Episodio 9 : "24 Horas para el Torneo"
"Después de tres meses intensos de entrenamiento, cada uno de nosotros ha dado grandes pasos hacia adelante. Gwen se fortaleció bajo la supervisión estricta de Vegeta, desarrollando nuevas técnicas mágicas. Kevin, siempre confiado, terminó entrenando con el excéntrico Maestro Roshi, mientras yo, por mi parte, entrené bajo la mirada severa de Piccolo.
El tiempo pasó volando, y mientras nos preparábamos para el gran evento, sabíamos que el Torneo Mundial de las Artes Marciales no sería solo una competencia, sino una prueba real de nuestras habilidades y preparación para cualquier amenaza que pueda estar por venir. Y ahora, el tiempo está a punto de agotarse. Las 24 horas antes del torneo han comenzado...".
En el campo de entrenamiento, el sol brilla intensamente sobre Piccolo y Fuego, quien se prepara para demostrar su verdadero poder. Fuego se concentra, su cuerpo comienza a brillar con un calor intenso, y su fuego parece cobrar vida.
Fuego: "¡No creas que puedes igualar mi calor, Piccolo! ¡Voy a llevarlo al siguiente nivel!"
A medida que Fuego aumenta la temperatura de su fuego, el aire a su alrededor se distorsiona, generando ondas de calor. Piccolo, confiado, cruza los brazos y observa con una mezcla de interés y desafío.
Piccolo: "Tienes talento, pero aún te falta control. Debes aprender a manejar ese poder."
A medida que Fuego intensifica su ataque, el calor se vuelve tan abrumador que Piccolo empieza a sudar, aunque intenta mantener su compostura.
Fuego: "¡No voy a rendirme! ¡Voy a demostrar que puedo ser más fuerte!"
Con un grito, Fuego libera un torrente de llamas hacia Piccolo, quien se prepara para esquivarlo, calculando sus movimientos con precisión.
Piccolo: "Vamos a ver de qué eres capaz."
El aire se vuelve denso con el calor, y Fuego siente cómo su fuerza crece con cada segundo. Piccolo se desplaza rápidamente, listo para contraatacar.
En el campo de entrenamiento, el sol brilla intensamente sobre Piccolo y Fuego, quien se prepara para demostrar su verdadero poder. Fuego se concentra, su cuerpo comienza a brillar con un calor intenso, y su fuego parece cobrar vida.
Fuego: "¡No creas que puedes igualar mi calor, Piccolo! ¡Voy a llevarlo al siguiente nivel!"
Fuego se agacha y, con un gesto de su mano, crea una pequeña tabla de fuego bajo sus pies. La tabla chisporrotea y emite llamas intensas, funcionando como un motor. A medida que aumenta su velocidad, el aire alrededor se distorsiona.
Fuego: "¡Mira esto!"
Con un impulso, Fuego lanza fuego hacia atrás, acelerando aún más y despegando del suelo. Su habilidad para girar en círculos continuos en la tabla le permite esquivar ataques y moverse rápidamente en el aire.
Piccolo: "Tienes talento, pero aún te falta control. Debes aprender a manejar ese poder."
Fuego se lanza hacia adelante, utilizando su tabla de fuego para escapar del ataque de Piccolo con agilidad. El aire se vuelve denso con el calor, y Fuego siente cómo su fuerza crece con cada segundo, listo para enfrentar al guerrero Namekiano.
Mientras Fuego vuela en su tabla de fuego, su mente comienza a trabajar a toda velocidad. Observando que Piccolo está cada vez más cerca, se le ocurre una idea astuta.
Fuego: "Si quiero ganar, necesito llevarlo a un lugar donde yo tenga la ventaja."
Con un movimiento decidido, Fuego comienza a girar en círculos, creando un tornado de fuego a su alrededor. Las llamas se elevan y giran, formando un vórtice ardiente que envuelve su cuerpo. El aire se calienta rápidamente a su alrededor, y el ambiente comienza a distorsionarse.
Piccolo, sintiendo la energía creciente de su oponente, se prepara para el próximo ataque.
Piccolo: "¿Qué estás tramando, Fuego?"
Fuego: "¡Vamos a ver si puedes sobrevivir en mi territorio!"
Con un grito, Fuego concentra su poder y libera el tornado de fuego, arrojando a Piccolo dentro de él. Las llamas giran y se intensifican, y en un parpadeo, ambos son envueltos por una brillante luz incandescente.
Cuando la luz se disipa, Piccolo se encuentra en un vasto desierto, el sol abrasador resplandeciendo sobre él. La arena es dorada y caliente, y la temperatura es sofocante. Fuego aparece justo al lado de él, sonriendo con confianza.
Fuego: "Bienvenido a mi campo de batalla, Piccolo. Aquí, el calor es mi aliado."
Piccolo, adaptándose rápidamente a su nueva ubicación, observa el desierto. La arena se extiende hasta donde alcanza la vista, y no hay refugio en ninguna parte.
Piccolo: "No subestimes mi resistencia, Fuego. El entorno no es lo único que cuenta en una pelea."
Fuego, sintiendo la ventaja de su entorno, eleva la temperatura a su alrededor, haciendo que el aire se ondule. Con un movimiento ágil, empieza a lanzar discos de fuego afilados hacia Piccolo, quien rápidamente se prepara para defenderse.
Fuego: "¡Espero que estés listo para un calor extremo!"
A medida que los discos cortan el aire, Piccolo se mueve con rapidez, esquivando los ataques con agilidad. Pero Fuego no se detiene; utiliza su velocidad y su conexión con el fuego para lanzar una serie de llamas concentradas hacia Piccolo.
Piccolo: "Tendrás que hacer más que eso para impresionarme."
Con cada ataque, el desierto se transforma en un campo de batalla ardiente, y Fuego aprovecha cada oportunidad para mostrar su dominio sobre el fuego y su capacidad para moverse rápidamente.
En el patio de la Corporación Cápsula, el ambiente estaba cargado de energía. Gwen se encontraba concentrada, lista para probar sus habilidades mágicas contra el formidable Vegeta. Con una determinación brillante en sus ojos, levantó sus manos y comenzó a lanzar múltiples rayos de Mana hacia su oponente.
Gwen: “¡Toma esto, Vegeta!”
Los rayos brillaban intensamente mientras se disparaban hacia Vegeta, quien reaccionó al instante. Con movimientos rápidos y precisos, esquivó los ataques con agilidad, deslizándose de un lado a otro.
Vegeta: “¡Isos ataques son demasiado lentos para mí!”
Gwen frunció el ceño, sabiendo que necesitaba cambiar su estrategia. En un instante, comenzó a concentrar su energía, formando un solo rayo de Mana más poderoso en sus manos.
Gwen: “¡Prepárate para esto!”
Con un grito, Gwen disparó el rayo concentrado hacia Vegeta. Este, sin embargo, anticipó el movimiento y, con un salto ágil, se elevó por encima del ataque, aterrizando a un lado con una sonrisa desafiante.
Vegeta: “¿Eso es todo lo que tienes? ¡Debes entrenar más duro!”
No dispuesta a rendirse, Gwen comenzó a formar un campo de energía a su alrededor, generando ráfagas de viento que empujaban a Vegeta hacia atrás.
Gwen: “¡No voy a dejar que te subestimes!”
Vegeta, sintiendo la presión del ataque, se preparó para contraatacar, sus músculos tensos y listos para actuar.
Vegeta: “¡Ven a por mí entonces, si puedes!”
Con esa provocación, Gwen no dudó en lanzar otra serie de rayos de Mana, ahora con más fuerza y precisión. El patio se convirtió en un espectáculo de luces y energía, donde ambos luchadores demostraban sus habilidades al máximo.
En la mente de Vegeta, mientras esquivaba los ataques de Gwen, el príncipe de los saiyajines evaluaba la situación con frialdad y precisión.
Vegeta (pensando): "Hmph, esta niña tiene potencial... pero está lejos de poder enfrentarse a alguien como yo. Sus hechizos son rápidos, pero sus movimientos son predecibles. Es solo cuestión de tiempo antes de que cometa un error."
Mientras sentía el viento generado por los ataques de Gwen, Vegeta notaba que cada rayo de Mana se volvía más poderoso y preciso con cada lanzamiento. Aunque los esquivaba con facilidad, podía percibir la mejora en la habilidad de Gwen con cada segundo que pasaba.
Vegeta (pensando): "No está mal... para alguien que depende de trucos. Pero el poder real proviene del combate cuerpo a cuerpo, de la fuerza bruta, no de estas artimañas."
A pesar de su actitud despectiva hacia los hechizos de Gwen, Vegeta no podía evitar sentir un atisbo de respeto por su determinación. Ella no se rendía, incluso cuando estaba claramente en desventaja.
Vegeta (pensando): "Tiene la voluntad de pelear, eso es lo que la mantiene en pie. Aunque este tipo de combate no es mi estilo, reconozco esa chispa. Pero tarde o temprano... la chispa no será suficiente."
A medida que los ataques continuaban, Vegeta ya estaba planeando su contraataque, sabiendo que solo necesitaba una pequeña apertura para poner fin al combate.
Vegeta (pensando): "Bien... es hora de terminar con esto. Mostraré lo que significa el verdadero poder de un saiyajin."
Con ese pensamiento en mente, Vegeta se preparaba para lanzar su ofensiva, con una sonrisa de confianza en su rostro.
Gwen, viendo que Vegeta estaba esquivando fácilmente sus ataques, decidió cambiar de estrategia. Con determinación en sus ojos, pronunció un nuevo hechizo.
Gwen: "¡Camufle bayparum!"
De repente, una densa neblina comenzó a formarse alrededor de Vegeta, cubriendo todo el patio de la Corporación Cápsula. La niebla era tan espesa que apenas se podían ver unos pocos metros más allá. Gwen intentaba confundir a Vegeta, aprovechar el entorno para ocultarse y preparar su siguiente movimiento.
Dentro de la neblina, Vegeta frunció el ceño, sintiendo cómo su vista quedaba parcialmente bloqueada. Aunque aún podía percibir el poder de Gwen, la niebla le dificultaba precisar su ubicación.
Vegeta (pensando): "¿De verdad cree que esta táctica funcionará contra mí? No importa cuánto intentes esconderte, puedo sentir tu ki."
Vegeta cerró los ojos por un momento, confiando en sus otros sentidos para rastrear a Gwen. A pesar de que la neblina era un obstáculo, su experiencia en combate le daba la ventaja.
Vegeta (con una sonrisa confiada): "Es inútil, niña. No puedes esconderte de un guerrero de mi nivel."
De repente, un rayo de Mana atravesó la niebla, dirigiéndose directamente hacia Vegeta. Sin embargo, con un rápido movimiento, el saiyajin lo esquivó.
Vegeta: "Hmph. Interesante... pero necesitarás algo más que trucos para vencerme."
Gwen se mantenía en movimiento, utilizando la neblina para lanzarle ataques sorpresa, sabiendo que un enfrentamiento directo sería arriesgado. Sin embargo, Vegeta no parecía preocupado en lo más mínimo.
Gwen (pensando): "Necesito mantenerlo distraído... y encontrar una oportunidad para lanzar un hechizo más potente."
El enfrentamiento entre los dos continuaba en medio de la niebla, con Gwen utilizando su magia para mantener a Vegeta a raya, mientras él analizaba cada movimiento, esperando el momento perfecto para contraatacar.
Mientras observaba el combate entre Gwen y Vegeta desde la distancia, Trunks se sentía dividido entre la admiración y la preocupación. Sabía que su padre era un guerrero formidable, pero también había visto el crecimiento de Gwen en su entrenamiento. La batalla en el patio de la Corporación Cápsula era una demostración del esfuerzo y la dedicación que ambos habían puesto en sus respectivos entrenamientos.
Trunks (pensando): "Gwen ha mejorado tanto... Su magia es impresionante. Pero, ¿será suficiente para superar a papá? Él no se contendrá, y aunque ella tenga habilidades mágicas, Vegeta ha luchado contra oponentes mucho más fuertes."
Mientras la niebla cubría el patio, Trunks podía ver destellos de luz cuando Gwen lanzaba rayos de Mana, pero Vegeta siempre encontraba la manera de esquivarlos. El saiyajin se movía con gracia, demostrando que, aunque la neblina era un factor nuevo, su instinto de combate era superior.
Trunks: "¡Vamos, Gwen! ¡Usa el poder que has estado entrenando!"
La voz de Trunks resonaba en su mente mientras recordaba los momentos en que habían entrenado juntos. Había visto de primera mano lo mucho que había crecido desde su primer encuentro con los Guerreros Z. Sin embargo, la determinación de su padre lo preocupaba.
Trunks (pensando): "Papá nunca se rinde. Si Gwen quiere ganar, necesita hacer algo impactante... algo que lo sorprenda."
La batalla continuaba, y Trunks podía sentir la tensión en el aire. Sabía que cada segundo contaba. Con un suspiro profundo, se preparó para intervenir si la situación se tornaba peligrosa.
Trunks (en voz baja): "No puedo dejar que Gwen se lastime. Si las cosas se complican, tendré que ayudarla. Después de todo, somos un equipo."
Mientras la neblina seguía girando a su alrededor y los ataques volaban de un lado a otro, Trunks se mantenía alerta, listo para actuar si era necesario. Su mente estaba enfocada en el combate, pero también en el inminente torneo que se avecinaba, sabiendo que cada uno de ellos tenía que estar al máximo de su capacidad si querían enfrentar los desafíos por venir.
Mientras tanto en el desierto...
En un rincón remoto del desierto, el calor abrasador emanaba del cuerpo de Fuego. Las dunas ondulaban bajo la intensa radiación que él emitía, y el aire a su alrededor vibraba con la energía que generaba. Piccolo, siempre estratégico, observaba cada uno de los movimientos de su oponente con cautela, pero Fuego tenía un plan.
Fuego, con una mirada decidida, levantó las manos y apuntó al suelo. El calor que liberaba comenzó a transformar la arena debajo de los pies de Piccolo, calentándola al punto de fusión. En cuestión de segundos, el material arenoso comenzó a solidificarse en cristales afilados que se clavaron en los pies de Piccolo, hiriéndolo.
Fuego (con determinación): "¡No eres el único que tiene estrategias, Piccolo! ¡Este es mi elemento, aquí tengo la ventaja!"
Piccolo apretó los dientes mientras retrocedía ligeramente, sintiendo las molestias que los cristales habían causado en sus pies. El Namekiano, aunque resistente, no había anticipado este tipo de ataque. La habilidad de Fuego para manipular su entorno lo estaba poniendo en aprietos.
Piccolo (en voz baja): "Impresionante... Está usando el calor a su favor de una forma que nunca había visto."
Con un rápido movimiento, Piccolo se elevó en el aire, evitando el contacto directo con el suelo para que Fuego no tuviera otra oportunidad de atraparle con esa táctica. Sin embargo, el calor seguía aumentando, y a pesar de estar en el aire, la proximidad con Fuego hacía que la temperatura se volviera casi insoportable.
Fuego, sin perder un segundo, lanzó una ráfaga de llamas directamente hacia Piccolo. El guerrero Namekiano, rápido como siempre, cruzó sus brazos frente a él para bloquear el ataque con su barrera de energía, pero el calor envolvente seguía desgastándolo.
Piccolo (pensando): "Necesito encontrar la forma de neutralizar este calor... Si no lo hago, me irá mal."
Fuego aprovechó el momento y se impulsó hacia adelante, moviéndose con gran velocidad gracias a su tabla de fuego, para continuar el ataque.
Piccolo, volando a una altura segura, finalmente notó algo en la distancia: un pequeño lago rodeado de arena y piedras. Su mente trabajó rápidamente mientras contemplaba la posibilidad de usar ese recurso a su favor. La idea de extinguir las llamas de Fuego antes de que pudiera acumular suficiente energía era tentadora.
Piccolo (pensando): "Si logro sacar suficiente agua de ese lago, puedo debilitar su fuego. Tal vez no lo apague por completo, pero me dará tiempo para pensar en un nuevo plan."
Con un movimiento ágil, Piccolo descendió hacia el lago. Usó su Telequinesis para levantar una gran cantidad de agua, canalizándola hacia él mientras se preparaba para hacer un movimiento estratégico.
Fuego, que observaba desde su posición elevada, sonrió confiado. “¿Crees que eso puede detenerme? ¡Inténtalo!”
A medida que Piccolo giraba, liberó el agua en un poderoso torrente hacia Fuego, empapando la arena y generando vapor instantáneo por la diferencia de temperatura.
Piccolo (gritando): “¡Ahora verás lo que significa estar rodeado de agua!”
El torrente de agua impactó contra Fuego, quien inicialmente quedó sorprendido por la repentina inundación. Sin embargo, su fuego ardiente no se extinguió por completo, ya que aún podía absorber el calor y volver a encenderse rápidamente.
Fuego (desafiando): “¿Crees que esto es suficiente? ¡Puedo calentarlo de nuevo en un instante!”
Con un giro rápido, Fuego comenzó a concentrar su energía, haciendo que las llamas regresaran a su cuerpo con intensidad. Un remolino de fuego surgió a su alrededor, empujando el agua lejos de él y creando una nube de vapor que lo cubría.
Piccolo (pensando): "Necesito un enfoque diferente. Si no puedo extinguirlo, tal vez deba cambiar mi táctica y aprovechar el vapor."
Aprovechando la confusión generada por el vapor, Piccolo utilizó su Aceleración para moverse rápidamente hacia Fuego. Mientras avanzaba, extendió su mano, preparándose para lanzar un ataque sorpresa.
Fuego, sintiendo la energía de su fuego intensificandose, decidió que era el momento de demostrar su verdadero poder. Con un rugido feroz, corrió hacia Piccolo, sus pies dejaban una esla de fuego a su paso.
Fuego (gritando):"¡ Esto es solo el comienzo!"
A medida que se acercaba, lanzó un poderoso golpe que impactó directamente contra el abdomen de Piccolo. La fuerza del ataque era tal que el Namekiano se tambaleó varios pasos hacia atrás, sintiendo cómo el aire se le escapaba de los pulmones.
Piccolo (sorprendido):"¡ Ugh! ¿ cuanta fuerza tienes? ¡Esto no puede ser solo por el fuego!"
Fuego, no comento con su primer ataque, siguió adelante, usando su velocidad y fuerza mejoradas para ejecutar una serie de golpes rápidos y contundentes. Piccolo intento bloquearlos, pero el poder ardiente de fuego superaba sus expectativas.
Finalmente, con un giro, Fuego llevó su poder hacia adelante y lo empujó con todas sus fuerzas haciendo que Piccolo se tambaleara aún más. En un movimiento desafortunado, Piccolo perdió el equilibrio y fue empujado hacia un Cactus Espinoso que crecía cerca.
Piccolo (en el aire):"¡No puedo permitir que me atrapen así!"
Con una rápida maniobra, Piccolo se giró en el aire y se preparó para aterrizar. Pero el Cactus no era lo único que le esperaba, Fuego estaba decido a mantener la presión.
Fuego (sonriendo con confianza):"¡No te escapas tan fácilmente,Piccolo? "
Piccolo aterrizó en el suelo, pero no tuvo tiempo de descansar. Se dio cuenta de que debía cambiar su estrategia rápidamente, ya que Fuego había encontrado su ritmo. Ahora, con el Cactus detrás de él y Fuego a su alrededor, necesitaba un plan nuevo.
Dentro de la mente de Piccolo, las cosas estaban muy claras, aunque el calor y la presión física que Fuego ejercía sobre él eran intensos. Mientras recibía los ataques y se tambaleaba hacia atrás, su mente estratégica comenzaba a trabajar con rapidez, evaluando cada movimiento y ajustando su plan.
Piccolo (pensando):
"Este chico es fuerte... más de lo que pensé. Su control sobre el fuego es impresionante, y su fuerza física no está nada mal. Sin embargo, aún es inexperto. Se está apoyando demasiado en su poder, pero no en su técnica. Si no tengo cuidado, este combate podría salir mal. Necesito aprovechar su confianza excesiva."
Piccolo rápidamente analizó el entorno: estaban en un desierto, un terreno que Fuego había manipulado a su favor al usar el calor para cristalizar la arena. Sin embargo, más allá, podía ver un pequeño lago que brillaba bajo el sol, una fuente de agua lo suficientemente grande como para cambiar el flujo de la batalla.
Piccolo (pensando):
"Si puedo llevarlo hacia el agua, su poder disminuirá considerablemente. Solo necesito distraerlo lo suficiente."
A pesar del dolor que sentía por los golpes de Fuego, Piccolo comenzó a ajustar su estrategia. Sabía que en este momento necesitaba usar su inteligencia y calma para hacer que Fuego cometiera un error.
Piccolo (pensando):
"Este chico no tiene idea de lo que estoy planeando. Solo tengo que atraerlo hacia el lago... y luego será mi turno."
Con una ligera sonrisa en el rostro, Piccolo se preparó para ejecutar su plan. Sabía que tenía que ser rápido y astuto, aprovechando cualquier apertura que Fuego le diera.
Cuando Fuego presiona el símbolo del Omnitrix en su pecho, esperando un nuevo impulso de poder, el característico destello verde aparece, pero en lugar de mantener su forma alienígena, Ben regresa a su forma humana. Se queda inmóvil por un segundo, sorprendido por la desactivación del Omnitrix en medio de la pelea.
Ben (con frustración):
"¡Oh, vamos! ¿Justo ahora?"
Piccolo lo observa, cruzando los brazos con una ligera sonrisa de satisfacción.
Piccolo:
"Parece que te queda mucho por aprender. No siempre puedes depender de tus transformaciones, Ben."
Ben (suspirando y recuperando la compostura):
"Lo sé, lo sé. Pero pensé que tendría más tiempo."
Piccolo:
"La fuerza no siempre está en el poder que tienes, sino en cómo lo usas. Y a veces, enfrentarse a una situación como esta es la mejor forma de entrenar."
Ben, aún sin su transformación, toma una postura defensiva, listo para continuar la lección. Aunque sin la ventaja de Fuego, sabía que el verdadero reto apenas comenzaba.
Ben:
"Está bien, veamos qué puedo hacer sin el Omnitrix."
Piccolo (con una mirada seria):
"Eso es lo que quería escuchar."
Con una sensación de desafío renovado, el entrenamiento continuaba.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top