Capítulo 16: Partida.

Al llegar a la cueva permanecieron un momento afuera, no era que no quisieran entrar si no que no querían encarar a Deo por el momento. Sabían que conociéndolo querría aniquilar a ese lobo con sus propias manos, y decirle que ya lo habían hecho se iba a desatar su ira, y ver a Deo enojado no era opción; ver a ninguno de ellos enojado no era para nada una opción.

—Debemos entrar —Bastiaan rompió el silencio, Athan y Keira lo voltearon a ver sin expresión concreta.—, de seguro ya está despierto y lo mejor será decirle ahora o...

—Debo decir...—el alma casi se les escapa a los tres, pegaron un brinco debido al susto tan grande que les había proporcionado Deo. Estaba recargado en la entrada de la cueva con los brazos cruzados y el torso descubierto. Los tres lo vieron aún recuperando el color por el susto.—...que agradezco que hayan querido poner el orden y todo eso pero ¿podrian haberme esperado, no creen? Digo para que les hubiera dicho quien fue y se hubieran evitado tantas molestias y Keira no tuviera eso en su cuello.

—Todavía estabas mal, no era seguro que fueras para no lastimarte más.—Keira salvó la conversación. Con esa respuesta de manera concreta y suave por parte de ella calmó a Deo y a los otros dos que tenían su alma casi por salirse de su cuerpo.

—De acuerdo.—dijo Deo sonriendo y acercándose a ella.—¿Lo encontraste, verdad?

—Sí, no fue difícil como pensé que sería.—sonrió triunfante. Deo la miró no muy convencido sabía que esos dos, o como solía decirles todo el tiempo "par de idiotas con alas" no habían estado con ella y seguramente estuvo alguien más.

—Si eso es verdad entonces ¿por qué tienes eso en tu cuello?—con eso dejó callada a Keira, comprendió que no era el momento de recriminar a ninguno de los tres.

Keira bajó la mirada apenada de su lesión, se dio cuenta que Deo tenía el torso desnudo y que su herida ya más bien parecía una leve señal de cicatriz, solamente unas marcas rojas de lo que sería un raguño.

—Ya no tienes marca alguna.—dijo con demasiada sorpresa a su parecer.

—No, ya no.— rozó el área afectada con la yema de sus dedos deslindándola un poco.—Gracias por ayudar. —Keira sonrió.— Ahora es mejor que entremos porque esos dos están que se mueren.

Keira asintió riendo, Deo se encaminó a la cueva desapareciendo en ella. Keira volteó a ver a ambos dragones que estaban a unos pasos de ella con una mirada de confusión en vez de alarma como pensaba que los encontraría.

—¿Están bien? —preguntó ahogando una risa al ver su expresión.

—Mil respetos para ti. —dijo Bastiaan mirándola con sorpresa. —Lograste calmarlo muy rápido. Te admiro.

—Sólo hable como normalmente lo hago, no hice nada especial. —contestó con una risa nerviosa pasando su mano por su cabello.

—Pues funcionó. —habló Athan mirándola con una sonrisa.

Bastiaan los vio a ambos y entendió que era un estorbo ahí, así que caminó entrando en su cueva dejándolos solos.

Keira estaba nerviosa, por primera vez se sentía nerviosa al estar a solas con él. Pensó que era por el comentario de Bastiaan hace un momento así que lo tomó así. Athan se acercó a ella poniendo su mano en su cabeza acariciándola.

—Ya pasó todo, no tienes porque estar nerviosa. —le dijo con una sonrisa que calmó a Keira. Ahora que lo veía mejor, su sonrisa era tierna y pacífica, una sonrisa que no había visto jamás en su vida.

—Gracias, Athan. —le correspondió la sonrisa. Ahora Athan tenía el mismo sentimiento que ella, ver su sonrisa tierna y tranquila lo hacía sentir extraño pero de una manera linda.

Ambos entraron a la cueva bajando las escaleras llegando junto al pozo que Bastiaan estaba viendo fijamente con seriedad. Athan intuyó que algo estaba mal, Luna se acercó a Keira para alejarla de ellos.

—Venga conmigo, debe comer algo. —le dijo con una sonrisa confiable. Keira se extrañó porque lo pidió de repente y aparte por el ambiente tan tenso que se había formado. A pesar de que era extraño decidió ir con ella, quería alejarse de ese ambiente y también tenía hambre así que era bueno.

La siguió volteando a ver a Athan preocupada, él la vio y sólo sonrió dándole a Keira confianza, aunque ese presentimiento de ansiedad. Siguió a Luna a la parte de atrás de la cueva donde había una parte más grande del lago siendo iluminada por la Tanzanita.

—No se preocupe, todo está bien entre ellos. —dijo Luna dándole a Keira una charola con comida mientras ella se sentaba en una piedra cerca del lago. —A veces se portan así y luego vuelven a la normalidad.

—Suena como si todo el tiempo fuera así. —soltó una pequeña risa llevando un bocado de arroz blanco llevándolo a su boca.

—No todo el tiempo. —contestó sentándose a un lado de ella. Pasó una mano por su largo cabello azul pensativa. —Aunque, es la primera vez que veo al señor Athan tan preocupado.

—¿Enserio? —no se lo creía. Había conocido a un Athan centrado y burlón, que era imposible imaginarse a un Athan preocupado.

—Sí. —la miró. —Es por usted, desde que la trajo pude notar su preocupación por mantenerla a salvo. Incluso el señor Deo y mi señor lo han notado.

—Creo que es por obligación. Soy extraña y le he ayudado en varias ocasiones por una habilidad extraña. No creo que sea por mi. —de nuevo se sintió nerviosa. Le era imposible pensar siquiera en eso.

—De acuerdo, por favor disfrute su comida. —sonrió. Prefirió no tocar el tema de nuevo, en algún momento de iba a dar cuenta de lo que en verdad veía en Athan.

Mientras, en el pozo Athan estaba preocupado dando vueltas de un lado a otro ante la mirada de Deo y Bastiaan. Ya iba por la vuelta diez que parecía que le iba a hacer un hoyo en el piso de roca.

—¡Ya para! —gritó Deo mirándolo estresado. —Me estas desesperando, parece que te golpeó duro la noticia.

—Perdón. —se disculpó Athan alzando los hombros. —¿Cuándo vendrán?

—Tal vez en dos días —dijo Bastiaan viendo hacia el pozo. Levantó la mirada mirando a ambos chicos mirándolo nerviosos —. Aunque conociendo a Eldan, lo más probable es que sea esta noche.

—Maldito. —dijo Athan entre dientes apretando sus puños.

—Que fastidio. —comentó Deo suspirando. —Será mejor que se vallan ya, para cuando lleguen no los puedan localizar.

—Tienes razón. —volteó a ver a Bastiaan preocupado. —¿Estarás bien?

—Tranquilo. —contestó con un ademán de manos. —Si no te huelen por aquí no me harán nada, además puedo hacerles daño al igual que tú.

—Mucha razón.

—Será mejor que también vallas a casa, Deo. Sí te encuentran aquí sabrán que los estuviste ayudando y te lastimarán. —a veces Bastiaan se comportaba como una madre con Deo, al ser el pequeño de todos así lo trataban pero así era la familia.

—Ya entendí, ya entendí. Me iré.

—Irás con nosotros.

Deo se sorprendió, en parte lo esperaba pero en parte se extrañaba de que lo aceptara en su viaje. Debía de estar muy desesperado como para necesitar de él para cuidarla.

—De acuerdo. —dijo con respeto pero más que nada sorpresa. Bastiaan estaba igual de sorprendido o más pero optó por no decir palabra alguna.

«¿Por qué me aceptas en tu viaje? » le preguntó Deo en su mente, no quería que Bastiaan se diera cuenta. Lo que no sabía era que él ya sabía la razón.

«Porque necesito que me ayudes a protegerla. » hasta en sus pensamientos Athan sonaba preocupado.

«¿Noto preocupación? »

«Deo, no te burles. » hizo una pequeña pausa calmando sus pensamientos y corazón para poder responder con calma y serenidad. «No puedo permitir que algo le pase y también por ti. Puede pasarte algo si te encuentran aquí o rumbo a tu hogar, ayudame a protegerla. Te lo pido Deo, ayudame a que ella esté a salvo, sé que te pido mucho y que pongas en riesgo tu vida en venir... Pero por favor... »

Deo entendió sus sentimientos. Sabía desde antes que Athan se preocupaba por todos incluyendo Karsten, aunque no lo demostrara. Sabía que si iba con ellos pondría en peligro su vida, pero si se iba a su hogar de seguro moriría y eso Athan jamás se lo perdonaría. Lo quería, era como su hermano mayor y lo iba a ayudar a proteger a la chica que, también para él, se había vuelto especial.

«Te ayudaré, por los dos. » lo volteó a ver con una sonrisa cálida a lo cual Athan correspondió. Bastiaan se alegró de que ambos estuvieran juntos ayudándose, todos se iban a unir para proteger a Keira aunque no le gustara a Athan.

Athan fue a la parte de atrás encontrando a Keira hincada frente al lago haciendo unas pequeñas figuras en el agua. Sonrió al verla así.

"Sí tan sólo pudieras vivir así de feliz toda tu vida..."

Se acercó a ella parándose a su lado. Keira notó su reflejo en el agua, volteó a verlo con una sonrisa.

—Athan —dijo con una sonrisa. Al ver su rostro serio se preocupó. —¿Pasa algo?

—Nos tenemos que ir. —su tono preocupado no pudo ser disfrazado aunque intentara poner su actitud fría.

—¿Ya vienen? —su sonrisa fue borrada de inmediato remplazándola por una mirada de miedo.

—Sí, llegaran en cualquier momento. Es mejor que nos vallamos para ponerte a salvo. —llevó su mano a la cabeza de ella acariciando su larga cabellera. Keira se sorprendió por ese acto, se sentía cálido y tierno, un lado diferente de él.

—Está bien, vámonos. —se paró decidida al igual que él, su actitud le daba valentía y a la vez preocupación.

Athan movió su mano nervioso, la acercó a la de ella y -torpemente- la entrelazó. Keira lo vio sorprendida, leyó en sus ojos la preocupación que sentía, tenía mucho peso sobre sus hombros y se le notaba en la mirada. Se acercó a él abrazándolo.

—Tranquilo, todo estará bien. —le dijo mirándolo con una sonrisa cálida sin apartarse de él. Athan se sintió mejor al recibir tal muestra de afecto.

Rompieron el abrazo y salieron con las manos juntas saliendo de la cueva donde Deo los estaba esperando. Ambos chicos se transformaron en dragones esperando a que Keira subiera.

—Tengan cuidado en su viaje, pronto los alcanzaré. —dijo Bastiaan saliendo de su cueva.

«Gracias por todo, Bastiaan. » dijo Athan con una sonrisa, aunque no se notara debido a su transformación.

—Gracias, Bastiaan. Gracias por todo. —dijo Keira abrazándolo por agradecimiento, Bastiaan correspondió. Rompieron el abrazo y Keira se subió en Athan.

Ambos desplegaron sus alas empezando de nuevo su viaje.

"Te protegeré, Keira. Cueste lo que cueste... Lo haré..."

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