivó para dejar en medio de ambos, y si Hyun no vio su respuesta, la supuso. "Claro, cada día sigo aprendiendo. Bueno, vamos a meter a Chiq aquí, porque no veo de otra para salvarla."
"¿Qué estás...?" Antes de preguntar, Loey lo supo. En la bandeja donde la fangosa Chiq había quedado, apareció una membrana. Muy similar en el color naranja que la nave tanto tenía, y al taparla en su totalidad como una media luna (transparente igual), puso sus manos encima sin que la atravesara. En la salida de gases a cada lado, Chiq se agitó en ella. "¡Hyun! Pero... ¡¿le estás haciendo daño?!"
"¿Qué? ¡No! Yo solo intento... intento ayudar, ¿de acuerdo? Se escanea," eso no parecía con Chiq temblando. Loey no hizo más que pensar que algo estaba mal, porque aun sin escucharla, la percibía. Sí, la percibía, ahora le era claro y era como si Chiq le dijera... quema. "Recojo información de ella, con este gas que neutraliza..."
"La estás quemando. Le duele mucho..."
"No, el gas tranquiliza. ¿Por qué piensas...?"
"¡Porque me lo está diciendo!" Hyun lo miró de grave ceño, y al verlo, Loey entendió que tal vez dijo más de lo que debía. No le iba a explicar ahorita a Hyun su percepción, menos cuando no era adecuado con su estado actual. Debía inventarse algo. "O-O sea, ella... eso aparenta, no... no se ve en buena forma. Por favor, solo... ¿podrías parar?"
"El proceso ha sido completado," Hyun señaló, y sobre la membrana, se iluminó una pantalla blanca. Iba hacia Hyun, así que Loey no supo qué leía. Lo único que él vio fue cómo el gas se disipó y Chiq se desinfló completa. En un estado cero: sin movimientos, sensaciones ni emoción... nada. Pero estaba viva. "Es fauna reconocida de Fumos. De la familia de Aquárum Substántia, esta criatura debe estar a temperaturas de más de los cien grados, y alimentarse de rocas de lava. Loey, ¿en qué demonios pensabas cuando creías poder traerte esto como souvenir?"
"Ya te he dicho que no me la traje porque quería. Chiq solo... me ha seguido, creo que le agrado," le comentó, aunque no vio por qué lo hizo. Tal vez por pensar que aún había criaturas que sí lo quisieran... y ya estaba sonando exagerado, perdón, seguía sensible por todo. "¿Se puede hacer algo por ella?"
"Tienes razón en decir que es una ella, por cierto," oh, bueno saberlo, no quería esa respuesta. "Creo que lo mejor sería que la lleváramos de vuelta a Fumos."
"¿Qué? Pero–"
"¿O qué? ¿Te la quieres quedar como mascota?"
"N-No, es solo... Chiq podría ser mi amiga," convenció, no muy seguro de por qué lo hacía. Al final, ¿qué buscaba? ¿Estaba tan mal para creer que era sensato quedarse con una criatura alienígena? Bueno, técnicamente quería hacer eso con Hyun, pero... "N-No creo que ella quiera regresar, si ha venido conmigo."
"No pienso igual, pero," Hyun suspiró, y al pasar por su pantalla con su dedo, lo miró, agraviante. "Tienes razón en que no quiera regresar. En realidad, no podrá, a menos de que espere morir pronto."
"¡¿Qué?! ¿De qué hablas?"
"Las criaturas como Chiq tienen un... ¿cómo lo llamaría? ¿Apego emocional?" Eso fue nuevo. Loey frunció el ceño, sin entender ni un poco. "Básicamente, se ligan a personas y cosas que les atraen. Si hay algo que les gusta en su vida, lo tomarán como sustento. Como un apareamiento de por vida. Y si mis lecturas son correctas, Chiq se ha apareado contigo."
"¡¿Ah?!"
"No literal, porque supongo no hubo penetración, pero..."
"N-N-No, no, no, no, yo no... ¡jamás! ¡Solo tú me has penetrado!" Ok, decir eso fue todo menos lo que esperaba. La boca de Hyun quedó abierta, él se cubrió la suya en el calor que le cambió el rostro.
"Ejem, gracias por esa información, es bueno saberla... supongo," no ayudó oír más, Loey quería que la tierra lo tragase. Ahí estaba: sufriendo su vergüenza, mientras Hyun seguía como si nada. ¡Porque nada lo afectaba de esto! Si a él no le tenía importancia. "A lo que me refería de Chiq apareándose contigo no hablaba de eso, sino más como un vínculo de vida emocional. Te ve como su familia o pareja, aunque obvio no lo seas. Creo que ella lo entiende, por supuesto, pero aún se liga a ti de tal forma que separarse por mucho tiempo o por grandes distancias le va a causar su muerte instantánea. Esto es lo que pasa con el apego emocional de estas criaturas, jamás se vence, la vida eterna juntos o la muerte es lo que hay."
"P-Pero... pero ella y yo..."
"No te preocupes, a pesar de su apareamiento, no la has embarazado," sentía tanta pena de que Hyun dijera cosas del estilo. ¿Por qué era para él tan normal? ¿Acaso le era una gracia? "Estas criaturas son asexuales en su cotidianidad. Lo que significa que no hay ningún modo de reproducción físico o mental, como es en algunas otras criaturas. Es más cuando ella quiere, se puede inseminar sola y procrear para seguir su especie. Según mi análisis, ella está en buena forma para ser mamá cuando quiera, en una edad adecuada, pero no está en cinta ni parece estarlo pronto. Bueno, menos ahora que está medio moribunda por su cambio de temperatura."
"Que sea Mamá o no ahorita no me interesa. Dejemos eso atrás y dime cómo se supone que vamos a salvarla para que no muera. Si ya me he ganado la responsabilidad de mantenerla conmigo el resto de mi vida por su 'apego emocional', necesito al menos buscar cómo ayudarla."
"Es complicado, porque no creo que hallemos forma de traer su ambiente natural en donde estamos," soltó una queja en desesperación, y con pantalla apagada, Hyun miró a Chiq como él al comentar: "Pero es posible mantenerla en esta hibernación por otro rato. Quizá si pongo a la inteligencia a buscar soluciones del caso, lleguemos a una que nos convenga."
"¿En serio? ¿Harías eso por ella?"
"Sí, bueno, ¿qué? ¿Quieres que la mate en cambio?"
"N-No, yo solo..."
"Tranquilo, ya me estoy encargando de esto," fue lo que dijo cuando volvió a proyectarse la pantalla en su membrana sobre la que fue a teclear. Loey no tuvo que decir otra cosa, solo oír y calmarse un poco. "Mejor regresa a la cocina y revisa que no se hayan quemado los huevos. No sé ni por qué me he puesto a hacerlos si nunca soy bueno."
"D-De acuerdo. Hum... gracias, Hyun," finalizó, con Hyun que lo miró más tranquilo.
"¿Para qué son los amigos?"
Claro, ja, ja, amigos.
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Después de que la crisis de Cosita terminara, y que Hyun pudiese asegurar cómo había dejado bien a la criatura en la espera de que su inteligencia artificial le hiciese algún recurso con el cual sobrevivir a pesar de no estar en su hábitat natural, pudieron continuar su desayuno planeado.
Planeado por Hyun, porque obviamente Loey había llegado con intenciones distintas. Hyun bien sabía que estaba un tema con Loey ahí medio ignorado, y si él era consciente de esto, solo esperaba que se fuera apaciguando ya después de haberse aclarado desde su perspectiva.
Después de todo, hablaba en serio sobre no querer nada más que solo eso: una amistad y quizá un pequeño extra porque el sexo había sido bueno. Deseo cumplido y consenso, Hyun no veía por qué preocuparse más. Sin importar cuánto Zzar reclamase en su cabeza sobre cómo esto no era sano, que estaba mal, que si quería hablar sobre sus sentimientos mejor lo hiciese con ella y se dejara de estas relaciones enfermizas–él no sabía de qué estaba hablando–, le dio fin al asunto y volvió a su rutina.
La conversación de cómo Loey había obtenido aparearse con Cosita y en qué momento entró a su nave (sin que él se diera cuenta) fue igual interrumpida. Como en tantos de sus días, recibió su llamada del Sistema, y al excusarse con Loey–en la esperanza de que TaeYeon no dijese nada por verlo portar nada más que ropa muy vaga y poco profesional para la hora en la Nueva Tierra–, fue a la sala de controles a dar respuesta.
No se esperó que TaeYeon pidiera más de lo que él ya tenía calculado. Si bien no le apuntó su vestimenta, surgió otro pendiente del que se preocupara.
"¿Cómo que tengo que hacer reporte anual?"
"Es lo que hay. Ya casi pasa el año desde que empezaste la misión. Se te aclaró en normas del Sistema que debías volver a la base cuando pasara (si acaso la misión no estaba ya completa). Y como es evidente que aún sigues en ella, no hay más. Tendrás que presentarte a hablar de tu progreso."
"Pero ¿por qué no puedo solo escribirlo? ¿O contártelo? Si tenemos estas llamadas, ¿no te es suficiente con que te avise cómo me ha ido en todo un año?"
"Sabes que así no son las cosas, Hyun. Mis superiores quieren verte para discutir con seriedad lo que has logrado y descubierto hasta ahora," bufó con maldición entremedio. Claro que eso no se escuchó en la llamada, tan bajo como dijo la cosa, Hyun se estresó un poco. No gustaba de ir a hablar con altos rangos, no desde hace tanto tiempo. Le agradaba más hablar solo con TaeYeon, era bueno tenerla como amiga y Mayor, al menos de esa forma se saltaba algunas reglas. Incluso cuando TaeYeon también tuviera sus momentos de seguir las leyes nombradas. Si tan solo ella supiese lo que había descubierto en menos de un año... no esperaba que fuese a recibirlo de sonrisas y tranquilidad. "Eso también significa que necesitan inspeccionar tu nave de adentro hacia afuera. Ya sabes, chequeo de rutina, para buscar que no haya problemas y se pueda continuar tu viaje a la distancia sin temor a quedarte varado."
"Claro, chequeo de rutina," ese fue otro problema. No se puso a pensar jamás que pasaría. En realidad, aún no era capaz de pensarlo, solo tenerlo en cuenta ya le hacía girar su cabeza, y si quería mantener a Loey oculto como hasta ahora... ¿qué iba a hacer?, ya no tenía solo una cosa que esconder, sino dos... si contaba a Cosita. "¿Algo más que quieras agregar?"
"Se te hará un examen físico, psicológico y de conocimientos para asegurar tu bienestar, así como el progreso de tu mentalidad después de todo este tiempo en la misión solo. Si bien se espera que con la inteligencia emocional Z-Z-A-R consiguieras mantenerte cuerdo hasta ahora..."
"¿No lo aparento?"
"... si hay algo que los analíticos deban considerar, serás sacado del programa y la misión F.I.R.E. no estará en tu poder de nuevo," eso fue inesperado. Aunque sabía que era normal, porque de qué servía tener a un loco dirigiendo una misión de tal importancia, no se esperó que en verdad pudiesen sacarlo. No en su estado, porque él no había visto que se deshiciera de esto. Él se había metido en la misión, él había jurado servir al Sistema para completarla (sin importar su propia vida), jamás... creyó que hubiera alternativa. "¿Te ha quedado claro?"
"Sí, señora," igual no había de otra, ¿cierto?
"De acuerdo. Entonces, te veré en dos semanas. Ya ansiosa por hablar contigo cara a cara, Hyunee," la sonrisa de TaeYeon calentó algo en su interior a pesar de lo que en su cabeza había. Hubo un cariño sin igual, sin importar lo que dijera, ver otra vez a TaeYeon le trajo una motivación para seguir donde estaba. "Hasta luego."
Ni pudo despedirse al pensarlo mucho. TaeYeon cortó la conexión y todo volvió a la normalidad. Al menos, por un tiempo. Hyun no pudo olvidar el cómo había un trabajo.
Y si ese era saber cómo guardar un polizón sin que el Sistema se enterara, que los astros lo ayudasen.
゚✵ :・゚✧ :・゚✵ *:・゚✧:・゚✵ :・゚✧:・゚
Dos semanas pasaron y Loey no había hablado mucho con Hyun después de eso. No fue tanto su culpa, Hyun tampoco le dirigía palabra.
Claro que a Loey le extrañó si habían dicho que estaban normal. Que eran amigos (o amigos con derechos–sabrían sus ancestros lo que era), y que aún trabajaban mano a mano en la nave y exploración del espacio.
Todo cambió en cuanto terminó su llamada en medio de ese frío desayuno: Hyun no actuó 'normal'. No hubo clases ni entrenamientos, aunque quiso preguntar (no supo cómo), se sintió en conflicto. Todo era tan diferente ahora, no sabía si Hyun se habría arrepentido.
Aunque no percibió nada similar, sí hubo ¿preocupación?, Loey no sabía de qué era. Y como no sabía, hizo lo mejor que cualquier persona en su caso: comenzó a sobrepensarlo. Entonces, se estresó, porque el solo pensar ¿estuvo bien lo hecho?, ¿y si lo he arruinado?, ¿y si estuvo mal que haya aceptado su propuesta anterior?, ¿realmente es lo que quiero?, ¿esto dará resultados?, ¿será lo más propicio?, y mucho más dejaba a Loey en un constante dilema.
Encerrado en la bóveda, mientras decidía entretenerse con su navecita a ver si algo lograba reparar ya que tenía materiales cerca, no pensó ni en la pobre Cosita metida aún en la hibernación. Por supuesto que la fue a visitar, y aunque seguía inmóvil y viva, apenas tuvo espacio para que de ella se preocupara como podía hacerlo por la distancia de Hyun.
También él se había encerrado de alguna forma. Siempre en la sala de control, en su cuarto o en la de entrenamiento–listo para correrlo cuando alguna vez entró con intención de averiguar si iban a hacer algo; por su uso de armas de tiro, Loey supo que no, porque él jamás usaba alguna–, poco pudo hacer mucho.
¡Pero! Según su fuente de datos–películas y libros que vio– era posible que las cosas cambiaran pronto. ¡Era un nuevo arco de su historia! Uno donde escalaban, y si acaso no era como él creía (con su familia tradicional, de una Pareja establecida y lista para formar su Unión), se iban encaminando a la idea. Tenía que darle tiempo y no desesperar.
Hyun se desenvolvería. O eso se dijo, porque lo cierto fue que él siguió sobrepensando en todo lo que hizo mal, y rogaba porque fuese Hyun el que se le acercara primero. No podía hacer esto solo.
"Park," no se pudo equivocar. Tan pronto las semanas pasaron, y Hyun llegó a la bóveda (como esperaba), rompió su hilo de pensamientos. Se golpeó con la base de su navecita por rebotar debajo de ella, pero salió con mano en la cabeza y sin la preocupación de Hyun, mientras seguía a la distancia. Portaba su uniforme ya, lo que no era inusual, solo chocaba con su vestimenta floja y sucia por los reparos. "Ven ahora mismo arriba."
Y solo así, tal como vino, se había ido.
Loey quedó ahí, con el dolor de cabeza y la pregunta de qué demonios significaba eso. Estaba esperando a que viniera para desvanecer todas sus molestias, inquietudes y problemas, pero jamás pensó que su tono autoritario, serio y medio sentencioso podría darle más que pensar.
«¿Se ha enojado?», Loey no hizo más que tener algo de miedo. Cuando dejó las herramientas y se paró–sin obviamente alcanzar a Hyun porque él ya había regresado por el ascensor del que ni se apartó–, no hubo más que el temor de sus actos.
Se pudo quedar un rato sin saber qué hacer ni estar seguro de hacerle caso, mas, recordar cómo ese ahora mismo sonó con tal gravedad no dio cabida.
«Ok, aquí vamos».
Hyun lo estaba esperando en la enfermería. Loey lo supo porque con todas sus sensaciones en punta, bien lo percibió a unos pasos. Así que, lo siguió, y al entrar jamás se imaginó que lo encontraría cargando entre sus brazos a Cosita.
"¿Está...?" Fue lo primero que surgió de sus labios, sin importar cuánto más hubo en su cabeza. Si todo se iba a reducir en Hyun con Chiq como bebé entre sus brazos, bien acunada y sobre dulces caricias, Loey no pensaría más. Se tenía que enfocar en Cosita, y cómo ella se percibía.
«Mamá», le estaba hablando.
"Se le ha podido crear un nuevo sistema," Hyun le explicó, mientras volvía a sobar a Cosita. Loey percibió cómo Chiq apreció tanto la caricia. Sacudida con suavidad en el brazo de Hyun, se vio linda. Y aunque haber sido llamado Mamá por la criatura lo descolocó, no hizo más que enternecerse un poco por todo el acto. ¿Era así cómo él y Hyun se verían si acaso...? "La nave y su inteligencia artificial me han ayudado para buscar la solución a su problema. En todo este tiempo se le ha buscado generar una herramienta con la que regular su temperatura, y aunque quizá no sea posible obtener la que ella busca, una inyección que se tomó de antiguas reservas logró que sus niveles se regularan a lo que hay. No será eterno, la inyección quizá le dure entre una o dos semanas, pero todo puede variar porque ese es el cálculo con un humano. De acuerdo con la forma en la que Chiq pueda reaccionar, probablemente veremos de hacer otra aplicación para seguir su tratamiento."
"¿Eso quiere decir que está libre de poder adaptarse a nuestra temperatura?" Siguió después de acortar su distancia. A solo un paso de Hyun, Loey solo miró a Chiq en su brazo. Hyun sí lo vio a él directo, aunque poco duró. Con la atención desviada, ambos dieron al mismo rumbo.
"Más o menos, no sé cómo podrá sobrevivir si se expone a distintas temperaturas, hablando por otros planetas o espacios, pero al menos por el tiempo que ha pasado en la reacción de haberle aplicado tal, creo que a la temperatura de la nave está habituada."
"¿Y no hubo efectos secundarios? ¿Nada de lo que se deba preocupar?"
"Nada registrado hasta ahora. Fue un movimiento arriesgado, debo aclarar. Meterle medicina inventada por humanos a una criatura alienígena siempre se debe evaluar con mucha antelación e investigarse por pasos, pero... no había tiempo que derrochar, la hibernación no la iba a mantener por siempre viva. Si acaso haya alguno a largo plazo, después de varias aplicaciones u otras, no queda más que esperar..."
"Creo que ella lo acepta," comentó lo más casual que podría. No estaba para admitir que Chiq le había dicho tal cosa. Juntos tenían su idioma, y aunque Hyun no lo entendiera, él ya lo asimilaba. Sonriente de poder acariciar a Cosita desde donde la estaba cargando. "Mientras pueda estar con nosotros..."
"Justo por esto te quería. Es tu responsabilidad, tú deberías tomarla," se la ofreció, en lo que dudaba, pero al final, asintió al ser quien ahora la cargaba. Ya no era tan caliente como podía recordar de tocarla en Fumos, tampoco desinflada como al verla desde hace dos semanas. Su figura se había restaurado, era esa suave bolita que de inmediato se pegó a su pecho, sacudida en la ternura. "Bien, listo. Todo está en orden ya."
"Gracias, Hyun," ahí sí lo miró, y al ver sus labios apretados, Loey se recordó el temor de ir allá arriba. No era nada de lo que esperaba, ya no sabía ni cómo reaccionar. Al seguir solo cara a cara, Loey se preguntó si podría acallar esas cuestiones de su cabeza de una vez por todas. "Entonces, tú... ¿h-habías estado ocupado todo este tiempo p-por esto?"
"¿Huh?"
"Ya sabes, porque no habías estado hablando ni tampoco... en entrenamientos o clases c-conmigo..." se explicó, un poco torpe ya que lo pensaba. La confusión y el ceño de Hyun lo hizo sentir diminuto. Casi creyó que lo iba a arruinar de nuevo. Si tan solo hubiera mantenido su boca callada, si él no–
"Oh, eso..." aquí venía, su nueva decepción. Loey era tan idiota. "No, es solo que yo estaba–" ignorándote, alejándome de ti, buscando cómo evitarte, sin querer más de ti, sin desear volver a hablarte nunca más en esta vid– "Pensando un poco. Escucha, ¿recuerdas esa llamada que tuve con TaeYeon hace unas semanas?"
"¿Hum?" Fue su turno de interrogar, con toda duda. Nada de lo pensado se escuchó, lo que no debió ser gran sorpresa. Loey siempre creía lo peor, mas, Hyun estaba ahí para darle la vuelta. "¿TaeYeon?"
"Sí, ya sabes, mi Mayor," él asintió, no muy conocedor de la persona más que por las mínimas veces que la vio en sus llamadas, y aunque hubo días en los que Hyun le contó un poco de lo que eso era, tampoco fue mucho. Supuso que hoy no habría más explicación, Hyun iba a mencionarla por otras cosas. "Ella me ha dicho que tengo que ir a hacer un reporte anual sobre mi misión al Sistema."
"Oh. Entonces, ¿tú estabas...?"
"Preocupado por saber qué voy a hacer contigo y con Chiq ahora," frunció el ceño en la obvia cuestión: ¿por qué habría de preocuparlo?, Hyun fue sabio en contestarle de inmediato: "El que vaya a hacer un reporte anual significa que viajaremos a la base del Sistema, y revisarán mi nave de adentro hacia afuera mientras yo me dirijo a dar noticia de lo que ha sido mi misión. Tú estarás aquí, pero... no deben verte nunca."
"¿No?"
"¡No! ¿O qué esperas? ¿Quieres que oficiales del Sistema te adviertan y hagan de un escándalo tu vida?" Otra vez, estaba confundido. Por ahí en alguna parte de su mente, Loey pensaba que habló con Hyun sobre esto. Quizá algo de mantenerse oculto y no decirle a nadie que existía, pero por qué tenía que hacerlo, ¿le podían explicar de nuevo? "Eres una criatura desconocida. Jamás se había oído de una o un Luminian ni Lumiscia. Y el Sistema me mataría por haberte ocultado de ellas y ellos durante todo este tiempo sabiendo que la misión en la que estoy es de auténtica prioridad."
"Ya. Entonces, ¿yo debería...?"
"Te necesito ocultar," Hyun siguió, lo que le hizo fruncir más. No sonaba lógico para él que, si alguien iba a matar a Hyun por ocultarlo, su respuesta fuera ocultarlo más, pero quién era él para inquirir los métodos del Capitán. La verdad, Loey estaba ahí para favorecer a Hyun, más preocupado porque algo hiciese mal y Hyun ya no quisiera hablarle como lo hizo en esas dos semanas. Así de mucho le comenzaba a importar, tal vez de una mala manera. "A ti y a Chiq juntos."
"Pero si van a revisar tu nave mientras no estás de arriba abajo... ¿dónde podríamos ocultarnos?"
"En eso me he estado entreteniendo durante todo este rato. Vamos," tomó su antebrazo, y en el toque peculiar, Loey miró con curiosidad el brillo en sus ojos. "Tengo un plan."
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«Aterrizaje completado. Bienvenido de vuelta, Capitán Primero Byun Hyun».
Como tanto no hacía, Hyun miró al embarque de la base ante él hoy. A esas naves en fila tan similares a la suya por su tamaño y monstruosidad, listas para salir en misión–quizá algún día–, a esos techos abovedados por las bases de metal, y a los pisos de un resplandeciente cristal translúcido a la cubierta superior de otro suelo blanco más.
Con tal familiaridad, Hyun pensaría que quizá iba a estar en paz cuando llegase, pero... era todo lo contrario. Debían saber razones de ello, no todas. Siempre iba a haber una espinita de regresar a ese que muchos nombrarían hogar...
«Amo», Zzar se oyó ante ese pensamiento, él no dio respuesta. No ahora.
"Nave, código 3-6-98," él musitó en un brillo del panel de control como respuesta. Con la seguridad en la que esto quedaba, desabrochó su cinturón.
Entonces, fue a hacerles frente a sus juntas.
"Capitán Byun," una persona ya lo esperaba al descender por su rampa; con uniforme del Sistema leía su posición como Soldado, un simple Do de apellido y 'ella' como pronombre. Apenas miró a la mujer más baja por recibirlo. "Lo están esperando en la Sala de Conferencias número 11 para su reporte anual."
"Gracias. ¿Será usted quien habrá de revisar mi nave, acaso?" La mujer asintió, y en su acuerdo, él la imitó, tranquilo. Era el mejor para poner una fachada. "Tenga mucho cuidado con ella, es vieja, pero tiene valor para mi persona."
"Esperamos hacerle las actualizaciones necesarias en ese caso."
"Estoy al día con ellas, pero la puede revisar, por mí no hay problema."
"¿Alguna declaración que deba dar sobre lo que podría encontrarse de alta o baja prioridad en su nave, Capitán?" Lo pensó, solo un segundo, aunque lo cierto fue que todo era un teatro.
"Nada que deba preocupar, supongo. ¿Solo ropa sucia?" La mujer le sonrió, divertida, y como bien sabía en su genialidad se la había ganado.
"Claro. No se moleste, no es al primero al que le veo su ropa."
"Entonces, ya sabe cuál es su trabajo," congenió con sonrisa coqueta. Era tan fácil esto, la mujer solo se rio, antes de irse con lo suyo. "Regresaré en un par de minutos. Gracias por su atención, espero volver a verla."
"Digo lo mismo de usted, Capitán."
El intercambio terminó, él pudo continuar con su camino, y al desplazarse fuera de aquella zona de estacionado hasta la gran puerta que abría pasillos a toda la base central del lado coreano, Hyun puso cara seria al seguir con su fachada.
Ya estaba listo para irse a su reunión. Solo esperaba esto acabase pronto.
Y que Loey pudiera aguantar en su ausencia.
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Por suerte, la reunión no tardó mucho. A Hyun se le leyó una vez más lo que hacía en esa misión con cada una de las letras escritas en F.I.R.E. y su significado, y al distinguir cómo era de máxima prioridad para el Sistema que esta se concluyera en el menor tiempo posible, básicamente le dieron una regañina por no haber hecho más de lo dicho en todo un año.
No era su culpa que la misión fuese tan complicada. No había pistas por dónde iniciar, ni siquiera un mapa, ¿cómo esperaban que él solo lo hiciera?
"Le hemos dado instrucciones claras, Capitán. Se ha equipado con el mejor armamento necesario."
"Sí, pero el que me digan ve a investigar, toma muestras de agua, averigua dónde está, no significa que yo pueda discernirlo en un rato. ¡Hay cientos de planetas allá afuera! ¿Acaso piensa que no he explorado y hecho investigación mientras puedo?"
"¿Está diciendo que usted no es capaz de completar esta misión?" Las voces de los cinco máximos dirigentes del Sistema de Seguridad en el lado coreano lo miraron. Todas esas personas, humanos de origen similar, con sus ojos cansados por la edad, severos en juicio, lo cuestionaron de una. Desde la alta General Kwon BoAh en su tallo de metro ochenta que había hablado, hasta el Coronel Kwon JiYong con sus dientes afilados a lo tiburón de ahorita. Y él solo pudo ponerse recto, en la molestia de ser inquirido sobre su habilidad como no gustaba. "¿Capitán?"
"Soy completamente capaz. Solo no es tan sencillo como piensan."
"Nunca pensamos que sería sencillo, en realidad," TaeYeon abogó, sentada justo a su lado. En esa mesa de cristal como el piso sería, puso sus manos juntas sobre ella, y el círculo bien congregado de autoridad se le acercó en esa sala cerrada de paredes blindadas sin decoración por ser de alta confidencialidad. Minimalista—le decían, pero para Hyun era clasista en realidad. "La misión tiene un intervalo de cumplimiento entre seis meses a cinco años. Si en cinco años no puede estar completa, debemos darnos por vencidos. Eso es lo estipulado."
"Sí, pero siempre se debe priorizar que se cumpla antes de llegar a un fallo," el Teniente Coronel Christopher Bang declaró con un golpe de amplio puño como ancho era su cuerpo, lo que trajo su suspiro.
"¿Y cómo piensan que lo haga estando solo?"
"Siempre se estipuló que la misión se podría cumplir solo, Capitán," la Coronel Jennie Kim declaró con tal firmeza al tamborilear sus largas uñas metálicas de esas extremidades robóticas que en su uniforme de corte sin mangas la hacía ver musculosa, aunque delgada. Él solo pudo fruncir los labios. "Y usted estuvo de acuerdo."
"Lo sé, pero ahora..."
"Hay que recordar también el secretismo de esta misión. Si hay más gente involucrada, sería un riesgo mantenerla," el General Jung YunHo se antepuso a su comentario, y con su porte de hombros anchos, uniforme de cinco estrellas y fuerza no solo en su voz sino también en su mirada afilada, no hubo discusión. A Hyun lo redujo en palabras. "Eso está claro, ¿no? Cualquiera fuera de esta sala que sepa más mínima cosa de la misión F.I.R.E. será eliminado. Usted juró un voto de silencio, Capitán Byun, nadie más se puede involucrar."
"Lo sé," volvió a declarar, lo que tensó un músculo en su mentón. Por algo había escondido a Loey, y aunque temía lo que esa declaración podía significar detrás–como si acaso lo estuvieran interrogando por haberlo descubierto...–, al no ver ninguna otra peculiaridad, se relajó con los altos rangos. "Y nadie más lo hará mientras ustedes me permitan continuar como podría."
"Eso depende de cómo salga en sus evaluaciones, Capitán," la General anticipó al recorrer sus lentes en su ovalada cara con una sonrisa que hasta parecía macabra. Fue directa en lo dicho solo como los humanos podían: "Si hay algún problema, supongo que tendremos que borrar sus memorias y eliminarlo del programa."
"Eliminar como borrar su expediente y regresarlo a sus funciones del día a día," TaeYeon agregó, con las risas que ese grupo soltó en su muda pregunta.
"Sí, claro," el Coronel le sonrió y todos sus dientes tiburón brillaron.
Él solo se pudo recordar en dónde estaba nadando.
"Entonces, ¿damos por terminada la reunión?"
Fue un alivio que dieran permiso. Tan pronto le indicaron que así era y podía proseguir a sus evaluaciones como nombraron, no se tardó más. Fue a donde le dijeron para evaluarse en todo aspecto: físico, psicológico y mental. Con buenos resultados para obtener un visto bueno de cinco cabecillas, Hyun se regresó a su nave con hombros gachos.
La había librado, ahora solo tenía que volver al espacio, y él y Loey podrían...
"¡Byun Hyun!" Jamás se imaginó que otra voz lo detuviera. Al voltear, debió suponer algo. Kim TaeYeon nunca podría dejarle irse con calma. No en su guardia, y en todo ese pequeño 1,50 que era ella, Hyun la vio portar su uniforme de dos piezas, con esa marca de una figura sin igual. Un cuerpo muy chiquito para una mujer inmensa, de verdadera fuerza no solo física sino mental, tez tan blanca, ojos delineados, labios negros y a falta de cejas, una amplia frente que se cortaba en el inicio de su cabello negro y lacio. Era una fiera. Una fiera hermosa. "¿A dónde crees que vas? ¿Acaso piensas irte sin saludar?"
"Creí que nos habíamos saludado ya," él resolvió, pero como era, TaeYeon no lo dejó de esa forma. Molesta por su rostro contorsionado, la vio acercarse de una. A muchos pasos rápidos, rompió su distancia para quedar a solo centímetros de estar tocando su cuerpo. Como a él le gustaba. "Pero si quieres que lo repita, puedo. Hola, Mayor."
"Déjate de tonterías, no estoy para formalidades ya. El teatro terminó, quiero mi abrazo," replicó con tanto enojo que él no hizo más que reír en respuesta. No se lo negó, porque eran pocos los momentos que tenía con ella. Y como la había extrañado igual, Hyun se inclinó a abrazarla con esa fuerza que pudo demostrar al alzarle del suelo. "¡Eso es de lo que hablaba! Estrújame y dime cuánto me has extrañado."
"No tienes ni idea, TaeYeon," en otro apretón, de ella escuchó una risa. Y al fin, al dejarla bajar, la soltó. En medio de esas naves a pasos de la suya para verse de nuevo cara a cara con sus sonrisas. Como Hyun casi no expresaba más que para esas personas. "¿Cómo has estado?"
"Afortunadamente bien. Ya sabes, siempre hay mucho trabajo cuando tienes un puesto alto. Pero lo he podido sobrellevar, ¿tú?"
"Bien. Bien, claro, creo que ya has escuchado suficiente de mí después de todas las evaluaciones y aquella reunión donde se me erizaron los vellos," TaeYeon se rio, y él en su lugar solo esbozó una sonrisa. Era tan lindo ver cómo podía traer ese gesto, a Hyun siempre le había costado hacerlo, pero con TaeYeon todo era distinto. Tenía un lugar ganado. "Lo más bien que podría."
"Claro. Con tu difícil misión..."
"Capitán Byun," a pesar de que algo más quiso decir sobre la burla, la voz de la anterior soldado con la que habló lo hizo voltear. Y ahí estaba, esa mujer robusta de piel bronceada y largas trenzas de boxeadora. Con su tableta en norma, Hyun se enderezó para mirarse como ella en mayor seriedad. "La revisión de su nave ha sido completada. Todo está en orden, es posible que ahora vuelva a su trabajo."
"Bueno, gracias, soldado," señaló con una venia, y si acaso la mujer esperaba de él algo (quizá después de haberse ilusionado por su intercambio anterior), Hyun fue a romper su corazón solo al voltear de nuevo. TaeYeon estaba ahí, no había más en quien quisiera prestar su atención ahora. "¿Te molesta si me acompañas hasta mi nave de vuelta?"
"¿Me estás pidiendo que te lleve de la mano a tu puerta?" Hyun se rio con tanta claridad. Sin bufar, como Loey diría. "De acuerdo, si tanto necesita, señorito."
No fue de ahí un viaje largo, aunque lo pudo rellenar con preguntas y más, cuando TaeYeon pidió entrar a su nave (por los viejos tiempos), Hyun no fue quién para decirle que no. Subieron juntos la rampa, y TaeYeon fue a explorar. Con su suave elegancia, el toque que dio a su silla desde el área de control y esa jocosa mirada a la distancia, a Hyun le dio igual cerrar la puerta por detrás.
Solo estaba TaeYeon en su presencia.
"Es tan distinto verte aquí en persona a hacerlo desde una pantalla," remarcó al darle la espalda. Hyun se le acercó desde atrás, y a solo unos centímetros de distancia, aguardó en lo que ella hablaba. "Te siento de otra forma. Hacerlo aquí así y hacerlo allá... es raro."
"¿Raro cómo?"
"Raro como que hay una línea divisoria. Allá siempre serás el Capitán Byun y yo la Mayor Kim, pero acá..."
"Tú siempre has sido para mí TaeYeon," él alegó, mas, TaeYeon no dijo nada. Enmudecida, Hyun presintió una alteración de ella. "Y yo solo soy Hyun para ti, ¿no?"
"Muchas cosas han cambiado con el tiempo."
"Pero somos las mismas personas."
"No," TaeYeon se volteó. Lo encaró de esa forma, y aun desde abajo, dijo con firmeza: "Ya no lo somos."
"TaeYeon..."
"No sabes lo que me ha hecho el tiempo, Hyun."
"¿Te ha hecho más madura?" Intentó bromear, su ceño no le correspondió de vuelta. "¿Acaso has visto a otras personas...?"
"¿Por qué me lo preguntas ahora?"
"TaeYeon..."
"No tienes por qué saberlo."
"¿Por qué no?"
"Tú sabes la razón."
"Pero soy tu amigo."
"Si eres mi amigo," TaeYeon se acercó ante eso, prácticamente sus cuerpos se estaban tocando, y en la proximidad, la humana rodeó su cuello sobre sus puntas para susurrarle al oído: "Déjame ver lo que escondes en tu bóveda."
"¿Qué?" Ahí la empujó, sorprendido hasta de haberlo hecho. No los separó mucho, si TaeYeon chocaba ya con su silla, no era que hubiese más espacio. Eso no pudo pensar cuando más se inquietó por lo escuchado. Y él solo titubeó, con ceño y una sonrisa chueca. "¿De qué estás hablando?"
"¿Crees que soy tonta, Hyun?"
"Claro que no, yo jamás creería–"
"Exacto. Por eso, quizá podrás engañar a los del Sistema ocultando personas, pero no vas a hacerlo conmigo. Tus reportes podrán ser una cosa, lo que me dicen tus lecturas son otras, y sé que has activado otro uniforme del Sistema sin autorización. ¿A quién se lo estás prestando?" Por un segundo, se quedó callado. Sin saber con qué contestar, la pregunta de si había escapatoria le surgió por su cabeza. "¿Hyun?"
"¿No piensas que fuera yo usando otro, acaso?"
"Claro, si tus lecturas son persona de casi metro noventa, setenta y ocho kilos y temperatura superior a los cuarenta, entonces, lo creo."
Hyun no sabía que Loey podía tener temperatura superior a la de un humano. Tal vez por algo siempre estaba tan caliente cuando lo tocaba. Diablos, pero esa información qué le importaba ahora, era su perdición, los habían descubierto.
"¿De quién se trata?"
"TaeYeon–"
"Hazlo salir. Ya," con mano arriba, Hyun colapsó en las opciones que tenía. "Es una orden como tu Mayor."
"Realmente eres distinta allá, ¿no?"
"Te lo he dicho, Hyun, no sabes quién soy ahora," frunció el ceño, mas, no fue a preguntarlo.
Hyun suspiró, y al revisar que su nave hubiese cerrado detrás la puerta, configuró en su brazolector la función. Desde su escotilla se proyectaron imágenes de la bóveda, y al bajar el camuflaje con desactivar orden 3-6-98, todo fue obvio: la navecita, la cama y pertenencias de Loey estaban. TaeYeon las miró al voltear, pero si ambos buscaron a Loey en ese espacio, no lo vieron.
Fruncido hasta su ceño, se preguntó a dónde se habría ido el Luminian, hasta que...
El grito ahogado se lo dijo. Cerca de ambos, parado a unos pasos del pasillo como intruso, Loey se figuró. Chiq estaba en su hombro, igual descubierta.
El interés de TaeYeon fue más por su amigo azul en este caso. Curiosa y de labios abiertos, la vio acercarse a Loey y estirar un brazo hacia su rostro. Sin tocarlo.
"Nunca había visto nada igual."
"H-Hyun..." Loey musitó, él solo apretó los labios.
"Puedo explicarlo," salió en defensa, si fue suya, de Loey o de ambos, no supo. Cuando se dirigió a TaeYeon, ella lo fue a observar en una inclinación y su sonrisa le dio toda otra respuesta.
"¿No crees que ya es muy tarde para hacerlo?" TaeYeon miró de nuevo a Loey al poco rato. "Fascinante."
Luego, sacó su espada y lo embistió.
゚✵ :・゚✧ :・゚✵ *:・゚✧:・゚✵ :・゚✧:・゚
Y este, mis amistades, es el fin de Loey...
Ja, obvio no, pero qué buen susto nos deja esa parte del final, ¿no? 👀
Como bien lo dijo Loey y se aclara en el nombre arriba, ¡hemos entrado en un nuevo arco de la historia! Por fin~ después de tanto, vamos a avanzar a otra forma de leer la historia. Los tiempos de ella se irán un poco más rápido acá (si creían que avanzar como un mes por cada cap era mucho, aguántense, que en los próximos nos echaremos más 🫣), y eso significa que muchas cosas pasarán para nuestros personajes en pocos intervalos...
Entonces, sí, vénganse preparadas/os, porque esto va a ponerse interesante. Más sorpresas como el fin de este cap nos encontraremos... de repente~
💥 ¿Qué les ha parecido el cap? ¿Opiniones sobre el nuevo inicio?
💥 ¿Alguna idea sobre lo que creen que pasará con Loey después de ese tremendo final (¿será este el fin del Hombre Araña 🫣😂)?
💥 ¿Y ustedes qué piensan sobre los nuevos personajes que se nos vienen a presentar acá? Sobre todo, con TaeYeon...
Ese personaje lo empezaremos a ver mucho ahora, así que váyanle dando bienvenida~
Y recuerden... la relación de Loey y Hyun podrá ser complicada, pero es parte de la trama~ dejen que avance, solo esperemos no sufran mucho en el proceso 😬
¡Muchas gracias por leer hasta acá! Ojalá lo hayan disfrutado, y pueda leer sus comentarios, así como recibir sus votos de agrado. Nos estaremos leyendo en la siguiente parte pronto~ 💙
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