Capítulo 14: Licantropía.
—Está muy oscuro. —dijo Keira en un susurro.
«Tranquila, no te separes de mi.» mencionó Athan con voz tranquila, lo suficiente para calmarla. Podía sentir el miedo que recorría por su cuerpo, sus manos no mentían a la hora de temblar.
«Traten de no mostrarse débiles, bueno tú Keira porque Athan no creo que lo muestre.» dijo Bastiaan para ambos.
«Piensas bien »
—No me mostraré débil, se los aseguro.—a Athan le gustaba esa seguridad, pero a la vez le preocupaba. Ella podía hacer todo lo que le plazca y eso la podría llevar a un peligro más grande de lo que se pudiera imaginar.
«Bueno, si tú lo dices está bien.» dijo Bastiaan tratando de sonar convincente. «Athan, toma el control. Me preocupa.» habló está vez en la mente de Athan.
«A mi igual, yo me encargo. » le contestó igual de preocupado.
Ambos sintieron la tierra bajo sus patas, se transformaron lo más rápido que pudieron. Athan puso a Keira detrás de él protegiéndola con un brazo frente a ella, mientras que Bastiaan estaba frente a ellos como el líder que era.
Esa parte del bosque era más oscura, los árboles parecían más tenebrosos como si muchas caras se dibujaran en sus troncos, la única luz que se podía ver era la de la luna. Un sonido provino de los arbustos, se movían cada tres segundos. Ambos dragones junto con Keira vieron al arbusto poniéndose alerta, Bastiaan se puso frente a ellos listo para atacar si era necesario.
Del arbusto salió un gran lobo de pelaje plateado combinado con negro, sus ojos eran de un amarillo intenso y penetrante, al igual que atemorizante. Gruñía cada vez que daba un paso hacia ellos, Bastiaan se puso frente a él cambiando sus ojos a unos más brillosos, de tono naranja obscuro. El lobo le gruñía a lo que Bastiaan respondió con un pequeño gruñido posando sus brillantes ojos en los de él, el lobo lo reconoció ya que hablandó su mirada.
—Ya basta, Zarek.—susurró sólo para el lobo.—Vengo a hablar.
El licántropo retrocedió volviéndose a cubrir en el arbusto, no pasó mucho tiempo cuando salió un chico alto, vestido con pantalón negro, no llevaba camisa sino que llevaba un saco largo que dejaba al descubierto su pecho bien formado, al ser licántropo era bastante fuerte y eso se notaba. Estaba descalzo, su cabello era un poco largo y negro con uno que otro mechón plateado, y sus ojos eran verdes como esmeraldas aunque a la luz de la luna se veían amarillos. Y como último detalle, era bastante apuesto, casi comparado con los tres dragones que Keira conocía.
—Hace mucho que no venías, Bastiaan.—habló el chico sonriendo, dejando ver sus perfectos y blancos dientes, a la vez que atemorizante al ser un lobo.—¿Qué quieres?—su sonrisa se borró tornándose seria.
—Uno de los tuyos lastimó a un dragón, eso se paga. Pero eso ya lo sabías ¿cierto?—se cruzó de brazos con una sonrisa sarcástica.
—Yo no sé nada.—levantó sus manos para detonar que era inocente.—Además —bajó las manos para ponerlas en los bolsillos del saco. — hay muchos licántropos en esta parte, no sabría quién atacó a tu compañero.
—Tan burlón como siempre, Zarek.
El lobo rió. Aspiró un poco de aire después de la risa, y lo olió, un olor diferente a todos los que había percibido antes. Un aroma exquisito, totalmente atrayente para él que era un licántropo auténtico.
—Traes a alguien nuevo, dragón. —dijo sonriendo. Eso puso alerta a Athan que escondió más a Keira, usó su cuerpo para esconderla y protegerla.
Bastiaan se alarmó pero no cambió su expresión de seriedad y liderazgo, sin embargo, el templor de sus manos lo delataban un poco. Zarek aprovechó la alarma de ambos dragones para reír un poco y desaparecer de su vista, en un parpadeo apareció en donde estaba Keira. La chica se alarmó al tenerlo justo al lado de ella, sus ojos verdes penetraban en su mirada, eran muy hermosos. Mientras que Zarek se le quedó mirando, nunca había visto a alguien cómo ella, tenía algo que le llamó la atención.
—¿Una humana, eh?—dijo con una media sonrisa. Tomó un mechón de su cabello, lo acercó a su nariz y olió muchas veces, Keira le arrebató el mechón de cabello disgustada.
—¿Qué te pasa?—le dijo Keira a la defensiva. Athan lo veía con amenaza, si volvía hacer eso le arrancaría la mano.
—Tienes un olor delicioso.—sonrió acercándose a ella haciendo que retrocediera. Esa fue la gota que derramó el vaso, el colmo de Athan. Se puso frente a Keira empujando a Zarek, éste rió por su reacción.—¿Te molesté?
Athan gruñó ante ese comentario de sarcasmo. Zarek entendió de qué se trataba, volvió a ver a Keira sobre el hombro de Athan esta vez con sorpresa.
—¿No me digan que ella los ayudará?—dijo asombrado.
—Así es.—dijo Keira caminando hacia él poniéndose frente a Athan que la miró con alarma y preocupación de lo que pudiera hacerle ese lobo.—Vine a ayudarlos en todo lo que pueda.
Zarek la vio esbozando una sonrisa de medio lado, esa actitud era increíble a sus ojos, una chica valiente diferente a las que había escuchado más no visto.
—Dudo que puedas reconocer a cada uno de los licántropos.
—No la subestimes, Zarek. —habló Bastiaan, dijo lo que pensó que Athan diría. Y no estaba equivocado.
—¿Enserio?—ese tono sarcástico estaba colmando a Athan más de la cuenta.—Entonces, quiero ver.—extendió sus brazos en señal de que admiraran, de los arbustos salieron varios lobos, osos, tigres y cisnes. Todos aterradores, con mirada asesina, excepto los cisnes, esas criaturas parecían más puros que malvados.
¿Qué tan difícil puede ser? Sólo era ver a cada uno de los animales para identificar al que le hizo daño a Deo. Athan se acercó a Keira rodeandola por los hombros con su brazo derecho mientras que con el izquierdo tocó su brazo, Keira agarró su mano por reflejo apretándola, Athan vio su mano y luego a ella no le tomó importancia ahora, prefería protegerla a reclamarle o decirle algo sobre esa acción.
Keira inspeccionó a cada animal con la vista. Cada oso, cada cisne, cada trigre, cada lobo hasta que sus ojos se posaron en un lobo de pelaje marrón rojizo, sus ojos reflejaban bondad y pureza no como los de Zarek que eran más temibles. Posó sus ojos de nuevo en Zarek que al verla sonrió, ella apartó su mirada volviendo a inspeccionar a los animales buscando a alguno que emanara alguna aura sospechosa.
"No..." pensó con sorpresa y alarma, rostro que no pasó desapercibido para Athan.
—¿Niña? —le preguntó susurrando.
—No está —miraba a los animales incontables veces. Athan la vio interrogante aunque ya se imaginaba lo que iba a decir.— ninguno lastimó a Deo, no lo siento aquí.
Athan asintió. —Tranquila, —se acercó a su oído y susurró: — no muestres debilidad, sacaran provecho de eso.
—No lo haré, lo prometo.—sonrió, eso a Athan lo llenó de tranquilidad.
—Dada su expresión puedo asumir que no lo encontraste ¿me equivoco?—dijo Zarek son sonrisa burlona, Keira se tornó seria lo que al chico le disgustó.
—¡Zarek!—gritó Bastiaan distrayendo al chico de ver a Keira.—Uno de los tuyos lastimó a Deo, cosa que no debería de haber pasado. Ese animal tuyo no debía de estar cerca de mi cueva ¡y lo sabes!
Zarek se quedó callado, abrió los ojos con sorpresa al escuchar en donde había estado uno de los suyos al igual de a quién había atacado.
—¿El... el dragón cobrizo? —apenas pudo articular.
—Sí Zarek. Sabes que es imperdonable para ti. —se acercó a él amenazante, sus ojos volvieron a tornarse brillosos cual dragón.
—Si no encontramos a quien le hizo esto —dijo Athan siguiendo a Bastiaan para quedar frente a Zarek.— la pagarás tú.
Zarek se sintió intimidado por ambos dragones, más por Bastiaan que era su "líder" y luego por Athan que era el segundo al mando, no era una buena combinación. Vio a sus seguidores y con asentir la cabeza les dio la señal de que debían de transformarse son hacer daño a nadie.
—Lo entiendo.—dijo retrocediendo un poco, no había visto la gravedad del problema hasta ahora.—¿Qué quieren hacer aquí?
—Investigar.—dijo Bastiaan alejándose de él, Athan hizo lo mismo dirigiéndose a Keira que cuando estuvo con ella le tomó la mano en señal de protección.—Planeo revisar a fondo tu hogar, aunque claro, necesito tu consentimiento.
Zarek no dijo nada, no le agradaba mucho que esos dos dragones estuvieran con él aunque si con eso Keira se quedaba con ellos no pondría objeción alguna.
—Supongo que no hay elección. —dijo la voz de otro chico saliendo de los arbustos, vestido de la misma manera que Zarek sólo que de café, su pelo era corto con mechones colgando a los costados color café chocolate, tez un poco más obscura y sus ojos eran castaños avellana, de estatura era igual de alto que Zarek, sólo unos pocos centímetros más bajos que Athan y Bastiaan.—Tenemos que dejarlos que estén aquí.
—Cavalon...—susurró Zarek al verlo. El castaño se posicionó a un lado de él irradiando liderazgo al igual que él.—Pueden quedarse.
Se adentraron más, Athan, Bastiaan y Keira los siguieron. Pasando los arbustos y unos cuantos árboles habían cabañas, grandes y espaciosas, había una más grande al fondo casi como la altura de la cueva de Bastiaan (por fuera). Muchos ojos se posaron sobre ellos, hombres y mujeres, Athan y Bastiaan no llamaban mucho la atención ya los habían visto antes, Keira era la que llamaba la atención; su olor y apariencia.
—Tal vez les guste acompañarnos. —habló Zarek parando y volteando a verlos al igual que Cavalon.—Hablaremos de lo que a ocurrido estos días, tal vez puedan encontrar algo de utilidad.
—Seguro.—contestó Athan con seguridad. Zarek vio a Keira y le sonrió, ella se sorprendió e hizo una mueca, no le agradó.
Rápidamente ya estaban todos sentados en diferentes partes cerca de una fogata. Los tres estaban sentados en el piso recargados en el tronco de un árbol, Athan y Bastiaan escuchaban todo con sus magníficos oídos mientras Keira comía un poco. Nada relevante, sólo cacerías y desaserce de cazadores, que —a perspectiva de ambos— era bueno porque esas personas los podrían vender o utilizarlos de alguna forma.
—Son aterradores.—dijo Keira rompiendo el silencio.
—Un poco.—dijo Athan mirándola.—Pero somos más aterradores nosotros.
—Pues si, algo.—sonrió. —¿Alguna información importante? Ya saben como soy humana y hay muchos animales carnívoros, no sé yo creo que debo saber algo.
—Tienes razón. —dijo Bastiaan. Se acercó más para que lo pudiera escuchar mejor.—Hay tres tipos de licántropos, los auténticos, los infectados y los artificiales.
—No sabía que habían clases.
—Si las hay. Mira, los auténticos son los que por sangre tienen el gen de la licantropía, pueden cambiar a voluntad y tener control total de sus instintos.—le explicó lo más brevemente posible. Athan lo observaba indicándole que siguiera el relato.—Los infectados son los que son mordidos por uno auténtico y sobreviven, adiquieren el gen y se transforman con la luna llena. Ellos necesitan mucha práctica para controlar sus instintos y no siempre lo logran. Los artificiales son los que necesitan un instrumento mágico para controlar el gen, no se sabe mucho de ellos.
—Entonces todos los de aqui ¿son...?
—No.—ahora habló Athan.—Mira, ¿ves a ese moreno que vimos al principio, el que esta centrado a la cabeza de todos?—lo señaló con la mirada.
—Sí.
—Es Zarek, el líder de todos, el alpha. Es un hombre lobo auténtico, al ser el hijo único de su clan fue el que heredó el liderazgo.—volteó a verla, estaba absorta en la historia, comprendía todo eso lo hizo sonreír.—El que está al lado de él es Cavalon, el segundo al mando, igual es un lobo auténtico, puede comunicarse con Zarek telepaticamente y sus instintos son como los de un lobo.
Keira lo vio mejor, era el lobo de ojos amables, era el lobo que le profesó bondad.
"Es él, el lobo rojizo".
—No se ve tan malo.—dijo sonriendo, y Athan quizo matarlo. Sintió en él un calor quemando su pecho, una sensación nada agradable cuando Keira dijo eso viéndolo.
—Los que están aquí...—habló Bastiaan para distraerlos, funcionó.—No todos son auténticos, por lo menos la mitad son infectados pero gracias a esos dos pudieron controlarse.
—Lo volveré a decir, su mundo es muy raro. Pero, gracias por explicarme, debe de ser agotador para ustedes.—les sonrió a ambos. Se sentía mal por hacerlos arriesgar todo con tal de protegerla, por eso quería retribuirles todo, más a Athan que estuvo con ella en este tiempo.
—No te preocupes, no es agotador para nada.—contestó Bastiaan correspondiéndole la sonrisa.
—Debes entender para que no te caiga de sorpresa, aunque pensé que sería más difícil que lo entendieras, niña.—se llevó un pequeño golpe el brazo por su comentario.—¿Y eso que no me dijiste " lagartija"?
—Estoy cansada para eso.—se frotó los ojos bostezando después. Recargó su cabeza en el brazo de Athan ya que no alcanzaba su hombro, hasta sentado era más alto que ella. Se acomodó y cerró sus ojos quedando dormida.
—Ella es fuerte, más fuerte de lo que parece.—dijo Bastiaan apoyando su mentón en su mano.
—Sí lo es, es muy fuerte y valiente.—dijo acariciando su rostro alejando un poco su cabello que caia travieso impidiendo su sueño. Bastiaan lo vio fijo.—¿Qué?
—¿Te interesa, no es cierto?
—¿Interesarme? ¿Qué quieres decir?
Soltó un suspiro.—Que te preocupas por ella, ¿no es así?
—Sí. —la vio y volvió a acariciar su mejilla.—Me preocupa, esta niña es diferente, posee un don increíble y raro y eso la pone en peligro.
—Es raro su don sí. Pero todos nos encargáremos de protegerla. —puso su mano en su hombro sonriendo.
—Lo sé, y se los agradezco.—le sonrió igual y luego volvió a verla.—No sé para qué la quieren esos dos o quien los mandó pero eso si, te juro que la protegeré, nadie la va a lastimar así tenga que matar a todas las criaturas que quieran tocarle un pelo. No dejaré que le hagan daño, eso lo prometo Bastiaan.
Bastiaan sonrió asintiendo. Se relajó en el tronco soltando un suspiro, vio como Athan abrazaba a Keira para que no tuviera frío, sonrió al ver a su amigo así.
"Amigo mío, creo que al fin estas entendiendo los sentimientos. Athan, te estás enamorando de ella."
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