El Salón De Los Recuerdos
Confundida Odalis abrió los ojos después de sumirse en las más absoluta oscuridad y para su sorpresa se encontró flotando en una gran salón de paredes blancas, sus pies no tocaban el piso, se sentía liviana, ligera como el viento y a penas se movía un poco se desplazaba sin dificultad en aquella extraña habitación.
Cientos de pequeñas esferas de colores comenzaron a llenar la habitación, multiplicándose cuando estas chocaban por lo que pronto el gran salón estaba inundado de coloridas esferas de cristal, mas ninguna tocaba el cuerpo de Odalis, como si algo en ella las mantuviera alejadas.
La castaña presto más atención a las esferas que la rodeaban y noto como en su interior podía ver imágenes al azar, curiosa estiro su mano y apenas toco con la punta de sus dedos el cristal esta se abrió, y como si se tratara de un pensado de repente se encontró dentro de un recuerdo.
No era un recuerdo de ella por lo que podía ver estaba en el colegio, en el gran comedor. Las mesas de las cuatro casas estaban llenas de alumnos que emocionados estaban a la espera de la selección de los nuevos alumnos.
Nerviosos niños estaban formados esperando ser llamados para subir al taburete para que les colocaran el sombrero seleccionador, en la mesa de Gryffindor encontró rostros conocidos, cabelleras pelirrojas, sin duda eran Weasley, se acerco lo suficiente para estar a su lado y pudo reconocer a los gemelos George y Fred idénticos sonrientes y bromistas, y un poco más allá Percy aplaudía con orgullo mostrando su insignia de prefecto cada que alguien era asignado a su casa.
-Finnigan Seamur. -Nombro la entonces profesora de transformaciones Minerva MaGonagall y un niño de cabello arenoso que estaba parado justo al lado de quien reconoció como su tío Harry camino para ser asignado a su nueva casa.
-Gryffindor. -Exclamo el sombrero seleccionador y de nuevo los aplausos y victores retumbaron en el lugar.
-Granger Hermione. -Escucho nombrar y de inmediato sus ojos grises se enfocaron para ver a una niña de cabello castaño enmarañado que de inmediato subió al taburete y muy nerviosa escucho como era mandada a la casa de los Leones.
-Longbottoon Neville, Griffindor. -Su tío se fue a sentar a la mesa de los leones aun con el sombrero puesto, no se hicieron esperar las risas.
-Malfoy Draco. -Escucho y vio a su orgulloso padre de piel pálida y cabello platinado subir con elegancia al taburete, con una sonrisa arrogante, apenas el sombrero roso con su cabeza grito -¡Slytherin!
Muchos mas alumnos pasaron hasta que nombraron a uno muy especial y al escuchar su nombre el barullo fue mayor. -Potter Harry.
Era imposible confundir a Harry, su cabello rebelde negro y sus ojos verdes tras las gafas negras, pero era curioso verlo tan pequeño, delgado y desgarbado, nada tenía que ver con el hombre fornido que era ahora. Mas no podía negar que seguía manteniendo la misma mirada tranquila a pesar de todo lo que vivió. Lo vio subir nervioso al taburete y el sombrero tardo mucho evaluando a donde mandarlo y al fin exclamo. ¡GRYFFINDOR! Y sonriente el niño pelinegro bajo a reunirse con sus nuevos amigos que gritan eufóricos y aplaudían con todas sus fuerzas.
Odalis estaba emocionada ese recuerdo sobre la selección de sus padres y tios en el primer día en Hogwards. Vio en la mesa de Slytherin a Draco, rodeado de sus eternos amigos Zabini y Nott, asi como de otros tantos que no recordaba o no conocía, pero era su padre de pequeño el que le causaba una agradable sensación al verlo. Y en la mesa de los Leones comía atragantándose tio Ron, entre las bromas de los gemelos de los cuales solo tenía el placer de conocer a George, su madre sabionda hablando de la historia del castillo a quien quisiera escucharla y Harry, pues Harry solo en silencio, feliz sonreía por no haber terminado en la casa donde habían pertenecido la mayoría de los magos oscuros.
El recuerdo termino regresándola al mismo salón aun rodeado de cientos de esferas a la espera de ser vistas. No tardo en tocar otra pensando que posiblemente seguir la misma secuencia de hechos, pero se equivoco esta la llevo a un recuerdo aun mas anterior a la selección de casa de sus padres.
Se vio en la sala de una acogedora casa de dos pisos, un hombre leia el periódico sentado en su sillón con los pies sobre un pequeño taburete acojinado de color marrón, algo en ese hombre le resulto familiar, pero podría jurar que no lo conocía al menos en persona. Una mujer alta y delgada de piel bronceada con una nariz muy parecida a la suya salía de la cocina con su delantal puesto, tocaban la puerta y se disponía a abrir.
Hasta ese momento vio a una pequeña castaña sentada en las escalera con un libro entre las manos leyendo con concentración, le sonrió a su madre cuando paso por ahí rumbo a la entrada y al sonreír mostro sus blancos dientes con las incisivos un poco largos, era Hermione su madre, y por tanto esa mujer que presurosa se secaba las manos para abrir la puerta y el hombre que leía el periódico eran sus fallecidos abuelos.
Cuando Jane Granger abrió la puerta se encontró la una mujer vestida con una túnica negra y un sombrero de pico, miles de arrugas se arremolinaban en el rostro de mirada severa, era McGonagall. Educadamente saludo antes de explicarles que el motivo de su visita era hacerles saber que su hija tenia era una bruja y tenía un puesto reservado en el mejor colegio de magia y hechicería. Después de las explicaciones y de los rostros incrédulos al final orgullosos y felices de que su hija fuera especial aceptaron mandarla a estudia ahí. Hermione sucia radiante con sus ojos castaños brillando de entusiasmo.
El recuerdo termino trayéndola de regreso y sin esperar más toco otra esfera.
Estaba a la orilla de un hermoso lago de agua cristalina, camino un poco y vio sentada en las raíces de un árbol a la orilla a su madre con un libro en mano, después de que se quitara la ropa y quedara solo con interiores se lanzo al agua para nadar un rato. Admiro la agilidad de su madre mientras nadaba con suma facilidad de un lado a otro, hasta que fue interrumpida por su tío Zabini que no tardo en molestarla y llamar a Nott y a su papa. Antes de que llegara Hermione ya estaba fuera del agua dejando al moreno embobado al verla solo en ropa interior.
No tardaron el llegar dos rubio, uno más que otro. Siguió una pequeña discusión que terminaba con los tres chicos amarrados y Hermione acercándose a besar a Draco, para después alejarse triunfante dejándolos solos aun amarrados. Ese era el recuerdo que le había contado su mama en alguna ocasión cuando después de varios años se volvieron a ver cuando ella regreso a Londres.
Odalis no se detuvo a penas salía de un recuerdo ya tenía a la mano la siguiente esfera. Vio con sus propios ojos varios recuerdos; la primera escoba que le compraron Lucius y Narcisa a Draco que emocionado salía al jardín de la mansión para dar un par de vueltas antes de azotarse irremediable contra una pared; Hermione en el jardín de infantes haciendo explotar un bote con pintura porque un niño le jalo de los cabellos; un accidente automovilismo en el que moría su abuela Jane y su funeral, lloro al ver a Hermione desconsolada y empapada por la llovía sobre la tumba de su madre; pudo observar como Hermione le propino un buen golpe a Draco después de una fuerte discusión en tercer año; el baile de los tres magos donde la castaña bailaba con Vicktor Krum y el rubio con Pansy Parkinson.
Conocía algunos de esos recuerdos aunque no fueran de ella, por lo que le había contado Hermione y Draco sobre su vida, pero a pesar de conocer muchos de los recuerdos que veia, no era lo mismo verlos como pasaron exactamente a solo imaginar.
Lo que Odalis no sabía era que mientras ella abría los recuerdos contenidos en las esferas Turambar intentaba por todos los medios despertarla. Los latidos del corazon de la castaña menor ya se habían acompasado y su respiración era contante y rítmica sin embargo, no abría los ojos, parecía estar en coma.
Feanor le había ofrecido quedarse hasta que despertara la humana, comentando que no sería prudente moverla en su estado delicado. Habían pasado dos días y aunque estaba estable no mostraba mejorías.
Aziza y Seelie eran hermanas y por petición de Feanor se ocupaban del cuidado de la chica, aseándola y peinándola mientras dormía. Aziza llenaba de flores la habitación donde se encontraba Odalis para que perfumaran el ambiente y le gustaba cantarle canciones mientras peinaba sus cabellos. Para que estuviera cómoda le habían puesto un camisón largo de tela vaporosa que ellas mismas habían elaborado.
Muy rara vez salía Turambar de la habitación de Odalis, le hablaba intentando que su mente regresara, pero por más que se esforzaba no podía sacarla de ese sopor en la que estaba metida.
En Hogwards las cosas no estaban mucho mejor, Scorpius, Thor y Eleine estaban consternados. A la mañana siguiente de que Odalis se fuera se dieron cuanta de su ausencia cuando esta no bajo a desayunar, Elden deseaba disculparse por la dureza con la que le había hablado y dado a que no llego nunca al comedor inquieto le pregunto a sus hermanos por su paradero.
No tardaron mucho en descubrir que no estaba en el castillo y al buscar en sus cosas encontraron la carta que había dejado sobre la cama, estaba dirigida a Scorpius.
Querido Esco:
Cuando leas estas líneas no me encontrare en el castillo, lamento irme de esta manera pero para mi era necesario, no deseo preocuparlos, pero espero comprendan que necesito estar sola un tiempo para evaluar si la decisión que he tomado es la correcta.
Necesito saber si haber sellado mis poderes era la mejor opción y eso no lo sabré aquí, requiero un poco de paz para valorar mis opciones antes de hacer algo definitivo.
Te pido por favor que les avises a nuestros padres que estaré bien y voy a estar con Turambar, sabes que el me cuidara y me ayudara a aclarar mi mente. Regresara en poco tiempo tal vez dos semanas, mientras tanto cuídense mucho.
Los quiero.
Ody.
En cuanto el rubio leyó la carta bajo corriendo para avisar a los demás que se habia hido Odalis del colegio para estar con Turambar. La noticia no la recibió muy bien la directora y qué decir de Hermione y Draco cuando los hicieron ir al colegio para notificarles de la huida de su hija menor. Algo en todo eso no le acababa de convencer a Hermione, presentía que había algo oculto en el deseo de irse de su hija y ella hiba descubrir que era.
En cuanto el fin de semana llego Hermione y Draco acompañados por Elden fueron al santuario, pero no encontraron nada que les diera alguna pista del paradero de Odalis y Turambar por lo que no les quedo más remedio que esperar.
Todos estaba preocupados pero trataban de pensar que era necesario para que Odalis se decidiera, pero no saber nada de ella les angustiaba, sin embargo el más afectado sin duda era Leo, mantener su promesa era sumamente difícil pues temía por el bienestar de su amiga.
Conforme pasaban los días se atormentaba mas al no tener noticias de ella, algunas veces estaba a punto de decir la verdad pero al final se detenía pensando en lo importante que era que mantuviera silencio para que no se desatara una guerra. Todos podían notar el cambio de actitud, estaba nervioso, siempre ausente, casi no comía ni dormía, pero todos pensaban que era porque seguía enamorado de Odalis.
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