Capítulo 5: Dragón y albina.


La escena era como la vez anterior, en una zona selvática, rugidos y estruendos daban ambiente a la lucha que se libraba. Un espectáculo impresionante y a la vez aterrador sobre todo para una albina quien era testigo de ello.

- ¡RAAAW! - Rugió Elfman, el hermano albino convertido en un monstruo descontrolado. Arrojando golpes con su único puño, agrietando el suelo y levantando polvo.

Un acorazado corría y esquivaba alrededor de él. Natsu lo observaba en todo momento, analizando su comportamiento y el por qué de su descontrol.

Cuando un vivas golpe rozó su yelmo, entendió que primero debía ponerlo fuera de combate. Aprovechó el momento en el que el puño se incrustó en el suelo para correr sobre él, cuando llegó al hombro, saltó y golpeó el rostro con la empuñadura de su espada.

-¡AARGH! – Elfman se quejó, la fuerza fue tal lo hizo apoyarse con su única mano y rodilla. Esto no había sido suficiente para hacerlo caer por completo. Natsu en verdad se contuvo, le era difícil mantener a raya su instinto asesino, aquel que le gritaba rebanar a sus enemigos; al albino en cuestión. Sólo un pensamiento evitaba que lo terminara con sus llamas.

-Es más resistente de lo que imagine –Dijo el pelirrosa mientras descendía. Luego de tocar el suelo, vio como el albino se ponía de pie, listo para seguir peleando – Tsk... -Chasqueó la lengua para luego volver hacia él.

A la distancia, Mira presenciaba el encuentro mientras cuidaba a su hermanita, esta seguía inconsciente entre sus brazos.

Sus ojos no podían seguir los movimientos del pelirrosa. Aquel joven desaparecía y aparecía alrededor de su hermano como una sombra, esquivando golpes y golpeando puntos importantes para derribarlo. Al principio del encuentro, sintió un gran temor al ver como Natsu hizo aparecer sus espadas con la amenaza de usarlas en su hermano, sin embargo, este temor fue disminuyendo a medida que se desarrollaba el combate.

- "Increíble" -Fue el pensamiento de la albina al ver lo que Natsu estaba haciendo; someter a su hermano sin usar magia, utilizando solamente golpes contundentes. En lo profundo de su mente se preguntaba qué es lo que hubiera pasado si aquella vez, en la orilla del lago, hubiera luchado. Luego de un rato, su reacción fue eclipsada al ver a su hermano cayendo al suelo.

-Quédate ahí – Habló el pelirrosa sobre la espalda del albino, sintiendo como intentaba levantarse.

La impotencia de la albina se reflejó en su expresión; cerrando los ojos fuertemente al igual que sus dientes. Se sentía frustrada al no poder ir detener a Elfman y sobre todo de ayudar a Natsu. La falta de mana y las heridas se lo impedían, y sobre todo el estado de su hermana menor.

-Mira-san – Reaccionó a aquella voz. Dirigió su mirada a la pequeña  a su lado.

-Wendy...- No dijo nada más. De inmediato, Wendy se agachó para emplear su magia en la menor.

-Aplicare primeros auxilios, sólo espero que no tenga daños internos- Empezó el tratamiento sin perder tiempo, ignorando la pelea, por el momento.

La magia cubrió a la albina menor con un brillo azulado, poco a poco las heridas desaparecieron de su cuerpo. 

-Listo, con esto bastará – Wendy se puso de pie para luego levantarse y mirar el alboroto.

Un poco aliviada, Mira observó a su hermanita, sin embargo, todavía no podía darse un respiro, después de todo su familia aún seguía en peligro.

-¡RAAAAWW!- Se escuchó otro rugido. El albino hizo uso de su fuerza bruta consiguiendo levantarse y esta vez, consiguiendo atrapar al Slayer.

-¡Natsu! – Gritó Mira. El pelirrosa fue sujetado con fuerza para luego ser aporreado en el suelo - ¿Por qué no lo evadió? Podía hacerlo ¿No es así? – Preguntó algo alterada viendo como su hermano golpeaba y pisoteaba el lugar donde arrojó al joven.

-Quiere comprobar algo – Habló Wendy empleado un tono serio y tranquilo, sin embargo, reflejaba mucha preocupación en sus ojos.

-¿Comprobar? – Aquellas palabras calaron en su mente, no entendía qué era lo que el pelirrosa quería comprobar al dejarse golpear brutalmente.

De inmediato, una presión aterradora se hizo presente haciendo que Wendy abra los ojos como platos, y poniendo en pánico a Mira.

-¡Elfman!

Una masa de energía oscura empezó a cubrir el cuerpo. El descontrol del albino se hacía cada vez más fuerte. Elfman parecía sufrir por esto, eso era evidente al oír sus rugidos y ver como seguía golpeando el suelo. Su tamaño aumento, sus músculos adquirieron un color oscuro, y lo más impactante fue cuando "eso" apareció.

-Eras "tú" después de todo – Desde el cráter donde estaba acostado, Natsu observó la nueva extremidad del albino, aquello no era carne ni hueso, ni nada que hiciera juego con la apariencia de monstruo; tenía aspecto metálico y oscuro, como una especie de blindaje.

Natsu se puso de pie, quitándose todos los escombros de encima. Con total tranquilidad se deshizo de las partes dañadas de su armadura; El peto aboyado, las placas de metal que protegían el brazo derecho y por último el yelmo agrietado; una prenda negra algo pegada cubría su torso y brazos. Viendo sus espadas a punto de romperse, las soltó haciendo que desaparezcan antes de tocar el suelo. Cerró los ojos, decidió ponerse serio.

-Reequipar: MataDragones.

A diferencia de cuando usaba esta magia, la nueva invocación no apareció en un resplandor. Frente a él, una enorme espada de hierro grueso y filo amenazante surgió de su sombra. Natsu tomó el mango para luego recargar el filo sobre su hombro. Su sola apariencia causo un gran impacto en la albina, sobre todo cuando vio como el arma empezó a cubrirse con llamas negras.

- ¿Qué es eso? – Preguntó sorprendida no sólo por la magia sino también por el aura de muerte que cubrió al pelirrosa. Mira estaba temblando y al mismo tiempo, por alguna razón, sentía su cuerpo estremecerse.

-Unison Raid – Fue la respuesta que descoloco a la albina. Wendy tenía sus manos en su pecho a la vez que una inmensa preocupación invadió su mente – "Natsu-san ¿De nuevo usará eso?"

-¡RAAWGH! – El rugido lo confirmó, Elfman estaba sufriendo, la desconocida energía lo lastimaba, y lo hacía correr hacía el pelirrosa.

El mago no se inmutó, ni daba signos de querer moverse, sólo levanto la enorme espada. Se preparó para efectuar un corte -Elfman, en otras circunstancias te habría eliminado sin dudarlo...

El suelo que pisaba se agrieto, puso todo su fuerza y precisión en ello. A la vista de todos, Natsu se desvaneció.

-...Sin embargo, hice una promesa – Como un fantasma, apareció a centímetros del albino. Descargó su ataque– Arte secreta: ¡Ala del Dragón Negro!

Fue un corte silencioso y limpio, acompañado de una ráfaga de llamas negras. El albino terminó con los ojos en blanco, su cuerpo levanto algo de polvo al caer, al igual que el "brazo" cortado.

La espada hizo un sonido estridente al tocar el suelo, como el de dos metales chocando. Al final, Natsu salió victorioso, aunque no se sentía bien del todo – Tsk... - Cayó de rodillas clavando la gran espada para no terminar en el suelo.

-¡Elfman! – Grito asustada, viendo el cuerpo de su hermano rodeado por un charco carmesí. Quería correr a él, pero se detuvo. Su hermanita descansaba en su regazo. No podía hacer nada, sólo podía ver como la cortina de polvo escondía el resultado de la batalla.

Luego de un rato, Natsu apareció caminando tranquilo a pesar de que acababa de tener una feroz batalla, llevando sobre sus hombros al corpulento albino como si no fuera nada. Se acercó y con algo de cuidado recostó al herido a un lado de las hermanas.

-Wendy – Llamó dirigiéndole una mirada a la pequeña dragona.

-Hai – Wendy confirmó y de inmediato volvió a emplear su magia.

Durante el rato en el que se aplicó la magia de curación, Mira no dejaba de lucir angustiada, intercalando su mirada entre su hermano y su hermanita, se culpaba de haber subestimado la misión y haberlos traído con ella, algo que hizo que unas lágrimas asomaran de sus ojos.

-No tienes por qué preocuparte – Una voz neutra la sorprendió. Dirigió su vista al joven Slayer quien, dándole la espalda, por alguna razón no dejaba de observar los alrededores – No tienes por qué preocuparte, la magia de Wendy es excepcional, así que no vayas a llorar – Volvió decir, reduciendo la carga emocional de la albina, esta se devolvió a su hermano y efectivamente su cuerpo estaba sanado por completo. Hematomas, magulladuras y algunos cortes fueron borrados, incluso su extremidad fue reconectada, no parecía haber recibido daño alguno. Algo aliviada, secó las lágrimas que se le habían escapado.

-¿Q-Quién ésta llorando?... Baka – Habló con su actitud altanera aunque temblando por el pequeño llanto. Esa noche, algo empezó a cambiar en ella.

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- Listo, deberían estar bien ahora – Dijo Wendy, sentada en medio de Elfman y Lisanna, quienes descansaban sobre unas mantas.

- Gracias, Wendy – Mira agradeció con una sonrisa, algo que no iba con su imagen, en ese momento, de joven rebelde.

Luego de la batalla y de aplicar el tratamiento, aquellos jóvenes decidieron montar un pequeño campamento, cosa que sugirió Natsu al ver el estado de los Strauss y sobre todo al querer revisar el lugar.

-¿Qué ésta haciendo ese... – Se corrigió – Digo ¿Qué ésta haciendo Natsu? ¿No deberías atenderlo? También sufrió bastante daño – Hablo Mira fingiendo no estar preocupada. Ambas observaron el lugar del encuentro.

- Revisa que el lugar sea seguro, no tiene de que preocuparse, Mira-san – Contestó Wendy mientras se ponía de pie – Creo que lo mejor es que los llevemos adentro – Señaló la tienda haciendo a la albina devolver la mirada.

-Sí, yo los llevaré – Dijo Mira. Cargó a su hermanita y mientras ingresaba a la tienda volvió a mirar al Slayer.

En el lugar del encuentro, un pelirrosa se encontraba merodeando, con la mirada baja como si estuviera buscando algo. Nuevamente, se había vestido con otra coraza, esta tenía el mismo diseño que el anterior, sólo que lucía menos gastada. Luego caminar por un rato, se topó con un montículo de rocas.

-Hmm – Natsu se agachó. Con algo de prisa, retiró los escombros desenterrando el objeto; lo que había activado una de las habilidades de la Slayer del cielo y causado aquel lío – Peto, greba y yelmo, Sólo faltan 3 – Dijo para sí mismo mientras sostenía el objeto en cuestión. Su tamaño había sido reducido pero era lo que buscaba y lo que hizo al albino entrar en desenfreno. Su mano tembló, no entendía por qué, sólo sabía que su cuerpo reaccionaba a ese fragmento; una vieja pieza de armadura. Luego de hacerlo desaparecer dentro de su sombra, regreso al campamento con los demás.

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En medio del lugar, una fogata fue prendida, algo que brindaba un poco de luz y paz además de las bellas constelaciones. Sentado en un tronco, Natsu era atendido por la joven Slayer. Wendy hacía lo mejor que podía, uno de sus papeles al ser la compañera del sombrío pelirrosa.

-¿Cómo se siente, Natsu-san? – Preguntó después de terminar el tratamiento. Natsu movió su brazo, lo giró y por último apretó su puño.

-Estoy bien – Dijo a secas.

-Me alegro escucharlo – Wendy sonrió. A pesar del tono, esas palabras significaban mucho para ella, sobre todo viniendo de él.

Mientras tanto, Mira los veía en silencio, era la primera vez que los veía interactuar, y es que fuera del gremio, nadie los había visto juntos. Le daba curiosidad, y al mismo tiempo, por alguna razón, su pecho le dolía al imaginar el tipo de relación que tenían. Muy joven para ser padre, tampoco parecían hermanos en lo más mínimo, y sobre todo, la diferencia de edades era demasiada como para pensar que ellos eran.... –"No... ¿En qué estás pensando?" – Negó con la cabeza al intentar imaginar lo último.

-Ahora veamos- Habló Natsu haciendo reaccionar a la albina - ¿Puedes decirnos que sucedió? – Preguntó. No era su intención, pero su voz se escuchaba intimidante, como si no supiera otra forma de pedir por información.

-No sé por dónde empezar – Dijo Mira. Sobando su brazo y con una expresión afligida, desvió la mirada.

-Puedes comenzar desde el principio – Expreso lo obvio, haciendo sentir a Mira como una tonta. Ella suspiró y empezó a contarle todo.

Ella relato. Su misión consistía en investigar unas ruinas antiguas, gracias a las investigaciones que hizo con sus hermanos en la biblioteca del gremio lograron dar con el lugar, parecía una misión tranquila y fácil, aun siendo rango S, sin embargo, ocurrió algo que no esperaban. Justo cuando salieron de las ruinas, se encontraron con algo, una criatura o más bien un espectro. Con una expresión de miedo, Mira relato el aspecto que tenía; de considerable tamaño, de pelaje oscuro y salvaje, esa cosa se movía lentamente y de manera amenazante sobre sus cuatro patas, de fauces enormes y colmillos muy afilados, los ojos, o lo que tenía por ellos, brillaban en rojo.

-Ya veo, así que Elfman fue mordido por "eso"- Natsu habló.

-S-si... Esa cosa se abalanzó sobre nosotros.... Yo... - Mira sostuvo su muñeca con fuerza, en un intento por calmarse – Yo quede paralizada, esa cosa me veía directamente, entre en pánico y no supe que hacer... Al final...

-Elfman te protegió ¿Cierto? – Interrumpió Natsu.

-S-Si... Él lo hizo, me protegió, pero después... - Apretó los dientes con fuerza, estaba a punto de romper en llanto al recordar lo sucedido; el descontrol de su hermano.

-Entiendo – Natsu se levantó, dirigió su mirada al albino, observó la cicatriz de mordida en el brazo – Aunque le costó perder el control de su magia, hizo bien en protegerte.

-¿Eh? – Ella se sorprendió, al igual que Wendy; era la primera vez que lo escuchaba hablar bien de alguien - ¿Qué quieres decir?

-Lo que los ataco a ti y tus hermanos no fue una criatura cualquiera – Dijo Natsu.

-¿Qué era esa cosa? – Mira preguntó confundida.

-Un demonio – Respondió dejándola en shock. A pesar de que había escuchado historia sobre la existencia de tales criaturas y que su misma magia se basa en una de ellas, fue la primera vez que vio a una en carne propia - Esa cosa... Ese demonio se alimenta de la energía negativa – Natsu siguió explicando. Mira no dejo de prestarle atención mientras que Wendy, cabizbaja, se aferraba del brazo blindado - En términos simples... De la maldad de las personas, sin embargo, al encontrar una fuente de energía lo suficientemente oscura, estos se adhieren hasta poseerlo por completo – Habló serio mientras apretaba sus puños. Wendy notó su acción y entrelazo su mano con la de él.

Por su parte, Mira estaba impactada, no supo que responder, sin embargo, algo le tocó un nervió, lo que hizo apresurarse a los hechos.

-E-Eso... Si es como dices, entonces ¿Por qué nos atacó? ¿Acaso insinúas que hay maldad en nosotros? – Preguntó Mira, más molesta que alterada.

-No – Natsu negó – No, es lo que quise decir –Junto con Wendy, se devolvió a su asiento – Tu posees un tipo de magia en especial, lo que te permite convertirte en demonio ¿cierto?

-Así es, eso que tiene que... - Mira calló de golpe y tapó su boca. Lucía realmente conmocionada.

-Parece que te diste cuenta. La magia que empleas emite bastante energía negativa, en el estado más puro, es por eso que los atacó, es por eso que se sentía atraído hacia ti.

-Eso quiere decir que yo... yo soy la culpable... Yo los puse en peligro... - Lágrimas empezaron a brotar de sus ojos azules. Mira escondió su rostro, ahora más que nunca se sentía culpable.

-No, tú no tienes la culpa – Esas palabras la hicieron reaccionar de golpe, la razón de ello es que fueron dichas con un tono vivo; casi enojado – Tú no tienes la culpa de lo que le ocurrió a tu hermano, la culpa es de esas cosas, de esos demonios. Es por eso que todos ellos... Todas esas cosas... Deben ser exterminadas, los cazare hasta el último de ellos – Eso último lo dijo con un tono aterrador. Mira lucía más impactada que nunca, por un momento, pudo ver unos ojos rojos brillar en el interior de la armadura.

-Natsu-san – Wendy lo llamó, tomándolo de la mano.

-Hmm... - Natsu reaccionó como si estuviera despertando de algún trance – "Volví a hacerlo" – Pensó mientras veía la expresión de Wendy – De cualquier forma, si no hubiera sido por Elfman, esa cosa te hubiera poseído por completo y al final... - Volteó hacia los inconscientes. Mira quedó anonadada al entender lo que quería decir.

- De todas formas, eso no quita el hecho de que puse en peligro a mis hermanos – Un silencio se formó después de aquellas palabras.

-Mira-san...- Habló Wendy viendo a la maga bajar la mirada.

-Soy la peor... La maga más fuerte del Fairy Tail... No me hagas reír – Soltó con una risa fingida, realmente se sentía mal. Natsu no pudo seguir escuchándola, por primera vez en mucho tiempo, perdió la paciencia.

-¿Acaso eres tonta? – Preguntó de la nada, haciéndola levantar la mirada – ¿No escuchaste nada de lo que dije? Tú no tienes la culpa, Elfman te protegió porque quería hacerlo. Aunque las cosas se tornaron mal, hubiera sido peor que tú hubieras sido poseída. Así que siente orgullosa de tu hermano quien te protegió, y de tu hermana quien no quiso abandonarte, si no puedes entender eso, debes ser una tonta, una idiota sin cerebro – Expresó con un tono de voz elevado, no estaba siendo frío como siempre, se escuchó realmente "encendido". Tanto Mira como Wendy quedaron perplejas, sobre todo la última, no se creían que haya hablado de esa manera.

Wendy estaba con la boca medio abierta, no se esperó aquellas palabras. Por su parte, Mira no estaba mejor, sus labios temblaron, se ruborizo levemente, aun así, pese a que esas palabras, de alguna manera, la hicieron sentirse mejor, no pudo evitar ser la misma de siempre.

-¡¿A quién diablos llamas idiota?! ¡Maldito! – Gritó enojada, encarando a Natsu. Esas palabras le habían tocado la fibra más sensible, nadie nunca le había hablado de esa manera, excepto por cierta pelirroja.

-¿Ves a otra idiota por aquí? – Preguntó Natsu, regresando a su tono frío y calmado.

-¡Hijo de...! - Apretó su puño con frustración- ¡Esta decidido! ¡cuando regresemos te daré una paliza, así que prepárate! – Sonrió desafiante mientras apretaba sus nudillos.

-Me niego, no quiero involucrarme con una idiota- Natsu habló, se oía totalmente desinteresado, eso hizo gruñir a la albina.

-Grrr... Ya veras, te haré sufrir – Una vena marcó la frente de Mira. Estaba fuera de sus casillas.

Parecía gracioso, de un momento a otro, a pesar de los gritos y algunos insultos, el aura depresiva cambió a una animada. Wendy fue testigo de eso, soltó una risilla al darse cuenta de una de las "habilidades" de Natsu.

-Mira-san – Interrumpió, viendo que la maga estaba a punto de lanzarse sobre Natsu.

-¿Eh? ¿Qué sucede? – Preguntó algo confundida.

- No debería hacer tanto ruido, sus hermanos estas descansando – Dijo lo evidente logrando calmar a la albina.

-L-Lo siento – Apenada, Mira se disculpó. De verdad que sus hermanos eran su punto débil.

-Lo mejor será que descansen, regresaremos mañana temprano, cuando tus hermanos se hayan recuperado – Hablo Natsu arrojando una manta a la albina y entregando una a Wendy.

Ambas asintieron, Wendy se recostó cerca de Natsu mientras que Mira hizo lo mismo, pero con sus hermanos. La albina aún tenía muchas dudas, más preguntas que hacer: sobre esa criatura, por qué Natsu conocía tanto sobre ellas, la repentina aparición de los Slayer y lo más importante, la magia que empleo el pelirrosa, aquella magia tan oscura y siniestra que reaccionó a la suya. Antes de que se diera cuenta, quedo profundamente dormida. Todos durmieron plácidamente, todos excepto un acorazado.

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Han pasado algunos días desde el regreso de Natsu y compañía a la ciudad de Magnolia, durante ese tiempo muchas cosas han sucedido, como por ejemplo, la manera en la que los hermanos Strauss se dirigen al pelirrosa y a su compañera. En la sala del gremio, donde Natsu y Wendy a veces tomaban asiento antes de ir a una misión, eran saludados constantemente por los albinos, sobre todo por Lisanna, quien estaba muy agradecida con ambos por haberla salvado, a ella y a sus hermanos. Este hecho sorprendió a todo mundo, no podían creer que se comportaran de manera tan amistosa hacia Natsu, el miembro más misterioso y sombrío del gremio, pero ahí estaban, no faltaba un día en el que los tres tomaran asiento con ellos y platicaran tan animosamente. Aunque Natsu seguía comportándose tan frió y tosco como siempre, Lisanna intentaba hacerle platica y convencerlo de hacer una misión junto con ella y sus hermanos, Elfman, sintiendo culpa por su falta de fuerza y control, y al saber que le hizo daño a sus hermanas, trataba de convencerlo de ayudarlo a entrenar, argumentando que él era un hombre por encima de los demás, por último, Mira no paraba de retarlo a una pelea siempre que tuviera oportunidad, pero la verdad es que sólo quería acercarse a él, simplemente no buscaba otra forma de hacerlo. Aquellos ojos azules siempre estaban fijos en el pelirrosa, no podía evitarlo, lentamente estaba cambiando de una manera que jamás pensó. Empezó a desarrollar un gusto extraño por ser mirada y tratada de manera fría por Natsu.

Estos hechos no pasaron desapercibidos por nadie del gremio, sin embargo, luego de enterarse de lo que paso en aquella misión de los albinos, omitiendo algunos detalles, empezaron a tratar a Natsu y a Wendy , poco a poco, como compañeros, aunque nadie podían resistir estar enfrente de él durante más de 10 segundos, algunos decían que el tipo de magia que empleaba tenía que ver con eso.

Cierta pelirroja se sentía feliz al ver como aquel par se integraba lentamente al gremio, pero al mismo tiempo no podía evitar sentirse desplazada. Erza siempre observaba en silencio, ya no se acercaba tanto a Natsu como antes, sólo lo saludaba de vez en cuando, decidió no ser tan insistente sobre su pasado, sin embargo, ver a las hermanas albinas acercándose tanto a él, le provocaba una mala sensación.

Viendo que se acercaba la hora, Natsu se puso de pie - Wendy, nos vamos – La peliazul asintió dejando su vaso de jugo en la mesa. Se dispusieron a retirarse.

-Eh ¿Tan pronto? – Dijo Lisanna con un tono de decepción.

-¿A dónde irán esta vez? – Preguntó Mira cruzada de brazos.

-Iremos al bosque Aba – Contestó Wendy con tono amable, demostrando algo de confianza.

-Oh, eso es bastante al Norte – Comentó Lissana algo preocupada- ¿Van a estar bien? He oído que el clima es bastante frío ahí.

-Soportar los climas fríos es de hombres – Dijo Elfman con entusiasmo.

-Pero Wendy es una chica – Recalcó su hermanita.

-Cierto jeje, lo olvide.

Llamando un poco la atención, los hermanos siguieron conversando antes de que Natsu y Wendy se fueran. Siempre era así cada vez que se iban, en poco tiempo habían ganado algo de cercanía, aunque a Natsu parecía no importarle, sólo Wendy demostraba algo de alegría al juntarse con ellos.

-Si quieren yo podría acompañarlos – Intervino Mira recibiendo la mirada de sus hermanos. Se cruzó de brazos poniendo una expresión arrogante – No es como si estuviera preocupada por ustedes, sólo creo que sería una lástima si se perdieran en ese lugar así que por qué no... ¡OYE! – Exclamo viendo que los Slayers se alejaban. Molesta, se levantó de la mesa y de un salto les cortó el paso - ¡Espera a que termine de hablar, maldita seas!

- Estas en el camino – Natsu usó su voz fría, siempre era lo mismo, pasaba de todo cuando tenía una misión.

-¿Tu nunca vas a cambiar verdad?- Aunque sonreía, una vena se marcó en su sien, Mira no podía evitar molestarse con él. Aun así, suspiró y permitió que siguieran – Sabes, no te haría mal dejar que alguien más te ayude... yo podría...

-No – Interrumpió Natsu al pasar a lado de ella. Mira apretó sus labios y puños, su mirada se ensombreció, no lo comprendía, por qué siempre era así, por qué no dejaba que otros lo ayudaran. Aunque en el fondo estaba agradecida con él por salvarla a ella y a su familia, no podía evitar sentirse así; estaba a punto de reclamarle, sin embargo... -¿Uh? –Su expresión se vio perdida cuando una mano se posó sobre su cabellera.

-No espero que lo entiendas, esto es algo que sólo Wendy y yo podemos hacer – Esas palabras sonaron como siempre; carentes de emoción, aun así, lograron calmar a la albina.

Antes de irse, Wendy hizo una reverencia a modo de disculpa y sin más emprendieron su viaje.

-"Debo verme como una tonta" – Pensó Mira mientras los veía alejarse. Un leve sonrojo adornaba sus facciones. Cuando se regreso a la sala, ocurrió lo obvió.

-¡EHHHHHHHHHHHHH!- Todos los magos estaban con la quijada hasta el suelo, no podían creer lo que habían visto; el sombrío dragón apaciguando a la cruel demonio. Los susurros no se hicieron esperar:

-¿Q-Qué fue eso? ¿De verdad eso paso?

-No me lo puedo creer ¿Qué tipo de relación tienen?

- Mirajane comportándose de esa manera jaja... suficiente alcohol por hoy.

-¿Ese tipo tan aterrador y la demonio juntos?.... mmmm, parece creíble.

-Técnicamente no hay nada de malo, pero como que algo no cuadra...

Cada comentario caló en su mente. Mira ensombreció su mirada mientras aguantaba todo en silencio. Con lentitud, regresó a la mesa con sus hermanos.

-Mira-nee ¿Estas bien? – Lisanna estaba algo preocupada - ¿Qué fue lo que te dijo Natsu?- Aun así preguntó curiosa, su tono denotaba algo de envidia.

-¿Qué no te das cuenta, Lisanna? – Habló Elfman.

-¿Qué cosa? – Preguntó viendo a su hermano ponerse de pie.

-¡NATSU, ENAMORAR A LAS HERMANAS DE OTROS NO ES DE HOM...UHG! – Un golpe lo interrumpió. El albino terminó noqueado y clavado en el piso.

-T-Todos ustedes.... –La voz de Mira y su aura asesina hicieron temblar a todos en la gran sala- ¡CÁLLENSE LA PUTA BOCA! – Gritó y el desastre se desató en el lugar. Ese día, Mira rompió record en la cantidad de gente que podía golpear.

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En las calles de la ciudad...

-Hm... Que mujer tan problemática- Dijo para sí mismo. Con sus sentidos aumentados, era imposible no saber lo que ocurría en toda la ciudad.

-¿Natsu-san? – Wendy expresó extrañada.

-No es nada – Respondió mientras seguían su camino.

La joven caminaba detrás de él. Por alguna razón, no dejaba de mirarlo por ratos. Ante el recuerdo de lo que ocurrió hace un momento, la manera en la que se "despidió" de la albina, una sensación extraña le hacía sostener su pecho.

-Natsu-san – Volvió a llamarlo, se escuchaba algo cohibida.

-Hmm ¿Qué sucede? – Preguntó Natsu, deteniendo el paso.

-M-Mira-san... Ella a ti... - A Wendy le costaba formular, su voz débil y la imagen de él con la albina la hacían temblar, aun así tenía que saber, qué era lo que pensaba de ella. -¿A ti te gus...

-Natsu – Llamó una voz femenina, interrumpiendo a Wendy. Ambos voltearon para ver de quién se trataba.

-"Erza"- Pensó, viendo como la pelirroja se acercaba. Lucía algo agitada.

-A-Al fin pude alcanzarlos... - Dijo Erza.

-Y hora... - Habló Natsu - ¿Qué es lo que quieres de mí? – Preguntó con el mismo tono de siempre. Llevaba varios días sin saber de ella, sin que le volviera a tratar de hablar e intentar hacer recordar un pasado que dudaba que existiera – "Nunca te rindes, verdad" – Aquello no lo pensó con fastidio, más bien le extrañaba, le extrañaba que siguiera tan empeñada.

-Natsu... - Erza intentaba verlo a los ojos, cosa que era casi imposible por la pieza de armadura. La pelirroja se armó de valor, esta vez estaba más decidida a lograrlo; hacerlo recordar – ¡Natsu, pelea conmigo! – Declaro confiada, dejando sin palabras tanto al pelirrosa como a la peliazul que lo acompañaba.

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