VIII. Vanskelig å fortelle sannheter

CHAPTER 8
HARD TO TELL TRUTHS

Sentir como el aire movía su cabello, era la sensación más hermosa que Rhaena siempre pudo sentir, la sensación de cual se privó hace unos cuantos años.

En el cielo se podia admirar el cambio de colores en las nubes, lo que indicaba que el atardecer llegaba.

–Ēṭā phirē yā'ōẏāra samaẏa (es hora de volver) –le susurró al dragón

El dragón descendió hasta tocar tierra, Rhaena bajo de su lomo y estando en tierra le acaricio.
Rhaena vio el huevo en sus manos, por más que quisiera no lo iba a abrir, a menos que quisiera romperse los tímpanos, pero no fue culpa de ella leer la mente de Bagman, quien prácticamente tenía todo en la punta de la lengua.

Tanto el dragón como ella caminaron por el bosque unos largos minutos hasta que la obscuridad cubrió los cielos, el cielo despejado dejaba ver las estrellas, y si uno prestaba un poco de atención podría notar las constelaciones que estás formaban.

Un graznido de un cuervo la saco de sus pensamientos, bajo su mirada y ahí lo vio parado en una rama viéndola fijamente.
Una brisa de aire fresco se hizo presente, moviendo las ramas haciendo que las hojas cayeran, el viento se sentía tan frío pero a la ves tan familiar y en ese entonces Rhaena fue consciente de que el graznido del cuervo ya no se oía más, en el suelo yacía muerto, en ese momento ella ya no se encontraba sola.

Rhaena se dio media vuelta y miro aquel hombre que era de su misma sangre –Creí que estabas pudriendo te en el infierno

–Eso es lo que todos creen –dio una sonrisa ladina–. Revive lo –ordenó

–Sabes que no lo haré

–Mi querida Rhaena –se acercó más a ella–. Aveces pienso que eres demasiado ingenua

–No soy tu, Aegon –ella sonrió ladina–. Se las consecuencias que conlleva traer a alguien de la muerte

–Estas segura de ello –alzó una des sus manos y le acaricia la mejilla–. No por nada del mundo te haces llamar mi hija

Un gruñido se escuchó proveniente del dragón –No soy tu hija y tú más que nadie lo sabe

–Te pareces más a mí de lo que crees –tomo uno de sus mechones de cabello–. Te sienta mejor el rubio

Aegon se apartó de ella y desapareció en las sombras.

⚔️

El sol salía alumbrando todo a su paso, los silbidos de los pájaros se oían por todo el frondoso bosque.

Abajo de el ala del dragón se encontraba ella durmiendo plácidamente, –su cabello había cambiado a su color natural al igual que sus ojos–. Anoche, Rhaena no regreso a la casa, no le apetecía realmente, por eso prefirió quedarse en el bosque.

El dragón extendió sus alas y las agitó un poco, Rhaena se despertó para después levantarse del césped y se sacudió un poco la ropa para después dirigir su mirada al dragón.

–Āpanāra nāma āchē? (¿tienes un nombre?) –el dragón solo movió la cabeza en negación–. Spaṣṭata'i āmi ēkaṭi samparkē cintā karatē habē (tendré que pensar en uno) –Rhaena examinó al dragón con la mirada–. Dēkhā yāka (veamos) –miro el color de las escamas–. Tumi mahilā, tōmāra raṅa kālō (eres hembra, tu color es negro) –miro a los ojos del dragón–. Āpanāra śikhā ēbaṁ āpanāra cōkhēra raṅa bēguni (el color de tu llama y tus ojos es morado) –reflexiono un momento–. Ayāmithisṭa (amatista) –el dragón dio un grito como respuesta

Rhaena se sintió satisfecha al elegir adecuadamente el nombre hasta que el sonido de unas ramas rompiéndose y personas hablando en rumano captaron su atención.
Detrás de un árbol una cabellera pelirroja se hizo presente.

–¿Tú? –pregunto confundida–. ¿Qué haces aquí?

–Vine por eso –señalo al dragón

–Amatista –le corrigió

Él la vio confusa –¿Le pusiste un nombre?

Rhaena tomo el huevo en sus manos –Merece un nombre –se acerco al dragón y subió a su lomo–. Además, a ella le gusta

–Amatista, por el color de sus ojos –ella asintió como respuesta

–Se que mi padre te mando a buscarme

–Si, lo hizo –afirmó él–. Cuando está molesto, no es la misma persona ¿Sabes?

–Créeme que lo sé –ella sonrió–. ¿Vienes o te quedas?

–Jamás e montado un dragón

–Siempre hay una primera ves para todo

Charlie se acercó con algo de cautela, con un poco de ayuda de parte de Rhaena se subió al lomo del dragón quedando atrás de Rhaena.

–Sōvēs (vuela) –dijo en susurro y Amatista emprendió el vuelo

Charlie estando arriba surcando los cielos sentía una sensación única e inigualable, no existían palabras para que el pudiera describirlas. Estando en una altura demasiado alta el vértigo se hacía presente, pero no lo sentía al tenerla a ella cerca.

–Esto es... –comenzó a decir él

–Asombroso –completo ella mientras lo miraba

–Si

Y así ambos compartieron un momento que atesorarían por siempre, Rhaena disfrutando nuevamente el sentirse libre mientras Charlie disfrutando una nueva sensación de libertad.

⚔️

Amatista descendió y una ves en tierra ambos bajaron del lomo del dragón.

–¿Así es como se siente volar? –inquirió Charlie

–Asi se siente la libertad –respondió ella–. Yo nací para esto, créeme, en mis tantos años de vida los dragones siempre son y serán lo mejor que me pudo pasar

–Comprendo ese sentimiento –ella le sonrió

Rhaena miro a Amatista que parecía buscar algo entre los árboles y fue ahí donde un venado salió de su escondite para terminar siendo la cena principal de el dragón.

–Jamás creí tener celos de un dragón –ella susurró mientras veía como Amatista desgarraba la piel del animal para comérsela

Charlie rodeo los brazos por la cintura de Rhaena –Porque sentirías celos por... –penso por un segundo–. Ya entendí

En eso se escucharon voces las cuales Rhaena reconoció fácilmente –¿Quién más vino contigo a buscarme?

–Tengo entendido que solo venimos los dragonolistas por Amatista

–No vinieron solos

Rhaena se separó de Charlie y camino un poco entre los árboles con Amatista estando alerta ante cualquier cosa desconocida.

«¡¡Rhaena!!» se escuchaba que gritaban; los gritos se escuchaban más cerca y de la nada tres cabelleras rubias se hicieron presentes, detrás de ellas dos cabelleras pelirrojas, y Ejder, su querido hermano.

–¡¡Aquí estás!! –dijo Elaena al verla

–¡¡Gracias a los dioses, ya no quería caminar más!! –exclamó Rhaenyra

Ejder miro a su prima –Exageras demasiado

–¡Charlie! –exclamaron los gemelos–. ¿Qué haces aquí?

–Vine ha buscar a Amatista –respondió con simpleza

Entre ellos se vieron un poco confundidos hasta que oyeron un gruñido dejando ver esa piel escamosa y esos ojos violeta.

–Śānta ha'ō, tārā āpanākē kichu karabē nā (tranquila, no te harán nada)

–Excepcional como siempre –alagó Rhaenyra–. Sabes, de los participantes del torneo, tu fuiste la mejor

–Mejor calificación de los jueces, y un tiempo récord –continúo Elaena–. Aunque eso de convertir al dragón para que tuviera jinete, no puso contento a Ragnar

–Padre está algo molesto por eso –agregó Ejder–. Anoche hubo reunión familiar en la cual no asististe y Graddfarmôr estuvo ahí

–Y... Cuando se fue le dijo a sus amigos –prosiguió Rhaenyra señalando a los gemelos

–Pero no se los dije todo –aclaró Juliette–. Cuántas veces tengo que explicarte

–Dejando a un lado eso –comentó Ejder–, algo más paso esa noche, razón por la cual padre trajo a más guardias y asignó grupos de búsqueda –Rhaena hizo un ademán para que prosiguiera pero los gemelos respondieron por él

–Un niño desapareció –comentó George

–Nadie sabe dónde podría estar –prosiguió Fred

–Si estuviera muerto o en plena agonía, sería la primera en saberlo –Rhaena mencionó–. ¿Hace cuanto desapareció?

–Sus amigos dicen que durante la prueba no lo vieron –respondió Ejder–. Así que lleva más de doce horas perdido

–Sigo sin entender la función de tus runas –comento Juliette–; pero hay rumores de que fueron ustedes tres

–Graddfarmôr –comienza a decir Rhaena–. Nosotras no secuestramos para matar, nosotras torturamos desde la raíz del problema

–Siempre ha sido así –prosiguió Rhaenyra–. Razón de nuestra linda reputación

–Y razón por la cual ya no pasamos tiempo juntas –Elanea agregó–. Que recuerdos de los viejos tiempos

–Si –admitió Rhaenyra–. Demasiados

–Y Dumbledore dará un anuncio está noche en el comedor –finalizó Ejder

–¿Y tú como sabes eso? –inquirió George

–No importa como lo sé

–No escucharé más –anunció Rhaena–. Me voy

Rhaena se acerco a Amatista y monto a su lomo; le hizo una señal con la mirada a Charlie para que viniera con ella a lo cual él no dudo un segundo en subir al lomo del Dragón.

–Sōvēs (vuela) –susurro y Amatista emprendió el vuelo

⚔️

Después de unos minutos ambos llegaron a la casa, Rhaena entro rápidamte hasta llegar al despecho donde supuestamente su padre se encontraba, la puerta estaba serrada, acerco su oído a la puerta para poder escuchar de aquella plática.

–Es más que un niño desaparecido, Kaysa –se escucho la voz desesperante de su padre

–Ragnar, cálmate –Kaysa trato de tranquilizarlo–. Le encontrarán

Se escucho un silenció –Si lo encuentran muerto, sabes de quién se trata y no me refiero a ellas

Se escucha un suspiro por parte de su madre –Comprendo, pero eso significa una cosa, que no está muerto

–Créeme, lo está –se escuchan pasos de derecha a izquierda–. Solo nos hace creer lo contrario

–Si es él el que está detrás de todo esto, ¿por qué secuestraría a un niño?

–Porque sería la única cosa que lo traería de nuevo a la vida –Ragnar comenzó a explicar–. Los niños son las almas más puras y las más fáciles de corromper

Y eso era cierto, Aegon se encargo de corromper su alma y volverla oscura llevándola ha hacer cosas que nunca creyó, aquellas runas en su piel fueron un castigo gracias a él, muchas cosas de su pasado fueron causadas por él.

Rhaena ya no pensaba escuchar más, escucho más que lo necesario, ahora las piezas del rompecabezas empezaban a encajar.

Camino hasta llegar a su habitación, despejar su mente sus pensamientos era lo que necesitaba, así que un baño no era una mala idea.

⚔️

Unos largos minutos después Rhaena estaba vestida y arreglada viendo su reflejo en el espejo, ahora entendía porque los cuervos muertos, porque vio a Aegon aquella noche desaparecer en las sombras, ahora comprendía porque la preocupación en la voz de su padre, si no había un cuerpo, a Aegon se le complicaría más volver del mundo de los muertos, así que no había otra opción mejor que los sacrificios de almas inocentes para traerlo de vuelta, al menos sus runas no brillaban de un color en específico, así que aún no estaba muerto.

Unos golpes en su puerta la trajeron de vuelta a la realidad y sin pedir permiso ni nada por el estilo siete personas ingresaron el su habitación.

Ejder serró la puerta y miro a su hermana –¿Qué tanto escuchaste?

–Lo suficiente para saber que sucede

–Solo eso

–No lo va a decir Ejder –menciono Elaena–. Ó al menos no a ti

–Qué gran apoyo moral das Elaena

–Soy la única aquí que no entiende nada –dijo Juliette

–No eres la única, Juliette –mencionó George

–Nosotros tampoco entendemos que sucede –continuo Fred–. Y apuesto lo que sea a qué Charlie tampoco

Un toque a la puerta los hizo mirarse entre ellos –Adelante

La puerta se abrió dejando ver a Sigrid –Su padre desea verla

–Dile que en un minuto bajo –dijo Rhaena y Sigrid se retiró-. Si realmente quieren saber que es lo que sucede, todo esto tiene que ver con Aegon

–Bromeas, ¿no? –Rhaenyra miro a su prima

–Crees que lo hago

–Sigo sin entender Fred

–Lo mismo digo George

–Una ves me dijiste que tus runas son una bendición y una maldición –comenzó a decir Charlie–. Por eso te quiere ver tu padre, para ver si tu podrías encontrar al niño vivo o muerto

–Acertaste, correctamente

Rhaena salió de la habitación con los demás tras ella, al entrar al comedor vio a su padre y madre.

–Me alegro que decidieras volver –Ragnar miro a su hija–. Tenemos que hablar

–No –afirmo ella–. Tú vas a hablar; se lo del niño, la razón de los cuervos muertos, dime ¿Debo estar al tanto de algo más?

Al ver la expresión de su padre todo cambio –Estas más que al tanto de todo –dio una sonrisa ladina y miro a los pelirrojos–. Deberían irse

–No lo veo necesario que se vayan –comenzó a decir Kaysa–. Også en av dem går ut med datteren vår (además, uno de ellos sale con nuestra hija)

Tanto Ejder como Juliette, Rhaenyra y Elaena miraron a Rhaena a lo que ella respondió –Det er ikke noe formelt, ennå (no es formal, todavía)

–Men du innrømmet det allerede (pero ya lo admitiste) –dijo Elaena

–Det stemmer, du er med ham, ikke formelt, men det er du (Así es, estás con él, no formalmente, pero lo estás) –continúo Rhaenyra

–Si saben que comprendo lo que dicen ¿Verdad? –menciono Juliette captando la atención de los presentes

–Noen ganger ønsker jeg å drepe dem (aveces desearía matarlas) –admitió Rhaena–. Dejando ese tema a un lado, encontraron una prenda de el niño

–Asi es, la capa que usaba, un Ravenclaw, e intentar rastrearlo es inútil –mencionó Ragnar

–Bien –Rhaena suspiro–. Prometo encontrarlo, vivo o muerto, y es mi última palabra –se acercó a Charlie–. Necesito que se lleven a los dragones ahora, mientras aún hay luz del día

–Alguna razón en especial

–Si Aegon mata a un dragón –comenzó a decir Ragnar–, el poder que el tiene se hará más fuerte

–Sera mejor abrir un portal que los deje directo en el santuario –su padre asintió como respuesta y se fue del lugar

–Así que está es la despedida

–Es solo un hasta pronto

–Juliette –comenzó a decir George– porque no nos cuentas a mí y a Fred lo que no entendimos

–Será un placer traducirles lo que no entendieron –ella les sonrió y los tres salieron del comedor

–Ire a ver qué tanto dicen –menciona Elaena

–Voy contigo –Rhaenyra tomo de los hombros a Ejder–. Anda, acompáñanos

Los tres salieron del comedor y Kaysa junto con ellos, dejándolos a ellos dos completamente solos.

–Se que Amatista tiene tu confianza –comenzó a decir Rhaena–, así como tú tienes la suya, puede que no la comprendas pero ella te comprende a ti

–¿Comprenderme?, de que forma

–Entiende cualquier lengua solo que si quierés comunicarte con ella será mediante su propia lengua

–Asi que si hablo con Amatista, ella me responderá con gruñidos

Rhaena sonrió –Algo así, aveces dejan marcas en rocas, parecen rasguños pero es una forma de comunicarse

–Cuidare de ella, es una promesa

–Se que lo harás

Ambos se abrazaron –Prometo mandarte cartas cada ves que pueda

–Y yo prometo responderte cada ves que las mandes

⚔️

La noche ya había caído, los dragonolistas y los dragones ya se habían ido hace horas y Charlie junto con ellos.

Rhaena miraba la obscura noche desde la ventana de su habitación, miraba sus tatuajes, no habían brillado por el resto del día, pero siempre, cuando menos se lo esperaba brillaban.

Rhaenyra entro en su habitación y examinó a Rhaena con la mirada, vestía con pantalones de cuero gris bastante ajustado a su cuerpo y usaba un bustier de cuero negro sin tirantes, traía puestas una botas de cuero negro con tacón de puente y una capa gris plateada en su hombro derecho sujetada por una cadena de plata la cual parecía tener el aspecto de huesos y esa peculiar joya que adornaba del mismo lado de la capa, tres cabezas de dragón –tres cabezas de dragón, esa joya representaba el símbolo de su casa– y en su cabeza llevaba una tiara dorada de cristal de princesa, adornada con diamantes, los cinco diamantes más grandes le daban un toque plateado a la tiara.

–Te ves bien –Rhaenyra le dijo

–Lo mismo digo de ti

Rhaenyra vestía similar a ella, solo cambiaban unos pocos detalles, ella usaba un corset victoriano de cuero negro con tirantes al igual que pantalones de cuero del mismo color y una capa rojo merlot en su hombro derecho sujetada por una cadena de plata y una peculiar joya que adornaba del mismo lado de la capa, la cabeza de un lobo y los ojos de este tenían dos pequeños rubíes.

–Sera mejor que nos vayamos de una vez –dijo Rhaenyra–. Por cierto, a Juliette realmente le queda bien nuestro estilo

–Así que ya le dijeron que a ella no se le aplica usar el uniforme escolar

–La hubieras visto, algo dentro de ella le emociono demasiado

–Era de esperarse –ambas rieron y salieron de la habitación

Salieron de la casa y caminaron hasta entrar al castillo, no había nadie en los pasillo porque los alumnos se encontraban en el Gran Comedor. En el pasillo se encontraron a Elaena junto con una nerviosa Juliette y un Ejder demasiado tranquilo.

–¿Y a ti que te sucede? –pregunto Rhaenyra

–No sabe cómo reaccionar cuando cruce la puerta –respondió Elaena

Juliette las miro –¿Siempre visten así?

Las tres vestían casi igual solo que Elaena llevaba un corset victoriano sin tirantes en gris, pantalones de cuero negro y una capa blanca en su hombro derecho sujetada por una cadena de plata y una peculiar joya que adornaba del mismo lado de la capa; la cabeza de un águila y los ojos de este tenían dos pequeños diamantes.

–Siempre lo hacen –respondió Ejder–. Y tú vistes igual que ellas pero con el color azul en el corset, y azul celeste en la capa, tu pantalón negro y la joya de tu familia

–¿Te refieres a la cola de sirena adornada con pequeños zafiros? –inquirió Juliette a lo que Ejder asintió como respuesta–. Y ¿Porque tú y Rhaena usan corona?

–Porque son los primeros en la sucesión del trono –respondió Rhaenyra

–Comprendo

–Ya te puedes tranquilizar –le dijo Elaena–. Solo entraras ahí con la cabeza en alto y toda la confianza del mundo, harás una reverencia y estarás todo el tiempo con nosotras

Juliette suspiro –Hagamos esto antes de que me arrepienta

–Así se habla Graddfarmôr –dijo Rhaenyra

Después las tres caminaron directo a la entrada y entraron al gran comedor. Después de un par de segundos después Rhaena ingreso con su hermano a lado de ella, ambos se encaminaron a la mesa del fondo pero antes de ir junto con sus primas detuvieron su caminar donde el profesor Dumbledore y Ragnar se encontraban de pie, ambos hermanos pusieron su mano derecha en el corazón e hicieron una reverencia y dijeron:

–Konungurinn lengi lifi

Subieron tres peldaños y se colocaron a lado de Ragnar, sus primas se encontraban justo a lado.

–Buenas noches, damas, caballeros, fantasmas y, muy especialmente, buenas noches a nuestros huéspedes –dijo Dumbledore, dirigiendo una sonrisa tranquilizadora–. Muchos de ustedes sabrán la razón por la que todos estamos reunidos hoy

Murmullos se empezaban a escuchar –Un niño desapareció –comenzó a decir Ragnar–. Pero haremos todo lo posible por encontrarlo

En ese momento los tatuajes de Rhaena emanaron un brillo azul eléctrico, su padre la miro de reojo así como sus primas y hermano, Rhaena miro sus brazos y sus ojos se volvieron blancos los cuales en segundos volvieron a la normalidad, ella miro a su padre.

–Død eller levende, finn den (vivo o muerto, encuéntralo) –su padre le dijo

Rhaena miro a Rhaenyra y ella abrió un portal el cual ellas, Ejder, Elaena y Juliette cruzaron. El portal los dejo justo en el bosque, los cinco crearon unas esferas de luz para poder ver en la oscuridad.

–Todo este tiempo buscaron en el lugar equivocado –mencionó Rhaena

Ella empezó a caminar con los demás detrás de ella –¿Qué significa el azul? –inquirió Juliette

–Peligro –respondió Ejder–, gente inocente se encuentra en gran peligro

Rhaena aceleró el paso al igual que los demás, que incluso podría decirse que su paso era tan acelerado que prácticamente se encontraban corriendo. De un segundo a otro Rhaena se detuvo y observo sus runas las cuales cambiaron a un rojo brillante, los demás también detuvieron su paso.

–Ya es tarde –murmuró Rhaena

Volvió a retomar su paso y los demás la siguieron, graznidos de cuervos se empezaron a escuchar y al llegar al lugar que vio en la visión Rhaena paro en seco; Juliette se detuvo al lado de ella y alzó la mira y vieron al niño colgado en un árbol; Ejder, Rhaenyra y Elaena llegaron y vieron lo mismo, Juliette dio un jadeo de sorpresa y de no ser por las esferas de luz no podrían ver la atrocidad que hicieron con el cuerpo.

Piensa en el método de tortura más gráfico, cruel, sanguinario y lento que conozcas, y posiblemente no te acerques al ritual asociado a los vikingos conocido como el águila de sangre.

El método de tortura del águila de sangre se define como uno de los más dolorosos y terroríficos jamás creados.

Las manos y las piernas de la víctima están atadas para evitar el escape o los movimientos bruscos.

Luego, la persona que buscaba venganza apuñalaba a la víctima por su coxis y hacia la caja torácica. Cada costilla se separaba meticulosamente de la columna vertebral con un hacha, lo que dejaba a la vista los órganos internos de la víctima como exhibición de crueldad máxima.

Como si esto no fuera suficiente, después de cortar todas las costillas de la persona en cuestión y extenderlas como si fueran dedos gigantes, el torturador sacaba los pulmones de la víctima para que pareciera como si tuviera un par de alas extendidas en su espalda; la víctima permanecía con vida durante todo el procedimiento. Y lo que es peor, los vikingos entonces aprovechaban para frotar sal en la herida abierta.

De esta forma, el águila de sangre se manifestaba en toda su gloria. La víctima se había convertido en un ave fangosa y sangrienta.

Había dos razones principales por las que los vikingos usaban el águila de sangre en sus víctimas. Primero, creyeron que era un sacrificio para Odín, el padre del panteón de los dioses nórdicos y el dios de la guerra. En segundo lugar, el águila de sangre se hacía como castigo para los individuos sin honor.

–¿Quién haría algo tan cruel? –preguntó Juliette ante lo que sus ojos veían

–Alguien quien ya no tiene sentido de cordura –respondió Elaena

⚔️

Ya era de madrugada y los cielos empezaba a iluminarse, Ejder, Elaena, Juliette, Rhaenyra y Rhaena permanecían en el mismo estado, como si estuvieran perdidos en sus pensamientos. Después de haber encontrado el cuerpo abrieron un portal que los llevo directo con Ragnar, el se encargo de eso mientras ellos cinco regresaban a la casa.
Intentaban dormir pero no lo lograban así que durante toda la noche estuvieron en la sala acompañados del fuego que emanaba la chimenea.

Al menos ellos no sufrieron tanto como los padres del niño iban a sufrir cuando se enteraran de lo sucedido.

Kaysa entro a la sala y los vio –No deberían sentirse de esa forma, los padres del niño sufrirá su perdida de igual manera

Rhaenyra miro a su tía –¿Pero por qué torturar lo con el águila de sangre?

Elaena de igual forma la miro –Además, esa tortura no se ha aplicado hace siglos y no es algo que suceda muy amenudo

Ejder miro a Juliette –Y creo que a Juliette le afecto verlo

Los presentes la miraron unos segundos –Y si hubiera intentado revivirlo –comenzó a decir Rhaena–, no habría funcionado –todas las miradas se pasaron en ella

–Es difícil de evitar lo inevitable –menciono Ragnar entrando a la sala–. Pero no hay que sufrir por ello

Rhaena miro a su padre –Me encargaré de que regrese al infierno de dónde vino, ten eso por seguro

–Cuando hablas de esa forma hermana –Ejder la miro–, realmente me das miedo

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