Un Beso

Fueron grandes los esfuerzos que hicieron Albus, James y Leo, claro que cada uno por su parte y sin enterarse de que eran tres intentando entrar a la enfermería para visitar a Odalis, sin embargo, ya amanecía y la noche había sido infructuosa para los tres chicos que estaban desesperados por saber cómo se encontraba su querida castaña.

En la casa Slytherin  no pasaron buena noche los Malfoy, Scorpius y Thor estaban preocupados e intrigados de igual manera no sabían que había ocasionado que Odalis tuviera que utilizar gran cantidad de su magia al punto de perder el sentido por la debilidad.

Eleine por su parte no había podido ir al su lugar predilecto, había pasado varias horas en la enfermería con sus hermanos  y después ya era demasiado tarde para salir del colegio, y mas considerando que ese día no podría contar con la ayuda de Odalis regresar a su sala común por medio de la aparición. Estaba inquieta, no solo por su hermana pequeña, sentía una angustia en el pecho, pero no sabía a qué se debía, pero necesitaba ir a los jardines, necesitaba ver la figura del hermoso elfo que embellecía los jardines del colegio.

Se levanto muy temprano solo con la intención de ir al encuentro de esa divina figura, algo le llamaba, le hacía desear estar con él, aunque no entendía la razón y se sentía un poco tonta por sentirse de esa manera.

Salió del castillo con sigilo, aun era temprano como para estar fuera de la escuela y no quería ser descubierta, como explicaría su salida. Camino por los jardines con el latido del corazón agitado, estaba emocionada como si fuera al encuentro de alguien especial, y eso era para ella la figura del elfo, posiblemente se trataba de un ser inanimado pero había algo especial en el.

Llego rápidamente al extremo de uno de los jardines y ahí estaba imperturbable, en el letargo de un sueño eterno, inmóvil y aun así hermoso a pesar de la frialdad del mármol.

Eleine no olvidaba la primera vez que lo vio, como tampoco olvidad lo que despertó en ella, era como si no fuera un ser inanimado. Era una tarde después de clases cuando caminaba por los jardines al lado de sus amigas,  hiba distraído sin prestar atención por donde la llevaban sus pasos, era como si tuvieran vida propia porque se separa un poco de su grupo de amigas como si alguien la llamara a la distancia. Cuando lo encontró sintio algo especial, como si conociera de algún lado a ese ser que había posado para esa estatua tan hermosa, era pequeña a su lado, el se mostraba imponente, alto y fornido y estaba finamente tallado cada rasgo, era asombroso el detalle plasmado en esa obra, se deleito por varias horas solo admirando cada detalle.

El cabello largo a pesar de ser de frio mármol tenia la apariencia a la vista de ser de la seda mas fina y suave, y entonces supo que era aquel hermosos ser, era un elfo, lo noto por sus oídos puntiagudos  y su indescriptible belleza, se mostraba con los ojos abiertos y se podía ver las pestañas enmarcando sus enormes ojos fríos,  habian perpetuado en esa figura la gallardía y hermosura de elfo, y ella se preguntaba si alguna vez conocería al elfo que poso para realizar aquella magnífica obra.

Y ahora habían pasado ya seis años de aquella primera vez que se encontró en esa parte de los jardines para admirar embelesada al enigmático elfo, desde entonces había crecido y su altura le permitía estar solo una cabeza debajo de la estatua de su adorado confidente, a quien le leia libros completos de la poesía más hermosa, al que le contaba sus mas intimos secretos como si pudiera escucharla, a quien cantaba con su armoniosa voz cuando se sentia nostálgica o especialmente inspirada, a quien le leía sus propios escritos, solo el sabia, solo el podía escucharla sin sentir miedo de que la jusgaran o se burlaran de todas las cosas que escribía en su cuaderno.

Se abrazo a él, sin importar la frialdad de su cuerpo inanimado, se aferro temiendo que de un momento a otro desapareciera, acaricio su rostro con ternura, con una delicadeza extrema como si pudiera sentir ese cálido toque, como si esa figura dura de mármol pudiera agradecer el contacto, y así era aunque Eleine no lo supiera. Así había sido desde la primera vez que siendo una pequeña niña se abrazo a su cintura porque no podía llegar más arriba por su corta estatura, pero ahora que los años habían pasado se podía permitir delinear con sus dedos el rostro del elfo.

Como deseaba que esos pálidos labios tuvieran vida, como deseaba que él fuera quien le diera su primer beso, se sentía enamoraba, aunque pareciera absurdo, pero era como su amor imposible. Pensaba que si quizás hubiera conocido al elfo que estaba representado en esa estatua lo amaría irremediablemente. Eran muchas las noches que se quedaba dormida siendo el dueño de su ultimo pensamiento y soñaba, soñaba con que era real, que estaba vivo que ya no era solo una figura fría esculpida en mármol, soñaba que era suyo y que ella le pertenecía.

Eleine era una de las chicas más hermosas del colegio y tenía muchos pretendientes pero nadie hasta ahora había sido capaz de capturar su corazón como aquel elfo sin vida. Y la chica no entendía porque se sentía de esa manera, era como si ella y ese elfo estuvieran predestinados a amarse y al mismo tiempo su amor estuviera condenado como algo imposible.

Suspiro con nostalgia, estaba triste de solo pensar que no era correcto sentirse de esa manera, pero tenía que aceptar que así era. Tenía que irse para desayunar antes de que sus hermanos se preguntaran donde estaba, además necesitaba ir a la enfermería para saber cómo estaba Odalis.

Se soltó del elfo y sintió un vacio en su pecho, lo miro a los ojos y la asalto el impulso de besarlo, y sin poder contenerse así lo hizo, poso sus carnosos y cálidos labios rosas sobre los fríos e inmóviles labios de Barlog.  Cerró los ojos por inercia por lo que no pudo ver como la figura del elfo resplandecía de manera intermitente, un vientecillo travieso comenzó a soplar y acaricio las mejillas sonrojadas de Eleine haciendo danzar un par de rizos de su larga cabellera rubia.  Se separo aun con los ojos cerrados y se alejo sin querer volver su vista atrás por miedo a no poderse ir. Se reprendió en silencio por su impulso mientras se alejaba con el corazón latiendo con fuerza, estaba confundida por lo que no presto atención que el viento seguía jugando con su pelo hasta que entro en el colegio. Era Barlog quien le acariciaba atreves del vientecillo travieso, ansioso por despertar para corresponder a sus besos.

Odalis despertó en el momento justo en que Eleine besaba a Barlog, se enderezo de la cama solo para ver por la ventana como su hermana caminaba por los jardines de regreso al colegio, después de haber visitado y besado al elfo.

La castaña se sentía muy bien, no recordaba porque estaba en la enfermería y se sentó en la orilla de la cama para aclarar sus pensamientos, y dedujo entonces que se había debilitado por usar magia álfica para proteger a Barlog y a ella misma, así como   ahuyentar a Cabed.

El elfo Cabed seguía siendo malvado y representaba un gran peligro para todos, pero especialmente para Barlog y para Eleine, y eso le preocupaba.

Odalis desapareció de la enfermería para ir a cambiarse a su sala común, lo que no noto fue que cuando desaparecía Thor iba entrando para visitarla.

-Ody. -Le llamo pero la castaña no lo escucho. Scorpius entraba tras de el, los dos Malfoy se sintieron frustrados por no lograr hablar con ella, pero al menos se sentían mas tranquilos al saber que ya estaba respuesta, lo difícil seria como explicarle a la enfermera que su hermana se habia escapado sin que la dieran de alta.

Pero a Odalis no se le habia pasado ese detalle, cuando sus hermano  estaban frente a la enfermera que ceñuda los interrogaba sobre el paradero de la pequeña castaña, ella habia aparecido en el baño completamente arreglada y salía como si nada hubiera pasado.

-Perdón por tardarme, mis hermanos trajeron ropa para cambiarme. -Se disculpo la castaña.

-Pensé que se había ido sin permiso.

-No solo estaba en el baño. -Mintió

Ya mas convencida la enfermera le dio la alta, dándole indicaciones para que desayunara y no se fatigara mucho.

-Muchas Gracias. -Agradeció y salió con sus hermanos escoltándola.

-¿Adonde habías ido?

-A la torre Gryffindor a cambiarme.

-Ahora nos puedes decir porque te desmayaste ayer. -Interrogo el rubio

-Y no nos digas que no sabes, la enfermera nos dijo que utilizaste mucho poder y que estabas agotada por eso. -Atajo el moreno antes de que Odalis pudiera decir algo.

-Así que, ¿Qué hiciste cuando te saliste en medio de la cena? porque no creas que no notamos que mandaste a Leo a que nos distrajera. -Reprocho Scopius

-Eso es verdad. -Admitió la castaña y detuvo su andar haciendo que sus hermanos hicieran lo mismo. -Pero tendrán que confiar en mí, por ahora no puedo decirles pero les prometo que la próxima vez que pase algo como lo de ayer los llamare, necesitare de su ayuda.

Thor se rasco la cabeza confundido. -En ocasiones no te entiendo Ody. -La castaña les sonrió.

-Está bien confiamos en ti, pero por favor prométenos que nos llamaras la próxima vez, no queremos que salgas lastimada. -El rubio sabía que tenía que confiar en Odalis, suponía que algo tenía que ver con sus acertadas premoniciones como el les llamaba.

-Se los prometo. -Dijo abrazando primero a Scorp y luego a Thor.

-Vamos a que desayunes para que te recuperes por completo. -Dijo Thor sin soltarla, la abrazaba de manera protectora como si temiera que volviera a desvanecerse. El moreno era un chico con genes lobunos bastante sobreprotector.

-Y por favor dejen en paz a Leo, el solo me ayudo en lo que le pedí.

-Ese chico no me agrada. -Dijo Thor.

-No te agrada porque sabes que está enamorado de nuestra Ody. -Contesto el rubio haciendo que Odalis se sonrojara.

Thor solo gruño con enfado.

-Mas les vale a los dos que se calme que yo no les digo nada de que media población femenina de Hogwards este tras de ustedes, ademas claro de las hermanas Fornax, aunque les dire un secreto.

-¿Qué secreto? -Pregunto con curiosidad el moreno.

-Hay un chico de Ravenclaw y otro de Gryffindor que les pedirán a Hydra y Antares que sean sus novias, así que si siguen como hasta ahora perderán su oportunidad. -Dijo con seriedad la castaña.

Los tres Malfoy habían llegado ya al gran comedor, Thor y Scop se miraron con preocupación y dirigieron de un minuto fijaron su vista en la mesa de los leones y después en la de las águilas.

-Así que Hermanitos por favor en lugar de preocuparse por mi, ocúpense de sus asuntos antes de que sea tarde.

Los chicos fruncieron el ceño al ver como Antares e Hidra sonreían amablemente a los chicos que les hablaban, después de todo ambas eran junto con su hermana Eleina las chicas más hermosas de Slytherin por no decir que de todo el colegio, además de que eran libres de salir con quien quisieran ya que no les habían propuesto nunca que fueran sus novias.

Los Malfoy dejaron a Odalis en su mesa entre James y Leo que mostraban oscuras ojeras bajo sus ojos símbolo de que no habian dormido mucho por haber intentado, pero todo el cansancio se les olvido cuando la vieron entrar tan radiante como siempre bajo la protección del brazo de su hermano Thor y al lado de Scorpius.

-Hola. -Saludo sonriente la castaña.

-¿Cómo estás? -Preguntaron al mismo tiempo James y Leo que cruzaron entre ellos miradas de molestia.

-Muy bien chicos gracias. Rose me prestas tu pluma.

-Si claro.

La castaña escribió una nota rápida y con su varita la convierto en un pájaro que llego hasta la mesa de las serpientes donde su hermana estaba con la mirada perdida. Eleine le sonrió al recibir la nota.

Ely:

No pierdas la fe y nunca olvides que todo es posible, y que pase lo que pase siempre contaras conmigo. Animo, pronto las cosas tomara su cauce.

Ody.

La chica leyó la nota y no comprendió muy bien a qué se refería pero saber que contaba con el apoyo incondicional de Odalis la hizo sentir mucho mejor. Volvió a sonreír y le envió un beso con la mano a su hermana, haciendo que sus labios pronunciara un gracias en silencio, que entendió a la perfección Ody.

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