un destello del mañana
notas: hola a todos. perdones por tardar, es que, he tenido varios fic. ¿quiere el ultimo cap?
Tras ver el joven Dragón ser depositado lentamente en el suelo de piedra de lo que parecía un vestíbulo, Linda subió las escaleras seguras, denotando sus bellas escamas moradas las cuales relucían ante las luces que salían de las antorchas. Sus placas amarillas, iban desde donde empezaba su cabeza hasta abajo, camino inseguro mirando al dragón purpura. Este parecía que no respondía, tenía las alas plagadas, haciendo imposible ver de qué color eran por dentro.
—Despierta, pequeño Dragón morado —comento la joven parada en frente del Dragón. Lo toco con la mano, Viendo sus colmillos blancos los cuales, sobresalían de su boca, sus cuernos retorcidos como espirales relucían con la luz que había, Linda lo miro con tristeza porque se sentía frio como sin vida—debes despertar —acerco su cabeza—te sacare de este frió y oscuro lugar —aclaro, poniendo su cara encima de su hocico.
Unas lagriman de dolor cayeron de sus ojos, cuando tocaron el ojo cerrando del Dragón purpura. El mismo movió un poco el hocico de incomodada, Linda al sentir sus respiraciones leves, se alejó extrañada, El dragón purpura se despertó con suavidad. Haciendo, algunos rugidos leves revelo unos ojos de gama amatista, los cuales para linda eran bellos a su parecer.
El Dragón purpura la miro confundido—¿Dónde estoy? —Inclino su cabeza a un lado, Linda lo abraso con los ojos llenos de lágrimas—pensé que estabas muerto, porque te sentí frio. —dijo con una sonrisa leve.
—a mí. Nadie puede conmigo, pero me duele la cabeza. —asintió con la cabeza de forma afirmativa. Denotando los arcos de piedras que estaban en cada nivel, volvió a mira a la joven de pelo blanco, la cual estaba muy cerca de su hocico—oye. Eres un macho muy lindo por tu color –menciono tocándolo en el hocico, impidiéndole hablar—aunque no puedo decir lo mismo de tu aliento, yo soy Linda. —retiro su mano caminando un par de metros.
El Dragón mostró sus dientes incomodo por lo que dijo—y yo soy, Spyro The Dragon. —dijo mostrando sus dientes afilados.
—bueno. Spyro, es un buen nombre para un Dragón. —comento Linda con los ojos brillosos, solo le devolvía le sonrisa—bueno, tu aroma me recuerda a un Dragón de fuego con el cual me llevaba muy bien.
Spyro la miro aún más inseguro que antes—sí. ¿Dónde está ese Dragón? —miro por el lugar viendo las antorchas. Estas apenas iluminaban el lugar.
—desgraciadamente, el murió, porque era un Dragón muy viejo —Linda suspiro desanimada. Bajo la cabeza con depresión. Esta sintió como unas leves caricias y cuando subió la mirada, descubrió que era Spyro, la estaba tocando levemente con el hocico para consolarla—no te culpes por eso, mira no se porque sufres por ello, pero no me gusta ver a nadie llorar —dijo alegándose un poco, despejando el hocico de la cara de Linda.
La misma cambio su expresión de una deprimida, a una de alegre, solo mostraba sus colmillos con suavidad lo abraso—gracias. Dragón, eso es lo que me gusta de todos los Dragones, leales y de buen corazón —expreso con un suspiro—a pesar que se ven aterradores y son capases de comerse a cualquiera.
Spyro al oír eso, levanto su cuelo sorprendido—oye... —dijo confundido—pero yo no sería capaz de comerme a nadie —le apunto con la pata delantera, mostrándole un poco los dientes afilados como navajas, estiro las alas con seguridad.
—gau... a pesar de no ser tan grande como los a como adultos, tus alas son fuertes —aclaro, mirando que el cartílago de sus alas era amarillo como sus placas—bueno. ¿Como llegasteis a ese Cristal? —Pregunto con duda—y ¿podías dejarme tocar tu pata delantera?
Spyro bajo el hocico, asintiendo con la cabeza—si. —levanto la pata delantera izquierda, Linda se agacho poniendo una pierna a delante y la otra atrás, para que Spyro, pudiera poner su pata sobre su rodilla—ahora. Voz que me cuentes como quedaste atrapado —dijo la joven con el pelo blanco, ondeante por el viento.
—es que hay —dijo bajando la cabeza adolorido-me duele la cabeza. —se la toco con la zarpa para intentar recordar y logro recordar algo, vio una joven Chica de pelo largo y orejas puntiagudas, tenía lo que parecía un vestido corto con decoraciones metálicas en sus hombros, esta estaba en un balcón gritando—¡Spyro y Cynder! ¡Rápido! —Al escuchar eso, Spyro levanto la cabeza, mirando a todos lados confundido—¿Qué es Cynder? —sentía que era alguien importante para él pero no sabía porque.
¿Qué paso? ¿Cómo quede atrapado? ¿Qué es esa tal Cynder?
Se peguntaba en su mente.
Linda lo miro con un refunfuño—¿es una amiga tuya? –menciono, soltó la pata del enorme Dragón purpura, levantándose del suelo con suavidad, camino a la cornisa y luego se sentó sacando sus piernas de la misma. Spyro camino con tristeza en su cara, se puso a un lado.
—no sé, pero siento algo, ¿Por qué la abre olvidado? —pegunto con gemidos de dolor, solo azotaba la cola con furia. Linda para tranquilizarlo decidió cantarle una canción.
No lloréis más mi pequeño dragón
A veces solo hace falta un empujón
Tal vez será difícil
Solo sonríe y yo podre sentir ese calor
Que me hace soñar
Solo sonríe
Solo tendrás que tranquilizarte
Mira a tus dulces ojos
Para recordar lo que as perdido
Vuelve a estar tranquilo
Se que lo que este perdido
Esta en el corazón
Pero solo debes, volver atrás
Será difícil o fácil, es tu decisión
Solo vuelve a sonreír...
Cuando termino. Spyro la miro con tranquilidad —tienes razón —aclaro sentándose mal, porque tenía la patas delanteras y traseras mirando hacia adelante—no voy arreglar nada, alterándome de esa forma. Solo debo recordar, sin presionarme. —dijo con un rugido seguro y respiraciones leves, miro el abajero que estaba en el techo. Inclinando su cabeza, se podía ver el cálido sol y las nubes que tapaban sus rayos con forme se movían, Linda, se acercó un poco para recostarse de las placas de su pecho.
—Descuida, te presentare aun amigo, que estará dispuesto a ayudar —explico la joven con empatía del Dragón purpura, se alejó con una sonría—como los Dragones hacen promesas, que duran para siempre —salto de la cornisa, aterrizando de pie en el suelo empedrado, mientras su pelo ondeaba con suavidad—bajo el código del Dragón, yo te ayudare como una fiel aliada. —dijo cerrando los ojos, voltio a mirar a Spyro. El mismo con un salto, aleteando un poco con sus alas para prolongar el salto. Aterrizando sobre sus cuatro patas al ver la determinación de la joven Chica de pelo largo, abrió más los ojos mostrando los colmillos, impresionado que alguien diga eso de los Dragones—si puedes ayudarme, no veo porque no —dijo entre rugidos leves.
—bueno. te voy a dar un regalo. —expreso Linda mientras buscaba en su bolsa de cuero, la cual estaba en su espalda, sacando un brazalete de oro con decoraciones en espiral. Las cuales parecían metálicas por como brillaba, este las miro con orgullo, mientras, su reflejo se veía en el cristal rojo que tenía en el medio. Incrustado el brazalete, con suavidad se lo coloco a Spyro en su pata, derecha—gua... gracias, compañera. —agradeció con una sonrisa tierna, mientras movía de un lado a otro la cabeza.
Linda con seguridad. Asintió con las mejillas rojas—vamos a la academia primero —dijo con seguridad—¿puedes llevarnos volando? —pidió con una suave mirada.
—Claro que puedo, siento que no es la primera vez que vuelo –Spyro levantando las patas con seguridad—súbete, este lugar meda escalos fríos. —la bajo para ponerse en su posición de combate con las cuatro zarpas bien estiradas, estiro sus alas.
Linda con un salto, se puso en su espalda como si fuera un caballo, alegre solo abraso el cuello escamoso del Dragón, denotando sus espinas dorsales las cuales eran amarillas—emprende el vuelo Spyro y sácanos de aquí. —dijo mirando entre sus cuernos. El mismo mirando seguro, empezó a aletear para ponerse en el aire, voló, saliendo por el agujero que estaba en la piedra. Linda denoto el cielo azul, mientras sus ojos eran iluminados—tienes razón. Eres asombroso. —dijo viendo las hojas de los árboles, las cuales estaban en sus copas con forme pasaban. Spyro sintiendo el viento en sus escamas, dio unas piritas a erías, las cuales hizo que la joven pusiera una cara divertida, luego se enderezo con duda pregunto—¿adónde vamos? —aleteando para mantenerse en el aire.
—si. Primero debemos ir a egin. Un pueblo muy lindo, ahí es donde descansaremos y usaremos la manera más fácil para llegar a la academia las Minas Nakat, solo las atravesaremos con un carro de Mina, luego de eso terminaremos en el sótano de la academia, debemos entrar a una cueva secreta para llegar —explico con seguridad en su mirada. Pero Spyro estaba inseguro—sí. Sera más fácil hacerlo que decirlo. —comento con sarcasmo en su voz, dejando escapar un poco de humo de sus fauces.
Linda solo suspiro con seguridad—será fácil, así podemos esquivar a los monstruos de los bosques. —lo acaricio levemente, mientras se perdían en el horizonte.
Cap. final: el legado de la oscuridad.
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