Capítulo 9: Dragón y Demonio.



En el edificio de Phantom un encuentro estaba a punto de comenzar, como únicas testigos un par de magas de Fairy Tail, ya sea la pelirroja o la albina, ninguna de ellas daba crédito a la escena, lo que su compañero... Lo que Natsu había "despertado", esa magia que hasta hace poco una de ellas creía que era la única que empleaba, que podía usar todo su potencial.

-José Porla- Pronunció Natsu con voz inhumada, sumado a su apariencia bestial, era obvio que no se contendría; una melena blanca fue creciendo hasta cubrir su espalda, llamas negras lo rodeaban por completo. 

Su presión de poder iba en aumento, provocando que el edificio temblara. La cara de José seguía siendo de terror, nunca imaginó que un simple mago, una de las moscas como él consideraba, pudiera guardar tanto poder, una inmensa sed de sangre.

-"¿Q-Qué es esto?... ¡¿Qué es este tipo?!" – Retrocedió algunos pasos, hace unos instantes estaba dominando a dos de las magas más fuertes de las hadas y ahora estaba sudando gotas frías, mientras temblaba de miedo, ni su experiencia como mago santo ni aquella coraza sujeta a su pecho, nada de eso valía frente a él... El mago cazador y ahora... Un Demonio encarnado.

-Arte secreta: ... - Apuntó al pelirrojo con la punta de su espada Rebellion, las llamas se concentraron en la hoja, José tembló, fue consciente de la magnitud de aquella técnica.

-¡HAZ OSCURO! – Desesperado, disparó sus rayos. Natsu no se movió, aquel ataque no tenía efecto, siguió preparando su técnica- ¡¿Por qué no caes?! ¡Cae! ¡CAE! – Gritó mientras seguía con su ataque.

-¡Fauces del Dragón Negro! –Llamas negras fueron disparadas, estas tenían la forma de una bestia, un temible dragón hambriento, José apenas pudo hacerse a un lado, esquivando por poco la gran "mordida".

No sólo la pared, el techo; las llamas habían "devorado" medio salón principal. Ahora los magos se encontraban a la intemperie.

-¿Falle? – Expresó Natsu – Aun no me acostumbro a esta esta espada – Miró a Rebellion, decepcionándose de si mismo. 

-M-Mira... ¿Esa es...? ¿Esa es tú magia? – Aquello sonó más como una afirmación, los ojos de Erza estaban abiertos con sorpresa, al igual que los de su compañera.

-L-Lo es... P-pero... -No dejaba de temblar mientras observaba a Natsu, esa apariencia, las llamas negras que lo rodeaban, ella lo sentía, no era una transformación cualquiera – E-Es diferente... Él... No, no es posible – Sentía su sangre arder, un calor agobiante la hacía jadear y abrazarse a sí misma, no era miedo, se trataba de otro sentimiento, uno nada adecuado para su situación actual.

-¿Cómo es posible que tengas tanto poder? ¿Qué eres? ¡¿Qué eres tú?! – Volvió a gritar José, sentía un inmenso terror hacia ese joven demonizado.

A una velocidad sobre humana, Natsu se lanzó, ejecutando un corte vertical. José apenas pudo reaccionar y dar un salto hacia atrás.

-¡Gah! – Sintió un dolor punzante en su pecho. Aun con la pechera negra, pudo sentir el roce del filo –"Es demasiado rápido, demasiado fuerte" – Pensó sin despegar la mirada, fue inútil ya que aquel demonio había desaparecido -¿Eh? ¿Dónde? ¡¿Dónde ésta?! – Miró a todas partes.

-Aquí- Un par de orbes rojos brillaron detrás del pelirrojo, este volteó lentamente hasta que se encontró con aquel ser.

-¡AHGK! – Gritó cuando su nuca fue tomada e impactada contra el suelo, este se agrietó, no había manera de sobrevivir a eso, un "entierro" tan brutal- P-Por Favor... Déjame ir... - Rogó con todas sus fuerzas, mientras aun estuviera consciente, el joven demonio puso un pie sobre su espalda – Te daré todo lo que quieras... Dinero, mi gremio ¡Todo! – Gritó desesperado, con cada palabra que soltaba sentía que la pisada del Demon se hacía más fuerte.

-No te muevas- Natsu lo observó por un rato, después, retiró su pie lentamente.

-Jeje... - Rió José un poco aliviado, mientras intentaba levantarse – S-Sabía que eras un chico inteligente, alguien que sabe que es lo que le con¡AAAHG! – Su gritó fue horrible y desgarrador.

Mira y Erza observaron atónitas cuando Natsu enterró su espada en la pierna del pelirrojo.

-Creí haberte dicho que no te movieras- Pronunció Natsu con un tono frio, mientras lo miraba con desprecio. El pelirrojo apenas y podía hablar, el dolor y la mirada escalofriante que recibía apenas y lo dejaban respirar – Has puesto tus manos en esa "cosa" – Miró la coraza que portaba José – Espero que estés preparado para las consecuencias – Agregó, cada palabra provocó un escalofrío en el pelirrojo.

Retiró su espada, se preparó para ejecutar al mago de los fantasmas.

-¡Natsu! ¡Espera! – Gritó Erza, viendo lo que estaba a punto de pasar – No tienes que matarlo, ya lo derrotaste, es suficiente – Dijo desesperada, se negaba a creer que Natsu pudiera hacer tal cosa, asesinar a sangre fría.

-No lo entiendes –Dijo Natsu, sin despegar la mirada de su presa – Debo eliminarlo antes de que la armadura lo posea por completo – Mencionó, mirando a la albina de reojo – Antes de que suceda algo peor que lo de hace dos años – Mira comprendía, buscó en sus recuerdos, lo que decía Natsu era cierto, pero, al igual que Erza, no quería verlo cometer una atrocidad, aun si se trataba de alguien que lastimó a sus amigos, a su familia.

Erza seguían sin entender ¿Qué era exactamente lo que hacía actuar a Natsu de esa forma? Tan precipitadamente, lo entendió... De la manera más impactante posible.

-L-Los... - La mirada del pelirrojo se ensombreció, mientras intentaba levantarse una vez más -¡LOS MATARE A TODOS! – Gritó, una enorme columna oscura se levantó frente a los magos.

-Tch- La energía empujó a Natsu hacia atrás, este arrastró sus pies, deteniéndose a un par de metros delante de las magas.

-¿Qué... ¿Qué es eso? – Erza estaba temblando, viendo lo que sucedía con el maestro de los fantasmas.

-Natsu... Eso es... - Habló Mira con temor, lo sabía, aun así necesitaba de la confirmación del pelirrosa.

-Demonización – Pronunció el joven demonio, sorprendiendo a las dos magas. Para cuando la columna de energía se extinguió, no quedó rastro alguno de aquel mago pelirrojo. Frente a ellos, un ser tan abominable como el aura que emanaba.

-¡RAAAAWW! – Rugió el engendro, provocando que todo el edificio temblara, al igual que los huesos de un par de magas.

-¡Esquívenlo! –Gritó Natsu, la enorme bestía empezó a acumular energía en sus fauces, lo que vino no sólo impactó al par de magas, todos en el puerto lo pudieron ver, el enorme rayo de energía atravesando el edificio y llevándose parte de una montaña a lo jejos.

-Esto... Esto no puede estar sucediendo – Erza miró con terror a través del agujero que dejo aquel rayo.

Mira no pudo decir nada, solo podía temblar al imaginar que hubiera pasado hace dos años sí Natsu no hubiera salvado a su hermano.

-T-Tenemos que detenerlo... - Dijo Mira – Sí esa cosa llega a la ciudad no sólo nuestros amigos, también la ciudad será...

-No voy a permitirlo- Interrumpió Natsu, colocándose al frente.

El demonio volvió a rugir antes de arrojarse hacia las hadas.

-Reequipar: ¡Escudo del héroe! – Volvió a emplear su defensa más fuerte, aun así la fuerza del demonio fue suficiente para hacer que Natsu arrastre sus pies – Grrr- Gruño mientras resistía – "Este es el poder de la pechera"- Pensó.

-¡Natsu! – Erza gritó – Te ayudaremos – Preparó una de sus espadas y armadura.


-¡No! ¡Váyanse! - Gritó, las auras de ambos demonios chocaron - ¡Ahora! – Era la primera vez que Mira y Erza lo escucharon alterado.

-¡No! ¡No lo haremos! – Mira gritó reuniendo lo último de su mana para transformarse - ¡Satan Soul!

Ambas féminas se arrojaron, Mira por la izquierda y Erza por la derecha, sería un ataque en pinza... Que el demonio repelió al incrementar poder.

-¡AAGH! –Ambas féminas salieron volando hacia atrás, en el suelo, no tuvieron la fuerza para volverse a levantar.

-M-Maldición... - Erza estaba a punto de desvanecerse.

-E-Es demasiado... Fuerte... -Mira estaba en las mismas.

-Tch – Volvió chasquear Natsu, el demonio lo hizo arrodillarse, su fuerza era superior, mucho mayor a otras criaturas a las que había eliminado... O a los demonios que había cazado, pensó lo que tenía que hacer sí quería salir de esta y salvar a ambas chicas – "No hay opción"- Se levantó usando todas sus fuerzas.

...

-¡...! - Abrió sus ojos de golpe, lo primero que vio fueron las cajas desordenadas, se hallaba en una cama improvisada.

- Wendy – Una rubia la llamó con lágrimas en sus ojos, la abrazo de inmediato – Me alegro de que estés bien, por favor, perdóname – Tuvo que decirlo antes que cualquier otra cosa.

-Lucy-san- Correspondió al abrazo, que de inmediato rompió al sentir un dolor en su pecho -¿Natsu-san? ¡¿Dónde está Natsu-san?! – Preguntó alterada.

-Sigue en ese edificio... Fue a enfrentar al maestro de Phantom – Respondió Lucy, viendo como la pequeña salía de la cama, rumbó a la puerta- Wendy, espera – Intentó detenerla.

-Tengo que ir... Tengo que ir con Natsu-san... Antes de que sea tarde – Wendy se veía muy preocupada, la presión en su corazón fue creciendo, junto con un mal presentimiento. Salió del edificio sólo para que sus suposiciones fueran confirmadas.

Una columna de llamas, aún más grande que la que surgió de Jose, se levantó hasta el cielo, los magos de Fairy Tail estaban tan impresionados como aterrados.

-No... No quiero... - Wendy cayó de rodillas, soltó sus lágrimas – "Por favor, Natsu-san... No lo haga"

En el edificio de Phantom...

-¡RAAAG! – Rugió José, ahora demonio, pero esta vez de dolor, la sangre salía a borbotones, una de sus garras había sido cortada.

- MataDragones - Rebellion – Declaró Natsu, empuñando ambas espadas. Con un gran saltó se arrojó hacia su presa.

El demonio volvió soltar su "rugido", aquel rayo de energía oscura, no fue nada en contra la velocidad del cazador.

Cuando llegó a él, Natsu lanzó varios cortes, era increíble la facilidad que tenía para blandir semejantes armas, sobre todo por su tamaño.

Erza y Mira no podían apartar la mirada, la manera en la que Natsu atacaba al demonio era tan impresionante como brutal, la sangre y algunos trozos de carne golpeaban las paredes. Fue una lucha de garras contra espadas... Al final, sólo uno quedaría en pie.

-Arte secreta: ... - Natsu volvió a concentrar su magia, sus espadas adquirieron un rojo incandescente a la vez que se cubrían de llamas negras.

-¡RAAAAW! – El demonio rugió, soltando un vórtice oscuro.

-¡NATSU!- Ambas féminas gritaron al ver a Natsu recibir el ataque.

Dentro del vórtice de energía, Natsu seguía preparando su técnica, nada lo detendría, ni siquiera él mismo.

-"Escucha con atención, Mocoso... Para vencer a los demonios... Es necesario que tú... Tú tienes que... qu... q..." – Resonó en su cabeza, no sabía a quién pertenecía aquella voz fantasmal, sin embargo, eso no impidió que le hiciera caso – ¡Garras del Dragón Negro! – Lanzó un corte en equis con ambas espadas, las llamas cortaron el rayo al igual que al demonio descontrolado.

Al final, trozos de carne chamuscada cayeron, fue oficial, el maestro de los fantasmas había caído, aunque no quedaba nada de su antigua forma para confirmar su muerte.

-Lo derrotó... Natsu lo logro – Dijo Erza impresionada, mientras se levantaba, sin embargo, el peligro aun prevalecía... Para ambas.

-¡Natsu! – Mira gritó asustada, cuando vio al Slayer caer arrodillado.

-¡RAAAAW! – Rugió Natsu, las llamas negras comenzaron a crecer a su alrededor.

-¡¿Qué sucede? Natsu! – Erza se acercó, sin embargo, no sabía cómo ayudarlo, las llamas se movían de forma violenta – "Es imposible... Es como si las llamas le hicieran daño" – Pensó al verlo sufrir.

-¡Natsu-san! – De manera repentina, Wendy descendió, con ayuda de Happy había logrado llegar al lugar, justo a tiempo para auxiliar al Slayer – Resista, por favor – Extendió sus manos hacia él, un domo de energía azulada lo cubrió.

-¡RAAAW! – Rugió una vez más. Erza y Mira vieron impresionadas como el cuerpo del Slayer regresaba a la normalidad, primero las extremidades, hasta que el joven recuperó su rostro humano, al final las llamas negras se extinguieron, Natsu había recuperado el control -Re-equipar – Como si nada, vistió su coraza, vio su mano, la apretó varias veces para después voltear hacia la pequeña.

-Natsu-san, yo... - Calló cuando él paso de ella, sin siquiera hablarle. Lo vieron dirigirse hacia la pila de restos calcinados.

Buscó entre los resto, carne quemada y maloliente, hurgó un poco más y al fin lo encontró, aquella pieza brillando en negro; ni una abolladura, siquiera un rasguño. Aquello que le dio tantos problemas.

-Sólo queda uno – Declaró Natsu, guardando la pieza en su sombra. Sólo una de las magas se atrevió a acercarse.

-Natsu ¿Qué fue lo que ocurrió? – Preguntó Erza.

-Lo que viste – Respondió Natsu- José se convirtió en un demonio, lo mate, fin de la historia – Agregó estoico.

-Aparte de eso  – Dijo aun sin estar conforme – Usaste la magia de Mira, pero... - Hizo una pausa, sus labios temblaron antes de soltarlo - Era como si no tuvieras el control de ti mismo, incluso tu magia, tus propias llamas te hicieron daño – Sabía que algo andaba mal con Natsu, pero como siempre, él no contaría sus secretos a la ligera.

-Para combatir monstruos hay que hacer sacrificios – Pronunció de forma siniestra. Erza se mostró sorprendida, siempre que lo escuchaba hablar de esa manera veía la imagen de aquel jinete oscuro, no importaba cuanto tiempo pasara, no podía sacárselo de la cabeza. Apretó los puños. se maldecía al no saber cómo ayudar al pelirrosa... Ayudarlo a recuperar sus recuerdos.

Se acercó a Wendy, esta se sujetó a su cintura, el ala negra surgió de inmediato.

-Natsu, espera – Mira corrió hacia él antes de que partieran – Gracias... Gracias por salvarnos a todos – Dijo mientras sonreía, soltando algunas lágrimas.

-...- Natsu sólo la miró de reojo, no sabía que decirle, simplemente voló para perderse entre las nubes.

Ese día muchas preguntar surgieron, pero por ahora, las magas regresaron con sus amigos para curar sus heridas. Para al final del día, el maestro de las hadas despertó, se sentía culpable ya que la guerra había terminado sin que pudiera hacer algo, sobre todo cuando Erza y Mira le contaron lo ocurrido, sorprendido sería poco para describir la expresión del viejo; la transformación de José; su muerte y sobre todo la magia que ocultaba uno de sus hijos. Con tantas sorpresas, el asunto de Lucy quedo aparte, no había forma de procesar tanta información.

Decidió hablar con Natsu después, por ahora, solo le quedaba tratar algunos asuntos con el consejo mágico, después de todo, la muerte de un maestro de gremio, sobre todo de un ex - mago santo, no era algo que ellos tomarían a la ligera.

Erza y Mira seguían preocupadas, aquella magia que demostró Natsu no era normal, era muy diferente a la que empleaba una de ellas, querían preguntarle sobre eso, saber lo que ocurrió realmente, pero conociendo a Natsu, es seguro que él no les contaría nada.

Los magos de Fairy Tail se dieron un respiro, por fin todo había terminado, celebraron agradeciendo a Natsu aunque no de manera personal, incluso había algunos que lo empezaron a ver con admiración, sin saber su verdadera naturaleza. 

La voz corrió por todas partes de la ciudad, incluso en el reino circuló otra noticia; misteriosas criaturas habían destruido cada una de las sucursales de Phantom Lord, fueron aniquilados por completo... Y al mismo tiempo. Ningún muerto y los heridos dieron el mismo testimonio con miedo: "Esa cosa no era humana", "Estaba vacía"

...

La noche había llegado en aquel bosque, en medio de este una gran cabaña aunque de apariencia humilde. La puerta de madera se abrió de repente, ingresaron a paso lento, algunas lámparas de aceite se prendieron por si solas. El suelo crujía por el peso de la armadura. Wendy vio a Natsu pararse enfrente de la pared, tapizado por un enorme mapa, varios afiches de misiones habían sido clavados con dagas; todo un trabajo de inteligencia.

-... - Se quedó viendo cierta parte destapada, no había nada, sólo el mar. Suspiró cansado para luego recostarse, con su espalda pegada en la pared.

-¿Natsu-san? – Wendy se acercó preocupada, se agachó para revisarlo -¿Se siente bien?- Preguntó. No encontró signos de fatiga ni herida alguna. Natsu simplemente quería sentarse, relajarse después de muchos años. Al ver sus ojos a través del yelmo, Wendy le hizo compañía.

-Wendy, gracias por todo, me alegra que estés conmigo – Pronunció con un tono amable. 

Las mejillas de Wendy se enrojecieron, sintió su corazón latir con fuerza, fue la primera vez que lo escuchó hablar de esa manera. Sujetó su mano blindada, le dio una sonrisa cálida antes de recargar su cabeza en su brazo.

- Yo también, Natsu-san. Quiero estar contigo por siempre – Respondió Wendy, sonriendo mientras cerraba los ojos. En esa posición, dos dragones dejaron sus alas descansar.


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Hasta aquí el capitulo.

Fue demasiado corto, lo sé. Estoy acostumbrado a escribir 6 mil palabras mínimo, la razón es porque este lo empece hace dos semanas y no quiero guardarlo y esperar otra semana para escribir el resto, sobre todo por que quiero actualizar todas mis historias, así que si tengo suerte e inspiración actualizare otra de mis historias hoy mismo je.

Gracias por leer.

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