Cruda Verdad

-34-

Cruda Verdad

De la misma manera en que un pequeño detalle puede desencadenar un gran acontecimientos, algo tan cotidiano como visitar la biblioteca cambiaria la sucesión de los hechos haciendo que estos desataran un plan que había sido creado con sumo cuidado.

Una carta había llegado a las manos de Hermione, una misiva que llevaba una letra elegante en color dorado, desde que la recibiera sabía que no le traería buenas noticias, no podía ser de otra manera considerando el remitente. Tomo aire para darse valor, pero ni con ello logro que su corazón se agitara con tal ímpetu que incluso se sintió  mareada teniendo que sentarse.

Apenas la había recibido salió de la sala de premios anuales para buscar refugio en su santuario personal, la biblioteca. Sus manos temblaban al sostener el fino sobre. Le faltaba valor para abrirla, y tratando de buscar un poco de paz antes de tener un colapso nervioso se levanto para tomar de una alta estantería un libro que la pudiera relajar, nada mejor que una corta lectura para apaciguar sus nervios se dijo.

Eligio entre todos esos tomos meticulosamente acomodados uno de pastas café que era un poco pesado y estaba atorado entre dos libros que se negaban a soltarlo, debido al temblor en sus manos y un mal cálculo el libro le golpeó la cabeza al resbalarse.

No fue un golpe demasiado fuerte, pero el pequeño contacto con la cabeza de la castaña tuvo consecuencias. Sobándose el golpe se fue a sentar de nuevo un poco mareada y conmocionada por el golpe.

Comenzó a dolerle la cabeza y apretó con sus manos su nuca que comenzaba a punzarle con fuerza, hizo una mueca de dolor y tubo que recargar su cabeza sobre sus manos completamente apoyada en la mesa. El dolor no cedía se extendía en punzantes dolores que le hacían sentir escalofríos y de la misma manera en que habían iniciado fueron desapareciendo.

Hermione estaba pálida aun sosteniendo su cabeza y sudando frio, en algún momento había cerrado los ojos y apretado con fuerza los dientes en su afán de que el dolor pasara.

Abrió los ojos, estaban húmedos el intenso dolor le había provocado que derramara un par de lagrimas. Solo abrió los ojos, pero algo mas se abrió en su mente como un chispazo dejando fluir aquellos recuerdos perdidos del último año.

Se sintió sumamente abrumada, con toda la información que corría renovada en si mente, era como si en un segundo pasara por su cabeza todos esos meses que paso al lado de sus amigos para vencer al innombrable, los recuerdos eran tan nítidos y reales que nuevas lagrimas corrieron por sus mejillas. Recordarlos era como volver a vivirlos, la angustia, el miedo, el terror y desesperación se apodero de ella haciéndola estremecer.

Tenía los ojos sumamente abiertos, la expresión en su rostro era de sorpresa y completa confusión e incluso terror, sus labios entre abiertos temblaban y había palidecido a tal punto que parecía que la sangre había huido por completo de su rostro.

-¿Estás bien? -Pregunto en tono preocupado una chica de quinto curso que se acerco al ver el semblante de la Gryffindor.

Pero no alcanzo a darle respuesta, Hermione se desvaneció cayendo de la silla, para suerte de la preocupada chica en ese momento entraba Zabini a la biblioteca precisamente buscando a la castaña.

La enfermería se había convertido en un lugar que visitaba asiduamente la leona. Después de haberla revisado y comprobar que no tenía daño aparente, Madame Pomfrey dedujo que posiblemente no había comido lo suficiente o estaba bajo mucha presión y conociendo a la Gryffindor ambas causas eran probables, estaba tan empecinada en ser la mejor en los estudios que en ocasiones podía descansaba poco y a penas comía.

Draco estuvo al  lado de su cama, acariciando su mano mientras ella dormía, encontraba algo diferente en su rostro, podía estar dormida pero parecía tensa a pesar del sopor inducido por el sueño, y eso le preocupaba. Hacia un par de días el rubio había decidido contarle la verdad sobre el trato que habían hecho. No podía posponerlo por más tiempo aunque lo deseara pues estaba a escasos días de que todo terminara.

El también había recibido el día anterior una carta que se resistía a abrir, tenía una ligera sospecha de que se trataba y con fastidio la había dejado abandonada en su mesa de noche sin importarle nada, porque simplemente ya no le importaba las posibles amenazas y reclamaciones  por parte de su madre, porque ya era demasiado tarde para que pudiera dar marcha atrás a lo que sentía.

Al diablo con la sangre limpia que no servía absolutamente para nada, al diablo con los prejuicios y esas ridículas reglas familiares, ahora su único temor era perderla, perder a la mujer que tenía a su lado. Pensaba Draco que nada podían hacer para obligarlo a dejarla y estaba dispuesto a enfrentarse a cualquiera con tal de conservar su afecto.

Pero estaba equivocado, lo hubiera sabido si hubiera leído esa carta.

Era de madrugada cuando Hermione reacciono, abrió los ojos con pesadez y confundida tardo en ubicar donde se encontraba, poco a poco recordó todo y suspiro con desgano conteniendo esas emociones que se estaban acumulando en su interior.

Se llevo uno de sus brazos al rostro intentando cubrir sus ojos en un débil afán de mantener las lágrimas en sus pupilas. Ese último recuerdo había sido lo que causara su colapso, recordó el trato y todo lo que implicaba.

La decepción se había apoderado de su razón, hubiera deseado no recobrar ese año de recuerdos con tal de no enfrentarse a la cruda realidad.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top