Esos Besos

-9-

Esos Besos…

Estrujaba con fuerzas la almohada, ahogando sus gritos de frustración e impotencia, para ella esos besos habían significado todo y pensar que para ese egocéntrico muchacho nada representaban más que una de sus tantas burlas hacia su persona, la llenaba de decepción.

En la soledad de su cuarto había dejado que por fin fluyeran las lagrimas que con tanta desesperación había retenido ante ese insensible y repugnante ser que solo la hacía recordar a cada instante que no era lo suficientemente buena para aspirar a su amor.

Cruel realidad, al menos eso pensaba Hermione, probar el sabor de esa boca que le era prohibida, no entendía porque se ensañaba con ella de esa manera, por que aumentaba su sufrimiento al hacerla probar algo que nunca tendría de nuevo. Era un miserable sin duda, pero parecía que actuaba con la plena conciencia de saber que ella estaba en sus manos, por su estúpido amor.

Se preguntaba por qué la vida se  ensañaba de esa manera con ella, porque había terminado enamorada de alguien tan frio y desalmado como Malfoy. En esos pensamientos estaba su revuelta cabeza cuando escucho que algo golpeaba con fuerza su puerta, se enderezo de inmediato pues los golpes no cesaban, intentaban tirar su puerta.

-¡Déjame en Paz! -Grito con toda la furia que llevaba contenida.

Aferrarse a su enojo era la única manera de mantenerse de pie, de mantenerse cuerda y no lanzarse ella misma hacia su ruina. No iba a esconderse por miedo a los arrebatos del rubio y decidida con una mano giro la perilla y con la otra sostenía en alto su varita para enfrentar al energúmeno que estaba detrás de esa puerta.

Después del golpe Malfoy quedo sofocado en posición fetal, sosteniendo en sus manos las joyas de la familia que habían sido lastimadas sin consideración. Tardo varios minutos en levantarse, era un dolor tremendo el que sentía en la entrepierna, incluso temió quedarse sin descendencia por la bruta de la leona.

Y pensando en la leona se levanto tan rápido como la molestia entre sus piernas le permitió y fue a aporrear la puerta de la Gryffindor con la única idea en mente de hacerle pagar su atrevimiento.

Pero después de golpear un par de veces esa puerta de madera sin obtener más respuesta que un -Déjame en paz-. Recargo su espalda en la pared aun sobando sus partes nobles, pero un cosquilleo en sus labio hizo que dejara de lado un poco su adolorido orgullo para pensar es esos besos que había robado, y hasta entonces cayó en cuanta  que si bien al principio así era, después el rumbo de las cosas había cambiado.

Porque por un corto momento antes de que todo se saliera de control, ya no encontró resistencia en esos labios que se movieron de manera seductora bajo los suyos, ese había sido el motivo por lo que soltó el agarre de sus muñecas y dejándose llevar había acomodado su cuerpo para no recargar todo su peso sobre la castaña.

-Esos besos. -Susurro y llevo sus dedos hacia su boca para acariciar sus labios que aun cosquillaban deseosos de esa boca que se había amoldado tan bien a la suya.

Pero de nuevo su orgullo se interponía a cualquier sensación placentera diferente y con la certeza de que correspondió sus besos solo porque  esa era la manera que había diseñado la astuta leona para quitárselo de encina. Se reprendió mentalmente por su descuido, si hubiera tenido más cautela aun la tendría bajo su cuerpo saboreado  su boca, solo para hacerla rabiar, o mejor dicho se trataba de convencer que esa era la razón que lo movía.

Vio como giraba el pomo de la puerta y se adelanto para ponerse frente a ella, pero se encontró con que Granger le apuntaba con decisión con su varita, parecía que estaba furiosa, incluso de la punta de su varita salían chispas rojas como reacción al humor en el que se encontraba en esos momento la chica.

Podía leer la expresión de ese rostro de piel bronceada como si se tratara de un libro, la conocía bastante bien después de tantos años de ser objeto de sus insultos y sus malos tratos, y viendo la decisión en esa mirada dio un paso hacia atrás con cautela. Estúpidamente no llevaba su varita y estaba a merced de esa chica.

Hermione mantenía su varita en alto, sosteniéndola con firmeza y dio un paso hacia el hurón con determinación, clavando su mirada en esos orbes grises. Tenía el cuerpo tenso, su mano libre hecha un puño estaba tan apretaba que incluso estaba clavando las uñas en su palma.

Draco esperaba que de un momento a otro le lanzara un par de hechizos, se reprendió mentalmente por su estupidez al enfrentarla sin prevenir que la leona no se dejaría amedrentar. Pero no mostro su temor, el rubio era demasiado orgulloso para que su rostro mostrara algo que no fuera esa imperturbable frialdad.

Pero algo no cuadraba en todo eso, podía notar los ojos hinchados y enrojecidos de  la leona ¿Había llorado? ¿Por qué? Se pregunto con curiosidad eso no era común, generalmente Granger podía gritar mucho y hablar con sus frases rimbombantes, incluso insultar, pero llorar no, ella no solía mostrarse afectada de esa manera, ella siempre era firme, ¿Pero entonces porque había llorado?

Sus ojos brillaban de una manera diferente al tenerlo frente a ella, a su merced, si así lo quisiera terminaría completamente apabullado, la Gryffindor era por demás capaz, tenia los conocimientos y la magia suficiente para hacer con él lo que quisiera, y aun así se mantenía con una frialdad impropia de ella solo mirándole con odio.

-Solo te lo voy a decir una vez, te advierto que no voy a permitirte que trates como lo hiciste, no soy como tus amiguitas  y si necesitas descargar con alguien tus hormonas ve y busca a la facililla de Parkinson que estará encantada de bajarte la calentura.

-Esta celosa. -Levanto una ceja el rubio solo para hacerla enojar más.

-¿Celosa? Por favor no me hagas reír a mi no me importa con cuantas tipas te revuelques, solo no voy a permitir que trates de utilizarme de esa manera.

-Lo que pasa es que me tiene miedo.

-¿Miedo?  Creo que te demostré muy bien que se me defender muy bien. No te tengo miedo.

-Claro que tienes miedo, te aseguro que nadie te a besado como lo he hecho hoy, y mira que me he aguantado el asco.

Esas palabras hirieron profundamente a Hermione, pero no se lo iba a demostrar, no le daría el gusto de ver como la destrozaba con esa declaración.

-Así que te doy asco. -Pronuncio en un extraño tono de amenaza. -Hace rato no lo parecía.

-Eres una impura, no puedo más que sentir asco por tu persona.  

Hermione enterró la punta de su varita en el cuello del muchacho que dando un paso hacia atrás de había acercado a las escaleras y había bajado ya un escalón quedando así a la altura de la leona.

Sin apartar su varita del cetrino cuello del rubio lo tomo por el cuello con la otra mano y lo atrajo con hacia ella con brusquedad.

Se aferro de nuevo a esos fríos labios, como antes lo había hecho el y lo beso con ímpetu, pegándose a su cuerpo y de manera automática Draco había aferrado sus brazos a esa cintura diminuta.  Cuando lo sintió rendido ante su beso, subió su mano hasta enredarla entre los cabellos platinados y entreabriendo sus labios le dio acceso libre a su boca.

Granger aun sostenía su varita en la mano con fuerza pero ya no la tenía apuntando a ese cuello pálido, ahora solo la tenia aferrada en su mano tras la nuca del muchacho. El rubio le permitió hacer lo que quisiera con él, había perdido la noción de las cosas con un solo beso de esos carnosos labios.

Increíblemente un Malfoy había perdido el control de la situación dejando que la leona pusiera sus condiciones. Sus cuerpos estaban pegados podían sentir el calor que despedía el otro y los redondeos senos repagarse al fuerte  pecho del rubio.

Hermione gritaba internamente reprochándose su falta de recato, sintiendo un odio inmenso contra sí misma por estar llegando tan bajo, porque sabía que era mucho su coraje pero era más su deseo e intentando hacerle saber que no la intimidaba, que no le tenía miedo alguno de manera irracional estaba ahora aferrada a su cuello apoderándose de sus labios.

Ya no podía con todo esos sentimientos que había contenido, ya no se sentía capaz, ni fuerte para afrontar que ese muchacho llevaba las de ganar, pero era un Leona y no dejaría que esa serpiente supiera cuanto la estaba afectando y presa de sus impulsos le mordió el labio con fuerza antes de separarse con brusquedad y apuntarle de nuevo.

-No parece que me tengas tanto asco. -Soltó con sorna limpiando con el dorso de su mano sus labios. - Y como acabas de comprobar no te tengo miedo, ni me intimidas en lo absoluto, lejos de lo que puedas creer el sexo no me espanta, solo no me apetece entregarme a cualquier imbécil como tú.

Malfoy estaba a punto de replicar pero se escucho que alguien llamaba a la puerta. Con frialdad lo vio por última vez antes de bajar las escaleras para ver quien tocaba. Antes de abrir la puerta tomo aire pues iba demasiado agitada por todo lo que acababa de pasar, se acomodo el pelo como pudo y sin más abrió.

-Hola Theo pasa. -Se hizo a un lado para dejar pasar al castaño. Draco al escuchar ese nombre bajo un tanto tenso, algo no le terminaba de gustar en esa repentina amistad que había surgido entre ellos.

-Quería hablar contigo.

-Claro, pero por favor siéntate, gustas tomas un te o café, tengo también alguna galletas.

-Me encantaría. -Dijo con una sonrisa.

-Nott. -Dijo a manera de saludo el rubio cuando llego a la sala.

-Hola Draco. -Saludo cortes el castaño un tanto desconcertado por el tomo molesto de su amigo.

-A que debemos el honor de tu visita.

Hermione se sorprendió al igual que Theo por esa manera de expresarse del rubio, hablo como si él y la chica fueran los mejores compañeros de cuarto.

-Solo cuestiones académicas. -Dijo ocultando una sonrisa al comprender que algún trasfondo tenía su interrogatorio y mas al ver las miradas que le enviaba a la castaña que afanosamente preparaba el té.

Malfoy se sentó elegantemente en otro de los sillones, no pretendía dejarlos solos en la privacidad que les daba la torre.

-¿Nos acompañas con a tomar el te? -Pregunto Nott como si eso fuera lo más común del mundo.

Porque si bien Nott era un muchacho serio, no era nada tonto, para el no pasaba desapercibida la facha que tenían esos dos, los labios de ambos estaba rojos e hinchados y sus respectivos cabellos estaban revueltos, y de alguna manera percibía en las mejillas de la leona algunos vestigios de su sonrojo y por algún motivo estaba nerviosa y tensa por la presencia de Malfoy.

Sabía que algo había interrumpido entre esos dos, y la actitud enfadada de su amigo lo comprobaba.

-No creo que Malfoy desee acompañarnos. -Menciono la castaña.

-Pues te equivocas Granger, me apetece tomar el té. -Hermione contuvo las ganas de lanzarle la tetera en la cabeza solo porque no quería darle a Nott un espectáculo.

A regañadientes preparo el te suficiente, sirvió tres tasas y las llevo hasta la sala junto con una charola con galletas.

-Si me permites. -Le dijo el rubio cambiando su taza de té por la de la leona. -No quiero arriesgarme a que me envenenes.

Se le crisparon los nervios a la chica pero aun así se contuvo, lo ignoro y centro su atención en los ojos azules del castaño, lo que molesto sobre manera al rubio.

-De que querías hablar Theo.

-En realidad no es nada importante si quieres más tarde podemos hablar de ello.

-Me parece bien. -Contesto comprendiendo que quizás era algo referente a su amiga Luna.

Así que comenzaron a hablar te trivialidades, sobre las clases y los deberes que tenia que entregar en posteriores días. Draco esta frustrado al sentir como lo ignoraban olímpicamente. Mientras que Nott estaba divertido nunca había presenciado que su amigo bajara la guardia de ese modo.

-Bueno creo que ya es tarde debo irme. Nos vemos luego Draco, hasta mañana Hermione. -Se despidió de la castaña con un beso en la mejilla.

No era realmente su costumbre pero quería ver la reacción del rubio que solo apretó los puños con enfado mas no dijo nada. Hermione se extraño pero le pareció un buen detalle por parte del chico que en general le parecía una excelente persona, no entendía como había acabado en Slytherin.

Cuando Nott se fue, Hermione con recogió las tasas vacías antes de subir de nuevo a su habitación, ignorando por completo al rubio que estaba perdiendo la paciencia. A Draco Malfoy nadie lo ignoraba.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top