Dormir A tu Lado

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Dormir a tu lado

Alex estaba deprimido, descubrió que los sentimientos hacia Hermione era mucho mas fuertes de lo que suponía, la había admirado por mucho tiempo y le parecía una chica muy guapa e inteligente, pero conocerla en persona termino cautivándolo por completo. En su vida solo se había interesado de esa manera en dos chicas, Hermione y Samanta.

Por muchos años Sam era el centro de su universo, su compañera de juegos en la infancia, su única compañía y su mejor amiga, habían estado comprometidos para casarse y eso le causaba ilusión, se imaginaba un futuro con ella, una familia. Pero las cosas se torcieron en el camino y el destino le hizo replantearse muchas cosas.

El compromiso se rompió no así la amistad, pero a pesar de que nunca lo expreso el se había enamorado de Sam y creía que su mejor amiga, su primer gran amor merecía alguien mejor que él, alguien que le pudiera proporcionar la calidad de vida a la que está acostumbrada, darle los lujos y todas esas cosas que la hacían feliz.

Guardo en secreto sus sentimientos en mucho también por miedo a perder a su única amiga verdadera. Se conformaba con estar a su lado y compartir sus confidencias, solo con ella podía ser el mismo, al igual que Sam solo se mostraba como verdaderamente era delante de Alex.

Casi desde siempre la había querido y contemplaba con gran felicidad el sueño de casarse algún día, pero ante la pérdida de la fortuna de su familia no tenía nada que ofrecerle, por eso se limito a seguir siendo su amigo fiel, estaba muy lejos de imagina que era muy bien correspondido.

Ahora había encontrado en Hermione una nueva esperanza, ya que aunque ambas eran chicas grandiosas, para la castaña el dinero  y los lujos no tenían el mismo valor que para Sam. Creía firmemente que sería una excelente compañera de vida y eso le entusiasmaba, pero toda ilusión se escapaba cuando pensaba en que Draco le alejaba de esa oportunidad.

Si supiera que Sam estaba dispuesta a cambiar toda su ida de lujos, su fortuna, su posición e incluso su manera de ser solo por el, porque le amaba profundamente, porque no le importaba una vida limitada y sencilla con tal de tenerlo a su lado.

Por su cuenta había investigado sobre Malfoy y aun no llegaba a entender, como la mayoría, que había llevado a dos personas tan diferentes y que se habían profesado odio absoluto, a terminar juntos. No podía comprender como era que Hermione le perdonara todas sus faltas, ¡Por Merlín! que era un ex mortifago, y a pesar de no comprenderlo la admiraba aun más por su capacidad de perdón.

Alex y Sam no habían regresado a la torre de premios anuales, a hurtadillas salieron del castillo a uno de los jardines para recostarse sobre el césped para admirar las estrella en el firmamento.

Sam estaba más tranquila, se había desahogado un poco al llorar en los baños, pero aun sentía el nudo en la garganta y el malestar en su estomago de solo recordar la confesión de su adorado amigo.

-Sam, alguna vez te has enamorado. -Le pregunto de repente.

-Si. -Contesto desviando su mirada para evadir los ojos de Alex.

Siguió un largo silencio, y después incorporándose un poco y girando se apoyo en el codo para mirarla, estaba un poco desconse4rtado y esa confesión le causo un poco de malestar.

-Porque no me lo habías dicho, yo creía que nunca lo habías hecho. -Alex sentía curiosidad y desconcierto

-Pues te equivocas.

-¿De quién te enamoraste? ¿Por qué no me contaste antes?

-Bueno es que paso hace ya mucho tiempo, y si nunca te lo dije es porque no valía la penas, el es alguien inalcanzable para mí.

-¿Por qué inalcanzable? Eres muy bonita, cualquier chico moriría por estar contigo.

-Pues el no, ni siquiera me notaba, al menos no de la manera que hubiera deseado. -Los ojos de Sam estaban tristes y apenas podía contener las ganas de llorar.

-Pues déjame decirte que es un estúpido.

-Quizás lo sea. -Dijo sin ganas con apenas una sonrisa.

-Claro que lo es, solo un tonto o un ciego no te notaria.

-Lo dices porque eres mi amigo.

-Además de tu amigo soy un hombre que puede reconocer que eres verdaderamente hermosa y una gran persona.

-No tiene caso hablar de eso, después de todo no tengo esperanzas.

-¿Por qué no? Vamos Sam, tu nunca te das por vencida cuando quieres algo, no te rindas.

-Supongo que es algo complicado

-Que podría ser lo complicado.

-Además de que para el no existo como mujer, quiere a otra chica.

-No puedo creer que seas tu quien me aconseje luchar por Hermione cuando tu no luchas.

-A diferencia de ti, yo ya lo intente todo y nada funciono, agote todas mis posibilidades y ahora solo me queda esperar que llegue a ser feliz.

-¿Tanto lo quieres?

-Más que a mi vida. -Dijo limpiándose una lágrima.

-Cuanto lo siento, lamento no haber preguntado antes, yo no sabía cuánto estabas sufriendo.

-No es tu culpa, yo nunca te dije nada. Por eso te dije que debes luchar para ser feliz y si tu felicidad es Granger no veo por qué no puedes lograrlo. Por lo que hemos investigado antes no se llevaba nada bien, eran enemigos, además a penas llevan un par de días de novios, no creo que sea difícil que la conquistes. Además yo te voy a ayudar.

-¿Cómo?

-No te preocupes por eso, solo confía en mi.

-No sé qué aria sin ti. -la abrazo con fuerzas y Sam tuvo que morderse con fuerzas la lengua para no llorar mas.

Cuando regresaron al castillo y al llegar a su torre encontró la primera oportunidad para poner en marcha su plan.

Draco estaba en la sala, había permanecido ahí desde que Hermione subiera a su habitación, tenia demasiadas cosas en la cabeza para intentar dormir, en sus manos tenía el libro de la leona, acariciaba las pastas con delicadeza como si fuera a ella a quien estuviera acariciando.

Apenas llegó Alex saludo y se disculpo para retirarse a dormir, Sam hábilmente se quedo un rato más haciéndole compañía a Malfoy.

-Porque estas tan solo. -Le dijo coqueta

-Estaba con Hermione, solo que aun no tengo sueño.

-Puedo hacerte compañía.

-Como quieras. -Dijo indiferente.

-De que es el libro. -Señalo

-Es un libro muggle.

-Como se llama. -Pregunto tratando de conversar.

-Dos caminos.

-¿Me lo puedes prestar? Parece interesante.

-No es mío, es de Hermione.

-Entiendo, bueno después se lo pediré a ella. Ya me voy a dormir, hasta mañana. -Se despidió besando muy cerca de la comisura de sus labios.

Malfoy estaba tan distraído que ni siquiera se percato de las intenciones más que obvias de Sam.

Un tanto molesta subió las escaleras de la habitación, armando tal alboroto al entrar que despertó a Hermione, que adormilada prefirió no discutir y cuando la rubia entro al baño bajo en pijama  con todo y cobija.

Cuando bajaba Draco la observo con curiosidad, se tallaba los ojos y bostezaba, estaba tan adormilada que no había notado que seguía en el mismo sillón en que lo había dejado, tenía el cabello mas alborotado de lo normal y arrastraba su cobija con una mano, parecía una niña.

-No te dejo dormir. -Pregunto de repente con una sonrisa haciéndola brincar del susto.

-¡Me asustaste! -Exclamo tratando de controlar su acelerado corazón.

-Lo siento.

-No importa. -Se sentó a su lado, bostezando y se cubrió con la cobija. -Creo que tendré que dormir aquí.

-Es una invitación. -Levanto coqueto la ceja

Hermione le siguió el juego. -Podemos compartir el sillón.

-¿Solo para dormir?

-Solo para dormir. -Sonrió  

Ampliaron el sillón con un hechizo y se acomodaron sobre este, Draco la abrazaba de manera posesiva, casi de inmediato se quedo Hermione profundamente dormida recargando su rostro en el pecho del rubio.

Malfoy la observo dormir, nunca había dormido con una mujer, claro que era un aventurero que brincaba de cama en cama, y continuamente compartía la suya con muchas mujeres, pero tenía una regla que implicaba no dormir con ellas, era solo sexo y después cada uno a su lugar. Pero con la leona todo era diferente, no le importaban sus estúpidas reglas de conquista.

Tenerla en sus brazos y percibir la calidez de su cuerpo, la suavidad de su piel, una respiración acompasada y el aroma de despedía en conjunto era adictivo. Se sintió un estúpido, pero no podía dejar de mirarla con la luz de las llamas que ardían en la chimenea.

Con su mano comenzó a acariciar sus rizos y después con la yema de sus dedos suavemente delineo sus facciones. Hermione suspiro y entre sueños susurro su nombre.

-Draco. -Y una tenue sonrisa se dibujo en los labios rojos de la chica.

El rubio sonrió como un tonto al escuchar su nombre en los labios de SU novia y tuvo que reconocer que adoraba escucharlo y le removía en su interior algo tan fuerte e indescriptible que los latidos de su corazón se agitaron con satisfacción. Y con esos pensamientos cerró los ojos para dormir no sin antes besar delicadamente su labios para alargar ese cosquilleo en su pecho.

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