CAPÍTULO 3: ALIANZA


ZYANNA: Ahora que he eliminado a esos despreciables pecadores puedo ocuparme de sanar tus heridas, querido.

SHIROU: ¿Eh? S-sí... Gracias...

ZYANNA: Igual he sido un poco brusca y te ha impactado bastante lo que acabas de presenciar, te pido disculpas por ello. Ahora dime el motivo por el que estás tan malherido y por qué te perseguían esos gusanos mientras te voy curando.

Zyanna se agacha para coger el brazo cercenado del comandante, dando un mordisco mientras que con la otra mano despliega una energía de color verde que usa para sanar a Shirou, sintiendo cómo sus huesos rotos se recuperan y viendo incrédulo al mismo tiempo cómo sus profundas heridas se cierran por completo, no quedando ni rastro de ellas en cuestión de segundos.

SHIROU: Alucinante... No me puedo creer que todas y cada una de mis fracturas y heridas estén completamente curadas... Esto debe ser cosa de magia...

ZYANNA: (lamiéndose los labios para quitar la sangre) Bueno, si quieres llamarlo así, no seré yo quien te lo impida. Si he decidido ayudarte es porque he leído tu aura y refleja buenas intenciones, pero al mismo tiempo he podido ver un gran pesar y sufrimiento... No dudes en pedirme ayuda si la necesitas, tesoro.

SHIROU: ...

Zyanna arroja el brazo cercenado del comandante al suelo, inclinándose hacia Shirou para cogerle el rostro con sus suaves manos hasta que sus ojos se cruzan con los del joven, dibujando una sonrisa comprensiva y dulce en su rostro. Pasados unos instantes Shirou rompe en llanto, apoyando su cabeza en las piernas de la bella mujer, mientras ésta le acaricia suavemente la parte posterior de la cabeza, permitiendo que el chico se desahogue por todo lo que ha sufrido.

ZYANNA: Tranquilo, desahógate. Cuéntame lo que te ha sucedido y te prometo que te ayudaré a solucionar tu problema.

SHIROU: (recomponiéndose un poco) Snif... Mis padres... fueron asesinados por el hijo de la gran puta de mi tío... Él hizo ver a nuestro reino que fue un accidente en el que él no tuvo nada que ver, pero me lo confesó hace algún tiempo... Mi hermana... ese desgraciado se la entregó al rey del reino vecino como si fuera un mero objeto para preservar la paz entre ambos... Yo intenté... Snif... rescatarla con unos cuantos hombres leales a mí... Desgraciadamente, fuimos emboscados y mis hombres fueron masacrados... Yo fui encarcelado por mi tío y condenado a muerte, pero logré escapar del calabozo... terminando perseguido por esos guardias que has matado... Muchas gracias... por salvarme...

ZYANNA: Eres verdaderamente admirable... No tengo palabras para describir lo conmovida que me siento... Te ayudaré a rescatar a tu hermana y a llevar a esas desgracias pecadoras ante la justicia. <<Qué tierno amor fraternal, ojalá Vladyron me hubiera demostrado más cariño en aquel entonces... No logro recordar con claridad lo que pasó. Mis recuerdos están distorsionados. ¿Es posible que sean erróneos? ¿Tendrá algo que ver el poder que aquel ente me entregó hace tantos millones de años atrás? Es bastante improbable, tan solo no he sido capaz de dominarlo completamente, principalmente porque he estado prisionera en un cristal muchísimo tiempo>>

Shirou al escuchar las palabras de Zyanna siente una gran alegría y alivio al contar con tan poderosa aliada, a pesar de no conocer sus orígenes. Zyanna le sonríe dulcemente y se pone de pie jugueteando un poco con su pelo.

SHIROU: Muchas gracias, bella señorita. Siento no haberme presentado como es debido, pero la situación no lo ha permitido. Me llamo Shirou, príncipe del reino de Elgyon y legítimo heredero al trono.

ZYANNA: ¿Eh? Ah, sí. Eso ya lo sabía, muchacho. Yo tampoco me he presentado formalmente, perdona mi falta de educación. Yo soy Zyanna, y soy una nómada espacial que tiene como objetivo erradicar todo el mal que existe.

SHIROU: ¿Nómada espacial? ¿Quiere eso decir que eres una especie de extraterrestre? Me cuesta de creer, ya que luces como una humana normal.

ZYANNA: (levanta su mitra para enseñarle a Shirou sus cuernos durante unos instantes y vuelve a colocársela sobre su cabeza) Puede que parezca humana, pero no lo soy. Pasemos a cosas más importantes, querido Shirou. He presenciado el poder de tu convicción y tu anhelo de hacer de este mundo un lugar en el que reinen la paz y la armonía, desprovisto de conflictos. Yo puedo otorgarte el poder necesario para lograrlo, pero deberás ser capaz de dominarlo o te destruirá por completo... ¿Estás dispuesto a correr ese riesgo?

SHIROU: ¡Por supuesto! ¡Haré cuanto esté en mi mano para rescatar a mi querida hermana y llevar a los malvados ante la justicia! ¡Aceptaré cualquier prueba para demostrarte que soy digno del poder que vas a entregarme!

ZYANNA: (sintiendo orgullo por la actitud decidida de Shirou) Que así sea.

Zyanna materializa una voluta de luz en la palma de su mano y la empuja para que se coloque delante del joven Shirou, quien traga saliva de los nervios y no puede parar de temblar al sentir la devastadora intensidad que desprende la pequeña esfera de color púrpura.

SHIROU: <<Tienes ante ti una gran oportunidad que no puedes dejar pasar. Una diosa de más allá de las estrellas ha decidido prestarte su ayuda. ¡Ni dudes ni vaciles! ¡Adelante!>>

ZYANNA: Deja que entre en tu ser y trata de hacer tuyo ese poder. En caso de no lograrlo, jamás podrás lograr tus sueños. Demuestra que tienes lo que hay que tener.

SHIROU: Sí.

Shirou presencia con pavor unos segundos más la voluta de luz que se encuentra a escasos centímetros de las palmas de sus manos, pero a pesar del miedo la empuja hacia la parte superior de su abdomen, desapareciendo poco después tras entrar en su cuerpo. Acto seguido el joven empieza a sentir un intenso dolor por todo su cuerpo mientras se retuerce por el suelo agonizando ante la mirada expectante de Zyanna, quien confía en que el joven logrará dominar el gran poder que ella ha decidido concederle.

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