Miedo de Perderme en ti
-21-
Miedo de Perderme en ti
Se sentía renovada y eso se notaba a simple vista mientras caminaba por los pasillos, llamaba la atención esa sonrisa en su rostro y la seguridad al andar que le daban un aire encantador. Todavía se comentaba sobre su relación con Malfoy y muchos se resistían a creer que eso fuera del todo verdad.
Pero bastaba verla caminar al lado de Draco para darse cuenta que después de los años que llevaban siendo enemigos ninguno de los dos se prestaría para hacer una broma de ese tipo, además parecía tan natural verlos juntos que incluso hubo quien opinara que hacían una pareja encantadora.
No podían negar que se veían felices o al menos eso era lo que aparentaban, incluso la frialdad de Draco le permitía mostrarse orgulloso de llevar del brazo a leona, y su orgullo era mayor cuando notaba las miradas envidiosas a su paso, porque si bien el era uno de los hombres más asediados en el colegio, tenía que admitir que Granger era por si sola una de las chica más cotizada y un gran trofeo, aunque ella misma fuera tan ingenua y despistada para no darse cuenta de eso.
-¿Qué tal tu baño? -Le pregunto de manera inocente mientras desayunaban.
-Refrescante. -Contesto malhumorado y como venganza discretamente poso su mano en la rodilla de Hermione y la subió con lentitud haciendo que brincara y se sonrojara de inmediato. -¿Ya no te burlas? -Pregunto con sarcasmo.
Quizás en otro tiempo Hermione hubiera saltado como fiera ante tal provocación y casi lo hubiera dejado sin mano por el atrevimiento de tocarla, pero ya no era la misma que había sido, ya no se dejaría manipular ni intimidar por el descolorido rubio. Tenía las mejillas sonrojadas pero la decisión marcada en los ojos.
Cruzo la pierna con un movimiento suave atrapando la mano de Draco entre sus piernas a medio camino de llegar a zonas prohíbas, sonrió divertida con los ojos fijos en ese par de lagunas de mercurio y se mordió el labio de manera tan sensual que ahora quien tenía las mejillas en un tono rosado era otro.
-Cariño no te han dicho que tienes unas manos muy inquietas. -Le dijo cerca del oído haciéndolo sentir un estremecimientos. -Pero no eres el único. -Advirtió, llevando su propia mano al muslo del muchacho y apretando peligrosamente cerca de su entrepierna, haciéndolo saltar.
Draco intento tomar ventaja de la situación pero no pudo mover la mano que esta fuertemente afianzada entre las piernas cruzadas de la leona, quien sonrió con malicia y se acerco de nuevo para hablarle al oído.
-Cuidado con lo que haces, no creo conveniente que tengas que retirarte para tomar otra ducha fría. -Le dijo bajando de manera discreta su mirada hasta llegar a cierta zona. -Nos vemos mas tarde Draco. -Le dijo dándole un corto beso en los labios mientras liberaba la mano del rubio y a su vez rozaba levemente la parte interna de la pierna del muchacho.
Se levanto con rapidez para no darle tiempo que tomara ventaja y lo dejo ahí sentado tratando de controlar sus hormonas que estaba al tope después de sentir la mano de Hermione tan cerca de las joyas de la familia Malfoy.
La primera intención del rubio había sido seguirla para desquitarse por esa subida repentina de libido, pero de hacerlo se hubiera notado que se había elevado algo además de su temperatura, por lo que tuvo que esperar un poco y pensar en cosas desagradables para calmarse, aunque eso ultimo fue sencillo, pues le basto ver como Zabini se apresuraba a alcanzar a SU novia y comenzar a platicar con ella con demasiada alegría.
-Hola Hermione.
-Que tal Blaiser, ¿Como estas?
-Muy bien y por lo que veo tu estas extraordinariamente bien.
-Gracias. -Dijo sonrojada. -Leíste el libro. -Pregunto.
-Si, esta increíble aunque debo confesarte que me cuesta entender algunas cosas.
-Supongo que lo que tiene que ver con las descripciones de cosas Muggles.
-En efecto, aunque se un poco de motos.
-¿En verdad?
-Tengo un primo aficionada a ellas y pues les tome el gusto, incluso las he montado.
-Sorprendente, aunque yo no me atrevería.
-¿Por qué?
-Porque son peligrosas.
-No mucho si sabes manejarlas, la sensación de subirse en una es increíble, algo similar al volar en escoba.
-Entonces menos me gustara, le tengo pánico a las escobas, o mejor dicho a los peligros de volar.
-Quien lo hubiera dicho, pensé que eras más valiente.
-Y los soy, pero no me gusta arriesgar mi cuello por "Diversión"
-No darías una vuelta conmigo. -Dijo suplicante.
-Definitivamente no.
-Por favor.
-No.
-Es que no confías en mi. -Dijo dolido.
-No es eso.
-Si lo es, porque si confiaras un poco en mí, no habría problema en que saliéramos a dar una vuelta, o es más bien que Draco no te dejaría.
-No necesito su permiso. -Replico a la defensiva.
-Pues no parece, no creo que seas tan miedosa como para no dar una simple vuelta en motocicleta conmigo, creo más bien que Malfoy te controla y no quieres molestarlo.
-No digas tonterías.
-Demuéstrame que me equivoco. -Reto
-Está bien, pero solo una vuelta y no iras demasiado rápido.
-Prometido. -dijo llevándose la mano al pecho de manera teatral y sonriendo como un niño.
-Hola. -Saludo Alexander dándoles alcance en uno de los pasillos.
-Que tal. -Saludo Hermione y Zabini frunció el ceño en señal de molestia. -Los presento el es Blaiser y el Alexander. -hizo las presentaciones correspondientes y auque el castaño parecía amable se notaba la tención entre ambos.
-Mucho gusto. -Dijo Alex estrechando su mano
-Lo mismo digo. -Contesto apretando con demasiada fuerza la mano del castaño, pero este no se inmuto por el apretón, por lo contrario se mantuvo sonriente y retador con la mirada.
-Debemos darnos prisa o llegaremos tarde. -Les indico la leona sin notar la hostilidad entre Alex y Blaise.
Se soltaron de prisa para caminar a cada lado de la castaña, cuando llegaron a la aula Malfoy ya los esperaba, tuvo que hacer un gran esfuerzo para no lanzárseles encima a esos dos que parecía dos depredadores rondando a su presa, lo único que lo mantuvo controlado fue la sonrisa que le dedico Hermione mientras se acercaba para sentarse a su lado.
El rubio sonrió de medio lado al ver la cara de molestia de Zabini y la decepción en Wood, haciendo alarde de su titulo de novio la abrazo por la cintura para acercarla a el y besarla de manera fugaz para después disfrutar de los rostros coléricos de sus dos rivales.
Alex se sentó a un lado de Sam, que estaba más que furiosa al verlo llegar con la premio anual y con un chico moreno que le pareció muy atractivo, aunque para ella no existía nadie mejor que su eterno amigo de la infancia.
A Zabini no le quedo más remedio que irse a sentar con Pansy que también estaba de un humor de perros, bufaba a la menos provocación quebrándose el cerebro intentando encontrar la manera de separar a esa bruja leona de su codiciado príncipe.
-Te dije que no te acercaras a Zabini. -Dijo con voz baja para que nadie escuchara.
-También te dije que no tenías ningún derecho en prohibirme su amistad.
-Que no entiendes que no busca tu amistad, el está interesado en otras cosas.
-Eso no lo sabes. -Replico enojada la castaña.
-En ocasiones dudo que seas tan inteligente como todos creen.
Ofendida contrataco. -Bueno y si Blaiser quisiera algo mas que amistad no veo en que te afecta a ti, te prometi que lo que dure nuestro trato te respetare, pero no soy tu esclava ni nada por el estilo y cuando haya terminado esto podre estar con quien se me de la gana, incluso con Zabini o cualquier otro.
-Cuida tus palabras Hermione. -Amenazo tomando con fuerza su mano. -Eres mía.
-No soy una cosa Draco, soy una persona y que ahora sea tu novia no te da derechos sobre mí.
-Solo te advierto que si sigues de amiga con Zabini, no tendré reparo en reanudar mi "amistad" con Pansy.
-No me interesa tu amistad con Parkinson. -Mintió. -Mientras cumplas el acuerdo puedes ser amigo de quien te dé la gana. -Se contuvo para no llorar de rabia.
-Te lo advierto Granger. -Siseo amenazante. -Eres mía y no voy a permitir que nadie me trate de quitar algo que me pertenece.
-No me amenacez que no te tengo miedo, creo que todo este tiempo te he dado tu lugar, delante de mis amigos y de todo mundo, y no puedes venir a prohibirme con quien puedo o no hacer amistad, y suéltame porque me estas lastimando.
Draco a penas fue conciente que le estaba apretando demasiado fuerte su mano, los ojos de Hermione se habian nublado por el llanto contenido.
-Eres un imbécil. -Se froto su mano.
-Perdón. -Dijo a penas en un susurro y salió tomando sus cosas cuando el profesor a penas había llegado, dejando a todos desconcertados por su actitud.
La Gryffindor no podía creer que el arrogante rubio platinado le hubiera pedido disculpas.
-Profesos Flitch, me permite salir es que parece que Draco no se sentía bien y me gustaría que me permitiera acompañarlo a la enfermería.
El pequeño profesor la vio con aprensión, pero no tenía motivos para desconfiar de su alumna más brillante, además ya sabía que esos dos alumnos eran novios.
-Está bien Señorita Granger.
-Gracias.
Corrió lo más rápido que pudo para alcanzarlo.
-Espera. -Le grito casi sin aliento.
Draco se asombro de que lo siguiera.
-¿Qué quieres ahora?
No respondió de inmediato pues le dolía es estomago por la agitación.
-¿Estas bien? Porque saliste asi del salón
-Por nada. -Respondió cortante evadiendo su mirada, ni siquiera el sabia porque se había sentido tan mal al ver sus ojos lagrimosos. Solo sabía que le había entrado un tremendo malestar por lastimarla.
-Estás seguro. -Pregunto acercándose con cautela hasta estar frente a el, pero no lograba que la mirara a la cara.
La única manera de obligarlo a que lo hiciera fue besándolo, y de nuevo una explosión se creó en el interior de Malfoy haciendo que este correspondiera ese beso con desesperación, con ansias de perderse en sus labios. La tomo de la mano y la llevo a un aula vacía y ahí se volvió a aferrar a ella como si de ello dependiera su vida. Hundió sus dedos entre los largos y suaves cabellos y la tomo por la nuca con para acercarla aun mas si eso fuera posible, después bajo una de sus manos y acaricio su espalda hasta llegar a su cintura.
Se separo manteniendo sus frentes juntas mientras intentaba normalizar su agitada respiración.
-Que me has hecho. -Pregunto en voz alta, pero era una pregunta que se hacie el mismo al resistirse a admitir que se habia comenzado a enamorar de la leona y que le carcomían los celos al ver a cualquiera que no fuera el se le acercara.
Hermione no entendía a que venía esa pregunta, le desconcertaba los cambios tan repentinos de humor del hurón, pero sin duda alguna disfrutaba de esos arranques pasionales que la subían al cielo.
Confundido la beso de nuevo para después salir a toda prisa sin atreverse a enfrentar esos ojos castaños por temor de perderse en ellos y no poder separarse nunca mas de esos labios sugerentes.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top