Epílogo
—Padre, cuéntame otra vez por favor la historia de nuestra familia y de nuestro Reino, Ehazur. — Suplicó la pequeña princesa con sus inquisitivos grandes ojos azules, mientras acariciaba un magnífico y hermoso Dragón Blanco.
— Casandra, hija, te he contado nuestra historia decenas de veces. ¿Es que no te vas a cansar nunca de escucharla?- Le replicó su padre a la amada y única hija que tenía.
—Ya sabes padre que un día gobernaré todo esto, y saber bien mi historia me ayudará a ser una buena Reina.- Le insistió la pequeña, mostrándole a su padre la insignia que llevaba puesta como princesa del Reino de Ehazur, decidida a conseguir su propósito.— Además mamá me ha dicho, que me la vuelvas a contar, pues a ella también le agrada oírla.
Al Rey Niels se le escapó una lágrima de sus ojos mientras recordaba a su amada esposa, y que aún tenía viva su imagen en la mente. La joven decidida que conoció de cabellos castaños brillantes y grandes ojos azules, y que había heredado también su hija. Con esa mirada, que le enamoró. Con esa forma de hablar que era capaz de atraer a la gente y liderarla. Con esa bondad, y nobleza que no había visto en ningún otro ser humano. Sabía que nunca volvería a ver su hermoso rostro, besar sus dulces labios ni escuchar su hermosa voz...
Después de mirar a su pequeña y suspirar, se decidió a contar la historia una vez más...
— Vamos date prisa. — Apremió su padre a la pequeña, pues había llegado la hora acordada.
— Ya voy, padre, ya voy. — Le respondió ella. Ahora Casandra trajo ante su padre la gema guardada en el cofre.
Todos los habitantes de Ehazur se habían congregado donde estaban Nerubian y Rhiannon. Era un momento de gran expectación. Tras una ceremonia solemne Casandra le entregó a su madre la gema que sería devuelta al gran volcán de donde procedía.
Las Dragonas ahora emprendieron el vuelo desapareciendo de la vista de los presentes.
Una vez que llegaron allí Rhiannon soltó la piedra preciosa dentro de las profundidades del agujero del volcán. Allí la gema indestructible estaría a salvo de cualquier humano o dragón que quisiera utilizar su poder para mal.
Después de aquello ambas criaturas volvieron a Ehazur, tras cumplir su misión.
La otra gema estaba a salvo en el interior de Rhiannon la reina dragona. A su debido momento este poder seria insuflado en el interior de su hija Casandra, quien la seguiría custodiando y así pasaría de generación en generación, como protectores del poder de los dragones, tal y como indicaba la profecía que debía hacerse y le reveló el anciano Lugaidh antes de morir.
————
Unos meses después se oía el llanto de una criatura recién nacida. La madre de esta, una joven soltera de Ehazur, contemplaba maravillada el dulce rostro de su pequeño bebé. Se llamaría Thor igual que su padre. De pronto ella gritó asustada. Al abrir el pequeño sus ojos tenían la pupila de dragón...
Fin.
Después de un año y medio Dragones Blancos llegó a su fin. Espero que os haya gustado. Os doy muchas gracias por haberme seguido tantos meses y por vuestro apoyo con los votos y comentarios.
Os invito a seguir leyendo otras de mis historias en mi perfil. Nos vemos allí...
Un fuerte abrazo.
JONFANTASY
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