La Perfecta, Imperfecta

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La perfecta, imperfecta.

La directora presencio todo en la más completa consternación, incapaz de moverse solo se quedo de pie viendo lo más sorprendente e ilógico que pudiera ocurrir, hubiera esperado muchas cosas; que los hechizo volaran de un lado a otro en un ataque repentino, sería comprensible que el joven Malfoy y  Weasley se enfrentaran a golpes al mero estilo muggle o que incluso que el trió de oro se debatieran con ataques verbales y acaloradas discusiones  como en tantas otras ocasiones que se había visto en la necesidad de intervenir para apaciguar los ánimos,  pero sin duda nunca imagino que presenciaría una escena como la que acababa de ver.

La tranquilidad de Hermione era inaudita, a la distancia a la que estaba pudo ver incluso felicidad en su rostro, además de una sonrisa en sus labios que no supo cómo interpretar, la amabilidad con la que parecían intercambiar palabras era simplemente  incomprensible. Creía que sus ojos la engañaban al presenciar que los dos premios anuales que se odiaban desde el mismo momento que habían puesto un pie en el colegio, salieran juntos del gran comedor, sin discutir, ni insultarse u ofenderse, por el contrario su alumna predilecta salía sonriente del brazo del rebelde Malfoy.

No sabía que pensar estaba tan abrumada y sus afectados nervios estaban a punto de un colapso, pálida y descolocada  solo atino a sentarse de nuevo en su silla, intentando sopesar lo que minutos antes había pasado ante sus ojos. Sonrió con ironía cuando logro que su mente espabilara un poco, pensaba que si Albus viviera estaría feliz ante la idea y le hubiera parecido lo más normal del mundo  que esos dos enemigos hubieran hecho las paces como si nada, haciendo a un lado las diferencias y los problemas del pasado para simplemente ser ¿Novios?

De solo pensarlo le dio un escalofrió, le parecía una idea aberrante de cierto modo que siendo tan diferentes pudieran llegar a estar juntos, pero debía aceptar que la mayoría de las veces Albus Dumbledor tenía razón en sus predicamentos de igualdad, de no discriminación y que el amor todo lo puede,  y que mejor manera de manifestar que estaba en lo correctos que viendo como dos casas rivales, como dos acérrimos enemigos habían logrado no solo una relación cordial, sino algo mas allá.

Supuso por el semblante pálido y abatido del pelirrojo Weasley, así como la confusión evidente en el rostro de Potter, que no sabían nada de la relación  que sostenía Granger y Malfoy.

Le llevo varios minutos a Ron reaccionar y salir como alma en pena del comedor, y Harry incapaz de coordinar sus propios pensamientos debido a la sorpresa que se acaba de llevar ni siquiera hizo el intento por alcanzarle.

Luna lo vio en ese momento tan perdido que tomo su mano para tranquilizarlo, para el disgusto de Nott que se puso un poco celoso. Pero sencillamente la rubia era demasiado inocente para suponer la reaccion que provocaría su interés por Harry, para ella era normal y natural preocuparse por su amigo, después de todo el fue la primera persona que no la juzgo por su apariencia y que la apreciaba como una verdadera amiga.

Nott estaba tenso y aferraba la otra mano de Luna de manera posesiva, la chica noto la tención y giro su rostro para sonreírle con dulzura, logrando que se tranquilizara un poco.

-Entiendo que esto sea nuevo para ti Harry, es difícil asimilar que las cosas cambien tan repentinamente pero tú mismo has visto que Hermione luce feliz, hacia ya demasiado tiempo que no estaba de esa manera, cuando Ron término su noviazgo para regresar con Lavender estaba demasiado triste. ¿No quieres que sea feliz?

-Claro que quiero que sea feliz, pero es que se trata de Malfoy.

-Malfoy no es el mismo muchacho que alguna vez fue, la guerra nos cambio a todos de alguna manera, tú mismo cambiaste y eso no es malo, evolucionamos Harry la guerra termino y con ella los bandos se disolvieron, ya no hay buenos y malos, tú mismo defendiste a Malfoy y a su familia cuando fueron juzgados por su participación en la guerra, sabes que en el fondo no es tan malo como aparenta ser.

-Lo sé, pero no sé si es suficientemente bueno para Hermione, no quiero que la lastime es mi hermana.

-No siempre podrás protegerla, Hermy es inteligente y puede tomas sus propias decisiones.

-Supongo que tienes razón.

-Hermione siempre ha estado a tu lado para apoyarte sin importar los riesgos o las consecuencias al hacerlo, sin importar si estabas o no en lo correcto ella nunca se aparto de ti, y ahora ella necesita que la apoyes y no la juzgues, necesita que estés a su lado sin importar nada como ella siempre a estado contigo.

Harry suspiro y sonrió antes de hablar. -Nott tienes a tu lado una gran chica cuídala mucho y disculpa en verdad si hemos sido demasiado duros contigo, pero es difícil dejar las viejas costumbres, son demasiados años de peleas y diferencias para asimilar por completo que ya no somos los mismo.

-Te entiendo Harry, pero Luna tiene razón, la guerra nos cambio y solo pedimos una oportunidad para demostrarlo.

-Pues por mi parte tanto tu como Malfoy tendrán su oportunidad, solo te aclaro que Luna y Hermione son como mis hermanas, y si en algo valoran su vida no las lastimaran.

-Entiendo. -Contesto y abrazo a Luna.

-Creo que han sido demasiadas emociones por un día y necesito asimilar todo esto. -Dijo Harry despidiéndose

Harry abandono el comedor con mas calma, no era que le pareciera una muy buena idea de que Hermione y Malfoy estuvieran juntos, pero Luna tenía razón, reconocía que su amiga llevaba demasiado tiempo triste y ahora parecía que la felicidad había regresado a su vida.

El pelinegro fue la segunda persona además de la directora que esa noche pensaban en el fallecido Director, recordaba con claridad sus palabras y sus consejos, y parte de ellos fue que el amor era la más poderosa arma, además tenía un poder especial transformador, que lograba sacar lo mejor de las personas.

Esa noche para muchos no fue fácil conciliar el sueño, por un lado Ron estaba demasiado contrariado para lograrlo por lo que solo se movía con molestia de un lado a otro en la cama;  mientras que Harry no podía dejar de pensar en los cambios que se estaban presentando, una parte de el se resistía a esa relación tan peculiar entre su mejor amiga y su viejo enemigo, pero quien era el para decir que era correcto  o no cuando no había podido hacer nada en días pasados para animar un poco a su amiga.

Harry estaba preocupado, bastante había sufrido Hermione y merecía ser feliz y aunque deseaba creer en que así seria, le costaba demasiado confiar en Malfoy. Luna tenía razón sin duda el rubio no era el mismo muchacho que les hacia la vida imposibles, ahora se limitaba a hace como si ellos no existieran, las agresiones de las que habían sido víctimas desde hacía años habían terminado, no así las miradas de reproche y resentimiento, pero ya no existía el mismo odio que se habían profesado con anterioridad.

Draco Malfoy le recordaba un poco a Severus Snape, los dos eran seres oscuros y apagados, carentes de emociones en apariencia, demasiado orgullosos para mostrar interés por nadie, pero tenía la esperanza de que el descolorido hurón en el fondo fuera como su ex profesor de pociones también en sus sentimientos, porque si bien Snape podía ser frio y calculador amo intensamente a Lily, y ese amor lo reivindico al final de su vida. Con esa esperanza fue vencido por el cansancio.

Pero no solo en la torre de Gryffindor se padecía por el insomnio, también una Slytherin en particular no encontraba paz en su alcoba,  estaba furiosa planeando su próximo movimiento. La insípida rata de biblioteca no le quitaría la atención de Malfoy, buscaría la manera para separarlos, estaba en juego sus sueños de convertirse en un futuro en la esposa de Malfoy y esa no iba a frustrarle sus planes.

Quizás los únicos que no tenían pensamientos tan tormentos esa noche eran Draco y Hermione, cada uno en su respectiva habitación en la torre de premios anuales, después de haber pasado un buen rato en aquel pasillo besándose estaban ciertamente satisfechos.

Los motivos que impulsaban a ambos eran muy diferentes, quizás en lo único que concordaban era en que resultaba placentero compartir esos momentos juntos. La Leona reconocía que estaba perdidamente enamorada y aunque el rubio no estaba convencido no negaba que apoderarse de los labios de Hermione era algo extremadamente satisfactorio, tanto como debía ser pasar una noche con ella, por eso creía que bien valdría la pena el sacrificio de fingir con tal de obtener lo que deseaba.

A pesar de las pocas horas de sueño la Gryffindor despertó animada, con el corazón latiendo con fuerza de solo recordar que ese era el primer día siendo la novia oficial de su amado hurón.

Su mente lógica había pensado muchas cosas durante la noche, tenía miedo por las cosas que estaba por venir y sentía mucha inseguridad de no estar a la altura de las circunstancias. Pero esa noche se prometió algo importante, dejaría sus miedos e inseguridades de lado, por primera vez en su vida disfrutaría sin remordimientos lo que la vida le estaba ofreciendo, si bien esos tres meses solo sería una mentira, estaba dispuesta a sacar el mayor provecho de ellos.

Tenía que ser valiente y sumamente fuerte después de que ese tiempo transcurriera, pero se había propuesto que a pesar de saber muy bien como terminarían todo, prefería mil veces tener el placer de disfrutar de ese corto tiempo a pesar de las consecuencias que no entregarse con pasión por miedo.

Aprendió durante la guerra de mala manera que hay que vivir al máximo cada dia como si este fuera el último, pensaba con tristeza en las personas que habían muerto, en sus sueños sin cumplir en las esperanzas puestas en un mañana que nunca llego para ellos. Se prometió firmemente que su vida la viviría al máximo, prometió cambiar, evolucionar para ser alguien mejor, dejaría de paralizarse debido al miedo y aprendería a conducirse no solo por su lógica sino por su instinto.

No pretendía dejar de ser quien era, ni atentaría contra su esencia, simplemente deseaba comenzar a explorar nuevos aspectos en su vida, tenía que afrontar que había crecido y necesitaba con urgencia comenzar a explorar esos aspectos en su vida que había descuidado.

Se decía a si misma que ya había probado que era valiente y fiel a sus ideales, que podía lograr lo que se propusiera y ya que estaba decidida a dejar descansar un poco el sentido común para entregarse a esa nueva aventura, lo haría bien y en forma.

No lo pensó mas, se levanto de su cama con un solo pensamiento, "SER FELIZ", no perdería el tiempo pensando en consecuencias, ni se preocuparía por lo que los demás pudieran pesar de sus actos, bastante tiempo había perdido siendo la perfecta hija, amiga incondicional, hermana fiel para Harry y alumna excepcional en el colegio dejando a un lado sus propios deseos y felicidad. Posiblemente cometería errores y terminaría dándose de topes contra la pared, pero mientras eso pasara seria ella misma imperfecta y libre de hacer por primera vez lo que ella deseaba.

Muchos años de su vida había dedicado para salvar al lado de sus amigos el mundo, arriesgándolo todo y por tanto ahora que por primera vez deseaba algo para sí misma, no se detendría en pensar si era correcto o no.

Se arreglo y preparo a conciencia sabiendo con claridad a lo que se enfrentaría cuando saliera por esa puerta, pero estaba preparada y completamente segura de sus actos, no se acobardaría de nuevo ante Malfoy y estaría a la altura de cualquiera que quisiera cuestionar sus decisiones, al final era su vida y nadie más que ella podía decidir sobre ella.

Quizás era impropio de ella arreglarse tanto y tomarse el tiempo de cepillar su cabello hasta dejarlo suave y brillante, pero ya que estaba dispuesta a llevar las cosas hasta las últimas consecuencias lo aria bien, por algo era una Gryffindor.

No permitiría que la menospreciaran, ni la hicieran menos mientras estuviera al lado de Malfoy, ella brillaría con su propia luz y sus propios medios, si antes no había explotado su feminidad, justo ahora estaba dispuesta a lograrlo.

Llevaba su uniforme ceñido al cuerpo, su calzado lustroso y brillante, su falda mucho más corta de lo que era normal mente y su blusa de la talla justa para mostrar que su cuerpo ya no era el de una niñita, dejo un poco suelta la corbata y desabrocho solo un par de botones, opto por llevar el pelo suelto minuciosamente acomodado en rizos y ya que no deseaba parecer un payaso como Pansy por el exceso de maquillaje uso solo lo necesario para enmarcar su mirada y un brillo rosado para los labios.

Estaba satisfecha de la imagen que reflejaba el espejo y orgullosa porque sabía que el mayor cambio en ella era interno. Decidida salió por la puerta y bajo las escaleras, en la sala común ya la esperaba "su novio"

-Buen día Malfoy. -Saludo al instante, pero no se detuvo a esperar respuesta continuo su andar hacia la salida de la torre.

-Espera. -La detuvo sosteniéndola de brazo e inspeccionando qué demonios se había hecho, se veía tan diferente que por un instante reconoció que era bonita y que se sentía bastante bien ser parte de esa farsa. -Recuerda que somos novios debemos bajar juntos a desayunar.

-Como digas. -Dijo sonriente. -Apresúrate

-Desayunaras en mi mesa.

-No creo

-Eres mi novia

-¿Y eso qué? Si quieres tu puedes tomar tu desayuno en la mesa de Gryffindor.

-Ni loco.

-Pues ni loca voy a tu mesa.

-Y así pretendes que se crean que somos novios.

-Quien debe de convencerlos eres tú y no yo. Además yo no tengo problemas con comer con los Slytherin siempre y cuando tu comas primero con los leones.

-Hecho. -Acepto con molestia. -Desayuno contigo hoy y tú comerás y cenaras en mi mesa.

-La comida lo apruebo, sobre la cena lo pensare.

Cuando llegaron al gran comedor se acercaron a la mesa de Gryffindor.

-Buen día. -Saludo Hermione amablemente, solo Ginny, Luna, Theo y Harry contestaron.

El pelirrojo Weasley ni siquiera los miro, solo apretó el tenedor en su mano.

-Podemos desayunar con ustedes. -Pidió 

-Claro. -Contesto Luna.

-Claro que no. -Replico Ron

-Eso no lo decides tú. -Reto el rubio y la castaña le tomo el brazo para calmarlo. -No veo el problema en que desayunemos en su mesa, Hermione pertenece a esta casa y además ya no hay restricciones en las casas.

-Pero no eres bien recibido aquí. -dijo amenazante.

Draco iba a replicar pero no alcanzo a hacerlo, la leona se había adelantado.

-Eso quiere decir que yo tampoco soy bien recibida. -Pregunto al pelirrojo

-Tu perteneces aquí, pero el no.

-Draco es mi novio y no veo problema que comparta la mesa con nosotros.

-Eres una traidora. -Le recrimino al escuchar como defendía a la serpiente.

-Cállate Ron. -Le pidió Harry

El rubio estaba a punto de lanzarse en contra del pelirrojo solo el toque de la castaña lo mantenía alejado.

-No me voy a callar, no entiendo como ustedes toleran esta estupidez.

-¿Ronald, soy una traidora? -Pregunto ocultando su tristeza.

-Sí. -Afirmo rojo de ira.

-Si así lo crees está bien. -Acepto. -Y ya que piensas eso de mi no te voy a obligar a que soportes mi presencia. -Dijo firme y tomando a Malfoy de brazo camino hacia la mesa de Slytherin.

Lo último que escucho Hermione y Draco al alejarse fue la voz de la pelirroja menor. -Eres un idiota Ronald.

-¿Estás segura?

-Somos novios o al menos eso pretendemos y no le voy a permitir a nadie que te ofenda o me ofenda de esa manera, si no les parece que se jodan.

El chico se sorprendió de las palabras de Hermione, en primer lugar no esperaba que lo defendiera y menos que prefiriera estar con él a quedarse con sus amigos.

Cuando se instalaron en la mesa verde y plata, Theo y Luna se les unieron, también estaban ofendidos del comportamiento de Ron, lo que agradeció profundamente la castaña, al menos así no se sentía tan mal después de lo ocurrido.

-¿Qué demonios hacen ellas aquí? -Interrogo Pansy.

-Desayunando, que no ves. -Contesto el rubio sin tomarse la molestia de girar para verla.

-Ellas no pueden estar aquí. -Dijo levantando la voz.

-Tanto Luna como Hermione pueden estar donde ellas deseen. -Contesto calmadamente Nott.

-No merecen estar aquí, en la mesa de Slytherin no debe haber impuras ni lunáticas.

Malfoy se levanto con extrema lentitud antes de clavar su mirada envenenada en la morena. -Si valoras en algo tu vida jamás volverás a insultarlas. -Siseo amenazante. -Y para que les quede claro a todos -Elevo un poco más la voz para que lo escucharan bien- Hermione Granger es MI novia y no voy a permitir que le falten al respeto. -Dijo dirigiéndose al resto de los Slytherin y le llevo un segundo cruzar si mirada con la de cierto pelirrojo que palideció ante la amenaza.

Pansy temblaba de rabia e impotencia, sabía que nada podía hacer y que Malfoy hablaba muy enserio.

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