Capítulo 11: Dragón y reencuentro.



Gracias a su amiga Lucy, ciertos miembros del gremio más escandaloso del Reino de Fiore pudieron salir de vacaciones, ¿el destino? El sitió vacacional más famoso del Reino: Akame Resort; no se trataba de un simple hotel, sus instalaciones constaban de varios lujos, hotel, restaurantes, varios casinos, dentro de uno de estos últimos un parque de diversiones, por fuera no era la excepción, sus bellas playas rodeaban todo el lugar, no había sitio donde se pudiera mirar y no quedar encantado.

Habían llegado después de varias horas de viaje en tren, gracias a la pequeña dragona, Natsu pudo integrarse al grupo y no usar su ala negra como siempre lo hacía, apareciendo de la nada, y dejando una lluvia de plumas donde aterrizaba, algo que causaba mucho impacto a cualquier que lo viera.

-Bien, este es el lugar – Dijo emocionada Lucy.

-Fiiiuh- Silbó Gray.

-Waoh, es asombroso – Expresó Wendy, impresionada por el tremendo edificio en el que se alojarían.

-De nuevo, gracias por invitarnos, Lucy- Dijo Erza con una sonrisa – Estoy muy contenta de venir juntos.

-No tienen porqué agradecerme, somos compañeros – Dijo Lucy un poco ruborizada- Es lo menos que puedo hacer después de todo lo que hicieron por mí- Bajó la cabeza, sus amigos sonrieron, se trataba de su amiga, nunca la dejarían sola, a ninguno de su preciada familia.

-¿Qué te parece el lugar, Natsu? – Le preguntó la rubia, luego de que subió la mirada - ¿Te gusta?

-Muy ostentoso diría yo– Expresó estoico Natsu, mirando de abajó hacia arriba el edificio, analizándolo- La seguridad es ineficiente, la estructura poco firme, se me ocurren mil maneras de hacer que el edificio se venga abajo- Dijo como si fuera lo más normal del mundo, haciendo que se les resbale una gota a todos.

-Oe, oe. Esto es un hotel, no una fortaleza – Expresó Gray, un tanto extrañado con Natsu, después de conocerlo un tiempo, seguía sin acostumbrarse a su actitud apagada y un tanto sombría.

-Vamos, vamos, no es hora de discutir – Intervino Erza, poniéndose entre los dos.

- De acuerdo, si tú lo dices, Erza – Gray se adelantó a sus compañeros.

-Entonces entremos- Lo siguió Lucy, acompañado de Wendy.

-Natsu-san- Esta se volteó para llamarlo, haciendo que deje todo pensamiento hostil y camine detrás de ellos.

-¿Hm? – Se detuvo justo antes de cruzar la entrada.

-¿Qué sucede, Natsu? – Le preguntó Extrañada Erza, vio como el Slayer fijaba su vista hacia unos árboles.

-No es nada – Tan tranquilo como siempre, reanudó su camino – "Nos sigue desde que salimos de Magnolia ¿Eh?"-Un pensamiento desinteresado cruzó por su mente mientras se hacía camino hacia el lobby.

De entre los árboles...

-V-Volteó hacia aquí... Ha sentido la presencia de Juvia – Dijo cierta peliazul sonrojada, mientras algunos corazones flotaban a su alrededor.

Una vez dentro, la emoción de los magos fue en aumento, no podían dejar de admirar el lugar. Mientras Lucy hablaba con la recepcionista, sus compañeros la esperaron en un sillón, solo Natsu permaneció de pie, si no fuera por su yelmo, sus compañeros podrían ver como este observaba todo a su alrededor, era como si no pudiera bajar su guardia, simplemente, no conocía otra cosa que no fuera luchar o cazar.

-¿Por qué no te sientas, Natsu? – Preguntó Erza, a modo de invitación, haciendo un espacio para él.

-Estoy bien así- Respondió sin siquiera verla.

-Natsu-san –Habló Wendy, mientras se acercaba a él - ¿Le molesta algo? - Preguntó, estaba preocupada, el hecho de que Natsu haya aceptado venir era lo suficientemente extraño para hacerla sentir así. Aun si llevaba unos años conociéndolo, temía que haya algo que no le guste, que lo haga irse y no disfrute de tan bello lugar.

-Estoy bien, es sólo... - Bajó la mirada, pudo notar la preocupación en la expresión de Wendy – Es sólo que... Es la primera vez que estoy en un lugar como este – Fue sincero con la pequeña. Wendy, con la boca entre abierta, no pudo evitar ocultar su sorpresa.

-Entonces, ya somos dos, Natsu-san – Sonrió para él – Vamos a sentarnos con los demás – Lo tomó de la mano, Natsu se dejó guiar por la pequeña, unos ojos castaños fueron testigos de la escena, no pudo evitar sonreír, aunque no fuera ella con quien se abriera, era feliz al ver que el Slayer se estaba dejando llevar con por el ambiente, aunque fuera un poco.

-Listo, aquí están las llaves de las habitaciones – Dijo Lucy mientras se acercaba al grupo- Sólo hay un pequeño detalle – Su inocente comentario intrigó a sus compañeros.

- ¿Sucede algo malo, Lucy? – Preguntó Erza un tanto seria.

-No, es todo lo contrario. Nos han asignado habitaciones de primera clase- Eso hizo sonreír a todos.

-¡Qué bien! – Dijeron Gray y Happy emocionados.

-Sí, serán dos habitaciones. Nosotras compartiremos una y los chicos y happy compartirán la otra – Las palabras de Lucy hicieron que dos se tensaran, voltearon de manera robótica hacia el Slayer.

- ¿Hm? – Les dirigió una mirada confusa Natsu. Aunque para ellos, era como si hubieran asomado hacia un abismo, un abismo oscuro cuyo fondo sólo aguardaba horrores inimaginables.

- "¡Vamos a morir todos!"- No pudieron evitar entrar en pánico, mientras se abrazaban mutuamente.

Luego de acomodar sus cosas en las habitaciones, el grupo de hadas decidió bajar y desayunar en uno de los muchos restaurantes, la comida fue deliciosa, todos lo disfrutaron, incluso Natsu, aunque como siempre, comió con su armadura puesta, nada mal para alguien que se había hecho el difícil desde al principio.

Al terminar, se movieron a otro lugar, la mañana aun no terminaba, por lo que el sol invitaba a pasar el resto del día en la playa, jugaron, nadaron y rieron entre compañeros.

En la parte poco profunda, el grupo de hadas jugaba alegremente, pasándose una pelota de playa, cada chica lucía hermosa, vistiendo ropa adecuada para la ocasión; una pelirroja lucía increíble en su bikini color negro.

 Lucy no se quedaba atrás, usaba un traje de baño color blanco con estampados de flores.

 Mientras que la pequeña dragona vestía un traje de baño color verde.

Happy al ser un gato no le gustaba mucho el agua, por lo que prefirió jugar en la arena y comer un pescado, mientras que Gray, por alguna razón, se había quedado parado en una parte algo profunda.

-Gray ¿Qué haces ahí? Acércate – Lo llamó la pelirroja con una mano.

-Sí... En un momento – Contestó algo nervioso- "Demonios" – Maldijo en su interior, mientras giraba su cabeza a todos lados, como si estuviera buscando algo.

En la orilla, justo debajo de una sombrilla, cierto individuo se veía fuera de lugar, aquello que vestía no era nada adecuado para pasar el día en la playa, mucho menos para divertirse.

-Ese pervertido, seguro volvió a perder su ropa – Pensó aburrido el blindado, sentado en una pequeña silla, gracias a que si instalaron en una parte alejada, no recibía miradas extrañas, podía pasar el día en la orilla en total calma - Mm... Cómo lo pensé... - Vio a su alrededor – Se siente extraño- Se dijo así mismo, ver a los chicos divirtiéndose y verse sentado sin hacer nada le provocaba un sentimiento ajeno a su persona - ¿Hm? – Otra cosa llamó su atención, lo hizo girar sus ojos hacia un lado, una presencia oculta entre la maleza.

-Natsu – Antes de que pudiera levantarse, una de las chicas se le acercó- ¿Por qué no vienes y nadas un poco? – Preguntó Erza, invitando al sombrío Dragón.

-No – Negó casi de inmediato – Prefiero estar aquí – Seguía tan estoico como siempre, Wendy se sentó a su lado, las demás la siguieron, formando un círculo sobre la manta.

- ¿No crees que es un desperdicio? – Lucy preguntó- Digo, es un hermoso día y la playa también, deberías disfrutarlo un poco, Natsu – Comentó sonriente.

-Cada uno decide como pasar su día, no creo que importe si entro o no al agua – Fue el simple comentario del dragón, que apagó la sonrisa de la rubia.

-Natsu-san, tenga – Wendy ofreció una bebida al blindado. Después de desenroscarla, bebió hasta el fondo, todos descansaron y platicaron bajo la sombra, y por segunda vez, Natsu se puso en alerta.

-No es que me importe – Decidió decir algo para disimular- Pero ¿qué sucedió con ese tipo y el gato? -Preguntó a las magas.

-Ah, ellos... - Erza miró hacia el mar- Happy debe estar pescando en el muelle – Y efectivamente. El neko estaba ahí – Y Gray... Bueno él...

-Ya se los dije... - Voltearon apenas escucharon su voz, un pelinegro siendo detenido por personal del hotel- ¡No soy un exhibicionista! – Gritó, un guardia le arrojó una manta encima para cubrir su desnudes.

-Si, si, díselo al juez, pervertido – Dijo uno de los guardias para luego esposarlo. Con una gota en sus cienes, el resto de las hadas sólo pudieron ver como se lo llevaban.

-Pfuuu- Suspiró Lucy para luego ponerse pie – Bueno, iré a hablar con el personal para que suelten a Gray – Dijo con un tono cansado- ¿Puedes acompañarme, Erza?

- Sí, iré contigo – Confirmó la pelirroja – No tardaremos mucho – Dijo, mientras tronaba sus nudillos- luego de sacarlo hablare con ese idiota para que no vuelva a hacer algo así – Esa expresión enojada prometía más que un simple sermón, incluso Lucy tembló al suponer lo que le haría a su amigo.

-Natsu-san – Lo llamó, una vez que se quedaron solos - ¿sucede algo?

-...-No respondió, miraba perdidamente hacia el mar, no había nada, sólo la leve brisa marina chocando contra su yelmo- Es como sí... No, no es posible, nunca he estado... - Comenzó a murmurar.

- ¿Natsu-san? – Volvió a llamarlo, haciéndolo reaccionar.

- ¿Eh?... – La miró confundido- No... No es nada – Al fin respondió.

- ¿Esta seguro? – Insistió Wendy– Se ve un poco extraño.

- ¿Extraño? – Vio algo de preocupación en los ojos de la pequeña.

-S-Si- Afirmó, aunque algo cohibida – Es como si algo lo preocupara – Bajó la mirada – Natsu-san... De verdad lo siento.

- ¿Hm? ¿Por qué te estas disculpando? – Preguntó confundido, ella apartó la mirada apenas hizo contacto visual.

-Yo... Lo hice venir a este viaje... A pesar de que sé que tiene cosas más importantes que hacer – Dijo con pena, no se atrevía a mostrarle su rostro – Y sobre todo, parece que está intentando contenerse... Entiendo que este enojado, así que si es eso yo... ¿Hm? – Calló, cuando una mano se posó en su cabeza, él siempre la sorprendía de esa manera.

-Detente- Le dijo serio – No estoy enojado, simplemente... -Hizo que lo mirara a los ojos, esa mirada inocente, no había cambiado nada, a pesar de todo lo que había pasado, ella siempre lo sorprendía, aunque no lo demostrara- Como dije antes, estoy un poco abrumado- Hizo que la pequeña abriera sus ojos con sorpresa – Tanta paz... Es extraño para mí. Lo siento si hice que te preocuparas – Desde que llegaron al continente, Natsu nunca dejaba de sorprenderla. Poco a poco estaba cambiando, aun se preguntaba qué lo estaba causando, pero le gustaba, esta nueva faceta del Slayer.

-Entonces es eso.

-Si, es eso – Afirmó Natsu – Así que no te preocupes y divierte con los demás, yo estoy bien – Dijo, logrando apaciguar la expresión de la dragona.

- Hai – Ella sonrió contenta, un ligero sonrojo adornaba sus mejillas.

- "No puedo seguir preocupándola"- Pensó Natsu, mientras retiraba su mano de Wendy- "Tal vez... Tal vez sólo un poco estará bien... Relajarse ¿eh?"- Dejo de darle vueltas al asunto, aunque ocultarle algunas cosas a su compañera era algo común en su persona, no pudo evitar sentirse extraño al decirle que todo estaba bien, era como una punzada al pecho.

Luego de un rato los demás se reunieron con ellos, fue un día agradable que pronto terminó, los primeros rayos naranjas se hicieron presentes, las hadas regresaron al hotel... Aquella presencia oculta hizo su camino entre la vegetación que rodeaba aquella zona.

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Comenzó como un sueño, luego la oscuridad misma, sentía su cuerpo sumergirse en un vacío, para luego despertar en otro lugar.

--¡Muévanse! ¡Trabajen más rápido, mocosos! – Gritos en la parte trasera de la fila. El sonido de un látigo balanceándose.

En este lugar no había espacio para la inocencia ni el llanto, sólo prolongarían más su dolor. En esa torre construida por quien sabe quién, guardias y magos de aspecto siniestro por donde sea que miraran, extrañas y bizarras criaturas, seis patas, enormes mandíbulas por cabeza, los sabuesos y guardianes de esas pobres almas.

-Uhgm – Se quejó al caer, una pequeña castaña, varios raspones en brazos y piernas, y suciedad sobre sus facciones felinas.

-Millianna- Se acercó a ella una pequeña pelirroja, intentó hacer que se levante – Arriba – Le pidió desesperada, volteó a ver por ratos, el guardia seguía ocupado con los de atrás.

-N-No... No puedo – Sus brazos y piernas temblaban, sí alguien las veía no pasarían de este día. Era lo mismo, los "problemáticos eran severamente castigados y los no aptos eran llevados para jamás ser visto.

- ¡¿Qué está pasando ahí adelante?! – Gritó uno de los guardias, acercándose a las dos niñas, los demás infantes siguieron su camino, esforzándose para no ser los próximos.

-Hmm - Apretó los labios, mientras pensaba qué es lo que haría. No le tomó ni un segundo.

- ¿Erza? – Vio confundida como su amiga, su hermana, se paraba frente a ella.

-Tranquila – Le dijo sin voltear a verla, sus manos temblaban mientras apretaba una piedra- Te daré algo de tiempo, así que apresúrate a recuperarte.

- Erza... ¿Qué vas a...?

- ¡Ustedes! ¡¿Qué están hacAah?! – Una piedra le dio justo entre los ojos.

- ¡No seguiré trabajando! ¡Regresaré a casa, así que terminen su torre ustedes mismos! – Se armó de valor, corrió lo más rápido que pudo, aunque sabía que era inútil. Tan sólo avanzó unos metros entre las rocas y el collar en su cuello hizo su trabajo - ¡Kyahh! – Cayó al instante. Fue presa del dolor, una fuerte descarga sacudió todo su cuerpo.

- ¡Maldita! – Se acercó a ella, mientras limpiaba la sangre de su frente -Ahora veras, mocosa – La amenazó con su espada, sólo para ser detenido por otro guardia.

- Espera – Le ordenó.

- ¿Por qué debería?... Ella va a pagar grrr – Gruñó, quejándose de la herida que le había provocado la pequeña pelirroja.

-Tú no decides eso, además... -Miró a la niña, esta resistía los choques eléctricos, esa mirada furiosa en vez de miedo – Tenemos ordenes, ella será la segunda – Dijo, mientras sonreía de forma siniestra.

-E-Erza- Una castaña miró conmocionada como se llevaban a la pelirroja. Hacia uno de los muchos pasajes. Lo último que vio fueron las expresiones asustadas de sus "hermanos", sólo oscuridad le aguardaba a la niña, que más tarde desapareció gracias a las llamas.

- ¡¿Eh?! – Abrió sus ojos de golpe, ni calabozo ni oscuridad, sólo el sol anunciando su descenso – Debo haberme dormida – Se dijo a si misma, mientras se levantaba del camastro, el balcón proporcionaba una bella vista al mar, fue suficiente, volvió al interior de su cuarto.

No pudo evitar verse en el espejo, una pequeña expresión de vanidad, no era lo suyo, reequipó su armadura antes que otra cosa – Me siento más segura así.

-Erza – Lucy llamó antes de abrir la puerta.

- ¿Qué sucede, Lucy? – Preguntó, a esa rubia luciendo un vestido rojo.

-Los demás están abajo esperando, incluso Natsu. Iremos al casino.

- ¿En serio? – Preguntó sorprendida - ¿De verdad irá Natsu?

-Verdad que es increíble, eso fue lo que me dijo Wendy – Confirmó con una sonrisa.

-Bien, entonces me daré prisa- No perdió nada de tiempo. Volvió a emplear su magia, un vestido color purpura con estampados de rosas se amoldo a su figura - ¿Qué tal me veo? ¿Apropiado? – Preguntó confiada.

-Tal vez demasiado – Dijo nerviosa Lucy, aunque no podía negar que su amiga se veía increíblemente bien.

-Eso piensas – Se vio a si misma- Bueno, no hagamos esperar a los muchachos– Dijo para luego acercarse a la rubia, hecho una última mirada al espejo – "Me pregunto si a él le gustara... No, no, Natsu es Natsu, aunque me gustaría que..." -Sus mejillas adquirieron un tono rosa. Una noche inolvidable estaba a punto de empezar.

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-Oh, ahí están – Habló Gray, viendo a sus compañeras bajar por las escaleras.

-Gracias por esperarnos – Dijo la rubia.

-Mmmuh... Se tardaron mucho... - Happy devoraba un pescado – Estoy muy hambriento, así que apresuremos.

- ¡Pero si tú ya estas comiendo! – Exclamó Lucy.

- ¿Dónde están los demás? – Preguntó Erza, viendo que faltaban dos de ellos.

-Mmm... Como se tardaron un poco creo que ellos ya...

-Aquí estamos- Caminó hacia ellos Wendy, luciendo muy linda en un vestido blanco con algunos adornos, principalmente, dos moños rojos en su cuello y a un costado de su cintura.

Detrás de ella, todos miraron al Slayer, acercándose a paso lento, dos manos en sus bolsillos, lo que causó una gran sorpresa fue el traje negro algo formal reemplazando su gastada armadura, aunque seguía ocultando su rostro debajo de su yelmo.

-Tardar en arreglarse es un privilegió que sólo las mujeres pueden permitirse – Dijo Natsu, mientras se paraba frente a ellos – Pero no es bueno abusar – Recalcó, su mirada iba dirigida a una de ellas. Lucy se encogió de hombros, rió un poco apenada.

Erza no pudo evitar reírse un poco, al verlo ahí junto a ellos, y sobre todo, hablando un poco más de los normal.

-Entonces no perdamos tiempo y vayamos a divertirnos un rato – Dijo la pelirroja, recibiendo una mirada de confirmación por parte de todos.

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No les tomó nada organizarse, luego de llegar al casino, las hadas se dividieron en grupos. Erza y Lucy tomaron asiento en una de las mesas de poker, las dos estaban entusiasmadas, puesto que la primera estaba teniendo una racha ganadora, Wendy las observaba a un lado, mientras disfrutaba de una bebida, después de todo, estaba prohibido que los menores de edad participaran en estos juegos. Happy volaba por ahí comiendo todo lo que podía, siempre y cuando fuera pescado.

Mientras tanto, en otra gran habitación del casino, Gray probaba su suerte en otro juego, se trataba de un juego del tiro al blanco, donde esferas de muchos colores flotaban encima de él. Gray sostenía un rifle de madera todo confiado, puesto que estaba acertando a todos los blancos, cierto mago, de brazos cruzados, los observaba a la distancia.

- ¡Bien! – Declaró contento, los números proyectados con magia mostraban su resultado: 20/15. Un premio considerable le sería entregado, de acuerdo a la cantidad de tiros empleados y objetivos acertados.

-...- Natsu suspiró, mostrándose aburrido.

- ¿Qué? – Gray se volteó hacia él, un tanto picado con su actitud.

-Nada – Contestó Natsu – Es sólo que usaste demasiados tiros- Dijo lo obvio.

- ¿Ah? ¿Qué acaso estas ciego? – Preguntó mientras señalaba el marcador- Fueron 20 blancos, tenía que hacer 20 disparos por supuesto.

-Es por eso que lo digo, fueron demasiados tiros – Recalcó Natsu, Gray se acercó a él, con una sonrisa y una vena saltada en su frente.

-Entonces por que no vas y me muestras cómo se hace – Le ofreció el rifle, Natsu bajó la mirada para observar el arma y luego la devolvió al rostro del pelinegro.

-De acuerdo- Tomó el rifle – Si insistes – Se acercó al centro de la plataforma, uno de los asistentes lo detuvo antes de que presionara el botón de inicio.

-Lo siento, señor, pero si no se quita el casco no puedo permitirle iniciar el jue... ¿Eh? – Se asustó, cuando Natsu le dirigió una mirada vacía, o eso daba a entender por la forma en que acercó su rostro.

- ¿Por qué? – Preguntó serio, una voz que cualquiera que no lo conociera diría que estaba a punto de asesinar a alguien.

-S-Son... Políticas del casino... - Pudo formular, aunque con miedo – No podemos permitir que alguien que cubre su rostro participe... Esperó que lo comprenda... Señor – Dijo para después tragar duro, la mirada de Natsu era tan temible como siempre. Suspiró cansado, no era la primera vez que le ocurría algo así.

-Hacer una escena en un lugar publico -Una voz llamó la atención tanto de los dos magos – Oh, chico, eso no está nada bien – Habló de forma educada, un hombre de facciones cubicas, vistiendo un traje elegante, así como la manera en la que estaba sentado.

- ¿Quién eres? - Preguntó Natsu. No lo había notado hasta ahora. No era su apariencia lo que le causó intriga, sino el olor que despedía aquel sujeto.

- ¡Agh! – Gray se quejó, cuando fue estampado contra la pared, varios cubos rodeaban sus muñecas.

-Pero qué... ¿Uhm? – Regresó con el desconocido cuando escuchó un arma ser cargada.

-Oh chico, debes saber que la armadura no hace al caballero- Lo apuntó entre los ojos. Natsu quedo paralizado, cuando la sala quedó en total oscuridad, sus sentidos se habían apagado, aun con esto, el desconocido podía verlo claramente – Los modales lo son todo, ¿lo captas, chico? – Dijo para después disparar, el sonido de varios tiros atravesando el metal, como si se tratara de un fusilamiento, por último, el cuerpo pesado del Slayer.

-M-Maldi... ción... Grr – Gruño bajo Gray, sintiendo como lentamente perdía la consciencia.

Mientras tanto con las chicas...

- ¡Wendy! ¡Erza! – Gritó desde el suelo Lucy, su cuerpo siendo retenido por una especie de cuerda. Sólo podía ver como el grupo rodeaba a sus compañeras. Un rubio de piel oscura cargó a inconsciente Wendy, mientras que un hombre fornido con mandíbula de metal, levantaba a la pelirroja.

-S-Sho... Simón- Habló débil Erza, no podía creerlo, no después de tantos años -¿Qué están haciendo aquí?

-Hola, Nee-san – Saludó el rubio – Lamento que nuestro reencuentro fuera de esta manera, pero no tenemos opción, debemos llevarte a ti y a tu amiga.

-¿Eh? – Abrió los ojos con sorpresa – ¿De qué están hablando? Dejen ir a mis amigos.

-Me temo que no pude ser así, tenemos ordenes – Declaró el hombre que la cargaba.

- ¿Ordenes? Simón, ¿de qué se trata esto? ¿Quién les ordeno hacer esto?

-Nyahaha- Rió mientras se revelaba, una castaña con facciones felinas, llevando a Happy entre sus brazos –Hola Erza-nee. Lo siento, pero no podemos contarte eso, si quieres saberlo tendrás que venir con nosotros.

-Mi... ¿Millianna? – Otro rostro conocido para la pelirroja, Lucy estaba más sorprendida que ella.

-Erza ¿Los conoces?... ¿Por qué te llaman hermana?

Apretó los labios, su mirada se tornó triste al visualizar a todos sus captores.

-No son mis hermanos... Ellos eran mis amigos – Reveló, conmocionando la expresión de la rubia.

- ¿Amigos?... Pensé que pertenecías al gremio desde niña, ¿cómo es posible?

-Eso fue hace bastante tiempo, ahora ellos...

-Basta de charla – Interrumpió Simón – Ahora vendrás con nosotros, de regreso a la Torre del paraíso.

- "¿La torre del paraíso?" – Otra cosa que la impacto severamente- "Así que... ¿Volvieron a construir esa cosa?" – Recordó el dolor y sufrimiento que vivió en ese lugar. Ahora, reviviría su pasado, su expresión se tornó desesperada cuando se fijó en Wendy, ella iría a ese lugar, ese infierno que no le desearía a nadie, mucho menos a sus preciados compañeros.

- Por favor, Simón... Sí quieres llevarme hazlo, pero déjala ir... Deja ir a Wendy – Rogó. El hombre del turbante ni siquiera le hizo caso.

-Es hora de irnos, ¿dónde esta Wally? - Preguntó, recibiendo la mirada del rubio.

-No debe tardar, ya debe haber eliminado a los amigos de Erza - Respondió Sho, dejando en pánico las expresiones de Erza y Lucy.

-"No es posible... Natu y Gray no pueden estar..." ¿Eh?

Todos se sorprendieron, cuando la pared tras de ellos se hizo pedazos, alguien la había atravesado, voló entre ellos hasta encontrar su fin en la mesa de poker.

-Wa... ¿Wally? – Habló en pánico Millianna, miró a su compañero muy malherido.

-C-Có... ¿C-Cómo es que estas de pie?... No... ¡¿Cómo es que sigues con vida?! – Gritó, intentando permanecer consciente. Dirigieron su mirada a la misma dirección que la de Wally. Aquella sombra saliendo de la cortina de polvo.

-Tú... - Su tono de voz hizo a los captores tensarse, torcer sus expresiones en miedo, mientras que los ojos de Erza y Lucy brillaron con esperanza.

- Natsu- Dijo Erza, este se reveló, vistiendo su armadura habitual, no se veía para nada contento, un aura oscura era prueba de ello.

– No vuelvas a hacer eso – Reclamó Natsu, mientras apuntaba a Wally, después, con su mano abierta, golpeó repetidas veces un lado de su cabeza, fragmentos de metralla salieron por una de las aperturas del yelmo – El sonido del rebote es horrible. Espero que estés preparado para las consecuencias- Advirtió con un tono vacío, provocando terror entre los compañeros de Wally, estos sudaron frío, querían hacer esto lo más rápido y discreto posible para no encontrarse con él; el Demon de las hadas.


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Hasta aquí el capítulo.

Hasta que volví a actualizar esta historia, me siento mal por las otras, sobre todo por "Sangre de Dragón", dije que la iba a actualizar primero que nada, pero es difícil recuperarse del golpe de perder lo que ya tenía escrito, espero que los que la siguen lo comprendan.

Fueron menos palabras que el capítulo anterior, pero si no lo dividía, este arco iba va a tomar sólo un capitulo, así que no tardare mucho y subiré seguido esta historia, ya quiero llegar a cierta parte, je. Sobre todo cuando llegue a la saga de los juegos mágicos, pienso desarrollar la historia lo mejor posible para llegar hasta esa parte sin ningún problema je.

Gracias por leer.

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