Capítulo VII

Magic - Sia

‡Kaly Mason ‡

Siento unos fuertes brazos abrazándome por detrás, la luz del sol que entra por las ventanas a cada lado de la cama iluminan toda la habitación. Me muevo un poco intentando estirarme, pero no puedo moverme por el ser que me está, literalmente, aplastando.

-Dereck... -intento despertarlo, pero ni se inmuta-¡Dereck! -grito a la altura de su oreja.

Logro mi cometido despertándolo de un salto, como resultado afloja un poco el agarre... Un instante más y creo que me hubiese asfixiado.

«Exagerada».

-Buenos días, pelirroja -dice seguido de un bostezo el cual me contagia.

-Buenos días -digo en tono perezoso.

Vuelve a abrazarme, esta vez desde atrás haciendo que ambos quedemos de medio lado.

La razón por la que no lo saco de la cama es porque: uno; hace unas horas, luego de bajar del techo él iba a dormir en el sillón y no se veía demasiado cómodo así que, como soy amable, le dije que podía dormir conmigo. Y dos; ... Me gusta, aunque me daba miedo admitirlo.

-¿Puedo hacerte una pregunta? -me dice a la altura de mi oído con su voz ronca de recién levantado.

-Ya la estás haciendo, Hams -respondo con obviedad.

-¿Quieres venir con nosotros a Draflyn? Sabes, si no quieres simplemente me quedaré aquí, ya que no puedo separarme de tí y...

-Ya -me volteo quedando acostada sobre mi otro costado y pongo mi dedo índice sobre sus labios para que deje de hablar-. Tú ganas, iré contigo.

Lo dije, si, lo dije.

Estaba empezando a confiar en Dereck, y lo que pasó hace rato me rectificó que ni él ni sus amigos eran malos. Además, quería saber de dónde provenían, o si había más como ellos.

Se le dibuja una sonrisa en el rostro, como un niño abriendo su regalo de navidad. Me fue inevitable no sonreír también, era contagioso y no me molestaba.

-Bueno, tenemos que irnos ahora -suspiro cansada, hundiendo mi cara en la almohada-. Vamos, no queremos que alguien venga y nos vea.

-¿Por qué lo dices? - pregunté. Nadie se adentraba tanto en el bosque ¿Por qué se preocupaba?

-Anoche estaba viendo las noticias y... Tus padres te están buscando junto con muchos desaparecidos -quedo atónita.

¿Otros desaparecidos?

-Tengo que decirte algo, Kaly -no me llama por mi apodo y me preocupo «Es algo serio»-. La razón por la que desaparecen personas es porque se adentran mucho en el bosque y encuentran el portal a nuestro mundo.

-¿Portal? ¿De qué hablas? -me incorporo en la cama.

-Escucha, los humanos no pueden saber de nosotros. Podrían invadir nuestro mundo por temor y eso significaría nuestro final. Es por eso que no nos arriesgamos...

-¿Los eliminan? -lo interrumpo, mi cuerpo tiembla por la respuesta.

-Sí. Pero no es lo que piensas -cierro los ojos con fuerza, sin poder asimilarlo.

-Maldición... -niego con la cabeza tapando mis oídos-. Soy una tonta.

Salgo disparado de aquella habitación, corro por la cabaña hasta llegar a la puerta. Dereck me pide que me detenga, pero no le hago caso y lo único que corre por mis venas ahora es el miedo.

Por tonta le creí, por tonta dejé que me secuestrara sin saber lo que en verdad quería hacerme y por tonta confíe en él.

Avanzo lo más rápido que puedo entre los pinos secos y grandes del bosque. No quiero detenerme, no quiero mirar atrás, pero aun así sé que me sigue. Las lágrimas que se me escapan mojan mis mejillas y no paro de jadear por el desespero mientras escucho los gritos de Dereck a mis espaldas.

-¡Aléjate! -grito.

-¡Detente! ¡No es lo que crees! -sus pasos se escuchaban más cerca, yo solo trataba de seguir y seguir, pero me termina acorralando contra el suelo.

Me muevo con desespero, intentando librarme de su agarre sobre mis brazos, pero eso solo hace que me tomé con más fuerza. Mi respiración es un desastre al igual que mi pulso, tenía los ojos bien cerrados... No quería ver lo que me haría.

-No es lo que piensas. Joder, jamás te haría daño -afloja su agarre, haciendo que me levante de un salto; intentando escapar de nuevo.

Es en vano, ya que me acorrala contra su pecho en cuestión de segundos sin dejarme vía libre para correr o hacer algún movimiento. Intento empujarlo y me aprieta más fuerte, pero sin limitar mi respiración.

-Suéltame, por favor... -mi voz sale en un susurro. No sé si lo escuchó, pero sigo empujándolo.

-Cálmate, pelirroja. Lo que dije es cierto ¿Por qué no me crees al menos una vez? ¿Crees que lo de anoche no fue real? Maldición, Kaly... ¡Te amo! ¡Joder, te amo con locura! -Dejo de forcejear.

Me separa de sí para poder ver mi rostro, el suyo expresaba súplica y juro que jamás lo había visto así. Me daban ganas de besarle hasta más no poder, pero mi parte razonable solo me gritaba que me alejara.

-¿No vas a lastimarme? -su mano se traslada a mi mejilla, acariciándome y limpiando mis lágrimas

-Nunca estuve de acuerdo con lo que hacía mi padre. Sí, le tengo miedo a los humanos, pero al conocerte a tí... Descubrí que no son tan malos. -Suspire.

-Bien, iré contigo. Pero con una condición -tomo distancia-. Prométeme que no me ocultaras nada más.

-De acuerdo, lo prometo -me toma de la mano y comenzamos a caminar de regreso la cabaña.

-Y... -no es todo lo que le diré.

-¿Y? ¿Qué más?

-En cuánto a... Nuestra relación -me sonrojo un poco al mencionarlo, aunque impidió que lo note-. Soy tu Mate, pero tienes que ganarte mi cariño.

-Creí que ya lo había hecho, ¿Y lo de anoche que fué? -hace puchero.

-No puedo dejártelo tan fácil, Hams -le toco la punta de la nariz, adentrándome a la cabaña.

Lo que dije era cierto, ¡Creí que iba a matarme!, y no quiero que piense que me tiene a sus pies cada que quiere.

Entra conmigo a la cabaña. Desde la entrada puedo ver como Zac sostiene una sartén, cocinando no sé qué, mientras Lyla está sentada en la encimera y nos ve.

-¡Buenos días! -nos sonríe pícaramente.

La saludo con mi mano, Dereck solo se va a las habitaciones sin decirme nada, y es que a veces es tan extraño.

Me siento en el comedor, frente a la cocina. Lyla no deja de mirarme como si quisiera preguntarme algo y me incomodo cuando Zac hace lo mismo.

-¿Qué?

-Oh nada, ¿Tú y Dereck durmieron bien? -me pregunta la rubia.

Mi cara se calienta en un dos por tres ¿Cómo es que lo supieron?

-Eh... Bueno, yo dormí bien, no sé Dereck. Además, no es como si hubiese dormido con él -bufo, simulando que no sé nada.

-¡Ja! Me caes bien ¿Sabes? -Dice Zac mientras me apunta con un pan.

-Si, aunque parece que nos tiene miedo -Lyla codea al pelinegro sin dejar su sonrisa.

-Déjala, solo está confundida -me defiende Zac, sirviendo la comida.

-Al menos no estás loca como las otras chicas, Kaly -Lyla toma su plato y se sienta junto a mí en el comedor.

-¿Las otras chicas? -una pequeña punzada de celos recorre mi cuerpo.

¿Así que hay otras?

Ay no, estoy entrando a la etapa dónde descubro que el chico que me gusta tuvo una relación fallida con una loca desquiciada tóxica, luego ella me secuestra para amenazarme y probablemente matarme...

Ya, dejaré la lectura por un rato.

-Sus antiguas novias. Pero la más loca de todas es Mikaela. -me tranquilizo un poco porque está hablando en pasado, pero aun así los celos no se me quitan.

-¿Quién es Mikaela?

-La ex lunática de Dereck -habla Zac luego de comer un pedazo de los panqueques-. Futura gobernante vampira chupasangre.

¿Vampira? Primero lobos y ahora vampiros, ¿Que es esto? ¿Un cliché de novelas románticas?

¿Y ahora qué? ¿Un vampiro sexy me verá y se enamorara de mí, con lo cuál termino en un triángulo amoroso como cualquier drama adolecente?

¡Basta!

-Es muy pronto para pensar que será líder de los vampiros, solo tiene doscientos años...

-¡¿Cuántos?! -pregunte demasiado impresionada, interrumpiendo a Lyla.

-Si, muchos reaccionan así. Según los vampiros es "Demasiado joven" -Zac dibuja las comillas en el aire volteando los ojos.

Dereck no la había mencionado... Bueno, tal vez fué porque es el pasado y ya no le interesa ¿Verdad?

Decidí no tomarle importancia, no puedo amargarme la mañana por alguien que no conozco aún, ya luego hablaré con Dereck más calmadamente.

-Por cierto, ¿Por qué saliste corriendo hace rato? -me pregunta la rubia de ojos castaños.

No sabía que responder, no podía a decirles que creí que ellos iban a matarme en medio del bosque solo por saber su secreto. Pero, no hacía falta mentir.

-Bueno, solo iba rápido a mi casa...

-Lo cual no fue muy inteligente, ya que si querías escapar te encontraría en seguida. Lo más sensato era irte de este pueblo y vivir lejos; porque te lo aseguro, Kaly, te seguiría hasta el fin del mundo solo para estar a tu lado. -me sorprendo con la voz que sale del pasillo «Dereck».

-Si que eres una mierda en el amor -susurra Zac, aunque lo escuchamos perfectamente.

-Ven, tenemos que irnos pronto -el castaño me toma del antebrazo con sutileza, pero aun así me zafo del agarre. Suspira y, igual que como me cargó cuando me trajo ayer, me sube a su hombro.

-¡Oye, bájame! ¡Ni siquiera pude desayunar! -golpeo con mis puños su espalda.

-¿Para qué me lo ordenas si sabes que no lo haré? -coloca una de sus manos en mi espalda baja, lo cual hace estragos en mi interior, su voz se escucha ronca.

¡¿Por qué me parece condenadamente sexy que haga esto?!

Los chicos se levantan y recogen todo lo que se van a llevar, incluida mi mochila. Abandonamos la cabaña y Dereck sigue sin soltarme, lo que me rectifica que pasaré un buen rato en el hombro de éste hombre.

Bufo, pero no digo nada y observo por unos instantes como Zac se queda recostado en uno de los pinos.

-¿Por qué Zac se queda ahí parado?

-Se va a asegurar de que nadie esté por aquí y nos siga.

-Hey, Lyla, ¿Recogiste todo? -le pregunta Dereck.

-Si, no es que trajera muchas cosas. -mi vista inconscientemente viajó a las dos maletas grandes que arrastraba.

Casi nada.

Luego de aproximadamente media hora, Zac por fin nos alcanza y ayuda a Lyla con sus cosas. Seguimos avanzando por media hora más y luego todos se detienen en medio de la nada.

-¿Que hacemos aquí? -mi corazón se acelera cuando me deja de nuevo en el piso.

-Vamos a matarte -contesta Zac con simpleza.

-¡¿Qué?! -grito aterrorizada.

-Cálmate, ya te dije que no vamos a matarte -Dereck aprieta mi mano suavemente, mira a la rubia-. Muy bien... Las chicas primero.

-Idiota. -Lyla lo mira con fastidio.

Da unos cuantos pasos y de un momento a otro... Ya no está, solo se esfumó. Desapareció. Mi corazón ya está a mil para cuando a Zac le pasa lo mismo.

-No... No, no, no ¡¿Que les pasó?! ¡¿Que vas a hacerme?! ¡Vas a matarme! ¡Lo sabía!...

-¡Joder, que no voy a lastimarte! -me toma del mentón, posando sus labios sobre los míos, besándome suavemente y no tardo en responderle. Se separa aunque yo no quería que terminara- ¿Puedes entender eso?

-Bien, no tengo de otra, no puedo escapar, así que está bien. Pero antes, si me matas, déjame despedirme de mis padres y de mis libros... En especial mis libros.

-Ya deja el drama, pelirroja. Vamos -toma mi mano y me mira sonriente, de una manera reconfortante.

Damos unos cuantos pasos. Por un segundo solo veo oscuridad y nada más. No veo a Dereck, pero luego el panorama se aclara.

Es un bosque como el que acabo de dejar atrás, solo que este es más vibrante, no como el gris y frío que conocía desde niña. El sol se filtraba por los espacios entre las hojas de los árboles, los troncos de estos eran gigantes y gruesos, y un camino rodeado de éstos se hace visible ante mis ojos «Es hermoso».

-No te separes de mí ¿Bien? Es muy fácil perderse en este bosque -empieza a caminar por el pequeño sendero, dejándome unos cuantos pasos atrás.

Lo sigo, no voy a quedarme sola en un bosque con haditas y...

¡Espera, ¿Eso es un hada?! ¿Acaso estoy soñando?

-No estás soñando. Y sí, eso es un hada -apunta a la pequeña cosita revoloteando en la rama de un árbol a mi derecha. A simple vista parece un mosquito brillante... Lo sé, es una comparación rara, pero adecuada. Es simplemente pequeña y desde mi perspectiva no se detalla adecuadamente, pero el caso es que es un hada.

La observo por unos segundos, me le acercó poco a poco para verla mejor... Luego, como si tuviera miedo de mí, sale a volar lejos y hago un puchero.

-¡¿La viste?! ¡Era un hada!, No puede ser... Leí muchas historias de ellas, pero ¡Dios de todos los libros, esto es... es..!

-¿Asombroso? -termina mi frase.

-Sí... -no termino de hablar, porque me interrumpe su repentina risa.

¿Y a éste qué? ¿Le picó un mosquito brillante o qué?

-No -intenta hablar entre carcajadas y logra recuperarse-... Es que me dió risa lo de mosquito brillante y...

A él también lo interrumpen, no algo, sino alguien. Lo miro a por un rato, solo les diré que desde mi posición parece que tuviera unas alas. Si, alas. No sé si estoy loca o alguna cosa parecida, pero tiene alas, alas color carmesí transparentes.

-¿Qué?, ¿Por qué me miras así? -pregunta confundido.

No me jodas... Ahora es un lobo con alas de hada ¿Qué carajos es esto? ¿Uno de esos locos sueños bizarros?

-Es solo que...

Mi oración queda a medias... Otra vez. Unos brazos se enredan en el cuello del castaño, luego me doy cuenta de que es una chica... Con alas.

Ah, así que el no tiene alas, solo era un hada que estaba detrás... Ahora todo tiene sentido.

«Que pendeja eres, Kaly».

-¡Hola! Por fin llegaste, creí que te quedarías por siempre en el mundo de los humanos -una pequeña; de cabello negro como un tronco de ébano y cara delicada como porcelana le sonríe.

-Siempre logras sorprenderme, Rúbi. Decidí regresar para asegurarme de que no te metieras en problemas, pequeña mocosa -retira los brazos de la pelinegra de su cuello y le da un fuerte abrazo.

-Ya suéltame -le da un suave empujón-. Y no soy una mocosa, tenemos casi la misma edad.

-Digas lo que digas seguirás siendo una mocosa. -Rúbi se eleva del suelo mirando mal a Dereck.

Es tan impresionante ver un hada de cerca, no son tan diferentes a como me las imaginé. Sus orejas eran puntiagudas aunque no tanto, sus alas eran más grandes que su cuerpo, piel que parecía de porcelana, su vestido combinaba con el color de sus alas junto con la corona de rosas carmesí en su cabello y era de estatura pequeña.

-¿No vas a presentarme a tu amiga? -me mira con sus ojos color vinotinto-. Hola, soy Rúbi.

No me da su mano para estrecharla, en lugar de eso me abraza.

-Yo... Soy Kaly -se me hace difícil hablar. No sé como alguien que no se ve tan fuerte en realidad lo es... Y mucho-. Me... Asfixias...

-Oh, Lo siento -me suelta-. A veces no mido mi fuerza.

-Rúbi, ¿Puedes venir un segundo? -la llama Dereck.

-Claro.

Se alejan unos cuantos pasos, no puedo escuchar lo que dicen, pero parece que están hablando de mí porque Dereck me mira constantemente.

-¡¿Qué?! -exclama la pelinegra con estupefacción.

-Cálmate ¿Si?, No es para tanto... -el castaño se le acerca un poco pero ella retrocede.

-¿Que no es para tanto? ¡¿Que no es para tanto?! Esto es serio ¡Tu padre y el consejo van a matarte si se llega a enterar de que trajiste a una humana!

Yo no sé ni en donde estoy parada, no sé qué hacer ¿Me muevo? ¿O solo me quedo aquí parada como una estúpida sin capacidad mental mientras esos dos discuten por mi culpa?

Ay, que pereza pensar...

«¡Dios de todas las mentes! ¿Qué te está pasando, Kaly?»

-Yo hablaré con mi padre, tú quédate tranquila que no va a pasar nada malo ¿De acuerdo?

La que se hace llamar Rúbi me mira por unos instantes... Luego me sonríe.

-¿Qué más da?, cualquiera que sea amigo de Dereck es amigo mío también -mira al castaño por unos cuantos segundos, como si intentará averiguar qué pasa por su cabeza en ese instante-. Pero de verdad, ¿Estás seguro de que no dirá nada?

-Confío en ella -me mira con esos ojos color esmeralda, tan profundos que no puedes salir de ellos fácilmente. Como odio quedar tan idiotizada por ellos-. Además, es mi Mate, tendrá que quedarse a mi lado.

-¡¿En serio es tu Mate?! -Rúbi abre sus ojos a más no poder-. Pero es...

-¡Humana! ¡Si! ¿Por qué todos lo repiten tanto? -me cruzo de brazos y Dereck se toma el puente de la nariz, reuniendo paciencia.

-Pero que imprudente eres... Pareces uno de esos protagonistas de los libros humanos...

-¿Libros humanos?... Pero, ¿Cómo los consigues? -fruncí el ceño con confusión, aunque también curiosidad.

-Ya me leí todos los libros de mi biblioteca, así que antes hacía que Dereck me trajera libros del mundo humano -lo apunta.

-No entiendo por qué quieres esos libros, ¿No puedes pedirle uno a cualquiera de aquí? -se cruza de brazos.

-Los de allá son más interesantes -responde con simpleza.

-Así que eres lectora -afirmo.

-Desde que tengo uso de razón me han encantado los libros, cuando me sentía sola iba a la biblioteca de mi padre y leía un poco, cuando tocaba los libros que una vez fueron de él yo... -la emoción en su cara disminuye un poco ¿Eso es nostalgia?

«¡No seas tan chismosa!».

Bueno, ya.

-Pero hace un año me terminé todos y cada uno de ellos. Leo rápido, a veces la gente se sorprende -se encoge de hombros.

-No te culpo. Puedo leer un libro entero en un solo día.

-Por favor, deténganse antes de que su charla sobre la literatura me mate del aburrimiento -gruñe Dereck.

-¿Y quién dice que leer es aburrido? -me cruzo de brazos y me le planto en frente dispuesta a desafiarlo... Con los libros no te metes, cabrón.

-Tranquila, en mi vida he visto a esa cosa leer -lo mira dando a entender que se refiere a él.

-Mira, esta cosa tiene nombre, mocosa -se pone la mano en el pecho en un gesto Dramático muy exagerado.

-Y está mocosa también -Rúbi se apunta a sí misma.

-Si, si, esta conversación es linda y todo, pero ya me quiero ir -digo haciendo un quejido por la caminata, no me dolían los pies, me estaba cansada.

-Fue un gusto, Kaly me caíste bien. Y adiós, e intenta salir con vida después de que tu papá sepa sobre ella.

-No te prometo nada -alza ambas manos a la altura de su pecho en defensa.

-Idiota... -mueve sus alas y automáticamente se eleva del suelo, perdiéndose entre los árboles.

-Vamos -Dereck agarra mi mano para seguir caminando.

-Oye ¿Dónde están los chicos?

Me había olvidado por un momento de ellos, no los ví cuando cruzamos.

-Deben estar por ahí... Seguramente besuqueándose o haciendo cosas empalagosas.

-Pero debieron habernos esperado, ¿No crees?

De repente se detiene y apunta a uno de los árboles que están en frente.

Lo primero que pasa por mi cabeza es "¡Ew!".

Tal y como lo dijo Dereck, Zac y la pequeña Lyla están haciendo cosas empalagosas detrás de uno de los árboles... La verdad es que no sé si se podría llamar empalagoso o simplemente pasado de tono.

Aparto la vista antes de que me traume mucho más.

-¿Cómo es qué...? -deje la pregunta en el aire para que él la respondiera.

-Conozco a Zac más que a mí mismo, y sé que si está solo con su novia por mucho tiempo no se resistiría a tocarla y...

-Si, ya entendí -le tapo la boca con mis manos para que deje de hablar.

-¿Qué? ¿No puedo hablar de cosas como esas? ¿Te ponen incómoda?... ¿Te imaginas cómo te las haría a tí? -susurra lo último en mi oído, mandando una sensación extraña por toda mi anatomía.

No me lo había imaginado, pero con su pregunta...

-No. Es solo que no deberías hablar de como dos personas follan en voz alta -me excuso.

-Digamos que te creo, pelirroja.

Seguimos caminando por lo menos unos cinco minutos en completo silencio. Solo veo mis alrededores y visualizo un pequeño lago a mi derecha.

Me dió sed, no he bebido agua en casi todo el día. Si, era algo antojosa.

-Oye, Dereck -dejo de caminar y lo halo de la manga del suéter para que quede junto a mí- ¿Podemos ir a ese lugar?

-No, tenemos prisa.

-Tu tienes prisa, más yo no. Tengo mucha sed, no e bebido nada en todo el día.

-Pelirroja... -me advierte, pero no lo escucho haciéndome paso entre los troncos.

Lo dejo hablando solo, no se por qué me gustaba retarlo tanto. Camino hasta llegar al hermoso lugar, porque de verdad, he de admitir que nunca había visto algo parecido. El agua es cristalina, tanto que se puede llegar a ver las rocas bajo el agua, la luz del sol lo ilumina haciendo que resplandezca.

Solo quiero un poco de agua para calmar este ardor que tiene mi garganta así que me agacho para poder tomar un poco directamente.

-Pelirroja, no tomes eso... -me pregunta desde atrás.

-¿Y por qué no? -dejo de hacerlo solo para encararlo.

No dice nada y me mira con una cara de "te lo advertí", luego apunta con su cabeza hacia la izquierda y

Por mi cabeza paso otra vez ese "¡EW!", pero con mucha más fuerza.

Hay un lobo... digamos que está marcando su territorio... En el lago... Dónde yo tomé agua... Que asco...

Él no nota nuestra presencia y por lo menos no me vio hace un rato.

-¿Qué te dije? -se pregunta cruzándose de brazos frente a mí.

-Que no tomara de esta agua. -bajo la cabeza derrotada.

-¿Y qué fué lo que hiciste?

-Tomé de esa agua.

-Ya levántate de ahí, tenemos que irnos... -me sujeta del brazo para que pueda levantarme del suelo.

Nos adentramos de nuevo al bosque, el agarre en mi brazo se traslada otra vez a mi mano y ahora me pregunto ¿Por qué me gusta tanto?

La verdad es que ni yo lo sé.

Toda esta situación es tan... rara. Cualquier persona diría que si estuviera en mi lugar haría algo totalmente diferente a lo que estoy haciendo ahora, diría que no sé hubiese dejado besar por la persona que te secuestró... Es decir, ¡Por favor!, ¿Qué clase de persona lo haría? Pues esa soy yo.

Mi cabeza es un completo desastre en este momento y si lo analizas bien, yo debería estar furiosa con él. No debería estar tomándole la mano al chico que resultó ser un hombre lobo... No debería gustarme ese contacto palma con palma.

Antes pensaba que, si mi vida fuese un libro, sería aburrido y monótono... Tan simple que solo con leer la primera página lo dejarías en la estantería y luego olvidarías por completo su existencia, dejando que se cubra por capas y capas de polvo ¡Pero adivinen qué! Resultó ser la de una chica siendo secuestrada por un hombre lobo del cual se enamoró.

No muchos dirían eso ¿O sí?

El sol se empieza a poner dándole paso al atardecer que no se logra divisar con claridad por los árboles. Por el sendero aparece una casa, una cabaña de un tamaño moderado y más adelante aparecen más, incluso hay casas en los árboles.

Era muy hermoso.

Un pequeño cuerpo choca contra nosotros y paro asustada por unos segundos. Miro abajo encontrándome con la mirada de un pequeño niño; piel clara, con cabello blanco y ojos grises. Me ve y retrocede asustado, corriendo y entrando a una de las casas de madera.

-Ay no... -dice mi acompañante en voz baja.

-¿Qué? ¿Qué pasa?

Personas comienzan a aparecer, posando sus vistas en nosotros poniéndome nerviosa. Algunos nos miran con curiosidad y otros con confusión.

-Camina y no subas la mirada ¿De acuerdo, pelirroja? -aprieta mi mano.

-Bien.

Caminamos rápido entre la gente, que no dice nada, pero transmiten todo con la mirada que nos dan ¿Serán iguales a Dereck?

-Sí, son como yo y es por eso que no deben saber que eres humana y...

-¡Hey, Dereck! -un moreno alto sale de entre la gente, alzando su mano para saludar.

Se nos acerca, Dereck se mueve incómodo y sé que no quiere que nadie se le acerque ahora. El chico lo saluda con un apretón de manos y un abrazo, yo me siento cada vez más nerviosa con la situación.

-¿Cómo estás? No sabía que regresarías, amigo.

-Hola, Will -le da una sonrisa de boca cerrada-. Escucha, estoy apurado, necesito ir con mi padre y...

-Ay ya, tranquilízate -le rodea el cuello con su brazo, abrazándolo de medio lado-. Por cierto, ¿Quién es ella?

Me sonrojo totalmente avergonzada cuando me apunta «Ayúdame Dios».

-Ella es... Kaly. En serio tengo que irme, Will...

-Bonita humana, nunca había visto un color de cabello como ese -se me acerca y toma un mechos de mi pelo-. Aunque no es mi tipo -se encoge de hombros.

Dereck abre los ojos a más no poder y no agarra del cuello para susurrarle.

-¡No los digas en voz alta, idiota! No quiero que nadie sepa que es...

-¡¿Una humana?! -grita una mujer y el gentío sale a esconderse.

¡Que desastre!

-¡¿Ves lo que hiciste, idiota?! Ahora todos lo saben -Dereck golpea al moreno en la parte trasera de su cabeza.

-¡Auch! Ya, no era mi intención. Pero en serio ¿Por qué trajiste una humana?

¿Se dan cuenta de que están hablando como si yo no estuviera, verdad? Si, incómodo.

-Luego te explico, tenemos que irnos. Necesito hablar con mi padre.

Antes de seguir caminando Will despeina un poco a Dereck y este bufa, parecen una pareja divorciada, pero se ve que se tienen cariño.

-¿Tan pronto me presentarás a tu padre, Hams? -me le burlo.

-Tendrás que conocer a tu suegro muy pronto, pelirroja -me guiña un ojo y es que no sé que es más bonito, si esa acción o la sonrisa que me da.

Seguíamos avanzando, el sol aún alumbraba el panorama, pero el cielo ya comenzaba a ponerse de un tono lila anunciando la llegada de la noche. Un arco de piedra se hacía visible a lo lejos, desviándonos un poco del sendero.

Lo cruzamos y un camino rodeado de arbustos nos guiaban hacia una casa, pero no se parecía a las ninguna que hubiese visto antes. Era enorme, y en gran parte hecha de madera, lo que más me impresionaba era la fuente que había frente a la entrada y las estatuas de piedra que la rodeaban, increíblemente elaboradas.

A la casa la rodeaban hectáreas de pasto plato y bien cuidado, pero el toque final eran los árboles de fondo que lo hacían ver todo de película.

-Llegamos, pelirroja. Esta es mi casa -me suelta y se pone frente a las escaleras que dan hacia la puerta, mostrándome la entrada.

-Sí que es grande tu casa -no paro de encontrar pequeños detalles que me vuelven loca.

-Y es mucho más bonita por dentro -nos paramos frente a las puertas principales.

Él las empuja, dándonos paso a un gran y hermoso espacio. Lo primero que se ve son las escaleras y encima una enorme cúpula transparente que deja ver el cielo, en medio tenía un enorme candelabro de araña que lo iluminaba todo. La arquitectura me tenía impresionada y no sabía que se podían hacer tantas cosas con simple madera.

-¿Dereck? -nos sorprende una voz gruesa en imponente que resuena por todo el lugar- ¿Eres tú, hijo?

-¡Estoy aquí, papá!

Los pasos se oyen más fuertes, y al pie de las escaleras aparece un hombre alto, con un porte imponente e intimidante que me ponía los pelos de punta. Se parecía en gran parte Dereck, pero sus facciones eran más duras y sus ojos más oscuros.

Clava su mirada en mí y siento que me encojo.

-¿Qué hace una humana en mi casa? -dice en tono duro.

Ya valió.





Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top