Capitulo 44: Pérdidas.

— Retirada, retirada. — Gritó Aidan a los hombres que le acompañaban, pues la batalla se había puesto muy pesada y ya era más que evidente la derrota de sus ejércitos. El prolongar la lucha, solo significaría más pérdidas humanas.

— Atrás, atrás, salgamos de aquí—  Gritaron Marcus y Neakail de igual modo a los guerreros que estaban allí cerca de ellos.

La retirada fue rápida y precipitada, aunque lamentablemente muchos soldados aún fueron cayendo sin poder escapar de Ehazur. Por su parte varios dragones blancos empezaron a ayudar para que pudieran huir los hombres tras subirse en sus lomos. 

Progresivamente fueron llegando los guerreros a Angus, exhaustos, débiles, heridos, tristes y desanimados. Las mujeres del lugar, hicieron las veces de enfermeras. 

Arianne estaba buscando desesperadamente a Aidan entre los hombres que iban llegando, incluso buscándolo entre los heridos, pero éste se había quedado valientemente atrás ayudando a escapar al maximo de combatientes que pudiera, especialmente a los que estaban demasiado débiles o heridos, para poder huir por si mismos. Igualmente Neakail y Marcus hicieron lo mismo.

Catrin, mientras, en el castillo, tras el fracaso en su búsqueda de Thor, al que tenían muy escondido y custodiado en las zonas más recónditas de la fortaleza, y notando que las fuerzas iban mermando en su batalla constante contra los soldados que se encontraba a cada paso, decidió abandonar por el momento la búsqueda del pequeño, pensando que quizás habría una mejor ocasión más adelante.

Al salir afuera, se dió cuenta de que la batalla no estaba resultando en lo que esperaban, y se percató pronto que los guerreros de los reinos aliados estaban huyendo. Igualmente ella comprendió con gran decepción que la opción más juiciosa por el momento era la huida.

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— ¡Ha sido culpa mía!¡Ha sido culpa mía! — Repetía una y otra vez llorando Rhiannon en presencia de su madre, después de enterarse del resultado de la batalla, al ver regresar a cientos y cientos de guerreros heridos provenientes de Ehazur.

—  ¿Porqué dices eso?  — Le preguntó Arianne.

— Zenedar y Nerubian los dragones, me advirtieron. Me dijeron que no debíamos entrar en batalla. Que no era el momento. Y yo me callé esa información. No dije nada a Aidan y los demás hombres que fueron a pelear. ¡Mamá, yo no quería que ocurriera eso!, solo quería recuperar a mi hermanito, a Thor. — Decía sin parar de sollozar.

— No ha sido tu culpa, Rhiannon, no te atormentes por ello. Yo también deseaba recuperar a mi hijo a toda costa, y no me resigno a perderlo y no volver a verlo nunca más. — Le contestó su madre dándole un fuerte abrazo mientras lloraba junto a ella.

De pronto se escuchó el sonido de un gran revuelo proveniente de la calle. Así que Arianne y su hija, se asomaron a la ventana. Vieron entonces como estaban llegando los hombres prominentes de la batalla, Aidan, Marcus, Neakail. La gente se reunía alrededor de ellos, esperando noticias de todos los acontecimientos relacionados con la guerra y agolpándose también para saber el paradero de los soldados que no habían regresado aún. Rhiannon, ahora alcanzó a ver a Niels entre la multitud y se dio cuenta que estaba  hablando con Marcus y cómo se cubría las manos sobre su rostro después de eso, entendiendo ella, que éste le había dado una terrible noticia.

—Tenemos que bajar deprisa. — Dijeron casi al unísono madre e hija.

Aidan tras ver a su esposa, corrió a abrazarla y besarla.

— Temí mucho por tu vida mi amor, al ver que no llegabas aún. ¡Que bien que puedo abrazarte de nuevo!— Dijo Arianne con la voz entrecortada por la emoción.

— ¿Qué ha ocurrido? — Preguntó Rhiannon a Aidan, cuando hubieron acabado de mostrase afecto él y su madre.

— Hola mi pequeña.— Dijo abrazándola y besándole en la cabeza, pues para él era como su propia hija. — Hicimos todo lo que pudimos... Pero empezaron a llegar refuerzos de todas partes, ejércitos de hombres y dragones negros, nuestros enemigos eran cada vez más numerosos. Pronto la batalla que había empezado muy bien se volvió en contra nuestra. Perdimos a muchos soldados. También murió Ivars, el padre de Niels. — Le explicó con detalle Aidan a la Reina.

— Oh, eso es horrible. — Dijo ella profundamente conmovida por la trágica noticia, aunque ya se la temía por lo que había visto desde la ventana.

— Ivars nos pidió antes de morir, que por favor nos hiciéramos cargo de Niels, y que fuéramos a buscar a su madre y la trajéramos a Angus. — Le contó Aidan a la joven las últimas voluntades del padre del chico.

— Que así sea. Que dispongan de una casa y todo lo necesario, para él y su madre. — Ordenó la joven Monarca.

— Lo que tú desees. Ahora ves a ver a Niels, trata de consolarlo pues va a necesitar mucho apoyo de parte de todos nosotros. — Dijo Aidan a Rhiannon, que le hizo caso de inmediato.

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Ahora, los líderes sobrevivientes de Angus, sin dilación empezaron con los preparativos a fin de hacer una gran ceremonia simbólica de entierro, pues los cuerpos muertos de los valientes guerreros habían quedado en Ehazur, sin poderlos recuperar.

Pocos días después, tras confirmar y enumerar todas las vidas humanas pérdidas, se hizo un gran acto solemne en memoria de los héroes muertos en batalla y se erigieron  grandes piedras talladas con la inscripción de todos los nombres de los hombres que sacrificaron su vida sin poder alcanzar la victoria.
Tras concluir el acto, todos los habitantes de Angus así como todos los aliados sobrevivientes que lucharon junto a ellos, hicieron un pacto solemne en el que juraron, que llegaría el día en que cada una de esas muertes seria vengada.

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El Rey Gare salió de su escondite, tras ser informado de la victoria y ordenó a toda la población de Ehazur que empezarán sin demora a reconstruir y reparar todos los desperfectos causados por la guerra, así como también enterrar los cadáveres y atender a los heridos. Se sentía tremendamente fortalecido, y orgulloso tras haber ganado la batalla contra los reinos aliados. También ordenó sacar de su escondite al pequeño Thor, y traerlo delante de su presencia.

Aunque los primeros meses fueron difíciles para el pequeño, gradualmente se empezó a acostumbrar a su nueva vida. Gare empezó a targiversar toda la historia, que por la corta edad del niño fue engañado completamente, pues fue consiguiendo que su hijo creyera poco a poco todas sus mentiras, tratándole de hacer creer que él mismo, su padre, había sido víctima en vez de culpable. Le contó que Aidan y sus hombres, le habían atacado sin motivo. Le dijo que él le había ofrecido vivir en paz y cooperar todos juntos para hacer de toda la región un lugar fructífero y pacífico, pero que Aidan y sus guerreros se habían negado y por el contrario habían empezado una guerra devastadora en la que murieron muchos inocentes; hombres, mujeres e incluso niños.
  Por otro lado se aseguró también de atender a todas las demandas y caprichos del niño, incluso si eso afectaba a otras personas negativamente, volviéndose Thor poco a poco en una niño malcriado que se parecía cada vez más a su padre. Arrogante, altivo y egoísta.

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Angus dos años después de la batalla.

— ¿Estás preparada, mi Reina? — Se acercó a donde ella estaba, riendo el joven.

— ¡Ya sabes que no me gusta que me llames así, que solo me digas Rhiannon! — Le replicó ella a Niels

— Cómo desee Su Majestad. — Le contestó el, en tono burlón.

—¡Eres imposible! — Le contestó la chica algo irritada.—Sí, estoy lista, he logrado escabullirme de los entrenamientos  con Catrin, fingiendo que me mareaba. Espero que no nos siga.

— ¡Arre, vamos pues! —  Golpeó Niels a su caballo con su pierna dando un golpe en el muslo del animal, empezando este a caminar. — Te enseñaré un lugar precioso que he descubierto a las afueras de Angus.

— De acuerdo, pero hemos de regresar antes de que empiece a anochecer. — Le contestó ella, poniendo en marcha a su caballo también.

—Aquí es. Hemos llegado. — Tras eso desmontó del animal, y Rhiannon hizo lo propio.

— Verdaderamente es precioso este lugar. Inspira calma y paz. — Dijo la joven Reina.

— Ven aquí a mi lado.— Le invitó el muchacho a recostarse en la hierba extendiendo una manta gruesa.
— Está bien, pero recuerda que no podemos quedarnos mucho tiempo, tenemos que regresar antes de que me echen en falta y empiecen a buscarme.— Le respondió ella tras haberse tumbado a su lado.

—Quería decirte algunas cosas... Tú sabes que estos dos años, han sido muy difíciles para mí, tras la muerte de mi padre. Quería darte las gracias a tí y a tu pueblo por habernos acogido a mí y a mi madre. Por proporcionarnos un lugar donde vivir y un trabajo para poder mantenernos.— Le agradeció Niels.

— Lo hemos hecho de todo corazón. Y además teníamos una responsabilidad especial hacia el deseo de tu padre de que así fuese. Fue muy valiente, al venir a pelear junto a nosotros, y perdió la vida por ello. Era lo mínimo que podíamos hacer para agradecer tal gesta. —  Contestó ella, agarrándole de las mano afectuosamente.

— Hay algo más... Quería agradecerte que en este tiempo, te  hayas convertido en mi mejor amiga. En alguien muy especial para mí. Gracias por pasar tanto tiempo conmigo y darme todo tu apoyo... — Ahora carraspeó nervioso Niels antes de proseguir.— Ha pasado mucho tiempo desde aquel beso fugaz, que me diste. Quizás solo fue el fruto de la emoción de ese momento. Pero para mí significó mucho. Me preguntaba si para tí también, pues desde entonces solo hemos continuado como amigos, nada más. Pero yo... yo me preguntaba si acaso tú... tú...— No pudo continuar hablando, pues Rhiannon le puso un dedo sobre los labios, indicando que ya era suficiente, y tras eso se acercó y le dió un beso dulce que humedeció los labios de Niels, siendo este  mucho más largo e intenso que aquel primer beso fugaz, hacia ahora dos años ya.
No tuvieron suficiente con un beso pues después vino otro, otro y otro más, los sentimientos reprimidos por todo ese tiempo por parte de ambos, había llegado a su fin.

— Quizás deberíamos parar ya. ¿No crees? Está empezando a anochecer y... — Dijo la joven, tras sentir como aumentaba la pasión entre ellos. Rhiannon aún no se sentía preparada para llegar más lejos... todavía.
— Sí, si por supuesto, marchémonos ya. — Dijo él, recogiendo la manta y poniéndola sobre el caballo otra vez. Tras eso reemprendieron el camino de vuelta.
Niels ahora se sentía genial, pues sabía que ella tenía los mismos sentimientos que él. Lo único que le entristecía es que su padre no estuviera ya, para darle la gran noticia.

Espero que os haya gustado este primer capítulo de este año 2.020 y hayáis empezado bien el año. No olvidéis de votar y comentar por favor. Un saludo dragoniano a todos.

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