La caída

Cuando cayó. Se encontraba en un extraño con ducto de piedra, el cual estaba lleno de polvo y telarañas, al final de este pudo ver una luz, mientras se desplomaba. Saliendo de golpe, pudo ver unos cristales que por unos segundos la cejaron. Antes de caer al agua helada, de aun rio subterráneo que había en la gigantesca grieta, tenía cristales regados por todas partes de diferentes colores y formas.

Linda respiraba con dificultad. Siendo a rastrada por la corriente del caudal, Linda intentaba mantener la cabeza fuera del agua con unos pataleos descontrolados. Pero se le dificultaba, iba hacia las rocas puntiagudas, donde pensó que moriría bruscamente. Sin previo aviso, escucho una voz en su cabeza. Que le dijo algo.

«Si no quieres morir, usa la oscuridad »


Linda mirando con miedo, sintió que algo le estaba susurrando—no. yo puedo salir de esto —expreso temerosa.

«¿Pero porque? Vamos a compañera, no queremos morir»


La joven de pelo blanco. Al escuchar eso se me alisaron los pelos de la nuca, estaba apunto de ver mi trágico final, ese espíritu del Caos tenia razón—no veo otra forma Dark.

«vez... ¿entonces es un si? »


Cuando estaba apunto de golpear las piedras con su cuerpo, Linda sin opción—si... —dijo, la iris de sus ojos pasaron de una matiz rosada a una roja intensa, los dientes se pusieron afilados como navajas. Linda, con una fuerza sobrenatural, le dio una zaparda a los pedruscos, rompiendo los en pedazos los cuales impactaron en el agua. vio una orilla esta salto dándose con una estaca de pendra en la cabeza. A terrizo en el piso perdiendo el conocimiento, antes de que pasara le apareció una mecha negra en el pelo.


La lucha en el templo:

La oscuridad de la noche se sentía muy bien en mi pelo blanco con mechas rojas. Un joven caminaba, mirando a todas direcciones, en un pasillo con muros de ladrillos de piedra antigua por su aspecto, llevaba una armadura metálica que se iluminaba ante la luz de la luna, esta salía de entre la grietas. Los pisos, tenia varias grietas, tenían un mosaico de piedras azules, una capa que ondina de color rojo, provocaba temor ante quien lo miraba con sus ojos rosados.

—Ignoe, ¿estas seguro que aquí en contraeremos a los atacaron uno de los pueblos cercanos? —pregunto un joven Dragón de escamas azules, cuya cresta era de un azul mas claro, holea el piso con la nariz, buscando algún aroma peculiar, Ignoe, lo miro acariciando lo distraídamente al Dragon—no. lo se, pero el lugar mas lógico, es este viejo templo cercano a las aldeas. —dijo, mirando un arco de piedra, este tenia el símbolo del agua. Representado por un mar que encandecía de forma espectral.

—si. Nuestro trabajo es mantener la paz en los reinos. —menciono, alegre hacia algunos rugidos.

—Que Lindo. Deuz. –se acerco para tocarlo y acarícielo debajo de la cabeza, sus placas eran de un matiz de blanco.

Deuz movió la cola mostrando los colmillos de alegría. El joven chico a legando sus mano, miro al arco de piedra—deberíamos ver que hay delante. —Dijo, apuntando para que Deuz lo viera—¿una carrerita? —pregunto, Deuz, con una mirada segura.

—Claro. en eso estaba pensando. —atajo con alegría.

Los dos se pusieron, uno a lado del otro, Ignoe, lo miro a lo ojos de iris plateada, que resplandecían de manera hermosa, asintiendo de seguridad. Deuz se puso con las cuatro patas bien estiradas—¿listo? —Aclaro el Dragón azul, dejando escapar un poco de humo—¡a darle! —Dice Ignoe de manera entusiasta.

Ambos corrieron rápido. El pelo corto del chico, se movía por el viento que había en el corredor, Me alegraba ver a Deuz divertirse, siempre asíamos cosas como esta aun que nos dijeran, que no, lo cual pasaba casi todo el tiempo. Cuando llegaron y pasaron el arco, tanto Deuz como Ignoe estaban jadiando de cansancio.

—la próxima... —dijo Deuz, bajando sus alas, cuyos cartílagos eran del mismo azul, que sus escamas por fuera, y por dentro de un tono mas blanco—ganare... —inflo y desinflo el pecho hecho trizas.

—Quiero verlo. —expresó de manera picara—ahora. ¿Donde estamos? —pregunto tocándose la cabeza deforma despreocupada.

Denotaron que estaban en una especie de vestíbulo, avanzaron un par de pasos. Vieron sorprendidos que había en el suelo un gigantesco emblema, estaba en todo el centro exacto, con el símbolo de un dragón en todo su esplendor, era iluminado por unas antorchas azueles, había un aura de incomodidad que no me casaba gracia—no seque es este lugar, pero no me gusta la manera de mirar de ese Dragón. —apunto a la imagen en el suelo.

—Esto contigo Ignoe —el joven Dragón azul asintió de afirmación, estirando sus alas de forma audaz—espera estoy olfateando algo. Es extraño. —menciono entre colmillos con una mirada fría.

Ignoe lo miro fríamente y agarro de una bolsa de cuero, que tenia en la espalda, su sable. Lo tomo en la empañadura con sus dos manos por lo pesado que era, esta tenia gravados de metal azulado en la hoja, que imitaban a las llamas de una forja—si. Pero no se que hacer. —reputo el joven mirando su reflejo en la hoja, afilada, resplandeciente.

Los dos se mantuvieron alertas, viendo los gravados en las paredes. Parecían unos guerreros con alguna especie de armadura verde esmeralda, el chico los miro con duda—mm... estos gravados soy extraños. –dijo, antes que se empezaran a escuchar unos pasos fuertes que venían de otro pasillo al a la izquierda, Deuz, giro su cabeza a Ignoe, poniendo su cola entre las patas de inseguridad—que viene. —mostro el colmillo blanco.

Deuz y Ignoe. Se movieron a una lado, atrás de ellos estaba el pasillo con el arco, de donde habían salido antes, miraban firmemente a la entrada oscura del pasadizo, se oían los pasos apresurados. Ese momento fue tenso porque no sabía con que me enfrentaría, solo me temía lo peor, cuando unas cosas salieron de un salto, hacia mí. El chico cayó bracamente al suelo. Siendo maltratado por las garras de la bestia, se escuchaba como los huesos de las costillas le tronaban con fuerza. Tenía pelaje, negro, unos guantes, con espuelas metálicas redondas adornaban sus garras, parecían de cuero marrón, llevaba una armadura verde. La espada de Ignoe se clavo en el suelo, haciendo uno sonido, vio sus ojos que eran completamente de color Rubí, Deuz, de forma audaz, le lazo una bola de agua con sus fauces la cual empujo a la entidad, quitándolo de su pecho.

—Gracias, Deuz, pensé que me iba a matar —dijo, Ignoe, levantándose con dolor. Sintió que de su labios corría un liquido carmesí, se lo limpio con su mano, mientras que Deuz-de nada —respondió cuando denoto que otra. Estaba apunto de saltarle—¡cuidado! —advirtió con un rugido apresurado.

Ignoe voltea, con un movimiento rápido, tomo el arma con sus manos. Hizo movimiento con la cuchilla, justo al momento que la criatura salto. Cortándole la cabeza, cayo al suelo un montón de sangre salió de su cuerpo, dejando un charco-¿esta muerto? –pregunto Deuz-no se, pero aun no hemos acabado. –miro a la otra la cual estaba enfurecida, mostro sus dientes afilados, rugiéndole con fuerza–con que son ustedes, las que causaron destrucción en el Reino de los Dragones. Bueno, prepárate para morir ante mi hierro. –amanso ignoe con una mirada gélida-si. Estoy contigo. –reputo Deuz levantando la cola, listo para atacar.

Ambos corrieron rápido a la extraña bestia, le dio algunos espadazos pero esta los evitaba con sus garras, tenso el sable mirándolo con rabia. Mientras, sacaba un poco de chispas–¡Deuz maremoto! –le grito, mostrándoles los colmillos de Dragón en su boca. El joven Dragón a sintió de seguridad, brinco, agitando sus alas para prologar el salto, concentro sus poderes de agua en sus patas y dio un pisotón fuerte al piso.

PUN....

Se escucho. Una onda en forma de ola que se formo, por el pisotón de Deuz, revolcando a la criatura. Estopándolo contra una efigie de un Dragón, que estaba al fondo de la habitación, aun lado de ellos–As echo un buen trabajo de Deuz.

-gracias, ignoe –dijo con chirridos de seguridad-bueno. Vamos haber si esta muerto, aparte, ¿Qué serán estas criaturas? –Miro el chaco de sangre en el piso, donde yacía el cadáver–ni idea pero lo que sean esas cosas son fuertes, porque pudo hacerme daño. –aclaro, tosiendo un poco con dolencia, levanto su mano, buscando en su mochila y saco un cristal, carmesí, y una botellita con un tapón, la sustancia que contenía era de color verde-toma un cristal de curación y para mi una poción. –dijo, estampándolo contra el suelo cerca de Dragón azul, los fragmentos se convirtieron en chispas mágicas de color rojo. Se unieron a las escamas azuladas de Deuz, sintió como sus fuerzas regresaban, a su vez ignoe. Se tomo todo el contenido de la botella.

-bueno. Ya estoy como nuevo. –Levanto la cabeza con sus escamas radiantes que deslumbraban, como si las hubieran pulido con un trapo–yo igual. –menciono, levantándole el pulgar al Dragón.

-bueno. Vamos haber si esa cosa esta muerta. –expreso caminando, pasando el enorme símbolo. Se acercaron a la estatua del dragón, la encontraron en las fauces de la figura con los ojos cerrados.

-parece que se le clavaron los colmillos. –dijo apuntando con la garra índice a los chorros de Sangre, que salían por la espalda y goteaba de sus zarpas en charcos.

–si. Pero que clase de cosa –se acerco un poco para verla.

-cuidado, no sabemos si aun esta viva. –advirtió Deuz con una mirada fría, la daba si cola con sutileza.

-si –guardo su espada en su guarda de cuero-mira jamás habíamos visto esta clase de cosas, hemos visto arañas gigantes en las cavernas que pasan por la montañas, hasta armaduras andantes, goles de piedra, serpientes de dos cabezas... pero nunca algo así.

–Estoy contigo –bajo la cabeza, asintiendo, seguro con un leve rugido–¿tu crees que trabajen para alguien? –pregunto mostrando sus dientes afilados de color blanco, perlado. Ignoe levanto la mano, se dispuso a palparlo con sus dedos cuando lo toco, la criatura abrió los ojos de golpe sacando una esfera cristalina con sus ultima fuerzas, presiono una especie de botón morado, el joven miro con miedo, sabia lo que era y no era bueno, mire rápido a Deuz–alegaos. Es una granada de cristal. –intento huir de la explosión, antes que explotara empujo al joven dragón, mientras a su vez se formaba uno de color blanco con puntas puntiagudas

-haggg... -Ignoe sintió como este, con sus puntas cristalinas, le atravesaba la espalda y la extremidades, quedando colgado del cristal. Miro a Deuz con dolor, no me podía mover estaba empalado-¡Ignoe! ¡no! –dijo, Deuz con los ojos aguados.

-lo siento... -reputo, Ignoe, con un dificultan mientras un liquido rojizo. Corría de las heridas, pulsantes, de su espalda-no po-oo-d-re sa-li-ir de esta.

-no –el Dragon azul se acerco un poco, con chirridos de tristeza-yo no te dejare padecer aquí, no puedes morir. –dijo, moviendo su hocico de lado a lado. Los ojos empapados de Deuz se posaron en los de Ignoe.

-¿por favor? –menciono, llorando de tristeza.

-se que dije "que seriamos amigos para siempre" pero... -expreso, tosiendo sangre-sabíamos que esto podía pasar.

-si. Por eso estoy para ayudarte –le apunto con la pata.

-si lose, si quieres ayudarme, debes informarle al director de la nueva amenaza.

-pero... no quiero, dejarte aquí. –menciono Deuz apuntándole con el hocico. Luego se escucharon unos rugidos, el Dragon miro al pasillo-algo mas viene vete, ¡por favor...! –exclamo, Ignoe cerrando los ojos, quedando inconsciente.

Deuz con rabia, al oír que los pasos se hacían cada vez más fuertes. No tuvo otra opción más que salir corriendo, antes de pasar el arco de piedra. Lo miro de reojo con un leve chirrido con profunda de presión, retomo la marcha, paso entrando al pasillo de antes«no. mi amigo y compañero del alma, desde que nos conocimos aprendí de ti y viceversa» con dolor avanzo hasta llega una habitación. Una luz diurna salía de entre las grietas en el techo e iluminando su hocico de forma dispareja, en las cuatro esquinas había cuatro pilares, parecían antiguos por los dibujos extraños, que yacía en ellos. Yuan salió del pasillo enfrente estaba la pesada puerta, que tenia gravados en forma de gotas de agua, de ella salía una luz alcaida-lo siento. –dijo, mostrado sus colmillitos blancos. Mientras atravesaba la salida.


Los entrenamientos en las playas del Dragón.

Más ella. Donde se podía ver el mar, rosar con sus olas la arena, la cual se mojaba constantemente. Se podían ver las palmeras y el denso bosque, de entre los arboles salió una joven Dragona con escamas negras, su alas, las cuales eran amarillas por fuera, como sus cuernos enroscados de carnero, y de color rojo oscuro por dentro, se iluminaban por el dulce sol. Las placas tenían la misma gama de color rojizo, oscurecido, que sus espinas dorsales, miro la bella playa con sus ojos de iris azul claro, pero no estaba sola.

Un Dragón de la misma edad. Salió de entre las malezas, miro sus lindas escamas blancas, las placas de un tono mas claro azulado, eran iluminadas, iban desde donde termina su cabeza hasta abajo. De forma imponente extendió sus alas

-llegamos a las playas del Dragones –miro con una sonrisa, mostrado sus colmillos de seguridad-¿Qué te parece?

La dragona le devolvió la mirada–si. Es esplendido, Yang necesitamos descansar –reputo, inclinado la cabeza un poco.

Un rato después. Llego una chica con pelo largo, llevaba un vestido blanco, cuyas telas bajaban con delicadeza, en su cabello rubio, lleva un cintillo negro. Puestos en sus pies tenía unas botas de un tono negro-si. Estoy contigo yin –dijo, poniéndose a un lado.

–yin, yang y Rin. Esperen. –se escucho, mientras un chico salía de entre los arboles. Su cabello corto, del mismo tono que el de Rin, se movía por el viento. Llevaba puesto una túnica blanca que llegaba hasta la cadera la cual estaba abierta. Dejando ver así, una camisa negra, poseía un escudo cosido a mano de un dragón en el centro. Todos se quedaron pensativos, hasta que se dieron cuenta–hermano, ¿Por qué tardaste tanto? –menciono, Rin, con una Leve riza de simpatía.

Los dos Dragones asintieron de afirmación–tu siempre eres el ultimo en llegar –dijo, yang con rugidos leves-no lo culpen, solo es un poco distraído –Yin apenada bajo su cabeza un poco, agradeció que sus escamas eran negras porque no se le notaba–no es cierto, Rían. –apunto con la pata, al joven el cual se le pintaron las mejillas de rojo.

–yin. Me avergüenzas, no habláis así de mí –aclaro encorvándose de hombros.

Rin avanzo caminando, sus pisadas se quedaban en la arena, se voltea sonriéndole a Rían–¿Qué dices? ¿Vamos a descansar a aquí? –menciono. El viento hacia mover su pelo aun lado.

El joven miro con inseguridad, al verla con sus ojos brillantes, solo cambie mi rostro a una de seguridad–si. ¿Todos están di acuerdo?

-yo. Si quiero, para disfrutar del viento. –dijo yin estirando sus alas, sintiendo el viento en su escamas.

-yo quiero que yin, se siente bien –expreso, moviendo su cola, esta tenia alguna especie un tridente de doble punta del mismo azul claro–así que acepto.

–Gracias, yang –dijo la dragona, se acerco dándole un beso en la magilla. Rin y Rían vieron con movidos, cuando yin le dijo-esto, por ser un buen Dragón. –le lanzo una mirada inocente, mostrando sus colmillos de felicidad.

–Que adorable son –recalco Rin inclinado un poco la cabeza-estoy con mi hermana. –dijo Rían.

–si. Ahora vamos, buscar una palmera, para ponernos en una sombra. –yin se puso al frente del grupo, mirando el paisaje tropical, donde se oía el mar de fondo.

Tanto los jóvenes como los dos Dragones caminaron, por las orillas de aquella playa. Yin sintió el agua fría correr por sus patas, era una sensación distinta, yang la miro con unos rugidos leves de felicidad movía su cola, Rian se acerco a yang. Agallándose un poco para tocarlo en el hocico, le apunto con el dedo a un cocotero, donde estaba Rin la cual saludo con la mano. Soltando su mochila en la arena junto a una gurda metálica, que de ella sobresalía la empuñadura de lo que parecía un estoque, esta era rosado metálico intenso bajo la iluminación. Al ver eso Rían se acerco, colgado de un situaron en su cadera, tenia una bolsa de cuero grisácea. Donde se notaba el pomo en forma de flor verdosa de su acero.

Yin lo miro de forma adorable y yang. Se la regreso con un movimiento leve de su cabeza, la invito a correr por la orilla apuntando con el hocico al frente-¿que dices, una carera? –para nosotros las carreras eran divertidas, a veces ganaba mi hermana y otras, lo así yo. Yin asintió con un leve chillido de seguridad.

–vamos haber, si, tu me ganáis. –la Dragona negra, levanto sus alas y piso con su pata, delantera, la arena con fuerza.

–bueno. Vamos a darle. –dijo, yang, dejando escapar un poco de humo de sus fauces. Se puso aun lado de Yin, con seguridad mostraba el colmillo-empezamos a la de tres.

A su vez Rin y Rían, los vieron mientras contaban, Rían, apunto a los dos Dragones con su dedo índice, los cuales estaban apunto de correr–¡vamos! ¡Tu puedes yang! –exclamo este cerrando el puño. Cuando...

¡Pun...!

Rin extendió sus manos de alegría, dándole una cachetada a su hermano–Yin, ¡no dejes que este patán gane! –dijo con una mirada de sorpresa.

-¡oye! –Grito, Rían sobándose la majilla derecha, por el golpe sorpresivo de Rin- ¿a quien le dices patán? –le pregunto a la chica de pelo amarillo.

–o bueno... estoy ablando de ustedes. –menciono viendo a los dos Dragones, emprender la marcha, Rin lo miro con duda.

Rían con un tic nervioso expreso—si, Claro, tenemos derecho de alardear —poniéndose la mano en la cabeza, para intentar ver a los dos jóvenes Dragones, por lo lejos que estaban—si son rápidos, bueno, vamos a esperarlos. —yin gira un poco la cabeza con una actitud despreocupada—si. Tomare el sol. —sentada en la dulce sombra de la palmera. Mientras los esperaban, Yang veía la cola de Yin, la misma tenia una punta del mismo color que sus escamas, negras, se movía de lado a lado. Avezando con rapidez en el bello paisaje con un viento de frente, que le llenaba de orgullo, entonces, salto hacia la Dragona. Esta voltea y al verlo sonrió mostrando los colmillos, una luz salía de atrás de yang, viendo su reflejo en los bellos ojos del Dragón blanco. Le atajo con sus patas delanteras, ambos salieron girando por el golpe, hasta terminar en el suelo—eso... fue divertido.

—si... -respondió yin, estaba debajo de las cálidas placas del Dragón blanco. El lugar donde quería estar, este bajo un poco la cabeza para verla mejor, yang la acicalo levemente con el hocico. yin echaba algo de humo de sus fosas nasales, Para ella su amistad era el tesoro mas grande—te amo. —Menciono, la Dragona con seguridad—¿Qué quiere decir? —aclaro yang, moviendo de lado a lado la cola.

—no se, estamos igual. —Expreso yin extrañada— Aun teníamos cosas que aprender, ¿como que significa el te amo?

Yang alego su hocico para quitarse. Avanzo unos pasos atrás dejando que yin se pusiera sobre sus cuatro patas, miro al océano sintiendo el oleaje de las olas que rompían al fondo, el agua era iluminada por los rayos de sol que reconfortaba sus escamas blancas—están bello, sentir este viento en las escamas —dijo, mostrando los colmillos de alegría, yin se acerco un poco. Compartía el mismo sentimiento de felicidad que el joven Dragón.

—Si —yin inclino la cabeza de manera suave—es algo de agradecer, que nos trajeran aquí. —dio media vuelta y apunto con la garra índice a los dos jóvenes, que estaban sentados en la fresca sombra de la palmera

—si. Desde que las cosas cambiaron entre los humanos y Dragones, todo asido distinto.

Yin lo toco con pata a un costado—si. Ahora regresemos —expresó, saltando al frete del Dragón de manera imponente lucia su crista rojo oscuro, yang la miraba con rugidos confundido, mientras esta decía—como siempre decimos.

—devota nuestra fuerza —repitieron ambos, yin con ojos brillantes paso su mirada en los ojos. Ambos rugieron de alegría, cuando es cucharon.

¡Yin y yang! ¡Vengan es hora de entrenar!

Los dos miraron una figura distorsionada, por lo lejos que estaban, se dieron cuenta de que era Rían, el cual les indico con la mano que vinieran—si. ¡ya vamos! —dijeron ambos dragones con chirridos tiernos.

Una vez que se acercaron a los dos. Sus escamas fueron oscurecidas por la sombra del cocotero, Rin y Rían los estaban esperando—ya que habéis descasado, es hora de ponerse practicar combate. —aclaro, Rían con una mirada segura, camino entre los dos Dragones, estos miraron de re ojo confundidos al muchacho. Yin se dispuso a preguntar levantando la pata, los tres la miraron, esperando que hablara—si. ¿Pero que tipo?

—bueno. Te respondo, será una batalla en equipos —dijo desenfundando su estoque, su hoja, angosta que terminaba en una punta, se iluminaba de forma dispareja. Rin saco el suyo que era el mismo tipo arma—listo. Ahora vamos. —reputo Rían poniéndose a un lado de Yang, Rin hizo lo mismo pero con Yin.

—bueno. Vamos a alegarnos. —menciono, yang, con una actitud indudable. Se alegaron un par de pasos—buena suerte, porque la necesitaran. —dijo, Rían levantando se mano de forma presumida. Yang, lo miro moviendo su hocico de lado a lado de fastidio.

Al escuchar eso la Dragona negra con un tic nervioso, le rugió de enojo—así, Bueno, vamos a dejar ambos en el piso. ¿No Rin? —le pregunto, estirando sus patas y moviendo la con picardía.

Rin con una mirada fría, pero con una sonrisa—si. Para que se coman la arena. —dijo. Me encanta que mi hermano, me rete por que eso a mi, me motiva a luchar con todas mis fuerzas.

Los dos tenían miradas gélidas. La joven se lanzo contra Rían y yang, corriendo con su acero en mano, abanico, Rían se inclino hacia atrás. Sintió el aire cortante de la hoja de Rin, por lo cerca que estaba de su cara, este salto hacia atrás, esquivando los espadazos frecuentes que daba la joven chica. Cundo iba a darle una estocada, Rian se movió a una lado—¡ahora. Yang! —la joven miro con fundida, hasta que echo un vistazo al Dragón blanco que estaba detrás, este uso su aliento de luz contra ella. Mandándola a volar así la Dragona negra, la cual recibió el impacto con gemidos de dolor Yin se levanto, salto moviendo sus alas para prologar. Se dejo caer en la arena, una ráfaga salió del suelo, la cual salió disparada hacia Yang y Rian.

Estos al ver eso intentaron saltar para esquivarlo, pero mientras estaban en el aire vieron a Rin, levantar su mano y lazar una llamarada, el cual los en volvió a ambos—¡hhhaaa...! —gritaron los dos. Cayendo al suelo de golpe.

—vamos a hacerlo diferente. —Menciono, el chico rubio, levantándose con dolor en los músculos—si. Vamos a acabar con esta pelea. —dijo Yang con una sonrisa.

Levanto su mano su mano con seguridad—¡yang metamorfosis! —exclamo, levantando su mano al cielo, dejando ver un brazalete con el símbolo elemental de la luz. Representado por una estrella blanca, alrededor del Dragón blanco apareció una haz de fuego blancuzco, de menara espectral este desapareció entre las llamas. Extendió sus alas, las cuales estaban echas de luz pura, su cuernos se hicieron mas largos como el resto de su cuerpo, las dulces escamas blanca que lo recubre se iluminaban. El Dragón levanto su cabeza de manera majestosa por encima de la cabeza del joven chico—que tal eso, ahora se pondrá interesante. —dijo, este mientras Yang echaba humo de sus fosas nasales de seguridad.

—hay que Lindo. —Aclaro con ternura, haciendo que a Yang se le pusieran las majillas rojas, avergonzado—mm... si... —curvo su cuello largo, para bajar su cabeza mientras decía—que vergüenza.

Rin mirando a yin con alegría—nos toca, ¿te parece? —menciono entusiasmada—si. Siempre quise ver como seré de grande. —dijo, yin moviendo la cola de picardía. Se puso en frente del enorme Dragón adulto.

—Yin es la hora. —Rin mostro su collar con el símbolo de la oscuridad, representado por la luna llena, lo llevaba puesto en el cuello—¡Yin metamorfosis! —grito al aire.

Apreciaron unas llamas negras como la noche, en volviendo sus escamas, las alas se volvieron mas grande como su patas, los cuernos, se alargaron en roscándose así afuera y la punta de su cola, se trasformo en una cachica de doble punta, yin, estiro su largo cuello. Saltando afuera del haz ardiente, La Dragona adulta sonrió, mostrando sus colmillos afilados como dagas, de los cuales brotaba saliva—esta genial. —Levanto su pata y la cerro con fuerza—me siento distinta, me encanta. —movió su cola, levantando arena por el constante movimiento.

—yin tranquilízate, ¿si? —esta miro que Rin estaba sepultada en un montículo de arena, causado por ladear su cola tan rápido —huy —dijo poniéndose la parata sobre su boca—me deje llevar por la emoción.

Rían miro volteando los ojos apenado y yang, se puso una de sus patas delanteras en el hocico, haciendo chirridos de vergüenza—vamos a acabar antes de que me de pena —dijo, Yang, con un rugido fuerte. Echo un poco de humo de sus fauces.

—yo estaría produciendo humo como tu —menciono, el chico rubio—porque se su pone, que nos ataquen. —distraído miro que su hermana y la joven Dragona, habían desaparecido en la nada, yang al ver la cara de sorpresa del chico, decidió miran pero no estaban—¿Dónde están? —Dijo el Dragón blanco extendiendo sus alas

—¡hermana! ¡yin! ¡Donde están! —demando, Rían, con rabia en su ojeada- ¡hey¡ —menciono Yang con enojo, miro a Rian apuntando con la garra índice—¿me habéis tocado la cola?

—no. aparte, no puedo desde aquí. —dijo Rían entrañado.

Cuando...

Nota: si quieren una trasformación para Spyro y Cynder, solo díganmelo en los comentarios. no olviden dejar me gusta.

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