Descubiertos

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Descubiertos

Estaba cansada después de tantas emociones, se sentía tan débil ante la perspectiva que se alzaba delante de ella que  no lograba calmar siquiera un poco de ese vacío que se extendía por cada fracción de su cuerpo. Eran tantas las cosas que sentía y tan poco el espacio disponible ya en su peso que se encontraba abrumada y sobrepasada por ese correr de emociones que se agolpaban en su interior.

Suponía un alivio saber que Parkinson no había sido elegía como la prometida de Draco, siendo la gran arpía que era al menos eso le daba un poco de consuelo, sin embargo, el puesto era ocupado por otra persona, por Samanta para ser precisos y consideraba que a pesar del carácter voluntarioso de la chica era una buena persona, mucho mejor con creses de lo que era la morena Pansy. Tenía la leve esperanza que al menos con el tiempo pudieran ser felices.

Pero esa teoría tenía demasiados huecos, demasiados cabos sueltos entre ellos que Sam amaba a Alex y dudaba que algún día pudiera ser capaz de olvidarlo, era algo tan imposible como que ella misma olvidara a Draco. Quizás con el tiempo podría ser más llevadero, pero no estaba convencida de que pudiera olvidar ese cariño que le profesaba.

Hermione junto con el resto de los alumnos regresaron al colegio terminadas las vacaciones, todo parecía que volvía a la normalidad después de ese periodo libre, pero lo cierto era que a pesar de los esfuerzos de la castaña para no mostrarse afecta, sus amigos la veian especialmente triste y decaída.

Ginny se esforzaba por animarla y Luna le hablaba de esas criaturas tan suyas que rondaban por su cabeza, Harry no sabía qué hacer o decir para reanimarla nunca había tenido mucho tacto en esas cuestiones, y el pelirrojo Weasley solo se limitaba a refunfuñar y maldecir por lo bajo a cierto hurón descolorido al que sentía aborrecer cada vez mas.

Granger lucia impasible y sonreía, pero esa sonrisa no era la misma de antaño y todos los que la conocían lo sabían o al menos lo sospechaban al no encontrar esa fluidez de la leona, ese brillo cálido en sus ojos.

La madre de Samanta la había matriculado de manera definitiva en Hogwards para que estuviera al lado de sus prometido, considerándolo algo conveniente para que se conocieran mas antes de la boda. Alexander también regreso, en mucho motivado para tener la oportunidad de hablar con Sam y resolver las cosas.

Con lo que no contaba Alex era que al llegar al colegio la última noticia era el compromiso de Malfoy con su amiga. Al saberlo se sintió devastado y ofendido, no entendía a Sam, no entendía por qué lo había engañado de esa manera diciéndole que lo amaba, para después comprometerse con Malfoy.

Cuando se entro con ella al llegar a la torre de premios anuales no tuvo palabras que decir, a pesar de que durante días y días se había formado un largo discurso en la que expondría sus sentimientos, donde le diría que era un idiota enamorado que jamás pensó que podría ser correspondido, le pediría perdón, de ser necesario rogaría y suplicaría por una oportunidad para enmendar sus errores.

Pero ahora que la tenía delante, con ese brillante añillo enzarzado en su dedo todo se fue la mierda, sus estúpidas añoranzas y planes, se sintió ultrajado, furioso  y lleno de rencor y la tomo por un brazo haciéndola subir las escaleras hacia las habitaciones.

Sam estaba asustada, la presión que ejercía Alex en su brazo le lastimaba, pero no era un dolor siquiera comparable al ver ese desprecio destilando por sus ojos, de dejo llevar como una muñeca de trapo si voluntad, no dijo nada, ni protesto cuando la metió a su habitación y cerro la puerta de un portazo, aun entonces no la soltó.

Rabioso  la aventó a la cama y le dio la espalda buscando serenarce para no hacer una locura, el no era asi, pero ahora se sentía tan herido que no podía contenerse.

-¿Por qué? -Pregunto sin querer voltearse.

La rubia lloraba en silencio apoyada en la cama sin moverse, paralizada por el miedo al verlo tan fuera de sí.

-¿Por qué me has hecho creer que me amas para después comprometerte con otro? Donde esta todo el amor que decía sentir por mí, solo eres una mentirosa.

-No. -Dijo con voz quebrada. -No lo soy.

Afectado se giro para verla tendida en la cama, no podía dejar de pensar al verla lo hermosa que era, su cabello corto tan rubio, su piel como porcelana, esos ojos brillantes y sus labios, esos labios que tanto anhelaba besar.

-No soy una mentirosa. -Replico de nuevo con más firmeza, recuperando un poco de valor.

-Entonces explícame porque no entiendo. -Desesperado Alex le pregunto.

-No te mentí cuando te dije que te amo, que siempre lo hice y aun ahora eres lo mas importante para mí. -Esa confesión lo aturdió y desconcertó aun más.

-¿Entonces por qué?

-Porque tu no me amas, porque ya que no tengo ni siquiera tu amistad no me queda nada, porque destroce la vida de Hermione y Draco y pretendo solucionarlo y la única manera que encontré fue haciendo lo que hice.

-No te entiendo.

-Que no entiendes, cuando me has dejado claro que me aborreces cuando yo te amo, así que mas da lo que haga con mi vida.

-Me importas. -Dijo ofendido.

-Creo que no lo suficiente, pero no te preocupes ya solucionare lo que he hecho y no necesito que me compadezcas, si hay algo que no quiero de ti es que seas condesendiente, fui una estúpida, destroce las vidas de otros persiguiendo un sueño, un sueño de amor que no era mio, era tuyo y mira donde he acabado.

-Yo no te pedí nada.

-Lo sé, lo hice porque quise y me equivoque. Yo solo anhelaba que fueras feliz, que encontraras el amor que yo no pude encontrar en ti, sabia lo mucho que sufrías, porque quien mejor que yo para entenderlo, yo que he vivido casi toda mi vida queriéndote y siendo invisible para tus ojos.

-Yo te quiero.

-Pero no de la manera en que me hubiera gustado, se que me quieres soy la hermana que nunca tuviste, la amiga de juegos, tu complice y confidente, pero nada mas. -Dijo con amargura. -Y eso ya me ha quedado claro. Ahora solo me queda intentar arreglar las cosas.

-Eres una estúpida. -Apreto los dientes con fuerza, Sam levanto el rostro para ver como se acercaba a la cama y de un tirón en el brazo la hacía levantarse tan abruptamente que choco contra el pecho fuerte de Alex.

-Se que lo soy, se que me deprecias.

-Idiota. -Le insulto de nuevo y la beso, fue un beso violento y anhelante, la rubia se tenso ante esa acción pero le llevo solo un segundo corresponder al frenético movimiento de sus labios.

Conforme los nervios cedían y el beso seguía se fue tornando más lento, íntimo y dulce, saboreaban sus labios explorando con deleite su boca. Alex aun la tomaba por los brazos pero de una manera más suave para después hacerlos que se enredaran en su cintura cuando los de ella viajaron a su cuello.

Se besaron por largos minutos separándose a penas para respirar, pero las caricias se extendían por su piel pagando esa deuda pendiente desde que eran solo unos niños, una deuda que con los años se formalizo en un sentimiento más profundo al amor fraternal que en un inicio los había unido.

-Yo siempre te he amado. -Le dijo sobre sus labios sin querer separarse, Sam se estremeció y lo abrazo con fuerza antes de fundirse en un nuevo y más largo beso.

En eso la puerta se abrió y Draco los encontró en esa comprometedora posición, asustados por ser descubiertos Sam y Alex se miraron sin saber qué hacer.

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