31.

Larissa se había despertado creyendo que Draco seguiría en la cama, pero no estaba más. Se sentó de golpe al notar su ausencia y lo pudo ver buscando su uniforme de quidditch. 

Estaba con solo una toalla al redor de su cintura y ella lo miró intensamente, mientras lo veía buscar su ropa. 

-¿Por qué estas despierto? - preguntó ella de repente.

Draco se dio media vuelta y sonrió, para luego caminar a ella, entonces notó como las pequeñas gotas de agua se deslizaban por su cuerpo, cayendo desde su cabello mojado. Cuando estuvo lo suficiente cerca de ella, besó sus labios con delicadeza. -Buenos días. - murmuró sobre sus labios, para volver a sellarlos en un beso.

Ella sonrió torpemente. -Buenos días. - le respondió en voz baja, para tomarlo por la nuca y juntar sus labios de nuevo.

Draco rompió el beso lentamente, para responder a su pregunta inicial. -Hoy es el partido de quidditch contra Gryffindor... el que pienso ganar. - sonrió, presumiendo como siempre.

Larissa sonrió divertida y puso los ojos en blanco. -Sigue soñando, mi casa es mejor que la tuya. - le respondió.

Draco levantó ambas cejas a ella, mientras una sonrisa burlona se aparecía en su rostro. -¿En serio? 

Larissa asintió. -En serio.

Draco se burló y la tomó por la barbilla, haciendo que sus narices rozaran. -Que lastima que no tienen a muchos jugadores estrellas, como Harry Potter, por ejemplo. Tendrás que resignarte a perder, amor. Mientras me resignaré a verte perder, guapa. - le susurró, mientras sus labios se rozaban mientras hablaban.

El impulso de besarlo se hizo más fuerte en el cuerpo de Larissa, mientras sentía su aliento golpear suavemente sus labios, y su cuerpo tan cerca del suyo. -Por ahora, resígnate a verme besarte. - murmuró antes de juntar sus labios en un beso. 

Oh, como le encantaba besarlo.

Draco se burló cuando ella hizo un mohín, pues había rotó el beso. -Necesito estar listo para ir a limpiar el piso con tu equipo. - presumió.

En la cara de Larissa se dibujó una sonrisa, mientras lo veía caminar de nuevo al armario y sacaba algunas prendas. Ella sonrió, porque de alguna forma, le gustaba cuando Draco actuaba egocéntrico y presumido con ella.

Era atractivo cuando hacía ese tipo de cosas.

Larissa se tapó la cara cuando notó que Draco iba a sacar su toalla, Draco soltó una risita. -No es como si no lo hubieras visto antes. - Larissa se burló y continuó tapando sus ojos. -Ya. - le avisó Draco y ella destapó sus ojos, observando como Draco ahora estaba colocando su camisa.

-¿Le puedes decir a Astor-

Las palabras se cortaron cuando tocaron la puerta y Draco estaba con su camisa y en boxers, entonces Larissa saltó de la cama y caminó a la puerta. Antes de que ella pudiera girar el pomo, una mano apareció por sobre su cabeza, ella se quedó inmóvil cuando sintió el cuerpo de Draco presionado contra ella. -¿Qué crees que haces? - le susurró en el oído Draco.

Ella se tensó y un escalofrío la recorrió de pies a cabeza, negó con la cabeza. -Voy a abrir. - murmuró.

Draco tarareó como si estuviera de acuerdo. -Eso lo sé, pero... te recuerdo que sea quien sea, te va a ver en ropa interior y con una camisa mía. - susurró de nuevo en su oído. 

El tono que usaba tan grave la hizo cerrar los ojos y removerse un poco. Quería darse media vuelta y pedirle que la besara hasta que a ambos les dolieran los labios, pero solo asintió.

Se dio media vuelta y se encontró con la cara de Draco, sus mejillas se tornaron inmediatamente de color rojo. -Draco... - murmuró ella, notando como Draco enarcaba una ceja cuestionando. -¿Me puedes besar? - dijo en un hilo de voz. 

Draco sonrió divertido. -¿Qué?... no te escuché. - dijo él, colocando una mano en su oído.

Larissa miró a un lado y regresó sus ojos a él, elevando su voz un poco más. -¿Me puedes besar? - tenía que admitir que se encontraba bastante avergonzada.

Draco sonrió y acercó su cara a la de ella. -Lo haría por el resto de mi vida, pero mejor.. ¿por qué no lo haces tú? - la cuestionó.

Larissa sonrió avergonzada y desvió sus ojos, entonces Draco notó lo nerviosa que ella estaba. -Si quieres un beso, entonces dámelo tú. - le susurró.

Larissa asintió y Draco se paró de forma recta frente a ella. Dudaba poder alcanzarlo, entonces se acercó a él y se puso de puntitas, para enredar sus manos detrás de su cabeza y atraerlo a ella lentamente, para así hacer chocar sus labios contra los de él. 

Ella lo besó con mucho cuidado, se sentía como si sus labios apenas se rozaran, pero Draco no estaba conforme con nada y la tomó de la cintura, haciendo del beso algo más fuerte.

El rubio estaba por llevarla a su cama, cuando escuchó que golpearon la puerta de nuevo, Larissa lo miró. -¿Quién es? 

Draco levantó los ojos a la puerta. -Debe ser Tori, le pedí hace media hora que trajera un poco de ropa para que puedas ir a verme jugar. - le respondió, para luego picotear sus labios.

Pasó por un lado de ella, para luego abrir la puerta, pero lo que encontraron no era lo que esperaban.

Astoria los estaba mirando de forma preocupaba, pero junto a ella estaba... Hermione Granger.

Su ceño fruncido, estaba roja mientras sus ojos se movían de Draco a Larissa, quien veía todo lo con los labios separados, estaba realmente sorprendida.

-Traté de convencerla de que no estaban aquí, pero no me hizo caso. - chilló Astoria, temiendo que Draco o Larissa se molestaran con ella.

-¿Qué se supone que hacen? - escupió Hermione molesta, pero sus ojos estaban en Larissa, quien trataba de cubrir la parte inferior de su cuerpo, con la camisa de Draco. -¿Qué se supone que tienen? - volvió a preguntar, al notar que nadie respondía. -¡Habla, Larissa! - gritó furiosa.

Ella negó con la cabeza asustada y Draco dio un paso adelante, sacando a la chica de oro de la habitación, mientras Astoria corría junto a Larissa, apretándola en un abrazo. -¿Qué te importa? - le respondió Draco con otra pregunta.

Hermione apretó sus labios molesta. -¿Por qué? ¿Por qué olvidas lo que hicimos tan rápido? - le gritó mientras sus ojos se llenaban de agua.

Esa imagen le recordó a Larissa, cuando Ron besó a Lavender por primera vez. 

Draco apuntó la puerta detrás de ella. -No teníamos nada, fue solo para pasar el rato... - dijo con seguridad. -Vete. - le ordenó.

Hermione caminó a Larissa, pero antes de llegar a ella, Draco se interpuso en el camino y Astoria empujó a Larissa detrás de ella, de forma protectora. -¡Ven aquí y explícame! - gritó molesta la chica de oro.

Larissa asomó la cabeza por el hombro de Larissa. -Mione, yo- es que... ¿qué debo explicar? - comenzó a tartamudear asustada.

Hermione la miró furiosa. -¿Cómo demonios terminaste en su cama? - volvió a gritar, pero su cara volvió a la de Draco. -¿Por qué la metiste en tu cama? - le susurró con dolor en su voz.

Larissa negó con la cabeza. -No hicimos nada, solo estaba durmiendo, te lo prometo. - dijo la castaña, mientras Astoria intentaba protegerla.

Hermione se burló cínicamente. -Seguro, Larissa... porque Draco tiene tanto autocontrol que no mete a nadie en su cama. - dijo apretando los dientes.

Astoria abrió la boca ofendida. -Para tu información, Granger... Draco ha sido capaz de estar con Larissa sin tener relaciones sexuales. Porque a ella si la quiere. - le respondió la Slytherin.

Y las palabras cortaron como un cuchillo a Hermione Granger, haciendo que las lágrimas se deslizaran por sus mejillas, tapando su boca con la palma de su mano, observando dolida la escena. 

-Como si tú y Malfoy no hubieran follado en el asqueroso cumple años de Ron. - le gritó con rabia a la Slytherin.

Astoria frunció los labios molesta. -Al menos yo no malinterpreto las cosas. 

Y antes de que Hermione pudiera responder, Draco habló de nuevo. -Granger, si no te vas voy a acusarte con un prefecto. - la amenazó.

La chica lo miró incrédula y molesta al mismo tiempo. -¡Esto debe ser una broma! 

-No. - respondió el chico y señaló la puerta. -No lo voy a repetir. 

Era como si Draco tuviera esa mascara de hielo, la que siempre arrancaba de su cara cuando estaba con Larissa, dejando que viera su lado vulnerable, el lado romántico, el lado cursi. Tenía que admitir que esa mascara fría siempre le daría escalofríos.

Hermione miró dolida a Larissa negó con la cabeza, para luego salir, azotando la puerta en el momento.

Astoria se sobresaltó cuando el golpe sonó en la habitación. -Perdón. - murmuró mientras Draco se giraba molesta a ambas. 

-¿Le trajiste ropa? - preguntó simplemente y Astoria asintió. -Bien. - suspiró.

Astoria miró apenada a Larissa. -Bueno, mejor me voy. - murmuró.

Cuando Astoria cerró la puerta, Draco se había levantado a peinar su cabello frente al espejo, Larissa caminó a él y lo hizo darse media vuelta, para que así ambos pudiera mirarse, y cuando tuvo la total atención de Draco, ella habló. -No te desconcentres por eso. - le murmuró, estirando su mano para acariciar su cara. 

Draco cerró los ojos por el contacto. -Lo siento. - susurró.

-¿Por qué?

-Por... - comenzó a hablar en voz baja. -Por hacerte pasar un mal rato. 

Larissa negó con la cabeza. -A mi no me hiciste pasar un mal rato, a Mione si. - admitió.

Draco asintió y se acercó a ella, picoteando sus labios. -Si estas en ese partido, es seguro que voy a ganar. - murmuró con una pequeña sonrisita.

Larissa entrelazó sus dedos y sonrió. -Ya veremos, por ahora me tengo que cambiar. - le avisó.

Draco asintió y antes de que ella pudiera entrar al baño, la tomó de la mano. -Me tengo que ir ahora, ¿Crees que puedes ir al campo de quidditch sola? - le preguntó.

Larissa asintió. -Por supuesto que iría a verte jugar, no me importa si tengo que ir sola. - le respondió, ganando una sonrisa de Draco.

Entonces ella simplemente se dio media vuelta y entró en el baño de Draco, para así poder tomar un baño.

-

Larissa salió luego de una rápida ducha y cuando lo hizo, Draco se había ido ya.

Caminó a donde Astoria había dejado su ropa y notó que ella había dejado un suéter color verde con una pequeña nota. Destapó el papel con una sonrisa divertida.

Creo que es momento de apoyar a tu hombre en su primer partido.

A.G.

Larissa se burló divertida y extendió el suéter entre sus manos, por supuesto... era un suéter de Astoria, mientras que a la ingeniosa Slytherin, se le había ocurrido llevarle una blusa negra, para colocarla abajo del suéter y una falda del mismo color. 

¿De dónde había sacado esa ropa?

Sonrió y colocó la ropa en su cuerpo, observando que Astoria había olvidado los zapatos, entonces corrió a un costado de la cama y tomó sus converse negros en sus manos, para colocarlos. 

Caminó al espejo de Draco y tomó el cepillo del chico entre sus dedos, para mirarse un rato y pensar, ¿cómo debería peinarse hoy?

Era una ocasión especial, pues es el primer partido, pero no debía verse muy formal ni muy poco arreglada.

Sonrió cuando supo como peinarse y lanzó un hechizo de secado en su cabello, para luego tomar todas esas ondas castañas y levantarlas en una coleta alta.

Sonrió cuando se vio al espejo y tomó el listón que siempre tenía atado en su muñeca, para atarlo sobre la liga, así ocultando el color de la liga y cubriéndolo con el negro listón.

Se sentía bonita cuando observó su reflejo en el espejo y notó que las marcas de Seamus eran invisibles, seguro Draco le había retocado el hechizo mientras dormía.

Dos golpes en la puerta y Larissa caminó a abrir, encontrando a una sonriente Astoria.

-Te vez tan bien. - silbó la Slytherin.

Larissa sonrió y ladeó la cabeza. -¿No crees que me verán raro los Gryffindor? - le preguntó.

Astoria se encogió de hombros. -Pues... pensaba que te sentaras conmigo y con Tracey Davis, sé que no le hablas, pero... después de todo eres como la novia de nuestro buscador. - sonrió.

Larissa negó con la cabeza. -No soy su novia.

-Por ahora... - murmuró con una sonrisa traviesa. -Vamos, traje un poco de maquillaje para arreglarnos aquí.

Larissa asintió y se sentó en la cama de Draco, junto a Astoria, la castaña Slytherin aplicó simplemente un poco de base, rímel en sus pestañas, blush y como toque final, colocó un labial transparente y brilloso en sus labios. 

-Te vez bonita así. - aseguró y Larissa sonrió. -Ahora me voy a poner algo y nos iremos. - avisó, para colocar el maquillaje en su cara.

-

Ambas chicas se arreglaron, para bajar a la sala común de Slytherin y caminar juntas al campo de quidditch, tomando asiento en las gradas de Slytherin, por supuesto que Larissa recibió miradas confusas, pero tenía puesto el suéter de Slytherin, así que no la insultaron.

-

WEEEY HERMIONE SE ENOJA HORRIBLE

Att: —F💖

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