Capítulo I

Warm Safe Place - Aaron Pritchett

‡Kaly Mason ‡

Wildflower de 5 Seconds of Summer, la canción que tengo como alarma inunda mis oídos haciendo que suelte un quejido por el simple hecho de que no quiero ir a la escuela. Solo quiero quedarme aquí en mi cama, acostada todo el día escuchando música.

Odio los lunes, en realidad odio todo lo que tenga que ver con salir de casa, tengo ese temor gracias a mi enfermedad, pero según mi psicóloga tengo que esforzarme más en "socializar".

Mi ansiedad social no me lo permite, siento que me tiene encerrada en una pequeña jaula que no me permite hablar con nadie que no sea mi madre o mi padre, a veces me frusto queriendo tener amigos, alguien con quién hablar, pero cuando intento hacerlo el miedo y la vergüenza aparecen.

No apago la alarma, al contrario, dejo que suene hasta que se acabe la canción, la música me da tranquilidad «además de la lectura».Vislumbro el libro sobre mi regazo cuando me siento sobre mi cama, lo tomo y me levanto dejándolo en mi mini biblioteca.

Sin muchos ánimos realizo mi rutina matutina. Voy al baño para lavarme los dientes, tomar una ducha y ponerme el uniforme del instituto, me peino dejando mi cabello pelirrojo suelto, casi nunca me hago algo en el cabello, me gusta llevarlo suelto y simple.

-¡Kaly, ya está el desayuno. Baja antes de que se enfríe y llegues tarde a la escuela! -Lily Mason, mejor conocida como mi madre, me llama desde la planta baja.

Le hago caso bajando las escaleras con los audífonos en mis oídos, cierro los ojos con la canción que pone mi reproductor. Ain't met us yet, de Matt Cooper,«Me encanta». Pero, bajar escaleras con los ojos cerrados no es una buena idea, ¿Quién lo diría?. Me tropiezo en uno de los escalones y caigo sentada en el último.

¡Caí de culo, maldición!. Qué forma tan agradable de empezar mi semana.

Me levanto como si no hubiese pasado nada, sobándome la espalda baja y dirigiéndome a la cocina donde yace mi madre haciendo el desayuno.

-Buenos días, mamá. -me pongo a su lado para darle un beso en su mejilla.

-¿Cómo estás, cariño?. - me pregunta con dulzura.

-Bien, ¿Dónde está papá?.

-En su oficina, siempre se la pasa metido en ese cuarto.

Decido ir a saludar a mi padre, no lo veo desde ayer porque llegó tarde anoche. Me encuentro en la puerta de su despacho, la toco y abro después del "pase".

-Hola papá, buenos días. -corresponde a mi abrazo.

Mis padres son mi único y más fuerte pilar, los amo con toda mi alma y si alguna vez llego a estar lejos de ellos no se que haré. Eso me recuerda a la universidad, este es mi último año en el instituto, pero siendo sincera no he pensado en mi futuro... Ya tendré tiempo para eso.

-Buenos días, cariño. ¿Como amaneciste?, ¿dormiste bien? -dice volviendo su vista a los papeles en su escritorio.

-Si papá, dormí bien. Pero no tengo muchos ánimos de ir hoy al instituto. -me siento frente a su escritorio, él me mira preocupado como de costumbre.

-Lo se hija, pero tienes que intentarlo.¿Como te fue ayer en terapia?. -me pregunta

-Si, bien. ¿Por qué llegaste tan tarde anoche?, ¿Mucho tráfico? -intento cambiar el tema. Pero vamos, estoy hablando con mi padre, Carl Mason, un importante abogado de la ciudad, no se en que pienso al cambiar el tema tan de repente.

-No respondiste mi pregunta cómo se debe, y sí había mucho tráfico. -me mira con desaprobación pero luego ríe mostrando sus dientes blancos en una grande sonrisa-. Anda, ve a desayunar antes de que llegues tarde a la escuela. Socializa ¿Si?.

-Si, adiós papá. Te quiero. -lo abrazo de nuevo y beso su mejilla, me dice que también me quiere mientras salgo.

«Siempre me dicen lo mismo...»

Desayuno cuando mi panza empieza a sonar. Me despido de mamá antes de tomar mi mochila y mi sudadera, nunca salgo sin ella, es como mi pequeño caparazón contra el mundo exterior.

El viento frío me recibe cuando salgo de la casa. Voy caminando hacia el instituto, este es un pueblo pequeño y puedo ir perfectamente a pie.

Algunas personas pasan a mi lado, pero yo agacho la cabeza intentando no mirar a nadie cubriendo mi cabeza con la capucha. Trato de calmarme colocando mis audífonos en mis orejas y pongo la reproducción aleatoria en mi teléfono.

La segunda canción de 5 Seconds of Summer que escucho en el día se apodera de mis oídos, Old Me. Me gusta mucho esa banda, es una de mis favoritas. Pero una fuerte brisa hace que mi melena pelirroja se mueva hacia atrás, causando un escalofrío que recorre cada parte de mi anatomía.

El viento no es toda la causa de esa sensación tan extraña, me siento observada... Nunca me sentí así. Nadie voltea a verme y siempre paso desapercibida dentro de un grupo de personas. Con confusión volteo para mirar a mis alrededores, pero nadie parece notarme, entonces ¿Quién?.

Con el corazón acelerado me encamino a mi escuela, cuando llego me siento un poco más calmada al respirar profundo.

Todo está bien...

Al entrar conservo la capucha de mi sudadera y los audífonos, chicos van y vienen sin tomarme en cuenta y es algo que agradezco, aunque la sensación de miedo no me abandona en todo mi recorrido hasta mi primera clase. Química, ¿Alguien la entiende del todo?, porque yo no.

Busco un asiento, la tarea no se me hace difícil ya que no hay tantos alumnos en el salón y siempre escojo el mismo. Suelo llegar temprano solo porque casi nadie lo hace, se me hace más fácil caminar por los pasillos de la escuela sin sentir temor.

Ya en mi puesto me quito la capucha acomodando un poco mi cabello que se despeinó, también saco mi libro. Me encanta leer y el género que más me gusta es el de fantasía. Mundos nuevos, personajes diferentes, es el que más me saca de mi realidad para entrar a otra mucho mejor.

Luego de unas cuantas páginas el profesor Richard entra con un portafolio debajo de su brazo derecho, y también la cosa que nunca le falta, la cara de culo que no se la quita nadie.

¿Por qué siempre es tan amargado?, nunca lo llegué a saber, pero lo que si se es que, si alguno de los alumnos lo molesta es capaz de reprobarlo.

-Muy bien -deja su portafolio en el escritorio-, espero que no hayan holgazaneado mucho en las vacaciones, y si lo hicieron les recomiendo que no lo hagan aquí. Les anotaré las evaluaciones que realizaremos este año.

Ni buenos días nos dijo el amargado este.

Saco mi libreta y mi lápiz para anotar, pero,un ruido me hace alzar la cabeza en dirección a la puerta.

Un chico alto, de contextura atlética, castaño y de tez blanca pasa sin tocar, sin decir nada y eso hace que el profesor se voltee extrañado a verlo. El chico lo mira como esperando a que diga lo que tiene que decir el adulto.

-¿Y tú eres?. -le pregunta el profesor cruzado de brazos.

-Dereck Hams. -dice el castaño sin rodeos, el docente sube una ceja y lo mira mal.

Su voz es tan... Linda.

-Ah, tu debes ser el estudiante de intercambio. Mira, no sé cómo se hacen las cosas de dónde vienes, pero aquí, cuando entras a una habitación tocas la puerta. Ahora ve a sentarte dónde te plazca y no vuelvas a interrumpirme. -se voltea para seguir escribiendo en la pizarra.

El castaño pasa su vista por todos los asientos, pero se detiene en mi por unos segundos, los cuales me parecen horas. Pareciera que sus ojos color verde intenso intentaran adivinar que cosas esconden los míos, como si intentara ver mi interior a través de ellos.

«¿Por qué me mira?». No puedo soportarlo más, así que desvío la mirada con el corazón acelerado y la respiración irregular. Intento calmarme, pero, ¿Cómo puedo hacerlo si se sienta a mi lado?.

Volteo mi rostro hacia el otro lado, a la pared. Bien, ella no me hace hiperventilar ni sentir nervios cada que la miro. Si, puedo sobrevivir todo el día mirando a una cosa hecha de cemento y no a un chico lindo.

Genial, ya admití que era lindo. Estoy jodida.

-Hola. -él saluda, y se que es conmigo pero me resigno a voltear ignorandolo por completo, solo es porque no quiero tener un ataque en medio de la escuela.

Me muerdo el labio inferior rogando a qué piense que no lo escuché, siento que va a volver a hablar pero el profesor Richard lo interrumpe.

¿Y yo le dije amargado?, no, no. El es todo un sol.

-Okay -habla cuando termina de copiar nuestras actividades-. Este año todas las evaluaciones serán en parejas, la primera será un ensayo que me entregaran la semana que viene, les estaré avisando de que va.

Cuando mencionó que los trabajos se harían en parejas todos los chicos empezaron a susurrar entre ellos eligiendo con quién estarían. Bien, todos los profesores del instituto saben sobre mi y por eso creo que trabajaré sola y...

-¿Quieres trabajar conmigo?. Soy nuevo y no conozco a nadie aquí... -Dereck interrumpe mis pensamientos con su pregunta a lo que yo quedo helada.

¿Y ahora?, ¿Que le digo?, ¿Y si mejor entierro mi cabeza en la tierra para jamás ver a alguien a la cara?. Si, buen plan, empezaré a cavar.

-Oye, eso no es problema para mí. -una chica se le para de un lado llamando la atención de ambos.

Deja un mechón de su cabello oscuro detrás de su oreja y le sonríe de una manera coqueta. Bien, ella es la hermosa e inigualable Katherine. Todos la conocen, todos la aman, no es difícil deducir que clase de persona es aquí en el instituto ¿Verdad?.

-¿Y quién eres tú?. -le pregunta el castaño con genuina intriga.

-Mi nombre es Katherine, pero tú puedes decirme Kathy -posa su mano izquierda en su cintura de abeja-. Entonces ¿Quieres trabajar conmigo?.

-Bueno, es un gusto conocerte. Pero iba a pedirleso a ella primero. -me apunta con su dedo índice.

Ya me jodí.

Siento como toda mi cara se calienta al instante. Desvío la mirada cuando la azulada de la pelinegra me atrapa al mismo tiempo que mi corazón vuelve a acelerarse.

Que no me hable, que no me hable, por favor que no me hable...

-¡Hey, hey! -el profesor llama la atención de todos-. Cálmense y dejen de hacer tanto ruido. Por desgracia para ustedes yo seré quien escoja las parejas.

Todos bufan con fastidio. El docente toma una carpeta para nombrar a los alumnos uno por uno para juntarlos con otros.

-Katherine Mitchels -nombra a la pelinegra que yace de nuevo en su respectivo asiendo-. Trabajarás con... Lucy Braun.

Ella bufa mirando mal a la persona que le tocó.

-Kaly Mason -me sorprendo cuando me nombra a mí, se supone que sabe que no puedo trabajar con nadie-. Tú irás con Dereck Hams.

Debí haber cavado ese hueco y enterrar mi cabeza antes de venir aquí.

-Bien, parece que si vamos a trabajar juntos... Hey, ¿te sientes bien? -toca mi hombro cuando comienzo a hiperventilar terminandome de empeorar.

Comienzo a sudar frío, mi corazón se acelera y no dejo de respirar irregularmente.

No puedo seguir aquí.

Siento la mirada de todos sobre mí, la vergüenza de que me pase esto frente a todos me hace salir corriendo dejando mis cosas tiradas en mi asiento.

Corro hacia los baños, llego y entro en el primer cubículo que veo. Agradezco el hecho de que no hay nadie aquí.

Inhalo profundo por la nariz y exhalo por la boca contando los segundos. Cada que lo hago más segundos se suman y más me calmo «Todo va a estar bien».

Mi pulso aún es algo irregular pero al menos ya no estoy temblando. Esta vez fue algo leve, al menos tuve la fuerza de salir corriendo.

Me levanto dispuesta a salir pero antes de abrir la puerta del cubículo escucho unos toques en esta.

-¿Kaly?... ¿Estás bien? -una voz masculina y aterciopelada inunda mis oídos, la misma voz del castaño.

-Está ocupado... -lo digo tan rápido que casi no se llega a entender.

-Ah... Oye, dejaste tus cosas en el salón y vine a entregartelas. -pasa mi mochila lila por debajo de la puerta.

¿Se molestó en traermela?.

-La clase terminó y no podía dejar tus cosas tiradas. -una pequeña risa por parte de él hace eco por todo el baño.

-Gracias -me es más fácil hablar con alguien si no lo tengo prácticamente en frente-. No tenías que hacerlo yo...

-Pero quería hacerlo -mi corazón da un vuelco cuando dice eso-. Bueno, nos vemos, Kaly. Por cierto, me gusta tu nombre, es muy lindo.

Lo siguiente que escucho es la puerta del baño cerrase.

Bueno, agradezco que se molestará en traer mi mochila ya que no quiero salir de aquí. Me pierdo las siguientes dos clases antes de ir a almorzar. Cuando abro la puerta del baño me pongo la capucha como una reacción automática.

Muchos me miraron y por eso me da miedo dar la cara, tal vez ahora casi toda la escuela lo sepa, de verdad, aquí los chismes corren más rapido que un auto de carreras.

Me dirijo a la cafetería y solo compro una soda, traje mi almuerzo, en realidad no me gusta mucho la comida de aquí. No sé porque ven tan dañino una porción de pizza... Vale es comida chatarra, pero deliciosa en fin.

Me voy a una de las mesas del fondo sin mirar a alguien, pero alguien si me mira a mí. Dereck, el castaño me saluda a lo lejos desde la entrada de la cafetería mientras yo me siento.

¿Me está acosando?.

Camina en mi dirección, pero alguien lo detiene. Katherine lo toma del brazo para que se siente en su mesa, pero el parece negarse siguiendo su camino hasta acá.

-¿Te sientes mejor?. -me pregunta Dereck con una bandeja de comida en sus manos.

No puedo hablar, lo intento pero de mi boca no sale nada.

-Tomaré eso como un sí. -se sienta a mi lado...

Y muy cerca.

Nuestras piernas casi se rozan, por eso pongo mi mochila en el espacio entre nosotros. Él me mira extrañado pero se encoge de hombros y sigue comiendo como si nada.

Termino mi almuerzo lo más rápido que puedo y me levanto para dirigirme al salón donde será mi próxima clase. Tal vez fuí grosera al no despedirme o decirle algo, pero me puse tan nerviosa que no pude.

Mi siguiente clase es historia. No hay nadie en el aula aún, suspiro relajando mis músculos y sentándome en uno de los asientos del lado derecho con una vista perfecta del pizarrón.

Estaba apunto de sacar mi libro, pero el sonido de la puerta me interrumpe cuando lo abro. Katherine repasa toda el aula deteniendo su mirada en mí.

-Hola. -me sonríe de una manera falsa.

No respondo.

-¿Eres muda?. -camina y se posa en frente de mi asiento, yo niego con la cabeza devolviendo mi vista al libro tratando de no mirarla.

-Tu eres Kaly... ¿Cierto?. -asiento con mi cabeza.

-Si... -contesto rápido sin mirarla aún.

-Pues mucho gusto -me extiende la mano, yo solo la miro con indecisión en si tomarla o no. Trato de alzar mi mano pero ella parece no importarle bajando la suya-. ¿Por qué tan miedosa?, No lo estabas está mañana cuando le pediste al nuevo que fuera tu compañero.

¿Solo por eso está aquí?, ¿Va a actuar como una niña caprichosa a reclamarme?. Si, creo que eso hará.

-No... Él... -mi intento de hablar queda a medias cuando ella me interrumpe.

-Vamos, habla -comienzo a balbucear, las manos me tiemblan cuando se inclina ligeramente para que ambas quedemos cara a cara-. ¿Me tienes miedo?. Tranquila, yo no muerdo.

Trago grueso, mi respiración comienza a ser irregular por segunda vez en el día, el temblor no cesa y mi corazón no tarda en cabalgar rápidamente en mi caja torácica. Su mirada azulada me ocasiona escalofríos, muchos la verían como hermosa, pero para mí es como ver a mi peor pesadilla. Nunca nadie me había mirado tanto a los ojos y eso me pone a hiperventilar.

-Hey, no seas tan dramática, solo quiero hablar -su sonrisa desaparece casi por completo cuando dice lo siguiente-. No quiero que te acerques más a Dereck. ¿Crees que no sé quién eres?. Por favor, mi madre es tu psicóloga, claro que se sobre tí. Andas por ahí escondiéndote como un pequeño ratón creyendo que nadie te toma en cuenta y haciéndote la víctima. Dime, ¿Que se siente no tener a nadie con quien hablar?, ¿Que se siente ser un cero a la izquierda?. Lo siento pero yo no conozco ese sentimiento.

Un nudo se forma en mi garganta con lo que dice. Si, soy un cero a la izquierda pero no es mi culpa. Intento hablar pero no puedo, me dicen que tengo que socializar más pero nadie sabe el maldito peso que tengo sobre mis hombros con el cuál tengo que lidiar a cada nada. Nadie comprende que lo intento.

Mi vista se vuelve borrosa con las lágrimas que se posan en mis párpados, pero no las dejo caer. Intento calmar el temblor de mis manos apretando la tela de mi falda azul con diseño escosés, pero aún así no funciona.

-Quiero que le digas a Dereck que no quieres trabajar con él, ¿De acuerdo? -me dice en un tono suave, algo forzado fingiendo que no me acaba de decir cosas hirientes-. Si no lo haces este vídeo se hará viral en mi cuenta.

Quedo algo confundida con lo último que dijo, ¿De que vídeo habla?. Katherine nota la confusión en mi cara y apunta a la puerta del aula con su pulgar.

Mi vista viaja hacia ese punto y de verdad desearía no haberlo hecho. Varias personas están agrupadas en la puerta medio abierta, la mayoría con sus celulares en mano apuntandome con sus cámaras.

Me quedo estática en mi asiento con los ojos bien abiertos, las personas pasan al salón posándose a mi alrededor, tomando fotos o grabando vídeos, no lo sé. Lo único que distingo son los flashes que me dejan ciega y aumentan mi ansiedad.

El aire comienza a faltarme, como si unas manos apricionaran mi garganta trancando el paso del oxígeno.
Que me dará un infarto de lo rápido que late mi corazón, mi vista se vuelve borrosa de nuevo, intento salir corriendo como esta mañana pero las piernas me fallan por los temblores. Veo a una silueta grande empujando a las personas para acercarse, pero me debilito antes de que pueda alcanzarme.

Siento como me cargan en brazos y me sacan del lugar, escucho voces lejanas, mis ojos se sienten cansados como todo mi cuerpo. No sé quién me saca del aula ni a dónde me lleva pero no intento oponerme.

Me acuestan en una superficie fría y algo dura, caigo en cuenta de que estoy afuera, en el patio del instituto cuando abro un poco los ojos viendo unos cuantos árboles, sintiendo la frisa que refresca mi cara y cuerpo lo cuál me calma.

-¿Kaly? -la misma voz aterciopelada del castaño de esta mañana cala en mis oídos-. Oye, ¿Estás bien?.

Si estoy bien, solo me acaban de herir y humillar frente a todo el instituto, una cosa de todos los días cuando se tiene ansiedad social ¿No?.

Estoy acostada en una banca así que me ayuda a sentarme tomándome de los hombros, el tacto de sus manos grandes con mis hombros pequeños hace que me ponga algo nerviosa.

Su cara detona genuina preocupación, algo que me desconcierta cuando lo acabo de conocer hoy. ¿Por qué se ha preocupado tanto por mí hoy?.

-Si... -es lo único que llego a decir.

Él me mira por unos segundos, unos realmente largos. ¿Lo raro?, bueno, que no me parece incómodo. Solo me dejo llevar en sus iris de un verde intenso que nunca creí que existieran. ¿Es normal tener los ojos así?, ¿Es normal que no me parezca incómodo siendo un desconocido?... ¿Él es normal?.

De repente y sin previo aviso, sus fuertes brazos me rodean en un abrazo reconfortante. Me siento extremadamente pequeña cuando lo hace, la diferencia de contextura es algo grande.

Pero en el momento que envolvió sus brazos en mí, en ese mismo instante descubrí que el era mi calma, mi cura y mi protección... Me sentía bien, como si él fuese una coraza protectora contra el mundo que me rodeaba.

¿No les pasa que, están en algún lugar dónde se sienten seguros?, eso siento yo con Dereck, sus brazos son mi lugar seguro.

Inhalo su aroma, huele a pino y me alejo de él, estando más calmada.

-Hey, ¿que pasa? -Dice. Se siente tan raro que me hable sabiendo que hace unas horas ni nos mirabamos.

Bueno, él a mi sí.

-Nada -respondo algo cortante sin mirarle la cara.

«Que vergüenza». Dereck me agarra la barbilla y me hace mirarlo.

-Pelirroja, solo quiero saber que es lo que pasa...

«¿Me dijo pelirroja sabiendo mi nombre?». Era un apodo, supongo. Normalmente no me gusta que mis padres hagan referencias o bromas sobre mi cabello, ya que se torna fastidioso. Pero con Dereck se sintió extraño, de una manera buena.

-¡No me pasa nada, no te importa! -le grito y veo su cara de lo que parece... ¿decepción? y confusión. Me arrepiento de lo que dije-. Lo siento, no quise hablarte así. Solo... no me gusta hablar de ello.

-Tranquila, lo entiendo -me sonríe cálidamente-. ¿Quieres volver adentro o... -veo como maldice y se jala los cabellos.

-Si, tengo que volver. -Empiezo a caminar en dirección al salón.

Vamos Kaly, tu puedes. Solo no los mires...

Me animo a mi misma, pero volteo al ver que Dereck no viene detrás de mi y a desaparecido del pasillo.

¿A donde fué?.

¿Porqué me ayudó?.

Vamos Kaly, ¿que creías?. ¿El guapo con la invisible como cualquier cliché de dramas adolecentes?, esto no es uno de los estúpidos libros que lees, es la vida real.

Y ella es mi conciencia. Todos tienen consciencias que los apoyan, hacen que razones, con las que puedes hablar solo haciendo que las personas te crean un completo lunático, pero la mía parece tener una falla, lo único que hace es criticar.

No me había dado cuenta de que ya estoy afuera del salón. Suspiro y pienso si entrar o no entrar.

«Los humanos nacen solo para morir. Es nuestra mente quien decide que hacer mientras tanto, somos nosotros y si quieres hacer algo hazlo, no dejes que el miedo te lo impida» Recuerdo las palabras de mi psicóloga.

Entro con la capucha de la sudadera sobre mi cabeza, se que todos me miran pero intento hacer caso omiso a aquello.

-Señorita Mason, ¿ya se encuetra usted bien?. -pregunta la profesora Lee.

-Si, estoy bien. Disculpe las molestias. -Esta solo asiente y me sonríe. Los profesores saben de mi "enfermedad", pero eso es estrictamente confidencial, algo que solo ellos saben. Que los alumnos lo supieran solo haría empeorar mi situación.

Me dirijo a mi asiento y la profesora vuelve a dar su clase, unos minutos después aparece Dereck. Pide disculpas y se sienta en el puesto de al lado.

Ni me mira, ni me saluda, ni se voltea.

¿Y ahora?.

Me decepciona que no me diga nada, y más que ni siquiera me mire. ¿Estará ignorandome? Y si es así ¿porque?, hace un rato estaba tan preocupado por mí.

Decido prestar atención a clases y olvidarme de eso, aunque me es imposible.

Sin poder evitarlo lo miro con disimulo. Sus brazos son gruesos y definidos, cara perfilada, el cabello desordenado, siento que solo le queda bien a el, y esos ojos...

-¿Vamos a prestar atención a la clase o te me vas a quedar mirando todo el dia?. -Salgo del trance que me produce.

¿Que carajos le pasa?, hace rato andaba bien preocupado por mí y ahora es el mismo Dereck que entró en el aula esta mañana.

Nos miramos de nuevo. Sus ojos son como unos hermosos... ni siquiera tengo palabras para describirlos. El color, el brillo en ellos es inigualable.

Mis ojos verde pálido lo detallan como si quisieran recordarlo por siempre.

-¿Hola?. -una mano se mueve de arriba a abajo en el espacio que queda entre nuestros rostros.

Ambos miramos hacia atrás donde yace un pelinegro de ojos azules intensos, de tez blanca. Tiene algo de parecido con Dereck en las facciones del rostro como la forma de los ojos y los labios.

-¿Que quieres, Zac?. -el castaño de ojos verdes parece algo molesto, o más bien fastidiado.

¿Se conocen?.

Ahora que lo pienso tampoco he visto a este chico nunca en los pasillos de este instituto o en el pueblo.

-Nada, solo que estabas en una especie de trance como si esta chica te hubiese hipnotizado. Por cierto, ¿Cómo te llamas, linda?. -me pregunta con una sonrisa divertida en el rostro, de esas que las vez y tienes ganas de sonreír también.

-Ka-Kaly... -digo mi nombre en medio de tartamudeos.

¡Dios, que vergüenza!. Ahora desearía más haber cavado ese hueco en el suelo y meter mi cabeza.

-Mucho gusto, Ka-Kaly. -se burla de mí tartamudeo.

«Es broma, no se burla de ti».

Me calmo a mi misma y no digo más nada tratando de poner atención a la clase.

-Oye, ¿irás esta noche?... -le susurra Zac a Dereck.

-No lo sé... Haré algo y... - apenas escucho lo que dicen, pero el profesor se da cuenta de los susurros y los separa.

¿A dónde irás, Dereck Hams?.

Luego de tres clases más al fin el instituto se digna a dejarnos ir. Voy caminando a la salida pero bajo la cabeza cuando Katherine pasa por mi lado y empuja ligeramente mi hombro derecho.

-Ya sabes lo que te dije. Si no lo cumples el vídeo se hace viral. -me recuerda y caigo en cuenta de lo que pasó hace rato.

¿Que haré ahora?, ¿Ir y decirle a mamá? No. Tampoco puedo decirle a mi psicóloga, Kathia Mitchels, porque resulta que Katherine es su hija. Además, ella sabe que mi condición es confidencial aquí en el instituto y si le digo que su hija me amenazó no me creería.

Así que estoy sola en esto. Así que sola tengo que solucionarlo.

Cuando salgo lo primero que veo es a Dereck caminar con el chico pelinegro; Zac. Pero, en lugar de salir de la institución se encaminan a la parte trasera yendo por el lado izquierdo.

Los sigo, ¿Por qué?. La verdad es que ni yo lo sé, simple curiosidad... O tal ves soy muy chismosa, ¿Eso también se considera una enfermedad?.

Pasan la reja que separa al patio del bosque, me escondo en el tronco de un árbol para que no me vean cuando volteen, vuelvo a asomarme y los visualizo entrando al bosque.

El bosque.

Nadie entra allí, y los que lo hicieron no se les ha visto jamás. Hubo gente muy curiosa que entró en ese bosque, la policía nunca los encontró.

La verdad es que no sé que hay allí, pero siempre me han advertido que no valla a ese lugar. Pero, ¿Por qué?.

Me preocupo cuando se pierden entre los gigantescos árboles y la neblina que caracterizan a este pueblo.

«¿Que harás, Hams?».

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