cuadrado de odio
En el vasto espacio, dos luces verdes se entrechocaban una y otra vez. Una de ellas realizó una voltereta, revelando a Green Lantern (Hal Jordan). Con rapidez, Hal creó un bastón de energía que comenzó a girar hábilmente entre sus manos.
—Y ahora, si quedas atrapada en los pies... viene un ataque repentino —dijo Hal con una sonrisa juguetona mientras se lanzaba hacia su oponente.
Green Lantern (Jessica Cruz) lo observó, parpadeando con confusión.
—¿Ah? Oye, ¿qué significa eso? —preguntó Jess mientras levantaba su anillo, lista para defenderse.
Sin darle tiempo a reaccionar, Hal se abalanzó con el bastón en alto. Jess rápidamente formó otro bastón verde y bloqueó el ataque. Los dos intercambiaron golpes, sus construcciones de luz chocando y destellando en la oscuridad del espacio.
—¡No, no, no! —retumbó una voz grave.
Ambos detuvieron su entrenamiento y voltearon en dirección al sonido. Killowog, el veterano instructor de los Green Lanterns, flotaba cerca con los brazos cruzados y una expresión severa.
Jess y Hal intercambiaron una mirada antes de deshacer sus bastones y volar hacia él.
—¿Qué parte de esto no entienden? —gruñó Killowog mientras señalaba a Jess con su gran dedo. —Estás esperando que aparezca una pizza para distraerlo, ¿cierto?
—Eso sería una buena estrategia, en realidad —comentó Hal con una sonrisa burlona.
—¡Cállate, Jordan! —bramó Killowog, dirigiendo una mirada fulminante hacia Hal. —Si estuvieras peleando con alguien de verdad y no con este mosquito —añadió, señalando de nuevo a Jess—, ¡estarías en la enfermería ahora mismo!
Hal se encogió de hombros con calma.
—Te lo dije, Killowog, Jess no pelea.
Killowog gruñó, visiblemente frustrado. Su anillo comenzó a brillar intensamente mientras creaba un enorme mazo de energía verde.
—¡En el cuerpo de los Green Lanterns, todos pelean! —rugió mientras se lanzaba con un mazo hecho de energía verde hacia Jess.
Jess, sorprendida, levantó un escudo verde para protegerse justo antes de que Killowog comenzara a golpearlo con fuerza. Cada impacto la hacía retroceder, mientras su escudo se agrietaba poco a poco.
—¡Tu anillo es tan débil como tu voluntad! —gritó Killowog, intensificando sus ataques. —¡El miedo debilita tu mente y te vuelve inútil!
Con un golpe final, el escudo se hizo pedazos, y Jess fue lanzada hacia atrás. Killowog se acercó con el mazo en alto, dispuesto a continuar.
—¡No tengo miedo! —gritó Jess, extendiendo su mano y disparando un rayo de luz verde desde su anillo. El rayo tomó la forma de un pulpo gigante que se adhirió a la cara de Killowog, cubriéndole los ojos.
—¡Jajaja! ¡Te está ganando con sushi! —se burló Hal mientras observaba.
Killowog gruñó furioso, arrancándose el calamar de encima, pero cuando miró hacia abajo, se dio cuenta de que estaba parado sobre una alfombra de energía verde. Jess tiró de ella de inmediato, haciéndolo caer de espaldas.
—Simplemente creo que, cuando se trata de pelear, siempre hay otro camino —dijo Jess, flotando sobre él.
Killowog se levantó, sacudiéndose.
—Tienes suerte —admitió, aunque su tono aún era severo. —Pero no podrás confiar en eso para siempre. Tarde o temprano, tendrás que aprender a pelear de verdad.
Metrópolis High , Campo de fútbol
El sol brillaba sobre el campo de fútbol de Metrópolis High. Nick estaba recostado en una de las bancas, observando al equipo mientras se preparaban para un partido. Sus ojos vagaron por el campus hasta detenerse en Jess, que caminaba al lado de Hal Jordan.
—Killowog tiene razón, tendrás que golpear a alguien algún día —comentó Hal, con las manos en los bolsillos.
Jess suspiró.
—Ay, Hal... ¿de verdad tienes que equivocarte en todo?
Hal sonrió, pero antes de responder, una voz animada los interrumpió.
—¡Acaba con ellos, Jordan! —gritó una chica desde las gradas.
—¡Derrótenlos, hámsters! —agregó otra chica, señalando a la mascota del equipo, un pequeño hámster vestido con una camiseta del equipo.
—¡Wooo! —gritaron al unísono los estudiantes.
Hal se llevó una mano al pecho, inflando su ego.
—¡Los derrotaré sin sudar! ¡Wooo! —exclamó, levantando los brazos.
Jess continuó caminando sin prestarle atención.
—Oye, ¡espera! —gritó Hal, corriendo tras ella.
—La vida no es un encuentro deportivo, Hal. Hay otras formas de ganar puntos que no involucran golpear personas.
Nick apareció de repente detrás de ellos, mirándolos con curiosidad.
—¿Qué están haciendo?
Jess sonrió.
—Hal está practicando para convertirse en la próxima mascota del equipo.
—¡Oye! —protestó Hal, pero no pudo evitar reírse también.
—Hal, Hal, Hal... —dijo Nick, mirándolo con una expresión de desaprobación—. ¿Qué te he dicho sobre intentar meterte en el traje de la mascota?
—Nick, eso nunca pasó —respondió Hal, confundido—. Como sea, ya no escuché lo que dijiste después de "Hal". —De repente, se escondió detrás del basurero más cercano—. No sabía que jugaríamos contra ellos —dijo, con miedo.
—¡Jajaja! ¿Cómo? O sea, ¿el gran Hal Jordan le tiene miedo al otro equipo? —se burló Jess.
—¡Jajaja! —rió Nick, limpiándose una lágrima.
—No es al equipo, es que le tengo miedo —dijo Hal, mirando cómo las porristas del equipo rival bajaban del autobús—. Finalmente me encontró —dijo Hal, con pánico, mientras observaba a una adolescente de piel clara, complexión delgada y baja estatura, con ojos violeta claro y una larga y voluminosa cabellera púrpura recogida en una alta cola de caballo, sujeta con un lazo rosa. Además, llevaba lápiz labial rosa oscuro—. Mi mayor enemigo...
—¿Se encuentra detrás de la adorable porrista, verdad? —preguntó Nick, confundido.
—Sí, es la porrista —respondió Hal, temblando.
La chica empezó a mirar a su alrededor, hasta que, por fin, vio a Hal esconderse detrás del basurero, acompañado por Jess y Nick.
—¡Ay, creo que ya me vio! —exclamó Hal.
La chica frunció el ceño y miró con furia en dirección a los chicos, antes de caminar hacia ellos, irritada, moviéndose con paso firme.
—¡Ay, ya basta, grandulón! —dijo Jess, mirando con pena cómo Hal se encontraba acurrucado en posición fetal.
—Esto ya no es divertido, es triste —comentó Nick, apartando la mirada.
—Estoy segura de que ella solo es una chica ino... —se detuvo Jess, al ver un destello violeta detrás de los asientos, asustando a algunas personas—. ¡Fensiva!
Detrás de los asientos, una chica de baja estatura, vestida con un vestido victoriano violeta, guantes y botas blancas a juego, y una especie de tiara violeta, comenzó a elevarse, rodeada por una aura violeta en forma de corazón.
—¡Creíste que te desharías de mí, ¿verdad? Hal Jordan! —preguntó la chica, furiosa, mientras Hal se acurrucaba aún más—. ¡Pues ahora eres mío! —gritó, arrojando un corazón violeta hacia él.
Rápidamente, Jess y Nick se apartaron de Hal cuando el corazón impactó contra el basurero. La explosión liberó una nube violeta, causando que las personas comenzaran a gritar.
—¡Tú me perteneces, Hal Jordan! —gritó la chica, mientras comenzaba a disparar corazones de manera descontrolada—. ¡¿Dónde estás, Hal Jordan?!
—¡Vámonos! —gritó Nick mientras Jess tomaba a Hal de la muñeca.
El trío corrió a través del campus, que ahora estaba lleno de explosiones, hasta que se refugiaron detrás de un puesto de churros.
—¿Qué sucede? ¿Quién es esa chica? —preguntó Jess.
—¡Se llama Star Sapphire y es muy intensa! —respondió Hal, alarmado.
—¿En serio? ¡No me digas! —dijo Nick, sarcasticamente.
—¿Es alguna especie de princesa espacial maniática y súper malvada? —preguntó Jess.
—¡Peor, ella es! —dijo Hal, desviando la mirada—. Mi exnovia...
—¡No, ¿qué?! —exclamó Jess, sorprendida.
—¡Me estás diciendo que estamos en esta situación por tu culpa pedazo de mamagüevo! —dijo Nick, furioso, mientras tomaba a Hal por el cuello de la camisa.
En ese momento, un corazón impactó contra el puesto de churros, lanzando a los chicos por los aires y dejándolos sin refugio. Rápidamente, comenzaron a correr.
—¡¿Salías con una supervillana?! —gritó Jess, molesta, mientras se escondían detrás de unos sleds.
—¡Yo no te digo nada por salir con el rarito de Nick! —respondió Hal, defendiendo su posición.
—No, no, eso nunca pasará —dijeron los dos al unísono, calmados.
—¡Basta, Hal! Como diría Killowog, hay que parar a este mosquito —dijo Jess, seria, mientras su anillo comenzaba a brillar.
Rápidamente, los ojos de Nick se volvieron de color rojo, su piel se tornó blanca como el marfil, sus orejas y colmillos se alargaron, su cabello creció hasta sus hombros de forma desordenada, su nariz se acható, similar a la de un murciélago, y sus uñas se estiraron en garras afiladas.
Los anillos de Hal y Jess brillaron con intensidad.
—¡En el día más brillante, en la noche más oscura! —dijo Jess.
—¡Ningún mal escapará de mi vista! —dijo Hal.
—¡Que aquellos que veneran al mal...! —exclamó Jess.
—¡Se cuiden de mi poder! —gritó Hal.
—¡La luz de mi Linterna Verde! —gritaron ambos al unísono, siendo envueltos por una intensa luz verde.
Cuando la luz se disipó, Green Lantern (Jess) estaba en su forma completamente transformada, mientras que Hal Jordan no había cambiado. Su anillo comenzó a emitir un líquido verde.
—¿Qué le pasa a tu anillo? —preguntó Green Lantern (Jess), mientras Hal intentaba esconder su anillo detrás de él con una sonrisa incómoda.
—Hal, tienes miedo —dijo Jess, burlándose.
—¡Oye! —dijo Hal, molesto—. En serio, me da miedo. —Hal habló antes de que los sleds explotaran por culpa de un corazón.
—¡Voy a golpearte hasta que olvides a ese imbécil! —dijo Morbius, mirando a Star Sapphire con rabia.
—¡Corre, Hal, a los vestidores! —le gritó Green Lantern, mientras Hal comenzaba a correr hacia los vestuarios.
—¡No te puedes escapar de mi amor, Hal Jordan! —gritó Star Sapphire, disparando corazones, antes de ser embestida por Morbius.
El vampiro viviente comenzó a arañar los corazones, destruyéndolos con sus garras. Justo cuando estaba por arañar el rostro de Star Sapphire, una mano verde lo agarró y lo atrajo hacia Jess.
—¿Por qué me detuviste? ¡Es una villana! —le reclamó Morbius a la chica.
—¡También es una adolescente! —gritó Green Lantern mientras protegía al grupo con una esfera verde. —¡Ay, pues qué le hiciste! —dijo mirando a Hal.
—¡Nada, está enojada porque terminé con ella! —respondió Hal rápidamente.
—¡El peor mensaje del mundo! —gritó Star Sapphire, lanzando corazones furiosos.
—¡Espera! —dijo Green Lantern, deteniéndose, lo que provocó que Hal chocara contra ella. —¿Terminaste con ella por mensaje? —preguntó, enojada, mientras soltaba a Morbius.
—Le puse una carita sonriente, no soy el Guasón. —dijo Hal, intentando restarle importancia.
—Muy lindo gesto de tu parte —comentó Morbius, apoyándolo.
—¡Lo ves! ¡Él lo entiende! —gritó Hal, sintiéndose respaldado.
—¡Ahora hay una carita triste en mi corazón! —gritó Star Sapphire, levantando los brazos y creando un enorme corazón con carita triste.
Inmediatamente, Morbius agarró a Hal del cuello de la camisa y empezó a correr a toda velocidad hacia los vestuarios.
—¡¿Cómo pudiste hacerlo?! —gritó Green Lantern, siguiéndolos.
—¡Me rompiste el corazón! —dijo Star Sapphire, desesperada.
—¡Es lo más bajo que has hecho! —gritó Green Lantern, apuntando a Star Sapphire.
—¡Estuve llorando toda la noche! —gritó Star Sapphire, lanzando el corazón con la carita triste hacia ellos.
El impacto provocó que Morbius casi se cayera, pero logró mantenerse en pie.
—¿Podrías por favor darle un golpe? —dijo Hal, molesto, mirando a Green Lantern.
—¡Si alguien merece un golpe, eres tú! —le gritó Green Lantern, creando una barrera frente a Star Sapphire.
La barrera provocó que Star Sapphire frenara en seco, dándole tiempo suficiente al trío para llegar a los vestuarios. Rápidamente entraron, encontrándose con la mirada incómoda de todos los miembros del equipo.
—¡Una chica! —gritó un jugador, alarmado.
El resto del equipo no tardó en salir de los vestuarios, gritando en pánico, lo que dejó a los tres en una situación aún más incómoda. Morbius soltó a Hal, y rápidamente, Green Lantern le dio una manazo en la cabeza.
—¡Auch! —dijo Hal, molesto, mientras se sobaba la cabeza—. ¡Por favor! No sabía que era una Violet Lantern cuando salimos, solo era Carol —dijo Hal, tratando de excusarse.
—¿Una Violet qué? —dijeron Green Lantern y Morbius al unísono.
—Una Violet Lantern —dijo Hal, mirando a Green Lantern—. Ya sabes, nuestros anillos usan la voluntad, el de ella usa el amor.
—¡No puede ser! —gritó Star Sapphire desde lejos—. ¡El amor siempre encuentra el camino!
—Ugh —suspiró Hal—. Ojalá no fuera tan encantador, además de guapo, así ella no tendría poderes. —dijo Hal, con una sonrisa confiada.
—Pues como que un Adonis no eres exactamente —comentó Morbius, visiblemente molesto.
—Ah —soltó Green Lantern antes de sonreír—. Eso es, tal vez tengas razón en algo. —apuntó hacia Hal, como si tuviera una revelación.
—Ah, así que tú también piensas que soy guapo —dijo Hal, arrogante.
—Blagh —soltó Green Lantern—. Me refiero a su poder, ¡es el amor! ¿No? —dijo, arrastrando a Hal hacia el lavabo—. Solo tenemos que hacer que no te ame, o sea, haciéndote feo. —dijo Green Lantern mientras hacía que Hal se mirara al espejo.
—Buena suerte con eso, Jess —dijo Hal, con tono confiado.
—No, en serio —dijo Morbius, levantando una revista del suelo—. Según esta revista, este tipejo es el top 9 de los adolescentes más guapos de Metrópolis —comentó Morbius, con incredulidad—. ¿Quién podría tener tan mal gusto?
Rápidamente, Green Lantern comenzó a peinar a Hal de una forma diferente, terminando con un estilo que no le quedaba mal.
—Hola —dijo Hal, mirando su reflejo con una sonrisa seductora.
De nuevo, Green Lantern lo peinó de otra manera, dejándolo con un peinado más maduro y sofisticado. Hal, viendo el resultado, le lanzó un beso al espejo.
—Wehegck —dijo Green Lantern, disgustada, mientras lo volvía a peinar.
Finalmente, Green Lantern lo dejó con un peinado despeinado, similar al de Dante, dándole un aire rebelde y ardiente. Hal sonrió, confiado en su nuevo estilo.
—Ves, causa perdida —dijo Hal, orgulloso.
—No puedo creer que no se viera mal con ninguno de los tres —dijo Morbius, asqueado.
En ese momento, un silbido los hizo mirar a la izquierda. Era Garth, que pasaba con una toalla puesta.
—Oh, hola chicos, ¿qué tal? —dijo Garth, amistoso.
Rápidamente, Morbius y Hal lo saludaron.
—¡Garth! —dijo Green Lantern, señalándolo—. ¡Quítate la ropa! —le ordenó, sonriendo.
—¿Qué...? —dijo Garth, confundido, antes de que lo tomaran del hombro.
En cuestión de segundos, Garth se encontraba vestido solo con sus calcetines, ropa interior y una toalla.
—Gracias, Garth, necesitamos tu estilo por un minuto —dijo Green Lantern, señalando a Hal, quien estaba vestido con una camiseta roja demasiado grande que dejaba su ombligo al descubierto, y unos shorts pequeños que revelaban sus piernas velludas.
—¡Te ves ridículo! —dijo Morbius, aguantándose las ganas de reír.
—Tranquilos, no son los primeros en decírmelo —dijo Garth, tomándolo como un elogio—. A todos les atrae mi buen gusto.
—Ok, Hal —dijo Green Lantern—. Encorváte un poco. —Hal lo hizo—. A cortar el cuello, saca panza. —dijo ella mientras Hal seguía las órdenes—. Poquito más. —le indicó, haciendo que Hal inflara ligeramente las mejillas—. ¡Perfecto! Eso sí que es bastante horrible.
—Oye, ¿qué...? —dijo Garth, un poco ofendido
Rápidamente, los chicos empujaron a Hal fuera de los vestidores. Tomando aire, Hal volvió a adoptar su postura ridícula mientras se acercaba a Star Sapphire.
—Ahí estás —dijo Star Sapphire, levitando, mientras movía su pie con inquietud.
—¡Saludos, Carol! —saludó Hal con tono salivoso, aún en su ridícula postura y haciendo el saludo vulcano—. ¿Quieres que te cuente sobre mis alergias? —preguntó, en tono aún más meloso.
Star Sapphire soltó un quejido de sorpresa mientras descendía lentamente.
—¡Está funcionando! —le dijo Green Lantern en voz baja a Hal, mientras Morbius y Garth estaban detrás de ella—. ¡Está perdiendo poder!
—¡Oh! O tal vez querrás venir a revisar mi... —dijo Hal, deteniéndose para susurrar a su grupo—. Oye Garth, dime algo tonto que te guste.
—Cómics de batallas estelares, pero no son tontos —respondió Garth.
—¡Mis cómics de batallas estelares! —exclamó Hal, con tono salivoso, ofendiendo a Garth.
—¿Lo tienes en video? —preguntó Green Lantern a Jess.
—Toditito —respondió Morbius, mientras grababa con su dispositivo.
Una expresión de desagrado se reflejó en el rostro de Star Sapphire. Descendió casi hasta el suelo con una mirada furiosa.
—¡Mírame! ¡Soy un tonto nerd! —gritó Hal, haciendo un baile torpe.
Esto provocó que Star Sapphire descendiera por completo al suelo, cubriéndose la cara con las manos. Lentamente, se acercó a Hal.
—¿Qué te pasó? —dijo horrorizada—. Mi hermoso Hal Jordan...
—Perdóname, nena —dijo Hal, dejando caer algo de saliva antes de dejar escapar un pedo—. Este soy yo —dijo, sonriendo con las mejillas infladas.
Con lágrimas en los ojos, Star Sapphire retrocedió, visiblemente horrorizada.
—Mírate, qué triste y patético... qué asco —dijo, mientras Hal dejaba caer un moco y lo recogía con su dedo—. Ninguna mujer podría amarte así —añadió, derramando más lágrimas—. Excepto yo... —dijo, mientras un aura en forma de corazón surgía de ella, más violenta que nunca—. ¡Yo te amaré por siempre! ¡Puedo ver la belleza dentro del monstruo! ¡Nadie puede amarte como yo te amo, Hal Jordan! ¡Ni siquiera ella! —gritó, apuntando a Green Lantern.
Confundida, Green Lantern se señaló a sí misma con el dedo.
—¡Cuando estés fuera del panorama, nadie se interpondrá entre yo y mi Hal Jordan! —gritó Star Sapphire, casi fuera de sí.
—¿Tú crees que...? —dijo Green Lantern, señalando a Hal y luego apuntándose a sí misma—. Oh, jajaja, no, no, no, no, no, no, no, no, no... —rió mientras se acercaba a Star Sapphire—. No es que no... no, no —se detuvo, poniéndose seria—. ¡No, no, no! ¡No estamos juntos, ni siquiera un poquito juntos! ¡No podríamos estar más lejos! ¡Preferiría mil veces salir con Morbius! —dijo, señalando al vampiro.
—¡Te arrepentirás de robarte a mi Hal y alejarlo de mí! —gritó Star Sapphire, con los ojos brillando en un tono violeta, mientras lanzaba una ráfaga de energía.
Green Lantern bloqueó la ráfaga creando un bastón verde, pero este se rompió rápidamente. Ante los continuos ataques, Green Lantern formó un arco con su energía y disparó flechas hacia los corazones. Las flechas impactaron contra los corazones, pero no lograron destruirlos.
—¡Mi momento ha llegado! —exclamó Morbius, saltando hacia Star Sapphire.
—¡Con tanta energía que tiene, quién sabe la destrucción que causará! ¡Tienes que pelear con ella junto a Morbius! —gritó Hal a Green Lantern, quien ya no estaba en su postura tonta.
—¡No! ¡Tiene que haber otra forma! —gritó Green Lantern, viendo cómo Morbius golpeaba los corazones con fuerza.
Cuando Morbius estaba a punto de golpear a Star Sapphire, un rayo verde lo alejó, y Star Sapphire quedó atrapada en una caja fuerte. A pesar de su color verde, la caja comenzó a brillar con un tono violeta antes de romperse rápidamente.
—¡Si no vas a pelear, déjame a mí hacerlo! —gritó Morbius, furioso, a Green Lantern.
Rápidamente, Star Sapphire creó una escopeta violeta con el cañón en forma de corazón, comenzando a disparar corazones que Morbius esquivó ágilmente. Frente a Hal, Garth y Morbius, Green Lantern creó una barrera protectora que fue cortada fácilmente por una espada de Star Sapphire.
Utilizando su velocidad inhumana, Morbius logró darle una patada a Star Sapphire que la desorientó por un momento, pero fue rápidamente envuelto por un lazo verde que lo alejó de ella.
—¡Puta madre contigo! —gritó Morbius, mirando a Green Lantern.
—¡Tienes que pelear! —le gritó Hal a Green Lantern.
—¡No! —respondió ella, con un escudo que comenzaba a agrietarse.
Recuperándose de la patada, Star Sapphire estaba más furiosa que nunca.
—¡Hal Jordan es mío! —gritó, lanzando una gran llamarada violeta.
Green Lantern apenas pudo cubrirse, pero la llamarada alcanzó su escudo.
—¡Mío, mío, mío! —gritó Star Sapphire, mientras la energía violeta la rodeaba.
—Síganme —dijo Hal, mirando a Garth y Morbius—. ¡Pelea! —les animó.
—¡Pelea, pelea, pelea, pelea, pelea! —gritaron los tres juntos.
Viendo cómo su escudo comenzaba a agrietarse aún más, Green Lantern dijo con determinación:
—¡No hay otra manera! ¡Tendré que lastimarte! —gritó, mientras su anillo brillaba intensamente en verde. Dos brazos verdes despejaron las llamas—. ¡Ahhh! —gritó, lanzando un par de puños hacia Star Sapphire.
Star Sapphire disparó energía violeta repetidamente contra los puños, pero estos no se detenían. Cerró los ojos cuando vio que los puños estaban demasiado cerca de ella. Los puños la envolvieron y la atrajeron hacia Green Lantern, quien la abrazó, sorprendiendo a la chica.
—Carol, él no te ama —dijo Green Lantern con pena, mientras la abrazaba más fuerte.
—¡No! —gritó Star Sapphire, mientras débiles llamas violetas de amor surgían alrededor de ella.
—Lo siento, sé que duele, pero él no te ama —dijo Green Lantern, haciendo que la chica dejara de retorcerse en sus brazos. Las llamas se apagaron y ella comenzó a llorar, aceptando el abrazo.
—¡Así no es como se golpea! —gritó Hal a Green Lantern.
Rápidamente, recibió un puñetazo por parte de Morbius.
—Lo sé, lo sé, todos queremos que nos amen, pero tú puedes tener algo mejor que Hal Jordan —le dijo Green Lantern a Star Sapphire.
—Pfft, suerte con eso —dijo Hal, sonriendo narcisistamente, mientras miraba a Garth.
—Jordan, no me hagas golpearte de nuevo —le advirtió Morbius.
—Solo míralo, tiene la cara más pequeña que la cabeza y le huele mal la boca —dijo Green Lantern.
—Huele a comida de perro —dijo Star Sapphire, secándose las lágrimas.
—Su nombre real es Harold —añadió Green Lantern con burla.
—¡Me llamo Hal! —se oyó al fondo—. ¡Ouch!
—Te lo advertí —dijo la voz de Morbius.
—El único libro que ha leído es de jugadas —dijo Green Lantern.
—Hice que leyera Orgullo y prejuicio una vez, y me preguntó dónde estaban los dibujitos —dijo Star Sapphire.
—¿Orgullo y prepucio? —dijo Morbius, confundido.
—¡Ves! Solo es un tonto y apestoso papanatas —dijo Green Lantern.
—¡Oye, Star, pégale! —dijo Hal, antes de recibir otro golpe.
—¿Alguna vez cierras la boca? —preguntó Morbius, molesto.
—Encontrarás el amor que mereces cuando aprendas a amarte a ti misma —le dijo Green Lantern, mientras Star Sapphire sonreía.
La Violet Lantern se elevó mientras la energía violeta se reunía en una aura de corazón gigante.
—Gracias, Linterna Verde. Creo que nunca había sentido un amor como este. Mi ciego deseo por Hal Jordan me impidió ver cuánto amor venía dentro de mí —dijo, mientras el aura desaparecía y aterrizaba en el suelo, corriendo directamente hacia Green Lantern con los brazos abiertos y una sonrisa en el rostro. Lo abrazó fuertemente—. Tienes razón. Si él no me valora, entonces él no me merece. Perdona por no pensar que ya tenías novio —dijo, apuntando a Morbius—. ¡Así que escucha, Hal Jordan! —gritó, mientras el aura en forma de corazón emergía de su espalda—. ¡Un día haré que seas merecedor de mí, y entonces serás mío para siempre! —dijo, marchándose volando.
—Ajá, en realidad él y yo no somos novios —dijo Green Lantern, apuntando a Morbius—. Y esa tampoco es una actitud sana.
—Sabes, pudiste solo golpearla, Jess. Y ahora que se ama a sí misma, será totalmente imparable. Créeme, he visto como un millón de chicas como ella —dijo Hal, de manera narcisista—. ¡Ouch! —se quejó, recibiendo un golpe de Morbius y otro de Green Lantern.
Fin.
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