Capítulo 79: El dios supremo
-¡Vamos..., Vamos, vamoooos!-. Mello empujaba a Jealous.
-¡Tranquilo muchacho, si igualmente vamos a tardar mucho en llegar a donde se encuentra el dios supremo!-. Dijo Jealous.
-¡Ah!-. Mello dejó de empujarle. -Eres imposible, ¡Paso!-. Dijo Mello.
-Vamos, ve tú al final si es tan fácil-. Dijo Jealous, quejándose.
-¡De acuerdo, ahora mismo lo hago, listo!-. Dijo Mello, y le sacó la lengua, burlón.
-¡VEN AQUÍ QUE TE PEGUE!-. Gritó Jealous.
-¡UAH!-. Mello se fue corriendo, cruzando el camino de la serpiente, se fue bastante lejos.
-Volverá-. Dijo Jealous, sonriendo.
Mello volvió, corriendo hacia atrás, pero mirando hacia adelante.
-¡Es que así no puedo, jaja!-. Se rió Mello.
-Anda, ve a buscar un avión-. Dijo Jealous sonriendo.
-¡Vale!-. Mello se fue corriendo, avanzando un montón.
-¡Pero si no sabes donde están!-. Dijo Jealous. -Aix..., Este chico me va a matar..., ¡Ah no, si ya lo ha hecho!-. Dijo Jealous.
Mello volvió, corriendo hacia atrás, mirando hacia adelante.
-¿¡Dónde están los aviones!?-. Preguntó, sonriendo.
-Al final del camino-. Dijo Jealous, sonriendo, bromista.
-¡Bien, voy!-. Mello fue a buscar una avión al final del camino, para ir al paraíso.
-Volverá, estoy seguro-. Dijo Jealous sonriente.
Mello volvió, corriendo hacia atrás, mirando hacia adelante.
Cogió a Bubble y a Gregory.
-¡Uuh ah ah!-. Gritó el mono.
-¡Cuidado, que mi piel es sensible!-. Dijo Gregory.
-¡Dame la mano, que sé como viajar!-. Dijo Mello.
-¿¡Qué estás diciendo!?-. Preguntó Jealous, y Mello le dio la mano. Se puso dos dedos en la frente, como pudo, y desapareció.
-¿¡Podré ir al cielo!?, ¡Genial!-. Dijo un alma, ya que no tenía su cuerpo. Solo los privilegiados como Mello que viven en el paraíso pueden conservar su cuerpo.
Mello apareció junto con Jealous, Bubble y Gregory.
-¡Oh vaya, eres tú Mello!-. Dijo el rey Yamma, sonriente, gigante como siempre.
-¡Hola!-. Mello sonrió. -Escucha, por casualidad..., ¿No habrá pasado un tal Célula por aquí verdad?-. Preguntó Mello curioso.
-Mmm..., Déjame que mire..., Célula, Célula, Célula..., Mmmm-. Miraba en su libro. -¡Pues si, aquí está Célula, directo al infierno!-. Mello sonrió.
-¡Genial!-. Dijo Mello sonriente.
¡Vaya Jealous!, ¿¡Qué te ha pasado!?-. Preguntó Yamma.
-Este idiota..., Me ha matado-. Dijo Jealous, Yamma lo preguntaba por su aureola. -¡Espera!, ¿¡Tú no deberías saber que estoy muerto!?-. Preguntó confuso.
-Ehhhhhhhhhhhhhh.....-. Yamma rodó los ojos. -Que repelente...-. Dijo.
-¿¡CÓMO!?-. Preguntó Jealous.
Un recepcionista se acercó.
-¿Qué queréis?-. Preguntó.
-¡Queremos ver al dios supremo!-. Dijo Mello sonriente.
-Vaya, privilegiados que conservan sus cuerpos-. Sonrió. -Hm..., Vamos, seguidme, por aquí-. Les hizo pasar por un pasillo, y subieron a un avión.
Mello miraba el avión, sonriente.
-Nunca he ido en avión-. Dio Melo.
-Si que has ido, si-. Dijo Jealous.
-¿Eh?-. Preguntó Mello confuso.
-¡Mira, ahí está el paraíso!-. Dijo Jealous, y Mello alucinó, era grande, pero te lo podías rodear en diez minutos o así.
-¡Que bonitoooooo!-. Dijo Mello, sonriendo.
Aterrizaron, y bajaron de la avión, y pararon a ver una mansión blanca y gigante.
-Aquí está el dios supremo..., ¡POR FAVOR!, ¡Háblale con respeto!-. Dijo Jealous.
-¿¡Pero qué insinúas!?, ¡Yo hablo a todo el mundo con respeto!-. Dijo Mello.
-¡ÉL NO ES TODO EL MUNDO!-. Gritó Jealous.
-¡Vale vale!-. Mello se echó hacia atrás. -Mmm, ¿Cómo le llamo?-.
-¡Majestad!-. Dijo Jealous.
-¿Si?-. Preguntó un viejo de enorme y larga cabellera, con una guitarra eléctrica atada en la espalda.
-¡AYYY, MAJESTAAAD!-. Jealous se arrodilló. -¡Mil gracias por dejarnos pisar sus tierras!-. Dijo Jealous.
-¿Mm?-. Mello miró al "rey". -Pero si es un viejo borracho-. Dijo Mello, confundido, y Jealous le azotó. -¡AY AY AY AY!-. Mello se frotó la cabeza.
-¿Venís para el torneo de artes marciales?-. Preguntó el Dios, y Mello sonrió.
-¡Si!-. Dijo.
-No te confíes mucho Mello-. Dijo Jealous.
-¿Mm?-. Preguntó Mello.
-Mira a tu alrededor-. Dijo Jealus, y Mello lo hizo. Vio a un montón de luchadores de diferentes razas, entrenando. -Esas personas llevarán un siglo entrenando-.
-¡Vaya, serán más fuertes que yo!-. Dijo Mello.
-No lo dudes-. Jealous miró detrás suyo.
-¡OH NO, VOSOTROS!-. Gritó Jealous, enfurecido.
-¡NO PUEDE SER!-. Mello sonrió, y vio a Ryuk, Rem, y Shidoh. -¡JAJA!-. Mello se puso a bailar con ellos, feliz, contento de ver a gente de su infancia. -¿¡Qué hacéis aquí!?-. Preguntó Mello sonriente.
-Nosotros también somos shinigamis como Jealous, ¿¡No te acuerdas!?-. Preguntó Shidoh.
-¡Ya!, ¿¡Y qué!?-. Preguntó Mello confundido.
-Cada shinigami es el rey de una galaxia. Y también es casualidad que nosotros fuéramos enviados al planeta tierra para servir a los humanos-. Explicó Ryuk.
-Cada uno tiene un planeta como el que tiene Jealous-. Dijo Rem.
-¡Tenía!-. Corrigió Mello.
-¡¡HHHHM!!-. Jealous se quejó.
-Estamos aquí porque nosotros tenemos campeones que lucharán en el torneo representando nuestra galaxia-. Concluyó Shidoh.
-Entiendo-. Dijo Mello.
-¡Espera!-. Ryuk miró a Jealous. -¡JAJAJAJAJA, ESTÁS MUERTO, JAJAJAJA!-. Ryuk se partió de la risa.
-¡MMM, CALLA!-. Gritó Jealous, y Mello comenzó a reírse también.
-¡JAJAJA!-. Shidoh también se rió, Rem estaba seria, como siempre.
-Señor-. Dijo el campeón de Shidoh, que se acercó a él. -He terminado mi entrenamiento-. Mello miró a su campeón. Era un tipo más alto que él, verde, con los labios rosas y gruesos. Llevaba un gorro muy muy alto, marrón, enrollado con una venda blanco. Una camiseta de manga larga de color malva, y un kimono de manga corta blanca.
-Hm-. Mello sonrió, notó que era demasiado fuerte.
-Mi campeón ganará a Mello, tenlo seguro, Jealous-. Dijo Shidoh, y Jealous se cruzó de brazos.
-Yo no estaría tan seguro-. Dijo Jealous, seguro de si mismo.
-Pero si me dijiste que a lo mejor no ganaba-. Dijo Mello.
-¡CALLAAA!-. Gritó Jealous, asustando a Mello.
-¿Quiénes son vuestros campeones?-. Preguntó Mello.
-Están entrenando juntos-. Dijo Rem.
El rey se acercó a Shidoh.
-Paikuhan-. Dijo, y el campeón de Shidoh, le miró.
-¿Si su majestad?-. Preguntó.
-Ve al infierno. Un tal Célula se ha aliado con Shinigami, y están liándola en el infierno-. Dijo el rey, sorprendiendo a Mello.
-Ahora mismo voy-. Dijo Paikuhan, y se fue volando.
-¡NO, ESPÉRAME!-. Mello se fue volando.
-¡NO TE LO ORDENARON!-. Dijo Jealous.
-Déjalo, cuántos más mejor-. Dijo el rey, sonriente.
Mello seguía a Paikuhan.
-No he pedido tu ayuda-. Dijo Paikuhan.
-He luchado antes con ellos.., Hazme caso que cuánto antes mejor-. Dijo Mello, y Paikuhan rodó los ojos.
-¿¡QUIÉN MANDA AQUÍ!?-. Preguntó Célula, y el demonio tragó saliva.
-¡C-CÉLULA!-. Dijo, y Célula sonrió.
-¡Así me gusta!-. Dijo.
-¡Hm!-. Shinigami sonrió, y el padre del rey shinigami también sonrió.
También estaban junto a las fuerzas especiales Ginyu, menos él, ya que seguía vivo, convertido en rana.
Paikuhan y Mello llegaron.
-¡Célula, Shinigami!-. Dijeron Mello. -¡Se os acabaron las tonterías!-. Dijo sonriente, y se transformó en superberserk dai ni dankai.
-¡YAAAAH!-. Jeice, de las fuerzas especiales Ginyu fue a pegarle, y Mello le tiró de un solo puñetazo.
Paikuhan se dirigió a por Shinigami.
-¡NO, ESPERA!-. Dijo Mello, y Paikuhan acabó con Shinigami de un puñetazo. -¿¡C-CÓMO!?-.
-¡AHHH!-. Shinigami salió disparado.
Paikuhan lanzó a su padre de un puñetazo.
-¡AHORA LUCHARÁS CON ALGUIEN FUERTE DE VERDAD!-. Dijo Célula, y le lanzó una ráfaga ki que Paikuhan esquivó, y le metió una patada a Célula en su barbilla, acabando con él.
-¡A-AH!-. Mello se sorprendió, y miró a Paikuhan. Después de salir del trance, sonrió.
-¡Hm!-. Mello sonrió. -¡Espero no tener que enfrentarme a él!-.
Mello, en el cielo, participará en un torneo contra Paikuhan, que ha demostrado ser demasiado fuerte...
¿Conseguirá ganarle en el torneo?...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top