Capítulo 38: La coronación de la Reina. ( Parte III )

Niels avanzaba tímidamente y algo indeciso hacia donde estaba sentada la joven Rhiannon. Parecía que el espíritu tan decidido y quizás hasta arrogante a veces, le había abandonado en aquellos momentos.
- Su majestad. Aceptad por favor nuestro humilde presente que le hemos traído desde Grambelaii - Le dijo el joven cuando estuvo frente a la futura monarca, sin apenas levantar la mirada del suelo, mientras le hacía entrega de una pequeña pero valiosa joya traída desde su lejano Reino.
- Muchas gracias, emisario de Grambelaii. Aprecio mucho vuestro obsequio y la valentía por haber llegado hasta aquí. Sed bienvenidos a nuestra pequeña ciudad y disfrutad de la coronación y de la celebración que le seguirá, que tendrá lugar mañana. - Le dijo en muestra de gratitud la bella Rhiannon.
- Es un privilegio mi Reina. - Le respondió Niels mientras fugazmente levantó la mirada antes de retirarse de allí.
Arianne y Aidan se miraron mutuamente en señal de complicidad. No había duda de que el muchacho era un muchacho fuerte y apuesto. Además había corrido como la pólvora la hazaña que había hecho tiempo atrás al derribar a un oso para salvar a un compañero. Era de clase de personas que se necesitaban para hacer frente al poderoso Rey Gare y a sus temibles ejercitos compuestos tanto de humanos como de Dragones. Aún era joven pero se vislumbraba, apuntaba maneras de que llegaría a ser un guerrero valiente, sí, incluso un líder.

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- Ya se acerca el momento de la coronación. Mañana será el gran día. Todas las miradas y atención estarán puestas en la Reina. Será el momento ideal para aprovechar la distracción para capturar al pequeño Thor. ¿Has repasado todo el plan? Nada puede fallar. - Le dijo Gerd a Viggo su compañero.
- Sí, ya conseguí un gran saco de tela, donde transportan patatas y otras verduras. Vacié uno de estos. Fue fácil, había poca vigilancia en los almacenes. Allí escondéremos al niño. Le hice unos pequeños agujeros, para que pueda respirar.
También preparé el extracto de adormidera. Además tengo bien vigilados los movimientos de Neida la compañera de Arianne y del pequeño Thor, cuando está al cuidado de ella. Además, he intentado conseguir toda la información posible de los eventos de mañana; el recorrido por donde pasara la Reina y su séquito hasta llegar al lugar que se realizará la coronación. He averiguado donde se llevará a cabo el banquete. Todo lo referente a los actos de celebración. Y muchos otros detalles como estos.- Contestó satisfecho Viggo, mostrando su eficacia.
- Nos espera una buena recompensa de parte del Rey como nos prometió. Pronto seremos ricos y tendremos un lugar de prestigio y fama cerca del Rey. Eso sí...siempre que consigamos hacer bien nuestro trabajo. - Respondió Gerd visualizando el resultado de su éxito. A lo que asintió su amigo también.

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- Que te pareció la joven Reina, hijo. - Dijo el padre de Niels durante la cena en compañía del resto de los hombres venidos de Grambelaii.

- Bueno, normal... Fue agradecida y cortés conmigo. - Intentó disimular ante su padre y los demás presentes, pero se notaba su inquietud e incomodidad ante la pregunta que consideraba impertinente.

- Seguro que te habrás dado cuenta de que es muy bella la muchacha ¿no? - Dijo otro de los hombres de Grambelaii, no satisfecho con la respuesta evasiva e intentando sonsacar al joven su verdadera opinión.

- Quizas...pero la verdad es que no me he fijado mucho.
- Respondió el joven Niels, provocando una gran carcajada de los presentes, a los que no logró engañar.

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-¿Cómo te sientes hija? ¿ Estás muy nerviosa? - Preguntó Arianne a su hija antes de acostarse ambas a la cama.
- No creo que me pueda dormir esta noche. Aunque estoy muy cansada con todos los preparativos de estos días atrás, mi excitación e inquietud es máxima. Tengo miedo de que algo salga mal. Qué tropiece y me caiga al ir hacia el trono de coronación. Qué empiece a tartamudear al dar mi primer discurso. En fin, que no esté a la altura de lo que se espera de mí. - Expresó algunos de sus temores e inquietudes a su madre.
- Tranquila hija, es normal. Yo misma estoy también bastante nerviosa. Pero confío plenamente en tí. Eres mucho más madura que cualquier muchacha de tu edad. Estoy convencida de que todo saldrá perfecto. Por cierto... - Dijo su madre, tras hacer una breve pausa y aclarar su garganta-¿Qué te pareció el emisario de Grambelaii? Es un muchacho muy apuesto, ¿ No crees ? - Le preguntó, tomando por sorpresa a su hija.
- La verdad...es que sí. Me agradó bastante. Aunque creo que es demasiado tímido, como para poder acercarse más a mí. - Se sinceró ante Arianne, a quien consideraba su amiga además de su madre.
- Ya sabes que mañana habrá baile, después de la coronación en los festejos. Quizás te saque a bailar.- Insinuó su madre.
- Me parece muy improbable, después de su reacción de hoy. Ni siquiera llegó casi a mirarme a los ojos. Además no quiero pensar en él. Se marchará y no creo que nos volvamos a ver nunca más.- Le contestó Rhiannon con una mirada algo triste.
- No pierdas la esperanza. Si tiene algún interés en tí, lo demostrará. Ahora mejor que ya no hablemos más e intentemos descansar. Mañana será un emocionante pero largo día. - Le dió un beso en la frente y tras eso le deseo que tuviera una buena noche.
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El canto del gallo, anunció las primeras luces del alba. Al instante de oírlo, Rhiannon se levantó de un salto de la cama, y descorriendo las cortinas opacas, se apresuró a abrir la ventana. Haciendo una gran inspiración, el fresco y húmedo aire matutino llenó sus pulmones, al tiempo que estiraba sus brazos para desperezarse.
Este era el "Gran día". Por fin llegaría a ser la Reina. Sí, la Reina de todos los Reinos aliados. La heredera legítima de Ehazur. Su niñez quedaba atrás. Le vinieron a la memoria las palabras de la pareja de ancianos, Danna y Lugaidh, cuando le decían que tenía que convertirse en una mujer madura, sabia, perspicaz, valiente y generosa. A partir de este día tendría que empezar a comportarse como tal. Llegar a ser un referente, una esperanza de liberación. Recordó las interminables jornadas de duro entrenamiento que le proporcionaron Nerubian y Zenedar sus amados dragones. Un montón de imágenes y sentimientos le inundaron la mente, hasta que su madre Arianne la sacó de aquel estado de ensoñación.
- Rhiannon, hija, es hora de levantarse. - La escuchó decir mientras se acercaba a su habitación.
- Ya hace un rato que me levanté, y me puse a respirar el aire fresco de la mañana. - Le contestó alegre ella.
- ¡Buff, que frío! Cierra ese ventana, no querrás ponerte enferma, ¿Verdad? - Le dijo Arianne al entrar allí y notar el aire bastante gélido que se sentía a esas horas. - Ya he calentado agua y la he puesto en la tina de baño. Date prisa.
- Le instó su madre.
Ahora empezó todo el ritual de la preparación. Baño, ungüentos perfumados, vestido real, un hermoso peinado trenzado con adornos de oro.

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Ya sabes Viggo, el mejor momento será durante los festejos. La multitud, la música, el baile, el vino...
¿Te acuerdas del plan? - Le preguntó a su amigo.
Sí, mientras tú distraes a Neida yo me ocuparé del niño.
- Le respondió a Gerd.

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Por fin llegó el gran momento.
Cada persona asignada en Angus había cumplido fielmente su papel en los últimos preparativos. Todo estaba limpio, inmaculado, en orden.
El camino por donde pasaría la Reina estaba lleno de pétalos de flores. Antorchas con incienso a lo largo de este, impregnaban el ambiente con un olor dulce y agradable. Al final del trayecto se encontraba una escalinata que conducía hacía el altar donde se encontraba el trono, bellamente adornado con piedras preciosas.
Los músicos a ambos lados del camino anunciarian la llegada de la inminente Soberana.
Mucha gente había madrugado para conseguir tener la mejor visión del momento, querían ver pasar a Su Reina a su lado. Todo el trayecto estaba repleto de personas.
Las trompetas empezaron a sonar, mientras la futura Monarca salía de su casa. Todo el mundo estaba con la máxima expectación.
Ella iba delante. Detrás le seguían Arianne, Catrin, Neakail, Marcus y todos los hombres y mujeres más prominentes y próximos a la Reina.

- ¡Quiero ver, quiero ver a mi hermanita! - Insistía el pequeño Thor a Neida que aunque estaban próximos al lado del camino, la multitud impedía la visión del pequeño.
- ¿Puedo ayudarte? Dijo Gerd a Neida que se había situado a su lado.
- Muchas gracias - Respondió ella. De hecho no se extrañó de ver allí al hombre, pues en las últimas semanas Gerd había estado acercándose amablemente a la joven, consiguiendo hacer un poco de amistad con ella.
Tras eso Gerd, que era un hombre alto puso al niño sobre sus hombros, y consiguió que el pequeño tuviera una vista excelente de buena parte del camino.

La joven Rhiannon, caminaba con paso ágil pero firme y con dignidad propio de una Reina.
Al llegar al pie de la escalinata se detuvieron toda la comitiva, y empezó ella sola a subir los escalones. Arriba la esperaba Aidan que sería el encargado de coronarla.

Tras unas breves palabras de parte de este, que mostraban que el entero pueblo de Angus le había confiado el honor, la responsabilidad y la autoridad para ello, agarró con firmeza la corona que estaba encima de un cojin de terciopelo granate y lo elevó ante los ojos de todos. Tras eso lo depósito en la cabeza de Rhiannon.
- ¡Saludad a vuestra Reina! ¡Dad la bienvenida a Rhiannon la legítima Reina de Ehazur y de todos los Reinos aliados amigos! - Dijo Aidan alzando su puño al cielo y gritando a voz en cuello con júbilo.
Tras eso sonó una atronadora ovación, gritos, aplausos.
Se había encendido en el corazón de todos ellos la luz de la esperanza.
Ahora la reina se proponía a decir unas palabras en voz alta, y para que todo el mundo pudiese escuchar su mensaje se dispusieron a intervalos voceros en lugares elevados que repetírian sus palabras.

- Queridos conciudadanos de Angus y de todos los Reinos y lugares lejanos que os encontráis aquí reunidos - Empezó su discurso. - Es un inmenso privilegio el haber sido coronada como la Reina de todos los que hoy me habéis aceptado como tal. No tengo palabras para expresaros el enorme agradecimiento que siento ahora mismo en mi corazón.
No quiero que me consideréis solo como vuestra Reina, sino que soy y seré vuestra aliada, vuestra compañera, vuestra conciudadana y más aún que eso, vuestra amiga.
No me considero superior a vosotros, aunque sea vuestra líder en la causa común de luchar contra nuestros enemigos.
Estaremos unidos en la lucha para recuperar nuestro honor, nuestra dignidad y derecho de ser pueblos soberanos y libres.
No seremos más sus lacayos, sus esclavos y servidores. No les daremos nuestras riquezas, nuestras cosechas, nuestros esfuerzos, nuestras mismas vidas.
Estaré a vuestro lado para pelear con valor, con energía, con sufrimiento si es necesario. Lucharemos con toda nuestra alma, con nuestra sangre, con todas nuestras fuerzas. Sé que muchos habéis perdido a seres queridos, que estáis en dolor. Pero os prometo como Reina que soy y con la autoridad que se me ha dado, que vengaremos su sangre. Lo juro. Y que algún día, espero que no muy lejano, seamos todos al fin pueblos libres. - Concluyó sus palabras con lágrimas en sus ojos.
La multitud se sorprendió de la madurez y humildad de la joven Reina. Se sintieron inspirados por sus palabras.
-¡Viva la Reina! ¡Larga vida a Rhiannon! - Estalló un enorme griterío con vítores y aplausos mientras muchos lanzaban prendas al aire en celebración.

Tan fuerte se oyó el sonido que no pasó desapercibido para los dragones negros y sus ejércitos. Así pronto se enteró el rey Gare de la noticia. Había surgido una amenaza, un peligro, una sombra para él. Una Reina rival que algún día le reclamaría el trono de Ehazur...

Por fin he vuelto. Espero que os haya gustado el capítulo. Espero vuestros comentarios. Un dragoniano saludo a todos.




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