8. Discusiones y encuentros inesperados (sin editar)
Busqué con la mirada a Rule desde el lugar en donde me encontraba parada pero no lo encontraba por ninguna parte, o por lo menos no lo veía en mi campo de visión y con tantos cuerpos sudados al aire libre apretujados unos a los otros. ¿Dónde se había metido este chico? Hace como una hora que llevo buscándolo sin tener suerte. Mis amigos y mi hermana se fueron a la pista de baile, o lo que sea que sea en donde están bailando, como hace media hora cuando, sin suerte de ellos, me negué completamente a bailar. Tal vez se arrepintió la decisión que tomamos. Ese idiota, mal parido, hijo del demonio, imbécil...
Me encontraba soltando una sarta de insulto hacia aquel sujeto mentiroso, traidor cuando algo o alguien me cogía de la cintura.
Me volteé enfada a enfrentar a la persona que se atrevió a tocarme, pero antes de que pueda abrir la boca y decirle su vida entera, me acercó a su cuerpo y habló antes que yo.
—¿Quieres bailar, linda? —susurró el idiota al que estaba insultando mentalmente con voz ronca y sensual en mi oreja.
—No, no quiero bailar y menos contigo. Te he estado esperando por un buen rato y no te veía por ningún lado. ¿Dónde se supone que estabas?
—Haciendo los últimos arreglos para nuestro viaje y yendo a buscar las galletas a la cocina que me pediste que recogiera —dijo encogiéndose de hombros—. Vamos a bailar. Y no digas que no sin tener una buena razón.
—Si tengo una buena razón. No quiero que nos vean juntos. Aparte, tu querida noviecita me va a matar —me estremecí con el solo hecho de pensarlo—. Y no quiero enfrentarme a su furia. Ella puede ser tan mala como Cruella de Vil, Úrsula, Morgana, Maléfica, la reina de Corazones, Izma, Lady Tremaine, Anastasia y Drizella, olvida a Anastasia, ella al final se volvió buena,la Reina Grimhilde, Scar, Jafar, el capitán Garfio, Clayton, Gothel. Incluso hasta todos ellos juntos. Ni lo sueñes, moriría en un segundo.
—En ese caso, bailaremos aquí —me sonrió de oreja a oreja—
—Está bien —cedí justo cuando sonó por todo el lugar una canción lenta—. Wherever you will go.
Me miró confundido.
—Así se llama la canción. Aunque esta es una versión acústica.
—Oh. Callie, tienes que poner tus manos alrededor de mi cuello, no tenerlas en mi pecho.
Miré su pecho y él tenía razón, mis manos estaban ahí. Con las mejillas sonrojadas, pasé mis brazos alrededor de su cuello sin mirarlo.
Me acercó más a él.
—Si pudiera lo haría—me susurró.
Estábamos tan cerca que sentía su aliento mentolado en mi mejilla, haciéndome cosquillas y respiraba su olor, era como una combinación del mar y del bosque.
—¿Uh?
—Iría a dondequiera que vayas.
Le sonreí y rodé los ojos.
—No deberías sacar lo que digas de una canción. Pero si te pones a pensar, realmente irías donde tengo que... Y estoy arruinando el momento. Lo siento —le dije bajando mi cabeza avergonzada.
Y seguimos bailando en silencio hasta que la canción terminó.
***
—Eso no va a volver a suceder ¿me entiendes? —dije mostrando mi enfado.
—¿Por qué no? —dijo haciendo un puchero—. Si te gustó.
—Pero quién te crees que eres. Una cosa es que bailemos y otra muy distinta es que ataque mis labios con los tuyos.
—Apenas nuestros labios se rozaron, fue un pequeño beso. No ataqué tus labios como dices.
—No me importa mucho eso, simplemente no lo vuelvas a hacer o te dejaré sin herederos.
—Si es así, entonces ¿cómo planeas tener hijos? —bromeó el castaño.
—¿Porqué me hiciste venir con él? —murmuré hacia el cielo.
Si me preguntan cuándo fue que me beso, no fue después que bailamos. Fue cuando fuimos al lugar donde había dejado nuestras cosas escondidas. Tropecé con una raíz y cuando me ayudó a levantarme, pum, me besó. Lo empujé, el se paró, agarramos las cosas y caminos en silencio por media hora hasta que abrió la boca para comentar sobre el beso y ahí fue cuando desaté mi furia contra él y hemos estado discutiendo desde entonces hasta ahora. En algún momento de estos lo voy a matar.
—Abre la boca y mueres.
Los drakens tienen mejor vista, pero tampoco es como si viéramos completamente en la oscuridad. Por eso tenemos que utilizar linternas. Y como si eso no fuera suficiente, hay raíces sobresalientes de la tierra lo que nos hace ir más lento porque no estoy acostumbrada a caminar por lugares con tantos baches. Es molesto. Si este lugar no tuviera tantos obstáculos, probablemente ya hubiésemos caminado mucho más.
Salimos de la fiesta sin ningún problema. No nos vieron. Estaban muy ocupados para percatarse que habíamos desaparecido. Ya nos encontrábamos a un par de kilómetros de la fiesta. A pesar de que nos fuimos hace aproximadamente una hora, no se iban a dar cuenta. Tal vez mis amigos se preocuparían de encontrarme pero no me irían a buscar dentro de un buen rato más. Victoria ya debería estar buscando como loca a Rule. Se escuchaban los rumores que Rule había dejado a Victoria, otros de que ni si quiera estuvieron juntos, que pelearon, infinidades de tonterías. Son unos chismosos.
Me voy a volver loca. Necesito hablar con alguien y no lo voy a hacer con el idiota que camina a mi lado. Amara ¿dónde demonios estás? ¿No se supone que cuando te necesito deberías estar aquí? Porque en estos momentos voy a morir de aburrimiento.
—Estoy aquí, Callie —me sobresalté al escuchar la voz tan cerca a mí.
—¿Intentas matarme de un infarto o qué? —le dije mirándola por el rabillo del ojo—. Ya es la segunda vez que lo haces.
—Es divertido.
—Para ti sí, para mí no. Es como si solo tú lograras asustarme. Esa y esta vez me has agarrado completamente desprevenida. Juraba que ibas a hablarme en mi cabezo, no que te aparecerías en mi hombro. Ni si quiera te sentí. Me vas a matar algún día si sigues haciendo eso.
—No me convendría matarte. Si tú mueres, yo muero.
—La pequeña drakiner tiene razón —habló el castaño por primera vez en ya varios minutos.
—Tú cállate —le gruñimos las dos.
¿Cuántos kilómetros tiene este bosque? Ya tenemos caminando una hora por lo que supongo que llevamos dos o dos kilómetros y medios. En el mapa deben salir las medidas del bosque. ¿Rule habrá traído un mapa? Espero que sí, no podemos perdernos. No quiero perderme. Saber que tipos de animales hay en este lugar. Me sé el mapa de memoria por geografía pero luego, aprender qué animales hay en cada lugar específicamente, no tengo ni la menor idea. No le presté mucha atención a esa clase porque pensé que nunca la iba a utilizar.
No pienses, Callie, porque cuando piensas la cagas me regañé.
Es que si no pienso, no sabría muchas cosas, no podría ayudar, sería una cabeza hueca, sacaría malas notas y muchas cosas más. Pensar es una necesidad.
Pero si serás bruta. Para algunas cosas no se piensa, solo se actúa me volvió a regañar mi cabeza como si fuera la cosa más obvia del mundo.
—Rule, ¿has traído un mapa?
—Si no me equivoco, está en la mochila que cargas —respondió sin mirarme y luego siguió conversando con Amara.
Dejé de caminar y descolgué la mochila de mi hombro. La apoyé en la tierra y empecé a rebuscar por todos los bolsillos.
Agua, galletas, ropa, cepillo de dientes, celular, desodorante, una brújula, mi libro de hechizos que me regalaron las gemelas hace unos meses, más agua, más comida, una bolsa de dormir, una ¿carpa? ¿Qué hace una carpa aquí dentro? No recuerdo haber metido una carpa. Que importa, tengo que seguir buscando el mapa. Mapa, mapa, mapa, mapa, mapa, ¡mapa! Al fin.
—Rule, ya encontré el... —levanté mi cabeza para mirar al castaño pero no estaba por ninguna parte.
Mierda. Ese idiota no sé dio cuenta que paré para buscar el maldito mapa hijo de árbol. Lo mato, esta vez sí lo mato.
Amara, se podría saber ¿dónde están? Creo que me acabo de perder o ustedes me perdieron a mí. ¿No se han dado cuenta que me detuve a buscar el jodido mapa en la maleta? Amara, responde. Sé que me estás escuchando, eres como una mini conciencia. Me escuchas donde sea que estés ¿Ahora me pueden venir a buscar? Creo que he visto algo moverse entre los arbustos de mi costado y no quiero saber que es. No te preocupes, es un conejo. Por lo menos esta pequeña ternurita no puede comerme.
Levanté al conejo y me quedé acariciándolo mientras esperaba que me encuentren. Un minuto, dos, cinco, siete minutos, y no aparecían. ¿Piensan dejarme aquí abandonada? Aunque Amara no puede ¿o sí? Rule tampoco puede, se supone que la diosa Meadow le dijo que tenía que cuidarme.
Que hermosa manera de cuidarte tiene, eh habló irónicamente mi cabeza o mi conciencia.
¿No puede callarse? Ya suficiente tengo con Amara hablar en mi cabeza, no necesito otra voz. Me basta y me sobra con una.
Entonces deshazte de ella. Yo sé que quieres, que no la soportas. Solo me necesitas a mí. Yo no te he abandonado y no lo haré.
¿Por qué no te callas? Porque si sigues hablando en contra de mi pequeña drakiner, sea como sea te voy a expulsar de mi cabeza. Y espero que solo hables cuando la situación lo amerite.
—¡¿Por qué mierda te detuviste?! ¿Qué pasa si Amara no me decía que no nos estabas siguiendo? ¡Te hubiese podido pasar algo! —habló enfurecido Rule pasando su mano por su cabella en señal de frustración.
—Te dije que iba a buscar el mapa —ataqué.
—Podías buscar el mapa siguiéndonos —contraatacó—. No tenías que para de caminar.
—Si tenía. Apenas puedo caminar por este estúpido lugar sin tropezarme con tantas ramas, piedras, musgo y raíces. Tenía que parar.
—Vamos, tenemos que seguir caminando y buscar un lugar en donde podamos pasar la noche. Necesitamos dormir —gruñó.
Ya me dolían los pies de tanto caminar. Se supone que buscaríamos un lugar para descansar, pero cada vez que le digo al idiota abandonador de pobres chicas indefensas en medio del bosque que si este sitio estaba bien me respondía que no. Me duelen los pies, muero de sueño y tengo hambre. ¿Cuándo se supone que vamos a detenernos? Pareciera que quiere hacerme sufrir por no haberlo "seguido".
Veinte minutos es el tiempo que hemos estado caminando desde entonces. Ya son casi dos horas de caminar desde que salimos de la fiesta. Él tiene más resistencia que yo porque el entrena todos los días.
El paisaje seguía siendo siempre el mismo. Árboles, ramas bajas que tienes que mover para poder seguir caminando, unos cuantos arbustos con moras, si no me equivoco y de vez en cuando aparece un pequeño animal o algunos insectos en busca de alimento. Gracias a las galletas de choco chips que no nos hayamos encontrado con un animal en busca de carne. Sólo hemos visto animales vegetarianos.
No necesito preocuparme más por los animales salvajes que en cualquier momento pueden estar a punto de atacarme cuando ya estoy preocupada que mi hermana se ponga histérica cuando se dé cuenta que me escapé. Si tuviéramos alguna clase de conexión sabría si ya se había percatado de ello y si quiere buscarme, regañarme o matarme. Ella puede ser mala si se lo propone. Es bastante malo tener que pensar en ello. Incluso se lo puede decir a mamá y papá. No, no creo que su maldad llegue a tanto. Aparte eso también la perjudicaría a ella por ser la mayor y no poder cuidarme. Ella recibiría una reprimenda. Pero yo me llevaría el castigo por ser tan irresponsable por haber huido. O eso es lo que pensarían ellos porque la verdad es que no me he escapado. Solo he salido a buscar a alguien que tengo que matar porque si no me matará a mí y destruirá a la raza humana junto con los que se oponen ante él.
¿Desde cuándo mi vida se había complicado tanto?
—Deja de fruncir el ceño, te va a quedar una marca —habló Rule interrumpiendo mis preocupantes pensamientos. Cosa por la cual estaba un poco agradecida—. No sé qué es lo que pensabas pero al parecer para ti debe ser muy frustrante.
Reí suavemente sabiendo que mis pensamientos probablemente lo iban a dejar pensando a él también e incluso preocupándolo como a mí.
—Estoy pensando en lo que van a decir o hacer nuestros amigos y familiares cuando se enteren que no estamos en la academia. Me da miedo pensar en lo que va a hacer mi hermana. Estoy segura que va a cometer una gran locura. Estoy hecha un manojo de nervios —admití por primera vez. Si se burlaba por lo que ella estaba sintiendo y pasando en estos momento, no iba a dudar en darle una cachetada, un puñetazo o le golpearía con un palo con todas sus fuerzas en la cabeza, sin importarle que pueda caer al suelo inconsciente. Ella es la paciente, en comparación a su hermana, pero cuando esta de nervios, tiende a perder la paciencia más rápido de lo que le gustaría—. Vamos a buscar el bendito sitio para poder descansar o vas a negarme eso. Porque ya desde hace rato andas diciéndome que todavía falta o que ese no es el sitio correcto. No creo que estés en el derecho de negarme algo mientras estoy nerviosa. Pierdo la paciencia rápidamente y no creo que te guste verme enfadada.
—Está bien —suspiró derrotado—. Creo que tienes razón. Estoy agotado y tú te ves diez veces peor. Te falta poco para tener la lengua en el suelo. Hace unos momentos vi un lugar a unos seis metros de aquí un lugar donde la tierra es plana y no hay mucha vegetación que pueda molestarnos. Está por allá.
Señaló hacia noroeste y efectivamente, por ahí hay un perfecto lugar para montar nuestro campamento. A pesar de solo ser seis metro lo que nos separa del lugar, ya no quería seguir caminando pero estaba maravillada con la idea de poder echarse un siesta.
Agradecida con Rule por haber notado ese lugar, agarró su mano y con renovadas energías, que sabía que no iban a durar mucho tiempo, lo arrastró todo el camino sin percatarse de los posibles peligros que podrían haber por ahí.
—¿No que estabas cansada? —me preguntó el castaña cuando ya nos faltaban solo un par de metros.
—La idea de poder descansar y dormir me motivó a seguir adelante en el trayecto que nos faltaba recorrer —respondí emocionada.
Realmente quería dormir. Se sentía agotada. Pero antes de hacerlo, le diría a Rule que haga una fogata para poder comer afuera de la carpa y no tener frío.
Observó que el chico ágilmente armaba la carpa.
Si se ponía a pensar, no creía que ella pudiese armarla sin tener las instrucciones en la mano. Nunca había armando una. La mayoría de veces, cuando iban de vacaciones con su familia, era su padre el encargado de armar las carpas para ella y su hermana y él y su madre. Debió haberlo ayudado en alguna de las excursiones que hacían y así no tener que estar parada como una estúpida sin poder ser de utilidad.
Además de sentir culpa por no haberlo ayudado, tenía una tremenda curiosidad por saber como el ojiazul sabía armar una carpa, me sentía intrigada. Jamás lo había imaginado como un chico scout. Juro que pensé que él era más un chico fiestero y para inteligente. Al parecer me he equivocado un poco en relación a él. No debí juzgarlo tan rápido. No será la persona más agradable del mundo o el más inteligente pero tiene sus cosas y momentos. Y ahora estoy pensando tonterías.
Nota mental: No juzgar a las personas si no las conoces a fondo o cuando solo has escuchado un mal rumor sobre ellos y te dejas guiar por eso.
—Ya terminé —dijo mirando su trabajo satisfecho.
¿Vamos a dormir juntos? ¿En una sola carpa? ¿Solos?
—Relájate. No te voy a hacer nada mientras duermas —se burló—. ¿Por quién me tomas?
Rodé los ojos.
—Estar los dos en una sola carpa va a hacer que no muramos de frío y no tener que ocupar tanto espacio para que nos puedan localizar.
—En eso te doy la razón. Pero si te atreves a acercarte sin que te lo permita, date por muerto.
El castaño levanto las manos en señal de rendición riendo.
—Idiota —murmuré—. Oye, crees que puedas...
—¿Matar a un lindo, esponjo y tierno conejito para cenar? —lo miré horrorizada—. Es broma. Bueno, tal vez no tanto cuando nos quedemos sin provisiones, uno de los dos va a tener que hacerlo. Y por tu cara creo que voy a tener que ser yo.
—Lo que yo quería que hagas es un fogata, no matar o inocentes conejitos que no nos hicieron ningún mal. Al contrario, uno de ellos me hiso compañía cuando te olvidaste de mí y me dejaste sola y desprotegida.
—Exagerada. Ve a buscar algunas ramitas mientras yo hago un círculo de piedras y busco ramas gruesas para que el fuego dure más —me quedé mirándolo—. ¿Qué?
—Nada, olvídalo.
«Yo también estoy curiosa. Cuando regreses vas a preguntarle».
¿Por qué no le preguntas tú? Ya no me sirve de nada preguntar, eso solo me haría ver como una acosadora y no lo soy.
«Eso no te hace ver como una acosadora, eso solo te hace ver como una persona curiosa por su compañero de viaje».
Si tanto quieres saber pregúntale tú.
«Tú quieres saber eso mucho más que yo y esa es la razón por la que tú te vas a rendir y le vas a preguntar primero. Te conozco demasiado bien».
¿Dices que me conoces bien? Si nos conocemos como dos días.
«En eso te equivocas. Tú me conoces por dos días, yo te conozco mucho más de lo que piensas».
¿A qué te refieres? Le dije regresando al campamento con los brazos llenos de ramas pequeñas y hojas secas.
«Los drakiners vinimos a este mundo en cuanto los primeros drakens pisaron la Tierra. Los dioses quisieron que los acompañaremos, nacemos con una parte pequeña de sus almas, pero decidieron hacernos a la semejanza de los dragones, como a ustedes pero con la diferencia que nosotros sí somos una raza proveniente de ellos y ustedes tienen algo así como una mezcla entre el ADN de ellos y el de los humanos».
»No presté mucha atención a ese tema así que no puedo hablarte mucho sobre eso. Nacemos al mismo tiempo en el que lo hacen nuestros unam ya que se nos concede un pedacito de sus almas y también por eso es la razón que morimos un poco después que cuando ustedes lo hacen. La falta de sus almas nos debilita a nosotros también hasta que morimos. De ahí proviene el término unam. Este significa "uno". Porque somos uno. Nos complementamos. Es algo parecido a las almas gemelas. Estamos hechos los unos para los otros solo que no amorosamente, sino estamos entrelazados por sangre, mente, corazón y alma. Somos capaces de sentir, percibir y recibir sus sentimientos, pensamientos e incluso a veces somos una segunda conciencia. También somos amigos, unos amigos que te acompañarán hasta la muerte y que nunca te van a abandonar. Somos uno».
Eso significa que me conoces desde siempre. Si es así ¿por qué nunca te he escuchado hasta hace un par de días?
«Porque no me dejaron hacerlo. Me lo prohibieron hasta que sea el momento indicado. Ellos también me hicieron suprimir tu lado draken. Era difícil no poder hablar contigo. Pero era más difícil y terrible aún, poder sentir tu miedo, alegría, tristeza y no poder estar ahí para ti, no poder darte apoyo y no poder felicitarte».
No debieron hacer eso. ¿Quién te ordenó a hacer eso? Dime para buscarlo y matarlo hable enojada.
«No puedo decirlo».
Podía escuchar en su voz la tristeza, la cólera y la impotencia de poder decirme nada. No iba seguir buscando respuesta, por ahora. No quiero meterla en problemas.
Está bien, no te preocupes. ¿No tienes hambre? Porque puedo convidarte de mis galletas.
—¿Tienes de choco chip? —preguntó ilusionada desde mi hombro.
Esta vez no me asuste al escucharla tan cerca. Ya me había acostumbrado a ella.
Cuando llegué al campamento, Rule ya había prendido la fogata. La flama era pequeña. Supongo que era porque la madera más gruesa se demora en prender si no tiene ayuda. Coloqué un de las ramas en la fogata para que la llama se agrande un poco y no se apague mientras acomodo las demás.
—Te demoraste un poco, me tenías preocupado. Ya iba a salir a buscarte.
—Gracias por preocuparte pero ya estoy aquí sana y salva. En una sola pieza —le sonreí—. Ahora tenemos que hacer que esa fogata nos proporcione calor.
—Ella tiene razón.
Fruncí el ceño en busca de la voz.
—Callie, él es Xander, mi drakiner —dijo Rule hinchando el pecho de orgullo.
—Un placer, mademoiselle —me saludó Xander diciendo la última palabra con un perfecto acento y pronunciación.
Le sonreí.
—¿Mi galleta? —preguntó Amara—. Hola, Xander.
—Amara. ¿Galletas? ¿Son de choco chip? —pregunto el drakiner de Rule ilusionado.
—¿Qué tienen con las galletas de choco chip? Tienen una obsesión. Y sí, si tengo galletas choco chip.
Me metí dentro de la carpa y busqué en mi mochila buscando las galletas. Las encontré entre mi ropa y cogí tres paquetes.
—Una para ustedes dos —dije señalando a los drakiners—, una mitad para cada uno. Uno para Rule y uno para mí. Ahora, coman.
Las galletas de choco chip no son mis favoritas pero primero hay que acabarse estas. Se me está haciendo agua la boca en pensar en las galletas Oreo, tan ricas, cremosas, crujientes, de chocolate. Pero no podemos atragantarnos con las galletas choco chip por mi capricho de Oreo. Debí haber abierto las Oreos primero.
Hablamos sobre como pensábamos que iba a ser el viaje, cuánto tiempo nos tomaría llegar hacia donde se supone que tenías que ir, porque Meadow no nos dijo en que parte se encontraba su hermano, no nos dio ninguna indicación, ni sur, norte, este u oeste, nos dejó a la deriva. Por eso les decía que de alguna forma tendríamos que buscar pistas, buscar personas que sepan el paradero de Nolan o algún 'supuesto' paradero. Podríamos buscarlo por meses, incluso años y no dar con él. Desde que mi vida dio ese tonto giro y me llevó a ser una draken y viajar para matar a un Dios que solo mi guardián, que es Rule, y yo lo podíamos matar es muy frustrante. Al parecer ahora todo me parece frustrante y eso me frustra más. Ya ven. Espero que Meadow se aparezca pronto y nos ayude un poco en esta vaina. Ella es la que nos mandó y ella es la que nos debe aconsejar, ayudar, iluminar y saber que otros verbos más.
Amara se acurrucó en mis piernas escuchando lo que conversábamos y de vez en cuando opinaba lo que creía convenible. Parecía que cada vez que decíamos algo que le interesaba, aún estando adormilada, contestaba.
—Creo que es mejor que vayamos a dormir. Amara está que se duerme y al poco tiempo se despierta. Creo que es mejor que todos descansemos, por mi parte estoy agotadísima tanto físicamente como mentalmente y mataría por dormir en estos momentos —hablé por encima de las voces de Rule y Xander.
Los dos asintieron.
Sujeté a Amara con delicadeza para despertarla y la acurruqué en mis brazos como si fuera un bebé. Me metí dentro de la carpa y con una mano cargaba a la pequeña dragona morada y con la otra sacada de la mochila mi saco para dormir y lo estiraba.
Cuando me por fin me eché a dormir y acomodé a Amara a mi costado para que no sienta fría ni esté incómoda. Cuando mi cabeza tocó la tela del saco, caí instantáneamente en los brazos de Morfeo.
***
Quien me movía para despertarme iba a morir por despertarme.
—Tengo sueño, déjame en paz —reclamé dando manotazos y patadas al aire para alejar a la persona que interrumpía mi sueño.
—¡Maldición, Callie! Eso dolió. Deja de intentar golpearme y levanta tu jodido trasero en este preciso instante.
—¿Porqué? —gemí tapándome la cabeza para dejar de escucharlo.
—Porque he escuchado un ruido —dijo destapándome—. Siendo exactos, escuché unos gritos. Deberíamos ir a revisar quién es y si está en problemas ayudarlos.
—Que se ayuden ellos. No quiero levantarme, hace frío y no quiero salir herida por culpa de unos desconocidos que son tan idiotas de no tener objetos con lo qué defenderse. Ahora si me disculpas, voy a seguir durmiendo —cerré los ojos y me hice un ovillo al no tener con qué taparme.
—Olvídalo —murmuró Rule.
Agarró mi pie y me arrastró hasta sacarme a la fuerza de la carpa. No tuve tiempo de hacer nada para evitar que me sacara, no pude agarrar nada, no pude gritar o patalear.
Me paré rápidamente sacudiendo la tierra que se adhería a mi ropa.
—¿Qué mierda te pasa? ¿Estás loco? ¿Por qué demonios hiciste eso?
—Porque vamos a ver qué es lo que pasa y vas a venir conmigo. Y es mi última palabra sobre el asunto.
—Es tú última palabra, no la mía —me dio una mirada amenazante—. Está bien, me callo. Pero para que sepas que no estoy de acuerdo a que me despiertes.
Caminos hacia el lugar donde Rule escuchó los ruidos. Provenía del lugar por donde habíamos caminado para llegar hasta donde nosotros ahora estábamos descansando.
Había cuatro personas acorralando a otras cuatro. Por lo que podía notar eran tres mujeres y un hombre. Dos de las chicas estaban encogidas e intentaban esconderse tras el chico y la otra chica que intentaban darles cara a los cuatro hombres que les cerraban el paso a cualquier lado que quisieran ir.
—¿Porqué no se meten con alguien de su tamaño? —les gritó Rule desde donde nos encontrábamos.
En ese tiempo de distracción el chico que se encontraba acorralado atacó al hombre que se volteó para buscar de donde provenía la voz que le gritó. Lo golpeó en la nuca con un pedazo de madera gruesa que encontró tirado cerca de él dejando al tipo inconsciente entre la maleza. Los otros dos reaccionaron ante el golpe realizado por el muchacho.
Rule y yo corrimos a darles el encuentro para ayudarlos. Cuando llegamos hasta ellos me di la grata sorpresa que los chicos acorralados eran nada más y nada menos que mis mejores amigos, Aranza, Saery y Shawn, y me queridísima hermana, Peyton.
Se supone que no debieron seguirnos. ¿Cómo nos encontraron? Se demoraron menos de lo que pensé que harían.
Me encontraba enojada, muy enojada. Como pueden ser tan idiotas de venir a seguirnos el paso. Casi les pasa algo.
Mi piel se puso de gallina y empezó a cosquillear por mi espalda. Podía sentir mi sangre bombear con fuerza, las alas desplegarse desde mi espalda al aire libre y las uñas de mis manos crecer hasta ser unas garras capaces de destrozar cualquier cosa que me propusiera.
Decidí descargar mi furia en los sujetos que parecían gorilas. Me acerqué sigilosamente por detrás de uno y salté encima de él clavándole mis garras en uno de sus hombros y otro en el pecho. El hombre soltó un alarido de dolor e intento hacerme caer de su espalda, pero mi agarre era mucho más fuerte y mis garras se encontraban enterradas en su piel. Por un momento cruzó en mi mente el pensamiento de arañarlo desgarrando parte de su piel pero decidí no hacerlo. Podía morir a causo de eso y no iba a dejar que eso pasara. Lo dejaré bien herido pero no lo mataré.
Salté de su espalda y él volteó dirigiendo su puño a mi cara. Con un rápido movimiento lo esquivé y le di un rodillazo en el estómago haciendo que se retorciera de dolor en el suelo. Pateé sus costillas, probablemente rompiéndole un par.
Me controlé y fui hacia el siguiente. Este se acercaba a las gemelas y a mi hermana. Aranzazu le lanzaba ataques mágicos. Utilizaba las raíces para detenerlo haciendo que sujetaran sus pies y por más que ella intentara poner todo su esfuerzo en ello, el sujeto seguía liberándose. Asentí hacia Aranza y ella volvió a hacer su ataque.
—Muchachita estúpida, eso no va a servir contra mí. Es inútil —se rió.
Todavía no me había visto, cosa que utilicé como ventaja y arañé su espalda dejándole cinco rayas verticales. Se giró enfurecido y no me percaté de la patada que me dio en el estómago dejándome sin aire. Caí de rodillas y con una mano me sujetaba el estómago y con la otra intentaba parame. Me puse de pie con dificultad y el tipo aprovechó con darme un puñete en la quijada.
Gruñí y escupí a un lado la sangre que se había acumulado en mi boca. La adrenalina bombeó en mi cuerpo con más fuerza dándome las energías que necesitaba para parame y darle un golpe. Conecté mi mano con su mejilla haciéndolo retroceder unos pasos. No me detuve, le propiné una patada en la rodilla causando que cayera, me senté sobre él, e inicié una sarta de golpes en su cara, desencajando el hueso de su mandíbula, rompiéndole la nariz y el labio. Viendo que ya se hallaba inconsciente, dejé de golpearlo.
Me encontraba respirando agitadamente y mi cuerpo se volvía a transformar en humano. La adrenalina abandonó completamente mi cuerpo dejándome indefensa al dolor. Caí de espaldas sobre la tierra y me era difícil respirar con normalidad. Me dolía el cuerpo pero siendo precisos, me dolía mucho más la cara y uno de mis brazos, el cual me había torcido al parecer en una de mis caídas y haciéndolo peor cuando golpeé repetidamente en la cara al tipo que estaba inconsciente a un par de metro de mí. Ignoré todo el dolor que sentía mi cuerpo y tomé la mano que Rule me estiraba.
Me giré a mi hermana recordando lo enfadada que me estaba con ella. Todo el resentimiento de mis músculos y el escozor de las heridas superficiales abandonaron mi cuerpo dejando paso a mis pensamientos, emociones y sentimientos.
—Lo volviste a hacer —le grité dolida—. Siempre lo haces. Siempre encuentras la forma de arruinarlo todo. Dime, ¿por qué? ¿Qué es lo que yo te he hecho? Eres mi hermana. Te amo. Y por esa misma razón no te dije nada y no vas a venir conmigo. Vas a hacer que te maten o vas a hacer que me maten como hace unos momentos. Sí, eso es lo único que te importa, salvar tu pellejo. A la primera que estemos en peligro vas a huir muerta de miedo. Me vas a abandonar como numerosas veces ya has hecho en el pasado. Crees que todo es un juego y cuando la mínima amenaza sale, corres a esconderte detrás de los demás.
»Si piensa quedarte con nosotros, vas a tener que aprender a defenderte y no quedarte como un ciervo cuando ve las luces del carro que se acercan a velocidad hacia él. ¿De qué te sirven todas las clases de combate físico si no las utilizas? Si no te vas a defender cuando tengamos problemas, te recomiendo que des la vuelta y regresas a la seguridad de la academia. Porque no voy a soportar verte hacer absolutamente nada cuando todos estamos intentando pelear para protegerse a sí mismo y a los demás. Tu estando parada como poste no sirve. Te pueden utilizar de rehén y no puedo soportar ver que te hagan daño.
Me di la vuelta dirigiéndome al campamento. Necesitaba descansar luego de la paliza que recibí.
Entrenar en el gimnasio es totalmente diferente a pelear por tu vida.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top