CAPÍTULO 2: LA DAMA DE LA MUERTE


En la oscura noche en la que se escucha solamente el viento acariciando los árboles alguien jadea mientras corre desesperadamente para huir de los guardias reales que lo están persiguiendo incansablemente. El muchacho consigue dejar un poco atrás a sus perseguidores tras trepar el tronco de un árbol que había bloqueado el camino tras recibir un rayo, pudiendo verse su parte inferior chamuscada. En el momento en que el chico se coloca sobre el tronco para recobrar un poco el aliento es disparado en el brazo, dejando soltar un grito silencioso mientras se precipita por un barranco de poca altura, rodando por su superficie curvada durante unos segundos.

GUARDIA 1: ¡Creo que le he dado, comandante!

COMANDANTE: Debe haber caído por el barranco, busquemos una ruta para bajar rápidamente y apresar a ese criminal que ha estado a punto de causar una guerra con el reino vecino.

GUARDIA 2: ¡Sí! ¡Da igual que sea nuestro príncipe! ¡Hay que volverlo a meter entre rejas de por vida!

Los guardias con sus pasos sincronizados y ruidosos corren rápidamente a buscar un camino para llegar al fondo del barranco y arrestar al joven, el cual se encuentra cojeando debido a que se ha torcido el tobillo tras la caída y quejándose de la herida abierta en el hombro. La prioridad para el chico es cruzar el río y llegar al territorio neutral que se encuentra entre los dos reinos para buscar asilo y protección, cuando de repente escucha un ruido consistente, como si  un animal estuviese masticando con fuerza para partir huesos de su presa. 

SHIROU: ¿Y ese ruido? ¿De dónde vendrá? En mi condición debería evitar cruzarme con un animal salvaje, ya que no tengo el equipamiento apropiado para enfrentarlo. Ya estoy cerca de la orilla del río, si consigo cruzarla podré llegar al territorio neutral para recibir protección y evitar represalias de los dos reinos. Un poco más... casi lo he conseguido...

Cuando Shirou se acerca a la orilla del río ve entre unos árboles la luz de una pequeña hoguera. Sabiendo que la orilla es un lugar muy cercano a la frontera con el Territorio Neutral es muy posible que quien se encontrase junto a la hoguera perteneciese a los Neutrales y pudiese socorrerlo. Caminando lo más rápido que le permitían sus heridas avanzó por los árboles hasta ver a una bella mujer, pero lo que vio aparte le heló la sangre y empezó a sudar de puro terror, colocándose una mano temblorosa sobre su boca para evitar hacer ruido. La mujer con afilados colmillos estaba relamiéndose de placer mientras devoraba el cadáver de una chica joven, el cual estaba pálido y desangrándose, con múltiples mordeduras y sin carne en algunas partes permitiendo ver los huesos.

ZYANNA: Ahhhhh... Las chicas jóvenes siempre son de lo más deliciosas, aunque esta en concreto es muy delgada y apenas tiene carne. No ha podido saciar mi hambre del todo, es igual, más tarde iré a buscar alguna más para llenarme del todo, je, je. ¿Hmm?

Zyanna detecta la presencia de Shirou en el momento que éste pisa una rama, haciéndola crujir y de los nervios termina cayendo sobre su espalda, retorciéndose de dolor.

SHIROU: <<¡Mierda! ¡Me ha descubierto! ¡Estoy perdido!>>

ZYANNA: Vaya, vaya... Parece que tengo compañía. Es de mala educación interrumpir a una señorita mientras está comiendo, ¿sabes?

Haciendo uso de un extraño poder psíquico, Zyanna con una sonrisa envuelve a Shirou para llevarlo ante ella. Cuando el joven se percata de esto trata por todos los medios zafarse de esa energía para escapar pero sin éxito, temiendo cada vez más por su vida. Poco después, es posado lentamente en el suelo con suavidad y delicadeza delante de la enigmática mujer, quien dibuja una sonrisa de preocupación en su rostro, desconcertando a Shirou.

SHIROU: (aterrorizado) Ah... Ah...

ZYANNA: Pobre criaturita... ¿Cómo has terminado así? Tus heridas son muy graves, déjame ayudarte con mis poderes. Dime quién te ha hecho esto y lo pagará caro, tienes mi palabra.

Zyanna posa sus suaves manos en la parte inferior del rostro de Shirou, quien viendo más de cerca a la mujer fue cautivado por su deslumbrante belleza, viendo que su preocupación por él y deseo de ayudarlo eran genuinos, relajándose y olvidándose momentáneamente de sus problemas.

SHIROU: Yo...

Un ruido penetrante entre los árboles interrumpe a Shirou, y momentos después el pelotón de guardias reales surge de la floresta, causando que Shirou se esconda detrás de Zyanna pidiéndole protección con la mirada.

GUARDIA 1: ¡Por fin te hemos pillado, criminal!

GUARDIA 2: ¡No tienes escapatoria! ¡Deja de huir y vuelve a tu celda si no quieres empeorar las cosas!

COMANDANTE: (horrorizado al ver el cadáver de la niña) ¡Amelia! ¡No! ¡Hija mía! ¿Quién te ha hecho esto? 

ZYANNA: ¿Esa flacucha era tu hija? Podrías haberla alimentado un poco mejor y me hubiera llenado un poco más la tripa. Tenía más hueso que carne, pero estuvo deliciosa igualmente.

Mientras Zyanna se lamía los labios y la sangre fluía por ellos, el comandante entró en cólera. Desenvainando su espada con rapidez cargó contra la mujer, apuntando a su cuello para decapitarla, pero la hoja de la espada se partió en el momento que entró en contacto con la piel de Zyanna, sorprendiendo a todos los presentes.

COMANDANTE: No... No puede ser... Esta espada es de las mejores... ¿Cómo es posible que se haya partido como si nada?

ZYANNA: Eres muy ruidoso, ¿sabes? Deberías dejar de pegar tantos gritos y disculparos con este chico por el daño que le habéis causado. No soporto a los pecadores que cometen atrocidades de manera tan gratuita, hacedlo o sufriréis mi cólera.

COMANDANTE: ¡¡DESGRACIADAAAAAAA!!

El comandante saca un puñal para hundirlo en el rostro de Zyanna presa de la ira más absoluta, pero la mujer convierte su mano en un afilado tentáculo que con un rápido movimiento mutila el brazo del comandante, mandándolo a volar y dejando fluir un hilo de sangre.

ZYANNA: Je...

COMANDANTE: ¡¡AAAAAAAAARRRRRRRGGGGGGHHHHHH!!

El comandante cae al suelo presa del dolor y retrocede arrastrándose por el suelo, ordenando disparar a sus hombres, los cuales abren fuego al escuchar la orden de su superior. Zyanna, para repeler las balas y devolverlas, usa el manto negro que llevaba sobre sus hombros para pararlas en seco y lanzarlas de nuevo a quienes las habían disparado, sufriendo heridas mortales en el proceso.

ZYANNA: El terror presente en los rostros de los pecadores cuando se encuentran frente a la desesperación... Oh, adoro regodearme en ese momento, aunque mi cometido es eliminar el mal que existe y procederé a ello inmediatamente.

Los guardias reales aterrados ven cómo la mujer emite una luz roja intensa, levantándose en el proceso el manto negro que porta sobre sus hombros. Acto seguido, Zyanna levanta su mano derecha mientras una cúpula de energía roja rodea a los hombres heridos, y en el momento que cierra su mano empieza a girar a una velocidad vertiginosa, cortando en pedazos los cuerpos de los soldados y esparciéndose sus miembros cercenados por todas partes, manchando de sangre el suelo del lugar. Shirou presencia el sangriento acto en absoluto shock, y a pesar de que Zyanna lo mira con dulzura no puede evitar sentir aún miedo de la bella mujer.



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