Pandilleras

Planeta Sadala:hogar de los Saiyajin...

En medio del gran desierto, había un campamento militar, acampando para continuar más tarde su viaje hacia el castillo del Rey de Sadala.

—guarden bien todo, estamos muy cercas del castillo como para sufrir una humillación —ordenó el capitán del escuadrón.

Todos se preparaban para dormir y otros para hacer guardia.

Pero a unos metros del campamento, en las montañas, se ocultaban un grupo de Saiyajin, que observaban con mucha atención.

Cuando todo se tranquilizó en el campamento, todos hicieron un tipo de círculo y empezaron a formar un plan.

—muy bien chicos, esto es lo que haremos —toma un pequeño palito y comienza a dibujar un plano —Nicet y Yo nos encargaremos de los guardias qué cuztodian el botín, cuando sea el momento, Lins y Kale entrarán y meterán la mayor cantidad de comida posible mientras qué Peyso y Carl se llevan lo más lujoso —dijo una chica de cabello erizado.

—¿y solo hará eso señorita Caulifla? —preguntó Peyso.

—claro que si, es lo más importante de la operación, además de que los ayudare con algunos sacos — Mira hacia el campamento por un momento —muy bien, ya es hora, ¡a trabajar! —finalizó Caulifla.

Todos se ponen de pie y da comienzo la operación "asalto al campamento real".

Los guardias estaban atentos a cualquier ruido o movimiento qué sé hiciera presente.

—sabes, he estado pensando en pedirle un aumento al Rey, ¿qué opinas? —comenta un guardia.

—¿enserio? ¿Ahora te pones a pensar en un aumento? —pregunta el guardia más grande.

—se que es una tontería pero mi situación económica se ha visto algo afectada —contestó el guardia pequeño.

—tu economía siempre está afectada, no tienes un autocontrol con el dinero, eso es lo que pasa —se quejó el guardia grande.

—eso no es cierto, simplemente mis ganancias ya no rinden como antes —aclaró el guardia pequeño.

—pues entonces ¿por que no simplemente renuncias? —dijo Caulifla aterrizando detrás de ellos con suavidad para que no se dieran cuenta tan rápido de su presencia.

—¡¿estas loco?! Eso más bien afectaría mi... Espera un momento, ¡¡¡TU!!! —grita el guardia al darse cuenta de la presencia inesperada de Caulifla.

Ambos guardias intentan golpearla, pero llega Nicet golpeando al guardia grande por la espalda dejándolo noquedado, y Caulifla sólo esquivo muy fácilmente el golpe del guardia pequeño para luego regresar el golpe dejándolo fuera de combate, por suerte no ocasionaron tanto escándalo como para alertar a los demás.

—es ahora o nunca —dijo Caulifla haciéndoles una señal a los otro Saiyajines.

El resto del equipo entraron en la tienda con grandes sacos, y enseguida empezaron a meter en ellos todo lo que podían.

—¿es normal que me haya dado hambre? —preguntó Lins.

—ja, ¿tú cuando no tienes hambre? —dijo Carl en tono burlón. 

hay algo que me inquieta bastante, fue demasiado fácil entrar aquí, de todas formas nunca ha sido demasiado difícil hacer esto pero era algo más  laborioso, —pensó Kale.

Mientras tanto, Caulifla y Nicet esperaban afuera observando con mucha atención las tiendas.

—¿no crees que esto es muy extraño? —preguntó Nicet.

—¿que es extraño? ¿que un soldado del rey pidiera un aumento? —preguntó Caulifla sin perder de vista el campamento.

—no, hablo de que no había mucha vigilancia y estos guardias eran muy débiles —aclaró Nicet.

El rostro serio de Caulifla cambio rápidamente a uno de preocupación, lo que decía Nicet era cierto, todo fue muy sencillo para ser verdad.

—Maldita sea, tenemos que irnos —dijo Caulifla entrando a la tienda.

Caulifla entró y tomó algunos sacos que ya estaban llenos.

—es suficiente vamonos —dijo Caulifla muy apresurada.

—pero si aún no llevamos la mitad —dijo Lins.

—¡he dicho vamonos! —dijo Caulifla enojada.

Todos dejaron de llenar los sacos y tomaron sólo los que estaban llenos para luego salir rápidamente de la tienda para irse del campamento.

—ustedes no irán a ninguna parte —dijo el Capítan aterrizando enfrente del grupo bloqueando su camino.

Un montón de soldados parecen salir de la nada y rodean al grupo, esta vez eran más soldados que de costumbre.

—maldita sea, nos tendieron una trampa —se quejó Peyso.

—tómalo mejor como una buena estrategia —dijo el Capítan con una pequeña sonrisa confiada en su rostro.

—dile a tus soldaditos que se quiten, si no quieren que los haga sufrir —dijo Caulifla enojada. 

—ja, tan confiada como siempre, ¿de verdad crees poder ganarle a mis hombres? Lamento decirte que esta vez son más que antes, además de que la mayoría son los soldados más fuertes de nuestro ejército —dijo el Capítan muy confiado.

—ja, ¿tus hombres mejor que yo?  Veo qué has estado practicando tus chistes —dijo Caulifla burlándose.

—esa confianza desaparecerá cuando te eliminemos —amenazó el capitán.

—parece que estas muy seguro de tus palabras, —extiende el brazo a Kale entregándole el saco qué ella estaba cargando —muy bien, veamos si tienes razón —finalizó mientras se estiraba un poco.

—lamentaras haberme subesti... —el puño de Caulifla lo interrumpió saliendo disparado hacia las tiendas.

Todos los soldados miraron la zona de impacto sorprendidos, mientras el Capitán se levantaba.

—¡¿qué no ven?! ¡detenganlos! — grito el capitán muy enfadado.

Todos los soldados se ponen en posición de combate, el grupo de pandilleros igual.

Caulifla deja salir una pequeña sonrisa confiada.

Todos los soldados se lanzaron al combate, los chicos no dudaron ni un segundo y también respondieron lanzando puñetazos a todos aquellos que se les acercara.

—oye Nicet, ¿te gustaría poner a prueba el nuevo movimiento? —pregunto Peyso mientras daba patadas y mandaba a volar a muchos soldados.

—Claro que si —contesto Nicet muy decidido.

Nicet da un gran salto y estira sus pies como si fuera a dar una patada a Peyso, pero este lo toma de ambas piernas y comienza a girar.

—¡apartense! —grito Peyso a sus demás compañeros mientras giraba.

—¡¡¡AAAAAAAAH!!! —grito Nicet disparando un ataque de energía mientras daba vueltas junto con Peyso, acabando con gran número de soldados.

Los demás Saiyajines del grupo esquiban el ataque qué Peyso y Nicet habían lanzado.

—wow, buena técnica —dijo Lins.

Luego de unos segundos, Peyso Suelta a Nicet, haciendo qué este salga disparado hacia un gran grupo de soldados, golpeando sin piedad a cada uno de estos.

Poco a poco la cantidad de soldados bajaba considerablemente, preocupando al Capitán.

—¡idiotas, se supone que son los más fuertes de todo nuestro ejército! —grito el Capitán observando la batalla.

Preocupado por la situación, el Capitán decide poner cartas en el asunto acercándose a alta velocidad al área de batalla.

Caulifla y Kale peleaban juntas como un gran dúo, cuidándose la espalda mutuamente mientras repartían golpes a los soldados, hasta que Caulifla se percata de que el capitán se acercaba a toda velocidad para golpearla, así que sin mucho esfuerzo esquiva el golpe de este.

—vaya hasta que decides pelear —dijo Caulifla observando fijamente al capitán.

—yo me encargaré de derrotarte, no tienes salida —amenazó el capitán.

—uy qué miedo tengo —dirige su mirada hacia Kale —Kale ve ayudar a los demás, yo me encargaré de este tipo, y a mi señal nos iremos ¿vale? —ordenó Caulifla.

—entendido —contesto Kale para después dirigirse hacia donde se encontraban los demás.

Caulifla vuelve a mirar al Capitán con una sonrisa.

—ni creas que se saldrán con la suya maldita —dijo el capitán muy enojado.

—demuestralo —  dijo Caulifla retando al capitán.

El capitán se lanza al ataque intentando darle un puñetazo a Caulifla, pero esta lo esquiva dando un gran salto y subiendo sobre todo el caos.

—¿Por que no peleamos aquí arriba? Allá abajo hay mucho polvo —dijo Caulifla subiendo cada vez más hacia el cielo.

El capitán solo la miro con mucha ira, para luego lanzarse a alta velocidad hacia Caulifla, con intenciones de golpearla, pero esta solo se mueve unos centrimentos hacia atrás esquivando el golpe, para luego patearle el torzo al capitán mandándolo unos metros lejos de ella pero se frena en el aire.

—¿qué? ¿Eso es todo? —dijo Caulifla con una sonrisa burlona.

—¡te tragaras tus palabras sabandija! —grito el capitán volando rápidamente hacia Caulifla.

La Saiyajin igualmente se lanza al ataque chocando puños con el capitán, para luego intercambiar patadas y golpes, la batalla parecía estar igualada, hasta que finalmente el capitán logra acertar un golpe en el rostro de Caulifla, haciéndola retroceder un poco.

El capitán sin perder tiempo comienza a darle varios puñetazos, pero ella solo se limitaba a cubrirse y esquivar.

—¿qué ocurre? ¿Soy demasiado fuerte? —pregunto el capitán burlándose de la chica.

—aunque eso fuera cierto jamás perdería contra ti —dijo Caulifla cubriendoce de los golpes.

Hubo un momento en el qué un golpe del capitán fue más lento, Caulifla aprovechó eso para agarrarle el puño y darle un rollidazo en el estómago, lanzandolo más alto, entonces ella le lanza un ataque de energía bastante cargado, impactando sobre el capitán directamente, creando una cortina de humo en el cielo.

El capitán ya algo herido, expulsa una ráfaga de energía despejando el humo, su rostro reflejaba la gran ira qué sentía, así que empezó a disparar varios ataques de energía consecutivos tratando de darle a la chica que sin dificultad evadia los ataques.

—¿qué? ¿Eso es todo lo que puedes ofrecer? —pregunto Caulifla burlándose.

—no te confíes sabandija —dijo el Capitán muy molesto tratando de darle a la chica.

Caulifla, ya aburrida, se acerca al capitán mientras evadia los ataques de energía de este.

—eso es, ¡ven aquí!  —grito el capitán qué lanzó un ataque más cargado al ver que la chica se acercaba peligrosamente hacia el.

Antes de que este ataque le diera, Caulifla lo esquiva y aparentente desaparece de la vista del capitán.

—maldición, ¡¿donde estas?! —pregunto el capitán desesperado viendo para todos lados.

—¡aquí arriba!  —grita Caulifla apareciendo sobre el capitán cargando un ataque de energía.

El capitán rápidamente mira arriba y se encuentra a la chica con un potente ataque sobre el, aunque intento esquivarlo, no lo logro, recibiendo el daño del ataque directamente mientras este lo proyectaba hacia el suelo, en medio de la batalla qué estaban teniendo los soldados de Sadala con los demás pandilleros.

El impacto fue tremendo, que acabo con todos los soldados qué estaban cercas de ahí, que eran casi la mayoría.

—ja, eso le pasa por confiado —dijo Caulifla observando la zona de impacto.

Rápidamente ella se dirije hacia donde estaban sus compañeros, para luego tomar uno de los sacos qué habían logrado llenar para llevárselo.

—es hora de irnos —dijo Caulifla para luego salir volando rápidamente.

Los demás no perdieron el tiempo e hicieron lo mismo, no sin antes crear una cortina de humo para que no tuvieran problemas al escapar, marchandose del lugar rápidamente mientras los soldados veían como se marchaban los ladrones.

—maldita sea, nos van a despedir —dijo uno de los soldados.

De la zona en la qué calló el Capitán, hay una explosión de energía, dejando ver a un capitán muy enfadado.

—¡5 hombres conmigo!  ¡Ya! —grito el Capitán para luego volar a toda velocidad hacia donde el grupo de pandilleros habían ido.

Más adelante, se encontraba el grupo de ladrones.

—me atrevería a decir que esta vez el robo fue más fácil, jajajaja —dijo Lins muy alegre.

Kale solo sonrió, para luego sentir que alguien los estaba siguiendo, así que volteo hacia atrás para corroborar eso, y efectivamente el Capitán los había alcanzado y estaba más furioso qué nunca.

—¡Malditas ratas, vuelvan aquí!  —gritó el Capitán.

—Hermana, nos alcanzaron —dijo Kale bastante preocupada.

—tch, el capitán es más molesto qué antes, no tenemos de otra, hay que frenarles el paso —dijo Caulifla bajando hacia el cañón qué estaba debajo.

Los demás la siguen rápidamente.

—3 hombres se quedan aquí y no pierdan de vista a esos malditos, los demás conmigo —dijo el capitán bajando igualmente a toda velocidad.

La persecución dio inicio, el grupo de pandilleros comenzaron a lanzar pequeños ataques de energía a los soldados y al capitán, quienes se les dificultaba esquivar debido a la gran cantidad de ataques que eran.

—¡no servirá de nada! —gritó el capitán disparando un ataque de energía un poco destructivo.

—¡separense! —gritó Caulifla al ver el ataque.

Todos se dividieron, a excepción de Lins, quien tenía su mente en otro mundo, hasta que vio que todos de dispersaron.

—¡¿he?! ¿a dónde van? —voltea atrás suyo —¡Maldición!—gritó Lins esquivando rápidamente el ataque.

Todos se reagrupan.

—¡¿eres estúpida o que?! —dijo Peyso furioso mientras veía a Lins.

—¡déjame en paz! —gritó Lins también de mal forma.

—quieren callarse, no es el momento —dijo Caulifla mientras les disparaba ataques de energía a los soldados.

Kale, quien hacía lo mismo que su hermana, logró observar unas rocas disparejas y grandes.

—¡Caulifla mira! —gritó Kale señalando aquellas rocas.

—buena idea hermana —dijo Caulifla disparando hacia las rocas, haciendo que estas caigan frente a los soldados.

Los 3 que estaban arriba del cañón, observaban con atención al grupo de criminales, hasta que un ataque de estos se dirigían hacia ellos, uno de los soldados disparo también chocando con el ataque enemigo para después formarse una cortina de humo, cuando está se quitó, los soldados no podían ver a los criminales, parecían haber desaparecido.

El capitán y compañía despegaron el humo y polvo que estaba delante de ellos producto del derrumbe con una onda de energía, solo para ver que el grupo de Saiyajines no estaban.

—imposible —dijo el capitán entre dientes y apretando los puños.

Los 3 soldados que estaban por encima del cañon bajaron para ver al capitán.

—¡díganme que vieron a donde se fueron! —dijo el capitán muy enfurecido.

—lo lamentamos señor, pero no logramos ver nada —dijo uno de los soldados.

El capitán estaba tan enojado que tomó a uno de sus soldados de la cabeza y lo arrojó bruscamente a una de las rocas que sobresalían del cañón. 

—No se queden ahí parados, busquen a esos pandilleros, no pudieron ir demasiado lejos —dijo el capitán para salir volando a alta velocidad a continuar por el resto del cañón, mientras todos los demás volaron en diferentes direcciones.

Detrás de una montaña, se encontraban escondidos el grupo de Saiyajines, Caulifla observaba la escena.

—despegado —dijo Caulifla susurrando.

todos los demás salieron de su escondite para luego volar y tomar su verdadera ruta a casa.

—El capitán se veía más estresado que de costumbre —dijo Nicet con bastante seriedad.

—ahora que lo mencionas tienes razón, oye Carl, ¿que tanto robaste de lujos? —preguntó Caulifla observando al mencionado.

—no robe mucho, solo unos cuantos collares y pulseras y una que otra piedrita —dijo Carl.

—¿y tu Peyso? —preguntó Caulifla.

—lo mismo, y creo que una esfera, nada importante — contestó Peyso.

—tal vez sólo tuvo un mal día y una mala noche —opinó Kale.

—¿debemos preocuparnos jefa? —preguntó Lins.

—no, si vienen a atacarnos no será tan difícil vencerlos —contestó Caulifla.

El grupo aceleró su velocidad, ya faltaba poco para que llegarán a su destino, al igual que faltaba poco para que amaneciera.

—si así estaba el Capitán, no quiero imaginarme como se puede poner el Rey —dijo Kale preocupada.

—no te preocupes Kale, si se atreve a hacernos algo, nosotros los detendremos —dijo Caulifla tratando de tranquilizar a su hermana.

—tu hermana tiene razón, estos soldados de hoy eran los más fuertes de su ejército, solo de imaginarme como serán los demás me da algo de flojera —dijo Lins.

—eso espero —susurro Kale.

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