En el trayecto de camino a casa se había corrido el rumor de que Odalis había vencido a Alexander Costa, aunque no se decían detalles del suceso, solo se mencionaba que el chico había terminado desmayado en la enfermería. No era para menos el revuelo que se había armado en los corredores del tren, considerando que el Slytherin al que se había enfrentado la castaña era del último grado, además de ser muy hábil.

La sorpresa era generalizada y la mayoría se preguntaba cómo era posible que una chica de tercero venciera a un chico muy bien entrenado de séptimo.

Odalis se vio en la necesidad de aparentar dormir todo el camino, ya que varias veces habían entrado algunos amigos de los Malfoy a preguntar por detalles del suceso, a lo que la chica solo contestaba con evasivas, diciendo que había tenido suerte y solo eso.

La castaña iba recargada en el hombro de Eleine quien le acariciaba el cabello, la rubia sabía muy bien que solo fingía dormir, pero prefería que la dejaran tranquila al menos hasta llegar.

James y Albus habían reñido en el viaje, Lily ya estaba fastidiada de escuchar a sus hermanos pelear, por lo que tratando de calmarse salió buscando algún vagón vacio. No tuvo mucha suerte. Llego al final del pasillo hasta el área de carga, estaba a punto de girar para regresar sobre sus pasos cuando escucho algunos ruidos y decidió investigar.

Se llevo una agradable sorpresa cuando se dio cuenta que se trataba de Leo sentado sobre unas maletas, con su varita hacia flotar un pequeña pelota con la que se entretenía.

-Hola. -Saludo la chica.

-Hola. -Respondió sin muchas ganas Leo

-¿Qué haces?

-No mucho estoy aburrido.

-Podemos platicar si quieres.

-No tengo muchas ganas de platicar, tal vez otro día. -Dijo simplemente pasando por un lado de la chica que se sintió decepcionada por la actitud de Leo.

Pero por algún motivo sintió como se había detenido y por un momento sintió esperanzas de que se quedara un momento más, pero al dar la vuelta comprendió la razón, Odalis estaba frente a Leo.

-Hola chicos. -Saludo amable, pero Lily no contesto el saludo estaba herida de que todos se fijaran en Ody y nadie la tomara en cuenta a ella. Leo le contesto entusiasmado.

-Leo me permites hablar un minuto con Lily. -Ahora el que estaba decepcionado era el chico que no tuvo otro remedio que aceptar.

Lily trataba de ocultar sus sentimientos pero se le hacía muy difícil retener las lágrimas que estaban a punto de salir. Giro un poco su rostro para que Leo no notara su rostro afligido cuando se marchaba para dejarlas solas.

-Se que Leo te gusta, lo se desde hace tiempo y me alegro por ti, Leo es un buen chico, aunque un tanto orgullosos y testarudo, pero supongo que eso es parte de sus encanto.

-Pero el está enamorado de ti. -Dijo mientras dejaba correr gruesas lágrimas por sus mejillas.

Odalis la abrazo para reconfortarla y a pesar de que se sentía de alguna manera herida y traicionada por que Leo prefiriera a la castaña que a ella, se dejo consolar.

-Pero yo no lo quiero Ly, yo estoy enamorada de otra persona.

-¿De quién se trata? -Pregunto sorprendida.

-Aun no es tiempo de hablar de eso, pero te prometo que pronto lo sabrás.

-Eso también me preocupas. -Dijo con sinceridad la chica Potter. -Me preocupa que mis hermanos salgan lastimados.

-Me temo Lily que así es el amor, a veces nos enamoramos de la persona equivocada y hacemos sufrir sin querer a los que si nos quieren en verdad, pero nada se puede hacer contra el sentimiento, más que intentar luchar por lo que queremos. Al menos eso dice mi madre.

-La mía también cree lo mismo, me conto que ella paso años enamorada de mi papa, y el no se daba cuentas. Pero nunca se dio por vencida y ya vez al final logro conquistarlo. -Dijo la menor de lo Potter.

-Ahí tienes Lily, a las dos no nos queda más que seguir intentando. Pero debes saber que Leo es solo mi amigo y que yo estoy interesada en otra persona, no quiero perder tu amistad, sabes que eres de las pocas personas en las que confió.

La chica le sonrió comprensiva sabía muy bien que eso era verdad, prácticamente con ellos eran los únicos con lo que convivía la castaña además de sus hermanos.

Ambas chicas regresaron a su cabina poco antes de llegar a la estación, ahí se despidieron con la promesa de verse en una semana para ir de excursión con todos sus primos y demás colados.

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Antares, Hydra y Leo se acomodaron en las habitaciones que habían ocupado en navidad en la Mansión Malfoy. Los tres chicos estaba realmente felices de regresar a ese lugar, donde veían a Hermione como su madre adoptiva. Scorp, Odalis y Thor también estaban complacidos porque los Fornax estuvieran con ellos, incluso Eleine pidió permiso a su mama Alissa para pasar unos días en casa junto a las gemelas que se habían convertido en sus grandes amigas.

Pero como siempre Odalis prefería de la soledad de la biblioteca de la mansión, o de leer algún libro en el jardín. Leo la seguía en silencio pero intentaba no molestarla, el chico aunque se llevaba bien con los chicos Malfoy, no compartían muchos intereses, por lo que prefería convivir con Ody aunque fuera en silencio y a la distancia.

En esos meses que se habían tratado Leo se había dado cuenta que Odalis le interesaba prácticamente desde que la conoció, ahora podía entender la rabia que sentía cuando James o Albus se le acercaban, estaba celoso, esa era la única explicación a que sintiera una ganas inmensas de molerlos a golpes cuando estaban peligrosamente al pendiente de Ody.

Las tiendas de compaña ya estaban instaladas, dos pequeñas carpas se mostraban en la explanada cercana a un inmenso lago de aguas cristalinas, una para las chicas y otra para los chicos. Solo Hermione había conseguido el permiso en el ministerio para acompañar a todos los chicos, además de que era un poco sobreprotectora y no deseaba dejarlos completamente solos.

La castaña mayor había colocado hechizos protectores en los alrededores como precaución, además para que los muggles no los encontraran por casualidad. Odalis le ayudo a su madre para hacer que fuera seguro el lugar.

Los Malfoy junto con los Fornax, así como todos los Weasley, Potter, Nott y Sullivan jugaban felices en las tranquilas aguas del lago. Solo Odalis los observaba desde la orilla, porque esperaba paciente que alguien mas llegara. Mientras que Hermione había tomado una pequeña siesta ya que extrañamente se sentía con mucho sueño, lo que no sabía que eso era producto de una poción del sueño que su hija menor le colocara en el jugo.

Un extraño vientecillo comenzó a soplar y la castaña supo que esa era la señal que estaba esperando. Se levanto con cautela de donde estaba para no mojarse y se adentro en el bosquecillo, los arboles de frondosas ramas y tupidos follajes dejaban filtrar los rayos del sol que acariciaban el rostro de la chica. Odalis caminaba con determinación, con la seguridad de saber a donde la guiarían sus pasos.

Camino un par de metros más hasta que se encontró un claro y en un extremo había una gran formación de rocas y sobre la parte más alta estaba una criatura de una hermosura sorprendente. Parecía que también sabía que la chica iría a su encuentro, porque al verla de un solo salto y con una agilidad sorprendente se puso frente a ella.

La castaña no se sorprendió en lo mas mínimo al estar frente a la presencia de aquel ser. Solo hizo una reverencia al estar en su presencia como si se tratara de la realeza y de alguna forma lo era.

-Te pareces mucho a tu madre. -La voz masculina llego a los oídos de la joven como sonido de campanas. Odalis solo sonrió y asistió con un movimiento de cabeza.

-Es un enorme placer conocerlo.

-Te aseguro pequeña que el placer es mío. -Hizo una pausa para acariciar la mejilla de la chica  como si encontrara en sus facciones cada rasgo que había heredado de su madre.

Parecía que los año no pasaban por el elfo que lucía tan hermoso como siempre incluso la madures de sus rasgos lo hacían lucir aun mas atractivo.

-Me intriga saber para qué has venido, no es que tu presencia me moleste pero han sido ya muchos meses desde que escuche tu llamado.

-Lamento mucho importunarlo. -Se disculpo con timidez un tanto avergonzada.

-No te disculpe, para mí es un gran honor que la hija de Hermione me honre con su presencia. -Dijo amable el elfo. -Pero no se a que debo el placer de tu visita, ni sé porque me has bloqueado parte de tus pensamientos  cuando me llamas.

-Es que debía verlo, necesitaba informarle de algo importante porque usted más que nadie debe saberlo antes de que ocurra.

-De que se trata. -La preocupación se hizo presente en la voz del elfo.

-Barlog -Dijo la castaña y al instante el elfo mostro tristeza en su rostro. -Conozco su historia gracias a mi madre y se que eso le atormenta porque ve en el parte de Valda.

Turambar se entristeció aun mas al escuchar el nombre de su amaba Valda, era cierto de algún modo se sentía responsable de que Barlog estuviera sumido en el sueño eterno, aunque sabia que esa había sido la mejor decisión.

-¿Qué ocurre con Barlog? -pregunto con tristeza

-Barlog despertara.

-Eso no es posible. -Exclamo con los ojos llenos de sorpresa

-Si es posible, si las condiciones son propicias.

-Pero no entiendo quien lo despertara. -Pregunto conociendo muy bien que solo exista una manera de sacarlo del sueño eterno, pero no creía posible que alguien lo lograra.

-Ella lo quiere, pero aun no lo descubre. Y El sigue confundido entre la maldad de su origen y sus verdaderos sentimientos.

-Es peligroso que Barlog despierte. -Afirmo el elfo

-Sera peligroso dependiendo de la decisión que tome, pero le aseguro que en cuatro meses saldrá del letargo, lagrimas sinceras y sangre otorgada por voluntad serán derramaran para lograrlo, pero solo un beso de verdadero amor lo sellara todo.

El elfo Turambar estaba atónito por las palabras de Odalis, no podía creer la seriedad con la que hablaba esa chiquilla, pero podía ver en su interior a través de sus hermosos ojos grises que la castaña no mentía.

-Deseaba habla con usted para que sepa que puede liberarse de la culpa, el destino es sabio en su manera de actuar y ahora todo lo demás dependerá del propio Barlog. No puedo mentirle, me preocupa un poco que mi hermana Eleine entregue el corazón a alguien con el pasado de Barlog, pero también se que el amor transforma y saca lo mejor del interior.

-Gracias, en verdad es un gran alivio saber que saldrá de su letargo, pero me preocupa un poco lo que ara.

--A mi también me preocupa, pero solo sé que debemos mantener la esperanza.

-¡ODALIS! -Se escucho que gritaban su nombre.

-Tengo que irme Turambar. -Se despidió con una reverencia la castaña.

-Espero volver a verte pequeña Dalila Odalis.

-Le aseguro que así será. -Dijo alejándose del elfo e internados en los arboles con dirección del origen de los gritos.

-Aquí estoy. -Afirmo mientras se acercaba a sus hermanos que se notaban preocupados y apenas velar suspiraron con alivio, aunque rápido sus rostros mostraron enojo.

-Como te atreves a dejar el campamento sin decirle nada a nadie. -Enfadado le reprocho Thor.

-Pensamos que te había pasado nada- -Dijo Eleine abrazándola

-Lo siento. -Se disculpo. -Solo salí a caminar un rato.

-Vamos que mi mama debe estar preocupada. -Dijo Scorpius

Apenas llegaron Hermione abrazo con fuerza a Odalis.

-Que susto nos has dado. -Recrimino sin soltarla

-Lo lamento mucho no fue mi intensión solo salí a caminar.

-Tienes mucho que explicar. -La castaña mayor se alejo para ver a su hija a los ojos.

Odalis supo que se refería a la poción de sueño que le había hecho tomar.

-Como tú digas mama. -Acepto y juntas se fueron a caminar alrededor del lago ante la mirada de todos.

James, Albus y Leo no perdían detalle de las castañas, aunque no escuchaban lo que platicaban Hermione lucía un poco desconcertada, por algo que le estaba diciendo Odalis. Incluso podían jurar que la castaña mayor palideció y casi se desmaya mientras que Odalis se mostraba tranquila y paciente le explicaba algo.

Lo que estaban lejos de imaginar todos era que Odalis le estaba contando sobre las predicciones que había hecho sobre Barlog y Eleine. Hermione no estaba contenta al escuchar el relato pero no podía hacer nada al respecto sabia al igual que su hija que no debía intervenir, pero eso no le dio tranquilidad al pensar en lo que diria Draco cuando se enterara que su hija mayor estaba enamorada de un Elfo oscuro que permanecía dormido desde la ultima guerra.

-Tu mejor que nadie sabes que las personas pueden cambiar. -Le aclaro Odalis.

-Pero esto nada tiene que ver con lo que vivimos tu padre y yo. -En esos momentos Hermione se arrepentía de haberle contado toda su historia a su hija menor.

-Tiene mucho que ver mama. Mi papa cambio por ti por amor, ¿Por qué Barlog no puede cambiar?

-Es que tu no entiendes Odalis, aunque cambiara el es un Elfo, el es lo más cercano a un inmortal.

-Pero él puede renunciar a su inmortalidad.

-¿En verdad crees que lo hará?

-No lo sé, pero no hay porque perder la fe, porque nos guste o no Barlog sera la felicidad o infelicidad de Eleine.

-Porque no me habías dicho esto antes. -Reprocho.

-Necesitaba hablar primero con Turambar, el necesitaba saber.

-Pero no hablo solo de esta predicción. -Dijo Hermione intentando calmarse. -Me refiero a porque no me habías dicho que tiene el don de la adivinación.

La pequeña castaña se encogió de hombros. -Ya bastante difícil me es intentar ser normal, como para que los demás me vean con un bicho raro.

-No digas eso, no eres un bicho raro, tu eres extraordinaria. -Le alago la castaña mayor. -Esto es lo que eres, y no tiene por qué avergonzarte, por el contrario debes de sentirte orgullosa por tus talentos, no permitas que los demás afecten tus decisiones, si te gusta la adivinación, si eso te satisface no tiene porque mantenerlo en secreto solo por lo que los demás puedan pensar.

Odalis se sintió más tranquila al escuchar a su madre, de alguna manera siempre se sentía diferente, pero tenia razon Hermione, no podía tener miedo, debía ser valiente para poder ser feliz haciendo lo que le gustaba.

Ody convenció a Hermione que no era conveniente que nadie más supiera sobre sus predicciones, al menos por ahora, para no afectar las posibles decisiones que tomara Eleine, debía ser ella y solo ella la que se diera cuenta de sus sentimientos hacia Barlog, de otra manera se alteraría el futuro inmediato.

La actitud de Odalis cambio drásticamente a partir de ese día, se mostraba más feliz y compartía amenas pláticas con sus primos postizos y amigos, sonreía con mayor frecuencia y se notaba mucho mas contenta.

James, Albus y Leo, luchaban por llamar su atención ante los celos de sus hermanos Scop y Thor que no la dejaban sola para que no se le acercaran a su pequeña hermana que reía divertida por las caras de contrariedad de los chicos, por la actitud sobreprotectora de sus hermanos.