C A P I T U L O 8.
Querido Charlie:
No es necesario que te disculpes hijo, sabemos que estás ocupado con las cosas allá. Somos muy felices de saber que tienes más responsabilidades y que tu trabajo esté dando frutos.
Los boletos llegaron, no podremos ir todos, Bill tiene responsabilidades en Gringotts que no pueden posponerse, George no puede cerrar la tienda de la nada, y Fred no quiso dejar a Nina sola en Londres ya que como ahora es auror tiene bastantes responsabilidades, por lo que iremos tu padre, yo, Ginny y Harry.
¡Estamos ansiosos de verte! ¡No sabes cómo!
El traslador estaba programado para mañana a las diez de la mañana,pero sabes que a tu padre le desagrada un poco viajar de esa manera, así que llegaremos en tren mágico, llegaremos temprano para aprovechar el fin de semana contigo, tenemos tanto que contar y espero que tu también tengas mucho.
Te extraño hijo, pero sé que dentro de poco estaremos juntos, Ginny es la más animosa con el asunto. Te doy las gracias por mandarnos los boletos, no tenías que hacerlo, ahora podemos permitirnos pagarlo, pero de todas formas gracias por el gesto afectuoso.
Con amor.
Molly.
Estaba ansioso, mis padres llegarían pronto, hace tiempo que no los veía y me sentía feliz de que vinieran. Me hubiera gustado que todos vinieran en grupo, pero algo era algo.
Me levanté temprano dispuesto a hacer todos los deberes del trabajo y a preparar alguna comida decente para recibir a mamá, por lo que cuando tuve las cosas en la Reserva más o menos controladas me dirigí de manera sigilosa a la residencial.
Eran aproximadamente las cinco de la madrugada y no quería que Yusuf ni Eva se despertaran, así que insonorice la cocina con un movimiento de mi varita y me puse manos a la obra a cocinar algo, no se me daba muy bien, por lo que lo haría también con magia, reconozco que no hay como la comida preparada propiamente tal, pero yo no era tan diestro y me demoraría horas en montar un plato decente. Tengo que reconocerlo, soy sumamente torpe en la cocina, un peligro y una amenaza pero si no practicaba jamás aprendería.
Pasaron las horas y tenía la mayor parte de las cosas terminadas, a eso de las siete de la mañana sentí las escaleras sonar y dentro de nada Yusuf entró en la cocina observandome sorprendido.
- ¿Qué haces en pie tan temprano?
- Preparo algo para mis padres, llegarán dentro de unas horas.
- ¿Cocinas para tu madre?
- Es lo mínimo que puedo hacer.
- ¿Después de abandonarla durante el año? Pues deberías ponerle un poco más de empeño y hacerlo sin magia.
Sentí las afiladas palabras del viejo, lo que mi madre no había dicho en la carta lo había dicho el, no podía negarlo.
- Sabes que no se me da muy bien, quiero que coma algo agradable - respondí en tono de disculpa.
- Evanna podría haberte ayudado, estoy seguro que no se hubiera negado.
Suspiré, ya podía imaginarme a Evanna revoloteando cerca de Harry en cuanto lo viera.
- Sí, pero no quería que se despertara tan temprano sólo para cocinar.
- Mira, no sabía que ahora le tenías en consideración - me molestó.
Omití sus palabras porque no entendía porqué de un punto a esta parte él y Isaac estaban insinuando tales cosas, ella me era indiferente en ese sentido. Además no quería enojarme antes de que mamá llegara, comenzaría a preguntar y a intentar sonsacar información y cuando se ponía en plan espía/interrogatorio nada bueno podía esperar. Aún recuerdo cuando Bill empezó a salir con Fleur, no se calló hasta que sació su curiosidad y siguió interrogando a la francesa hasta que se dió cuenta que realmente quería a mi hermano.
- ¿Tu que harás? - pregunté.
- Iré a la ciudad a hacer el encargo que me pediste.
- Por supuesto - asentí - Me cuentas como te va, intenta llegar antes del almuerzo, mi padre de seguro querrá verte.
- Nos vemos - dijo dándole una mordida a su tostada.
- ¿Por qué no te sientas a comer?
-¿ No dijiste que llegara a la hora de almorzar? Debo partir de inmediato.
Sonreí, ese viejo era un testarudo, por lo que decidí seguir con mi labor una vez que el salió.
Pretendía hacer una tarta de frambuesas que era la favorita de mamá, pero no tenía ni la menor idea de cómo realizarla. Frustrado me sobé la frente.
— ¡Buenos días Charlie!
La voz de Eva penetró en la cocina y yo la observé con el ceño fruncido.
— Hola Eva.
— ¿Qué es todo esto? ¿Por qué hay tanto desorden? — preguntó mientras rodeaba la mesa y buscaba una taza para servirse un té.
— Hoy llegan mis padres y mi hermana con su novio, quería hacerles algo por mi mismo.
—¡Oh! Eso está muy bien, la cocina huele bien.
— No es todo mérito mío, he usado magia.
— La intención es la que vale — contesto — ¿Tienes todo listo?
— Me falta el postre, pero no sé cómo hacerlo.
— Si quieres puedo ayudarte.
— Tranquila, no quiero interrumpirte en las cosas que tengas que hacer afuera.
— ¿Nunca dejas de ser aguafiestas cierto? — me preguntó cruzando sus brazos.
— ¿Qué? — comenté algo irritado, era impresionante la capacidad que tenía de hacerme enojar — No quiero hacerte perder tiempo con algo así.
— Si quiero ayudarte es decisión mía ¿No crees? Aparte no sabes hacerlo.
— Está bien — musité.
En menos de un segundo sacó un montón de trastos e ingredientes de la cocina.
— ¿Qué quieres preparar?
— Una tarta de frambuesas, es la favorita de mi mamá.
Sonrió, de cierta forma ella era una linda persona.
— Me alegro que hayas decidido invitarlos ¿Hace cuanto no los ves?
— Bastante, vinieron en navidad, una semana antes si no me equivoco.
— ¿Vienen todos? Me refiero a tus hermanos.
— No, no pudieron. Viene mamá, papá, mi hermana Ginny y Harry.
— ¿Harry? ¿Cuál Harry?
— Harry Potter, su novio.
Abrió los ojos de manera anormal ante mi mención y estoy seguro que de no ser porque estaba sentada no se cayó.
— ¿¡Harry Potter es el novio de tu hermana!?
Reí por su reacción, a pesar de que la guerra había sido ya hace bastantes años, Harry seguía dejando esas reacciones.
— Sí, van a casarse dentro de un tiempo.
— Debe ser muy extraño ser la novia del elegido, siempre bajo los ojos de la prensa y de esa desagradable Rita Skeeter.
— Ni que lo digas — afirmé,esa tipa siempre indagaba en las cosas que no le importaban — Aunque a tí ella te desagrada porque es igual de entrometida que tú — bromeé.
Me tiró un poco de harina en la cara y me cayó un poco en los ojos y la nariz provocandome estornudar.
— ¡Hey! ¿Por qué hiciste eso? — respondí la acción de manera infantil.
— ¡Qué maduro Charlie! — rió mientras corría por la cocina para evitar que la alcanzara, yo soy rápido, por lo que la bañe con harina y polvos de hornear.
— ¡No solamente tú puedes fastidiar Eva!— me reí.
Casi se cae y tuve que sostenerla para que no fuera a dar al suelo, la sujete por los hombros y me miró aún sonriendose, sin duda tenía unos ojos caramelo muy bellos, jamás me había percatado de eso. Sentí que tenía aroma a canela del té que se había tomado hace unos minutos atrás. Ella también me observó y me sentí de pronto nervioso.
Ella estaba cerca mío y no se apartaba, de pronto percibí que su rostro era hermoso, jamás lo había analizado tan de cerca, la harina le daba un toque infantil y juguetón.
No sé por qué pero de repente cerró los ojos y el ambiente se había puesto cálido. No sé qué sucedió pero tuve el impulso de querer besarla y lo hubiera hecho de no ser por Isaac que entró pilladonos en la cocina tomados y sucios.
— Charlie, afuera está tu madre. Acaba de llegar.
Evanna se separó de inmediato y yo tomé un paño de cocina para limpiarme las manos con los nervios a flor de piel. Isaac nos observó risueño.
— Estábamos preparando un pastel para la madre de Charlie.
— Así veo — se sonrió echandome una mirada sugerente.
— Yo iré a recibir a mis padres, tu.. — deje la frase a medio terminar.
— Yo te ayudaré a terminar el pastel, vé tranquilo — respondió limpiandose la cara.
Salí y pude ver a mi mamá con una falda roja que combinaba con su boina, a papá con un sweter azul y a Ginny con Harry tomados de la mano. Mamá se volvió y apenas me vió su rostro se iluminó.
Corrí hacía ella y la abracé.
— Charlie, mi niño.
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