Capítulo 25: Dragón y loco.
Como cualquiera otra noche, el cielo estaba teñido de negro, las poca estrellas y la luna hacían un esfuerzo para proporcionar un atice de luz, un camino seguro para cualquier viajero desafortunado. El centro del bosque podía ser un suplicio para cualquier incauto... No para dos almas, una pura y una oscura, cuya batalla eran tan violenta como triste.
-¡Yurei! – El pequeño arrastró sus pies, con varias cortadas en sus brazos y rostro - ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué estás haciendo esto?! – La desesperación y miedo, así como algunas lágrimas, fluían de manera descontrolada.
Su maestro, mientras salía de las tinieblas, desenvainaba su espada, adornada con huesos, un filo enorme y amenazante, cubierta con un aura de oscuridad interminable.
- ¡Contesta! – Exigió, recibiendo el corte de su mentor, aquel que escondía su rostro debajo de un yelmo en forma de calavera. Hizo un gran esfuerzo para bloquear y sostener la enorme espada de huesos.
-Recordaste tu nombre, a tu padre, la magia que te enseñó... pero no has recordado tú verdadero ser, mocoso- Reveló, en medio del forcejeo, su espada era más filosa y pesada que la de su pupilo, con facilidad había conseguido hacerle una muesca. El filo del pequeño poco a poco estaba siendo cortado, como si se tratara de una simple hoja de papel.
-¿Eh? – Esas palabras lo descolocaron, y por alguna razón, dolían más que cualquier otro golpe o corte que su maestro le hubiera hecho en su vida- ¿Qué quieres dec...
-Por eso... -Lo interrumpió, consiguiendo sorprenderlo- Debo hacerlo... Debo terminar con esto... Antes de que sea tarde- Su voz era tétrica y sombría, mucho más de lo normal. Natsu no pudo ver a través de la oscuridad del yelmo, su maestro no lo estaba viendo, a pesar de que su espada lo tenía como objetivo – Perdóname... Natsu.
La pequeña espada se partió en dos, dejando a la enorme espada hacer un camino fugaz hacia el infante. Y en ese instante, ojos negros como la noche reemplazaron el color jade.
-¡YUREIII!
.
.
.
.
.
-¡¿UH?!- Tan pronto abrió los ojos, se levantó de golpe, con algunas gotas de sudor en su rostro y su corazón apunto de salir por su boca- ¿Qué... ¿Qué demonios...? – Sostuvo el frente de su yelmo y se calmó. Afortunadamente nadie podía ver su expresión agitada- ¿Cuánto tiempo llevo inconsciente? – Preguntó, intentando su tono habitual.
-Apenas unos minutos- La felina le informó para luego ponerse de pie.
- "Esa energía..." – Sostuvo la parte aboyada de su armadura. El dolor del impacto aún estaba presente, podía sentirlo hasta en sus huesos- "Esa energía... Era igual que el rayo Etherion... Algo tuvo que haber ocurrido en ese momento"- Recordó la caída de la torre del paraíso, los momentos vividos antes de la explosión, la difícil batalla y... - ¡Jellal!- MataDragones surgió de su sombra a la vez que una ira incontrolable se apoderaba de todo su ser.
-¿Eh?.... Natsu, ¿A dónde vas? – Preguntó Happy, viendo al Slayer dirigirse a la salida de la cueva.
-¡Espera un momento!- De entre los dos felinos, Charles fue la única en levantarle la voz, a pesar de que sus patitas estaban temblando- No sé qué historia tengas con ese tipo, pero ¿Acaso es más importante que salvar a tu compañera? – Logró que el Slayer se detuviera.
-...- Natsu volteó lentamente y visualizó a la joven pelirrosa. La pequeña Chelia se hallaba inconsciente. Cerró sus ojos y con todas sus fuerzas intentó suprimir su ira. No era momento para dejarse llevar por sus emociones, tenía que ayudar a Wendy si o si- De acuerdo- Dejo caer su espada en su sombra y luego se acercó a la joven. Con toda la delicadeza del mundo, la tomó en sus brazos – Salgamos de este lugar- Una vez más, sorprendió a los felinos al regresar a su tono frío. Su carrera contra el tiempo no había terminado.
.
.
.
.
Un poco lejos de la cueva, otra pelea tenía lugar, las chispas volaban entre los árboles, haciendo que estos adquieran varios cortes. Una batalla de velocidad contra espadas.
-Eres buena, Titania – Desde la rama de un árbol, Racer elogió sólo para después volverse a lanzar-¡Pero jamás podrás superarme!- Su imagen desparecía y aparecía de un lado a otro, metiendo en apuros a la pelirroja.
-"Tengo que concentrarme"- Con su mente ágil y aguda vista, intentó predecir la trayectoria del rubio. Justo cuando la imagen de Racer dejo de aparecer, supo que la hora había llegado-"¡Aquí! – Se giró rápidamente, proporcionando un corte al sorprendido rubio-¿Eh? –Sin embargo, su mente quedo aturdida ya que la imagen del rubio se deshizo como si de humo se tratase - ¡Aakg!- Gritó al sentir como un pie se encajaba en su espalda.
-Te lo dije ¿no es así? - Viéndola arrodillada, Racer no desaprovechó para echarle en cara sus habilidades.
-Maldición... - Erza masculló antes de poner de pie. Creía que haber enfrentado a Natsu innumerables veces le había servido de algo, sin embargo, al verse acorralada por el velocista, sólo pudo pensar que tal vez Natsu se había contenido mucho con ella.
- ¿Aun quieres seguir? – Racer preguntó al momento que la pelirroja equipaba otra espada.
-¿Hm? – Tanto el rubio como la pelirroja se detuvieron un momento y miraron el cielo, justo dos felinos volaban a buena altura.
-Ve más rápido – Pidió Natsu, siendo Happy el encargado de transportarlo mientras Charles se ocupaba de su compañera pelirrosa.
-N-No... p-puedo... pesas... mucho – Era increíble como el felino azul podía aguantar el peso del blindado.
-Chicos- Erza sonrió contenta ya que si ellos estaban ahí todo el plan había sido un éxito.
-"Es imposible. Se supone que el maestro Brain estaba en la cueva"- En cambio, una gota fría resbalaba de la mejilla de Racer, preguntándose si su maestro fue vencido- ¡No escaparán! – Sin pensarlo dos veces, se disparó hacia el cielo.
-¡Natsu, esquívalo! – Gritó Erza.
-Aquí viene- Sin embargo, Natsu tardó en darse cuenta ya que su cuerpo seguía afectado por el golpe del peliazul.
Natsu usó su antebrazo para bloquear la patada de Racer, sin embargo, Happy y Charles no fueron capaces de resistir la ráfaga del impacto, ocasionando que ambos se tambalearan y soltaran a sus compañeros. Tanto felinos como magos se encontraban cayendo. Siendo el más pesado, Natsu aterrizó primero sobre su pie y rodilla.
-¡Hpm!- Él no desperdició ni un segundo y de inmediato se arrojó para atrapar a la pelirrosa antes de que esta tocara el suelo. Por otro lado, aunque inconscientes, Happy y Charles lograron amortiguar su caída con las ramas de los árboles.
-Diablos- Maldijo el pelirrosa, viendo que le tocaba cargar a la pequeña y a los felinos.
-Natsu, déjame esto a mí, tú tienes que apresurarte y salvar a Wendy- La pelirroja dijo y Natsu se puso en ello, corriendo para salir de ahí. Aunque estaba preocupado por el estado de la pelirroja, decidió confiar en ella.
-¡No los dejare! – Racer volvió a lanzarse, pero luego tuvo que parar en seco y comenzar a retroceder en zip zap ya que una lluvia de espadas lo perseguía- Esta es la segunda vez que me detienes, Titania – Soltó con un tono muy serio mientras la pelirroja, con su armadura Rueda Celestial, se preparaba para el contraataque.
-Es cierto que eres muy rápido, pero sabes, hay ciertas situaciones en las que un hombre no debe ser rápido- Varias espadas flotaban a su alrededor y en un segundo apuntaron al rubio- Y una de esas es... ¡Hacer enojar a una mujer!
.
.
.
.
.
Mientras Natsu corría, diversos eventos se desarrollaban dentro del bosque, la captura de Ichiya a manos de unos magos cualquiera; la pelea de Lamia Scale contra cierto mago amante del dinero y la más difícil e interesante de todas; el combate entre una caballero y un velocista.
-Oe – Llamó a la pelirrosa, quien daba leves signos de estar despertando.
-Mmm... ¿Qué... ¿Q-Qué es lo que... - Ella apenas fue capaz de abrir los ojos- ¿Eh? – Y se sorprendió ya que estaba siendo carga por un caballero.
-¿Estas bien?- Natsu preguntó sin descuidar su camino.
-Emm... S-Si... Pero... ¿En... ¿En dónde estamos? -Ella no sabía que había sucedido ni siquiera en dónde se encontraba.
-Pronto llegaremos con los demás, sólo descansa- Sugirió el blindado. Llevaba un rato corriendo en el bosque, sin poder localizar a sus compañeros, su experiencia en combate y como cazador le decían que estos habían cambiado de ubicación, por lo que llevaría un tiempo reunirse con ellos-¿Hm?- Él se percató del leve sollozo, lágrimas de una dolida jovencita.
-Y-Yo... h-hice algo terrible... No quería creerles... - Ella derramaba sus lágrimas, extrañando al mago que la llevaba en su hombro- No podía creer lo que Jellal le hizo a Erza-san y a ustedes.
Natsu no preguntó, puesto que en su cabeza sólo le interesaba una cosa.
-No sigas- Le dijo, intentando un tono amable- Lo que hayas hecho no importa ahora-Sorprendió a la pelirrosa con esas palabras- Te necesito...
-¿Eh?- Pero lo que realmente la sorprendió fue esa declaración.
-Wendy necesita de tu magia – Completó, aunque la pequeña seguía con un leve sonrojo y algunas lágrimas a punto de caer de sus ojos.
- ¿Eh?... ¿Wendy? – Limpió sus lágrimas y recordó a la peliazul- ¿Qué le sucedió? – Ciertamente, estaba preocupada de la que hace poco se volvió su compañera.
-Fue envenenada por esa serpiente- El tono de Natsu decayó y su expresión se volvió culposa debajo de su yelmo- Por favor, ayúdala– Pidió, sorprendiendo una vez más a la pequeña.
El era un mago extraño y sombrío, vestido con una gastada armadura, aun así, había ocasiones en las que era se comportaba de manera amable, demostrando preocupación por sus compañeros sin ningún tapujo.
-Lo... Lo haré- Contestó decidida, aunque un poco abrumada por tal forma en las palabras del Slayer.
-¿Hm?- De repente, Natsu se detuvo de golpe, extrañando a la pelirrosa ya que se había quedado plantado, en silencio- Ya veo- Soltó, confundiendo más a la pequeña- Estaré ahí en seguida- Luego de contestar a la nada, tomó otra ruta y usó su magia de Dragón para ir más rápido.
Aunque sus alas eran endebles, fueron suficientes para elevarse por los aires, con los dos felinos en su brazo izquierdo mientras que abrazaba a la pelirrosa con el derecho.
-Sujétate fuerte- Él pidió y ella dudó un poco antes de hacerle caso.
-"Que extraño... de alguna manera, esta calidez es..."- Mientras lo abrazaba, se dejó reconfortar por el calor que emanaba el Slayer.
-"Magia de Archivo ¿Eh? Es algo muy útil sobre todo con alguien con mejores sentidos que yo merodeando en el bosque"-Queriendo llegar más rápido, hizo un esfuerzo y sus llamas se intensificaron, luego pensaría en cómo reponer sus fuerzas.
.
.
.
.
En la cueva de Oración Seis...
- ¿Qué fue lo que paso? ¿Por qué Jellal me atacó así? – Dentro de una zanja, el maestro del gremio oscuro no dejaba de hacerse preguntas- ¡¿No será qué...?! – Sus ojos se abrieron como platos mientras una gota fría resbalaba de su rostro -¡Hey, Cobra! ¡Puedes escucharme, ¿Cierto?! ¡Sigue a Jellal! ¡Ésta en alguna parte del bosque! ¡Él intenta apoderarse de Nirvana para sí mismo! – Gritó.
-Puedo escucharte- En alguna parte del bosque, cierto pelirrojo sonreía maliciosamente mientras que su serpiente descansaba a su lado, recuperándose de la batalla anterior- "Yo puedo escucharlo todo, pero... "-Para fortuna de Brain, el pelirroja siguió los pasos de Jellal en el instante que lo encontró, este sólo caminaba en silencio, vistiendo una gabardina negra que había conseguido de uno de los tantos magos derrotados en el bosque- "... Por alguna razón, no puedo escuchar los pensamientos de este sujeto"- Continuó observándolo a una distancia segura.
Llegó a una zona entre rocas, en medio, un roble resaltaba entre los demás, varias cadenas negras le colgaban. Colocó su mano cristalizada sobre el tronco a la vez que una sonrisa maniática se dibujaba en su rostro medio cristalizado.
-No dejare que lo tengas, ¡ese poder es mío! - Declaró para sí mismo el maestro oscuro.
.
.
.
.
.
-Natsu, Happy- Lucy y Gray sonrieron contentos, tan pronto el blindado descendió frente a ellos.
-Ya estamos aquí – Anunció Natsu- Y también... - Con cuidado, bajó a la pelirrosa e hizo lo mismo con los felinos -Ella... ¿Cómo esta? – Preguntó un tanto apagado.
La expresión de Lucy decayó para luego girarse y mirar a la peliazul, esta descansaba sobre una manta, con una expresión apacible, sino fuera por su brazo y parte de su cuello tornándose de color purpura, cualquiera diría que sólo estaba durmiendo.
-Tienes que ayudarla, por favor- Pidió Lucy, bajando la cabeza ante la pelirrosa.
-La curare en seguida- La pelirrosa no desperdició tiempo y de inmediato usó su magia curativa. Esta sorprendió a todos, ya que su activación era similar a la magia de Wendy.
- ¿Se pondrá bien? – Preguntó el pelinegro.
-Mi magia pude curar tanto veneno como maldiciones- Informó la pelirrosa- Pero tomará un tiempo para recobré la consciencia- Mientras la mancha purpura se encogía, no dejaba de ver el rostro de la peliazul- "Es cierto... Ella me llamó por mi nombre a pesar de que era la primera vez que nos vimos, ¿Por qué será que...?"-Recordó ese detalle al retroceder un poco -¿Uhk?- De pronto, su expresión se torció, desactivó su magia y se puso de pie. Sus acciones no pasaron desapercibidas por el cazador.
- ¿Qué sucede? ¿Ya has terminado de curarla? – Preguntó Lucy, viendo a la pelirrosa desviar la mirada.
-Si... he neutralizado todo el veneno, ahora sólo queda esperar a que despierte- Con su mirada ensombrecida, sostuvo su rostro, un dolor punzante había golpeado su mente –"Estas imágenes... ¿Estas imágenes son mías?".
-Me alegro tanto- Lucy exhaló aliviada ya que su amiga se encontraba fuera de peligro, la ausencia de la mancha purpura era prueba de ello.
-...- Natsu observó a Wendy, al igual que la rubia, exhaló aliviado, una suave sonrisa se dibujó en su rostro, aunque esta se borró cuando se giró hacia el usuario del Archivo - ¿Dónde están los demás enemigos?
-Con mi magia puedo saber la ubicación de todos nuestros compañeros, pero no me es posible ubicar a los enemigos- Informó Hibiki.
-Tch- Natsu chasqueó la lengua antes acercarse a sus otros compañeros- Tengo que volver a ese lugar y encargarme de ese sujeto- Les hizo saber. Gray y Lucy se sorprendieron, pensando que iría tras el líder de Oración Seis por su cuenta.
- Oe, oe ¿No estarás pensando en ir sólo? – Lo cuestionó Gray- Iré contigo- Tronó sus nudillos con la idea de patear unos cuantos traseros.
-¡De ninguna manera! –Natsu gritó, logrando asustar a sus compañeros sobre todo a Lucy, era una de las pocas veces que lo escuchaban realmente molesto, o más bien alterado – Lucy y tu protejan a Wendy y a los gatos- Su tono era autoritario por lo que el plan de Gray se fue al garete.
-Pero si vas sólo... - Lucy tuvo el valor suficiente para decirle, pero calló cuando algo le fue arrojado. Puso sus dos manos, recibiendo tres piezas doradas- ¿Llaves celestiales?... ¿Dónde conseguiste esto? - Sin duda, fue un regalo que la sorprendió en gran medida.
-Úsalas como mejor te parezca- Le dijo el Slayer antes de girarse – Reequipar- De inmediato, MataDragones surgió de su sombra. La tomó del mango y luego la sujetó a su espalda – No me sigan- Fueron sus últimas palabras antes de internarse en el bosque. De entre todos, Lucy era la única que indagaba en el comportamiento del Slayer.
-Ese Natsu, no importa lo que diga, yo también...
-Espera – Gray se detuvo tan pronto la felina gritó – Ese sujeto tiene razón, su compañera sigue inconsciente y Chelia ha usado dos veces su magia curativa, necesita descansar. Deben quedarse y protegerlas – Señaló – Y tú, levántate de una vez.
-A-Aye- Respondió un soñoliento felino.
Tanto el pelinegro y la rubia sabían que la felina blanca tenía razón, por lo que abandonaron toda idea de seguir a su compañero.
-Es mi culpa...
Todos prestaron atención a la voz quebrada de la pelirrosa, quien seguía cabizbaja. Le habrían preguntado sobre ello, pero, de repente, la tierra comenzó a temblar y una gran cantidad de energía comenzó a manifestarse en medio del bosque.
-U-Una... ¿Una columna de luz negra? – Lucy se cubrió con sus brazos ante el potente resplandor.
-Fue mi culpa... Lo que ésta pasando ahora es porque cure a Jellal- Las palabras de la pelirrosa fueron impactantes sobre todo para el equipo de hadas.
-Espera un momento ¡¿Jellal, dices?! - Lucy se apresuró a interrogarla, pero la pequeña fue noqueada por la magia de Hibiki.
-¡Oye, ¿Por qué hiciste eso? – Gray buscó respuestas del mago castaño, pero este último se apresuró a recoger a la pelirrosa.
-No hay tiempo ahora. Tomen a la otra chica y salgamos de aquí cuanto antes – Dijo un tanto agitado- La magia Nirvana ya vienen.
.
.
.
.
.
La columna de luz negra podía ser vista desde cualquier parte del bosque, su luz se elevaba hasta el cielo, manifestando ráfagas de energía oscura cada tanto.
-¿Qué es eso? – Erza preguntó, vistiendo su equipo de arquera. Llevó un tiempo pero, luego de descifrar el secreto de la magia de Racer, logró salir victoriosa.
-Jejeje- Racer soltó una pequeña risa a pesar de que varias flechas lo mantenían unido a un árbol, un par en su brazo y pierna y otras en su ropa, evitando puntos vitales por supuesto- Eso es sólo el primer sello... muy pronto Nirvana será liberado por completo y la luz se volverá oscuridad jejeje.
-¿Cómo dices?- Sin duda, eso alarmó a la pelirroja. Un mal presentimiento la hizo cambiar de equipamiento, en segundos, volvió a su armadura más ligera- "Tengo que ir con los demás" – Preocupada por sus compañeros y viendo que había derrotado a su enemigo, se apresuró a salir de la zona, dejando atrás a un inconsciente rubio – "Wendy"- Pero sin duda, lo que más le preocupaba era el estado de su amiga y compañera.
.
.
.
.
.
.
-Entonces... Si somos alcanzados por Nirvana ¿nos volveremos malos? – Happy preguntó mientras volaba entre sus compañeros.
-No precisamente, la magia de Nirvana es selectiva... Pero hay ciertas condiciones para que eso suceda- Hibiki, mientras cargaba a una inconsciente pelirrosa, explicaba todo lo concerniente a Nirvana, información que ni siquiera sus compañeros de gremio sabían de antemano.
-¿La luz se convertirá en oscuridad? – Cuestionó Gray- Me parece difícil de creer, ¿Qué clase de magia es esa? – Seguía incrédulo pese a toda la información proporcionada.
-La magia de Nirvana es poderosa. Cuando alguien que se encuentra entre la luz y la oscuridad experimenta fuertes emociones negativas, sin lugar a dudas pasará a formar parte de las filas de la oscuridad- Impactó aún más la mente de los magos y felinos.
En otro lugar, justamente los magos de Lamia Scale estaba viendo en persona los efectos de Nirvada en cierto mago de expresión geométrica.
-Entonces, fue por eso que noqueaste a Chelia- Charles ahora entendía el porqué de la agresión, aun así, se veía molesta.
-El hecho de que ella sienta mucha culpa es suficiente para que caiga en la oscuridad- Dijo Hibiki, viendo a la pelirrosa en sus brazos – No podía arriesgarme.
-¡¿Aguarda un segundo?! – Los magos y felinos se detuvieron en el instante que Lucy lo hizo- Si es verdad lo que dices entonces... Oh, no ¡Natsu! – Su expresión se tornó realmente preocupada.
-¿Qué? ¿Qué sucede con él? – Gray preguntó.
- ¿No lo notaste? – Le preguntó Lucy- Aunque no lo parecía, estaba furioso... No estaba actuando como siempre, y si... ¿Y si fue por esa misma razón que nos dijo que no lo siguiéramos?... Para poder ir tras Jellal- Recordó lo vivido en la torre del paraíso.
-Eso es posible- Llamó la atención de todos, Charles- Cuando estábamos en esa cueva, su amigo atacó a esa tal Jellal apenas lo vio, fue como ver a una bestia descontrolada- Eso sin duda fue una sorpresa para los compañeros del Slayer.
-Tienes que estar bromeando... – Una gota fría resbalaba de la sien del pelinegro, pero el que se veía más alarmado era el castaño de Pegasus.
-Si es verdad lo que dicen... Si su compañero es alguien bueno aun cuando actúa de esa manera... - Temblaba de tan sólo imaginarlo- Tenemos que alcanzar a Natsu-san antes de que...
- ¿A-Antes de qué...?
- ¿Eh?... ¡Wendy! - Gray y Lucy, así como Happy, se alegraron de ver que la peliazul por fin había despertado. Gray la dejo ponerse de pie al pedírselo.
- ¿Lucy-san? - La peliazul se vio un poco aturdida ya que la rubia se agachó frente a ella y sostuvo sus brazos.
-Pasaron muchas cosas... Me alegra que estés bien- Soltó un par de lágrimas de alegría.
-Ya me encuentro mejor, perdón por preocuparlos – Se disculpó, un tanto apenada. Después, rodó sus ojos, percatándose que faltaban algunos rostros, que Chelia era cargada por Hibiki y que una gran columna se luz negra se levantaba a lo lejos- ¿Qué ésta pasando? ¿En dónde están Natsu-san y los demás? – Preguntó, su expresión denotaba mucha preocupación.
Serían demasiadas malas noticias para la recién despertada, sin embargo, sus compañeros decidieron ser directos.
-N-No... No puede ser... - Luego de que Lucy y Gray la pusieron al tanto, Wendy no podía verse más preocupada, por sus compañeros, por sus dos amigas y por Natsu.
-Es por eso que debemos darnos prisa y advertirle a los demás antes de que... ¡! – Una fuerte explosión interrumpió a Hibiki. Por la forma en la que Wendy cubría sus oídos, la explosión había ocurrido no muy lejos, un rastro de humo negro les permitía saber su origen.
-¿Ahora qué? – Gray ya estaba harto de tantos imprevistos.
-Eso... Eso es... -Con una mano en el corazón, Wendy fijo su vista y oído hacia el origen de aquella explosión. Un mal presentimiento hizo que sus pies se movieran antes de que pudiera ordenarlo.
-¡Wendy, espera! – Lucy gritó, pero la peliazul no hizo caso, corrió hasta perderse de su vista – Debemos ir con ella, es peligroso dejarla sola- Le dijo a sus compañeros para luego apresurarse a alcanzarla.
.
.
.
.
.
Unos minutos antes...
- ¡Ahí viene alguien!
- ¡No lo dejen pasar!
Un grupo de magos con aspecto de motoristas, gritones, más alborotadores que magos, se preparaban para combatir, armados con tubos de metal y una que otra herramienta mecánica.
-¡Acaben con él!- El líder, de complexión robusta usando un traje y casco rojo, se lanzó junto con sus hombres apenas vieron la silueta de su primera víctima.
El blindado no se veía para nada intimidado, corría sin mostrar signos de querer detenerse, como una máquina. Con cada paso, una pieza de metal se desprendía de su cuerpo. Grebas, peto, hombreras. Vestía un pantalón holgado color cris y una remera negra pegada al cuerpo. Por último, una bufanda blanca se ondeaba alrededor de su cuello. Sólo le quedaron las espinilleras, los guanteletes y el yelmo. Acabar con aquellos magos usando su espada sería lo más rápido, sin embargo...
-¡AAGK!- Apenas se encontró con el blindado, el líder de los motoristas salió volando hasta impactar un roble, su cuerpo humeaba y su casco cayó en varios fragmentos.
-¿Q-Qué... ¿Qué es este tipo?- Todos los moteros estaban confundidos, o más bien asustados, ya que el ex -blindado al que se encontraban rodeando emitía un aura rojiza, una presencia aplastante junto con una insoportable onda de calor.
-¡AAkg!
-¡UGk!
-¡Gyaaah!
Fueron golpeados, pateados, embestidos, los pobres no pudieron hacer nada ante la fuerza y velocidad del Demon.
-Ukg- Uno último, con sus ojos en blanco, cayó como robe, sin siquiera poner resistencia.
-Debo apresurarme... No puedo dejarlo escapar... Debo acabar con él... Debó... - Murmuraba, cabizbajo, sus ojos brillaban en rojo debajo de su yelmo - ¿Hm? – De repente, levantó la mirada, tomó su espada y se preparó para recibir a su próximo saco de box... O digno oponente.
-Oh, ¿Qué tenemos aquí? – Mientras salía entre los árboles, el pelinegro albino arrastraba el cuerpo de un demacrado rubio (Eve) –¿Eres uno de esos magos de gremio? Vistes muy raro, ¿sabías? – No era nadie para decir eso.
- ¿Tu eres...?
-Mi nombre código es Midnight- Se presentó el extraño –Soy uno de los generales de Oración Seis. Y tú, vas convertirte en mi próxima presa- Arrojó a Eve como si de basura se tratase. Posteriormente, un selló negro se dibujó en su mano abierta, con después apuntó al ex -blindado.
-Cie... bo...- Apenas fue un murmullo, aun así, el pelinegro pudo captarlo.
- ¿Qué es lo que dic... ¡¿Hm?!- Los ojos de Midnight se abrieron como platos, tuvo que ladear la cabeza, algunos de sus mechones se encontraban en el aire mientras que MataDragones terminó clavándose en un árbol.
- Cierra la boca – Natsu no sonaba como siempre, su tono era vivas, cargado de energía - ¡No te metas en mi camino! -Se arrojó con un golpe. Midnight se hizo a un lado con un salto, sin embargo, uno de sus pies fue atrapado por el Slayer.
- ¿Eh? – Se vio sorprendido, ya que ahora su cuerpo estaba a punto de ser azotado en la tierra - ¡Insolente! – Balanceó su mano y varias ráfagas invisibles golpearon al Slayer.
Su cuerpo, así como algunas piezas metal adquirieron algunos cortes, sobre todo el yelmo, este último estaba apunto de partirse en dos.
-Ukg- Natsu no tuvo más opción que soltar al pelinegro quien, con una voltereta, aterrizó en sus dos pies.
-Je... ¿uh? – Sin embargo, no todo había salido bien para el mago de Oración Seis- "Una... ¿quemadura?"- La parte chamuscada de su pantalón y la enorme cicatriz en su tobillo izquierdo fueron suficientes para alarmarlo- Exactamente... ¿Qué rayos eres?
- No tengo tiempo... debo encontrar al bastardo de Jellal.... - Definitivamente, Natsu había perdido la frialdad que lo caracterizaba. Su yelmo terminó de partirse, revelando su cabellera rosa junto con una expresión que prometía dolor.
- Te lo diré una última vez... ¡Apártate o voy a molerte a golpes, maldito! – Sus puños se prendieron en llamas carmesís, se trataba de la magia de su padre, las llamas de un furioso dragón.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top