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Draco: 


Ella estaba de rodillas ante mi, con sus ojos y mejillas cubierto de lágrimas, temblando de miedo. Yo, estaba completamente fascinado al verla ante mi. 

Elizabeth. 

Ella me recordaba, lo se, escuché claramente que dijo mi nombre en un susurro. 

Se paso la mano por la nariz, pero la detuve por que su mano estaba herida, se había cortado con un trozo de vidrio. 

—Te has lastimado.. 

—Yo... —tartamudeaba. 

—Vayan por un botiquín —le dije a mis hombres pero ninguno se movía— ¡Ahora! —salieron casi que corriendo, yo tome a Elizabeth y la senté en una de las mesas—, no es grave, es solo una cortada. 

—E-Eres un... —no me miraba. 

—Mírame —le ordené y ella lo hizo—, no temas que no pienso hacerte daño. 

—¡Ibas a matarme! —exclama furiosa. 

—No sabia que eras tu... —me defendí— Además, dejaste escapar a un sujeto, debería azotarte por ello. 

—No me hables, idiota —masculló—, eres un matón. 

—Disculpa muñeca pero matón suena demasiado feo... Soy Mafioso, matón —bufe. 

—Me voy.. 

—Un momento, no vas a irte. 

—¿Y por que no? Estoy herida y prefiero morirme desangrada a quedarme contigo aquí. 

—Pero que complicada —reí—, asi me gustan. 

—Idiota... 

—Oye, si me recuerdas —me metí entre sus piernas y me acerqué— ¿Viniste para repetir lo de hace cinco años? 

—Alejate de mi —no se inmutó—, tengo que irme, fue un error haber venido. 

—Entonces estabas buscandome —sonreí— ¿Para que?

—Olvidalo, me acabo de llevar una sorpresa contigo. 

—¿Por que te dije que soy un mafioso? 

—¡Por que matas personas! —volvió a exclamar, yo me puse el dedo en el oído, vaya que es ruidosa. 

—Es mi trabajo muñeca, de eso vivo... El mundo no es puro, las personas tampoco, asi funciona esto. 

—De hecho... Si vine por algo importante —se puso seria, esto es serio entonces— debemos hablar. 

Me impresiona que viendo todo este desastre y el cadáver en el pasillo no se asuste, quizá si lo está y lo sabe disimular bastante bien. 

Mis hombres llegaron con el botiquín, los fulmine con la mirada para que se largaran y así lo hicieron. 

—Deja que te cure la mano, si no, morirás. 

—¿Que? —me miró asustada. 

—Es broma, dame tu mano linda —ella lo pensó por un momento y luego me la dio. 

Comencé a curarle la herida de su mano, traté de no distraerme con el par de nenas que tenía al frente, vaya que estan mas grandes de lo que recordaba. 

—Listo —le dije—, ahora debemos irnos, la policia debe estar por llegar y no quiero que me interrumpan este hermoso reencuentro. 

—Ni loca me iré contigo. 

—Ok. 

La tome de la cintura y la subí a mi hombro, ella comenzó a patalear y a golpearme la espalda, para ser pequeña golpea bastante fuerte. El caos seguía en el club, le dije a Peter que se encargara y que sabia lo que tenia que hacer o decir. 

La camioneta se freno frente a mi y la subí en la parte de atrás, luego subí yo. 

—¡Idiota! 

—Hey —sostuve sus muñecas—, puedes lastimarte la herida, deja de pelear. 

—Suéltame —masculló, luego la solté, vaya carácter. 

—Iremos lejos y me dirás para que me buscaste, han pasado cinco años Elizabeth. 

—Es complicado, ya no se si decirtelo. 

—Soy una persona de poca paciencia ¿sabes? —solté con fastidio. 

—Pues no me importa Draco, lo que tengo que decirte es delicado. 

Joder, el que me llamara por mi nombre me hizo ponerme duro. Su voz es tan dulce, aunque un poco chillona para mi gusto. 

El auto se estacionó en la casa que estaba en remodelación, estaba casi que a las afueras de Londres, la compre por que amo las casas grandes. 

Ella se bajó y me siguió hasta adentró de la casa, la lleve al despacho para que pudiéramos hablar a solas. Verla frente a mi, es una maldita tentación, ella es una tentación. 

—Ahora si muñeca, puedes hablar. 

—Draco, hace cinco años tu y yo... 

—Tuvimos sexo —me recargué de mi escritorio, termine frase por ella ya que no quería decirla— el mejor sexo de mi vida si me lo preguntas. 

—Yo no recuerdo nada... —murmuró sin mirarme— Todo fue confuso esa noche. 

—¿De verdad no recuerdas nada? —me miró, luego negó— Es lógico, estabas drogada. 

—¿Que? ¿D-Drogada? 

—Espera, crei que la habias consumido tu misma... Digo, cada quien hace lo que quiera con su vida pe... 

—No —me interrumpió—, no sabía, no lo recuerdo... Creí que era por el alcohol ¿estás seguro que era droga?

—Seguro, he visto a personas drogarse y drogadas. Tu lo estabas —la señalé—, era como una especie de afrodisiaco, esa droga pone a la persona caliente. 

Ella frunció el ceño y vino hacia mi para darme una fuerte bofetada. 

—¡Maldito infeliz, me violaste! —me gritó. 

Apreté el puño para controlarme, a mi nadie me toca y mucho menos el rostro. Tengo que calmarme, no puedo golpearla, antes que eso pase me corto la mano. 

—No lo hice —respondí con calma—, te ayudé que fue diferente, estabas bajos los efectos de la droga, agradece que fui yo y no otro infeliz. 

—No pues gracias —soltó con ironía—, lo que me hiciste fue bajo y sucio. 

—Si, lo admito, no debí hacerlo... Pero te ayudé con tu problema, por que si no te acostabas conmigo, lo ibas a hacer con otro hombre, hace cinco años no era dueño del club y ahí frecuentaban muchos hijos de puta que eran adictos, violadores, traficantes de mujeres y bastardos con Sida, te salvé de una desgracia muñeca. 

El sujeto que bailaba con ella aquella noche era un maldito traficante de mujeres y la tenia en la mira, despues que lo corrí lo busque, ahora está pudriéndose en el mar. 

Ella pareció asimilarlo. 

—No estoy orgulloso de eso, no es mi estilo de coger... De nada. 

—Esto es horrible —se sentó en mi sofá—, esa noche fue... La peor de mi vida. 

—Lo lamento —me miro—, pero ya no se puede hacer nada, lo hecho hecho está. 

—Tenemos un hijo. 

Comencé a reírme por la estupidez que soltó, un hijo, si claro. 

Mi risa cesó al ver que ella hablaba en serio. Maldita sea. 

—A ver ¿un hijo? 

—Si Draco, esa noche me embarazaste —se puso de pie—, ahora tiene cinco años. 

—Espera hermosa, si, cogimos pero... —me quedé callado. 

Ahora recuerdo que no use condón esa noche, siempre los uso y esa noche no pasó por que me deje llevar por su trasero desnudo ante mi. 

Mierda. 

—Ninguno nos cuidamos, yo supe que estaba embarazada dos semanas después de lo ocurrido —murmuró. 

—Entiendo —solté un fuerte soplido—, vaya.. No se que decirte, estoy sorprendido y hablo en serio. 

Esto no me lo esperaba o bueno si, eso creo.. Joder, tengo un hijo. 

—Si te busque fue para... 

—Me haré cargo —dije. 

—No —ella negó, yo la miré serio—, no quiero dinero o tu apellido... 

—¿Y esperas que me quede tranquilo ahora que se que tengo un hijo? —negué— Estás errada muñeca. 

—Entiende que después de verte hacer ese desastre no pondre la vida de mi hijo en riesgo.. 

—¿Entonces para que me buscaste? —me acerque a ella molesto— Después de cinco años vienes a decirme que tengo un hijo y que no quieres nada ¿que mierdas pretendes Elizabeth?

—No quiero tu dinero, muchos menos el apellido... Quiero que le dones a mi hijo médula ósea. 

—¿Médula ósea? —pregunté— Pero ¿Por que? —ella no hablaba—, habla Elizabeth. 

—Mi hijo tiene leucemia —dijo con la voz un poco quebrada—, es.. 

—Se lo que es —murmuré—, dime —sostuve sus brazos— ¿el, está bien? 

—E-El esta bien, no tiene su leucemia muy avanzada.. Está en tratamientos de quimioterapias. Si te busque fue por que tu eres su padre y podrías ser compatible con el, quiero asegurar la vida de mi hijo. 

Entonces para eso me busco, si el no hubiese tenido esa enfermedad seguiría sin saber que tenía un hijo. 

—Si el no hubiese tenido leucemia ¿pretendías no buscarme? ¿No me dirías jamás que tengo un hijo? 

—No —se alejo de mi—, yo estaba viviendo bien y feliz con el, solo nosotros.. 

—Vaya mierda —bufé. 

—Olvida eso Draco, lo único que quiero es que te hagas los estudios para saber si eres o no compatible con el, quiero asegurar la vida de mi hijo. 

—Lo haré —dije seguro— me hare todas esas mierdas si quieres, pero quiero ver a mi hijo ahora. 

—¿Que? No, eso jamás. 

—No vas a negarte muñeca, te guardaste a mi hijo por cinco años, no pretendas que me haré el de la vista gorda —negue—, por que no lo haré —la tome del mentón y acerqué mi rostro al suyo—, llévame ahora a dónde está mi hijo. 

No tiene opción, ella tiene que llevarme, necesito saber y conocer a mi hijo. 


(...) 


Yo mismo conduce de regreso, le dije a mis hombres que estuvieran al pendiente de la seguridad y los alrededores, justo ahora estaba subiendo las escaleras hacia el departamento en donde vive Elizabeth. 

Son las malditas escaleras más angostas del mundo, me costó un poco subir. 

—Antes de entrar —me miro—, se amable con el por favor. 

—Es mi hijo, no uno de mis hombres, abre. 

Seguía molesto por que ella jamás me busco, me perdí cinco años de mi hijo por que ella creia que estaba mejor sin mi. 

Puras mierdas. 

Ella abrió la puerta, lo primero que vi fue a una mujer rubia, de inmediato la abrazo, joder ¿es lesbiana? 

—¿Estás bien? Dios ¿que te pasó?

—Luego te explico Sabrina. 

—Tu debes ser Draco —me miró y le asentí— ¿tu le hiciste eso a ella?

—Sabrina, te dije que despues hablamos... El, vino a ver a Liam. 

Liam.

Así se llama mi hijo. 

Ella se hizo a un lado para  que yo entrara, el departamento era pequeño, además de que no tenía habitación. No me agrada que mi hijo viva aquí. 

La rubia se fue a sentar lejos, Elizabeth me llamo hacia ella, camine hacia la cama, un pequeño bulto se removió de las sabanas. 

—Mami —hablo somnoliento. 

—Lamento despertarte pero alguien quiere verte —ella le acariciaba el cabello. 

El niño me miro, mi rabia aumento al verlo asi, pálido y con los pómulos hundidos, sus brazos tenían moretones. 

Voy a matar a las personas que le hicieron esto. 

—Hola, soy Liam. 

—Soy Draco —me senté en la cama, cerca de el—, un gusto amiguito. 

—Igualmente. 

Estreché su diminuta y delgada mano, mi mano era como cinco manos o más de el. No podía dejar de ver esos moretones en sus brazos. 

—¿Eres amigo de mi mamá? 

—Si, la conocí antes de que nacieras. 

—Tienes dibujos en tus brazos y en las manos.. 

—Si, son tatuajes —me subí la camisa para mostrarselos mejor—, me los hice hace tiempo. 

—Son muchos —los tocaba con sus dedos pequeños—, estan geniales. 

Mire a Elizabeth, ella se estaba refugiando en los brazos de su amiga la rubia. 

Liam no se parecía a ella, se parecía a mi, era como verme de pequeño, solo que yo no usaba el corte ridículo que me hacía mi mamá. El es mucho más guapo. 

No se como reaccionar ante esto, verlo y saber que tengo un hijo, es nuevo. 

Lo vi tallarse los ojos así que lo acomodé en la cama y el abrazo un peluche de dinosaurio, esperé hasta que se quedó dormido. Me puse de pie y camine hacia la cocina. 

—¿Cuando es su cita médica?

—En una semana o dos —respondió ella. 

—Estaré presente ¿está claro? A partir de ahora estaré al lado de mi hijo.. 

—Oye.. 

—No te metas rubia —dije serio—, es un asunto entre ella y yo.. 

—Basta Draco —intervino Elizabeth—, no tienes que tratarla así, ella ha estado conmigo.. 

—No es mi maldito problema —mascullé— me ocultaste a mi hijo por cinco años, agradece que no soy un hijo de puta y no me lo lleve. 

—No lo harías.. 

—Si me apetece si, pero como dije, no soy un hijo de puta para apartarlo de su madre... Mañana voy a darle mi apellido, cuando la casa esté lista, se irán conmigo. 

—¿Que? Puedes hacer eso. 

—Claro que si puedo Elizabeth, estuve cinco años sin saber que tenía un hijo, si no tuviera leucemia seguiría sin saberlo —dije entre dientes—, estoy en todo mi maldito derecho de querer estar presente. 

Ella no respondió, solo vino hacia mi y me tomó del saco para sacarme del departamento. 

—¿Crees que te dejaria acercarme a mi hijo sabiendo que eres un mafioso? ¿Que clase de ejemplo le darías? 

—Me importa una mierda lo que creas —me acerqué a ella—, soy su padre joder... —mascullé— Me perdí cinco años de su vida. 

—No hubiese cambiado nada —respondió de la misma manera—, dime ¿te hubieses hecho cargo?

—Si —respondí tajante— desde el maldito dia uno, me hubiese hecho responsable de ti y de el. Y lo de ser mafioso o un matón, cree lo que quieras Elizabeth, pero yo —me di en el pecho—, hubiese amado a mi hijo y si tendría que matarlos a todos para que estén seguros, lo hubiese hecho sin pensarlo. 

Yo, por las personas que amo, estaría dispuesto a quemar el maldito mundo con tal de protegerlos. Nadie, nadie toca a mi familia sin quedar vivo. A mi no me tiembla el pulso para asesinar a las personas que toquen a mi familia. 

Ahora que se de la existencia de Liam, pienso protegerlo y cuidarlo. Si tengo que tener la maldita ciudad amenazada lo haré, solo para que nadie se acerque a el. 



Hola hola, termino el pequeño Maratón de Draco, mañana es domingo y es mi dia de descanso, pero si puedo adelantar algo, lo hare con mucho gusto. 

La tensión entre Elizabeth y Draco es palpable, esperemos que no tarden demasiado en enamorarse jeje. 

No olviden que: 

Besos, Ross. 

¡Que tengan lindo fin de semana! 

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