Capítulo 39: Thor, Thor...¿Dónde estás?

-Mama, Aidan. ¿Lo hice bien? - Preguntó la flamante y recién coronada Reina.
- Excelente. Me enorgullezco de tí, hija. Serás una magnífica Reina, pues tienes un grandísimo corazón. - Le contestó Arianne, no pudiendo reprimir sus lágrimas de emoción.
- ¡Ya erez la Reina!¡Mi hermanita, ya ez la Reina, de todoz los reinoz de toda la Tierra! - Gritó jubiloso el pequeño Thor, totalmente ajeno a los planes que se cernían sobre él.
- Bueno, de momento solo soy la Reina de Angus. Para comenzar, no está mal, ¿No crees? - Rió su hermana mientras lo alzaba en sus brazos.
- ¡Yo quiero ser Rey también, aunque zea un poquito, ¿me dejaraz? ¡Por favor! - Dijo el niño con tono suplicante, sin ser consciente de su petición, pues para él, todo esto era como un juego.
- Tendré que revisar mis tareas reales, a ver cuándo tengo un descanso y me sustituyes.- Le contestó ella, riendo y provocando las carcajadas de todos los que observaban la tierna escena.

- Venga debemos de apresurarnos, pronto comenzará el banquete, y la Reina es quién debe de presidir con su presencia. No podemos llegar tarde. Instó Neakail a su hijo, para que se encargará de que así fuera.
Con rapidez Arianne y Rhiannon, regresaron a su casa para que la Reina, luciera otro magnífico vestido, aunque algo más informal y cómodo para la comida y el baile que tendría lugar después.
- ¿Viste a ese chico?, ¿Viste a Niels en la ceremonia? - Preguntó la muchacha a su madre.
- Hija mía, mis ojos solo estaban fijoss en ti. Además, con el gentío que había, tampoco creo que lo hubiese divisado a no ser que hubiera estado casualmente muy cerca de mí. - Le respondió Arianne.
- Claro. - Dijo Rhiannon e hizo un leve suspiro de resignación.
- A lo mejor lo ves esta tarde en el banquete o en el baile, no pierdas la esperanza. Pero ahora debes de cambiarte de ropa rápido, no puedes llegar tarde a tu primer acto oficial. Además no querrás hacer que los invitados se mueran de hambre por esperarte. ¿No crees? - Le instó a apresurarse su madre con una sonrisa.

- ¡Zi que tardan! ¡Tengo mucha hambre! Me comería un toro yo zolito.- Refunfuñó Thor a Neida que estaba al cuidado del niño mientras ya habían ocupado su asiento en la mesa principal donde se sentaría la Reina y toda su familia y amigos más allegados.
- Tranquilo, pronto vendrán. - Le respondió algo inquieta ella también.
- ¿Puedo al menoz irme a jugar un ratito, mientraz la ezperamoz? - Le pidió el pequeño.
- No, hay demasiada gente y podrías perderte. Además estoy a tu cuidado y quiero cumplir bien con mi responsabilidad, pequeño terremoto. - Le respondió con firmeza Neida.

- ¿Qué, ya has visto a la Reina, Niels? "Casualmente" nos han asignado, una mesa bastante próxima a la de ella. - Sonrió Ivars a su hijo mientras tomaban asiento.
- Así, podrás verla bien de cerca. - Rió Lars, el compañero de ellos al tiempo que le propinaba un codazo al chico.
- ¡Dejadme en paz de una vez! No me importa ella.- Protestó el joven, sin querer demostrar su propio interés de poder ver nuevamente a la Reina está vez sin la presión de tenerla justo enfrente y a la que apenas miró por vergüenza. En la coronación tampoco la había podido ver bien, pues estaba demasiado lejos. Ahora podría ser la oportunidad de dar alguna que otra mirada fugaz, para poder contemplar la belleza de Rhiannon que percibió al verla la primera vez.

De pronto las trompetas anunciaron la llegada de la Reina, justo a tiempo para cuando se la esperaba, aunque para muchos que ya llevaban mucho tiempo alli se había hecho larga la espera, pues estaban anhelantes de ver nuevamente a Su Reina y habiendo llegado al lugar del banquete mucho antes de lo acordado.

La mesa de la Reina estaba a la cabecera de todas las demás, así como su asiento en esta. La mesa de Niels y los compañeros era la primera mesa que estaba enfrente de ella. Y al joven se le había colocado justo en la posición perfecta para que coincidieran sus miradas. Todo esto había sido arreglado de antemano por Aidan a petición de Arianne, pero sin que Rhiannon supiera nada de ello.

La joven Reina se sentó, sin percatarse de Niels en un primer momento. Pero pocos segundos después lo vio. Aunque intento disimular, notó como se enrojecían sus mejillas. Le ardía la cara. Asimismo Niels bajó el rostro al cruzarse sus miradas y darse cuenta de que ella le observaba.
Rhiannon se giró hacia su madre, en busca de complicidad. ¡De pronto Arianne se quedó perpleja, casi asustada! Volvió a ver tal y cómo había visto muchísimo tiempo atrás, cuando Rhiannon era un bebé, como los ojos de su hija se transformaron en ojos y pupilas como la que tenían los dragones. El iris era verde oscuro, como si fuera hecho de escamas. La pupila rasgada verticalmente, como la de los felinos, y de su interior parecía emanar fuego.
Solo fue algo momentáneo, instantáneo, pasajero y nadie más se dio cuenta.
- ¿Madre que te pasa?¿Porqué me miras así? Le pregunto al oído de ella al percibir en la mirada de su madre que algo no andaba bien.
- No tranquila, no pasa nada. Fue un recuerdo. - Trató de evadir la pregunta de su hija. Ese no era el momento más idóneo para conversar sobre ello. Además los ojos de la chica habían vuelto a su estado original. Quizás al fin y al cabo pensó que tan solo fuera producto de su imaginación.

El resto de la comida transcurrió dentro de la normalidad, solo con miradas furtivas y a destiempo entre Niels y Rhiannon, ya que ambos bajaban la mirada o desviaban la vista a otro lugar cuando coincidían.

Los sirvientes, iban trayendo un plato tras otro de deliciosa comida. Carnes, pescado, verduras asadas,etcétera, así como reponiendo vino de excelente calidad cuando veían que la copa de alguno de los comensales quedaba vacía. Pronto se hizo manifiesta la satisfacción y la alegría de los presentes.
A continuación vinieron las frutas, tartas y postres caseros que las mujeres de Angus, habían preparado con esmero.

- ¡Venga, es hora de levantarse y disfrutar del resto de la celebración. Disfrutemos a continuación de la música y la danza. - Propuso Marcus, el padre de Catrin, al ver la demora de algunos en terminar de comer.
Tras esas palabras la Reina se levantó, y con ella el resto de acompañantes de su mesa, y se dirigieron hacia la gran sala que se había preparado para el baile. El resto de invitados hicieron lo mismo. Se tenían que apresurar pues era previsible que no cabrían todos en el gran salón. Algunos tendrían que conformarse sino, con danzar en las calles.
- Démonos prisa. Niels ha de estar presente en la sala, antes de que se llene - Apresuró Jensen a su hijo y a los hombres que iban con ellos.

Al poco tiempo el salón de bailes estaba llena. Los músicos empezaron a tocar los instrumentos que portaban. Instrumentos de cuerda, viento y percusión como flautas, arpas, platillos, etcétera.

- ¡Ánimo, Niels, saca a bailar a la Reina!¡Ahora o nunca! Mira, está libre, ha dejado de bailar con sus familiares. - Le instaban Jensen y Lars al joven, mientras este intentaba poner escusas a fin de evitar esa presión.

-Tengo que hacer algo al respecto. Si no pronto se acabará el baile, y se habrá perdido la oportunidad. - Dijo Arianne algo irritada a Aidan, al ver como Niels no se decidía a dar el paso.
- Tu misma, haz lo que creas conveniente - Le contestó Aidan a su mujer, sabiendo a que se refería ella.

- Joven, querría hablar contigo un momento. - Le dijo Arianne a Niels disimuladamente mientras Rhiannon estaba absorta hablando con Catrin en ese momento. - Mi hija está algo aburrida, hasta ahora solo ha bailado con hombres mayores de la familia y con mujeres. Nadie la ha sacado a bailar. Me refiero a ningún joven como tú. Es su primer baile Real, y bueno...como madre me gustaría que guardara algún otro recuerdo de su primer baile. - Le pidió ella al joven indeciso.

- Cla...claro. No hay...no hay problema. - Le respondió tartamudeando Niels. Ahora sí que no tenía posibilidad de escabullirse. El joven valiente ante osos, parecía que tenía mucho más terror al tenerse que enfrentar ahora a un baile con la Reina.

Caminó vacilante acercándose hacia ella, casi temblandole las piernas. Por fin estuvo cerca de ella. Inmediatamente Catrin interrumpió la conversación al presagiar las intenciones del muchacho, y se buscó una pretexto para ir hacia otro lugar de la sala.

- Per.. perdón. ¿Le apetece a su realeza bailar? - Le preguntó con toda formalidad Niels.

- Claro, pensaba que no me lo ibas a pedir nunca. Y,otra cosa Rhiannon, simplemente Rhiannon. Deja la realeza para otro momento. - Le contestó Rhiannon con tanto desparpajo que Niels retrocedió un par de pasos, muriéndose de la vergüenza y sintiendo como todos los ojos en la sala, se clavaban a sus espaldas.
Tras unos segundos de indecisión, volvió a avanzar esos dos pasos y le ofreció la mano para el baile, a lo que ella le aceptó y agarró su mano.
Se dirigieron un poco más allá al centro de la sala, y el resto de los danzantes dejaron espacio alrededor.
Los primeros pasos en la danza, fueron algo imprecisos, pero poco a poco Niels se fue dejando llevar, pues era un buen bailarín ágil, además de acrobata. Muchas veces había bailado con su madre en Grambelaii, está le había enseñado los pasos de baile, pues le repetía que tenía que ser un buen caballero además de buen bailarín si algún día quería conquistar a una dama. Solo era que la vergüenza y la timidez le habían hecho titubear al principio.
Rhiannon simplemente se dejó llevar, aunque ella también había recibido clases varias semanas atrás para estar preparada para el baile de la ceremonia. Aun y así, no estaba a la altura en esa disciplina como lo estaba su compañero de danza.
Se acabó la canción, pero vino otra y otra después, y ambos continuaron bailando, ya sin sentir que había otras personas alrededor, dejándose imbuir por la emoción del momento mágico que sentían.

Al mismo tiempo también Arianne bailaba feliz, con su esposo Aidan.

-¿Quieres bailar conmigo? - Oyó Neida a sus espaldas.
Al girarse vio a Gerd detrás de ella y al lado estaba Viggo su compañero.
- No, no puedo. Estoy a cargo de Thor.- Dijo apenada, pues no le desagradaba la idea de bailar con él.
- Sólo un baile o dos a lo máximo. - Insistió Gerd.

- No os preocupéis. Me hago cargo yo del niño. Lo puedo entretener con unos juegos malabares que sé. - Se ofreció Viggo.

- Zi, zi. Quiero trucoz malabatez. - Respondió el niño, que estaba tremendamente aburrido, e intentaba escabullirse un poco de la estricta vigilancia de Neida.

- No, no puedo de verdad. - Volvió a negarse ella.

- Vete a bailar! Me portaré muy bien y ezte señor sabe hacer trucoz palapatez - Dijo Thor ilusionado.

- Venga, por favor, solo un baile. - Casi suplicó Gerd.

- Está bien, uno solo. - Se rindió Neida, ante la tentadora propuesta de Gerd, a quien consideraba todo un galán.

- ¿Te gustan los caballos? - Dijo Viggo a Thor, tras unos momentos de malabarismos simples con tres manzanas.

- Zi, muchiiizimo. - Respondió el niño.

- Que lastima que no puedas ver el caballo que me he comprado hace poco. Es blanco, brillante, robusto y muy veloz. - Preparó el terreno Viggo.

-¿Por qué no puedo verlo? - Preguntó intrigado el niño.

- Porque no he podido entrarlo a la sala, está afuera en la calle, pero tú no puedes salir.. aunque bueno...sería solo un momentito y estaríamos de vuelta para cuando acaben de bailar Gerd y Neida

-Zí, quiero ver el caballo. Regrezamoz pronto aquí, y ni ze enteraran. -Respondió Thor, mientras se le iluminaban los ojos de la emoción.

- Será nuestro secreto.- Le dijo Viggo en voz baja al oído del niño.

- ¿Dónde está el caballo? - Preguntó el niño gritando a Viggo, ya en la calle, pues el barullo de voces y cantos de la muchedumbre afuera era ensordecedor.

- Está allí mismo, en la otra calle.- Le contestó gritando también. - Ven, en seguida volvemos.- Añadió, agarrandole fuerte de la mano, para que no se perdiera entre todo el gentío.

Cada vez se alejaban más y más de la gente, hasta que ya no se encontraba nadie por esas calles, la multitud estaba en el centro, donde estaba la fiesta.
-Aquí es - Dijo el hombre mientras abría la puerta de un viejo establo, donde ya tenía preparado un carro, el saco, y la droga para hacer dormir al niño. De pronto Viggo, tras entrar ambos allí, atrancó la puerta por dentro con una gran tabla, ante la mirada de terror del niño al darse cuenta que había sido engañado.
Viggo se subió al carro, y agarró el saco, y la droga en la que impregnó un paño.
- Déjame zalir de aquí. ¡Zocorro, ayuda! - Gritaba, imploraba y aporreaba la puerta en vano, intentando salir de ese lugar.

Al darse cuenta que no podría salir de allí, se puso a correr dentro del establo intentando que no lo atrapará el hombre. Pero fue en vano, tras unos minutos de "juego" del gato y el ratón, el niño tropezó y cayó al suelo, siendo alcanzado por Viggo, quien rápidamente tapo su boca e impregnó sus fosas nasales con la sustancia del paño, al tiempo que Thor intentaba morderle oponiendo resistencia.
Pero no había posibilidad, el líquido era inspirado por el jovencito que hacía esfuerzos por respirar. Muy pronto hizo su efecto, cayendo Thor rendido inconsciente sumido en un sueño profundo.

Mientras en la sala, tres bailes después, Neida y Gerd regresaban a donde habían estado Viggo y el pequeño. Gerd también fingió sorpresa de no encontrar al pequeño ni a su amigo.
A Neida le temblaba todo el cuerpo al mirar hacia la multitud y no divisar al pequeño Thor.

- Mejor será que nos separemos, tú buscas por aquí y yo buscaré por allá. - Dijo Gerd haciendo ademanes descriptivos. -De momento, intenta que no cunda el pánico, seguro que pronto encontramos tu o yo a Viggo y a Thor. - Continuo hablándole Gerd a Neida, tratando de ganar tiempo para poder escapar disimuladamente de la sala dándose prisa, a fin de poder reunirse con su compañero en el sitio acordado.
- Thor, Thor ¿Donde estás?... - Neida seguía llamando al niño, cada vez más inquieta y preocupada, empezando a llamar la atención de todos los invitados que pronto se dieron cuenta de que algo malo estaba ocurriendo...

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