Capítulo 22: Dragón y alianza.
El lugar era oscuro y tenebroso, inusualmente espacioso, considerando que estaba bajo tierra, un gran número estalactitas evidenciaban la antigüedad, varios pasajes que daban a otras zonas, uno más oscuro que otro, se podía escuchar un eco provenir de uno de estos, quejidos de un joven, gritos de una muchacha y el rugir de otra, dando órdenes a sus compañeros magos.
-¡Apresúrense! ¡Tenemos que salir a un espacio abierto! – Gritó la pelirroja, detrás de ella una rubia y un pelinegro. Luego de algunos metros, llegaron a la gran caverna.
-¡Demonios!- Dieron la vuelta solo para encarar a su perseguidor, este forzó la salida con su gran tamaño, su sombra cubrió a los perplejos magos.
-No... - Lucy quedó boquiabierta.
-... jodas- Completó Gray, ambos aterrados.
Habían escuchado historias de los pobladores, consultado diversos libros y más importante, contaban con el conocimiento sobre criaturas extrañas de cierto Slayer.
Frente a ellos, un ser de longitudes colosales, una serpiente, o más bien un gusano, considerando que no tenías ojos, una capa de tierra y piedra le daban un color negro, sus fauces, si es que se le podían llamar así, se abrían en cuatros secciones, amenazantes dientes que daban la apariencia de una trituradora. El ser se tragaría de un solo bocado a cualquiera de los jóvenes, incluso Tauro temblo al presenciar semejante monstruosidad, esta se levantó, lista a para aplastarlos.
-¡Cuidado! – Gritó. Lucy y Gray hicieron caso a la advertencia de la pelirroja, se separaron, dos en cada lado.
-C-Cuando dijeron grande... No pensé que se refirieran a esto - Gray estaba recuperando el aliento. La cosa se volvió a levantar, sus fauces se abrieron, vibraron y luego se dirigieron donde percibió mayor movimiento.
-¡Lucy, manda a Tauro devuelta!
- ¿En qué estás pensando? – Le preguntó a la pelirroja, por la expresión en su rostro, a esta se le había ocurrido algo.
- ¡Gray! – Llamó al pelinegro, mientras equipaba su armadura rueda del cielo- ¡Concentra tú magia y asegúrate de que esa cosa se quede en tierra una vez que baje!
-¡Entendido!- Confirmó a pesar de estar un poco aturdido. No perdió tiempo, de inmediato asentó su puño en su palma. La criatura se levantó en su punto más alto. Aun sin salir del agujero por completo, su longitud era ridícula. La caverna comenzó a temblar, y más cuando esa cosa arremetió contra las magas.
-¡Ahora! – Erza se elevó sobre la criatura, Lucy se hizo a un lado con la ayuda de Leo, este cambió de lugares con Sagitario para apoyar a la pelirroja. La lluvia de espadas y flechas se disparó contra el monstruo el cual había sido congelado desde abajo. La caverna tembló aún más debido al golpe fulminante del equipo más fuerte de hadas.
-L-Lo... Lo logramos – Dijo Lucy, sus piernas terminaron por ceder, viendo el resultado de la batalla, un gusano gigante congelado y perforado en su totalidad.
-Es una suerte que el terreno fuera de roca, ahí abajo la tuvimos difícil- Comentó Gray, recordando las veces que el monstruo jugó con ellos, escondiéndose y apareciendo de repente, algo parecido al jugo de "golpea al topo", sólo que, si perdían, terminarían en el estómago de la bestia.
-Todos, muy bien hecho- Felicitó Erza, sus compañeros estaban recuperando el aliento. Luego de verificar que el monstruo ya no se movía, sonrió contenta, dispuesta a salir de la cueva y contarle a cierta persona.
Él era serio, nunca mostraría sus emociones fácilmente, pero recientemente, una pequeña sonrisa asomaba fuera del yelmo cuando estaba con ella y cierta peliazul, muchos eventos tuvieron que darse para llegar a este punto. Con el deseo de ver esa sonrisa más seguido, pidió la ayuda de Lucy y Gray para acompañarlos a una misión, fue sorprendente para ellos, incluso para Wendy, que Natsu aceptara sin más, una prueba más de que estaba cambiando... O más bien regresando.
-Muchachos, Erza-san.
-¿Wendy? – Miraron a todos lados- ¿Dónde éstas? – Preguntó Erza. La voz de la dragona venía de todas direcciones, una leve brisa era suficiente para transportar sus palabras, gracias a este hechizo, la comunicación era más eficiente.
-Aquí arriba.
Subieron sus miradas, un pequeño risco a varios metros de altura. La Dragona los saludó, mientras que el blindado a su lado enfocó su vista hacia otra parte de la caverna.
-Maldición... ¿Dónde se habían metido? – Gray preguntó, un poco exhausto y molesto.
-Ya hemos terminado aquí- Informó Erza, mientras señalaba los restos de aquella criatura.
Natsu dio un paso al frente, Wendy se sujetó antes de que se dejara caer, su nueva ala se encargó de regular su caída. Ya no era negra, dos alas de fuego que asemejaban a las de un fénix, se trataba de su magia Slayer; la magia del Rey Dragón de Fuego.
Erza sonrió al verlo bajar, el yelmo se retrajo para atrás como si fuera una capucha. Paso de sus compañeros, se acercó a los restos, un rápido examen antes de dar su veredicto.
-Lo han hecho bien – Dijo con un tono neutro.
- "¡Bien!"- Celebró por dentro Erza.
-Para tratarse de una cría, lo han hecho bien- Volvió a decir, fue entonces que todos se mostraron perplejos.
- ¿C-cómo... ¿Cómo dices? – Las palabras de Natsu le llegaron como balde de agua fría a Lucy.
- ¿Una cría? – Expresó un incrédulo pelinegro.
-Entonces... - Erza miró al Slayer y luego a los restos- Eso significa que...
-¡¿Hm?! – Se sorprendieron, la caverna comenzó a temblar a niveles críticos.
-Ya la han despertado – Informó Natsu- Sera mejor salir cuanto antes- Sugirió, los magos no lo pensaron dos veces para hacerle caso.
La caverna comenzó a derrumbarse detrás de ellos, lograron salir a tiempo. Se encontraban en la base de una gran montaña, el cielo gris y el bosque a su alrededor, visualizaron la cima... O lo que quedó cuando esa cosa surgió.
-"¡No puede ser!" – Fue la reacción de la mayoría.
Se levantó como una enorme columna, Gusano de Tierra era el nombre de su especie, un ser que podría tragarse una montaña entera en un santiamén, lastima para este, puesto que acaba de hacerla pedazos con su salida. Comenzó a doblarse, fijarse en la "hormigas" que se habían atrevido a despertarla y matar a su descendencia.
-A partir de aquí voy solo – Natsu equipó a Mata-Dragones, su yelmo regresó, sus alas de fuego se extendieron – Wendy, usa tú magia para predecir los movimientos de esa cosa – Se dirigió a la Dragona- Indícales dónde deben ir para no ser aplastados.
-De acuerdo- Respondió Wendy- Tenga cuidado, Natsu-san- Se despidió con una sonrisa. Para los demás eso fue una sorpresa, que la joven maga no se muestre preocupada por el Slayer, quien se dirigía a luchar contra semejante monstruo.
-Natsu- Llamó Erza. Natsu apenas volteó a verla – Aun podemos ayudarte, yo... - Una mano en su hombro impidió que siguiera.
Se había fijado en su apariencia, el cansancio en sus rostros, nunca les pediría combatir contra esa cosa, estaba preocupado por ellos.
-Está bien, ya han hecho bastante -Dijo Natsu, con un tono amable, haciendo que la pelirroja se exalte ligeramente- Además... - Reanudó su camino, batió sus alas para elevarse- ... Sólo puedo confiar en ustedes para esto, necesito que alguien me atrape para que Wendy tenga algo que curar – Habló refiriéndose a sí mismo.
La criatura rugió, o por lo menos eso es lo que se escuchó cuando abrió sus fauces, sus movimientos eran lentos pero imponentes. Vieron al Slayer volar frente a esa cosa, atraer su atención al lado contrario de donde estaban ellos.
- ¿De verdad piensa enfrentar esa cosa... solo? – Lucy seguía sin poder creerlo, la tierra temblaba por el simple voltear del monstruo.
-Si lo dijo, debe ser porque es así – Contestó Gray un tanto perplejo.
En las alturas...
-Empecemos- Retrajo sus alas, comenzó a caer en picada, apuntando la colosal cabeza. La espada hizo Clak al chocar contra la "piel" – ¿Hm? – Se sorprendió, fue como si hubiera golpeado un muro de acero – Ni un rasguño – No parecía estar preocupado, a pesar de que su mejor arma acaba de ser negada.
Volvió a extender sus alas, justo cuando el monstruo amenazó tragárselo entero.
- "¿Algún punto débil?" – Su mente trabajó rápidamente. Las fauces del monstruo se abrieron, se trataba del tercer abismo más profundo que haya visto en su vida, aunque no el más aterrador – Reequipar: Ivory-Jackal – Invocó su armamento de fuego más poderoso.
- ¿Qué es lo que va a hacer? – Preguntó Erza, la luz del Slayer comenzó a volar sobre toda la longitud del monstruo. Destellos y el sonido de varias explosiones se hicieron presentes.
-Debe estar buscando un punto débil- Respondió Wendy, conocía bastante bien al Slayer para suponer eso, sobre todo cuando enfrentaba criaturas tan grandes como formidables.
-Tch- Chasqueó la lengua luego de mandar al diablo sus cargadores.
Ni un solo rasguño, era como si la criatura estuviera cubierta por varias aleaciones, una más soluda que la otra... Ahora más que nunca quería acabar con ella, usar sus restos para quien sabe qué, pero había algo más, la preocupación de que esa cosa se moviera a otro sitio.
– Es una suerte que este lugar no esté habitado por personas – Dijo para sí mismo, mientras miraba los alrededores, siguió moviéndose en el aire, ante el riesgo de que el monstruo intente tragárselo de nuevo– Wendy – Llamó.
-¿Qué sucede, Natsu-san? - Respondió desde tierra. Los magos prestaron atención a las reacciones de la Dragona- ¿Eh?... ¿De verdad? – Sus ojos se abrieron con sorpresa- D-De acuerdo- Confirmó con un tono inseguro.
-¿Qué sucede? – Preguntó Erza- Parece que hubieras escuchado algo malo – Dijo preocupada, la situación parecía haberse complicado, el Slayer combatiendo, ellos sin hacer nada, no podía soportar más, la sensación de impotencia era grande, debía hacer algo. Antes de que pudiera dar un paso al frente, la peliazul negó con la cabeza.
-No es eso. La piel de esa cosa es demasiado dura para ser cortada o perforada- Informó Wendy.
-Entonces... – Habló Lucy - ¿Qué es lo que planea hacer?
- Deberíamos ayudar ¿No? – Gray apretó sus nudillos, esperando la aprobación del resto.
-Natsu-san ya se está encargando de eso – Dijo Wendy, los magos dirigieron sus miradas al cielo, el Slayer se había elevado a buena altura, por encima del monstruo.
-Reequipar: ... - Sus pistolas cambiaron. Una pieza de metal brillante, que Erza pensó que él había perdido, se sujetó a su antebrazo izquierdo– Escudo de la Ira – Este cambió de forma, adquiriendo un tono oscuro con marcas escarlata.
-Planea atacarlo... ¿con un escudo? – Erza estaba más que confundida- ¿En que ésta pensando? – No podía indagar o suponer respuesta alguna, sólo Wendy sabía lo que planeaba el sombrío Dragón.
– ¿Conocen la historia de Jonas? -Soltó con un tono frío, casi parecía que Natsu había tomado control de su cuerpo. Sus compañeros quedaron perplejos- Es lo que dijo Natsu-san - Aclaró con una pequeña sonrisa, solo una maga, por su afición a la literatura, se mostró entre sorprendida y asustada. La escena no sería fácil de digerir para ellos.
- "Terminemos con esto"- Apagó sus alas, comenzó a caer de cabeza hacia el profundo abismo acolmillado.
-¡Pero que demo...! – Gray ni nadie en tierra pudieron asimilarlo, el hecho que Natsu se dejó tragar por esa cosa.
-¡Se acabo! – Erza ya no pudo soportarlo más, verlo caer, como se perdía de su vista, simplemente no podía soportarlo- ¡Voy a...! - Se detuvo justo cuando iba a lanzarse. El gruñido que soltó aquel monstruo fue extraño, venía del interior, como una explosión, varias de hecho. Comenzó a moverse de forma extraña, retorcerse. El humo que expulsó de entre sus colmillos confirmó las sospechas de la pelirroja.
-¿Qué esta... ? – Miraron sorprendidos, la criatura se levantó hasta donde pudo, su cuerpo comenzó a deformarse.
-¡GRRAAAAAW! – Rugió, expulsando una gran llamarada, antes de hacerse pedazos desde el centro, como si se tratara de una enorme mecha. Los magos tuvieron que alejarse para no ser aplastados por los restos, sólo dos se quedaron en su lugar, sin importarles la lluvia de sangre y trozos de entrañas.
-¡Ahí está!- Señaló Wendy.
Erza lo visualizó rápidamente; el cuerpo del Slayer cayendo junto con algunos restos. Se disparó hacia su dirección, empleando su armadura Ala Negra, esquivó y cortó lo más que pudo antes llegar a él.
-Buena atrapada- Elogió Natsu, hallándose entre los brazos de la pelirroja, ni una pisca de miedo o perturbación, sólo un tono debilitado.
-Por dios... Cuán temerario puedes ser – Le reprochó Erza, su expresión más preocupada que molesta- ¿Haces esto todo el tiempo? – Preguntó en medio del aterrizaje.
-No... - Respondió. Los demás se acercaron apenas los vieron pisar tierra, Wendy de inmediato comenzó a usar su magia, más para reponer su mana que para curarlo, sabía que sólo se trataba de una leve contusión, estaba feliz de que esta vez no se haya estrellado- A veces tengo que abrirles el vientre, otras veces el cuello, esta es la primera vez que me dejo tragar- Respondió simple, como si fuera algo de todos los días.
Y con eso, un día más de la vida laboral del Slayer llegó a su fin...
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Con la llegada de la noche, fue necesario montar lo necesario para descansar, dos simples tiendas. Una fogata en medio, luego de recolectar los "materiales" dejados por aquella criatura, el grupo de hadas al fin pudo echarse a dormir, cabe mencionar que Natsu se hizo cargo de la recolección, dejando con la boca abierta a medio mundo, todo esto cuando su sombra engulló por completo lo que quedo del cadáver, en este punto, sentían que ya lo habían visto todo de él... No tenían ni idea.
Luego de una amena charla mientras disfrutaban de su cena, sólo uno permaneció despierto. El sonido del metal siendo limado, otras cinco espadas clavadas en la tierra.
-Gastada- Miró a detalle el filo- Como pensé, le hará bien recubrirla con la piel del gusano – Lo colocó junto al resto. Luego de que las armas se sumergieran en su sombra, por fin retiró su yelmo, la parte superior de su armadura se desvaneció, equipando un simple manto negro, y como último detalle, una bufanda blanca, el recuerdo de su padre, Igneel. Ese día en el gremio, se sorprendió bastante cuando Wendy le entregó la prenda. Un gesto tan simple como ese logró sorprender a todos, sobre todo al ver al Slayer sonreír de manera sincera y agradecer a la Dragona.
-¿Natsu? – Una voz lo hizo rodar la mirada, se trataba de una pelirroja, una simple blusa blanca pero que resaltaba muy bien su figura, su falda azul no tan corta, pero si lo suficiente para mostrar sus torneadas piernas, el clima en el bosque era frío, sobre todo a esa hora de la noche, su aliento podía verse cada vez que exhalaba - ¿Por qué sigues despierto? – Le preguntó, mientras tomaba asiento a su lado.
-Es un viejo habito, quedarse a hacer guardia, uno nunca sabe qué puede haber ahí afuera – Dijo refiriéndose a sus alrededores, la oscuridad no era un problema para sus sentidos, aún así se quedó para asegurarse – Pero más importante – Se fijó en ella, lo que llevaba puesto- ¿Estarás bien? - Ella se exaltó por un momento, lo entendió al verse a sí misma.
-Estoy bien – Contestó, con un ligero sonrojo- Estar cerca de ti me da más calor que la fogata – Dijo un tanto tímida, desviando y regresando su mirada por ratos.
-Ya veo – Expresó simple Natsu. Erza agachó la cabeza mientras sonreía apagada, lo sabía muy bien, no volvería a escuchar las palabras que recibió en aquella Torre. Aunque había recuperado sus recuerdos, esta versión de Natsu no era de palabras amables, sin embargo, sus acciones valían más que cualquier otra cosa – Ven – Levantó su manto.
-¿Eh? – Erza no supo qué hacer, por lo que el Slayer terminó atrayéndola a su lado, compartiendo su manto con ella.
-De esta forma estarás más abrigada – La rodeó con un brazo, firmemente, procurando no lastimarla, Erza estaba sin habla, su corazón acelerado, ya había protagonizado una escena mucha más íntima con Natsu, pero esto, no estaba preparada mentalmente para un gesto tan gentil como meloso... No así de la nada.
-G-Gracias- Aun así, sonrió contenta, se dejó atrapar por la calidez del acto. Fueron unos minutos de silencio bajo el cielo estrellado.
-...
Nunca lo diría, pero le agradaba estar cerca de Erza, tenerla a su lado era reconfortante, pocos recuerdos de su niñez podrían clasificarse como gratos, algunos de estos fueron los días que las conoció, las salvó, y ellas le devolvieron un poco de la humanidad que había perdido, nunca más se apartaría o las apartaría de su vida. Desafortunadamente para Erza y Wendy, él aun no comprendía este sentimiento, sólo se dejaba llevar por este.
- ¿C-Cómo te sientes? – Rompió el silencio, tratando de tranquilizar su corazón.
- Estoy bien- Natsu no comprendió el alcance de esa pregunta- Sólo fue un pequeño golpe, el escudo aumento mi resistencia, por lo que la explosión no me causó casi ningún daño – Respondió, Erza negó con la cabeza.
-No me refiero a eso– Volvió a insistir- Apenas ha pasado una semana desde que regresaste. Quiero decir... - Ella recodó el deplorable estado del pelirrosa, la constitución desnutrida, su brazo y ojo izquierdo perdidos, además de aquellas cicatrices, esas no pudieran haber sido hechas por bestias comunes o simples espadas, algo tuvo que ocurrir con él antes de que volviera- Estabas en muy mal estado, incluso después de que te atendieron, Polyuska dijo que por lo menos tardarías dos meses para reponerte por completo- Citó a la pelirrosa.
Abrió la boca para luego cerrarla, pensaba qué decir, si acaso debería contarle todo, aquel desierto dentro de su sombra. No quería preocuparla con algo que estaba fuera de su alcance, por lo que se lo guardó para sí mismo.
-He estado peor- Respondió, viendo como la expresión de Erza se tornaba más preocupada, sintió una punzada en el pecho. De alguna forma, no le gustó para nada verla así- Estoy bien, de todas maneras... - Se puso de pie, dejando a la pelirroja ocupar su manto. Vistiendo una simple playera negra, su brazo derecho vendado, su bufanda y la parte inferior de su armadura- ... Sí hubiera permanecido en cama un día más, me hubiera vuelto loco. ¿Sabes? También es importante hacer algo de ejercicio para recuperar la salud – Dijo, mientras giraba su brazo y tronaba su cuello un par de veces, su mirada dirigida al cielo- Siendo miembro de Fairy Tail, no hay mejor ejercicio que salir a una misión junto con algunos amigos ¿No lo crees? – Volteó, esbozando una pequeña sonrisa, imperceptible... no para ella.
Erza tenía la boca medio abierta, no podía creer que él dijera eso, después de tanto tiempo lo estaba viendo otra vez, aquel niño de hace ocho años.
- Perdón- Él se corrigió- Llamarlos amigos cuando en los últimos dos años los trate de esa forma, creo que es demasiado hipócrita de mi parte – Su expresión se tornó apagada, triste. Esta vez, fue el turno de la pelirroja para sentir una punzada.
-Está bien, no debes preocuparte por eso – Ella lo tomó del brazo- No era tú intención, viviste muchas cosas, te hirieron, sufriste, eso pude verlo en tus ojos los primeros días que estuviste en el gremio- Regresó al pasado por un instante, recordó la mirada sin vida del Slayer- Así que no te mortifiques, somos tus amigos. Nos ayudaste muchas veces, hace falta más que una actitud fría y un par de palabras para alejarnos- Ella sonrió mientras lo abrazaba.
-... - Su boca medio abierta, no supo que decir, una extraña sensación invadió su pecho, como si algo antiguo se hubiera puesto en marcha. Miró las estrellas por un momento – Ya veo- Un tono neutro, estaba acostumbrado a hablar de esa manera. Regresó su mirada a ella- Gracias por todo... Por seguir a mi lado, Erza – Sonrió una vez más, mientras posaba una mano en la mejilla de la pelirroja.
Con un solo toque, sintió todo el calor que el pelirrosa emanaba. Un poco tímida, sujetó su mano, luego lo miró a los ojos.
-Natsu... - Ella entre abrió los labios.
-¿Hm? ¿Qué sucede? - La vio extrañado, era como sí ella planeara decirle algo serio, algo importante.
-Natsu, yo... - Quería decírselo, hacerle entender que siempre estaría ahí para él- Natsu, yo quiero decirte que te... - Lo intentó una vez más.
-¿Natsu-san? ¿Erza-san?
-¡!-Ambos se exaltaron, Erza por su agitado corazón y Natsu al haber relajado sus sentidos, dirigieron su vista hacia una de las tiendas.
-Es muy tarde... ¿Qué están haciendo ustedes dos? – Preguntó, con un tono somnoliento, la pelirroja se apartó de golpe.
-Eto... Emh... Ah, nada jeje – Río nerviosa – Simplemente estábamos conversando... Ya sabes, planear el regreso a casa- Dijo mientras la peliazul se acercaba a ellos, Wendy la llamó con la mano para que se incline.
-Erza-san, no estaba tratando de decirle "eso" a Natsu-san ¿Verdad? – Le dijo en un susurró, la pelirroja abrió los ojos con sorpresa, separándose para verse de frente – Habíamos dicho que lo haríamos juntas ¿Ya se le olvido? – Dijo con cierto reproche en su tono.
-L-Lo... Lo siento – Agachó la cabeza de manera resignada. Se trataba de un acuerdo táctico entre ellas, expresarle al Slayer sus sentimientos, sin embargo, tendrían que hacerlo juntas, algo demasiado inusual, incluso en un mundo como este, pero no imposible.
-¿Hm? – La expresión del Slayer se tornó confusa, viendo a las chicas discutir- "¿De qué estarán hablando?" – Había que decirlo, Natsu era un mago con sentidos de dragón, pero cuando ellas hablaban sobre ese tipo de cosas, aún en su presencia, resultaba ser bastante sordo.
Luego de discutir, regresaron a sus respectivas tiendas, la noche llegó a su fin sin, un nuevo día se levantó para el equipo de hadas.
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Las mañanas en Magnolia resultaban de lo más agitadas, y ni hablar de cierto edificio donde las cosas siempre estaban fuera de control, Fairy Tail, incluso después del festival de primavera parecía que el festejo seguía y seguía. Así eran ellos, si no estaban divirtiéndose o discutiendo, seguramente estaban haciendo alguna tontería, como emborracharse ni cerca del mediodía o peleando sin razón alguna.
Las puertas se abrieron, las cosas se calmaron cuando ellos se abrieron paso, eran un grupo recién formado y muy particular, por su miembro resucitado, un Dragón que se había levantado de entre los muertos. No era su intención, pero, por su apariencia, seguía emitiendo un aura intimidante.
-Al fin llegamos- Lucy se estiró de brazos, un poco cansada por el viaje.
-Fue duro, pero al menos regresamos en una sola pieza- Gray comentó.
-Lo hicieron bien muchachos- Elogió Erza, deteniéndose frente a ellos, Ella y la Dragona, por alguna razón, veían a todos lados, como si estuvieran buscando a alguien, o más bien cuidándose de alguien. Natsu siguió su camino hacia la barra.
-Iré a reportar la misión, luego de eso tomaré otr...
- ¡Nada de eso! – De manera fugaz, Erza y Wendy le cortaron el paso.
-¿Hm?- Él estaba un poco confundido y ellas pasaron de estar agitadas a comportarse de manera nerviosa.
-Q-Quiero decir... - Habló Erza, como si no encontrara palabras- Y-Yo me encargaré de reportar la misión... ¿Por qué no van a ocupar una mesa?
-B-Buena idea, Erza-san- Apoyó Wendy, mientras tomaba el brazo de Natsu-Vayamos pronto... hay una libre en la parte del fondo – Una sonrisa nerviosa acompañó sus palabras.
-¿De acuerdo? – Natsu parecía sospechar, pero, tratándose de ellas dos, tomó la sugerencia con calma.
-Fuuh- Suspiró aliviada una vez vio a sus amigos alejarse... Ahora sólo quedaba lidiar con lo más problemático.
La barra casi desierta, sólo una castaña por su afición por la bebida le hacía compañía, luego de un rato, la puerta de la cocina se abrió, una hermosa albina en un vestido rojo se hizo paso con una bandeja de comida.
-¿Ara? – Se fijó en su amiga- Erza. Bienvenida- Dijo con una sonrisa, su mirada se dirigió a otra parte, específicamente detrás de la pelirroja - ¿Dónde están los demás?
-Buenos días, Mira – Saludó con una sonrisa, tratando de evitar la pregunta- Vine a reportar la misión y también para... - Calló, al ver a la albina pasar, ella había salido de la barra, dirigiéndose hacia alguna parte del gran salón- ¿Mira? – Su expresión se tornó perpleja, había fracasado por completo.
En la mesa del fondo, donde Natsu, Wendy, Lucy y Gray sostenían una amena charla.
-Entonces, una vez que los atraje dentro de la cueva, bloqueé todas las salidas y me prendí fuego junto con ellos, podía escuchar cómo chillaban y arañaban, pero les fue inútil. Al final, todos cayeron, sus cuerpos chamuscados emanaban un hedor indescriptible, pero fue necesario hacerlo de esa manera, después decapité los cuerpos, sólo por si acaso- Terminó de contar muy serio, Lucy mantenía una sonrisa, aunque por lo azul de su rostro, estaba aterrada. Por su parte, Gray tenía una expresión entre asombro y asco, ya se estaban arrepintiendo de haberle preguntado sobre su primera misión como miembro de Fairy tail.
En cambio, Wendy estaba muy contenta, disfrutaba ver a Natsu socializar con sus amigos, volviéndolos suyos de igual manera, su sonrisa flaqueó cuando vio a una albina acercarse.
-Mira, buenos dí... – Lucy quiso saludarla, sin embargo...
-Bienvenido de vuelta, Natsu- Ella fue directo con el pelirrosa, una hermosa sonrisa en su rostro angelical- ¿Quieres algo de comer? – Le preguntó dulcemente, como sólo una ama de casa lo haría con su esposo, de hecho, aún no había terminado- ¿O quieres tomar un baño? ¿O quizá...
- ¡¿O quizá quiera tomar a Juvia?! – De la nada, la peliazul apareció para arrebatarle la frase, con una sonrisa y un sonrojo que la hacían lucir bella e inocente.
-...- Los magos por completo perplejos, nunca se imaginaron que ellas pudieran soltar semejante frase, aunque eso no impidió que Erza llegara, y junto con Mira, hicieran a Juvia a un lado, como si de un mueble se tratase. Mira regresó con el Slayer lo antes posible.
- ¿A mí? – Preguntó mientras hacía un guiño.
-Mmm... Algo de comer estaría bien- Respondió Natsu.
- ¡Di que a mí! – Gritó Mira.
-Hmm – La miró, con una expresión pensativa, ella respiraba agitada, con el cabello ligeramente despeinado- ¿Estas molesta?
- ¡Estoy molesta! – Volvió a gritar.
Erza suspiró una vez más, esta vez con alivio, era una suerte que Natsu fuera así de endeble hacía las insinuaciones de las chicas... Una suerte y una desgracia.
-En primer lugar... - Soltó Natsu, mientras hacía cuentas con los dedo- Tengo hambre, segundo, no veo cómo podría tomar un baño aquí – Mencionó a la vez que veía el concurrido lugar.
-Juvia puede encargarse de eso- La peliazul no se rendió, una toalla en una mano y una esponja en la otra mientras sonreía inocentemente.
-...- Ellos la vieron con expresiones vacías.
-Juvia, no lo hagas más difícil – Posó una mano en el hombro de su amiga, invitándola a desistir.
-Ouh- Soltó con decepción.
-Y tercero... - Reanudó su argumento- Cuando dicen "tomar" ¿A qué se refieren con eso? – Se atrevió a preguntar, algo que hizo sonreír a la albina.
-Sobre eso, me refiero a que tú me lo¿Mmf?... - Una mano en su boca le impidió seguir, lo que pretendía que Natsu le hiciera.
- De acuerdo, es suficiente- Exigió Erza, mientras retiraba su mano- ¿Por qué siempre tienes que se tan impulsiva?
-¿Impulsiva?- Fingió no entender – Sólo estoy actuando como normalmente lo hago, no hay nada de malo ¿o sí? - Miró a Natsu, como si buscara su aprobación - ¿No te gusta que actué así? ¿A caso te molesta que me acerque a ti de esta forma, Natsu? – Le preguntó, con una mirada suplicante, de esas que ningún hombre sería capaz de resistir.
-No, para nada- Respondió simple, a lo que Wendy lo miró fijamente, preocupada, era como si algo valioso le estuviese siendo arrebatado, ya podía ver a Natsu y a Mira juntos, mirándose el uno al otro, un efecto de jóvenes enamorados como fondo, Erza compartió esa preocupación, en cambio, Mira sonrió más contenta que nunca, una mirada enamorada y mejillas sonrojadas- Pero debo decir que desde que regrese- Hizo alusión a su resurrección- has estado actuando de manera extraña ¿Te sientes bien? ¿Te has enfermado de algo, Mira? – Aquello hizo que la albina dejara de sonreír, un aura deprimente le hizo agachar la cabeza.
Erza no pudo evitar reír bajo por su amiga, mientras que Wendy suspiró con alivio, la había sentido cerca... Era una suerte... una suerte y una desgracia como se había dicho.
-¿Hm? ¿Qué? - Se dio cuenta, las miradas fijas de una rubia y un pelinegro.
-Nada – Lucy desvió la mirada.
-Maldición ¿Cómo puedes ser tan ciego, Natsu? – Mientras que Gray lo miró con desgana.
-¿Hm?- Natsu sólo pudo ladear la cabeza. De nuevo, no supo que decir, se limitó a pedir su comida, justo cuando Mira tomaba la última orden, alguien se acercó al grupo, Natsu fue el primero en percatarse de su presencia.
-¿Maestro?- Lo miró extrañado, el viejo tenía una mirada muy seria.
-Buenos días, Maestro- saludó Erza, todos lo hicieron.
-Buenos días, me alegra verlos de vuelta, mocosos- Dijo sincero, aunque su expresión seguía sin cambiar- Quiero hablar con ustedes, ¿Pueden venir a mi oficina? – Pidió amable, a lo que el Slayer se puso de pie.
-De acuerdo – Aceptó sin más. El grupo siguió al anciano al segundo piso, más preocupados que intrigados.
- ¿Qué crees que quiera hablar con nosotros? – Susurró Lucy.
-No lo sé – Contestó de igual manera, Gray- No destruimos nada importante ¿O sí? – Le preguntó a Erza.
- El maestro se veía muy serio, debe ser algo más importante que eso – Respondió la pelirroja- Aunque... - Miró al Slayer, recordando la montaña que se cargó por completo- "Y resultaste ser más destructivo que nosotros juntos"- Sonrió contenta, aunque una gota resbalaba de su nuca.
En la oficina...
-¿Qué es lo que quiere hablar con nosotros, maestro? – Erza se adelantó.
-Tomen asiento - Invitó el anciano, mientras se acomodaba detrás de su escritorio. El grupo hizo caso y se repartieron en las sillas frente al escritorio- ¿Cómo te encuentras, Natsu?– Le preguntó con un tono amable, resaltando su preocupación por uno de sus hijos.
-Estoy bien- Respondió con simpleza, mientras levantaba su mano izquierda– Polyuska hizo un excelente trabajo, dejando de lado lo endeble, no siento diferencia alguna con el real- Hizo un puño y luego lo deshizo, retiró su yelmo, después hizo a un lado su mechón izquierdo- Es el mismo caso para el ojo, nunca podre agradecerles lo suficiente, tampoco lo que hicieron por Wendy en mi ausencia- Volteó a verla, esta le sonrió, el grupo también lo hizo, esas palabras, viniendo de él, eran tan sorprendente como gratificantes.
El viejo sonrió, era tal como le habían contado sus hijos, y un poco de lo que pudo observar en el gremio.
-No tienes porque, nos ayudaste en repetidas ocasiones. No me da pena decirlo, sin tu ayuda, Fairy tail habría desaparecido por lo menos un par de veces – Luego de eso, su expresión volvió a tornarse seria- Pero ahora vayamos al punto. Hay algo que quiero discutir con ustedes, se trata de los gremios oscuros – Soltó bomba al fin, la situación lo ameritaba.
El ambiente en la oficina se tornó bastante serio, no hubo tiempo para bromas o replicas, la conversación duró poco más de 30 minutos, una explicación breve sobre los gremios oscuros y como el consejo de Era, en colaboración con los maestros de diversos gremios, se pusieron de acuerdo para una sola cosa: detener las actividades de estos gremios lo antes posible.
-Y es por eso que los mandare a ustedes como representantes de Fairy Tail, para ser parte de la alianza de gremios- informó, la expresión de sorpresa en sus hijos no se hizo esperar, sólo uno permaneció inmutable, cada detalla caló en su mente de alguna manera: Alianza Varan, Tartarus, Grimoire Heart y Oración Seis; este último con más peso en la conversación.
Colocó su yelmo, mientras se levantaba de su asiento, con toda la intención de salir de la oficina.
-¿Natsu?- Erza lo vio preocupada, era lo que se temía el viejo maestro. Él jamás aceptaría una misión sí no tenía nada que ver con cazar alguna criatura.
Se detuvo en la puerta abierta, apenas volteándose para mirarlos.
-¿Cuándo partimos?- Sus duda, su respuesta los sorprendió aún más que la misión en sí.
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Un día después, en algún bosque...
- ¿Cuánto falta para llegar? - Preguntó Lucy, ella y sus compañeros llevaban horas viajando en una carreta, ésta era arrastrada por un enorme jabalí.
-Debemos estar cerca, así que relájate – Sugirió Gray, viendo los nerviosa que estaba su compañera.
-Uh... Tengo la sensación de que algo muy malo va a pasar.
- ¿Por qué dice eso, Lucy-san? – Preguntó Wendy.
-No lo sé... Es sólo una corazonada, además... - Llevaba un rato pensándolo- ¿Por qué me eligieron a mí? Digo, Juvia y Gajeel tienen más habilidad en combate, uno de ellos pudo venir en mi lugar – Dijo algo confundida.
-Ellos fueron a cumplir otra tarea encomendada por el maestro, así que no hay de otra – Mencionó Erza – Esta misión es importante, hay que dar lo mejor de nosotros – Agregó, con una mirada digna, haciendo sonreír a sus compañeros.
-Tienes razón, hay que demostrarles a los demás gremios de lo que son capaces los magos de Fairy Tail – Apoyó Gray.
-¿Tú que opinas, Natsu? – Le preguntó Erza- ¿Hay algo que quieras decir? – Llevaba un rato observándolo. Un par de horas después de que subieron a la carreta, Natsu permaneció en silencio, sin movimiento alguno o señales de inquietud, simplemente sentado, con los brazos y piernas cruzadas, su desgastada armadura y manto de siempre.
-...
Lo miraron expectantes, como si estuvieran a punto de presenciar un gran acontecimiento.
-Zzz... - Fue lo único que recibieron como respuesta, ellos cayeron de lado al darse cuenta que el Slayer no estaba consciente.
-Lo siento, se me olvido decírselos jeje- Sonrió un poco nerviosa, Wendy-Natsu-san no tolera los transportes, por lo que tengo usar mi magia para ayudarlo a dormir profundamente – Comentó sonriente, como si fuera algo normal.
-Eso... ¿qué no es peligroso? – Preguntó Lucy.
- ¿Y sí ocurriera algo?
- No tiene por qué preocuparse, Erza-san- Respondió- Natsu-san despertará cuando sienta que ya ha dormido lo suficiente o cuando sienta "sed de sangre".
- ¿"Sed de sangre"? – Aquella frase despertó su curiosidad
-¡Chicos, ya estamos por llegar!- Informó Happy desde afuera. El enorme edificio a poco más de 300 metros.
-Hai. ¿Quiere le gustaría comprobarlo? – Preguntó Wendy. Tomando su oferta, a Erza no se le ocurrió mejor idea que equipar una espada simple, sin filo, posicionarse frente al Slayer y levantar el arma con toda la intención de golpearlo.
-¡¡!!
Como una sombra, Natsu se levantó de golpe, Erza no pudo hacer nada, fue desarmada en un segundo, terminaron cayendo, uno sobre la otra, quedó paralizada, un gran sonrojo en sus mejillas al darse cuenta, él la tenía atrapada de sus muñecas, mientras que una rodilla se posicionaba entre sus piernas, si no fuera por la daga levantada, sin duda habría disfrutado este momento.
-¿A-Ah? – Él sonaba un poco adormilado - ¿Erza? – Al fin despertó.
-B-Buenos días, Natsu... Ya estamos por llegar- Intentó un tono tranquilo, mientras era retenida.
-...- Observó con cuidado, se encontraba "sometiendo" a la pelirroja, mientras sus compañeros los veían perplejos; el rostro azul de Lucy y Gray, una pequeña sonrisa en Wendy y Happy apenas asomando desde el exterior, temblando- Lo siento – Bajó su daga.
-Yo no- Respondió la pelirroja.
-¿Eh?
-¡Digo!... ¡No!... ¡Quiero decir!... Y-Yo... Lo siento, no debí despertarte de esa forma – Dijo apenada, luego de darse cuenta de lo que había dicho. Wendy no se veía para nada preocupada, al contrario, reía discretamente, divertida, era la primera vez que le jugaba una broma a su amiga.
Luego de aclararse todo, la ayudó a ponerse de pie. Una vez frente al edificio, pudieron al fin bajar del transporte.
-Como sea, es una suerte que hayas sido tú, de otra manera, no sé qué habría pasado- Le dijo a Erza, refiriéndose a su manera de despertarse. Para cierto par, sus palabras sonaron de lo más intrigante y aterrador.
-"¡¿Qué es lo que habría pasado?!"- Lucy y Gray tomaron nota mental: no interrumpir el sueño del Slayer... Nunca.
A ojos de Natsu, el edificio era tan enorme como ostentoso, se preguntaba si acaso había alguien discreto entre los maestros de gremio, la segunda residencia del maestro Bob no era precisamente el sitio ideal para una reunión estratégica, eso por los candelabros en forma de corazones y las paredes forradas de un color azul suave y rosa.
Mientras el grupo de hadas tenía una breve charla, los primeros aparecieron, se trataban de tres jóvenes vistiendo trajes formales.
-¡Bienvenidas a la segunda casa de Blue Pegasus! – Anunciaron de manera animada, mientras bajaban por las amplias escaleras, la luz de los reflectores para resaltar su presencia.
- Esos son... - Fue Lucy quien los reconoció primero. Hibiki, Eve y Ren, magos pertenecientes al gremio Blue Pegasus, el equipo Trimens.
Con total calma, el trio se acercó al grupo de hadas, su reputación los marcaba más como acompañantes de algún club que como magos.
-Deben estar cansadas después del largo viaje, ¿Por qué no toman asiento? – Invitó el moreno, Ren.
-¿Eh?... Eto... Yo...- Debido a los nervios, Lucy no opuso resistencia, tan sólo se dejo guiar hacia un enorme sillón en forma de corazón.
-Ustedes también son bienvenidas- Ahora fue el turno de Hibiki y Eve, acercándose a Erza y a Wendy, con toda la intención de llevárselas. Un "muro" de hierro se interpuso en su camino.
-Hemos venido de muy lejos, no nos hagan perder el tiempo ¿En dónde están los demás gremios? – Dijo con un tono neutro, no buscaba iniciar una pelea, tan sólo quería llegar al punto de la reunión, dejar las tonterías de lado, aunque también había algo más... Ese sentimiento que lo obligaba a soltar su aura, similar al de una bestia al proteger a los suyos.
-Perdón, pero estoy hablando con las señoritas – Habló tajante el castaño de lentes, observando a los únicos varones de las hadas, un pelinegro quien ya había mandado su ropa al diablo y un caballero con una armadura de aspecto sombrío- Las señoritas son bienvenidas para quedarse, pero ustedes quienes no saben nada de modales deben irs.... ¡!- Por supuesto, tardó en reconocerlo, ya que sus cerebros se habían desconectado al ver a las jóvenes magas- T-Tú... Tú eres... - Tembló hasta en los huesos.
-D-Dra... Dragón negro... ¡Demon! - Completó el joven rubio, en las mismas condiciones que Hibiki.
El peso de sus pasos hizo a hizo a los anfitriones exaltarse, la presencia del Slayer era oscura y pesada, como presagio de que las palabras de Lucy iban a cumplirse... Aunque claro, sólo estaba siendo él mismo, actuando "normal".
-Tal vez tengan razón, no sé nada sobre modales, pero puedo enseñarles un par de cosas... - Se acercó a ellos, su aura volviéndose cada vez más amenazante- Si hacen que un cazador se retrase y pierda su objetivo, más les vale prepararse, antes de que decida cambiar de "presa" – Sus ojos brillaron de dentro de su yelmo, ellos temblaron una vez más al ser observados, como sólo un depredador miraría a su presa.
-Natsu-san- Le llamó Wendy, tomándolo de la mano para persuadirlo- No es para tanto, por favor- Pidió, con una expresión gentil.
-Wendy...- La miró consternado- ¿Hm? – Miró a su derecha, una mano blindaba se posaba en su hombro- Erza...
-Descuida, podrán ser molestos, pero son inofensivos, no hay necesidad de alterarse- Dijo Erza, con una sonrisa que sólo le daría a él.
-... - Relajó su mente, pesándolo un poco, no era propio de él actuar así, su aura no tardó en desaparecer- De acuerdo- Determinó que, como dijeron ellas, no valía la pena precipitarse.
Cuando la situación se calmó, Erza vio la oportunidad para hablar.
-Yo soy Erza y estos son mis amigos- Se presentó- Somos los miembros elegidos de Fairy Tail para formar parte de esta alianza.
-Lo sabemos- Una voz resonó en todo el lugar, un tono grueso y varonil que le provocó escalofríos a la pelirroja.
-Oh, no.
- ¿De quién es esa voz? – Preguntó un poco ruborizada, Lucy.
-No me creerías si te lo dijera- Respondió Erza.
Del segundo piso, un hombre de cabello naranja y traje elegante apareció, se deslizó sobre el barandal, su apariencia y estatura contradecían su cautivadora voz.
-Es un placer tenerlos con nosotros- Saludó educadamente, su sequito le aplaudió, sus expresiones eran de pura admiración, en cambio, los rostros del grupo de hadas estaban en blanco- Erza, Lucy, Wendy y... Los otros – Señaló de manera cortante– Ciertamente... ¡Tienen un perfume maravilloso! – Dijo después de olfatear, con perfume se refería al olor corporal de las damas- Para él, su gesto y su saludo eran galantes, pero para Erza y compañía, eso les provocó escalofríos.
-Erza-san ¿Lo conoce? – Preguntó de manera curiosa Wendy.
-Desgraciadamente sí, él es Ichiya, es un mago excepcional, sólo nos hemos visto un par de veces, pero esta es la primera vez que nos conocemos en persona- Le daba pena decirlo.
-Te he extrañado mucho, mi querida Erza. No he dejado de pensar en ti ni un segundo- Mencionó el pelinaranja.
-Waoh, Ichiya. No sabíamos que tenía una relación con Erza- Habló el trio.
- ¡No! ¡Ni hablar! ¡Eso es falso! - Dijo alterada.
-Vamos no tienes que ser tímida, después de todo es nuestra reunión destin...
-¡Ya es suficiente! – Esta vez, fue Gray quien perdió la paciencia- Pueden dejar a nuestras compañeras en paz, llevan rato incomodándolas – Dijo muy serio, haciendo que el grupo de Pegasus lo mirara de forma despectiva.
-Gray, sí lo dices con esa apariencia, vas a morderte la lengua – Le señaló Happy, haciéndole darse cuenta de lo que había perdido.
-¡Diablos! ¡No otra vez! - La ausencia de su ropa lo decía todo.
-Ichiya-sama, "él" ésta aquí -Le susurró Hibiki. Su mirada se fijó en el individuo que no encajaba con el grupo de hadas, esa apariencia tan misteriosa como sombría – Ustedes no son bienvenidos- Sentenció de forma severa.
-¿Cómo dices? – Eso molestó al pelinegro.
Mientras Gray discutía con los trimens, Ichiya se enfocó en el que menos le agradaba.
-Dragón Negro Natsu, eres tal como dijeron que serías- Habló de forma despectiva. Natsu para nada se inmuto – Los rumores dicen mantienes cautiva a una jovencita como tu esclava, y viéndolo bien, veo que es verdad- sin duda, le había tocado un nervio.
-¿Qué fue... lo que dijiste? – Su tono se volvió oscuro, Erza y Wendy lo miraron de manera preocupada.
-¿Natsu-san?
-¡Oye, Ichiya! ¡Eso esta fuera de lugar! ¡Deja de decir calumnias sobre nuestros compañeros! - Le recriminó Erza.
-Yo sólo digo lo que veo, mi querida Erza – Dijo de forma cortante el pelinaranja, sin darse cuenta de la situación en la que se había metido –"¿Q-Qué...? ¿Qué es esta sensación?"- Vio su mano temblar, el sentimiento de terror invadiendo todo su ser.
Si fuera como antes, esas palabras no le habrían importado... No... Este no era el caso... Estaba acostumbrado a ser tachado: monstruo, demonio, asesino... Palabras duras hacia su persona, pero esta vez, era su compañera a quien señalaban, su aura volvió a prenderse, tenía el control, sin embargo, estaba realmente furioso.
Ichiya tragó duro, dándose cuenta de como lo miraba Natsu, Wendy y Erza más preocupadas que antes.
-¡Bien, dejemos que nuestros puños hablen! – Desafió Gray en un grito, haciendo que los trimens también se preparen, el hecho de tener a su líder, les daba el valor suficiente para batirse en duelo contra el mismísimo Demon.
La situación se les estaba yendo de las manos, si alguien no hacía algo para detenerlos, era seguro que un lado terminaría heridos o peor.
-¿Qué está sucediendo aquí? – Nuevamente, alguien intervino, una expresión severa en su rostro al ingresar al edificio.
Sus instintos de pelear se desvanecieron una vez que repararon en los tres individuos. Dos de ellos conocidos por el grupo de hadas.
-¿Lyon? – Para Gray eso fue una sorpresa, ver de nuevo su amigo, alguna vez enemigo y, al parecer, ahora aliado.
-Vaya, esto si que es una sorpresa, verte a ti y a tus amigos, Gray – Habló el albino. A su lado una pelirrosa, quién sonreía de forma burlona, sobre todo al fijarse en Lucy.
-Les recuerdo que nos hemos reunido para luchar contra Oración Seis.
-¿Quién es él? – Preguntó la rubia, refiriéndose al hombre de voz y aspecto imponente.
-Ese es Jura – Respondió Erza- Es el mago más poderoso dentro de Lamia Scale.
-Sí, y también es uno de los diez magos santos – Agregó Happy, quien había permanecido al margen de la situación.
Se acercó al centro, mientras era observado, paso de los magos de Blue Pegasus, le plantó cara al más serio del lugar.
-"Este hombre..." – Podía verlo, el aura del mago blindado, similar a una llama oscura- "
-Será mejor no perder el tiempo luchando entre nosotros y enfocarnos en nuestro objetivo ¿No lo cree? – Extendió su mano para saludarlo. Natsu lo miró fijamente, aquel hombre emanaba un aura poderosa, entendió que los rumores acerca del nuevo mago santo eran ciertos.
-Por fin- Vio en él la seriedad que esperaba encontrar al reunirse – Alguien que habla mi lengua – Estrechó su mano con fuerza, con un tono serio, pero que denotaba cordialidad.
- ¿Y de que lengua hablan estos dos? – Gray comentó.
-Es un gusto conocerlo al fin, Demon Natsu – Saludó Jura – Cazador, demonio y Dragón ¿Es verdad lo que dicen de usted? ¿Qué puede controlar varios tipos de magia? – Preguntó de manera curiosa, a la vez que soltaban sus manos.
-Ese tipo de información sólo se la doy a mis amigos- Respondió Natsu, mientras volteaba a ver a sus compañeros, estos sonrieron por la manera en que se refirió a ellos.
-Comprendo, discúlpeme por preguntar- Sonrió apagado, mientras se devolvía al resto de magos- Hay que dar comienzo a esta reunión, sin embargo...- Se fijó en cierto detalle- Aquí estamos tres gremios ¿En dónde están los miembros de Cait Shelter?
-No ha llegado aún- Informó Ichiya.
-¿No ha llegado? – Repitió un poco confundido.
-Sí, por lo que nos han informado, Cait Shelter sólo envían a uno de sus miembros.
- ¿Sólo a uno? – La sorpresa no tardó en esparcirse entre los magos.
En las cercanías, cierto individuo se encontraba corriendo, sus pasos eran tan rápidos que el viento mismo sentiría envidia. Una vez que atravesado grupo de árboles, visualizó el edificio, su expresión se relajó al fin.
- ¿Qué clase de monstruo será esa persona para venir sólo? – Preguntó Lucy, con cierto temor.
-¡Lo siento! – Gritó a la vez que entraba corriendo- S-Siento llegar tar!Kya! – Tan sólo unos pasos y se fue de cara a la alfombra, los magos por completo perplejos, observando a la jovencita que los había sorprendido con su entrada.
-Auch...
-¡!- Mientras la joven se levantaba, los ojos de una peliazul se abrieron por completo, comenzó a temblar, sus orbes cristalizándose lentamente.
- ¿Hm? – Natsu se dio cuenta, la expresión de la dragona era un mar de sentimientos.
- Disculpen por llegar tarde- Dijo, mientras hacía una pequeña reverencia. Cabello rosa amarrado en dos coletas, ojos azules, una linda jovencita vestida con una minifalda blanca y un top azul- Soy miembro de Cait Shelter, mi nombre es....
-¡Sherrya! – Gritó Wendy, haciendo que todos voltearan a verla. La joven pelirrosa se veía más sorprendida que ellos.
-Sí... Exacto jeje – Río nerviosa, mientras se acercaba al grupo, deteniéndose a un par de metros frente a la peliazul- Disculpa, tú eres... - La miró fijamente, como si intentara reconocerla.
Su apariencia, su voz, esa actitud un poco descuidada y alegre, casi no había cambiado, Wendy no pudo contener más sus lágrimas, no podía creerlo, después de mucho tiempo, estaba aquí frente a ella, su felicidad fue en aumento, se habría lanzado a abrazarla, sin embargo, la sonrisa de la pelirrosa la dejó helada
-Lo siento jeje.... ¿Nos hemos visto antes?
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