Episodio Piloto

Dejó las bolsas con sus compras sobre el largo sillón negro que había en la sala para poder ir a su habitación. Al entrar no sabía que hacer primero, recoger su pijama he irse a bañar o quedarse con su ropa mojada e ir directo a lanzar todos los recuerdos que tenía con aquel bastardo a la basura. Después de pensarlo por unos segundos se decidió por lo primero, no iba a pescar un resfriado por su culpa, no lo valía.

Una larga ducha más tarde, Jongdae había cambiado toda esa ropa incomoda, gracias a la lluvia, por una suave y cálida pijama de color naranja que su madre le había regalado la navidad pasada, el peinado liso en el que había trabajado toda la mañana se fue para así darle paso a esos pequeños y molestos rizos castaños que tenía desde pequeño, mientras que sus ojos, que momentos atrás brillaban con ira y tristeza, ahora estaban rojos e hinchados, no porque hubiera llorado por aquel idiota, no, claro que no, un poco de acondicionador le había caído en los ojos, sí, eso era.

Tomó entre sus manos la computadora portátil que estaba sobre un pequeño escritorio de madera situado al lado de su cama y una gran manta con un estampado del sistema solar que tenía en el armario. De camino a la sala recordó haber dejado su celular en la tapa del inodoro en el baño, pero, no le importaba, total, sabía que él no le buscaría por lo menos en unos días hasta que extrañara varias de las cosas que había olvidado ahí.

Puso su portátil sobre la mesita que estaba frente a un cómodo sillón negro, ese mismo en el que había dejado las provisiones que necesitaría para su larga velada y el que cumpliría con la función de ser su buen acompañante cuando ocupara resguardarse en algo o alguien para sentirse un poco mejor durante todo el fin de semana.

Luego de acomodarse en el sillón se envolvió como un bebé en su manta, abrió su computadora y presionó el botón de encendido, mientras la pequeña maquina arrancaba revisó lo que había llevado para comer: un bote con helado de limón el cual tendría que dejar un rato en el refrigerador ya que se había derretido, cuatro bolsas grandes de frituras, tres cartones de leche de fresa, por lo menos cinco paquetes de sus gomitas favoritas, malvaviscos, una caja de brownies con trozos de nuez, otra de barras de chocolate, otra de galletas, si no moría de la tristeza al menos lo haría por una sobredosis de azúcar; y por último, pero, no menos importante una de pañuelos.

Levantó su rostro para mirar si la computadora había encendido, cuando eso ocurrió, rápidamente abrió el navegador y dio click en el acceso rápido de su página favorita para ver dramas, esperó a que esta cargara para así poner el nombre del drama que quería ver en el buscador de ésta.

"Diamantes, oro y amor"

De solo escribir el título una sonrisa similar a la de un gato se formaba en sus delgados labios. Era su favorito desde que lo había visto hace cinco años por la televisión. La historia cliché sobre un frío, exitoso y guapo hombre de negocios que terminaba enamorado de un chico dulce, amable y lindo había conmovido su corazón, simplemente no le aburría. Sabía de memoria todos y cada uno de los diálogos, la letra de cada una de las canciones que sonaban de fondo, lo que usarían de vestir en cada escena, las expresiones en sus rostros, por dios, incluso se había aprendido los créditos que aparecían al terminar cada episodio. Si había algo que podía animar a Jongdae en definitiva era un maratón de su drama favorito.

Antes de reproducir el primer episodio abrió cuidadosamente las bolsas con frituras, sacó el bote con helado y lo puso a una distancia considerable de su computadora, tenía flojera de dejarlo en el refrigerador así que lo dejaría para otro momento, acomodó la caja con pañuelos a su izquierda en el sofá, tomó un puño de frituras y dio play al primer capítulo.

De solo escuchar la canción de entrada se sentía relajado, parecía un niño pequeño mientras miraba con emoción a la pantalla. Pasaron exactamente veinte segundos para que los créditos iniciales dieran paso a la primera escena.

Un primer vistazo a lo que sería el lujoso apartamento del protagonista se vio en la pantalla, mostrando brevemente las distintas habitaciones que había dentro de esta: primero la sala, después la cocina, a esto le siguieron una biblioteca, la recamara principal y al final el lugar en donde se encontraba el protagonista un innecesariamente gran guardarropa en el cual estaban acomodados a la perfección montones de trajes, zapatos, relojes, corbatas y un sinfín de cosas que parecían ser de marcas exageradamente costosas y elegantes.

Al ver la ancha y masculina espalda de cierto hombre Jongdae soltó un pequeño grito, era él, Kim Suho, estatura promedio, pálido, músculos por todos lados, rostro perfecto y un cabello en el cual quisieras enredar tus dedos para comprobar si era tan suave como se veía y heredero de industrias Kim.

----Eso si es un hombre, no como el que acaba de terminar conmigo ----soltó sin darse cuenta, a ese punto ya no le tomaba mucha importancia a nada que no fuera su drama favorito.

Al terminar la muy placentera escena en donde Kim Suho terminaba de vestirse la locación cambió a una completamente diferente, una que él conocía muy bien, un piso por el cual se encontraban tiradas bolas de papel y varias prendas de vestir, pero hey, no piensen mal, el dueño de esa habitación no era un flojo, solo no tenía mucho tiempo libre para poder hacer algo de limpieza, Zhang Yixing era el dueño de esa habitación, desorganizado a morir y algo distraído a veces, ese era su bebé. El futuro gran amor de Kim Suho.

Zhang Yixing era una cosita tierna, tenía esos pequeños ojitos los cuales le daban la apariencia de tener sueño, unos lindos hoyuelos los cuales quisieras picar durante todo el día y su cabello desordenado solo lo hacían ver mejor. Era demasiado para su corazón.

Pasaron cerca de veinte minutos, y unos cuantos gritos de emoción de parte de Jongdae cada vez que veía a ambos protagonistas, para que apareciera el peor de todos, si Suho era un cubo de hielo Kim Sehun era un iceberg o la Antártida misma. Alto, pelinegro, pálido, un par de ojos que no daban indicio alguno de vida y eran complementados con un gesto el cual lo hacía parecer como si hubiera olido el gas de alguien más. Jongdae piensa que es una lástima que el personaje de Sehun sea tan amargado siendo tan atractivo en más de un sentido.

Sehun era el hermano menor de Suho, pero eso no significaba que se llevaran bien, al contrario, se llevaban peor que perros y gatos desde pequeños. Siempre se trataron como algún tipo de enemigos silenciosos, vigilando los pasos del otro para encontrar el momento oportuno de derribarlo.

Estaba tan concentrado viendo lo atractivo que lucía Kim Sehun en su traje mientras se subía al elevador que no notó el momento en el que una fuerte tempestad comenzó. La consecuencia de eso fue que terminara tirando la bolsa de frituras que tenía en el regazo al piso después de que el fuerte sonido de un trueno golpeara el cielo.

Algo molesto, Jongdae se agachó como pudo para alcanzar la bolsa en el suelo sin la necesidad de levantarse del sofá. Mala idea, al tratar de alcanzar una fritura golpeó la mesita sobre la cual estaba su portátil y el helado derribando este último sobre el primero.

Supo que su noche de "olvidemos a mi ex con mi drama favorito" había acabado cuando de su computadora salieron chispas y quedó en la oscuridad de su apartamento. Un agudo grito salió de entre sus labios al ver como su preciada computadora moría ante sus ojos y dejando la bolsa de frituras a un lado decidió que era mejor salvar lo que no se podía.

Trató de desenvolverse de la manta fallando totalmente en el primer intento, en el segundo trató de liberarse mientras saltaba sobre el sofá y tiraba de un extremo de la manta. Otra mala idea que terminó con él con su trasero adolorido sobre el suelo.

Lamentándose sobre su racha de malas decisiones durante un corto lapso de tiempo, Jongdae pensó en que lo mejor sería rendirse de una vez por todas. Esa noche no vería su drama favorito.

De un momento a otro el suelo se sintió más cómodo de lo que debería, era firme, pero suave, a la vez que era cálido. Extraño, tal vez demasiado para su gusto. Su curiosidad aumentó, así que tratando de descubrir que era lo que pasaba con su piso pegó su mejilla derecha a la superficie.

Retuvo la respiración al sentir un latido golpeando suavemente contra su mejilla, eso estaba mal, no se supone que el piso tenga vida.

Una luz se encendió sobre él, lo cual era extraño, él no había encendido ninguna lampara. Todo se estaba volviendo cada vez más extraño. Decidió dejarse de rodeos. Puso ambas manos sobre el suelo con vida y se impulsó para poder levantarse.

Una expresión de completa molestia fue lo que vio en lugar del suelo.

No sabía si gritar de la emoción, sorpresa o del miedo que sintió.

No estaba en la sala de su apartamento, ni mucho menos sobre el suelo de este, no, estaba en el elevador de industrias Kim... sobre Kim Sehun.

--¿Qué demonios? --fue lo único que pudo salir de sus labios.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top