Cabed
Las clases se habían reanudado después de un verano lleno de diversión para la gran familia Weasley y amigos, despues de pasar unos días de campamento todos regresaron a sus respectivas casas satisfechos antes de regresar al colegio.
Eleine se mostraba especialmente entusiasta en el primer día de clases, ansiaba que la ceremonia de selección que cada año se llevaba a cabo para los de nuevo ingreso terminara pronto, para refugiarse en su lugar preferido, sin duda las vacaciones habían sido buenas pero extrañaba ver a esa figura perfecta de mirada profunda y rasgos masculinos, pensaba que era una tonta al tener el anhelo de verlo de nuevo, pero había algo en aquella figura que le atraía aunque no sabía explicar que era.
Simplemente tenía una inexplicable necesidad de verlo de pasar un momento a su lado, era como si no fuera una figura de mármol, lo concideraba mas como su confidente, el guardián de sus más íntimos secretos, internamente una parte de su ser deseaba que fuera real, que se tratara de alguien real, alguien de carne y hueso que no fuera solo un testigo mudo, si no que compartiera tambien con ella sus pensamientos y deseos.
Eleine nada sabía sobre la historia de ese elfo, esa historia era reservada solo a algunos que lucharon en la última guerra, y que por algún motivo Hermione había contado a Odalis cuando esta pregunto sobre esa curiosa estatua que adornaba uno de los extremos de los jardines de colegio.
Hermione y Odalis tenían una conexión especial, solo bastaba que la castaña menos quisiera saber algo del pasado de su madre y esta no titubeaba en contarle por muy fuerte que fueran los sucesos, era quizás la menos de sus hijos la única que conocía los detalles más escabrosos de la guerra, ni a Scorp ni a Thor se había narrado tantas cosas como a su pequeña hija, a ellos les había contado de la situación peculiar de su concepción pero no sabían más que eso, mientras que Ody conocía los pensamientos y sentimientos de su madre en aquel entonces por su propia voz.
En ningún momento Odalis se escandalizo de saber aquellos pasajes difíciles en la vida de Hermione, ni del pasado turbio que tuvo su padre, la castaña tenía una manera peculiar de percibir la vida, se guiaba por su propia filosofía donde distaba mucho de juzgar a los demás, o de decidir si algo era bueno o malo del todo, porque aceptaba que aunque no nos gustara los terribles hechos que habían acontecido en el pasado, de no haber ocurrido posiblemente ni siquiera ella existiría o sus seres queridos.
Porque fue gracias a la lucha incesante contra el innombrable lo que propicio que su madre y sus tíos Harry y Ron se hicieran los mejores amigos y que de esa amistad surgieran la fuerza suficiente para derrotar al mal en más de una ocasión. Por esa y muchas razones entendía que aunque el propocito de las cosas muchas veces no es muy claro, al final los motivos salen a la luz cuando menos se espera.
Sabía que cuando Barlog despertara, con el despertarían viejos fantasmas y que sería difícil que el elfo borrara un pasado tan cargado de tragedia, pero nada es imposible cuando hay voluntad de cambiar, el mejor ejemplo era su padre Draco. El seguía siendo un hombre de apariencia arrogante y altivo ante los demás, pero sabia cuan diferente era al hombre que una vez había sido, para él lo más importante era su familia y ya nada le importaba el dinero o los lujos, cambio por amor, por el amor que le tenía a Hermione y que parecía que día a día iba creciendo y lo notaba en su mirada cargada de sentimiento cuando veía a su madre y a sus hermanos, sentía el amor en cada gesto en cada caricia que les regalaba. Por eso Odalis creía que solo se necesitaba una gran voluntad y amor para lograr cambiar.
Con esos pensamientos Odalis observaba desde la mesa Gryffindor a su hermana Eleine, percibía su nerviosismo y ansiedad a la distancia, sabia que deseaba irse al lado de Barlog, porque ella lo amaba aunque aun no lo descubierta.
-Estas muy pensativa Ody.
-Solo un poco James.
-Y a que se debe
-En que creo que este año sera un poco diferente.
-¿Por qué? -Pregunto Rose que estaba sentada a su lado.
-Solo sé que será diferente. -Dijo con una sonrisa nerviosa que hizo sonreír como bobos a James y Leo.
Pero las cosas no eran siempre son como las planeamos y eso lo comprobaría muy pronto la castaña que sintió una presencia cerca de Barlog.
-Leo me puedes hacer un gran favor. -Le dijo en voz baja para que solo el escuchara.
-Si claro. -Acepto sin chistar
-Necesito que distraigas a nuestros hermanos hasta que regrese.
-¿Por qué?
-No puedo explicarte, pero en verdad necesito que lo hagas.
-Está bien. -Contesto y se levanto de la mesa de los leones para ir a la Slytherin pensando cómo podría detenerlos.
Odalis salió despacio para no llamar la atención, diciendo que iba a los servicios, pero apenas se encontró segura de que no la veían desapareció.
Las estrellas brillaban magnificas en el cielo nocturno, un elfo tocaba la frente de la estatua inerte de Barlog, y se giro al escuchar un plop y sentir la presencia de alguien a su lado.
-¿Qué hace aquí? -Dijo con voz profunda
-La pregunta es ¿Usted que hace aquí?
-Insolente. -Espeto el elfo y moviendo su mano lanzo un hechizo, que no llego a tocar a Odalis que había cambiando de lugar antes de que le impactara.
El elfo se sorprendió pero lo oculto muy bien, interesado camino para ponerse frente a ella.
-Váyase Cabed, nada tiene que hacer aquí.
-¿Me conoces? -Pregunto curioso
-Sé quién es y que quiere, pero de nada sirve sus intentos el no despertara, no hasta que sea el tiempo de que lo haga.
-¿Y quién eres tú para decidir?
-Soy Dalila Odalis Malfoy
-Tu nombre me es familiar aunque eso quita que sea insignificante, tu no puede hacer nada contra el gran Cabed. -Dijo con repudio y lanzo nuevos hechizos que nada hicieron a la chica que estaba dentro de una burbuja que había creado antes de que le impactara.
El elfo entorno los ojos con rabia al ver como evadía su magia. Odalis se puso al lado de la figura de Barlog y tocando su pecho hizo que el cuerpo de este brillara con una luz espectral.
-No puede dañarme y no deseo lastimarlo.
-No bromees insolente.
-Debe saber que cuento con la protección de Valda.
Al escuchar el nombre Cabed dio un paso atrás.
-Imposible.
-Es verdad, y solo se lo digo porque no permitiré que intente corromper de nuevo a Barlog no tiene ningún derecho sobre el.
-Es mi hijo y tengo todo el derecho.
-Perdió todo derecho sobre él desde hace décadas y lo que usted quiere ahora no es un hijo, si no un aliado que apoyo sus podridos planes y eso no lo voy a permitir.
-¿Cómo lo vas a impedir si solo eres una chiquilla insolente? -Pregunto con burla lanzando una nueva serie de hechizos que solo revotaban en su campo de fuerza.
Odalis aun tocaba el pecho de Barlog cuando el viento comenzó a soplar con fuerza haciendo que aullaran las ramas de los arboles al agitarse, ese extraño viento atravesaba la burbuja que habia creado la castaña y hacia que su cabello se levantara y ondeara.
-No te atrevas a tocarla. -Se escucho una voz desafiante como si el viento la llevara a los oídos de Cabed.
-¿Barlog?
-Vete y no regrese, que nada quiero de ti y no voy a ser tu complise. -Dijo como toda respuesta.
-Tú eres como yo la oscuridad fluye por tus venas soy tu padre.
-Así como también fluye la luz de mi madre me he dado cuenta de mis errores y he decidido mi camino y en el no estás tú, así que lárgate.
-No te libraras tan fácil de mi. -Amenazo y ataco de nuevo a Odalis.
La chica se limito a protegerse sin soltar el pecho frio de Barlog, murmuro palabras en un idioma desconocido y levanto su mano libre haciendo que el viento soplara contra Cabed provocando que retrocediera un par de pasos.
Los ojos grises de Odalis brillaban como si se tratara de metal liquido, no apartaba la mirada de Cabed que estaba furioso y sorprendido por su magia.
-Esto no se a terminado. -Dijo Cabed antes de desaparecer.
Odalis sabía que era verdad, Cabed no se daría por vencido tan fácil y más cuando el oscuro elfo quería hacer una guerra entre los clanes de Elfos por eso deseaba la ayuda de su hijo Barlog conociendo su magia, no contaba en que el corazón oscuro y frio de Barlog había comenzado a cambiar por Eleine.
La castaña se sentía cansada no estaba acostumbrada a utilizar la magia elfica de esa manera.
-Pronto despertaras Barlog. -Prometió antes de desaparecer para regresar al castillo.
Apareció tras una armadura cercana al comedor, estaba un poco palida por la debilidad, aun estaban cenando en el gran comedor.
Cuando la vio entrar Leo, dejo de atosigar a sus hermanas y a los Malfoy para regresar a su mesa al lado de Odalis.
-¿Estás bien? -Pregunto con preocupación al notar la piel fría y la palidez en su rostro.
-Si Leo, muchas gracias, fuiste de gran ayuda.
-Te veo demasiado pálida ¿De verdad estas bien?
Odalis sonrió antes de desvanecerse, Leo la sujeto para que no se golpeara. Scorpius, Thor y Eleine, así como Antares e Hydra se levantaron al ver que algo le había ocurrido a la castaña que no reaccionaba con el enérvate.
La llevaron de inmediato a la enfermería, afuera todos esperaban con preocupación que la enfermera saliera a avisarles sobre el estado de la chica.
La puerta se abrio y salió la enfermera.
-La señorita Malfoy se encuentra estable, solo un poco débil se quedara aquí hasta mañana, asi que ya pueden retirarse.
-¿Pero que le paso? -Pregunto Scorpius
-Parece que utilizo demasiada magia, solo esta exhausta.
-¿Pero cuándo? ¿Por qué?
-Eso no lo sé, espero que cuando despierte ella misma se los diga.
-Me quedare con ella. -Dijo Thor quien era el más sobreprotector.
-No es necesario señor Malfoy.
-Pero yo… -Intento replicar
-Pero nada jóvenes, retírense para que descanse.
A regañadientes todos salieron de la enfermería al menos un poco más tranquilos de saber que estaba fuera de peligro.
Pero tres chicos no se darían por vencidos, intentarían regresar mas tarde para hacerle compañía a Odalis sin importarles el problema en el que se metería si los descubren.
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